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-Al igual que hice con su padre, le seguiré donde haga falta y le ayudaré en

El ladrón de la noche todo lo que esté en mis manos. –Ji-i habló con seguridad en cada una de sus
palabras, por lo que Kaito sólo pudo agradecérselo en su mirada y ambos
volvieron a sumergir sus pensamientos en aquellos planos que poseían con
Era una mañana apacible y silenciosa en el barrio de Beika… antelación.

- ¡KAITO KUROBA ERES HOMBRE MUERTO! YA VERAS CUANDO En la casa de los Nakamori la tarde pasó aburrida, Aoko estaba sola
TE ATRAPE!!! (Bueno no tan silenciosa) nuevamente ya que su padre se había tenido que ir por el trabajo. Ella había
dedicado la tarde a los estudios.
-Pero por que te enojas tanto es la verdad ¡!!! NUNCA ENTRARIAS EN A las nueve llegó Geizo y media hora más tarde ya estaban cenando.
ESE VESTIDO AUNQUE QUISIERAS ¡!!!- Dijo El chico se echó a correr Conversaron y poco después la muchacha se dirigió a su cuarto estudió algo
riendo como un loco, perseguido por su amiga echa una furia pero, Aoko, se más y se fue a dormir,
detuvo a tomar aire.
En mansión de los Kuroba un hombre se despedía tras la cena.
- Venga Aoko, no te pongas así, no es mi culpa de que seas una floja y gorda.
-Mañana vendré otra vez señorito Kaito –dijo Ji-i, a la vez que se doblaba por
- ¿GORDA yo? ¡Repite eso mago de pacotilla! – Se encaró a él echa una la cintura a modo de leve reverencia. Kaito le había dicho gran número de
furia. veces que no hiciese eso y que le hablara de tú, pero el mayordomo se
negaba.
- Gorda, gorda, gorda y mil veces gorda. – Dijo encarado a la chica.
-De acuerdo, hasta mañana. –Cerró la puerta y suspiró, con pasos pesados se
- no se el motivo por el que te deje acompañarme a casa dirigió a aquel pequeño cuarto y le dedicó parte de la noche a estudiar planos.

- pues es por que soy muy atractivo – recalco con orgullo A la mañana siguiente un adormilado Kaito saludaba a una nerviosa Aoko.

-si ya quisieras…adiós –cerrando la puerta con violencia -Buenos días Aoko –dijo tras poder cerrar la boca después de un bostezo.-
¿Se puede saber por qué estás tan nerviosa? – pronuncio con apatía
- hasta luego Aoko -dijo en un susurro dirigiéndose a su casa
-¿Qué por qué estoy tan nerviosa? ¿Me preguntas el por qué? –dijo Aoko casi
-Hoy no comeré –le dijo a su madre sin mirarla y subió las escaleras con gritando e histérica.
rapidez hasta el cuarto que se encontraba tras el cuadro de su padre, sin darle
tiempo a la señora Kuroba de reprocharle nada. Kaito sólo pudo asentir, algo contrariado por la reacción de su amiga.

Llamó a Ji-i y al poco rato ya se encontraban los dos en tarea de planificar -¡Tenemos examen de geografía! ¡Y es muy importante aprobar! –observó
todo con alevosía. Gracias al antiguo mayordomo de su padre, Kaito tenía como la expresión del mago cambiaba rápidamente.
ahora en sus manos unos detallados planos del museo donde realizaría el
robo. A menudo quedaba impresionado del trabajo de Ji-i. El cuadro se “¡Lo había olvidado!” –pensó, había estado tan concentrado en sus robos que
movió y dejó ver a la madre de Kaito, en sus manos portaba una bandeja había olvidado por completo aquel examen. Los dos se dirigieron corriendo
repleta de comida para dos. Kaito, al cual se le había pasado ya su enfado y al instituto
empezaba a tener hambre, se lo agradeció con una sonrisa. Ambos
empezaron a comer mientras trabajaban. Terminadas las clases cada uno se dirigió a su hogar

