Está en la página 1de 115

UNA VIDA DE

ADORACIÓN EN

CRISTO

Por Daniel Rodríguez

2
Una Vida de Adoración en Cristo

1era edición: 2020

Depósito Legal: ZU2017000154

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento o procesamiento


informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, por fotocopia,
registro u otro método, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público, sin
el permiso previo y por escrito del autor.

Salvo en caso de señalarse lo contrario, las citas bíblicas corresponden a la versión


Reina-Valera 1960 (RVR1960).

Autor: Daniel Rodríguez


Correo: danielrproducciones@gmail.com
FanPage Facebook: Daniel Rodriguez
Instagram: @danielrodriguezlife
Ilustración de Portada: Susana M. Valdivé Lunar
Edición y Corrección: Adalic E. Rodríguez @adalicrodriguez

3
Dedicatoria

Este libro “Una vida de adoración en Cristo” está dedicado a todo el cuerpo de
Cristo en las naciones y a cada persona que desea expresar una vida de adoración
ferviente y apasionada por Dios. A cada salmista, cantor y músico que con su vida ha
decidido servir en este maravilloso llamado.

4
Agradecimientos

Primeramente, quiero darle las gracias a mi Señor Jesucristo por haberme dado
vida, salvación y propósito; por abrir un camino nuevo y vivo para adorar y exaltar su
hermoso nombre por medio de su Sangre.

Gracias Señor amado por darme el privilegio de servirte y de escribir este, mi


primer libro. Gracias a tu obra redentora, oh, Cristo, tenemos libre acceso al trono de la
gracia y entrada al Padre por medio del Espíritu Santo. Ahora hay una fuente en
nosotros que salta para vida eterna. ¡GRACIAS A TI, AMADO REY!

Quiero agradecer a mi amada esposa Adalic por su amor, apoyo y ayuda en todo
incluyendo la edición de este libro. Tú has sido y serás un pilar fundamental e
importante en cada área de mi vida. Eres mi amiga, mi consejera, mi único amor, y
compañera. La mujer de mi juventud.

También agradezco a mis dos hijos: Josías y Nicole; ellos son tan especiales,
tiernos, llenos de amor, gracia y favor. Son mi regalo, mi linaje, mis herederos y un
tesoro para mi vida. Agradezco al Padre celestial por haberlos traído a mi vida. Son la
herencia del Señor.

5
“Este libro está lleno de principios de vida para formar y capacitar a la Iglesia
para adorar al Padre en Espíritu y Verdad. También es una herramienta para derribar
paradigmas y falsas enseñanzas acerca de la alabanza y la adoración ubicándonos en la
realidad del Nuevo Pacto y la verdad presente.

Muchas personas se enfocan en la restauración de las expresiones de alabanza y


adoración, y está muy bien, pero cuando la Escritura habla de la restauración del
tabernáculo de David, nos da a entender que el Señor quiere restaurar el corazón que
tenía David al adorar a Dios; un corazón limpio y Puro, un corazón que reconocía sus
errores y pecados, y se humillaba delante de Dios. Eso es lo que este libro nos enseña:
la restauración del corazón del adorador. No solo son importantes las formas de
alabanza y adoración, sino que la vida misma, tu manera de vivir y andar refleja tu
verdadera adoración.

También podemos leer en el libro de Apocalipsis como la adoración es enfocada


en Cristo, quien es el cordero de Dios y que solo Cristo es digno de la adoración. La
adoración enfocada en Cristo es la adoración del Nuevo Testamento que activa lo
profético porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

Este libro habla de estos importantes tópicos, conceptos y principios que


ayudarán y edificarán a la Iglesia en la alabanza y adoración.

Así que recomiendo que todas las Iglesias, ministros, equipos de alabanza y
adoración adquieran este poderoso manual.

- Apóstol Holver Escala.

6
“Quiero dar gracias a Dios por los hombres llamados para este tiempo como lo
es Daniel Rodríguez, de quien tengo el honor de ver su crecimiento, esfuerzo y valor
dentro de la iglesia donde ha desarrollado su ministerio.

Creo firmemente que este libro no solo te hará adorar y exaltar a Dios de la
manera correcta, sino que traerá reconciliación en estos tiempos. Adorar no es
sinónimo de cantar, sin embargo, cuando adoras a través de la música se abren los
cielos y no solo produces aplausos, fama o la admiración de multitudes.

Al leer este libro, me doy cuenta de que necesitamos retomar lo que en el


principio se nos fue otorgado: La alabanza profética. Ella trae dirección, trae apertura y
nuevos comienzos. Además, leyendo también verás que profetiza a tu vida de una
forma poderosa.

Aquí encontrarás la estrategia que debemos ejecutar en nuestro diario vivir y así
ver milagrosamente resucitar los sueños que estaban muertos. Verás cosas poderosas
porque vendrá un despertar en ti como adorador profético.

Recomiendo que lo leas, lo apliques, lo ejecutes, lo guardes y que atesores cada


palabra en este libro porque está escrito desde el corazón de un adorador profético que
fue llamado a restaurar altares con su adoración”.

- Salmista Kerwin Márquez

7
“Al estar viajando por más de 20 años por toda América Latina me he encontrado
con la gran necesidad que presentan los músicos cristianos de ser instruidos en la
Palabra de Dios.

«Una vida de adoración en Cristo» contiene herramientas claves que serán de


mucho provecho y beneficio en tu desarrollo y caminar en Cristo. En la palabra de Dios
encontramos los secretos íntimos del corazón del Padre para nosotros sus hijos. Este
libro te acercará al corazón del Padre, creando un hambre como nunca por su presencia.

