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Fecha: 16 de febrero de 2020

Titulo del Sermón: “el Poder de su Palabra”


Texto: Lucas 5:1-11
Saludo de Bienvenida y oración.
Es una historia por muchos muy conocida, la Reina Valera del 60 la llama “la pesca
milagrosa”, la podemos encontrar detalladamente en el evangelio de Lucas, porque por
su parte Mateo y Marcos no. Es interesante que solo Lucas narre esta historia, muy
detallada, especifica.
Es el inicio del ministerio de Jesús. El cual predicaba por toda aquella región el evangelio
del Reino de Dios. Su fama se extendía, era reconocido por lo que decía y hacía.
Su palabra era con autoridad, liberaba endemoniados, sanaba enfermos, hacia grandes
señales, las personas se maravillaban por lo que estaba ocurriendo. El ministerio de Jesús,
iba ganando popularidad en el lugar, las personas lo buscaban, no querían que se fuera
hacia otras regiones.
La historia que vamos a revisar en esta noche, cita a Jesús en un lugar específico, y es en el
lago de Genesaret o también conocido como el Mar de Galilea. Este lago es de agua dulce,
en sus aguas abundan gran variedad de peces, tiene un poco más de 20 km de longitud, y
unos 12 km de anchura.
En el tiempo de Jesús los pescadores tenían aquí un buen medio para sustentar sus vidas.
Zebedeo, el padre de Jacobo y Juan que esta historia nombra y que más adelante estos
dos se convierten en discípulos de Jesús, este, tenía un negocio de pesca en aquel lugar.
La pesca la realizaban con redes, desde barcas o desde la costa.
Podemos notar que es una zona bastante apetecida, privilegiada, por sus variedades de
peces., 22 clases de peces existen en el mar de Galilea.
Versículo 1, Jesús se encuentra en este lugar, la gente lo sigue, multitudes quieren verlo,
tener la oportunidad de escucharlo, otros tal vez querían que los sanara de alguna
enfermedad, pero el texto nos afirma y es claro en decir que lo hacían para oír la Palabra
de Dios. Quizás había hambre por escuchar el evangelio. Ellos tuvieron la maravillosa y
gran privilegio de escuchar directamente el evangelio de Jesús, Dios mismo encarnado.
Nosotros ahora tenemos la bendición de tener la Palabra de Dios, la tenemos en
diferentes versiones, estilos, colores, incluso hasta en los celulares, en nuestro contexto
tener acceso a ella es muy sencillo.
¿será que anhelas leer, escuchar la Palabra de Dios con tanto deseo como aquella
multitud? O ¿se ha vuelto tan común tenerla a disposición que has perdido el interés?
Hay personas en otros lugares del mundo que por tener solo una hoja de la Biblia podrían
perder sus vidas. Imaginemos cuanto valor tiene para ellos tan solo una sola hoja. Pero
cuando algo se vuelve normal, ordinario, es porque ha perdido el valor, la prioridad en
nuestra vida.
La Escritura es vital para la vida del hijo o la hija de Dios. El mismo Jesús cuando es
tentado por Satanás en el desierto le dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra de Dios. (Lucas 3:4). La Palabra de Dios puede saciar
nuestras almas, darnos luz en nuestro caminar, ella es viva, tiene el poder de transformar
tu mente, tus pensamientos, por eso es necesario vivir en constante comunión con ella.
Pero verlos aquí en esta noche, es una muestra de que anhelan escuchar la Palabra de
Dios.
No sabemos el número exacto de las personas que estaban escuchando el mensaje de
Jesús, pero el texto nos dice que eran multitudes, se abalanzaban, se amontonaban sobre
él.
Hoy en día sobre quienes sucede esto: actores, futbolistas, cantantes. Las personas
quieren una foto, un autógrafo. Pero en aquel momento lo hacían sobre Jesús. Era el
famoso del momento. Algunos dicen que él estaba en su primer año de ministerio.
Versículo 2, el texto nos dice que Cristo vio dos barcas cerca de la orilla del lago, y
también vio a dos pescadores. Habían estado realizando su actividad nocturna de pesca,
en ese momento lavaban sus redes, para que no se les dañara.
Notemos algo importante, pareciera que Pedro y Andrés no eran parte de la multitud.
Ellos estaban en lo suyo, trabajando, pero da la impresión que no estaban inmersos en la
multitud que acompañaba a Jesús en ese momento.
Versículo 3, Jesús se sube en unas de las dos barcas que estaban en la orilla, el dueño es
Simón Pedro, y Cristo le pide que empujara la barca hasta que quedara en el agua, para
continuar enseñando a la multitud.
Esta misma situación la vemos en Marcos 3:9-10 “donde Jesús pide a sus discípulos que
le tuvieran una barca lista debido a la muchedumbre, para que no se fueran encima de
él. Otro momento fue cuando enseño la parábola del sembrador, acostumbraba a
enseñar de esta manera por la gran cantidad de personas que lo seguían.
A partir de este verso, vemos una conversación entre Jesús- Pedro.
Pareciera que ellos dos ya conocieran, ya habrían tenido algún tipo de contacto.
En Juan 1: 35:42 nos muestra que Juan el bautista tenía dos discípulos, y uno de ellos era
Andrés el hermano de Pedro, que ya habían dejado de seguirlo a él y ahora seguían a
Jesús. Andrés se encuentra con su hermano y le dice que ha hallado al Mesías, al Cristo, al
Salvador. Cristo se encuentra con Simón y es ahí donde le dice que será llamado Cefas, es
decir, Pedro.
Lucas, nos muestra como Jesús ya había tenido contacto con Pedro, porque su suegra
estaba con una gran fiebre, y Jesús entrando en su casa la había sanado. Pedro conocía a
Jesús, había presenciado la sanación de su suegra, fue testigo ocular del poder y la
autoridad de su Palabra por medio de esta obra.
Verso 4, Jesús termina su mensaje, tal vez después despidió a las personas. Pero ahora le
da un mandato a Pedro, y lo divide en dos partes:
1. Boga mar adentro: en otras palabras, lleva la barca a aguas más profundas.
Recordemos que ellos estaban en el borde del lago. En la orilla no podrían pescar
nada.

