Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961

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Uso y manejo sostenible del suelo: un enfoque interdisciplinario y sistemático

Deyi Hou un , • , Nanthi S. Bolan segundo , Daniel CW Tsang C , María B. Kirkham re , David O'Connor un
un Escuela de Medio Ambiente, Universidad de Tsinghua, Beijing 100084, China

segundo Centro Global para la Remediación Ambiental, Universidad de Newcastle, Callaghan, NSW 2308, Australia
C Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Universidad Politécnica de Hong Kong, Hung Hom, Kowloon, Hong Kong, China
re Departamento de Agronomía, Throckmorton Plant Sciences Center, Kansas State University, Manhattan, KS, Estados Unidos

DESTACAR GRÁFICAMENTE ABSTRACTO

• La degradación del suelo impide alcanzar los Objetivos

de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

• El suelo juega un papel fundamental para la conservación de la

biodiversidad.

• Los investigadores del suelo deben priorizar el valor

multifuncional de la salud del suelo.
• Se presenta un marco para la investigación
interdisciplinaria en sostenibilidad de suelos.
• La gestión de la información y el intercambio de conocimientos

pueden impulsar un cambio de comportamiento sostenible.

información del artículo abstracto

Historia del artículo: El suelo es un componente clave de la zona crítica de la Tierra. Proporciona servicios esenciales para la producción agrícola, el crecimiento de las plantas, el hábitat de los
Recibido el 28 de marzo de 2020
animales, la biodiversidad, el secuestro de carbono y la calidad ambiental, que son cruciales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones
Recibido en forma revisada el 22 de abril de 2020 Aceptado el
Unidas. Sin embargo, la degradación del suelo se ha producido en muchos lugares del mundo debido a factores como la contaminación del suelo, la erosión, la salinización
22 de abril de 2020
y la acidez. fi catión. Para alcanzar los ODS para la fecha prevista de 2030, es posible que los suelos deban utilizarse y gestionarse de una manera más sostenible que la
Disponible online el 25 de abril de 2020
que se practica actualmente. Aquí mostramos que la investigación en el fi El campo del uso y manejo sostenible del suelo debe priorizar el valor multifuncional de la salud del

suelo y abordar los vínculos interdisciplinarios con temas importantes como la biodiversidad y el cambio climático. Como el suelo es la mayor reserva de carbono terrestre,
Montaje: Jay Gan
así como un signi fi gran contribuyente de gases de efecto invernadero, se puede hacer mucho progreso para reducir la crisis climática mediante prácticas sostenibles de

Palabras clave: gestión del suelo. Un identi fi La opción ed es aumentar los niveles de carbono orgánico del suelo, especialmente con formas recalcitrantes de carbono (por ejemplo,

Ciencia del suelo aplicación de biocarbón). En general, la salud del suelo está determinada principalmente por las acciones de la comunidad agrícola. Por lo tanto, la gestión de la
Metas de desarrollo sostenible información y el intercambio de conocimientos son necesarios para mejorar el comportamiento sostenible de los profesionales y los usuarios finales. Los científicos y los
Salud del suelo responsables de la formulación de políticas son actores importantes en este proceso de aprendizaje social, no solo para difundir conocimientos científicos basados en la
Agricultura sostenible
evidencia. fi c conocimiento, sino también en la generación de nuevos conocimientos en estrecha colaboración con los agricultores. Si bien la financiación gubernamental
La contaminación del suelo
para la recopilación de datos del suelo ha disminuido en general, las telecomunicaciones 5G recientemente disponibles, la recopilación de datos y las herramientas

analíticas basadas en big data y aprendizaje automático están madurando. Los estudios interdisciplinarios que incorporan tales avances pueden

• Autor correspondiente.
Dirección de correo electrónico: houdeyi@tsinghua.edu.cn (D. Hou).

https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.138961
0048-9697 / © 2020 Elsevier BV Todos los derechos reservados.
2 D. Hou y col. / Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961

conducir a la formación de estrategias innovadoras de manejo y uso sostenible del suelo que tengan como objetivo optimizar la salud del suelo y
alcanzar los ODS.
© 2020 Elsevier BV Todos los derechos reservados.

Contenido

1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . La naturaleza interdisciplinaria .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

2. del uso sostenible del suelo y administración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.1. Objetivos de desarrollo sostenible (ODS). . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.2. El concepto de salud del suelo. . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.3. Investigación interdisciplinaria . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
3. Suelo y ciencias sociales. . . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
3.1. Transferencia de conocimiento . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
3.2. Comportamiento del agricultor. . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
3.3. Grupos de interés. . . . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
4. Ciencias del suelo y del clima. . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
4.1. Carbono orgánico del suelo. . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
4.2. Biochar como mitigación . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
4.3. Gases de efecto invernadero del suelo. . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
5. Biodiversidad y ecología del suelo. . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
5.1. Biodiversidad del suelo. . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
5.2. Servicios de ecosistema . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
6. Ciencias del suelo y del medio ambiente. . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
6.1. La contaminación del suelo. . . . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
6.2. La erosión del suelo . . . . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
6.3. Lixiviación del suelo. . . . . . . . . . . . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
7. Resumen, desafíos y direcciones futuras . . . .. ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Referencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
9

1. Introducción
El suelo, comúnmente visto como un recurso no renovable debido a la lentitud extrema de su
regeneración, está bajo una seria amenaza por parte de la sociedad moderna ( Amundson et al., 2015 ). La
degradación del suelo se produce debido a factores como la erosión hídrica, la erosión eólica, la
salinización y la deforestación ( Carlson y col., 2012 ; Celentano et al., 2017 ; Rojas et al., 2016 ). Las
actividades que introducen sustancias contaminantes, como metales pesados, plaguicidas, hidrocarburos
aromáticos policíclicos (HAP), están provocando una degradación generalizada del suelo. A nivel mundial,
se estima que aproximadamente 24 mil millones de toneladas métricas de suelo se pierden cada año
debido a factores como la erosión ( CNULD, 2017 ) y que ~ 30% de los suelos del mundo se encuentran
ahora en un estado degradado ( FAO, 2011 ). En China, ~ 19% del suelo agrícola y ~ 16% de todos los
suelos superan los estándares nacionales de calidad del suelo ( Eurodiputado, 2014 ). La degradación del
suelo amenaza la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas ( Bouma,
2019 ). Para ayudar a abordar la degradación del suelo, la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación declaró 2015 - 2024 como el Decenio Internacional de los Suelos, con el
objetivo de aumentar la conciencia pública sobre la protección del suelo. Desde entonces, ha habido una
creciente tendencia de scienti fi c literatura y debate público sobre el suelo.
Los procesos están dispersos en varias disciplinas, sin visiones integrales sobre la gestión sostenible
de los recursos del suelo ( Vogel et al., 2018 ).
En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció 17 objetivos a alcanzar para
2030, que se denominan Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos incluyen, entre otros, no
pobreza, hambre cero, buena salud y bienestar, agua potable y saneamiento y acción climática ( ONU,
2015 ). Los ODS se han convertido en un tema central del desarrollo global y la colaboración
internacional. Se ha logrado un progreso considerable en los últimos años hacia el logro de los ODS.
Por ejemplo, la proporción de la población mundial con acceso a agua potable y el porcentaje de
niños que reciben vacunas han aumentado considerablemente. Sin embargo, aún existen muchos
desafíos, como: 821 millones de personas siguen desnutridas, lo que representa un aumento del 5%
entre 2015 y 2017; inversión en agricultura de fuentes gubernamentales
y la ayuda exterior ha caído; y, concentraciones atmosféricas de CO 2
y otros gases de efecto invernadero (GEI) siguen aumentando ( ONU, 2019 ), exac-
erbando la actual crisis climática. Los gobiernos, desde el nivel local hasta el nacional, deben
desarrollar programas integrados que aborden estos desafíos de sostenibilidad ( Bryan y col., 2018 ).