He abrazado la tarea de formar músicos adoradores con el carácter de Cristo, y


sin lugar a duda este material nos recuerda que lo fundamental en la vida de cualquier
músico adorador es ser excelente con nuestro instrumento y con nuestro estilo de vida
como discípulos de Jesús.

Gracias Daniel por expresar en estas páginas lo que Dios ha puesto en tu corazón
y explicar el tipo de adorador que el Padre busca”.

- Gabriel Gallego
(Director de Aliento Music School,
Director Musical y Pianista de Marco Barrientos)

8
Contenido:

Capítulo…………………………………………………………………………………pag.

1. Definiciones y principios importantes de la alabanza y la adoración………....10

2. La restauración del verdadero adorador…………………………………………27

3. Preparando nuestras vidas para una verdadera adoración…………………… 35

4. La obediencia en la vida de un adorador en Cristo……………………………. 46

5. El poder de la alabanza y la adoración para Dios……………………………….54

6. Ministrando bajo las órdenes del Rey……………………………………………65

7. La adoración comienza desde tu casa……………………………………………74

8. Adoración desde un Nuevo pacto………………………………………………..84

9. Oraciones y declaraciones proféticas ……………………………………………100

9
CAPÍTULO 1

DEFINICIONES Y PRINCIPIOS IMPORTANTES DE LA


ALABANZA Y LA ADORACIÓN

Es muy importante para nosotros como hijos de Dios, conocer el significado de


nuestras expresiones de alabanza y adoración como lo es levantar nuestras manos,
arrodillarnos, dar un grito de júbilo, bailar o cantar un cántico nuevo, entendiendo que
cada una de estas expresiones tienen un significado profético para nuestros días, de
modo que en este primer capítulo quiero hablarles de cada una de ellas, así como del
propósito de la alabanza.

Comenzaré por definir la alabanza: Es exaltar, celebrar, cantar con alegría, dar
gracias, celebrar las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas, en nuestras
familias y en las naciones de la Tierra. Podría decir además que la alabanza es anunciar
las virtudes y cualidades de nuestro Dios por quien es Él.

En la Biblia podemos encontrar esta práctica definición en los siguientes


versículos: En el libro de Salmos 9:1-2 dice: “Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
Contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh
Altísimo¨. Y, en Salmos 136:1 cita: “Alabad a Jehová, porque Él es bueno, porque para siempre
es su misericordia”.

Ahora bien, es conveniente preguntarnos ¿Qué es Adoración? El significado de


la palabra griega en el Nuevo Testamento traducida más a menudo como “adoración”
es “proskuneo”, y su significado es la expresión “postrarse delante” o “arrodillarse
delante”. Podemos decir entonces que la adoración es una actitud del corazón y es una
forma de vida, donde la principal cualidad que nos caracteriza es el estar rendido
delante del Señor diariamente; es una condición en nuestro interior de estar totalmente
postrado al dominio del Señor.

10
La adoración, más que un acto, es una vida fluyente en donde las expresiones
son sumamente importantes. Podemos decir entonces que Dios busca al adorador más
que a la adoración en sí. Juan 4:23-24 dice:
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren”.
La adoración tiene que ver con una vida en el espíritu de búsqueda en oración,
de rendición a la palabra, obediencia, sujeción y amor a Dios en completa sinceridad, es
decir, “en verdad”. El texto sigue y nos enseña que Dios busca a estos adoradores que
adoren en espíritu y verdad. La adoración es una vida fluyente que nace de adentro
hacia fuera.

¿POR QUÉ DEBEMOS ALABAR Y ADORAR A DIOS?

Alabamos porque Él es Dios, y en Salmos 48:1 encontramos el siguiente verso


que dice: “Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado...”.

Alabamos porque Él es digno y se expone en Apocalipsis 4:11 cuando dice:


“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y
por tu voluntad existen y fueron creadas”.

También alabamos porque Él es el creador de todas las cosas. Vemos lo que dice
Colosenses 1:16-17:
“porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas
las cosas, y todas las cosas en él subsisten”.
Junto a lo anterior, también vemos en Hechos 17:24-25 lo siguiente:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de
la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos
de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas
las cosas”.
11
Alabamos a Dios porque Él es bueno. Salmos 100:1-5 nos enseña:
“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y
no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por
sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su
nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por
todas las generaciones”.

Damos alabanza porque Él es nuestra esperanza de Gloria, y esto lo vemos en


Colosenses 1:27 que dice: “A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este
misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”.

Alabamos porque Él es nuestro sumo sacerdote, quien intercede por nosotros.


Hebreos 4:14 dice: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús
el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión”. También vemos en Romanos 8:34 lo siguiente:
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que
además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”.

Alabamos porque fuimos predestinados en amor para ser adoptados como


hijos suyos por medio de Jesucristo. Efesios.1:5-6 nos dice: “en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su
voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.

Ahora bien, les presento un par de preguntas con principios básicos acerca de la
alabanza y la adoración, junto con sus respuestas para explicar los conceptos más
populares:

¿QUÉ ES UN SALMO?
Es una composición o canto de alabanza a Dios.

¿QUÉ ES UN SALMISTA?
Es uno que canta, compone y expresa salmos o alabanzas a Dios.