-Señorito Kaito, esta mañana recibí noticias sobre una joya que será La comida precedió a una tarde con Ji-i, en la que finalmente, antes de la
trasladada aquí hoy. Se llama “El anillo de Jade” cena consiguieron preparar todo; los disfraces, el material para sus trucos, en
los mapas habían señalado todas las vías de escape...
-Sí, probaré para asegurarme, pero no cuentes con eso, es más probable que Ambos estaban orgullosos de su trabajo, mañana Kaito sólo tendría que
Pandora se encuentre en la joya de los Onama que en “El anillo de Jade”, anunciar el robo del anillo poco antes de realizarlo.
explicaría por qué los Onama tienen tanta protección, su valor no es sólo
económico.
El día de los inocentes cuando la luna se parta en dos bajo el nombre de
-Pero sabe que todavía lo puede dejar... –fue interrumpido por Kaito. la estrella negra haré mi aparición como una gran ola azotando la orilla

-Ya hemos llegado muy lejos. Sabemos que una organización aniquilo a mi Kaito Kid
padre por apoderarse de Pandora. Yo debo descubrir esa organización y
destruir a Pandora, sólo así vengaría a mi padre. –Sus ojos despedían Una gran cantidad de gente se hallaba en la puerta del Museo Nacional de
determinación de la que tal vez estaría en contra de la anuencia de los demás. Tokio, donde hacía unos días se había trasladado el “Anillo de Jade”; el
objetivo de Kaito Kid esa noche la muchedumbre que tenia apego a la magia
-Tu padre no querría que perdiese la vida sólo para cumplir una venganza. de Kid provocaba una algazara y una algarabía de cómo pensaba realizar su
acto lo cual alborozaba el ego del joven mago que se encontraba en el
-¿A dónde será trasladada? –desvió el joven la conversación. edificio no muy lejos de ahí.

-Al Museo Nacional de Tokio. Llegará esta noche –puntualizó Ji-i. Eran las 23h y Kaito observaba impasible con sus anteojos a los numerosos
policías que rodeaban el famoso museo. Desde la azotea del alto edificio en
-Bien, será fácil, no es el primer robo que hago allí. el que se encontraba podía contemplar cada movimiento de los agentes,
centró su atención en el inspector Nakamori, no se sorprendió al verle
-Será luna llena dentro de tres días, justo el día que realizará el robo en el moviéndose rápidamente de un lugar a otro gritando las órdenes que los
crucero, no podrá comprobar si contiene a Pandora. –Dijo Ji-i demás agentes debían seguir. Normalmente hubiera causado en él una
carcajada, pero hoy su semblante expresaba seriedad. Ji-i lo notó.
El antiguo mayordomo lo conocía demasiado bien, sabía que ninguna de sus
palabras cambiarían la forma de pensar del joven, por eso siempre había -¿Le ocurre algo señorito? -preguntó unos pasos tras de él.
decidido ayudarlo y protegerlo en todo lo que pudiera.
-No, nada -su respuesta fue cortante y no apartó la vista de los anteojos.
-Y bien, ¿cuándo pretende ir a por el anillo? –dijo Ji-i, resignado.
En la casa de Aoko, el reloj acababa de marcar las 23:30h así que tomó su
-Pasado mañana –le contestó con una sonrisa de agradecimiento, por fin su chaqueta, subiendo la cremallera hasta arriba, y se puso una gorra que tapaba
amigo se había dado cuenta de que no cambiaría de idea parcialmente su rostro. Si su padre la descubría allí, la mataría. Era tarde,
tenía que darse prisa. Cerró la puerta de la entrada y se dirigió corriendo
-Eso significa que tenemos día y medio, sin contar hoy, para organizar el hacia aquel museo.
robo del anillo. Utilizaremos la noche a nuestro favor, así que desde ahora
hasta la hora que anunciaremos para el robo, prepararemos todo y Faltaban diez minutos para la media noche. Kaito había decidido entrar por
observaremos la posición de los policías. –Ji-i tenía en esos momentos un los conductos de ventilación hasta llegar a la sala donde se encontraba la
plano de la planta baja donde, estaban casi seguros, se alojaría aquella joya, y joya. Era fácil, lo había hecho otras veces y no había tenido enormes
lo observada detenidamente. dificultades.

-Ji-i –el anciano le miró- muchas gracias por ayudarme, pero no es necesario Transcurridos los minutos, las campanadas provenientes de una plaza
que me acompañes en este robo –el mayordomo iba a reclamarle, pero Kaito cercana hicieron saber que había llegado el momento del robo; en menos de
siguió hablando- Te agradezco toda tu ayuda, pero si te ocurre algo me un segundo, que es lo que tardaron en apagarse todas las luces, los agentes se
culparé, porque te he arrastrado a esto. pusieron en tensión y miraron en todas direcciones; Geizo, el padre de Aoko,
contuvo la respiración y no apartó la vista del “Anillo de Jade”, mientras que,
el famoso ladrón, pasaba por los conductos de ventilación, ya cerca de su La chica, no quería decirle nada todavía, porque esperaba a que Kaito
objetivo. acabase de hablar y de decirle todo lo que tenía que decir para luego
contestarle ella, aunque no sabía exactamente lo que iba a contestar.
Las mismas campanadas pusieron nerviosa a Aoko, que se encontraba a unos
diez minutos del museo. Cuando consiguiera llegar habría acabado todo, - Hay una ultima cosa que deseo robar antes de desaparecer… –dijo Kaito
entonces, recordó que podía conseguir tiempo atajando por unas calles poco mientras se acercaba lentamente a la joven que se sonrojaba cada vez mas.
transitadas, no se lo pensó dos veces y eligió aquel camino.
- Y… ¿Y que es?
Cuando Kid llegó a la rejilla desde la que podía ver su objetivo, la retiró
cuidadosamente y lanzó una bomba de humo, la cual dificultó la visión e - Tu corazón –le contestó antes de terminar con un dulce beso que la chica
hizo toser a los agentes allí presentes, incluido el padre de su amiga. correspondió sin rechistar, hasta que se tuvieron que separar por falta de aire
mientras seguían así, abrazados, deseando que se parase el tiempo y que todo
Con un elegante salto que nadie pudo ver aterrizó en el suelo, se acercó aquello no acabase nunca. Kaito se separó un poco de ella mientras seguía
silencioso al anillo y lo tomó mientras que un enfadado Geizo le maldecía. abrazándola por al cintura y le decía suavemente con una tierna sonrisa Aoko
te amo, y no sabes cuanto he esperado para poder decirte esto.
- Lo siento inspector, pero creo que me voy a llevar a su bien más preciado. –
Se pudo escuchar desde la lejanía. - Yo también te amo, Kaito, mi mago ladrón –le contestó con una amplia
sonrisa y cortando las distancias con otro beso
- ¡Encontradle! – Gritó enfurecido el inspector. – Maldito…
Aunque no lo deseaban el beso tuvo que acabar porque Kaito tenia que
Los policías inspeccionaron el lugar, pero todo fue en vano. Pero lo que no llevarla a su casa antes de la llegada del padre de Aoko; después de dejarla
sabían es que no solo la joya se había llevado esa noche. en su casa era necesario despedirse, así que, con mucho pesar, Kaito se
dirigió hacia la ventana por donde un rato antes había entrado y se despidió
Una sombra se deslizaba en la oscuridad. Mientras tanto, una chica de pelo de Aoko con un corto beso mientras le sonreía y le decía.
castaño oscuro y alborotado dormía tranquilamente en su habitación ajena a
todo aquel ruido que había fuera, producidos por la gente que gritaba - Mañana será otro día, y nos volveremos a ver mi vida –y saltó, dejando a la
emocionada, o las sirenas de los coches y helicópteros que circulaban por chica con una dulce sonrisa y con esos ojos azules que tanto la hechizaban
toda la calle persiguiendo algo… o a “alguien”. La ventana de su habitación clavados en la mente.
estaba abierta, y una suave brisa entraba por ella ondeando levemente las
cortinas cerradas. De pronto, una figura misteriosa vestida con un traje - Kaito… al fin y al cabo, siempre serás un ladrón –pensó Aoko sonriendo
blanco, con una capa del mismo color y un sombrero de copa, también todavía mientras veía alejarse lentamente por los cielos a su querido ladrón.
blanco, se coló por la ventana de la joven sonriendo victorioso por volver a
escapar de la policía una vez mas y observaba como pasaban de largo. A la mañana siguiente, se podía ver al inspector Nakamori en la oficina con
Cuando se giró para ver donde se encontraba exactamente, se sorprendió por un brazo en la cara y llorando de tristeza mientras uno de los policías le
su descubrimiento pero también se alegro de ello. consolaba dándole golpes en la espalda, y detrás, se podía ver en la televisión
la chica de las noticias que decía: “Ultimas noticias: hemos recibido el aviso
- Aoko… – dijo en un susurro el chico sonriendo dulcemente. Cuando de de que Kaito Kid ha dejado un mensaje diciendo que no volverá a robar
pronto, la chica abrió sus ojos lentamente - ¡Qué sueño más extraño! nunca más. Además dice que ese no fue su único robo en la noche, ya que,
por lo que se ve, robó algo mas… pero no se sabe lo que es, así que la policía
- Mucho me temo que no ha sido un sueño. – La chica se asustó y vio al está investigando…”
ladrón postrado en una esquina de la habitación en penumbra.

