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La Revolución Industrial dio un giro en el desarrollo del mundo.

Los cambios que


ocurrieron gracias a este periodo no fueron sólo tecnológicos sino también
sociales, ambientales y demográficos. A partir de ese momento, podemos decir
que vivimos en un mundo totalmente industrializado. Hasta la actualidad, todas las
grandes industrias del mundo se remiten a utilizar maquinaria en sustitución del
trabajo humano. De esta forma, se puede constatar una evidente mejora en la
producción, tanto en la calidad de los productos como en la cantidad que se
produce. La Revolución Industrial supuso un cambio que no sólo afectaría a la
sociedad de la época, sino que marcaría el desarrollo humano posterior.

En el plano económico, se incrementó de forma sustancial el rendimiento del


trabajo, a la vez que disminuyó el coste de producción. Producir cualquier bien era
mucho más económico que antes, lo que hizo que las naciones industrializadas
generaran una riqueza enorme.
A su vez, se acumularon grandes capitales que formaron grandes compañías y
sociedades anónimas que tenían como base la industria. Rápidamente florecieron
las cámaras de comercio, los bancos y las compañías de seguros. Las nuevas
empresas necesitaban créditos, cosa que les garantizaba la banca.
Las demandas productivas surgidas tras la Revolución Industrial propiciaron que
se diseñaran, desarrollaran y perfeccionaran las vías de comunicación y los
medios de transporte entre los distintos países.
El capitalismo se extendió como la pólvora y supuso el fin de otras fórmulas
económicas que habían existido desde la época feudal, así como de la artesanía y
la manufactura, que fueron desapareciendo progresivamente.
En el plano social, la mayor repercusión cayó sobre Gran Bretaña. Allí se culminó
el proceso de desaparición del campesinado, que encontró un rival muy
poderoso: las grandes ciudades.
Estas eran los centros de referencia de la industrialización, por lo que la población
abandonaba el campo para trasladarse a grandes núcleos urbanos, lo que impulsó
un cambio en la estructura profesional de la población, que ahora estaba
empleada de forma masiva en las diferentes ramas de la industria.
Por último, también hubo cambios drásticos en los modos de vida. El abandono
del campo fue la causa de que ahora las ciudades fueran consideradas el centro
de la vida de la población.
La industrialización mejoró en parte las condiciones de vida de la gente, ya que
muchos artículos eran más fáciles de producir, lo que rebajaba su precio y su
accesibilidad.
Muchas mujeres se incorporaron al mercado laboral, lo que tuvo una repercusión
directa sobre las costumbres familiares y sobre los derechos de la mujer.

Actualmente, el acelerado incremento poblacional representa un verdadero


problema, ya que la rapidez con la que la población crece no le permite al mundo
estar realmente preparado para acogerlos a todos.

A partir de la Revolución Industrial, se desarrolló un nuevo sistema económico: el


capitalismo. Hasta nuestros días, el capitalismo sigue siendo el modo de
producción debido a la industrialización. Incluso, en la actualidad, el capitalismo ha
dado paso al consumismo que es un fenómeno muy actual causado por la
producción en serie y masiva.

No todos los cambios de la Revolución Industrial han sido positivos. A partir de


esta época que fomentó la maquinaria en las industrias, ha existido el problema
ambiental. Las máquinas que se construyeron en aquella época, al igual que las
que se utilizan en la actualidad, son contaminantes y causan grandes problemas al
ambiente.

Las consecuencias económicas, sociales, políticas y demográficas dejaron muy


devastado a un continente europeo ya cansado de tantos enfrentamientos sin
ganas de seguir; el hambre y las malas condiciones en la vida se apreciaron por
variadas zonas, la guerra no había dejado más que penurias y grandes tristezas
por las grandes cantidades de familiares que perdieron en este conflicto. Fue una
herida que nunca sanó y dio paso a la Segunda Guerra Mundial, por los grandes
resentimientos que quedaron.
La incorporación de la mujer en la economía trajo como consecuencia la
reivindicación de sus derechos sociales y políticos, ya que quedó demostrado la
importancia de la misma, esto se aprecia en que en variados países se les
concedió al tiempo después el derecho a voto y se les entregó la relevancia que
se merecían. Las clases medias se vieron muy afectadas y salieron empobrecidas
con posterioridad a este gran conflicto, antes del final se pudo apreciar en la
sociedad fortunas nacientes que se encontraban relacionadas con la producción
de armas y la especulación que se producía por los alimentos, los obreros
perdieron gran parte de su poder adquisitivo debido a la gran inflación, esto trajo
como consecuencia una agitación laboral que se mostró mediante una gran
cantidad de huelgas debido al descontento de los trabajadores. El deterioro de la
vida social se empezó a presentar claramente, se incremento el malestar y las
manifestaciones que exigían mejoras, esto fue un sentimiento generalizado por
toda Europa y afectó en gran parte al área de transportes, industria y la
agricultura, relacionado con la poca capacidad de producción existente debido a la
falta de recursos.

Es importante recalcar que representaban modelos económicos, sociales e


ideológicamente totalmente distintos: los Estados Unidos representados por el
capitalismo y la U.R.S.S por el comunismo, desde el término de la guerra sus
intereses serían cada vez más distintos lo que dio origen a un periodo conocido
como la Guerra Fría

La caída del muro de Berlín marcó el final de la Guerra Fría y el inicio de un nuevo
orden mundial, caracterizado por la globalización y el surgimiento de nuevas
fuerzas opuestas al poder de Estados Unidos.

La caída del muro marcó el fin de procesos históricos mayores: fue el punto final
de la posguerra, el portazo definitivo a la división y los odios que Hitler y el
nazismo, Stalin y el Kremlin y Washington y sus ambiciones imperialistas le habían
heredado a la humanidad. Partió el tiempo en dos. La caída del muro decretó el fin
de la historia. Y, en un instante, volvió a darla a luz.
Desde que se rompió la vieja dualidad política y económica, el poder
preponderante actúa sin oposición real a pesar de la aparición de nuevos
contrarios –terrorismo internacional, narcotráfico, fundamentalismos,
nacionalismos extremos, revueltas, etcétera–, muchas veces estimulados por el
propio sistema plutocrático para atemorizar a la población y justificar la imposición
de una política alienante y devastadora.

La diplomacia mexicana está ante nuevos retos tanto en su configuración, como


en el escenario mundial, marcada por agendas nacionalistas y de economías que
tienden a cerrarse.

Con una política internacional enfocada principalmente hacia Estados Unidos, otra


encomienda que enfrentan los diplomáticos mexicanos es extender los lazos con
otras naciones, tanto de la región de América Latina como en Europa, Asia e
incluso África.

Esta fue una de las peticiones que hizo el canciller a los cónsules y los
embajadores, a quienes pidió hacer una revisión de los acuerdos que tiene México
con esos países y de las experiencias que ha tenido a lo largo de la historia.

La palabra “innovación” se refiere a un cambio que introduce novedades, el cual


puede consistir de la aparición de nuevos productos, la mejora de los productos ya
existentes o las mejoras en los procesos para la elaboración de los productos.
Para el economista Joseph Schumpeter, las innovaciones y los innovadores son
los motores del crecimiento económico, aunque por el camino destruyan empresas
y marcas que parecían indestructibles.

Estos científicos coinciden en que el desarrollo científico y tecnológico en México


enfrenta varios retos que van desde la inversión, la infraestructura, la vinculación
de la academia con la industria, la 
divulgación, la cantidad de recursos humanos altamente capacitados, el sistema
de evaluación de los investigadores, los esquemas de jubilación y hasta los
tiempos y escenarios políticos tanto nacionales como internacionales.
Todos estos factores influyen para que se acelere o frene el avance en
la investigación, el desarrollo y la innovación, y con ello que el país suba o no a la
economía y sociedad del conocimiento.

Pero los científicos y organismos internacionales no son los únicos que piensan
negativamente sobre este tema en México. De acuerdo con Eduardo Durón
Araujo, director de la empresa de consultoría Big, especializada en innovación y
marketing, sólo 5 por ciento de las empresas en México ha desarrollado algún tipo
de innovación en su vida, ya sea mejorar un producto o crear uno nuevo.

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