12
¿QUÉ ES UN TAÑEDOR?
Este oficio hace referencia a uno que toca un instrumento musical.
Efectivamente, un tañedor es un músico. En las traducciones de la Biblia más comunes
cuando menciona la palabra tañedor, es porque está hablando de la persona que sabe
ejecutar un instrumento musical, y actualmente manejamos el mismo concepto de
dicha palabra. Al leer 2 Reyes 3:14 en dos traducciones diferentes de la biblia,
alcanzamos a profundizar más el concepto.

RVR 1960: “Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de
Jehová vino sobre Eliseo”.
DHH: “¡Vamos, tráiganme a un músico! Y cuando el músico se puso a tocar, el Señor se
posesionó de Eliseo”.

La palabra tañedor o músico en la traducción hebrea original de la biblia es “Nagán”,


entre sus significados encontramos teclear, llevar el ritmo de una tonada con los dedos, tocar
un instrumento de cuerda, hacer música, cantar y melodía. (“Tañer” es la misma palabra
que tocar). Vemos como en el Salmos 33:3 menciona la misma palabra:
RVR1960: “Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo”.
NVI: “Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría”.
BLP (España): “Cantad para él un cántico nuevo, tocad con esmero entre gritos de júbilo”.

Según la palabra de Dios, un tañedor o músico se caracteriza porque cuando


toca lo hace bien, con excelencia y con alegría; tiene destreza para ministrar al Señor
y toca su instrumento con esmero para Dios. Los talentos y las habilidades son muy
importantes en la vida de un músico; desarrollar las habilidades y dones que Dios
nos ha dado en cuanto a la música es bueno siempre y cuando haya un
entendimiento de que trabajar en nuestra vida interior como adoradores es aún más
importante.

Nuestros talentos son para dar gloria a Dios, y un adorador entiende esto, sabe
que las habilidades que Dios les dio no son un trofeo con fines egoístas, sino que es un
medio de exaltación y rendición al Señor. La Biblia dice en el libro de Santiago 1:17:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no
13
hay mudanza, ni sombra de variación”. Los dones y talentos que has recibido son por
gracia, ponerlos al servicio de Dios es el resultado de un corazón agradecido.

Es importante conocer la diferencia que existe entre dones y talentos: Los


talentos tienen que ver con las habilidades que ya Dios colocó en tu código genético,
que al descubrir y desarrollar podrás demostrar aptitudes especiales que te
diferenciaran de otras personas, como ejemplo vemos grandes atletas, deportistas,
músicos, escritores, científicos, actores y la lista es larga. Ahora bien, los dones son
dados y activados por el Espíritu Santo puesto que es una manifestación espiritual.

“Descubrir y desarrollar tus talentos es bueno, pero desarrollar tus dones es


el deseo de Dios para sus hijos”.

Una vez más digo, Dios les ha dado a todas las personas talentos, pero los dones
solo los puede impartir el Espíritu Santo a aquellas personas que han confesado a Cristo
como Señor de sus vidas. 1 corintios 12:7-11 nos confirma esta verdad diciendo:
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque
a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según
el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo espíritu; y a otro, dones de sanidades
por el mismo Espíritu; A otro, el hacer milagros; a otros profecía; a otro,
discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.

Un músico puede ser talentoso, pero si tiene los dones del Espíritu activados y
avivados en su vida se convertirá en un músico profético. Las habilidades que puedas
tener como músico o en otras áreas de tu vida deben estar para honrar y glorificar el
nombre de nuestro Dios y la edificación de las personas que nos rodean.

UN MÚSICO PROFÉTICO

Para comenzar, diré que un músico profético es uno que adora a Dios con su
manera de vivir y se ha dejado gobernar por el Espíritu Santo para dejarlo fluir en él. Es
uno que ha sabido conectar su talento en la música con los dones espirituales que Dios
14
le ha dado y al momento de tocar su instrumento provoca un ambiente sobrenatural
que abre paso a la manifestación profética que desata sanidades, milagros, liberación,
salvación y el poder del Espíritu Santo trayendo vida a su iglesia. Todo esto puede
ocurrir cuando dejamos que el Espíritu Santo fluya a través de nuestros dones y
talentos.

Veamos los siguientes pasajes de la Biblia:


“El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de
parte de Jehová. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo
de parte de Dios te atormenta. Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están
delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté
sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio.
Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y
traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto
a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de
guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él” (1 Samuel
16:14-18).

Los criados del rey en este pasaje resaltaron puntos muy importantes los cuales
vamos a profundizar.

Los sirvientes de Saúl resaltaron el primer punto importante: “...alguno que sepa tocar
el arpa...”. Esta expresión significa en este texto alguien célebre, diestro, diligente, docto, con
discernimiento, distinguido, experimentado, experto, responsable y sabio. El músico que
fuese a presentarse delante del rey tenía que saber tocar, debía ser un experto, un músico
diestro, uno que pudiese interpretar y responder de manera adecuada a la exigencia que se
le iba a pedir.

Actualmente, existen músicos que por el solo hecho de ejecutar un instrumento


hábilmente, pueden provocar un ambiente de alegría, romántico, de temor o tristeza;
un músico lo puede hacer incluso sin tener a Dios porque la música es un arte que puede
generar ambientes a través de los sonidos. Hay músicos que son muy virtuosos, saben
que tocar y como tocar al momento de pedírselos, sin embargo, el talento humano nunca

15
puede manipular la presencia de Dios de modo que la manifestación profética está muy
por encima de las habilidades humanas.

La segunda cosa que los criados del Saúl resaltaron acerca de David en 1 Samuel
16:18 “He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, es valiente vigoroso y hombre
de guerra, prudente en sus palabras, hermoso y Jehová está con él”. David no sólo sabía tocar,
no sólo era experto, celebre, diestro, diligente y docto como músico, sino que junto a
estas buenas virtudes era valiente, vigoroso, hombre de guerra, prudente en sus
palabras, hermoso, y el Señor estaba con él.