El suelo se ve principalmente como un componente crítico de la producción agrícola en la
sabiduría tradicional. En años más recientes, el scienti fi La comunidad c ha reconocido cada vez más
que el suelo también es un componente esencial para la protección ambiental ( Obrist et al., 2017 ),
mitigación del cambio climático ( Le Quere et al., 2018 ), servicios de ecosistema ( Bahram et al., 2018 ),
así como el uso y la planificación del suelo ( Gossner et al., 2016 ). También existe un creciente
reconocimiento de que la salud del suelo se relaciona no solo con los procesos biogeofísicos clásicos
que son tradicionalmente estudiados por los científicos del suelo, sino también con la gestión de la
información, el intercambio de conocimientos y el comportamiento humano ( Bampa et al., 2019 ; Bouma
et al., 2019 ). Estudios interdisciplinarios (ver Sección 2.3 ) son necesarios para comprender mejor el
acoplamiento de sistemas complejos de la naturaleza humana vinculados a la gestión del suelo ( Bouma
y Montanarella, 2016 ). Sin embargo, el conocimiento actual sobre el suelo
En las acciones en curso para alcanzar los ODS de las Naciones Unidas, la comunidad científica
del suelo ha minimizado un poco el papel potencial que podría desempeñar, en parte debido a la
naturaleza dispersa del conocimiento del suelo mencionado anteriormente. Si los investigadores de
disciplinas más amplias colaboraran más con los científicos del suelo, podría ayudar a avanzar en los
enfoques para lograr los ODS de una manera más eficaz que actuar solos. Por lo tanto, el pro fi Es
posible que sea necesario mejorar el nivel de la disciplina de las ciencias del suelo, especialmente
los componentes interdisciplinarios que apoyan la seguridad alimentaria, la mitigación del cambio
climático, la biodiversidad y la salud pública, con el fin de diseñar mejor estrategias integrales para
lograr los ODS.
En el presente trabajo, no reiteramos la importancia de la interacción entre la ciencia del suelo y
la agronomía que cubre la productividad de los cultivos,
 D. Hou y col. / Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961
que ha sido discutido en otras publicaciones existentes ( Sánchez, 2002 ;
Tisdale y col., 1985 ). En cambio, nos enfocamos en la naturaleza interdisciplinaria del suelo y el uso
y manejo sostenible del suelo y los vínculos entre la ciencia del suelo y las ciencias sociales, la
ciencia del clima, la ciencia ecológica y la ciencia ambiental.
2. La naturaleza interdisciplinaria del uso y manejo sostenible del suelo
2.1. Objetivos de desarrollo sostenible (ODS)
El suelo juega un papel fundamental en los ODS de las Naciones Unidas, sobre todo en los ODS 2, 3,
6, 12, 13 y 15 ( Bouma y Montanarella, 2016 ; Keesstra y col., 2016 ). La mayoría de las personas que viven
en la pobreza viven en zonas rurales donde la producción agrícola es una fuente vital de ingresos. En estas
áreas, la salud del suelo es un factor decisivo para la productividad y los niveles de ingresos. Entre otras
funciones, el suelo proporciona la base para la producción de alimentos y los servicios de los ecosistemas ( Bender
y col., 2016 ; Oliver y Gregory, 2015 ). Además, dado que la biodiversidad del suelo está relacionada con la
reducción de las enfermedades y plagas de los cultivos, los servicios ecológicos que ofrecen los sistemas
de suelos saludables son importantes para reducir la pobreza y acabar con el hambre. El suelo también
afecta la calidad del agua, las emisiones de GEI y otras consideraciones ambientales importantes con
respecto a los ODS ( Bharati et al., 2002 ; Franzluebbers, 2005 ). Una descripción general de la identi fi Las
relaciones entre el suelo y los ODS relevantes se ilustran en Figura 1 . Es imperativo difundir el conocimiento
de la ciencia del suelo entre los responsables de la formulación de políticas y los profesionales que diseñan
e implementan programas de los ODS (ver Seccion 3 ). La comunidad científica del suelo debe tomar
medidas efectivas para ayudar a desarrollar indicadores adecuados que no solo sean científicamente
sólidos, sino también prácticos para los pequeños agricultores y otras partes interesadas. Scienti fi c la
investigación debe ser específica fi dirigido principalmente a la consecución de los ODS, en lugar de
simplemente a comprender la ciencia del suelo. El en fl La influencia del comportamiento humano debe
tenerse en cuenta en este complejo sistema de la naturaleza humana. También es necesario incluir los
impactos de la actividad socioeconómica en la salud del suelo al realizar evaluaciones de sostenibilidad,
permitiendo así una toma de decisiones más informada ( Vogel et al., 2018 ).
2.2. El concepto de salud del suelo
Los suelos tienen una amplia gama de propiedades físicas, químicas y biológicas que son
atribuibles al material parental (p. Ej., Origen geológico y procesos de depósito), factores ambientales
(p. Ej., Condiciones climáticas,
Figura 1. La relevancia del suelo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
3
topografía), así como antropogénica en fl uencias (por ejemplo, prácticas agrícolas, alteración de la
superficie, emisiones contaminantes). Debido a que el suelo juega un papel tan crítico en múltiples
sistemas naturales y antropogénicos, tales propiedades del suelo afectarán los servicios de los
ecosistemas, la calidad ambiental, la sostenibilidad agrícola, el cambio climático y la salud humana.
Este aspecto multifuncional hace que los sistemas tradicionales de evaluación de la calidad del
suelo, que han tendido a centrarse en la fertilidad del suelo y la producción agrícola ( Doran y Parkin,
1994 ), ya no es completamente apropiado. Más recientemente, el " salud del suelo " concepto ha sido
objeto de una creciente atención de la investigación (ver Figura 2 ). Este enfoque holístico da cuenta
de las relaciones mecánicas no lineales entre varias propiedades físicas, químicas y biológicas.
Además, el concepto holístico de la salud del suelo es ventajoso sobre las evaluaciones tradicionales
de la calidad del suelo porque considera los servicios de los ecosistemas así como la producción
agrícola, es decir, los objetivos tanto de la naturaleza como de los humanos ( Kibblewhite et al., 2008 ).
Doran y Zeiss (2000) Delaware fi ned la salud del suelo como " la capacidad del suelo para funcionar
como un sistema vivo vital, dentro de los límites del ecosistema y del uso de la tierra, para mantener la
productividad de las plantas y los animales, mantener o mejorar la calidad del agua y el aire y promover la
salud de las plantas y los animales "
Su de fi nición ha sido bien recibida por los científicos fi c, como lo demuestra el artículo citado ~ 1500
veces según Google Scholar. Los autores argumentaron que la salud del suelo es un concepto
holístico que retrata al suelo como un sistema vivo (es decir, la capacidad del suelo para funcionar
como un sistema vivo), mientras que la calidad del suelo describe la capacidad del suelo para una
especificación fi c use (es decir, fi tness para diferentes usos). Los resultados del uso del suelo y las
decisiones de manejo son re fl afectado en la salud del suelo Doran y Sa fl ey, 1997 ).
La evaluación de la salud del suelo implica la selección de indicadores, cuanti fi cación o
puntuación cualitativa, y proporcionar un fi índice final con ponderación e integración adecuadas ( Rinot
et al., 2019 ). Los indicadores biofísicos son particularmente relevantes para evaluar la salud del
suelo. Esto se debe a que el suelo sano se manifiesta a través de una variedad de funciones del
suelo que dependen de procesos biológicos, por ejemplo, transformación del carbono, ciclo de
nutrientes, mantenimiento de la estructura del suelo y regulación de plagas y enfermedades ( Kibblewhite
et al., 2008 ). Los científicos han explorado el uso de microorganismos del suelo ( Nielsen et al., 2002 ; Van
Bruggen y Semenov, 2000 ), actividades enzimáticas ( Ananbeh et al., 2019 ; Janvier et al., 2007 ),
lombrices y nematodos ( Neher, 2001 ), así como otros indicadores biológicos para evaluar la salud
del suelo. De manera similar, la estructura del suelo, la compactación y la retención de humedad se
han utilizado como indicadores físicos de la salud del suelo.
4 D. Hou y col. / Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961

Figura 2. Número de artículos de investigación incluidos en la base de datos de Web of Science ( www.webofknowledge.com ) cuando el suelo Y la sostenibilidad y " salud del suelo " se realizaron búsquedas como temas (búsqueda el 3 de marzo de 2020).

