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ESFERA PÚBLICA POLÍTICA EN COLOMBIA: LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO Y

LA SOCIEDAD
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ELEMENTOS CONCEPTUALES

Aunque critique la noción de esfera pública aportada por Jürgen Habermas, Nancy Fraser
considera que la democracia moderna es difícilmente pensable sin ella35. Interesa su
alusión porque apunta a la relación intrínseca y fundamental entre democracia y esfera
pública.
Habermas acota el concepto de esfera pública como aquel espacio que surge como un
espacio de mediación entre el Estado y la sociedad. Espacio de mediación e injerencia
histórica de la sociedad sobre lo estatal que incluye lo referente al acceso y al despliegue
del poder político.

De acuerdo con el análisis histórico y sociológico desarrollado por Habermas, se puede


afirmar que la esfera pública sirvió como un mecanismo institucional de transición de una
sociedad aristócrata regida por un estado absolutista hacia una sociedad de carácter
burgués regida por un estado democrático-liberal.

Esta esfera pública servirá como un puente de articulación, pero también de tensión y
rivalidad, entre los burgueses y las capas superiores integradas por la
monarquía, la nobleza y el clero. Esfera pública que, en Habermas, se entenderá como
sociedad civil proveniente del ámbito exclusivamente privado y cuya función será
mantenerse por fuera de la esfera del poder estatal pero controlándola a través de las
prácticas discursivas y la movilización pública.

Sin embargo, con el devenir histórico, en los siglos XIX y XX, este espacio se convertirá
en una fuente de tensiones y rivalidades producto de la aparición en escena de nuevas
configuraciones sociales relacionadas, principalmente, con la clase obrera. Esta vez, el
campo de lucha política ya no enfrenta a burgueses con aristócratas sino a obreros -y
demás sectores tradicionalmente subordinados- con la burguesía. De nuevo, estas
tensiones implican una transformación del campo relacional y funcional en la naturaleza
del Estado: se vive una transición que va del Estado democrático liberal, al Estado social
de derecho.

La esfera pública aunque con significados liberales y burgueses, puede entenderse en


una acepción más amplia. Puede remitirse su significado a un espacio donde se
configuran, por un lado, las tensiones políticas en las relaciones que se tejen con el
Estado y, por otro, las relaciones entre los individuos de una sociedad. Relaciones que
necesariamente no siempre son armónicas, para mas bien caracterizarse por una
constante tensión y puja de fuerzas sociales y políticas que compiten y se enfrentan entre
sí por construir y decidir intereses comunes y lograr un control en la conducción política
del conjunto de la sociedad.

En ella entonces entran en conflicto diversos elementos constitutivos del orden social,
como partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, instituciones políticas,
instancias de representación política, dispositivos informativos y comunicativos, etc. de
ahí que se deba ser enfático en afirmar que así como la esfera pública permite la
comunicación y la interacción discursiva, de igual forma también puede devenir en

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profundos problemas sociales o disputas políticas que pueden transformar radicalmente la
naturaleza constitutiva de la vida en sociedad.Nancy Fraser dirige una crítica a la noción
de esfera pública burguesa trabajada por Habermas. En primer lugar si la esfera pública
verdaderamente permitía la inclusión de todos los sectores de la sociedad o, por el
contrario, al interior de ella se generaban unas condiciones que lograban la consolidación
de un sector exclusivo a partir de la exclusión de otros. Exclusión por parte de la
burguesía de lo que denomina contrapúblicos, estos de tipo nacionalistas, de
campesinos, de mujeres, de negros, donde se da lugar a identidades y expresiones
distintas a las del público burgués y que compiten y rivalizan con él. Por esa vía,
entonces, la esfera descrita por Habermas se constituía, entonces, antes que como un
lugar para la democracia, como un espacio donde la dominación política se lograba a
través de la exclusión de otros sectores. Puede entonces considerarse bajo dicha
concepción, la de Habermas, que la esfera pública como “noción ideológica” sirvió para
constituir una esfera pública oficial que legitimaba el dominio de la clase burguesa,
constituyéndose en “el lugar institucional de mayor importancia para la construcción del
consentimiento que define el nuevo modo hegemónico de dominación. Después de estas
acotaciones acerca del concepto de esfera pública, es pertinente establecer algunos
referentes a partir de los cuales se pueda leer e interpretar dicha noción, pero ahora
centrada en un contexto del sistema democrático. La esfera publica se puede entonces
concebir por ser: Primero, el/los espacio(s) y la(s) mediación(es) que se instauran entre el
Estado y la sociedad como canalizadores de los sentidos y lugares que se le quieren dar
a las instituciones políticas y a la misma vida pública. Segundo, las diversas tipologías de
organizaciones y asociaciones de la sociedad que, de alguna u otra forma, hacen que la
mediación y el conflicto sean un hecho fáctico y real. Tercero, las distintas formas de
articulación que existen y se construyen entre el Estado y la sociedad. Cuarto, las
inclusiones y/o exclusiones que se dan respecto de otros públicos y otras esferas
constitutivas de lo público y que definen su carácter democrático o autoritario. Y, por
último, las funciones que la esfera pública tiene respecto del Estado y la sociedad. De
acuerdo con lo anterior, puede pensarse que la esfera pública solo habría de concebirse
como un espacio que deviene construido únicamente desde/por la sociedad. Sin
embargo, esta no es la norma. La esfera pública también puede ser creada desde
dinámicas impulsadas por el propio Estado con la finalidad de controlar y acotar aquello
que se configura o llega a su seno desde la sociedad37. Esto conduce a otro aspecto. La
pugna instaurada en la esfera pública política no se da exclusivamente por los asuntos
que en ella se tramitan, sino también por su estructura y por su misma configuración
interna. Dicha pugna no hay que analizarla solamente por las capacidades y calidades
establecidas en la conexión de la vía vertical entre sociedad y Estado, sino también en el
plano horizontal de la sociedad –donde se compite por las potencias y los límites de los
distintos espacios de mediación– y, por qué no, en el plano horizontal del Estado –donde
se compite por el ejercicio y el control del poder político. Ahora, el problema se centra en
cómo aplicar estos conceptos al contexto de la sociedad colombiana actual. Ello implica
tratar de dar respuesta a algunos interrogantes en varios frentes de análisis. ¿De qué
mecanismos se sirve la ciudadanía para canalizar los asuntos de interés común hacia el
Estado, de forma tal que funcionen como instancias de mediación política para lograr un
sistema democrático mucho más participativo e incluyente? ¿Qué caracteriza a las
asociaciones y organizaciones que instauran una lucha política por lograr la conducción
política de la sociedad? ¿Cuáles son los elementos constitutivos de lo público que
permiten controlar el poder político-estatal en condiciones democráticas? ¿Qué tipo de
inclusiones y/o exclusiones genera este tipo de espacio, y si son dinamizados por/desde/a
través del Estado o la sociedad?
¿Existe una única esfera pública o, por el contrario, hay una gran variedad de esferas y de

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“contra-públicos subalternos” que luchan y rivalizan entre sí y configuran una
consolidación democrática o autoritaria y en qué términos se realiza ello?

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