David no sólo era un buen músico, además Jehová estaba con él, esto fue lo que
marcó una gran diferencia. David usó sus habilidades musicales y las unió a sus
virtudes espirituales convirtiéndose en un músico profético que cuando tocaba había
calma y liberación sobre la vida de Saúl.

Un músico profético no sólo será conocido por tocar bien sino porque el Señor
está con él. Tal fue el caso de David, quien fue llamado en medio de muchos músicos,
fue llamado estando con las ovejas porque el Señor estaba con él y no sólo por tocar bien
ya que en la época donde se desarrolla esta historia existían probablemente muchos que
tocaran bien y de seguro hasta mejores que él (musicalmente hablando), pero el Señor
estaba con David.

Ahora te daré una clave importante:

“A donde no te lleva la música, te lleva la presencia de Dios. Y de donde no


te puede sacar la música la presencia de Dios si lo logra hacer”.

Esto porque la Biblia dice que Saúl envió a decirle a Isaí que le enviará a el hijo
que estaba con las ovejas.

Esa es la diferencia entre un músico normal y un músico profético. El músico


regular tiene grandes habilidades, toca y solo produce una buena reacción en la gente

16
que lo escucha realizando únicamente una buena presentación y no es malo porque de
igual manera se disfruta, pero, un músico que ha elegido caminar en la vida de Dios
cuando toca su instrumento o canta el ambiente es transformado por la presencia de
Dios.

Para ser un músico profético no necesitas estar en un lugar visible, lo que


realmente requieres es pasar tiempo con Dios en su presencia, conocerle
personalmente y experimentar el poder de Dios.

Ministrar en tu congregación o en alguna actividad cristiana no te hace un


músico profético, ya que alguien puede ministrar en una congregación y tener su talento
despierto pero los dones dormidos. Desarrollar nuestro talento en la música es
fundamental e importante ya que eso nos ayudará a servir con excelencia, pero es
primordial desarrollar tus dones y saber unir ambas virtudes al momento de ministrar,
porque las dos cosas (dones y talentos) vienen de Dios, y edifican al cuerpo de Cristo.

Insisto en que es importante aprender a desarrollar y dejar fluir como músicos


los dones que el Espíritu Santo ha impartido a nuestras vidas. Podemos pensar que si
somos músicos no necesitamos fluir en los dones del Espíritu, sin saber que en nuestra
función dentro del cuerpo de Cristo es valioso fluir en ellos. Recuerda que, un músico
puede ser muy bueno en la práctica, pero si tiene los dones apagados no tendrá
entendimiento del mundo espiritual ni del mover del Espíritu.

CÁNTICO NUEVO

“Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos,
y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmos 40:3).
“Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos”
(Salmos 149:1).

El cántico nuevo es un canto que el Espíritu Santo coloca en nuestra boca para alabar
y exaltar el nombre de Jesús. Es una melodía que Dios coloca en nuestro espíritu, que luego
se hace luz en nuestra mente para después cantarlo con el entendimiento, por eso el apóstol

17
Pablo enseñó que es importante cantar en el espíritu pero que además es necesario cantar
con el entendimiento.
1 corintios 14:15 dice: “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el
entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. El cántico
nuevo es un canto que todos podemos comprender puesto que su mensaje es claro, ya
sea de exaltación, alabanza o una canción con un mensaje profético para la iglesia.

Según Salmos 40:3, el cántico nuevo manifiesta los siguientes resultados:


1) Alabanza a nuestro Dios: el cántico nuevo exalta el nombre de Jesús y
magnifica las grandezas de nuestro Señor.
2) Es visible para todos: dice “verán esto muchos”. En este texto, “verán”
significa; contemplar, dejar, descubrir, entender, gozar, levantar, maravillarse,
manifestar, reconocer, respeto y visión. El cántico nuevo te lleva a nuevas dimensiones
porque te permite descubrir las cosas que Dios tiene para tu vida y ver más allá de tu
presente.
3) El cántico nuevo trae un entendimiento a tu vida y abre tus ojos espirituales
para ver lo que no habías visto antes, desata gozo, te levanta, edifica tu espíritu y
manifiesta la unción y la gracia de Dios sobre ti.
4) El cántico nuevo hace que la gente pueda reconocer y honrar al Señor y te da
claridad para que puedas caminar en la visión de Dios.
5) El cántico nuevo trae como resultado un levantar de lo que había estado caído
porque cuando Dios coloca un canto nuevo en nuestra boca se manifestarán las
maravillas del Señor. La gente reconocerá que no hay otro Dios fuera de Él, habrá honra
para Dios y los ojos espirituales se abrirán.
6) Cuando el verso dice: “...y temerán...” nos enseña que el cántico nuevo trae un
respeto a Dios y su presencia en sus hijos, pero asombra y atemoriza a los enemigos del
Señor.
7) El cántico nuevo hace que las tinieblas huyan delante del Señor.

El versículo termina con la frase “...y confiarán en Jehová...”. El cántico nuevo


hace que puedas sentirte confiado, seguro en Dios y te llena de paz. Uno de los
significados de confiar es refugiarse, por eso el cántico nuevo siempre te llevará a
refugiarte en el Señor y a vivir confiado en su presencia.

