El recurso de apelación por adhesión al no ser una figura procesal penal resulta
novedosa y a la vez desconocida pues pertenece a la rama procesal civil y en los
últimos años ha sido incorporada al derecho penal como un recurso por adhesión presentando ciertos problemas en su espacio impugnatorio referido al objeto y plazo. Para dar un alcance sobre su contenido y así poder contextualizarnos mejor, según San Martín Castro (2015) entiende al recurso por adhesión como “la facultad de una parte procesal que no impugnó oportunamente una resolución para beneficiarse con el recurso interpuesto por la otra parte - y admitido por el juez a quo – introduciendo, a su vez, su impugnación” (p.666). Aclarada esta situación no nos queda claro cuál es el espacio impugnatorio de esta figura procesal, pues puede darse el caso con respecto al objeto que, al ser un recurso subordinado, la interposición del adherente está condicionada a la existencia del recurso principal. Esta limitación implicaría que la parte adherida podría introducir solo pretensiones impugnativas no contrarias al interés del recurrente principal, pero si lo tomamos como un recurso habilitante abierto que genera una nueva esfera impugnatoria, se podría introducir además de pretensiones no contrarias al interés del recurrente principal, pretensiones contrarias a este y todo debido a la falta de desarrollo normativo. Otra situación que no queda clara es el plazo para presentar el recurso de apelación por adhesión, pues la norma establece que se presenta hasta antes que el expediente sea elevado quedando incierto este límite con una cláusula tan genérica. Este límite de tiempo podría comprender un día o una semana contando desde el momento en que se venció el plazo para recurrir directamente por la parte procesal, pero esto no es suficiente.