2.3. Investigación interdisciplinaria Como muchos de los problemas que rodean la sostenibilidad del suelo son complejos y amplios, no

pueden ser suficientes. fi cientemente abordados por una sola disciplina, por lo que se necesitan estudios

La sostenibilidad de los sistemas del suelo se ve afectada por sus propiedades biofísicoquímicas interdisciplinarios ( Klein y Newell, 1997 ). Basado en un marco publicado que interconectaba líneas

y el uso del suelo y las decisiones de manejo que toman los agricultores ( Doran y Zeiss, 2000 ). Estos disciplinarias para otro tema ( Hammond y Dubé, 2012 ), aquí proponemos un marco general para desarrollar

dos aspectos pueden clasificarse ampliamente en procesos naturales y antropogénicos. Las una perspectiva interdisciplinaria sobre el uso y manejo sostenible del suelo ( Fig. 3 ). Proponemos que fi Cinco

dinámicas complejas están involucradas en los sistemas acoplados de la naturaleza humana, lo que temas generales tienen raíces en la ciencia del suelo y están vinculados al menos con otra disciplina. Los

presenta muchos desafíos para el estudio de los sistemas del suelo desde cualquier lente problemas en sí mismos también están interconectados. Tomemos como ejemplo la gestión y el

disciplinaria única. Debemos desarrollar un enfoque interdisciplinario para abordar estos desafíos ( Totsche comportamiento, que está directamente relacionado con la ciencia del suelo y las ciencias sociales. Al mismo
et al., 2010 ). Cabe señalar que los enfoques interdisciplinarios difieren de los enfoques tiempo, también están involucradas la fertilidad y la contaminación del suelo, que están directamente

multidisciplinarios en que integran conocimientos sobre un problema común (por ejemplo, cambio relacionadas con la agronomía y las ciencias ambientales, respectivamente. Otro ejemplo es el carbono del

climático) de diferentes disciplinas (por ejemplo, ciencia del suelo y ciencia del clima) para construir suelo (o materia orgánica del suelo) que está directamente relacionado tanto con la ciencia del suelo como

una comprensión integral del tema. En comparación, los enfoques multidisciplinarios implican obtener con la ciencia del clima, mientras que también afecta la biodiversidad del suelo vinculada a la ecología y la

conocimientos separados sobre un problema común desde las perspectivas de diferentes disciplinas fertilidad del suelo vinculada a la agronomía. En cierto sentido, la red que se muestra en Fig. 3 forma un

( Repko y Szostak, 2020 ). complejo sistema de seis disciplinas, que se puede utilizar para estudiar la sostenibilidad del suelo.