18
Por esa razón, el cántico nuevo no es una improvisación humana, ya que
ninguna improvisación del hombre puede provocar cosas como estas, pero cuando
es Dios quien coloca el cántico en tus labios cosas sobrenaturales ocurrirán. También
vemos que cuando Dios ha colocado un cántico en tu boca y dedicas tiempo para
componerlo y arreglarlo, se puede considerar un cántico nuevo.

De hecho, la palabra “nuevo” en el texto de Salmos 40:3 significa: cosa nueva, ser
nuevo, reconstruir, componer, rejuvenecer, renovar, reparar y restaurar. Cuando
disfrutamos de esta manifestación, se desata una unción fresca del Espíritu Santo en
nuestras vidas que trae renovación y nuevas experiencias con Dios; reconstruye lo que
fue derribado, mejora lo deficiente, resucita lo que estaba como muerto, rejuvenece lo
viejo, trae de vuelta lo perdido y restaura todo a su lugar original.

CÁNTICO PROFÉTICO

“yo me postre a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”
(Apocalipsis.19:10).

El cántico profético es el resultado de una adoración verdadera, auténtica y en el


Espíritu; cuando fluimos en adoración profunda a nuestro Señor Jesucristo lo próximo
que se manifestará será lo profético.

Al exaltar el nombre de Jesucristo con nuestra vida, el testimonio será la


manifestación de lo profético porque ÉL se dará a conocer. No puede haber un cántico
profético y un fluir profético si antes Jesús no es exaltado.

Cuando estudiamos el versículo anterior, notamos que el ángel dijo: “...yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús”. También dice la
palabra que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía, esto nos da a entender que
guardar nuestro testimonio en Cristo nos permite tener nuestros sentidos proféticos
avivados, y esto no sólo tiene que ver con no hacer mal a nadie y vivir con un buen

19
comportamiento sino con una actitud de adoración diaria. Para retener el testimonio de
Jesús y manifestar la unción profética, debemos convertirnos en verdaderos adoradores.

El cántico profético no es una manera de ministrar, tampoco es una moda o


una improvisación humana; el cántico profético es aquel que fluye como resultado
de exaltar el nombre de Jesucristo, lo siguiente será la manifestación del Espíritu
Santo en su iglesia que trae restauración, sanidad, liberación, edificación y bendición
al cuerpo de Cristo.

Aunque fluir proféticamente es algo que viene del Espíritu Santo y no somos
nosotros quienes lo planificamos, tampoco podemos llegar al extremo de pensar que
“todo lo hace el Señor” y que “yo no debo hacer nada más”. No podemos caer en el
error de pensar que “con tan solo colocar mis manos en el instrumento, el Señor las va
a mover”. Si aspiro fluir proféticamente no significa que debo ser mediocre en lo que
hago, al contrario, hay que prepararse y tener un tiempo para ensayar y ordenar las
canciones que se van a ministrar, porque habrá un momento donde Dios te guiará a
cantar una melodía que nunca se haya escuchado y en otro momento te puede decir que
entones una canción que ya has cantado anteriormente.

Creo que la vida en Dios es fluyente y no estática porque lo profético siempre


está en movimiento. David, por ejemplo, era profético en lo que hacía, pero también era
excelente; esto habla de que David estaba preparado a nivel musical y a la misma vez
sabia ministrar delante de la presencia Dios.

Con lo anterior expuesto considera lo siguiente: Si quieres aprender a fluir


proféticamente, primero debes exaltar y adorar el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
El cántico profético se puede manifestar a través de una profecía o una palabra de fe
cantada en un momento oportuno de acuerdo con la necesidad de la iglesia.

CÁNTICO DE LIBERACIÓN

“Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás”


(Salmos 32:7 - Traducción Reina Valera).

20
“Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de
victoria” (Salmos 32:7 - Nueva Traducción Viviente).
“Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me
rodearás” (Salmos 32:7 - Biblia las Américas).

La palabra “cántico” en este texto significa: crujir o emitir un sonido estridente,


gritar usualmente de alegría, alegrar, aplaudir, canción, cantar, clamar, gozo, gritar,
grito, jubilo, regocijo y regocijar. Y la palabra “liberación” en este texto significa:
escurrirse, escapar, guardar, libertador, libertar, librar, llevar, salvar y seguridad.

En este contexto, entendemos que el Señor es nuestro refugio y que nos guarda
de la angustia y nos rodea con cánticos de alegría, canciones de gozo, júbilo y regocijo
porque en Cristo somos guardados, somos librados del mal, somos salvados y tenemos
seguridad.

Los cánticos de liberación declaran la cobertura, libertad y seguridad que


tenemos en Cristo, y nos revelan que a través de su sangre somos guardados,
limpiados y ningún demonio, hechicería, brujería u obra de maldad podrá prosperar
en nuestra contra porque sabemos que Cristo despojó a los principados y a las
potestades y los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Cuando
levantamos cánticos de liberación proclamamos las virtudes de nuestro Señor: Él es
fuerte, es nuestro escudo y nuestro salvador; quien rodea nuestras vidas con su
presencia.

Por medio de los cánticos de liberación, la iglesia es guardada de las obras de las
tinieblas, es escondida y es librada de toda trampa del mal, para así vivir en plena
libertad y seguridad a fin manifestar las obras del Señor en las naciones.

Un ejemplo muy claro de un cántico de liberación compuesto por David,


puedes encontrarlo en 2 Samuel 22:1-51.

