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La carga de la responsabilidad en la psicoterapia

efectiva *
Milton H. Erickson
* Adaptado de : Erickson, M. (1964/2008) The Burden of Responsibility in effective psychotherapy
en Rossi, E., Erickson-Klein, R. & Rossi, K. (eds.) Volume 3: Opening the Mind: Innovative
Psychotherapy The Collected Works of MHE, pp. 67-71. MHE Foundation Press, Phoenix, Arizona.

Se presenta el material de este caso porque ofrece concisamente y de manera clara un modo
operandi en hipnoterapia con el tipo de paciente que ha tenido una larga experiencia en fracasar
en derivar beneficios deseados de extensa terapia orientada tradicionalmente. Las tres personas
reportadas son típicas de docenas de otros que este autor ha visto sobre los años, y los resultados
obtenidos han sido notablemente buenos a pesar de que los pacientes fueron vistos en sólo una
ocasión por una hora o dos.

En cada ejemplo, la hipnosis fue usada para el propósito específico de colocar la carga de la responsabilidad
por los resultados terapéuticos sobre el paciente mismo después de que él mismo había llegado a la
conclusión definitiva de que la terapia no le ayudaría y que el último recurso sería un “milagro” hipnótico.
En la comprensión que este autor tiene de la psicoterapia, si un paciente quiere creer en un “milagro
hipnótico” tan vehementemente que él se hará cargo de la responsabilidad de recuperarse en virtud de su
propio comportamiento y continuar con su recuperación, él está en libertad de hacerlo bajo cualquier
apariencia que él escoja, pero ni el autor ni el lector está obligado a considerar el éxito de la terapia como
milagro hipnótico. La hipnosis fue usada solamente como una modalidad por medio de la cual asegurar su
cooperación para aceptar lo que ellos querían. En otras palabras, ellos fueron inducidos por la hipnosis para
reconocer e influenciar su propia responsabilidad personal para aceptar exitosamente la terapia,
previamente buscada fútilmente y ofrecida, pero en realidad rechazada.

CASOS 1 y 2

Se recibió en el consultorio una llamada telefónica de un hombre que declaraba que quería una
cita. Se rehusó a dar alguna razón excepto de que era por una razón médica apropiada que
prefería explicar en persona. En la entrevista el hombre declaró que sufría de la enfermedad de
Buerger, que era diabético, y que tenía enfermedad cardíaca e hipertensión arterial—“Demasiado
para un hombre con una familia del tamaño de la mía y sólo 50 años”. Continuó: “Eso no es todo.
He sido psicoanalizado por ocho meses por cinco horas a la semana. Durante ese tiempo mi dosis
de insulina ha tenido que ser aumentada, he ganado 20 kilos, mi presión se ha elevado 35 puntos,
y de 1 y ½ paquetes de cigarros me he subido a 4 ½ al día. Todavía soy paciente del psicoanalista,
tengo una cita con él el lunes, pero se le paga al día. Él dice que está lentamente descubriendo la
psicodinámica de mi comportamiento autodestructivo. Yo mismo pienso que estoy cavando mi
tumba con herramientas de poder”.

1
Entonces con mucha seriedad preguntó: “¿Sería no ético para usted, sabiendo que soy paciente de
otro médico, darme el beneficio de dos horas de hipnoterapia esta tarde? Mi analista desaprueba
la hipnosis, pero ciertamente él no me ha hecho ningún bien”.

[Comentario #1, Rossi 2008: Note la comprensión intuitiva del cliente de que dos horas
serán requeridas para lograr su trabajo creativo interno. Hoy, es mi hipótesis de que este
es un ejemplo de nuestro ciclo básico natural descanso-actividad (el tan llamado “Ritmo
ultradiano cuerpo-mente”) que usualmente necesita 90-120 minutos en la vida cotidiana.
Mientras que se está en vigilia este es el ritmo natural de la mayoría de las actividades de la vida
(trabajo, juego, ver una película, etc.). Mientras se duerme este es el ritmo natural de nuestro
sueño de ondas lentas y el ciclo de sueño MOR para actualizar la consciencia, la memoria, y el
comportamiento en todos los niveles desde la mente hasta el gen. Mi hipótesis es que, esto es el
porqué Erickson utilizaba unos 90 a 120 minutos como la duración típica de sus sesiones de
hipnosis terapéutica y psicoterapia con sus pacientes (Rossi & Rossi, 2008 a & b)].

