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Definición

Muchos especialistas en la Historia del Arte consideran,  dentro de la


Arquitectura, el término de Barroco Mestizo como inadecuado por no coincidir con los
lineamientos del desarrollo del estilo en nuestro medio, sin embargo, el esplendor y
brillo del Barroco en los territorios del Virreinato del Perú se debió finalmente a la
participación del mestizo que fungió de alarife, constructor, aparejador y diseñador de
las obras, luego de apreciar a los artistas españoles que trajeron esta nueva modalidad
de construir. Otros especialistas le llaman Barroco Indígena, pero es muy posible que la
mayoría de estos artistas hayan sido producto del mestizaje producido desde la primera
mitad del S. XVI, habiendo transcurrido más de 150 años hasta el comienzo del estilo y
casi 300 hasta sus finales. Recordemos que el término de Barroco le fue dado a esta
modalidad de diseño mucho después que se extinguiera.

Conveniente hacer notar que una buena cantidad de especialistas en el estudio


del arte en América consideran que el Barroco Mestizo superó largamente a su originario
europeo llegando a expresiones plásticas de insospechada producción tanto en el esbozo
del planteamiento básico como en el desarrollo del pormenorizado detalle.

 
Nacimiento y Evolución
Con la llegada de los españoles al Perú desde el inicio de la Conquista, en los
afanes de construir el Nuevo Mundo comenzaron a arribar sucesivamente una serie de
estilos arquitectónicos expandiéndose por todo el territorio del Virreinato, este traslado
de modalidades estéticas o corrientes artísticas se dieron en el territorio americano casi
cien años después de aparecer en Europa, debido en principio a la lentitud de las
comunicaciones entre los dos continentes, plasmándose cada uno de ellos según la
manera en que eran recibidos y aceptados por las sociedades de cada ciudad de
entonces. El primer estilo fue el Gótico. Durante la segunda mitad del S. XVI se
empezaron a trabajar las cubiertas de los templos y conventos con juegos de lacerías
nervadas y techados mudéjares, los que fueron abandonados debido a la acción de los
sismos que no dejó mucho en pie, impidiendo que el estilo comenzara a tomar una
expresión particular muy suya, propia de la región. De ese estilo queda en Lima como
muestra de una producción tardía el artesonado de la Antesacristía de la Iglesia de San
Agustín (Foto 1.-) el artesonado del Principal del Convento de Santo Domingo. Al Gótico
que duró poco más de 50 años le sucedió el Renacimiento a fines del S. XVI. La expresión
regional de este estilo en nuestro medio duró poco menos de cien años y no llegó a
cristalizarse porque a pesar de las precauciones estructurales los constructores aún no
podían protegerse de la acción de los sismos, a lo que se sumó el arribo de nuevos aires
de libertad estilística presentada por el Manierismo que abría inesperados panoramas de
producción arquitectónica, escultórica, musical y pictórica.

Al Renacimiento siguió el Barroco en el último tercio del S. XVII, el que comenzó


muy discretamente como una consecuencia del Manierismo que a su vez constituía un
modo muy particular de trabajar el Renacimiento del que se apartó de sus cánones
rígidos de estilo para otorgar a las obras un toque muy especial de expresión marcando
una indudable evolución plástica como lo evidencian Juan Bautista Vásquez y Jerónimo
Hernández en escultura, Angelino Medoro y Fray Bernardo Bitti en pintura y muy
especialmente Juan Martínez de Arrona y Pedro Noguera en la arquitectura, autores de la
portada de la Catedral de Lima donde dieron luces hacia la libertad del trazado de los
diseños de una manera tal que sirvió de modelo a las producciones de arquitectura que se
difundieron por todo el territorio. El Barroco comienza así su expansión, dándose muy
buenos ejemplos de la producción del nuevo orden arquitectónico logrando lo que ningún
estilo precedente había conseguido hasta ese momento: adentrarse en la idiosincrasia y
sentimiento del alarife mestizo. El indígena que trabajaba en estas obras, cualquiera que
sea su nivel de participación en ellas, respiraba, comía, vivía y soñaba Barroco. En esa
época su radio de desplazamiento era muy corto, lo que le daba sus pies; no había micros
ni trasporte a distancia, no había televisión ni radio, su comunicación era simplemente
hablada y muy poco leída, sin embargo elaboró grandes maravillas artísticas que le
tomaban todo su tiempo, posiblemente toda su vida, tiempo que le sobraba mientras
produjera obra. Es posible que contribuyera a esta calidad de resultado el carácter
silencioso, introvertido y poco comunicativo del indígena que lo conducía a generar todo
este increíblemente enorme y vasto mundo de creación artística.

