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cabecillas y abusones.
Introduccion
En el siguiente informe del libro Jefe Cabecillas y Abusones
de Marvin Harris hablare sobre la codicia y ambición de los
jefes cabecillas y abusones, y la necesidad de poder y
prestigio.
Tesis
¿Por qué nuestros antepasados tenían ciertos comportamientos de
consumismo conspicuo y necesidad de prestigio?
Desarrollo.
¿Quiénes eran los cabecillas y de qué manera actuaban?
Los cabecillas eran aquellas personas influyentes en el pueblo,
las cuales carecen de poder para someter el pueblo a sus
órdenes.
“¿Había vida antes de los jefes?”.
En este primer capítulo Harris a través de diversos ejemplos explica que
bandas y aldeas prehistóricas tenían un estilo de vida pleno sin necesidad
de un jefe que los guiara, estos al ser poblaciones cortas, todos
se conocían, lo que facilitaba que pudieran compartir recíprocamente,
estos por un interés común, eran muy equitativos con sus provisiones,
pero con total ausencia de un jefe que diera órdenes.
Para ser cabecilla según este apartado las personas debían esforzarse más
que todos, para de ese modo poder destacarse, pero estos cabecillas de
las tribus no daban ordenes, sino que tenían un gran poder con su
oratoria, y usualmente eran los que les tocaba convencer a los demás, un
ejemplo que puede ser citado del libro es el de los esquimales que un
grupo siempre seguía a un cazador que tenían como líder.
Borrador
¿Cuál es la necesidad del hombre de consumir de manera
conspicua?
El hombre desde su aparición disponía tanto de cualidades, como de
necesidades intrínsecas que lo impulsaban para alimentarse, protegerse ante
cualquier posible amenaza, relacionarse con los demás, adquirir poder, entre
otras. Ahora bien, ¿qué realizaban los seres humanos para obtener poder? lo
obtenían consumiendo o utilizando objetos de lujo, que a su vez proporcionaba
una sensación de superioridad. En este ensayo expositivo-explicativo, que
empleará la obra de Marvin Harris, “jefes, cabecillas y abusones” como fuente
principal, se presentarán los efectos que ocurrieron debido a este tipo de
consumo, llamado consumo conspicuo.
Los cabecillas y los mumis eran como una clase de líderes de sus tribus. Todos
poseían un atributo que los definía: su gran sed de prestigio. Se puede apreciar
que este, era su consumo conspicuo, puesto que servía como motivación para
lograr los grandes sacrificios que realizaban. Esto es confirmado en el capítulo
2 por Marvin Harris, cuando presenta que el cabecilla tiene una gran
responsabilidad sobre su tribu; tal como plantea Robert Dentan, este era la
figura más prestigiosa entre un grupo de iguales. Un suceso semejante
acontece con los mumis como es expuesto en el capítulo 4 por el autor, cuando
unos aspirantes a cabecilla “competían entre sí para organizar banquetes”. Por
lo tanto, esta era una categoría especial que los distinguía de los demás, y por
consiguiente les otorgaba cierta potestad. Efectivamente, esto no le
proporcionaba los manjares más exquisitos ni comodidades físicas, todavía.
De manera evidente esto fue evolucionando con el paso del tiempo.