Fig. 3. Un marco para la investigación interdisciplinaria en sostenibilidad del suelo que vincula la ciencia del suelo con las ciencias sociales, la ciencia ambiental, la ecología, la ciencia del clima y la agronomía.
 D. Hou y col. / Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961
3. Suelo y ciencias sociales
3.1. Transferencia de conocimiento
Una miríada de scienti fi c existe conocimiento sobre las mejores prácticas para el manejo del
suelo. Sin embargo, ha habido una falta general de adopción por parte de los agricultores ( Bouma,
2019 ). Esto se puede atribuir a obstáculos que dificultan la distribución de científicos relevantes. fi c
información. Scienti fi c La evidencia de estudios en profundidad a menudo se encuentra dispersa
dentro de varias disciplinas que utilizan una jerga técnica que los científicos sociales o los periodistas
que participan en la transmisión de información y el intercambio de conocimientos no comprenden
bien. Las técnicas modernas de intercambio de información electrónica, incluidas las herramientas de
redes sociales (por ejemplo, Twitter y Facebook), facilitan la distribución masiva de información ( Mills
et al., 2019 ), pero también pueden hacerlo dif fi culto para los laicos para distinguir entre información
confiable basada en evidencia e información inexacta o incluso engañosa. Un ejemplo paralelo
ocurrió durante el brote de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), durante el cual se
transmitieron grandes cantidades de información errónea a través de las redes sociales. Los
científicos sintieron la necesidad de publicar una declaración conjunta para denunciar tales rumores ( Calisher
los encuestados también aumentaron su uso de seguimiento a partir de la información compartida en
et al., 2020 ). La gestión de la información y el intercambio de conocimientos pueden ayudar a fi Llenar
la brecha entre la generación de conocimiento y su aplicación útil. Esto es particularmente importante
para la aplicación de la ciencia del suelo. Existe una variedad de mecanismos de intercambio de
conocimientos y gestión de la información del suelo, incluidos talleres de capacitación (en línea o de fl ine),
sitios web, redes sociales, servicios de asesoramiento. En Australia, el gobierno local de Nueva
Gales del Sur utiliza webinars para difundir información sobre la ciencia del suelo a una comunidad
de práctica (CoP) geográficamente dispersa ( Jenkins et al., 2019 ). Sin embargo, se informó que los
asesores de granos estaban guiando a los agricultores hacia " Reglas de juego " para calcular las
necesidades de fertilizantes nitrogenados, en lugar de la última ciencia basada en la evidencia sobre
el agua del suelo y la gestión del nitrógeno ( Schwenke et al., 2019 ). Otro gobierno local australiano
decidió compartir información y conocimientos sobre el suelo utilizando un sitio web junto con talleres
de capacitación. El tipo de información compartida puede incluir propiedades del suelo y
características del paisaje obtenidas de fi estudios de evaluación de campo. Tales iniciativas muestran
que el intercambio de conocimientos centralizado puede traer signi fi beneficios tangibles fi ts Imhof et
al., 2019 ). Sin embargo, una encuesta de seguimiento de 10 años mostró que, si bien los talleres de
capacitación podrían ser efectivos a corto plazo, el cambio de comportamiento no se mantuvo a largo
plazo. Se sugirió que el desarrollo profesional continuo para mejorar las habilidades de los asesores
agrícolas y la CoP puede generar una asimilación más persistente de conocimientos a nivel de la
granja ( Andersson y Orgill, 2019 ).
En Europa, los asesores del sector público y privado, que operan a nivel nacional, provincial o
local, ofrecen comunicación científica a los agricultores ( Ingram y Mills, 2019 ). En Suiza, el
conocimiento de la gestión sostenible del suelo se compartió con éxito entre los agricultores a través
del aprendizaje social en un formato de video ( Fry y Thieme, 2019 ). Un estudio en las East Midlands
inglesas sugirió que los asesores de suelos deberían incorporar conocimientos prácticos prácticos ( Stoate
et al., 2019 ). Esto concuerda con otro estudio en Australia, que mostró que el establecimiento de una
red de científicos y agricultores del suelo ex-gubernamentales de alto nivel permitió una transferencia
eficaz de conocimientos sobre el suelo ( Packer et al., 2019 ).
A medida que la agricultura de precisión incentiva el uso de tecnologías de detección para recopilar
datos del suelo, se vuelve cada vez más importante formar asociaciones público-privadas para recopilar,
almacenar y utilizar las enormes cantidades de datos del suelo referenciados geográficamente
generados ( Robinson et al., 2019 ). El emergente fi La quinta generación de tecnología inalámbrica para
redes celulares digitales (5G), big data y aprendizaje automático ofrece técnicas de recopilación y
análisis de datos que pueden permitir una nueva generación de herramientas para compartir información
sobre el suelo. Dentro del sistema 5G, se puede establecer una Internet de las cosas (IoT) con baja
latencia, lo que permite la medición y respuesta del suelo en tiempo real. Por ejemplo, la detección
remota basada en vehículos aéreos no tripulados (UAV) se puede combinar con la entrega de
enmiendas del suelo en prácticas agrícolas de precisión ( Kota y Giambene, 2019 ; Morais et al., 2019 ).
Las aplicaciones de big data con aprendizaje automático también proporcionan
5
poder predictivo, que facilita la agricultura inteligente para ahorrar energía, agua y costos, al tiempo que aumenta el
rendimiento de los cultivos ( Wolfert y col., 2017 ).
3.2. Comportamiento del agricultor
La sostenibilidad del uso y manejo del suelo depende en última instancia del comportamiento en el
mundo real de los profesionales, en particular de los agricultores. Por lo tanto, existe un interés creciente
por integrar los componentes sociales y el comportamiento de los agricultores con el componente
ecológico del manejo del suelo ( Amin et al., 2019 ). En la sociedad moderna, con el uso cada vez mayor
de varios tipos de tecnología de la información, el comportamiento de los agricultores puede estar en fl influido
por diferentes enfoques basados en la red. Por ejemplo, un estudio en Europa descubrió que los
agricultores formaban una red de aprendizaje al compartir información y conocimientos sobre el suelo
sobre el servicio de microblogging y redes sociales, Twitter. Esta plataforma tiene una longitud limitada
para cada mensaje (280 caracteres para idiomas no asiáticos), lo que facilita que los agricultores con
limitaciones de tiempo lo sigan ( Mills et al., 2019 ). En los EE. UU., Un enfoque integrado basado en la red
permitió a una cuarta parte de los encuestados adoptar cultivos de cobertura para el control de malezas, y
Twitter (22%), YouTube (23%) y sitios web ( 21%) ( Wick et al., 2019 ).
El comportamiento y las prácticas agrícolas de los agricultores también se ven afectados directamente
por los asesores profesionales. En Australia, los agricultores aplican las recomendaciones de asesores de
cultivos profesionales para seleccionar las dosis de fertilizantes adecuadas. Sin embargo, las actitudes
relativas fi El riesgo financiero, la heterogeneidad del suelo y las condiciones climáticas locales pueden
afectar su percepción y adopción de dichos consejos ( Schwenke et al., 2019 ). En Europa, se identificó una
brecha de conocimiento sobre la gestión sostenible del suelo. fi ed como un problema importante tanto entre
los agricultores como entre los asesores de suelos. A medida que continúa la tendencia actual de
privatización y descentralización de los servicios de asesoría, existe una necesidad creciente de educar a
quienes brindan servicios de asesoría, permitiendo así el empoderamiento efectivo de los agricultores ( Ingram
y Mills, 2019 ). Los gobiernos también deberían proporcionar talleres que alienten a los agricultores a adoptar
más pruebas del suelo, para que luego puedan tomar decisiones informadas sobre el manejo del suelo ( Lobry
de Bruyn, 2019 ).
La falta de educación y conciencia crea un obstáculo para el uso y manejo sostenible del suelo,
especialmente en los países en desarrollo. Por ejemplo, se encontró que la percepción de los
agricultores se correlaciona fuertemente con las tasas de adopción para la agricultura de conservación
(r = 0.81; p segundo 0,05) ( Mugandani y Mafongoya, 2019 ). Se ha informado que las preocupaciones
sobre el tipo de suelo, el control de malezas y las condiciones climáticas fueron los principales factores
inhibidores cuando los agricultores ingleses consideran la práctica de labranza reducida. Los autores
sugirieron que la adopción mejorada de prácticas de manejo sostenible del suelo requerirá una mejor
comunicación entre la comunidad de investigación del suelo y los agricultores ( Alskaf et al., 2020 ).
3.3. Interesados
La creación, difusión y uso del conocimiento de la sostenibilidad del suelo involucra a una amplia
gama de partes interesadas, como científicos, agricultores, administradores de tierras, servicios de
asesoría, proveedores de productos comerciales, reguladores, agencias de financiamiento, educadores,