2. Echad vuestras redes: lancen las redes al mar. Vemos el termino en plural. Eran
varias redes, por lo menos dos.

Jesús le da un mandato al pescador, al que tiene experiencia, al dueño de la barca. El hijo


del carpintero, dándole una orden, al que sabía lo que tenía que hacer para ejecutar su
trabajo. Me imagino a Pedro: yo sé lo que debo hacer, ¿quién es el pescador aquí? Tengo
muchos años en esta actividad, este es mi terreno, donde yo me desenvuelvo mejor.
Pedro, quizás conocía de primera mano y tenía esta información: los peces se pescaban
mejor, no en lo profundo sino en lugares menos profundos y no en el día sino en la
noche. Probablemente esto pudo haber ocurrido hacia el mediodía.
Pedro que estaría pensando, esto no va a funcionar, la experiencia me dice que no
estamos en el lugar correcto, estamos a la hora equivocada, no vamos a pescar nada, y el
Maestro me dice que eche las redes para pescar.
¿Cuántas veces tu y yo nos dejamos llevar más por lo que nos dice la experiencia, que de
lo que Dios dice en su Palabra?
Es a su manera, no se trata de lo que tú y yo creamos que es mejor, por mucho que
hayamos vivido, es lo que dice Dios que es mejor para ti y para mí, aun cuando el mundo
quiera hacerte creer lo contrario.
Un hijo de Dios debe caminar buscando siempre hacer su voluntad. Cristo vivió haciendo
la voluntad de su Padre. La experiencia a Pedro le decía algo, no vas a pescar nada, pero
Cristo lo lleva a hacer algo que a su lógica lo veía como algo absurdo, pero el Señor tenía
algo preparado para él, algo que no esperaba. Porque lo que Dios hace, muchas veces no
lo podemos comprender, superan nuestra mente finita, nos muestra nuestras
limitaciones, y es ahí donde vemos a un Dios tan grande.
Nosotros estamos muchas veces: Señor déjame esto a mí, yo puedo solo, tengo muchos
años en mi trabajo, yo sé cómo funciona, mi familia la puedo dirigir a mi manera.
Versículos 5, Pedro y su hermano, ya habían pasado toda la noche tratando de pescar,
pero no habían tenido éxito, ningún resultado. Habían estado en el lugar donde es
conveniente hacerlo y en la hora adecuada, pero nada había sucedido. El panorama para
los hermanos no era tan claro, y Pedro presenta su argumento delante de Jesús, quería
que conociera que ellos ya lo habían intentado, se esforzaron al máximo, en otras
palabras: Maestro para que vamos a perder el tiempo si nosotros ya lo intentamos
muchas veces y no funciono.
¿Alguien ha trabajado de noche? Suele ser muy desgastante, un turno de 8 o de 10 horas.
Al día siguiente lo único que deseas es descansar.
Cristo ya sabía lo que pasaría después, pero quería llevar a Pedro a mostrar el poder de
su Palabra, su grandeza, como esta cambia realidades, circunstancias. Dios creo todas las
cosas por el poder de su Palabra: los cielos y la Tierra, los animales, el hombre por citar
algunos ejemplos. Notamos él dijo, Dios dijo y lo que él dice que ocurra es lo que
sucede.
¿Puedes ver la grandeza y la gloria de nuestro Dios?
Pero lastimosamente hay muchos por ahí y esto se ha metido en la iglesia también, y es:
proclámalo con tu boca y será una realidad. El poder de confesarlo. No diga que se va a
enfermar porque eso fijo le pasa. Amados, con mucho amor les digo esto, pero es
necesario, en la revelación Bíblica, no vemos a ninguno de los Apóstoles afirmando tal
cosa, ni Pedro, ni Pablo. Muchos en esas prácticas citan textos fuera de sus contextos para
apoyar este tipo erróneo de enseñanza.
Notamos cierta incredulidad en el corazón de Pedro, hay duda, desconfianza en lo que
Jesús le estaba mandando a hacer, había autosuficiencia en él. Pero a pesar de esto,
notamos en la segunda parte del versículo que él decide obedecer a Cristo, él dice más en
tu Palabra echare las redes. Pedro obedece al mandato de Jesús.
