HOJA DE LA TARDE Viernes, 24 de febrero de 2006 9

FOGONAZOS

ción de cinco ullales que permitan
no solo la obtención de agua de
calidad, sino también el acondicio-
namiento de espacios que permi-
tan la recuperación de especies en
peligro de extinción .
Entre las entidades no guberna-
mentales que destacan a la hora de
echar una mano en la recuperacón
del Parque Natural destacan la
UPV y Ford, dos ejemplos a seguir.
La UPV se ha puesto manos a la
obra en la elaboración de un com-
pleto mapa topográfico del Racó
de L’Olla y en el que se incluye
información sobre la fauna, itine-
rarios para recorrer a pie y la evo-
lución geomorfológica de la zona
junto a los servicios y equipamien-
tos de la Generalitat. Tanmbién
desde el Poli se ha realizado un
estudio sobre la carga de visitantes
que puede recibir el centro de
Racó de l’Olla para evitar moles-
tias innecearias a la fauna del par-
que.
Uno de los ejemplos más desta-
cables es el de Ford que recluta
voluntarios entre sus trabajadores
para realizar acciones de limpieza
en el parque y la quita de especies
exóticas para sustituirlas por las
A la izda. El Parque Natural. A la derecha arrozales y dunas. Fotos: G. Gayo.
autóctonas. También los centros
escolares de los municipios colin-
dantes se suman a esta labor des-
interesada. Vaya por ellos el agra-
decimiento de todos los valencia-
nos al tiempo que no estaría nada
mal recordar a las empresas valen-
cianas la asignatura pendiente en
el mecenazgo de acciones que
favorezcan la mejora de este gran
tesoro de los valencianos comon
por ejemplo en la recuperación de
la red de ullals o en las dunas de la
dehesa.
En los últimos años se ha recu-
perado 7 km de cordón dunar
siendo el Vivero Municipal del
Saler, que cumple ahora 24 años,
el mayor banco del ‘ADN’ de la
flora autóctona con un banco de
semillas de 130 especies silvestres
y un invernadero para producir las
plantas necesaria para la regenera-
ción dunar.
También la mata del Fang, de
Baix, de la Barra, de L’Antina, de
San Roc, o del Rey son los seis islo-
tes que surgen en el interior del
gran lago cuya limpieza realizan
los pescadores de El Palmar y
voluntarios que con sus barcazas
recogen los restos flotantes verti-
dos por ciudadanos irresponsa-
bles.
El Parque Natural de la Al-
bufera, con sus 21.120 hectáreas
de extensión y más de 30 kilóme-
tros de costa desde la desemboca-
dura del Turia a Cullera es nuestro
mayor tesoro y también uno de los
hábitats naturales más relevantes
del mundo, incluido desde el 28 de
mayo de 1990 en la lista de
Ramsar. Además, está declarado
como área ZEPA (Zona Especial
de Protección de Aves). Con una
superficie de 21.000 hectáreas el
parque natural Su origen milena-
rio que data del cuaternario, fue
declarado parque natural hace
apenas 20 años por el actual con-
seller Rafael Blasco, durante el
gobierno de Joan Lerma.
La dehesa que cierra el gran lago
quedó completada en el siglo XVII
y fue bautizado por los árabes con
el nombre de ‘Al-buhera’, que sig-
nifica már cerrado, transformado
en un mar de agua dulce. Desde
1911 el Ayuntamiento regenta el
parque “para uso y disfrute de
todos los valencianos”.
Gracias
por salvar
La Albufera
Gracias a quienes haceis
posible que el parque natu-
ral de La Albufera siga vivo
y con la esperanza de una
recuperación tras años de
vertidos que convirtieron
sus aguas en una cloaca.
Gracias muy especialmen-
te a los agricultores, por-
que sin labor en los arroza-
les el parque no habría
sobrevivido. Gracias a los
miles de escolares que
cada año acuden a limpiar
de papeles las dunas y
caminos. Gracias a los tra-
bajadores de Ford, por su
ejemplo para el resto de
empresas valencianas.
Gracias a los pescadores de
El Palmar por retirar de las
aguas cualquier elemento
contaminante. Gracias a la
ministra Narbona por la
depuradora de Almussafes
y al conseller Blasco por
rubricar hace 20 años la
declaración de parque
natural y ahora poner en
marcha su plan rector.
Gracias a la UPV por sus
estudios y la recuperación
de ullales y a José Segarra,
director del parque, por
que sus ojos son los de
todos los valencianos en la
vigilancia de este gran
tesoro. Gracias a Carlos,
Fernando y a quienes con
vuestro trabajo luchais
para que La Albufera que
recibirán nuestro hijos sea
mejor que la que recibimos
nostros. Gracias a Vicente
Aleixandre y a los ciudada-
nos responsables.Gracias
también a una periodista
que no dudo en enfren-
tarse a los poderes para
convertise en la voz del
pueblo valenciano en
defensa de El Saler en los
años 70. Gracias, María
Consuelo y todos a los que
aman La Albufera.
GONZALO GAYO

SEGURO DE VIDA
La defensa de los valencianos salvó el parque
La hoja de ruta del parque
en su primer Plan Rector
Durante los años 70 el parque
natural sufrió el mayor ataque
con un Plan Urbanizador que
ha dejado profundas cicatrices
en la construcción de edificacio-
nes que hoy dan testimonio del
mayor atentado ecológico sufri-
do en el parque en el que se
arrasó el primer cordó dunar
para sustituirlo por un paseo
marítimo y la construcción de
40 edificaciones de ocho altu-
ras, además de áreas de aparca-
miento, red de aguas y zonas
asfaltadas.
La rápida protesta de los va-
lencianos evitó que La Albufera
quedara axfisiada por el ladrillo
y el cemento. Un amplio movi-
miento social cuyo lema era ‘El
Saler per al poble’ que paralizó
el plan urbanizador cuando el
primer ayuntamiento democrá-
tico se constituía en Valencia.
La reciente aprobación del
Plan Rector sobre el uso y ges-
tión del parque es sin duda el
mejor blindaje de nuestro gran
tesoro natural para que ‘nunca
más’ se repita los ataques depre-
dadores e intereses inmobilia-
rios en la zona.
Además dicho plan conocido
como ‘el libro gordo de petete’
es una hoja de ruta para la recu-
peración de ullales, el uso agrí-
cola, la depuración de aguas
industriales, actuaciones frente
a la sequía entre otras.
Informa: Gonzalo Gayo