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A Busca de Averroes - Ensaio de Introdução
A Busca de Averroes - Ensaio de Introdução
los versos rimado y libre, hacia las candencias que utiliza e1 poeta, la
simetria, etc. No hay insinuacihn alguna al teatro, a sus técnicas o a
su representacibn. El texto es parco, y solo al final se obtiene una
sugerencia interesante: "El arte de la poesia es el de representar
imaginariamente cada objeto en particular de la manera mls completa
posible.**23
Representar imaginariamente encierra acd connotaciones de abs-
traccibn. Imaginar, para Averroes, es la facultad de procrear mets-
foras, de hacer poesia. Es el talento de armonizar plegarias, odas y
alabanzas con elipsis, incantaciones, con estrofas que rimen sentimien-
tos y palabras. La poesfa no representa de modo concreto: fabula,
embellece lingiilsticamente. Esa representacidn imaginaria este lejos de
la teatral: usa formas melddicas del idioma para glorificar al objeto,
mientras la teatral usa objetos que refieren a otros objetos. Si la
poesia es canto, ausencia, el teatro es realidad sintetizada, presencia.
Por eso su idea disgusta a Averroes.
Arist6teles incluyh en la Poética argumentos sobre la epopeya, el
arte de hacer refr y llorar, los textos de Esquilo, la duracihn del acto
y la representaci6n en publico, pero Averroes no podia conocer estas
laberinticas disquisiciones. No intuia el tremendo impacto de ambos
términos, comedia y tragedia, porque estos estaban marginados de su
cultura. ñAcaso le era posible imaginarlos, sin haber escuchado jamâs
los nombres de Euripides o S6focles? Era prisionero de su coyuntura
hist6rica. De ahi que é1, Abulcasim y sus amigos, hablasen durante el
convivio 1) del carâcter apost6lico de Mahoma, jamas de su atributo
herdico o casi divino. Nosotros, a casi diez siglos de distancia, pode-
mos entenderlo: S6focles, Esquilo o Euripides modelaron escénica-
mente a sus héroes trâgicos enfrentdndolos a los dioses o a la fatali-
dad. Este es el caso de Tim6n de Atenas, Ifigenia, Hécuba, Edipo y
otros.J4 Pero Averroes no conocia esa ontologia. Para él, Mahoma
era benigno y omnipotente, un siibdito del Dios supremo. Enfrentarlo
a esa Fuerza Superior implicaria una herejia porque Mahoma, como
apbstol, no se antepuso al cielo sino que lo interpretb. La derrota en
Ohod permitid su revolucidn, su camino, no su rivalidad con la divini-
dad. Lo mismo la conspiracidn de los ciudadanos de Mecca para
asesinarlo. Y como apdstol, Mahoma fue siempre un misionero, un
vocero que anuncib !a fe, que proyectb la confianza en e1 universo.
El héroe trâgico, por e1 contrario, invita al desorden y provoca el caos
mientras se enemista con la sociedad y con las leyes divinas.
Borges corrobora esta idea teolbgica en la mente de Ibn Rushd
acertando que 2) el Creador, que gobierna su universo a través de un
orden, mantiene sus secretos inescrutables. Ello implica que, de existir
la idea del escenario, seria un espacio de rebeldia, de blasfemia en el
Islam. Mientras el apbstol, un inminente organizador, tiene como
campo de acci6n a1 mundo, el héroe trâgico, un rebelde que invita a la
teodisea, sélo cabe en el teatro porque su existencia es plausible
tinicamente en una sociedad politetsta, opuesta a la musulmana. Si
Edipo o Hecuba anhelaban indagar los secretos del Olimpo, Averroes,
como piadoso que era, tuvo que escribir e1 Tahdfut para justificar la
hermética omnisciencia de su Dios.
Después dice "La busca de Averroes" que 3) la poesia describe a
su objeto mediante metâforas. No mediante representaciones. Una
metafora puede ser una alabanza en tanto que aluda a una imagen,
pero, debido a su metabolismo, tiene prohibido ser la imagen en st.
Alabar le este permitido a Abulcasñn, representar no. Representar es
el oficio del teatro. Alabar, el de la poesia.
4) Borges después refiere el viaje de Abulcasñn a China y pone
en su boca la descripcibn siguiente:
Notas
1. Escritos en colaboraci6n con Adolfo Bioy Casares, se titulan Los orilleros y
El paralso de los creyentes (Buenos Aires: Editorial Losada, 1955). Reimpresos en
Ohms en colaboracibn, vol. 1 (Madrid: Alianza Editorial-Emcé, 1981) 217-328.