estudiantes, así como el público en general ( Knox et al., 2019 ; Tulau et al., 2019 ). Las diferentes partes
interesadas tendrán diferentes preocupaciones. Los agricultores y asesores de cultivos están
principalmente preocupados por el conocimiento del suelo local, mientras que los reguladores y científicos
están más preocupados por la política, la ciencia fi c soluciones y el entorno más amplio ( Bampa et al., 2019 ).
También hay una interacción dinámica y una brecha potencial entre la conciencia y la percepción, es decir,
qué se puede hacer y qué vale la pena hacer ( Krzywoszynska, 2019 ). Basado en un análisis en Inglaterra, Krzywoszyns
(2019) argumentó que las interacciones entre los investigadores del suelo y los usuarios finales son
multifacéticas y que estos actores deben trabajar juntos tanto en la generación de conocimientos como en
el intercambio de conocimientos para mejorar el comportamiento sostenible.
Los científicos y los gobiernos son partes interesadas fundamentales en la promoción de
prácticas de manejo y uso sostenible del suelo. Su acción puede mejorar la robustez de scienti fi c
creación de conocimiento y ampliar su
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aplicabilidad mediante la incorporación de pruebas en los instrumentos de política. En Escocia, los mapas
de riesgo del suelo son creados por científicos, responsables políticos y representantes industriales que
trabajan en estrecha colaboración ( Baggaley et al., 2020 ). De manera similar, en Australia, se han
elaborado mapas de limitaciones del suelo para sitios específicos. fi c gestión vanGool, 2016 ). Tales
herramientas pueden ayudar a mitigar las limitaciones para lograr un potencial de rendimiento genético de
cultivos agrícolas impulsado por el clima. Los modelos que incorporan los aprendizajes de la participación
de las partes interesadas también pueden generar un fuerte poder predictivo ( Inam et al., 2017 ).
Tradicionalmente, el principal canal de generación de conocimiento del suelo ha sido financiado por el
gobierno. Sin embargo, ha habido una tendencia general a la baja en la provisión de fondos
gubernamentales para la recopilación de datos de suelos en muchos países desarrollados, mientras que
la recopilación de información de suelos con financiación privada ha aumentado drásticamente Robinson
et al., 2019 ). En esta situación, es aún más importante atraer a otros interesados para crear y compartir
conocimientos sobre el suelo. La Soil Knowledge Network (SKN) en Australia demostró que los científicos
del suelo ex gubernamentales pueden ejercer impactos positivos duraderos al entrenar a las nuevas
generaciones de científicos del suelo de carrera temprana McInnes-Clarke et al., 2019 ).
4. Ciencias del suelo y el clima
4.1. Carbono orgánico del suelo
El carbono orgánico del suelo (COS) ha sido reconocido como un indicador crítico de la salud del
suelo, porque fl afecta el nivel de funcionalidad del suelo asociado con la estructura del suelo, las
propiedades hidráulicas y la actividad microbiana, integrando así la salud física, química y biológica
del suelo ( Vogel et al., 2018 ). Recientemente, se ha prestado mayor atención al COS más allá de la
esfera tradicional de la ciencia del suelo. Esto se debe a que es un componente clave del ciclo del
carbono de la Tierra, por lo que tiene enormes implicaciones para la actual crisis climática ( Kell, 2012 )
y ODS 13: Acción por el clima. El suelo es la mayor reserva de carbono terrestre, con un estimado de
1500 - 2400 GtC y permafrost (es decir, suelo congelado) que almacenan 1700 GtC ( Le Quere et al.,
2018 ). Una iniciativa global conocida como ' 4 por 1000 ', que tiene como objetivo aumentar el carbono
orgánico del suelo en un 0,4% por año, daría lugar a un almacenamiento adicional de carbono de 1,2
GtC por año si tiene éxito ( Paustian et al., 2016 ;
Rumpel et al., 2018 ). En Australia, los suelos superficiales proporcionan un signi fi reserva de carbono, con ~ 19 mil
millones de toneladas métricas. Sin embargo, la mayoría de estos suelos (~ 75%) contienen segundo 1% de COS, lo
que sugiere una enorme capacidad adicional para el secuestro de carbono. Un aumento anual del 0,8% en el
almacenamiento de carbono en todos los suelos superficiales de Australia compensaría por completo las emisiones
de GEI de la nación ( Baldock et al., 2010 )
Las propiedades del suelo y la vegetación se ven afectadas por las condiciones climáticas ( Bond-Lamberty fi estructura de carbono fija con alta porosidad, una alta especificación fi c de superficie y una alta
et al., 2018 ). Por ejemplo, el calentamiento global puede acelerar la erosión del suelo debido a su impacto
en microorganismos y especies vegetales y animales ( García-Pichel et al., 2013 ). Además, los diferentes
tipos de suelo y sistemas de uso de la tierra son desigualmente sensibles a los cambios de temperatura. El
carbono del suelo que normalmente es recalcitrante en las regiones semiáridas es vulnerable al aumento
de la temperatura ( Maia et al., 2019 ). Por lo tanto, las prácticas de manejo del suelo en estas áreas pueden
tener un efecto tremendo en el ciclo del carbono.
Las aplicaciones de fertilizantes orgánicos pueden mejorar la funcionalidad y signi fi Aumentar
considerablemente los niveles de COS. Por lo tanto, la aplicación de enmiendas orgánicas, incluidos
biosólidos y compost, a las tierras agrícolas puede aumentar el almacenamiento de carbono y contribuir
significativamente. fi a compensar las emisiones de GEI. Los estudios han demostrado que el estiércol puede
aumentar potencialmente el rendimiento de los cultivos y el contenido orgánico del suelo en comparación con
los fertilizantes minerales ( Jing et al., 2019 ). 37 años fi Un estudio de campo mostró que la fertilización
orgánica aumentó la entrada de carbono del suelo entre un 25% y un 80%, aunque los niveles de retención
de carbono oscilaron entre solo el 1,6% para el abono verde y el 13,7% para el abono de ganado fresco ( Maltas
et al., 2018 ). Similar, Bolan y col. (2013) demostraron que las aplicaciones de biosólidos probablemente
resulten en niveles más altos de secuestro de carbono en comparación con otras estrategias de gestión,
incluida la aplicación de fertilizantes y la labranza de conservación. Esto se atribuyó a un aumento de la
biomasa microbiana y a la inmovilización de carbono inducida por óxido de Fe y Al ( Bolan et al., 2013 ). En
comparación con los sistemas al aire libre, el
El uso de fertilizantes orgánicos para suelos de invernaderos interiores puede tener un mayor efecto positivo
en fl influencia sobre la funcionalidad del suelo debido a su efecto sobre la porosidad y la conectividad de los
poros ( Xu et al., 2019 ). Cabe señalar que los fertilizantes orgánicos pueden no aumentar el rendimiento de los
cultivos a los niveles alcanzables con fertilizantes inorgánicos. Este problema puede superarse
complementando los fertilizantes orgánicos con inorgánicos ( Maltas et al., 2018 ).
Una variedad de prácticas agrícolas de conservación pueden aumentar los niveles de COS, al mismo
tiempo que aumentan la productividad de los cultivos y disminuyen la demanda de agua ( Kumar et al.,
2019 ; Mehra et al., 2018 ). El retorno de los residuos de cultivos a los suelos superficiales puede tener un
efecto positivo en el secuestro de carbono del suelo ( Chowdhury et al., 2015 ; Li y col., 2019b ). Por
ejemplo, cortar y devolver paja de trigo y rastrojo de maíz puede aumentar los niveles de COS
14,5% en sistema de doble cultivo ( Zhao et al., 2019 ). Las prácticas de labranza reducida y no labranza
también pueden aumentar los niveles de COS del suelo ( Chatskikh et al., 2008 ; Lafond y col., 2011 ). Por
ejemplo, un estudio de 22 años mostró que sin labranza, el tratamiento con mantillo tuvo un significado
significativo fi efecto significativamente positivo sobre la retención de carbono ( Kahlon et al., 2013 ). Los
métodos integrados tienen el potencial de lograr aún más signi fi no puede aumentar los niveles de COS.
Por ejemplo, los datos del COS recopilados durante 35 años en una región semiárida de China
mostraron que los niveles de carbono se mejoraron (entre un 453% y un 757%) utilizando una
combinación de mejores prácticas de cultivo, cobertura vegetal y métodos de siembra ( Guoju et al., 2020 ).
Los diferentes usos del suelo también afectan el COS, no solo en términos de concentración, sino
también las fracciones de COS que son vulnerables a la mineralización ( Ramesh et al., 2019 ). Por
ejemplo, lábil y humi fi Se ha informado que las fracciones de COS son más propensas a la
mineralización en tierras cultivables que en pastizales ( Ukalska-Jaruga et al., 2019 ). Quanti exacto fi cación
de COS sigue siendo un desafío debido a la alta heterogeneidad espacial en los suelos. Por ejemplo,
características como setos y vallas pueden fl influyen en el COS debido a su impacto en la humedad del
suelo y la densidad aparente ( Ford et al., 2019 ). La compactación del suelo mediante maquinaria
agrícola reduce los macroporos y crea estanques de agua ( MossadeghiBjörklund et al., 2019 ), que
puede afectar el SOC. También hay discrepancias entre las estimaciones de COS que utilizan
parámetros regionales versus locales, particularmente en suelos boscosos que contienen grandes