Se le replicó simplemente que, desde mi punto de vista, la cuestión de la ética profesional no


entraba para nada en esta situación, que cada paciente, incluyendo los míos, tienen el derecho de
buscar cualquier médico debidamente entrenado y licenciado por cualquier ayuda adecuada que
desee, la ética médica debería centrarse propiamente en el bienestar del paciente más que en el
deseo del médico de retener a un paciente.

Se le dijo entonces que cerrara sus ojos y repitiera su historia de principio a fin, que lo hiciera
lentamente, con cuidado, que se olvidara de la cuestión de la ética y en lugar de eso
especificara qué quería del autor. Esto lo haría lentamente, pensativamente, evaluando y
mientras lo haría el simple sonido de su voz serviría para inducirle un trance satisfactorio en el
cual él podría continuar hablándole al autor, escuchando al autor, contestar preguntas, hacer
cualquier cosa que le pidiera el autor y que se encontraría bajo una compulsión muy
poderosa de hacer exactamente lo que se le indicó.

[Comentario # 2 de Rossi, 2008: Esas palabras en negritas no son una inducción formal a la
hipnosis en el sentido usual, cuando los pacientes se dan cuenta de que están siendo puestos en
un trance hipnótico con sugestiones monótonas y repetitivas de “relajarse” y “dormir”, etc. Sin
embargo, podemos ahora reconocer cómo las palabras de Erickson son en realidad “inductoras-
del-trance” para este paciente que está tan interesado en contar su propia historia numinosa y
conseguir ayuda que (1) enfoque su atención con (2) alta expectación— las dos características de
la hipnosis terapéutica moderna. Esto me conduce a llamar a estas palabras en negritas un
puente Ericksoniano entre la hipnosis terapéutica tradicional y la psicoterapia tal como la
practicamos hoy. Erickson a menudo no distinguía entre la hipnosis terapéutica formalmente
inducida y “el trance en vigilia general” cuando sus pacientes estaban en un estado de alta
expectación y atención enfocada. Yo hipotetizo que este estado de alta expectación y atención
enfocada es el denominador común entre la hipnosis terapéutica Ericksoniana y todas las
formas de psicoterapia contemporánea efectiva que busca facilitar la consciencia y el cambio de
comportamiento en todos los niveles desde la mente hasta el gen (Rossi, Erickson-Klein, Rossi,
2008 a, b, c; Rossi, Iannotti, et al., 2008).]

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El hombre se quedó desconcertado por esas instrucciones inesperadas, pero se arrellanó en su
asiento, cerró sus ojos, y lentamente comenzó su recitación con agregados pertinentes. Pronto su
voz comenzó a debilitarse, indicando que estaba desarrollando un trance y se le tuvo que decir
varias veces que hablara más fuertemente y con más claridad.
No se hizo mención de la cuestión de la ética, pero con una abundancia de detalles bosquejó la
terapia que él pensaba que estaba indicada. Se le pidió que repitiera esto varias veces y cada vez
lo hizo más positivamente, enfática e integralmente.
Luego de cuatro de esas repeticiones el autor indicó que él, como médico, no había ofrecido
consejo o sugestiones terapéuticas o correctivas, que cada ítem en ese sentido había salido del
paciente mismo, y que él se encontraría a sí mismo bajo la poderosa compulsión surgida desde
dentro de él para hacer cualquier cosa que él pensaba que estaba indicada. A esto se agregó que él
podía recordar cualquier parte seleccionada de su estado de trance, pero a pesar de todo lo que
recordaba o no, él estaría bajo una compulsión muy poderos de hacer todo lo que él mismo
pensaba que estaba indicado.
Se le despertó, se inició una conversación casual y se marchó.
Un año después, en excelente forma física, trajo un viejo amigo suyo de la infancia y muy
brevemente dijo: “como bien, duermo bien, mi peso es normal, mis hábitos son regulares, mi
diabetes está bajo buen control, mi enfermedad de Buerger no ha progresado, mi presión
sanguínea es normal, nunca regresé con mi analista, mi negocio está mejor que nunca, soy un
hombre nuevo y toda mi familia le agradece. Ahora, este hombre es mi amigo de la infancia, tiene
enfisema, un corazón muy malo, mire sus tobillos hinchados, y fuma como chimenea. Ha estado
bajo el cuidado de un doctor por años ” ( Este hombre estaba fumando un cigarro y ya tenia otro
fuera del paquete listo para encenderlo).
“Trátelo de la manera en que lo hizo conmigo, porque yo le dije que ud. me habló en una forma
que se apodera completamente de uno.”
Se fue del consultorio dejando al nuevo paciente. Se realizó esencialmente el mismo
procedimiento, checando el expediente del primer paciente mientras esto se hacía, y casi
precisamente se usaron las mismas palabras donde era aplicable.
Al cierre de la entrevista el hombre se fue, dejando detrás de sí sus cigarros. Seis meses después
se recibió una llamada de larga distancia del primer paciente, “Bien, las noticias son malas, pero
usted debería sentirse bien. Joe murió anoche mientras dormía por un ataque coronario. Luego de
que dejó su consultorio, nunca fumó otro cigarro, su enfisema mejoró mucho y él disfrutó de la
vida en lugar de preocuparse todo el tiempo por quedarse sin cigarros y porque los cigarros
empeoraban su condición.”

CASO 3

Se recibió una llamada telefónica por la mañana temprano. Una voz de hombre dijo: “Acabo de
darme cuenta de que mi condición es una emergencia. ¿Qué tan pronto puedo llegar?” Se le dijo
que se acababa de recibir una cancelación y se le podía ver en una hora. En el tiempo especificado

3
entró un hombre de 32 años, fumando un cigarro y dijo precipitadamente, “Soy un fumador
crónico. Necesito ayuda. He estado en psicoterapia dos veces por semana por dos años. Quiero
dejar de fumar. No puedo. ¡Mire! Me he conseguido seis paquetes en mis bolsillos ahora mismo
para que no se me acaben. Mi analista dice que estoy haciendo progreso, pero yo sólo llevaba dos
paquetes al día cuando llegue por primera vez con él. Luego lentamente incrementé mi reserva y
provisiones de emergencia hasta llegar a los seis paquetes al día. Tengo miedo de dejar la casa sin
al menos seis paquetes en mi bolsillo. Leí sobre usted. Quiero que me hipnotice para dejar de
fumar”.

Se le aseguró que esto no podía hacerse, pero que al autor le gustaría hacerle que volviera a
contar su historia lentamente, cuidadosamente, con sus ojos cerrados y que la diera en buen
detalle, permitiendo que su mente inconsciente (era graduado de preparatoria) asumiera todo
el control y que, mientras relataba su historia, él iba a especificar en completo y total detalle
exactamente qué era lo que él deseaba en relación a los cigarros, pero que durante su narrativa
él se encontraría a sí mismo yéndose inexplicablemente dentro de un trance más y más
profundo sin ninguna interrupción en el relato.