2. Sut•. 3 (invicrno 1931), 5 (verano 1932), 11 (agosto 1935), 19 (abril 1936),
24 (scptiembre 1936), 26 (noviembre 1936), 31 (abril 1R7), 36 (agosto 1937), 38
(noviembre 1937), 60 (septiembre 1939), 83 (agosto 1941), 87 (dieiembre 1941), 103
(abril 1943), 128 (junio 1945). Rceditados en Edgardo Cozarinsky, Borges
enJ/sohrc cine (Madrid: BspiraI-Pundamentos, 1981).
3. Jaime Alazraki, de los criticos y bi6grafos que han abordado a Borges, es
cl ñnico que ha investigado con mls detalle "La busca de Averroes.’ Ver La prosa
norrntivo de Jorge Luis Borges (Madrid: Editorial Grcdos, 1983) 11&20. Alazraki
infierc correctamcntc que, igual que en ’Deutschcs Requiem," el tema principal de
’La busca de Averroes“ es la Ley de la Casualidad. Son las limitaciones espacio-
iemporales las que han prevcnido a Avemms de entender los términos tragedia y
comedia. "Sin e1 hierro no habria clavos y sin éstos Jesus no podria haber sido
crucificado. También la tragedia o la comedia plantean no solamente la idea previa
del teatro, sino de infinitos eslabones ..." culturales que 1o precedieron (119).
Creo, sin embargo, que Borges intents una reconstrucci6n de 1as limitaciones de El
Comentarista que no pueden ser tan fâcilmcnte reducidas a1 absurdo. Rsa Ley de
la Casualidad, aI esconder secretos, en ñltima instancia nos permits entender los
mdviles creadores del argentino y las antcojeras de Averroes.
4. Emir Rodriguez Monegal, Jorge Luis Borges. A Literary Biography (New
York: E.P. Dutton, 1978) 79. Ver también Carter Wheelock, 77te Mythni‹fer : A
Smdy of Moâf and Symbol in the Sdn tories of forge Luis Borges (Austin:
University of Texas Press, 1969).
5. Rl cuento no es preciso en el año de la nartacidn. He utilizado act la
versidn de El Aleph (1949), incluida luego en Obras completes, vol. 2, 69-76.
Tampoco Borges ofrece informaci6n biogr6fica alguna sobre su personaje. Refiero
al lector interesado en una biografia completa de Averroes a los textos de Gof-
frcdo Ouadrus, Ln Philosophic arabe dans l’Ewope Medievale, trad. Roland Huret
(Paris: Payot, 1947). O al compendio de Arthur Hyman y James J. Walsh, f•fiiio-
soplff in the Middle Ages (Indianapolis: Hackett Publishing Co., 1973) 293-335.
6. Amrroes, Tehafw of-T’eHJr, Intro. y trad. Simoa Van der Bergh, 2 vol.
(Londres: Oxford UP, 1954).
7. Borges 70.
8. Es importante esta referencia a la Aetdrica de Arist6teles. Borges dice,
" . dos palabras dudosas lo habian detenido en el principio de la Poéticn. Esas
palabras eran tragedia y comedia. Las habia encontrado años atrds, en eI libro
tercero de la Retdrica• (70). Gomo anolaré, serd luego fundamental esta referencia
ponjue apunta a1 conocimiento que tiene Borges de sus fuentes.
9. Borges 75-76.
10. Borges 76.
11. Ver Monegal, Jorge Luis Boiyes. A Literacy Biography. Hay una crono-
logia selecta en Monegal, forge Luis Borges. Ficcionario. Una aniologia de sus
textos (México: Pondo de Cultura Bcon6mica, 1981). Otro texto redactado en la
Biblioieca Municipal Miguel Cam, con intcrcsantes alusiones intertextuales a ”La
busca de Averroes• es "La biblioteca tota1,• en Sur 61 (agosto 1939).
12. Edward William Lane, Arabian Society in iV Middle Ages (Picadilly:
Chatto and Windus, 1883).
13. E.W. Lane, f7te Manners and Customs of the Modem Egyptians (London:
Everynian’s Library, n.d.).
14. Miguel Asin Palacios, ffiieffar del Islam (Madrid: Espasa-Calpe, 1941); o
The Pharos ofAlexandria (Madrid: E. Maese, 1912).
15. Ernest Renan, Averroes ct l’Averroisme (Paris: Calman-Levy Edi-
tcurs, 1882). Botges seguramentc tenia la edici6n de 1961. Para una biografia de
Renan, ver Maurice Weiler, La pensée de nenan (Grenoble: Bordas Prere. Lns
Editions Francaises Nouvelles, 1945).
16. Renan 45-47.
17. Renan 48; Borges 69.
18. Solomon Munk, Mttanges del philosophie juive ei arabe (Paris: A. Frank,
1859).
19. Renan 35-44.
20. De un total de 38 comentarios que Averroes escribi6, 28 existen todavia en
ârabe, 36 en hebreo y 34 en latin.
21. Averroes’ Epitome of Parma Naturalia, Trad. H. Blumberg (Cambridge, Mass.: