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Las relaciones entre el “individuo” y la sociedad en medio de la pandemia

Tiempos raros, entre lo social y lo subjetivo


La responsabilidad en el trabajo institucional, señala el autor, es sostener y acercar para que la
distancia física no obture la búsqueda de nuevas formas de lazo social.
Por Sergio Rascovan

Son estos días de vivir con la muerte en la nuca


en esta epidemia de silencios de nunca acabar
seria bien bueno distraerse tejiendo ternuras,
que abran cancha las penas y un milagro nos saque a bailar.

Pero está todo tan raro.


Todo es tan raro.
Nadie sabe que precio colgarse en la rifa de la soledad.

"Los Caballeros de la quema. Todo tan raro."

Las relaciones entre el “individuo” y la sociedad --grupos, instituciones--, son


disarmónicas, con lógicas contrapuestas. Pero si algo se cayó sin escalas en este tiempo
es la naturalización del individuo, del “YO soy YO y el resto, escenario de mi vida”. La
pandemia pone en evidencia, una vez más, que somos sujetos sociales, somos
subjetividad contextualizada. La organización social produce subjetividad de época que
también es singularidad, es decir, ese plus que cada uno produce sobre una matriz
colectiva. En la vida humana lo singular y lo colectivo se presentan entramados, como
dos caras inseparables de nuestra condición como especie.

Hoy, en contexto de virus y cuarentena, el tiempo es ​raro​. Interesante palabra que


invita a no acostumbrarnos, nos otorga cierta --leve-- rebeldía frente a la adaptación al
aislamiento. Para cuidarnos, para ser solidarios claro está, pero el ​raro​ nos deja un
margen que nos permite decir “así no queremos vivir”.

Raro​ ​que no es nostalgia a lo que era, ni a la normalidad. ¿Qué normalidad?


Roger Water, días atrás, dio un emotivo homenaje a Ramona Medina , la militante que
murió hace algunas semanas por esa normalidad, la de una sociedad profundamente
injusta y desigual. En ese sentido, la pandemia es un espejo que, como dijo Alejandro
Horowicz, ensayista e historiador en un reportaje televisivo sobre “Coronavirus y
capitalismo ”, desnuda “las lacras de lo que existe y las llevan a un punto tal que es
imposible negarlas”.

Espejo, radiografía de una sociedad, la del capitalismo global que desenmascara la


desigualdad. “El virus es democrático pero la muerte ocasionada por el virus no es nada
democrática" sostiene el filósofo coreano Byung Chul Han. La pandemia pone en
relieve los problemas sociales y las agudas diferencias que existen en nuestro país pero
tambiénen los países “desarrollados” como Estados Unidos --emblema del capitalismo--
donde por covid-19 están muriendo miles, sobre todo personas afroamericanas. Así,
enferman y mueren las y los más pobres de todos los países.Los tiempos de la pandemia
son tiempos discontinuos, fragmentados, que desnudan realidades. Tiempos ​raros​ ​que
invitan a pensar.

Pensemos en los tiempos de los griegos. El tiempo ​krónos​, ​aión​ y ​kairós​, cada
uno asociado con un dios distinto. ​Krónos, n​ uestro tiempo, el que reconocemos, el del
reloj, el cronológico que se da ​entre la vida y la muerte y marca ​el presente, el pasado
y futuro. ​Aión,​ que al contrario de ​krónos​, no nace ni muere, es el ​eterno
retorno.​Y ​kairós, ​que marca el pliegue en el que se unen y entrecruzan el ​tiempo que
transcurre entre la vida y la muerte ​y el ​de la vida plena, del eterno retorno​.

En griego, el ​kairós ​es el “​momento oportuno​” o la ​“ocasión propicia”. ​Así,


kairós e​ s ese ​acontecimiento​ ​(1) ​que ​marca un antes y un después​ y que hace
irreversible lo vivido. Tiempos que no pasan sino que nos constituyen. Este kairós
pandémico, cuarentenoso, es un tiempo de incertidumbre. Un REAL, al decir de Lacan
--una de las tres dimensiones de lo psíquico junto a lo simbólico e imaginario-- que
impide que algo sea metabolizado, tramitado. Tiempo ​raro​ que podrá ser una ocasión
para encontrarnosy renovar utopías, las de un espejo que nos muestre más comunidad y
menos individualidad, más Estado y menos mercado.

Estado como único garante del bien común. Democratizar nuestras sociedades
significa desmercantilizarlas, afirmaba hace un tiempo ​Emir Sader en este mismo
diario​ . Es decir, rescatar como derechos lo que el neoliberalismo impuso como
mercancía para que los sujetos más vulnerabilizados recuperen sus derechos
universales, entre ellos el principal, el derecho a la vida.

Hablar de sujetos vulnerabilizados ​(2)​ remite a los procesos de construcción


subjetiva, a las condiciones materiales, simbólicas, discursivas que lo producen. No se
trata de la vulnerabilidad propia de la condición humana, sino de la vulnerabilización
producida por dispositivos biopolíticos de dominación.

Vulnerabilidad no es, entonces, sinónimo de vulnerabilización. La vulnerabilidad


es propia de la especie humana. Nos creemos el centro del Universo, hicimos del
planeta nuestro mundo y construimos una institución imaginaria de la sociedad, como
diría Castoriadis ​(3)​ donde nos creemos potentes y seguros hasta que un virus invisible
nos muestra vulnerables. Pero en nuestro mundo, la mayoría de sus habitantes, además
de vulnerables son vulnerabilizados por este sistema social.

Los tiempos ​raros​ de la pandemia-cuarentena producen efectos en la subjetividad:


alteración de lo cotidiano en la organización / desorganización / reorganización de la
vida diaria; ansiedad, angustia, aburrimiento, apatía pero, también, tranquilidad y
disfrute. Ello dependerá de la historia vital singular, de las condiciones materiales de
existencia y de las modalidades subjetivas para lidiar con lo que irrumpe.

Contrariamente al sentido común, algunos pacientes refieren que esta experiencia


produjo un efecto inesperado, “les calzó bien”.Por eso debemos sospechar de aquellos
discursos universales que establecen lo que nos pasa, que saben de nosotros más que
nosotros mismos y se apoyan en ciertas psicologías y lógicas mediáticas llenas de
respuestas cerradas, directivas, moralizantes.

Los tiempos ​raros​ d​ e la pandemia-cuarentena producen nuevos tipos de lazo


social, donde el aislamiento y el distanciamiento físico habilitan otras formas de
presencias, como la virtual, una (otra) manera de vivir la otredad y de confraternizar.
También generan una fuerte alteración de la temporalidad. Muchas personas sufren sus
horarios de descanso perturbados, pero al mismo tiempo se sienten productivas y
motivadas. Otras experimentan lo contrario, frustración por no “cumplir” con tareas
exigidas, por ejemplo, las académicas. Realidades que invitan a pensar en las prácticas
pedagógicas en tiempos ​raros​, en donde cierta lógica eficientista de la “calidad
educativa” colisiona con el privilegiar la centralidad de la subjetividad y la continuidad
del lazo social.

Nuestra responsabilidad en el trabajo institucional en tiempos ​raros​ de


pandemia-cuarentena consistirá en ligar, acercar, sostener para que la distancia física no
obture la búsqueda de nuevas formas de lazo social con “intervenciones situadas”, en
contexto, construidas colectivamente. El lema “nada por nosotros sin nosotros”, que
reivindica el colectivo de los sujetos con discapacidad es ahora el de todos. Pensar las
prácticas pedagógicas, comunitarias, incluyendo a los sujetos destinatarios como
protagonistas en la configuración de dispositivos originales, creativos para la
tramitación del sufrimiento, del malestar sostenidos en una ética en relación al otro
--como semejante y diferente a la vez-- y en una concepción de sujeto, entendido como
sujeto de deseo y como sujeto de derechos.

Sergio Rascovan es licenciado en Psicología (UBA). Magister en Salud


Mental Comunitaria (Universidad Nacional de Lanús). La presente exposición fue
realizada en el encuentro “Problemáticas subjetivas e institucionales en tiempos de
pandemia” organizado por Punto Seguido www.puntosguido.com.

1. Alain Badiou, filósofo francés, sostiene que un ​acontecimiento​ no es


meramente un evento importante o significativo que pueda ocurrir en el ámbito político,
artístico, científico o amoroso. Es un quiebre del campo del saber de una situación,
porque con ​el acontecimiento​ emerge una verdad no considerada ​por​ el saber de la
situación misma.

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