El procedimiento y resultados fueron casi exactamente comparables a los dos casos precedentes.
Dos años después se recibió otra llamada telefónica del mismo hombre pidiendo una cita de
media hora a medio día y ofreció voluntariamente pagar el costo completo de la hora.
Nuevamente declaró que era una emergencia.
Exactamente a medio día entró a zancadas al consultorio y declaró: “Usted no me va reconocer.
Usted solamente me vio una hora hace dos años. Soy el señor X y he tenido dos años de análisis
por tabaquismo excesivo con sólo incremento en mi tabaquismo. No puedo recordar qué sucedió
cuando yo le vi a usted, pero sé que desde entonces no he fumado un cigarro. También es
vergonzoso porque ni siquiera puedo encender uno para mi chica. He tratado muchas veces, pero
no puedo”.
“Pero regresé con ese analista y él tomó el crédito por mi cesación del tabaquismo. No le dije de
usted. Pienso que necesitaba verle acerca de lo que él llamó un defecto de carácter en mí. Aquí
estoy con una educación universitaria y lo más que he laborado en un trabajo son tres meses.
Puedo siempre conseguir un trabajo, pero tengo 34 años ahora, y cuatro años de psicoanálisis han
terminado con mi último trabajo que duró solamente cinco semanas. Pero tengo 34 años ahora, y
me he hecho la promesa de otro trabajo con un futuro en él. Ahora quiero que usted haga algo
acerca de lo que sea que esté mal conmigo porque he renunciado al analista. He tenido mejores
trabajos que el que viene, pero no hay nada que me retenga en él. Será la misma vieja historia.
Ahora hipnotíceme y haga lo que yo debería haberle hecho hacer hace dos años, cualquier cosa
que eso sea”.
Se revisó su anterior expediente para refrescar la memoria del autor. Tan precisamente como fue
posible se siguió la técnica de la ocasión previa y nuevamente se le despidió. Dos años después él
todavía estaba en el “nuevo trabajo”, pero había sido promovido a una posición gerencial la cual él
había mantenido por más de un año. Una reunión ocasional con él reveló éste hecho y también
que está casado y es padre y que su esposa voluntariamente dejó de fumar.

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RESUMEN

Se reportan aquí tres de una larga serie de casos similares para ilustrar el uso de la hipnosis como
una técnica de hacer un cambio deliberado del terapeuta hacia el paciente de toda la carga de
definir la terapia deseada y la responsabilidad para aceptarla. A menudo esta es la parte más
difícil de la psicoterapia. De esta manera, este autor ha manejado exitosamente a todos los
pacientes. Todos tenían una historia de una búsqueda por terapia constante, persistente, pero con
la falla de tomar la responsabilidad de aceptarla. Además, todos esos pacientes con quienes el
autor ha tenido un éxito conocido eran de un nivel superior de inteligencia.

En las psicoterapias convencionales ritualísticas tradicionales se hace mucho esfuerzo, a


menudo inútil para inducir a los pacientes a asumir adecuadamente la responsabilidad por su
propio comportamiento y por esfuerzo futuro. Esto es hecho sin considerar al pensamiento
consciente del paciente y creyendo firmemente como una absoluta verdad la inutilidad de
cualquier esfuerzo por su propia parte.
Pero utilizando hipnosis como una técnica de deliberada e intencionalmente cambiarle a los
pacientes su propia carga de responsabilidad por los resultados terapéuticos y haciéndoles
enfática y repetidamente afirmar y confirmar en sus propios pensamientos formulaciones y sus
propias verbalizaciones expresadas de sus propios deseos, necesidades e intenciones en el nivel
de su propia mentación inconsciente, obliga a las metas terapéuticas a convertirse en las propias
metas del paciente, no en aquellas meramente ofrecidas por el terapeuta que él está visitando.

No es cierto que este procedimiento siempre tiene éxito. Hay muchos pacientes que quieren
terapia, pero no la aceptan hasta que son adecuadamente motivados. Hay otros pacientes cuya
meta no es más la continua búsqueda de terapia, pero no la aceptación de ella. Con este tipo de
paciente la hipnoterapia fracasa tan completamente como lo hacen otras formas de terapia.

[Comentario #3 de Rossi, 2008: Este es un ejemplo de la esencia del pensamiento original


de Erickson y contribuciones. Es fundamentalmente diferente de conceptos previos de hipnosis
“ritualística tradicional” y la mayoría de “psicoterapias convencionales”. Erickson originalmente
le llamó a esto sus abordajes “naturalísticos y de utilización” a la hipnosis terapéutica y la
psicoterapia (Erickson 1958, 1959/2008).

