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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ZARAGOZA”


CARRERA DE ENFERMERÍA
MÓDULO DE ENFERMERÍA MEDICO QUIRURGICA

UNIDAD 5
El cuidado de enfermería al paciente con trastornos neurológicos:
Valoración, diagnóstico intervención y evaluación de la atención de
Enfermería del adulto y el anciano.

Anticonvulsivos
Grupo: 3251
Integrates
 López Hernández Wendy Alondra

Asesores:
·
• Aurelia Rodriguez
• Cristina Flores Bello
· • Miguel Angel Texocotitla Romero
· • Martha Patricia Manjarrez
·

Ciudad de México, Iztapalapa a 11 de octubre del 2020.


Anticonvulsivos

Los fármacos anticonvulsivantes (FACs) son un grupo heterogéneo de agentes que


tratan de modificar los procesos implicados en el desarrollo de las crisis comiciales,
favoreciendo la inhibición sobre la excitación, con el fin de detener o prevenir la
aparición de la actividad comicial.

Tipos de fármacos anticonvulsivos

Se han utilizado muchos tipos diferentes de fármacos anticonvulsivos desde que se


empezara a usar el bromuro de potasio para tratar casos de “epilepsia histérica”, a
mediados del siglo XIX. En la actualidad el uso de estos y otros anticonvulsivos
clásicos, como los barbitúricos y las benzodiazepinas, ha quedado relegado a un
segundo plano.

En la actualidad los fármacos de elección para el tratamiento de las convulsiones


incluyen la carbamazepina y la oxcarbazepina, que pertenecen a la clase de las
carboxamidas, los análogos estructurales del GABA como la gabapentina y algunos
medicamentos de otro tipo, como el ácido valproico y la lamotrigina.
1. Carboxamidas

La carbamazepina y la oxcarbazepina son dos de los anticonvulsivos más utilizados


en la actualidad. Además de para tratar la epilepsia, la carbamazepina se prescribe
en casos de dolor neuropático, mientras que la oxcarbazepina se usa como
medicamento coadyuvante en el trastorno bipolar cuando los síntomas no remiten
con los fármacos de elección.

Se considera que estas carboxamidas son algunos de los tratamientos más seguros
para las convulsiones. Sus efectos secundarios suelen ser escasos o leves,
limitándose a mareos, náuseas, vómitos, dolores de cabeza o somnolencia;
raramente provocan reacciones adversas más graves.

2. Análogos estructurales del GABA

Los fármacos que actúan de forma similar al neurotransmisor inhibitorio GABA son
denominados “análogos estructurales del GABA”. Los dos anticonvulsivos más
comunes de esta clase son la gabapentina, que se usa para tratar la epilepsia, el
dolor neuropático y el síndrome de piernas inquietas, y la pregabalina, usada en
trastornos de ansiedad y fibromialgia.

3. Derivados de ácidos grasos

Los anticonvulsivos derivados de ácidos grasos, el más relevante de los cuales es el


valproato o ácido valproico, aumentan la disponibilidad de GABA en el sistema
nervioso o ejercen efectos agonistas de otro tipo sobre éste. También bloquean
canales de sodio y de calcio controlados por voltaje; esto se traduce en una inhibición
de la actividad cerebral.
4. Triazinas

Esta clase de fármacos antiepilépticos inhiben la liberación de neurotransmisores


excitatorios, principalmente el glutamato. La lamotrigina forma parte de este grupo
y se utiliza para tratar el trastorno bipolar y distintos tipos de crisis epilépticas: las
focales, las tónico-clónicas y las que aparecen como consecuencia del síndrome de
Lennox-Gastaut.

5. Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas, un tipo de sedante, han sido durante muchas décadas los
psicofármacos más utilizados para tratar problemas relacionados con la
hiperactivación fisiológica y cognitiva, como la ansiedad, la tensión muscular y el
insomnio. Entre las benzodiazepinas que se usan como anticonvulsivos encontramos
el clonazepam y el clobazam.

6. Barbitúricos
En el año 1912 se empezó a utilizar el fenobarbital, un fármaco de la clase de los
barbitúricos, para prevenir y tratar los síntomas de la epilepsia. Desde entonces se
han descubierto muchos anticonvulsivos que tienen efectos sedantes menos
intensos e interferentes, si bien en ocasiones aún se usan los barbitúricos por su
rápido efecto en el alivio de las crisis.

7. Bromuros

El bromuro de sodio fue el primer fármaco en ser utilizado para tratar la epilepsia.
Su origen se remonta al año 1857, cuando Charles Locock sugirió esta aplicación.
Fueron sustituidos por los barbitúricos tras el surgimiento del fenobarbital, en 1912,
pero en la actualidad los bromuros siguen usándose como anticonvulsivos en
veterinaria, especialmente en perros.
Fuentes
 Figueroa A. (2018). Fármacos anticonvulsivos. 10/10/2020, de Psicología y
Mente Sitio web: https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/farmacos-
anticonvulsivos

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