21
LA ALABANZA Y LA GUERRA ESPIRITUAL

Como iglesia de Cristo, hemos vencido a través de su sacrificio en la cruz porque


nuestro Señor despojó a los principados y a las potestades, pero la Biblia también enseña
que no debemos ignorar las maquinaciones del enemigo. Es allí cuando entendemos
que la posición de la iglesia en la guerra espiritual no es defensiva sino ofensiva desde
el triunfo que obtuvo Cristo en la cruz del calvario, para quebrantar todo edicto ilegal y
cualquier plan de las tinieblas.

Por esa razón, la alabanza y adoración sigue siendo un arma poderosa para la
iglesia hoy en día.
“Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de
dos filos para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos; para
que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro; para que se
cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Ésta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya!
¡Alabado sea el Señor!” (Salmos 149:6-9 - NVI).

Cuando la iglesia levanta alabanzas al Señor, estamos sujetando a las tinieblas y


ejecutando la sentencia de Dios sobre toda obra de maldad. Cuando alabamos con
nuestras gargantas, estamos ejecutando la palabra de Dios y los decretos del cielo en la
tierra para establecer la voluntad de Dios en las naciones.

Pablo y Silas fueron encarcelados, y estando presos a la media noche ellos


levantaron cánticos al Señor y los cimientos de la cárcel se sacudieron y las cadenas se
soltaron. Hay cánticos de alabanza que producen un rompimiento y un sacudimiento
haciendo que las cadenas de opresión sean rotas. Como adoradores debemos
comprender que el Espíritu Santo nos va a dirigir a ministrar cánticos de guerra.

Cuando levantamos el nombre de Jesús estamos manifestando su Señorío y su


Poder sobre todo demonio, principado u obra de las tinieblas porque Cristo es en todo
y por todos.
“la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en
los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre
todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y

22
sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Efesios
1:20-23).

Cuando levantamos alabanzas al Señor, entendiendo que Cristo esta sobre todo,
nuestra alabanza derriba toda obra de las tinieblas porque está fundamentada en Cristo.
Nuestra alabanza empieza a gobernar y anular cualquier obra del enemigo porque el
nombre de Cristo está sobre todas las cosas. Cuando proclamamos el nombre de Cristo
que vive y gobierna eternamente, no existen tinieblas o demonios que puedan
permanecer ante la presencia de nuestro Rey.
“¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en
batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y
entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él
es el Rey de la gloria. Selah” (Salmos 24:8-10).

LA IMPORTANCIA DE CANTAR LA PALABRA ESCRITA Y LA PALABRA


PROFÉTICA PARA ESTE TIEMPO

“Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero” (Salmos 119:54).

David le dio más importancia a la palabra de Dios que a sus problemas; él no


hizo de sus canciones un desahogo emocional hacia Dios, por el contrario, sin importar
lo que estaba pasando, resaltó los decretos de Dios para la nación y su familia, y los
hizo canción.

Hoy en día es muy importante componer y entonar canciones que


primeramente exalten y glorifiquen el nombre del Señor y luego declaren los
decretos de Dios para esta tierra, para su iglesia, para las familias y nuestras vidas
cantando la verdad presente. Por esa razón, es importante el principio de poder
hacer de una palabra profética o de una palabra de fe una canción y melodía que
corra por toda la tierra. Es por esto que David dijo en Salmos 119:54: “...Cánticos
fueron para mí tus estatutos...”. Y en otra versión expresa: “Tus decretos han sido el tema
de mis canciones en todos los lugares donde he vivido” (Versión NTV).
Veamos otros versículos y versiones de la Biblia referente a esto:

23
“El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi
corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias” (Salmos 28:7- NVI).
“Bendito seas, Dios mío, por atender a mis ruegos. Tú eres mi fuerza; me proteges como
un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría,
por eso te alabo en mis cantos” (Salmo 28:6-7 - TLA).

Es muy importante conocer la palabra de Dios escrita, sus fundamentos, sus


principios y aprender a cantar de lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz, su
sacrificio, su sangre, su resurrección y su victoria. También debemos cantar de lo que
Cristo obtuvo legalmente y nos entregó luego de la cruz, lo que somos como iglesia,
de igual manera cantar lo que Dios está hablando específicamente para nuestros días.

CONSEJOS PARA COMPONER CANCIONES PROFÉTICAS DE HOY Y


CARACTERÍSTICAS QUE DEBEN TENER

Cuando compones canciones, considera que deben estar fundamentadas en la


palabra de Dios escrita. Si leemos nuevamente Salmos 119:54, fíjese en la frase “Cánticos
fueron para mí tus estatutos...”.

Además, podemos componer de una palabra especifica de parte de Dios. Nótese


en Salmos 119:54 en la versión NTV que dice: “Tus decretos han sido el tema de mis
canciones...”.

También, una canción profética debe ser dirigida con un sentido de agradecimiento
al Señor. Esto lo vemos claramente en Salmos 28:7 en la versión NVI que dice: “El Señor es
mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con
cánticos le daré gracias”.

Debe tener un sentido de alabanza y adoración al Señor, de exaltación, honra y


gloria para Él. Podemos ver que la palabra dice: “Tú eres mi fuerza; me proteges como un
escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría, por eso te
alabo en mis cantos” (Salmos 28:7 - TLA).

24
Estos puntos son características y consejos prácticos que podemos ver a la luz
de la palabra y que pueden ser de mucha ayuda al componer canciones que no solo
toquen el alma de las personas, sino que puedan tocar el corazón de Dios y ministrar
al espíritu de los que escuchan. Con estos puntos hablados anteriormente no pretendo
hacer una doctrina, sino que tengan una referencia o ayuda a la hora de componer
canciones para Dios.