Otra de las contribuciones más originales de Erickson fue su invención de la “levitación


de mano” para facilitar la inducción de la hipnosis terapéutica y psicoterapia (Rossi & Rossi.
2008a). Lo que fue más inovativo acerca del abordaje de levitación de la mano de Erickson es
que él reemplazó la inducción hipnótica tradicional mediante sugestiones “inductoras de
pasividad” para relajación y sueño con exactamente lo opuesto: la levitación de mano es una
actividad más bien paradójica que usualmente requiere un “esfuerzo activo de parte del
paciente”. Erickson típicamente ofrecería sugestiones positivas para lograr metas terapéuticas
positivas mientras que el paciente estaba experimentando el esfuerzo activo de la levitación de la
mano.

Erickson (Erickson & Rossi, 1981/2006) frecuentemente comentaba que la exitosa


levitación de la mano requiere activar el tono muscular (la ligera contracción continua
característica de un músculo en reposo) en un nivel fisiológico profundo. Los pacientes del Dr.

5
Erickson frecuentemente temblaban, vibraban, se agitaban, sudaban y se sentían con calor por el
esfuerzo que ellos estaban experimentando) – lo opuesto a la inducción hipnótica pasiva
tradicional mediante sugestiones tranquilas para relajación y sueño. La técnica de levitación de
la mano de Erickson activaba el cuerpo y la mente del paciente mientras que estaba recibiendo
sugestiones positivas inspiradoras para reconstruirse terapéuticamente a sí mismos. Por
supuesto, Erickson usaba las técnicas tradicionales de fijación ocular pasiva con sugestiones de
relajación cuando eran apropiadas, pero ahí había siempre un brillo especial cuando él usaba su
abordaje activo de levitación de la mano del que parecía estar muy orgulloso – ¿ hacía que sus
pacientes trabajaran y sudaran exactamente como lo hacían los granjeros y obreros! ¿De qué se
trataba todo el sudor y el trabajo del paciente? Parecía haber algún secreto y eficacia
terapéutica inesperada asociada con la activación de la mente–cuerpo del paciente mientras
que se administraban sugestiones terapéuticas positivas. ¿Cuál podría ser este secreto?

Fue mientras buscaba la fuente de esta eficacia secreta de asociar sugestiones


terapéuticas positivas con levitación de la mano y por tanto activar el cuerpo-mente del paciente
que Rossi (1986/1993, 2002) accidentalmente se tropezó con el concepto de “expresión
del gen dependiente de la actividad y plasticidad cerebral” en la nueva neurociencia de la
psicobiología, El ciclo básico descanso-actividad, etc. (Lloyd & Rossi, 1992, 2008).
Repentinamente parecía intuitivamente obvio que el abordaje de levitación de mano
activador de Erickson estaba encendiendo lo que los biólogos moleculares y neurocientíficos
estaban llamando “expresión del gen dependiente de la actividad y plasticidad cerebral”. ¿Podría
este ser realmente el secreto de la eficacia terapéutica del abordaje de levitación de mano de
Erickson?

Rossi (2002, 2004, 2007) simplemente generalizó el abordaje de levitación de mano


dependiente de la actividad de Erickson a un siempre creciente popurrí de “abordajes nóveles
dependientes de la actividad emulatoria de la mano” * a la hipnosis terapéutica y psicoterapia.
Un estudio piloto recientemente documenta que esos abordajes terapéuticos son eficaces para
encender la expresión del gen en el consultorio (Rossi, Lannotti, et al., 2008). Las más amplias
implicaciones culturales y educacionales de tal investigación es que todas las experiencias
psicológicas novedosas, fascinantes, sobrecogedoras, misteriosas y numinosas del Arte, la
Belleza y la Verdad encienden la expresión del gen y la plasticidad cerebral cuando nosotros
estamos creativamente involucrados mientras estamos despiertos así como cuando estamos
actualizando y reconstruyendo nuestra mente, recuerdos y bienestar durante nuestros sueños
cuando dormimos].

*En el original: novel activity-dependent hand mirroring approaches

References

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6
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Corrección de la traducción en 10 de Octubre de 2015

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