cantidades de materia orgánica en descomposición (p. Ej., Histosoles) y ecosistemas de alta diversidad
de bajos insumos ( Ottoy et al., 2019 ).
4.2. Biochar como mitigación
El biocarbón es un producto rico en carbono que se produce mediante la quema de biomasa con
un suministro limitado de oxígeno (es decir, pirólisis) ( Lehmann y Joseph, 2009 ; Wang y col., 2020c ).
Por lo general, posee un estable
alcalinidad. Estas características permiten que el biocarbón mejore el contenido de humedad del
suelo, absorba sustancias contaminantes y aumente el pH del suelo ( Andrés et al., 2019 ). Además, el
biocarbón se considera carbono negativo porque el carbono dentro de su estructura, que se captura
de la atmósfera durante la formación de la biomasa, es más recalcitrante en el entorno natural que el
carbono en la biomasa que no ha sido pirolizada. Debido a su negatividad de carbono y bene fi ciales
para el manejo del suelo, el biocarbón se ha propuesto como una posible tecnología para ayudar a
mitigar el cambio climático ( Woolf y col., 2010 ). Numerosos estudios han explorado el uso de
biocarbón en tierras de cultivo ( Laird y col., 2010b ), mientras que estudios recientes también han
examinado su aplicación en otros sistemas, como los pastizales alpinos ( Real academia de bellas
artes fi q et al., 2019 ).
Al precio actual del carbono, la aplicación de biocarbón al suelo no es comercialmente viable a
menos que exista un beneficio adicional. fi t a los agricultores. Por lo tanto, los investigadores han
realizado una extensa investigación sobre los beneficios fi ts biochar para fines agrícolas y ambientales.
Una de las áreas más investigadas es el uso de biocarbón para aumentar el rendimiento de los cultivos.
Un metaanálisis reciente encontró que en comparación con el fertilizante inorgánico solo, el biocarbón
puede aumentar el rendimiento de los cultivos entre un 11% y un 19% (95% con fi intervalos de dencia) ( Ye
et al., 2020 ). El biocarbón también se ha propuesto como una técnica sostenible para remediar suelos
degradados por contaminantes, especialmente metales pesados ( Hou, 2020 ; O'Connor y col., 2018c ; Song
et al., 2019 ). La sostenibilidad del biocarbón aumenta si la materia prima de biomasa es un
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Residuos biológicos que de otro modo serían quemados o descartados en la tierra. fi ll, evitando así la
contaminación del aire o el consumo de suelo fi ll espacio. Sin embargo, aunque una gran cantidad de
estudios han demostrado que las aplicaciones de biocarbón tienen efectos positivos en el suelo, debe
tenerse en cuenta que dichos efectos pueden disminuir después de 3 años. - 5 años ( Dong et al., 2019 ). La
eficacia y la longevidad del biocarbón pueden mejorarse mediante la invención de biocarros artificiales ( O'Connor
et al., 2018b ).
4.3. Gases de efecto invernadero del suelo
Los suelos actúan como signi fi fuentes importantes de diversos gases de efecto invernadero (GEI),
incluyendo CO 2, CH 4, y N 2 O. Reducir la emisión de dichos GEI es uno de los mayores desafíos para
la agricultura sostenible ( de Araújo
Santos et al., 2019 ) y el logro del ODS 13: Acción por el clima.
CO del suelo 2 las emisiones se ven afectadas por la práctica agrícola (por ejemplo, labranza y aplicación de fertilizantes),
así como por las propiedades del suelo (por ejemplo, textura del suelo).
Para suelos arenosos, una mayor macroporosidad tiende a asociarse con
CO más alto 2 emisiones, mientras que la microporosidad se asocia con emisiones más bajas, que
probablemente se relacionan con sus respectivos niveles de tortuosidad
( Farhate et al., 2019 ; Tavares et al., 2015 ). El uso de cal para tratar bajos
Los suelos de pH también pueden relacionarse con CO 2 emisiones. Por lo tanto, el manejo sostenible de
pastizales de bajo pH puede implicar el uso de dosis bajas de encalado.
tasas, que proporcionan casi el mismo resultado que tasas más altas ( Bolan y col., 2003 ; Kunhikrishnan
et al., 2016 ; Lochon et al., 2019 ). Un estudio en Dinamarca mostró que la práctica de labranza
reducida puede disminuir los GEI netos
emisiones por 0,56 Mg CO 2- eq. decir ah - 1 por año; Además, el uso de discos de reja que alteren
mínimamente el suelo puede reducir las emisiones netas de GEI al
1,84 mg de CO 2- eq. decir ah - 1 por año ( Chatskikh et al., 2008 ).
N atmosférico 2 O representa ~ 6% del forzamiento radiativo causado por la actividad antropogénica,
que en gran parte proviene de los sistemas del suelo ( Davidson,
2009 ). Por tanto, la emisión de N 2 O de suelo agrícola es particularmente preocupante. Davidson
(2009) estimó que el 2% del nitrógeno en los abonos
y 2,5% de nitrógeno en los fertilizantes utilizados por los agricultores durante el período de
1860 - 2005 se convirtió en nitrógeno atmosférico 2 O. En China, las emisiones derivadas de los
fertilizantes nitrogenados sintéticos representan ~ 7% de los
presupuesto anual de GEI. Al implementar nueva tecnología y mejores prácticas de manejo que
minimizan el uso de nitrógeno en el manejo del suelo,
es factible reducir las emisiones de GEI en 102 - 357 Tg CO 2- equivalente solo en China ( Zhang y col.,
2013 ). Enmienda del suelo con más sostenible
alternativas al nitrógeno sintético (por ejemplo, biocarbón) pueden ayudar a reducir el N 2 O emisiones del
suelo ( Senbayram et al., 2019 ).
Las emisiones de metano del suelo representan otro factor importante del cambio climático. Un
estudio temprano encontró que la aplicación de paja de arroz a
arrozal fi campos aumentaron CH 4 emisiones por un factor de 1,8 a 3,5 ( Yagi y Minami, 1990 ).
Recientemente, las emisiones de metano del permafrost (per-
suelo permanentemente congelado) ha llamado la atención de la comunidad científica del clima, debido a su
papel fundamental en el ciclo del carbono ( Schuur et al., 2015 ). A medida que ocurre el cambio climático, el
aumento de la temperatura en las regiones polares hace que el permafrost se descongele y aumente la
actividad microbiana ( Hollesen
et al., 2015 ). Esto conduce a un aumento de metano y CO 2 emisiones de suelos árticos ricos en
orgánicos ( Schuur et al., 2013 ). Como estos gases se asocian
Debido a un mayor potencial de calentamiento global, su emisión aumenta los niveles de deshielo del
permafrost, formando así un circuito de retroalimentación positiva. Es imperativo comprender estos
procesos de manera cuantitativa. A medida que la crisis del cambio climático empeora, puede ser
necesario tomar medidas de mitigación que involucren el manejo del suelo en áreas asociadas con
altos niveles de metano. fl uxes.
5. Biodiversidad y ecología del suelo
5.1. Biodiversidad del suelo
La práctica de gestión sostenible del suelo puede mejorar o conservar la biodiversidad del suelo,
lo que representa un importante fi gran proporción de la biodiversidad total de la Tierra ( Bahram et al.,
2018 ) y es pertinente para el logro de los ODS de las Naciones Unidas (por ejemplo, ODS 15: Vida
en tierra). Entre otros
7
factores, las comunidades microbianas del suelo se ven afectadas por la disponibilidad de nutrientes
correspondientes al tipo de práctica de manejo del suelo ( Bolan y col., 1996 ; Lauber et al., 2009 ; Leff y
col., 2015 ). Por ejemplo, el uso de fertilizantes solubles (p. Ej., Fosfato monocálcico), fertilizantes
orgánicos menos solubles (p. Ej., Caña de azúcar fi torta de filtrado) o fosfato de roca casi insoluble ( Arruda
et al., 2019 ) tienen diferentes impactos en las comunidades microbianas del suelo. Las prácticas de
manejo del suelo también afectan la hidráulica del suelo, lo que afecta la biodiversidad vegetal y
microbiana y la resiliencia del ecosistema ( Alley et al., 2002 ; Anderegg et al., 2018 ). Un estudio en India
informó que la integración de la devolución de residuos de cultivos con la aplicación de abono verde y la
labranza cero en un sistema de doble cultivo de arroz y trigo aumentó los niveles de COS en un 13%, la
biomasa microbiana en un 38%, la tasa de respiración basal del suelo en un 33% y cociente microbiano
en un 30% ( Saikia et al., 2020 ). Ciertas enmiendas del suelo están asociadas con una mayor
biodiversidad del suelo. Por ejemplo, la enmienda con biocarbón de un suelo de viñedo mediterráneo
disminuyó la mineralización tanto del COS como de la biomasa microbiana, mientras que se mantuvo la
diversidad microbiana funcional y la biodiversidad de los microartrópodos del suelo ( Andrés et al., 2019 ).
Las propiedades del suelo y la biodiversidad también se ven afectadas por los sistemas de raíces de las
plantas dentro de la rizosfera ( Dey et al., 2012 ).
Las especies más grandes en el suelo también son un aspecto importante de la biodiversidad del suelo,
además de estar en fl influyente en las propiedades del suelo ( Bardgett y van der Putten, 2014 ; Wu et al., 2011 ).
Las lombrices de tierra (Oligochaeta) son una especie de suelo particularmente importante debido a la
creación de macroporos del suelo ( norte 0,3 mm) y canales (madrigueras) que aumentan el agua y el gas en fi tasas
de filtración ( Bartz et al., 2013 ; Bhadauria y Saxena, 2010 ). Por lo tanto, la actividad de las lombrices de tierra
puede hacer que los ambientes del suelo sean más susceptibles a la actividad y diversidad microbiana ( Eriksen-Hamel