Características del Barroco


Es poco adecuado catalogar  las características del estilo, pero su enumeración
puede conducir al lector a extender su apreciación en otras obras que se presenten a sus
ojos en los lugares que pueda visitar.

            1.- Lo primero que hace el estilo es fracturar el tímpano y cornisa tradicionales


renacentistas y los rompe en diversas fracciones que se reparten por toda la fachada
decorando puertas, hornacinas y ventanas, variando tanto en altura como en
profundidad, pero si uno aprecia con una mirada unificadora podrá seguir la continuidad
de la cornisa por toda la fachada dado que su sección transversal no se altera.

            2.- Otro cambio lo constituye el desaparecer las espadañas que son unos
decorados muros altos que tienen ventanas donde cuelgan las campanas, creando en su
vez dos torres de planta cuadrada con cuatro ventanas en donde se ubican las campanas.

            3.- El Renacimiento tenía columnas planas adosadas a los muros llamadas


pilastras, el Barroco las separa del muro, las redondea, las vuelve exentas presentadas
por una pilastra que queda en el muro y conforme pasa el tiempo en obras sucesivas las
va decorando primero muy tímidamente para después volverlas salomónicas
profusamente recargadas con motivos autóctonos y naturales.

            4.- Los espacios vacíos de las portadas se llenan con decoración bastante
diversificada con elementos lineales y motivos que son proporcionados tanto por la
naturaleza de nuestro territorio como por la simbología religiosa secular.

            5.- Las fachadas que en el Renacimiento eran básicamente planas con muy poca
profundidad, en el barroco toman mayor desenvolvimiento desdoblándose en varios
planos que se van desplazando en profundidad con gran movimiento hacia adelante y
hacia atrás, manejando de esta manera un volumen considerable de edificación.

            6.- Con gran habilidad se retoma el tema de las balaustradas de madera


manejándolo como una filigrana que adorna con gran acierto las masas edificadas
dándoles gracia y encanto.

            7.- Cabe remarcarse que el esplendor del Barroco coincide con un maravilloso
desenvolvimiento del ancestral caudal místico indígena donde sus apus son mostrados
como una fuerte expresión de profunda vivencia religiosa. Esto lo podemos apreciar por
ejemplo en la foto 11 que nos demuestra una vasta y singular imaginería vernacular.

Las épocas del Barroco.


En este punto es conveniente distinguir las dos épocas que el Barroco produjo en
el Perú. La primera maneja los lineamientos iniciales del estilo que deviene del
Manierismo, mostrando de manera cuidadosa y casi discreta la nueva expresión artística.
Se inicia con la portada exterior de la Catedral de Lima (Foto 2.-) la que ocasiona un
desdoblamiento en múltiples producciones posteriores como se aprecia en sus similares
Catedrales de Cusco ( Foto 3.-) y Ayacucho (Foto 4.-), también en las iglesias de Los
Huérfanos( Foto 5.-), y de San Pedro  en Lima( Foto 6.-), en la Iglesia de la Compañía de
Pisco ( Foto 7.- ) y muchas más, todas las cuales se desenvuelven en el desarrollo del
barroco dentro del encuadre inicial del Renacimiento, haciéndolo despertar a la nueva
corriente artística. A esta época no podemos llamarla propia del Barroco Mestizo, es más
bien un Barroco Clásico correspondiente a las nuevas normas de diseño.