Que interesante como Pedro a pesar de que tiene dudas sobre lo que pueda suceder,
obedece, pero no por su experiencia sino por la Palabra de Jesús, porque en tu Palabra
puede ocurrir algo que nosotros no esperamos que ocurra, porque yo ya vi como tu
sanaste a mi suegra, e hiciste muchos otros milagros, y en esta situación puede ser igual,
puede suceder algo extraordinario. No quiero creer en mí, creo mejor en lo que tú puedes
hacer.
Si tú, amas a Dios, espero que así sea, vas a obedecer sus mandamientos. Sería lógico
pensarlo.
1 Juan 5:3 “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus
mandamientos no son gravosos.”
Dios sabe que obedecerle es bueno para nosotros y, además, sus mandatos no son
difíciles de llevar, es decir de cumplir., de poner en práctica. Pero el resultado de la
desobediencia puede traer consecuencias eternas, sino miremos al jardín del Edén, Adán y
Eva desobedecen y entra el pecado al mundo. El que no ama a Dios, no guarda su Palabra,
no hay nada que lo lleve a obedecerla, vive para sí mismo, obedeciendo sus deseos, sus
propios instintos, caminando bajo su propia prudencia. ¿conoces personas así?
Jonás es un buen ejemplo de no obedecer a Dios. Él lo envía a predicar a la ciudad de
Nínive, había mucha maldad en aquel momento, pero Jonás decide irse para otro lugar.
Pero cuando se dirige para su destino contrario a lo que Dios lo había dicho, estando en
una barca hay una tempestad, los que iban con él lo lanzan al mar y posteriormente es
tragado por un gran pez donde estuvo por tres días.
Pero conocemos la historia de Pablo, sufrió azotes, persecución, naufragio, ser apedreado,
encarcelado por obedecer a Jesucristo. Entonces notamos que muchas obedecer no
implica siempre que voy a recibir bendición de parte de Dios. Pero hacerlo es reconocer
que amamos a Dios, y que podemos caminar haciendo su voluntad.
Versículo 6, Pedro lo hace, lanza las redes. Estaba ante algo sorprenderte, una obra
maravillosa, Jesús había logrado hacer lo que ellos no pudieron durante la noche, atrapar
una gran cantidad de peces, pero no solo eso, sino que las redes se rompían, quizás algo
que nunca estos pescadores habían atrapado. Podríamos imaginar la reacción de Pedro y
de su hermano. No lo podían creer, su cara de asombro, es increíble.
El texto nos muestra que: ellos lanzan las redes y la pesca se da instantáneamente. Al
parecer no hubo necesidad de esperar, a lo que ellos quizás estaban acostumbrados, a
lanzar las redes varias veces, pero no, esta vez es diferente, fue en el momento. Wow diría
Pedro, esta ha sido la pesca más rápida de mi vida. Esto está en contra de mi experiencia,
de las probabilidades, del clima, de la marea, en contra de absolutamente todo.
Pensemos en esto: un pescador que paso la noche entera trabajando y no logro nada, lo
normal es que no tuviera nada para haber vendido al día siguiente, así que las ganancias
iban a ser cero. Y ahora de la nada, tenían en sus manos una gran cantidad de peces que
les representaría una suma importante de dinero.
Resurrección de lázaro: un milagro que es muy impactante es este. La Biblia nos presenta
a este hombre como alguien a quien Jesús amaba, pero que en cierto momento se
encontraba enfermo, Jesús es avisado de esto, él se encontraba en un lugar diferente,
incluso decide quedarse unos días más allí. Jesús sabía que su amigo ya estaba muerto,
pero decide regresar junto con sus discípulos. Se dice que Lázaro llevaba cuatro días ya en
la tumba, cuando Jesús retorna se encuentra con una de las hermanas de Lázaro,
escuchen lo que dice: Señor, su hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. La
historia sigue, Jesús le declara a esta mujer que él resucitara a Lázaro, seguido a esto le