et al., 2009 ). Las prácticas de labranza de conservación que implican el retorno de los residuos de cultivos a
los suelos superficiales pueden aumentar el número de lombrices de tierra en cientos de miles por hectárea ( Barthod
et al., 2018 ; Giannitsopoulos et al., 2020 )
5.2. Servicios de ecosistema
Los suelos proporcionan servicios ecosistémicos vitales, que brindan beneficios económicos y
sociales. fi ts Adhikari y Hartemink, 2016 ; Dominati y otros, 2010 ;
Pavan y Ometto, 2018 ; Su et al., 2018 ). Se han propuesto métodos de valoración monetaria para
contabilizar el capital natural de este recurso ( Robinson et al., 2014 ). De esta manera, un estudio a
escala nacional en el Reino Unido sugirió que se podrían lograr £ 18 mil millones de libras esterlinas
adicionales en servicios del ecosistema en un escenario de política óptimo. Este valor tiene en cuenta
los principales servicios del ecosistema, como la producción agrícola, el secuestro de carbono, el uso
recreativo y la diversidad de la vida silvestre ( Bateman et al., 2013 ). Sin embargo, algunos
académicos han argumentado que la monetarización sistemática es innecesaria. Por ejemplo, los
métodos de redes de creencias bayesianas (BBN) y análisis de decisiones de criterios múltiples
(MCDA) pueden proporcionar a los tomadores de decisiones información semicuantitativa que tiene
en cuenta la multifuncionalidad de los servicios del ecosistema del suelo ( Baveye et al., 2016 ).
Los organismos vivos en el suelo tienen un impacto directo en la productividad agrícola y los servicios
de los ecosistemas. Por ejemplo, la comunidad microbiana es esencial para la descontaminación natural de
suelos contaminados. Por lo tanto, el seguimiento de los indicadores biológicos es necesario para gestionar
eficazmente los ecosistemas del suelo. Algunos de los indicadores más importantes de la biota del suelo
incluyen microsimbiontes, descomponedores, transformadores elementales, ingenieros del ecosistema del
suelo, plagas y enfermedades transmitidas por el suelo y microrreguladores ( Barrios, 2007 ). Los
invertebrados del suelo también juegan un signi fi papel importante en los servicios del ecosistema del suelo ( Lavelle
et al., 2006 ).
En Europa, un gran número de programas de seguimiento y fi Se han realizado estudios de campo
desde la década de 1990, con el fin de obtener datos para optimizar los servicios de los ecosistemas ( Pulleman
et al., 2012 ). Los datos muestran que la heterogeneidad espacial dentro de los sistemas de suelos se
traduce en la distribución desigual de los servicios de los ecosistemas ( Aitkenhead y Coull, 2019 ). Los
gobiernos pueden intervenir para restaurar o mejorar los servicios ecológicos en sistemas de suelos
limitados. En China, por ejemplo, el gobierno ha puesto a disposición de los agricultores subsidios para
proteger los bosques naturales y convertir las tierras de cultivo agrícolas empinadas en otros usos de la
tierra, como pastizales o bosques ( Liu
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et al., 2008 ). Si las tierras agrícolas se degradan hasta el punto de ser abandonadas, los tratamientos del
suelo pueden ayudar a lograr la revegetación natural y la recuperación de los servicios de los ecosistemas
( Li et al., 2019a ). Por ejemplo, la recuperación de tierras severamente degradadas se puede facilitar
mediante el uso de enmiendas del suelo como el biocarbón ( O'Connor y col., 2018c ).
6. Ciencias del suelo y del medio ambiente
6.1. La contaminación del suelo
Los contaminantes son un problema para muchos sitios agrícolas ( Bolan y col., 2014 ; Khan,
2016 ; O'Connor et al., 2019b ; Wilcke, 2000 ), lo que dificulta los esfuerzos hacia el logro de los ODS
de las Naciones Unidas (por ejemplo, ODS 3: Buena salud y bienestar). Los contaminantes del suelo
incluyen metales pesados, como cadmio (Cd), cobre (Cu), plomo (Pb), mercurio (Hg) y zinc (Zn), y
contaminantes orgánicos, como pesticidas e hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH). Como
contaminante emergente, los microplásticos en el medio ambiente del suelo también han llamado la
atención en los últimos años ( Bradney et al., 2019 ; Jia et al., 2020 ; O'Connor et al., 2020 ; Wang et
al., 2020a ). La evaluación de su destino y transporte es fundamental para comprender el riesgo
ambiental ( Corradini et al., 2019 ; Wang et al., 2019a ).
Se necesita con urgencia un mapa mundial de la contaminación del suelo para comprender
mejor la situación a nivel mundial, pero pocos países están invirtiendo en investigaciones a escala
nacional ( Hou y Ok, 2019 ). Los niveles elevados de contaminantes del suelo pueden resultar de una
amplia variedad de actividades antropogénicas, que van desde la minería de metales hasta la quema
de combustibles fósiles ( Zhang y col., 2020b ). La redistribución espacial de estos contaminantes
implica la transferencia entre fases, como la disolución del suelo al agua, la volatilización del suelo al
aire y la deposición del aire al suelo ( O'Connor et al., 2019a ; Zhang et al., 2019 ). La contaminación
antropogénica del suelo en regiones subdesarrolladas donde las actividades industriales son menos
intensivas también puede ocurrir debido al tráfico. fi cy emisiones relacionadas con la minería, etc. Por
ejemplo, un estudio reciente en un área suburbana de Asia Central mostró que el Pb, Zn y Cu
pueden acumularse a niveles altos en los suelos debido al tráfico por carretera. fi c hasta 200maway ( Ma cultivos forrajeros de invierno. Esto ha incrementado el uso de agroquímicos, incluidos el glifosato y
et al., 2019 ). La remediación de suelos contaminados es una investigación importante fi campo que
vincula la ciencia del suelo y la ciencia ambiental. Tradicionalmente, los profesionales de la
remediación se centraron en métodos de limpieza física, como la excavación del suelo y la
eliminación en tierra. fi ll ( Qi et al., 2020 ), o métodos de tratamiento químico, como la oxidación
química in situ ( O'Connor et al., 2018a ). En los últimos años, las soluciones basadas en la
naturaleza, como la fitorremediación y la estabilización verde, han ganado atención entre los
científicos fi c comunidad de investigación Wang et al., 2019b ; Wang y col., 2020b ; Zhang y col., 2020a ).
Por ejemplo, se están recolectando, cultivando y explotando cepas microbianas de entornos
naturales únicos para generar soluciones económicas y ecológicas para la descontaminación del
suelo ( Atashgahi et al., 2018 ; Bunge et al., 2003 ).
6.2. La erosión del suelo
La erosión del suelo, un proceso importante de degradación de la tierra, es causada por los efectos de
la intemperie del agua y el viento ( Lal, 2003 ). Para las tierras cubiertas por vegetación nativa, las tasas de
erosión natural tenderán a equilibrarse con las tasas de producción del suelo. Sin embargo, la práctica típica
de labranza agrícola puede alterar este equilibrio, provocando que los niveles de erosión del suelo sean uno
o dos órdenes de magnitud más altos que los de la formación del suelo ( Montgomery, 2007b ). Los sistemas
de suelo que experimentan una erosión neta del suelo pueden sufrir la pérdida de suelos superficiales
fértiles, la eliminación del carbono orgánico del suelo y la reducción de la productividad agrícola, lo que
genera un alto costo ambiental y económico a nivel mundial ( Montgomery, 2007a ; Pimentel y col., 1995 ).
Debido a que los metales pesados tienden a unirse fuertemente a las partículas erosionadas del suelo, la
distribución generalizada de contaminantes del suelo también se asocia a menudo con la erosión del suelo ( Xiao
et al., 2019 ).
La erosión del suelo no solo causa daños a la tierra donde ocurre, sino que también pone en peligro
los sistemas acuáticos locales debido a la carga excesiva de sedimentos ( Boardman et al., 2019 ). Se han
desarrollado modelos de erosión del suelo para predecir los impactos de la calidad del agua en una escala
de captación ( Fu y col.,
2019 ). También puede causar daños a las viviendas cercanas debido al aumento de la escorrentía superficial
y los deslizamientos de tierra. Debido a tales impactos, muchos gobiernos están tomando medidas de
mitigación a gran escala, como la revegetación con especies nativas y la restauración de bosques ( Teng et
al., 2019 ).
6.3. Lixiviación del suelo
Durante lluvias intensas, irrigación o eventos de recarga, grandes volúmenes de agua pueden entrar
en contacto con diversas sustancias como espacios porosos del suelo. fi ll ( O'Connor y Hou, 2019 ). En este
proceso, existen interacciones complejas entre las fases gaseosa, líquida y sólida para los nutrientes del
suelo, elementos potencialmente tóxicos y contaminantes orgánicos. Si los nutrientes o contaminantes del
suelo se lixivian de los suelos superficiales, pueden transportarse al subsuelo a través de la migración
vertical de fi agua de filtración. Esto puede conducir a una contaminación de las aguas subterráneas a gran
escala que involucra sustancias como el amoníaco ( Jia et al., 2019 ). Los nutrientes lixiviados en la
escorrentía superficial también pueden ingresar a los cuerpos de agua superficiales cercanos, causando
eutrofización ( Maguire y Sims, 2002 ). La lixiviación del suelo puede ser particularmente prominente en la