En la segunda época que es mucho más extensa en cantidad de producción como


en el transcurso del tiempo, el trabajador mestizo se vuelca en una desenvuelta
producción para llenar el espacio de las portadas con la información proporcionada por
los grabados sevillanos y también con elementos provenientes de sus vivencias y
formaciones tenidas en su tierra. Ocurre un tremendo despertar estético, así como un
enorme desdoblamiento plástico en el que ya no hay modelos o inspiración europea, si no
una auto-generación de ideas y de formas que hasta ese momento no se había dado. Se
puede hablar de la plástica típica de determinadas regiones de la costa, de otras
producciones diferentes de distintos lugares del territorio del Virreinato totalmente
identificables como características de determinada región.  La decoración barroca se
derrama no solo en portadas de templos, también en sus interiores, en los retablos que
hay en cada hornacina, en los recargados marcos de los cuadros con temas religiosos, en
púlpitos y sus escaleras, en relicarios y en todo objeto dedicado al culto religioso que
pudiera haber en templos, conventos y monasterios. Y se recurre a la madera tallada,
entizada y dorada, a la piedra tallada, a las pinturas al óleo y a la música que por siglos
permaneció oculta y desconocida, música recientemente descubierta y puesta la luz y a
nuestros oídos por el músico e investigador José Quezada, música que hasta ahora no se
sabía que existía (“El Legado Musical del Cusco Barroco”) y ha de haberle sucedido lo
que a mí, encontrarse con fuentes de información no estudiadas escondidas a ojos vista,
esperando por muchos años ser evaluadas y expuestas a la apreciación de quien desee
tomarlas, comprenderlas y aquilatarlas.

El mestizaje de la Arquitectura.
Se dieron varias circunstancias que favorecieron la aproximación del individuo
mestizo a la arquitectura, entre otras artes. Una es que la demanda de la producción
artística (arquitectura,  pintura, escultura, libros, grabados, música, etc.) iba en
aumento por el desarrollo de la catequesis y la proliferación de templos, otra razón del
desarrollo del estilo fue la cantidad de órdenes religiosas que habían seguido a las
primeras que se asentaron en Lima y se desperdigaron por cada ciudad y pueblo del
territorio del Virreinato. Además, en un principio los primeros recursos de obras de arte
religioso y suntuario era requeridos directamente de España a través de su única
conexión oficial con las Indias que era la ciudad de Sevilla, de esta manera el arte
sevillano desarrollado dentro del Renacimiento y en especial del Manierismo se hizo
presente en todas partes donde hubiera un edificio público, templo, convento o
monasterio, casas de españoles o mestizos. Además por esta razón de exclusividad y de
abastecimiento al Nuevo Mundo en Sevilla se dio el nacimiento y desarrollo de talleres de
producción artística de todas las artes en un deseo de proveer de estas obras a casas,
Iglesias y Conventos con una gran variedad de pinturas y esculturas de los más diversos
artistas. Sevilla era una inagotable fuente de producción de arte y de formación de
talleres y escuelas.

Existe otra razón para la difusión del estilo: inicialmente los creadores de las
edificaciones eran especialistas venidos de Europa en los Siglos XVI y XVII pero ya en este
siglo la producción requirió de asistentes y ayudantes que no era necesario traer de
Europa por lo que se recurrió a gente de la región, en especial a mestizos que tuvieran
predisposición para el trabajo de la construcción, pintura, escultura y música. Para esta
gente que tenía condiciones para la producción artística constituyó un suceso muy
importante en su vida ahondarse en los nuevos conocimientos que solo poseían los
especialistas venidos de España. Comienzan a aparecer los mestizos, primero en los
trabajos específicos en determinadas partes de las obras, hasta concluir por hacerse
cargo de la totalidad de las obras que se les encomiendan. La gran cantidad de
creaciones que quedan regadas por el extenso territorio del virreinato dan cabida a los
brazos de gente deseosa de expresar su ancestral sentir de la tierra mostrándonos de
manera imperecedera la habilidad creadora y condiciones de músico, pintor, tallista,
alarife, aparejador y picapedrero nunca vistas antes; esto se puede apreciar por ejemplo,
en los capiteles de las columnas del primer patio de la casa Velarde-Álvarez de Ayacucho
donde talladores de la época prehispánica que anteriormente laboraron en las
edificaciones de piedra de la cultura Inca que vemos en Cusco y otros lugares, se
dedicaron a trabajan en estas construcciones Virreinales por haber decaído su demanda
ante  la desaparición del Imperio. La muy alta calidad de la obra producida ofrece un
enorme contraste con la humildad con que fueron realizadas ya que no se guarda registro
de los nombres de sus autores.

Ejemplos de la primera época.


No se puede en tan corto artículo hacer una relación de los productos de esta
enorme obra, por lo que citaremos unos pocos en la idea de estar dando algunas
muestras del barroco mestizo. Dentro del encuadre clásico de portadas estructuradas a
base de calles y niveles (divisiones verticales y horizontales) tenemos en Lima la Iglesia
de La Merced (Foto 8) y la Iglesia de San Agustín ( Foto 9)  en las que la profusión del
decorado se extiende por todas las superficies disponibles en la portada. Recordemos que
en esta época la portada del templo se basaba en el diseño de su retablo mayor, y en
ambos casos estos retablos ya desaparecieron.  Los elementos de origen vegetal abundan
tomando con gran soltura cualquier espacio disponible plano o curvo, adecuándose con
gran destreza al esquema básico de estructuración, de lo que tenemos como muestra la
sacristía de la Iglesia de la Santa Cruz de Juli ( Foto 10). Especial referencia merecen los
templos del Colca edificados inicialmente en el siglo XVI y reconstruidos cien o más años
después al destruirse por acción de los sismos. La reedificación se desarrolló dentro de
los conceptos del Barroco pudiéndose apreciar la sobreposición de estilos en la mayoría
de ellos como Yanque y Maca, mostrando en general combinaciones de Renacimiento,
Barroco y Rococó.

Ejemplos de la segunda época.


Quizá como emblema de la producción indígena se puede presentar el bajo coro
de la Iglesia de San Miguel de Pomata en Puno, posiblemente ya desaparecida ( Foto 11).
Si observamos con detenimiento apreciaremos que el creador del conjunto luego de
plantear la repartición de los espacios correspondientes a cada componente se abocó a
diseñar los detalles de manera que cada parte contribuya a la fiesta de formas y
claroscuros del tallado en piedra. La hornacina derecha del soto coro está flanqueada por
sendas sirenas tocando guitarra adornadas por un tocado que nos recuerda un diseño
Chavín y rematada por otro personaje obviamente femenino decorada con otro adorno
atinadamente dispuesto. El fuste de la columna está totalmente decorado con motivos
que también recuerdan diseños Chavín y todo el espacio está profusamente engalanado
en agradable armonía. Ha de ser interesante descubrir porqué existen diseños Chavín en
este trabajo Barroco.

Otra expresión totalmente diferente del barroco es el interior de la Capilla de


Indios de Lambayeque ( Foto 12) donde de manera bastante ingenua pero con mucho
ingenio producen columnas salomónicas de una plástica inigualable; casi parece arte
contemporáneo por su libre expresión y logro estético, a pesar de que la iglesia es
originaria del S: XVI y la decoración que ahora luce es del S: XVIII.

Podemos seguir dando ejemplos maravillosos de esta producción artística pero


sería prácticamente inacabable debido a que cada obra que vemos es totalmente
diferente de otras, a pesar de haber sido producida por el mismo alarife en la misma
época. Sin embargo cada obra de esta época debe ser estudiada con la profundidad y
dedicación que amerita la calidad de cada una de estas producciones. Después de
recorrer cualquier región del territorio como la orilla del Lago Titicaca o el Cañón del
Colca, o la hilera de iglesias de la costa Sur, o las de  la Costa Norte, o las la sierra de
Ancash en su lado que mira al Océano Pacífico, el callejón de Huaylas, o el Callejón de
Conchucos, o cualquier parte de nuestro territorio, empezamos a percibir unas manos
creadoras que se han solazado haciendo arquitectura extraordinaria. Todo eso se está
perdiendo con el tiempo que pasa y la desaparición de la obras no tiene ningún remedio,
sencillamente, desaparece y se acabó. Algunas de las fotos que se van a presentar no se
podrá volver a tomar, eso ya no existe.

Matías Maestro
Es imposible seguir adelante sin referir la vastísima producción de
retablos  producidos en  todo nuestro territorio, gran parte de los cuales ya no existen,
donde el mestizo volcó todo su entrañable sentimiento y su deleite por la creación.
Desafortunadamente, en el S. XIX, con la intervención de Matías Maestro en
representación de la Iglesia Católica manifestándose en contra del estilo Barroco por
considerarlo inadecuado a los principios de la Iglesia, se destruyó extraordinarias obras
de arte en Conventos e Iglesias, especialmente en Lima. Donde ahora se aprecia un
retablo Neoclásico hubo uno Barroco que lo superó ampliamente. Esto se percibe con
claridad en las Iglesias de San Francisco y La Merced de Lima donde los Retablos Mayores
barrocos fueron reemplazados por los retablos  neoclásicos que ahora se observan. Los
retablos Barrocos, retirados de su ubicación en los altares fueron quemados en una pira
en cada patio o claustro en todos los Conventos y Monasterios.

Cada época tiene su cristalización y proyección al desarrollo de las comunidades


humanas, el Neoclásico también lo tuvo en su momento, pero ahora, mirándolo en la
distancia del tiempo, no encontramos justificación para tremendo desastre, fue algo
similar a la Inquisición de siglos anteriores.

El final del Barroco


Luego de esta esplendorosa producción de arte, como quien apaga la luz, todo
desaparece con la fuerte y paralizante acción del Neoclásico; no solo desaparecen
destruidas a propósito muchísimas obras del Barroco, también, y lo que es más
lamentable,  el artista  Barroco  indígena desaparece violentamente del mundo artístico
en un fenómeno cultural que  hasta ahora nadie se puede explicar. Y solo nos queda
algunas muestras que aún así ni siquiera las cuidamos para impedir su desaparición.

El barroco desaparece con la feroz y cruel imposición del Neoclásico y no vuelve a


darse nunca más otra expresión tan magnífica de arte popular.

Resulta increíble que habiendo en la actualidad, ya avanzado el S. XXI, no se haya


desarrollado una academia o instituto, privado o estatal especializado en el estudio,
búsqueda, identificación de corrientes y estilos, de regiones típicas, de autores
indígenas, alarifes, maestros, talladores o aparejadores que permita apreciar cabalmente
la evolución, desarrollo, variedades regionales  y difusión del Barroco en el Virreinato del
Perú. El Padre Rubén Vargas Ugarte, como producto de sus investigaciones bibliogáficas,
publicó en 1933 un "Diccionario de Artífices Coloniales" que reunía los nombres de los
realizadores de las obras registradas en los documento de la época a los que tuvo acceso
en sus búsquedas de información de la época, obra que puede ser un inicio para
profundización de esta atractiva gestión de encontrar un derrotero en el proceso
evolutivo del estilo.