sale al encuentro la otra hermana y le dice exactamente lo mismo a Jesús. Jesús se dirige
al sepulcro, manda a quitar la piedra de la tumba, hay incredulidad por el tiempo que ya
había transcurrido, pero Cristo eleva una oración al Padre, y prosigue diciendo: Lázaro,
ven fuera. Y el que estaba muerto sale de la tumba. Y ¿esto por qué ocurrió de esta
manera Señor? Para mi gloria, a fin de que mi hijo reciba gloria como resultado de lo
sucedido. (Juan 11)
Dos veces se le dijo a Jesús, Señor si hubieses, si hubieras estado aquí, ¿Por qué no
llegaste antes? ¿Por qué no estuviste ahí cuando te necesitábamos? Quizás esa sea
nuestra oración muchas veces. Señor yo quiero que tu actúes rápido, cuando yo lo
necesite, es en mi tiempo Señor, no es en el tuyo.
Cuando Dios está en medio de cualquier situación, el panorama es distinto, hay un color
más claro, él puede obrar de una manera que nosotros no esperamos. Confía en él,
aunque las circunstancias parezcan ser desalentadoras, el Señor puede obrar en el último
minuto, cuando ya todo parezca perdido.
Nuestro Señor Jesucristo desplego su poder, por medio de su Palabra, en ambos casos,
tanto en la pesca como la resurrección de Lázaro. Todo esto con el fin de que él reciba
toda la gloria.
Verso 7, eran tantos peces, que necesitaron llamar a sus compañeros, y era tan pesado
que las barcas tendían a hundirse.
Cristo, exhibe su poder en esta historia, lleva a un Pedro molesto tal vez porque su trabajo
la noche anterior había sido en vano, escéptico de lo que pudiera pasar, tenía suficientes
motivos para desconfiar, pero cuando esta Dios en medio de toda situación, aunque
pareciera contraria, él puede hacer lo imposible, es el Dios que controla todas las cosas,
que está en control de su creación, y eso te incluye a ti y a mí.
Las barcas en ese tiempo eran de unos 8 metros de largo, por unos 2 metros de ancho y
unos 2 de alto. No sabemos la cantidad de peces en total, pero era una gran cantidad, se
llenó al tope, las dos barcas no daban a vasto, porque ya se estaban hundiendo.
Probablemente en ese momento olvidaron todo lo ocurrido la noche anterior.
El versículo 8, nos da un punto central de la historia. Escuchemos con atención. Notemos
la reacción de Pedro: cae de rodillas. ¿Por qué lo hizo? Miremos lo que dice el final y el
verso 9 nos ayuda a entender.
Pedro entra en un temor, en un miedo, es testigo ocular una vez más de la grandeza y el
poder de Jesús, que lo lleva a postrarse delante de él. Y ya no le dice Maestro, sino Señor.
En otras palabras, para él Jesús ya no era el Maestro, el que predicaba, el que enseñaba
de ciudad en ciudad, no, ya era Señor. Y esta Palabra ya tenía otro significado para él. Este
término en el antiguo testamento se aplicaba a Dios, y en el nuevo testamento a ¿quién
creen ustedes? A Jesús. Qué declaración la que hace Pedro acerca de Jesús.
¿Cómo reconoces tu a Jesús? ¿Cómo un maestro, alguien que enseñaba, como un
hombre que dio unos ciertos principios morales para la vida? O ¿cómo el Señor de tu
vida?
Porque hay una gran diferencia entre esos das palabras. Él le dice apártate de mí, pero hay
una razón y es que Pedro reconoce que es un pecador. Reconoce su condición delante del
Señor Jesús.
Una situación similar le ocurrió al profeta Isaías capitulo 6: Dios le da una visión a Isaías,
ve al Señor sentado sobre un trono, ángeles adorándole, cantando Santo, Santo, Santo, e
Isaías exclama: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y
en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el
Señor de los ejércitos. Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón
encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas; y con él tocó mi boca,
y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado.