- ¡¡Tú eres…¡¡K-Kaito Kid!! –gritó asustada la chica señalándole con el


dedo.

- Señorita… ¿No le ha dicho nunca su padre que es de mala educación


señalar? –le contesto el chico con un pequeño tono burlón.

- ¡¡¿Y a ti que te importa?!!

Entonces se dio cuenta que estaban en un cuarto desconocido para ella, y


que se encontraba en la cama. Intentó levantarse, pero perdió el equilibrio. El
mago la cogió a tiempo. – No deberías levantarte, descansa. – La ayudó a
sentarse en el lecho

- Gracias.

- Nunca cambiarás Aoko… –dijo Kaito soltando riendo y provocando


desconcierto en Aoko por lo que acababa de decir. Cuando se dio cuenta de
lo que había dicho se tapó la boca con las manos deseando que no se hubiese
dado cuenta pero no fue así…

- Tú… ¿Tú como… como sabes mi nombre…¿quien eres? –preguntó


temerosa la chica.
El joven sonrió quitándose el sombrero y el monóculo ya que no podía seguir
escondiendo nada porque había metido la pata y además aquellos a los que
perseguía ya los habían atrapado. Aoko cuando le vio no pudo evitar que
unas pequeñas lagrimas cayeran sobre su rostro.

- Porque… –decía mientras las lagrimas no dejaban de caer por mucho que se
forzara en retenerlas. Esa escena entristeció a Kaito que se decidió a
contárselo su pequeño arcano aunque después no supiese lo que ocurriría, si
le aceptaría o se alejaría de el para siempre, aunque lo segundo le horrorizaba
se decidió a contarle todo.

- Verás Aoko… yo empecé a robar como Kaito Kid después de la muerte de


mi padre, ya que el era el verdadero Kaito Kid antes que yo, y lo asesinaron
por no querer robar lo que una organización quería. Empecé a robar para
poder atraparlos para que pensaran que no lo habían matado y viniesen a por
mí y así poder atraparlos. ¡No me mires así! ¡Que ya se que era arriesgado!
Pero ya los han atrapado a todos y están entre rejas… así que ya no tengo
ninguna razón para seguir, y es lo que iba a hacer esta noche, Kaito Kid
desaparecería hoy, este era mi último robo… Pero… –dijo con una sonrisa
picara.

- ¿Pero? –preguntó Aoko sin entender, y sonrojándose levemente por la


sonrisa del mago.

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