            A continuación se presentan algunas fotos de los monumentos nacionales


referidos en el texto, acompañados por una sucinta explicación de su contenido. Las
fotos son propiedad del autor y pueden ser reproducidas citando su origen, como
corresponde.
Foto 1.- Antesacristía de la Iglesia de San Agustín.- Artesonado del arte mudéjar como
éste, decoraron muchos edificios religiosos desde el comienzo del Virreinato. Casi todos
se han perdido por sismos y descuido. Esto es una muestra del producto artístico que
precedió al Barroco. La venera que decora la parte alta de la puerta es netamente
barroca.
Foto 2.- Imafronte  de la Catedral de Lima. Marca el comienzo del Barroco en el
Virreinato y fue modelo e inspiración para la creación de otras portadas semejantes.
Foto 3.- Portada de la Catedral del Cusco.- El barroco comienza a decorar los fustes bajos
de las columnas y a fracturar cornisas y entablamentos verticalmente y en profundidad.
El diseño adquiere mayor soltura. Obsérvese cómo las molduras que se inician a ambos
lados de la portada van proyectándose adelante y a atrás, y hacia arriba y hacia abajo
según pasen delante de una hornacina o puerta. La norma es que la sección transversal
de la cornisa se mantiene en todo su discurrir.
Foto 4.- Portada de la Catedral de Ayacucho.- Por un lado mantiene todavía algunos
lineamientos del Renacimiento, pero el Barroco se presenta en las columnas exentas, en
las cornisas fracturadas, en el retomar de balaustradas de estilos pasados y el la elegante
de disposición de los elementos que componen el conjunto.
Foto 5.- Iglesia de los Huérfanos.- El primer cuerpo en piedra oscura mantiene un acierto
de diseño Renacentista, pero en el segundo cuerpo producido en piedra clara muestra la
irrupción del Barroco con los modillones y la diversificada fractura del tímpano, así como
el empleo de la fina balaustrada que rodea todo el templo, acompañada por las torres de
planta cuadrada.
Foto 6.- Iglesia de San Pedro de Lima. La presencia del Barroco se nota en la fractura y
diversificación del tímpano de la puerta principal, en las torres de planta cuadrada y en
la fina balaustrada que decora tres niveles del edificio. El manejo de superficies planas
en la edificación y el tímpano superior central todavía son rezagos del Renacimiento.
Foto 7.- Iglesia y Convento de la Compañía de Pisco.- Una de las mejores expresiones del
Barroco costeño. Frontis trabajado en ladrillo y estuco de yeso, manifiesta con seguridad
la presencia del estilo, que se hace evidente en el óculo ovalado del segundo cuerpo, en
las labradas torres cuadradas, en las columnas exentas y en el almohadillado típico
jesuita. Se destruyó con el reciente terremoto de Pisco. Contenía los 8 mejores retablos
del estilo que se hayan producido para un templo.
Foto 8.- Iglesia de la Merced de Lima.-  Corresponde a la segunda época del Barroco
Mestizo donde prolifera la decoración exuberante, manejando el recurso de cubrir todas
las superficies con decoración bien planteada y dispuesta, con las columnas salomónicas
exentas profusamente decoradas con elementos que forman parte de la vida de los
alarifes y con los múltiples requiebres de las cornisas. Flanquean a la portada guardillas
con roleos característicos del estilo. Mucho de lo que se ve no es auténtico pues fue
reconstruido con cemento y arena por el Arquitecto Hart- Terré, al igual que la Catedral
de Lima y otros templos similares.
Foto 9.- Iglesia de San Agustín.- Edificio iniciado en el Renacimiento terminó su portada
con diseño del Barroco. Es una extraordinaria producción del estilo con todos los
atributos de la época ya referidos anteriormente. Presenta la particularidad de que el
tercer cuerpo y remate son apócrifos, siendo evidentes la falta de manejo natural del
estilo. Originalmente tuvo un óculo circular muy grande que fue destruido junto con el
tercer cuerpo y rediseñado desacertadamente a comienzos del S. XX, que es lo que
estamos viendo. Luego, en la segunda mitad del siglo, se restituyó el óculo circular con el
infortunado resultado de una obra mal hecha, en principio porque ya no vivimos en el
barroco y por consiguiente ya no podemos producir en el estilo.
Foto 10.- Sacristía de la Iglesia de la Santa Cruz de Juli.- Bella expresión del Barroco que
se expresa con el tallado en piedra en el interior del templo que fuera iniciado, como
muchos otros, dentro del estilo renacimiento. Columnas adosadas y pilastras múltiples
arman un acertado diseño en el que las lisas superficies de las paredes contrastan con
rico y recargado diseño en los derrames de las ventanas.
Foto 11.- Iglesia de San Miguel de Pomata.- Detalle del bajocoro que muestra una
increíble producción del estilo. Cada parte de la foto puede ser motivo de una detallada
apreciación de inspiraciones, motivaciones, habilidades plásticas, etc, etc. Es probable
que lo que se ve en la foto, ya no exista.
Foto 12.- Capilla de indios de Lambayeque.- Bella expresión barroca del arte mestizo en
la costa norte.
Obedece a evidente limitaciones de recursos económicos, ya no era la Iglesia Católica la
que financiaba la obra, era el pueblo que con el deseo de tener su templo produjo esta
edificación con los contados y simples elementos constructivos que el medio
proporcionaba. El resultado fue extraordinario e impresionante como se puede apreciar
en esta vista del interior.

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