Notamos cierta similitud entre lo que vivió Isaías y Pedro, al enfrentarse ante un Dios tres
veces Santo, que no tolera el pecado, que aborrece el pecado.

Pedro reconoció que estaba en otras palabras muerto en delitos y pecados. Esa es la
condición de una persona que la Biblia nos muestra cuando no ha reconocido a Cristo
como su Señor y Salvador, viniendo a él en arrepentimiento y fe, ¿cómo vive? haciendo
los deseos de la carne, siguiendo la corriente de este mundo, buscando los placeres
temporales que el mundo nos ofrece.

Pero Dios es rico en misericordia, así como el mostro con Pedro y con Isaías y perdono sus
pecados, así mismo si tú en esta noche no has reconocido tu condición de pecador, no has
reconocido tus pecados delante de Dios, necesitas un salvador, ven a Cristo con un
corazón humillado, Dios es fiel y justo para perdonarte.

Muchas veces tendemos a compararnos con otras personas. Quizás pensamos yo no soy
tan malo como lo es ese o aquel. Yo no hago lo mismo que ellos, tengo mis errores, pero
no son tan graves, yo creo que no necesito reconocer nada. Ese es el problema, pero
cuando nos comparamos con Jesús, que en él no hubo pecado, de esta manera no
podemos atrevernos a afirmar lo anterior, cuando Pedro tiene este encuentro cara a cara
con Cristo, revelo su condición precaria necesitada de gracia y misericordia. Ven a Cristo
en esa misma actitud y hallaras gracia y misericordia.

Versículo 9, no solo Pedro tenia temor de lo que había pasado, sino todos los que estaban
en aquel lugar. Quien no hubiera sentido algo semejante. Dios encarnado, con ellos en esa
barca, temerosos, al ver la grandeza, el señorío de Cristo sobre su creación, como por
medio de su palabra, esa palabra que Pedro obedeció, había causado tan grande milagro.
Tal vez Pedro arrodillado ante Jesús, encima de los peces, estremecido, lleno de miedo, ya
no vemos al Pedro, seguro de sí mismo, al pescador rudo, experimentado, no ya era
distinto, tenía un corazón quebrantado delante de la presencia del Señor.

Dios se le revela en una zarza a Moisés, y ¿qué hace él? Se cubre su rostro porque tenía
temor de mirar a Dios, sabía que podía morir.

¿con que actitud vas a la presencia de Dios? quizás con la misma autosuficiencia del
Pedro del versículo 5, o tal vez ya no vas a la presencia de Dios, por qué crees que ya yo
conozco todo y no tengo necesidad de buscarlo y pedir misericordia, perdón.
Yo creo que el mantenernos en la actitud de Pedro, pero el del versículo 8, de reverencia
ante Dios en todo momento, deja ver tu corazón no solo arrepentido, sino agradecido por
haberte salvado de tu vana manera de vivir y de ir a la condenación que todos
merecíamos.
Mantengámonos en esa actitud amados, de reconocer que apartados de Dios nada
podemos hacer, ninguno en esta noche puede vivir de esa manera.