EXPRESIONES EN LA ALABANZA Y ADORACIÓN

Alabamos a Dios a través del canto: “Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmos
40:3).
Alabamos cuando clamamos con voz alta: “Pueblos todos, batid las manos; aclamad
a Dios en voz alta.” (Salmos 47:1).

Alabamos a Dios a través de los gritos de gozo y de alegría:


“Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al
pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto
de riego, y nunca más tendrán dolor.” (Jeremías 31:12).

Alabamos a Dios a través de nuestros aplausos: “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra;
levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos” (Salmos 98:4).

Alabamos a Dios cuando levantamos nuestras manos. Esta acción también es


manifestación de rendición total y una manera de bendecir el nombre del Señor: “Así te
bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.” (Salmos 63:4).

La alabanza y adoración se expresa a través de nuestra boca y lengua: “Líbrame


de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis
labios, y publicará mi boca tu alabanza.” (Salmos 51:14-15).
“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir,
fruto de labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15).

25
Los saltos son una expresión de alabanza al Señor. “Más los justos se alegrarán; se
gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría” (Salmos 68:3).

Alabamos a Dios a través del baile. “Alaben su nombre con danza; Con pandero y
arpa a él canten” (Salmos 149:3).

Alabamos a Dios con los instrumentos. Los instrumentos son un medio que
usamos para exaltar y glorificar el nombre del Señor. “Alabadle a son de bocina; Alabadle
con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con
címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo” (Salmos 150:3-5).

La alabanza a Dios se expresa con alegría y regocijo. “Cantad alegres a Dios,


habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo
(Salmos 100:2).

Postrarse y arrodillarse es una expresión corporal de adoración y alabanza.


“Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor” (Salmos
95:6).
Podemos exaltar y alabar el nombre del Señor desde nuestras camas.
“Regocíjense los santos por su gloria, Y canten aun sobre sus camas.” (Salmos 149:5).

Debemos alabar a Dios con toda nuestra fuerza. “Y David danzaba con toda su
fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino” (2 Samuel 6:14).

Y considera importante esto último: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1). Debemos ser un sacrificio vivo de alabanza
y adoración.

26
CAPITULO 2

LA RESTAURACIÓN DEL VERDADERO ADORADOR

Restaurando el corazón del adorador

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en
espíritu y verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23-24).

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Aparta de
ti la perversidad de la boca y aleja de ti las iniquidades de los labios. Tus ojos miren lo recto,
y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina las sendas de tus pies, y todos
tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal”
(Proverbios 4:23-27).

El tema que voy a tratar a continuación, demanda entender lo que significa la


restauración. Esta palabra “restauración” proviene de un vocablo latín que se utiliza
para denominar la acción y efecto de restaurar, es decir, reparar, recuperar, recobrar,
volver a poner algo en el estado original.

Bíblicamente, Jesús marcó una pauta con la mujer samaritana en cuanto a la vida
de adoración, dado que ella se adaptó más a la forma y apariencia que en su vida
profunda con Dios, por tal razón el Señor le dijo: “ni en este monte ni en Jerusalén van
a adorar”, y luego añadió: “ustedes adoran lo que no saben”. Aquí aprendemos la
importancia de adorar con el entendimiento de lo que estamos haciendo. No es
suficiente solo con cantar una canción bonita para Dios, sino entender que la verdadera
adoración demanda una profunda entrega.

Cada uno de nosotros hemos sido llamados como iglesia a adorar a Dios y a ser
adoradores; y soy insistente al enseñar que un adorador no es solo aquel que toca un
instrumento o canta con una hermosa voz alabanzas al Señor, esto es solo una parte. La

27
verdad es que cualquier persona en Cristo puede ser un adorador cuando diariamente
esta rendido en amor, obediencia y entrega al Señor.

Dios no solo busca nuestra adoración, Él busca al adorador. Dios busca que le
adoren, pero esa adoración depende de quien venga, si es de un adorador verdadero o
uno falso. La Biblia dice en Juan: 4:23: “porque también el Padre tales adoradores busca que
le adoren”.

A Dios no lo sorprende lo que se canta sino quien lo canta, y si hablamos


particularmente de la música, diríamos que el Padre ve primeramente quien está
cantando y luego percibe lo que está cantando. Jesús dijo: “este pueblo de labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí”. Esto nos da a entender que no solo es un asunto
de palabra (de labios) sino del corazón.

La Biblia dice que David era llamado “El dulce cantor de Israel”.
“Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón
que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel” (2 Samuel
23:1).
En este texto, notamos como la Biblia hace referencia a la persona de David
como “el dulce cantor de Israel”, y no dice “David: el que cantaba canciones
dulces...”. Ante esto, la pregunta sería entonces, ¿Quién era “el dulce”? ¿David o las
canciones que cantaba? Evidentemente, David era “el dulce cantor” y como
resultado, sus canciones agradaban al Señor. En este texto, la palabra “dulce” de
acuerdo con la concordancia bíblica Strong significa: Delicioso, agradable, suave,
grato, hermoso y verdadero.

En efecto, David era grato para Dios y para la nación de Israel y como
resultado lo que cantaba era dulce. En Cristo, nosotros nos convertimos en esa
adoración agradable y la palabra nos lo enseña en Romanos 12:1 diciendo: “Así que,
hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

28
Para que nuestra adoración a Dios sea agradable, dulce, grata, hermosa y
verdadera, es necesario convertirnos en personas integras.

La palabra de Dios nos enseña la importancia de la integridad. “Alegraos, oh


justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza” (Salmos 33:1).