temporada otoño-invierno debido a la reducción de la actividad de las plantas ( Welten et al., 2019 ).
El potencial de lixiviación del suelo se ve agravado por las prácticas agrícolas físicas comunes,
incluida la instalación de drenaje profundo ( Nachimuthu et al., 2019 ). El potencial de lixiviación del
suelo también se ve afectado por las prácticas de manejo del suelo que alteran la composición
química del suelo. Por ejemplo, el encalado es un método agrícola común para aumentar el pH del
suelo y reducir fl occulación. Sin embargo, estudios recientes han sugerido que las superficies de las
partículas del suelo se cargan más negativamente a medida que aumenta el pH del suelo. Por lo
tanto, la actividad de encalado puede conducir a sustancias nocivas ligadas al suelo, como por fl ácido
uorooctano sulfónico (PFOS) y por fl ácido uorooctanoico (PFOA), que se filtra del suelo y entra en los
sistemas de agua subterránea ( Oliver et al., 2019 ). En Nueva Zelanda, intensi fi la producción agrícola
en paisajes escarpados, que es alentada por la política del gobierno para significar fi Incrementar
significativamente las exportaciones agrícolas, ha supuesto la sustitución de pastos perennes por
el diazinón, que no solo representan un riesgo ambiental en sí mismos, sino que también facilitan la
lixiviación de carbono orgánico y nitrógeno ( Chibuike et al., 2019 ). La notificación de tales
consecuencias imprevistas refuerza la importancia de evaluaciones integrales para el uso y manejo
sostenible del suelo. Cabe señalar que se ha demostrado que ciertas enmiendas del suelo, como el
biocarbón, reducen el potencial de lixiviación de nutrientes del suelo ( Laird y col., 2010a ).
La lixiviación del suelo puede aumentar la heterogeneidad espacial de los nutrientes del suelo, lo que
dificulta el manejo del suelo. fi culto. Por ejemplo, las tierras de cultivo intensivas tienden a estar sujetas a
altos niveles de aportación de nitrógeno. Sin embargo, los sistemas planta-animal-suelo no son ef fi ciente en
utilizar grandes cantidades de nitrógeno, con sólo 15 - 35% integrado en productos agrícolas. Un gran
porcentaje del exceso de nitrógeno se devuelve a los puntos localizados a través de las excreciones de
orina de los animales, lo que da como resultado puntos calientes de nitrógeno elevados.
7. Resumen, desafíos y direcciones futuras
El compromiso de la comunidad internacional para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS) de las Naciones Unidas depende de la salud del suelo. Sin embargo, ni el scienti fi c la
comunidad ni los formuladores de políticas han pagado fi ciente atención al suelo en sus esfuerzos por
los ODS. Los científicos del suelo no se han involucrado adecuadamente en el debate sobre las metas
e indicadores de los ODS ( Bouma et al., 2019 ). En consecuencia, si bien hay cuatro metas de los ODS
que especifican fi mencionan el suelo, y otros que indirectamente se relacionan con el suelo, solo se ha
establecido un indicador de suelo explícito ( Bouma et al., 2019 ). La falta de participación de los
científicos del suelo puede deberse a su fuerte enfoque en la ciencia pura del suelo, en lugar de llevar
a cabo discusiones interdisciplinarias y elaboradas sobre temas generales relacionados con el suelo
con otras partes interesadas. Para ayudar a proporcionar soluciones efectivas para los ODS, es
imperativo fomentar la investigación interdisciplinaria del suelo entre
 D. Hou y col. / Ciencia del medio ambiente total 729 (2020) 138961
científicos e investigadores en fi campos relacionados con las ciencias sociales, las ciencias del clima, la
ecología y las ciencias ambientales. Cuando los gobiernos nacionales y locales forman políticas de acuerdo
con los ODS de las Naciones Unidas, es necesario alentar a los científicos del suelo a desempeñar un papel
más activo, y los responsables de la toma de decisiones deben buscar su asesoramiento. Por ejemplo,
nominando científicos del suelo a los comités directivos clave.
Un gran desafío para el uso y manejo sostenible del suelo es la heterogeneidad espacial
inherente de las propiedades del suelo, desde la escala micro hasta la global. Esto lo hace dif fi culto
documento.
para predecir relaciones no lineales entre varios procesos del suelo y comportamientos del sistema ( Manzoni
y Porporato, 2009 ). Por ejemplo, las estimaciones regionales de las existencias de carbono orgánico
del suelo han diferido hasta en un 60% en diferentes escalas debido a esta heterogeneidad ( Illiger y
col., 2019 ). Se sabe poco sobre la distribución vertical del carbono orgánico en el subsuelo ( Balesdent
et al., 2018 ). Dado que se almacenan grandes cantidades de carbono en suelos profundos ( Yu et al.,
2019 ), es esencial comprender el estado, así como los mecanismos, del ciclo del carbono del suelo
en toda la extensión de la litosfera.
La heterogeneidad espacial también existe en los sistemas socioeconómicos. Considere, por ejemplo, el
tamaño de las explotaciones agrícolas típicas entre los diferentes países. En las zonas rurales de China, la
mayoría de las granjas son minifundios de segundo 0,5 ha. En Hungría, la mayoría de las explotaciones agrícolas
también son relativamente pequeñas, con un 79% segundo 2 ha. En contraste, las granjas danesas tienden a ser
bastante grandes, con un 55% de más de 20 ha ( IngramandMills, 2019 ). Estas diferencias crean desafíos para la
transferencia de conocimientos entre países. Por ejemplo, el tamaño de la granja puede actuar como una barrera
para la adopción de tecnología agrícola sostenible debido a fi-
limitaciones financieras o técnicas ( Alskaf et al., 2020 ).
Es importante describir las tendencias temporales a largo plazo en el comportamiento del sistema del
suelo porque muchos problemas importantes, como la crisis climática, requieren soluciones perceptivas
basadas en evidencia a largo plazo. Sin embargo, muchos estudios existentes, especialmente estudios
sobre temas emergentes, se basan en estudios a corto plazo. fi descubrimientos. Por ejemplo, un estudio
reciente de sistemas de pastos sugirió que se podrían plantar varias especies para controlar la lixiviación
de nitrógeno asociada con la orina de vaca ( Welten et al., 2019 ). Esta prometedora fi Sin embargo, el
hallazgo se basó en menos de un año de datos. Se necesitan estudios a más largo plazo para verificar la
efectividad de tales estrategias. Deberían dedicarse mayores esfuerzos a la investigación y el desarrollo
de técnicas de envejecimiento acelerado ( Shen et al., 2019 )
El progreso en el uso y manejo sostenible del suelo se basa en el desarrollo de indicadores
adecuados y holísticos para la salud del suelo que fl ect los diversos procesos involucrados, de una
manera concisa, cuanti fi manera capaz, confiable y significativa. Para lograr este objetivo, la salud del
suelo debe evaluarse bajo las especificaciones del sitio. fi c condiciones que dan cuenta de los
diferentes procesos de diferentes condiciones geológicas, climáticas y sociales ( Vogel et al., 2018 ).
Esto sería particularmente valioso para ayudar a los agricultores a tomar decisiones y traducir la
ciencia del suelo en prácticas prácticas de manejo y uso sostenible del suelo. Además, para apoyar
los procesos de formulación de políticas, es necesario mapear las propiedades del suelo a escala
regional, o incluso a escala nacional y mundial. El mapeo de alta resolución y la agrupación de
propiedades del suelo permitirían recomendaciones específicas para el manejo sostenible del suelo ( Donoghue
et al., 2019 ). También debe tenerse en cuenta que si bien muchos estudios de sostenibilidad del suelo
existentes se han centrado en los impactos de las actividades socioeconómicas (es decir, el manejo
del suelo) en los sistemas del suelo (es decir, la salud del suelo), los estudios sobre los impactos de
los sistemas del suelo en los sistemas socioeconómicos son menos comunes ( Vogel et al., 2018 ).
La gestión de la información y el intercambio de conocimientos son fundamentales para crear
una gobernanza colaborativa y ofrecer soluciones sostenibles ( Bodin, 2017 ). En esta nueva era de la
información, se producen enormes cantidades de información valiosa (y desinformación). Esto
plantea un desafío tanto para los creadores de conocimiento, que luchan por hacerlo visible en un
océano de información, como para los usuarios del conocimiento, que luchan por distinguir si la
información es valiosa o no. Las tecnologías emergentes y avanzadas, como 5G, big data y
aprendizaje automático, presentan grandes oportunidades para abordar estos desafíos. Estudios
interdisciplinarios iniciados por, o en colaboración con, comunicación
9
Los ingenieros e informáticos tienen un gran potencial para mejorar nuestra capacidad de uso y
gestión sostenible de los recursos del suelo.
Declaración de intereses en competencia
Los autores declaran que no tienen conocimiento de competencia fi intereses financieros o
relaciones personales que podrían haber aparecido en fl influyen en el trabajo informado en este
Agradecimientos
Este trabajo fue apoyado por el Programa Nacional de Investigación y Desarrollo Clave de China
(Subvención No. 2018YFC1801300).
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