Versículo 10, el temor no solo era de uno, sino un temor grupal, ahora se suman otros dos
personajes a la historia, Jacobo y Juan, compañeros de trabajo de Pedro, quizás tenían una
cooperativa, eran socios quizás. Ellos también habían sido testigos oculares de lo ocurrido,
presenciaron este milagro, estaban atónitos, asombrados aún.

Una vez más Jesús le dice algo a Pedro: No temas. No hay razón para temer. Jesús llevo a
Pedro mar adentro, a aguas profundas, donde él tal vez se sentía seguro, estaba en su
zona de confort, se revela ante él, Pedro cae humillado ante la gloria de ahora su Señor,
solo puede estar de rodillas adorando a Aquel que todo lo puede, y no solo eso, esto iba a
cambiar la vida de Pedro, porque no solo encontró su salvación en aquel lugar, sino que el
rumbo de su vida iba a ser diferente. Pedro no temas, porque yo te concedo mi gracia, mi
perdón, que tu no mereces, pero yo te lo doy, porque me place hacerlo.

Cuando vemos esta historia, todo lo que ocurre, yo creo que tú y yo, si eres un hijo o hija
de Dios, no nos queda otra opción más que adorarle, glorificar su nombre, someter
nuestra voluntad a la suya, reconocer cuanto lo necesitamos, día tras día, pero también
creer en su Palabra, porque es allí donde podemos nosotros conocerle, donde
aprendemos a caminar en sus propósitos.

Jesús usa la profesión de Pedro, para lo que él quiere que este se dedique de ahora en
adelante hasta el final de su vida. En otras palabras: Pedro quizás como pescador este
último día no fue muy bueno, pero yo te doy una palabra y es no temas, porque yo te voy
a usar para que lleves mi mensaje, el evangelio, esa es la misión que te encargo, no temas
Pedro.

Pedro es usado para llevar el evangelio a los judíos principalmente, y vemos como más
adelante en el libro de los Hechos ante su primer sermón, tres mil personas se convierten,
por la predicación de él. Dios le dio una palabra a Pedro, Dios cumplió con lo que
prometió.

Amados, nuestro Dios lo que ha dicho, todas sus promesas, él las cumplirá, porque su
palabra es verdad, aférrate a ella, no deposites tu esperanza en este mundo, ni en las
riquezas, ni en lo que aquí puedas alcanzar, porque todo eso pasa, pero su Palabra no
pasara.

Versículo 11, aquí notamos que el texto nos dice en plural, trajeron, le siguieron.
¿Quiénes?
Pedro, Juan Jacobo, es lo que el texto nos revela. No solo el mensaje había impacto la vida
de uno solo, sino de todos los que estaban allí.
Dejaron todo por seguir a Jesús. Sus barcas, su profesión, sus negocios, su grandiosa
pesca, la cual les habría dejado muy bien ingreso.

Ahora no vayas a decir, ¿será que tengo que dejar mi trabajo, mi estudio, mi profesión,
mi negocio por seguir a Jesús? Claro que no. O al menos que a lo que te dediques sea algo
ilegal, si te recomiendo que lo hagas.

Hay muchos ejemplos de muchos llamados de hombres en la escritura, pero sobre todo
me impresiona mucho la del Apóstol Pablo, muchos saben que antes de conocer a
Jesucristo, era perseguidor de la iglesia, y como cuando el Señor se le aparece en el
camino, todo cambia en su vida, al tal punto de llegar a decir, para mí el vivir es Cristo y el
morir es ganancia, todo lo estimo por perdida por el conocimiento de Cristo, aun iba más
allá al considerar todo su pasado como basura.

Esto ocurre cuando tu reconoces y tienes claro quién es el Señor de tu vida, Pedro lo tuvo
claro cuando se encontró con Jesús frente a frente, Pablo lo hizo de la misma manera.
Cuando ves que correr a los brazos de tu salvador, implica renunciar a lo que quizás más
te gusta, pero por ganar algo mejor, que solo encuentras en él, podrás y podremos decir lo
mismo: Mauricio lo dejo todo y le siguió.

Oremos…

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