La Superintendencia Financiera de Colombia nació de la unión de la Superintendencia Bancaria de
Colombia con la Superintendencia de Valores, de acuerdo a lo que establece el artículo 1 del Decreto 4327 de 2005. La institución es un gremio técnico anexo al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, con personería jurídica, autonomía administrativa, financiera y patrimonio propio. Frente a los grandes cambios y avances en el mercado financiero, el Gobierno Nacional decidió valorar si la Constitución que en ese momento presentaba el sistema de normalización e inspección del mercado, bajo la responsabilidad de la Superintendencia Bancaria, en relación con los establecimientos financieros y de seguros, y de la Superintendencia de Valores, estaba relacionada con los partícipes en los mercados de valores y contaba con los parámetros adecuados en pro de asegurar un sistema