Cada uno de nosotros hemos sido creados de una manera especial, la biblia dice en
Efesios que somos hechura suya creados en Dios, en otras palabras, somos la gran obra
del creador, y hemos sido llamados a darle a Dios una alabanza con un aroma agradable.
En 2 Corintios 2:14-15 dice: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo
Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios
somos grato olor...”.

Ahora bien, es importante aclarar que ser integro no significa ser personas sin
defectos, todo lo contrario, es ser sincero, en virtud de ello debemos presentarnos
delante de la presencia de Dios con un corazón sincero, reconociendo nuestros errores
y faltas, creyendo que somos merecedores de poder entrar en su presencia por el
sacrificio de la cruz y su sangre que nos limpia de todo pecado.

La integridad comienza cuando hay un profundo deseo en tu corazón de agradar a


Dios y hacer su voluntad, nace cuando dejas a un lado el orgullo y reconoces tus errores, por
eso David es un ejemplo de adoración, él no siempre hizo lo correcto, cometió muchos
errores, pero en él hubo un genuino arrepentimiento por eso Dios dijo de él que era un
hombre conforme a su corazón.

Si queremos que nuestra música sea agradable a Dios debemos comenzar por
ser agradables al Señor, siendo un sacrificio de alabanza vivo. Lo repito, muchos se
enfocan en la forma y el método para adorar, pero la realidad es que Dios siempre va
a ser atraído por el corazón del adorador donde sea que este se encuentre. En efecto,
si Dios te visita con su presencia estando en el carro manejando, o en la cocina
preparando un rico almuerzo, en el trabajo, o en cualquier otro lugar, es porque se
siente atraído a tu corazón.

29
DEJA TU CÁNTARO

Así como la mujer Samaritana, físicamente, dejó su cántaro para poder


experimentar una verdadera adoración, nosotros hoy en día debemos dejar nuestro
cántaro; este representa lo que conocemos, la rutina y los esquemas incorrectos que
impiden que Cristo sea revelado y adoremos correctamente. De hecho, la mujer
samaritana por años vivió pensando que hacia lo correcto, pero adoraba lo que no sabía.

Es tiempo de dejar el cántaro para entrar en una nueva dimensión en la


adoración, y beber las aguas de Cristo para no tener sed nunca más porque
será un manantial en ti que saltará para vida eterna.

En cambio, si conservas tu cántaro volverás a tener sed, te cansarás y vivirás en


rutina, pero cuando comienzas a adorar a Cristo y a beber de su agua no tendrás necesidad
de un cántaro porque la fuente estará dentro de ti. La Biblia dice que Cristo habita en
nosotros por medio de la fe y junto a eso, también dice:
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener
sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el
agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan
4:13-14).

Por otro lado, la palabra de Dios hace referencia en Juan 4:23 a esto: “Más la
hora viene, y la hora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en
verdad; porque también tales adoradores buscan que le Adoren”.

Cuando la Biblia habla de “verdaderos adoradores” es porque de seguro existen


personas que no son verdaderos. La falsa adoración hace que una persona sea fría,
estática y aquellos que practican este estilo de vida se convierten en falsos adoradores.
Personas así, viven como ellos quieren, ignorando los principios de Dios y apartando
de su vida práctica al Señor, adoran en la apariencia, pero no en lo secreto.

30
Cuando tienes un entendimiento de lo que significa dejar el cántaro, pasas de
adorar de la rutina a adorar desde la revelación de Cristo para que fluyan los ríos de
agua viva en ti. El fluir de la vida de Dios traerá un cambio en tu mente, pensamientos
y conducta; Cristo será revelado y formado cada día en ti, así serás un olor grato
delante de su presencia.

La adoración no está condicionada a un lugar físico en específico o a alguna


forma o costumbre. La verdadera adoración está basada en la vida, es una actitud de
un corazón rendido, postrado, humillado delante de la presencia de Dios. La
adoración es reconocer a Dios en todos tus caminos, es entender que sin su presencia
no podemos vivir, es decir como dijo Pedro: “Señor, a quien iremos si solo tú tienes
palabras de vida”.

UN CORAZÓN QUEBRANTADO

“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados” (Isaías 57:15).

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo


en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para
tus huesos” (Proverbios 3:5-8).

Un verdadero adorador está muy lejos de ser una persona altiva, terca o
testaruda, al contrario, busca siempre imitar a Cristo al caminar en humildad,
entendiendo que esta no es sinónimo de carencias económicas, sino que es una actitud
del corazón. De igual manera el quebrantamiento para quien no lo entiende, puede
significar alguna debilidad o defecto, pero nosotros entendemos que Dios habita con el
quebrantado y humilde de espíritu para vivificar sus corazones.

El mayor ejemplo que tenemos de humildad y quebrantamiento es nuestro Señor


Jesús. En Filipenses 2:5-8 dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo

31
Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó al ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte
de cruz”.

El quebrantamiento, la humildad y la obediencia nos hacen ser verdaderos


adoradores, reconocer a Dios en todos tus caminos te hace andar como un verdadero
adorador. Nosotros adoramos a Dios con nuestra vida, con nuestra manera de pensar,
en la forma de ser como persona, en cómo manejamos nuestro carácter como hombre o
mujer, como padre o madre, esposo o esposa o como hijos.

Mateo 22:37 dice: “Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente”. Aquí vemos que un verdadero adorador refleja su
vida de adoración con su corazón, es decir, no permite que nada incorrecto entre para
dañarlo, lo cuida y lo limpia para que fluya una adoración pura. Proverbios.4:23 nos
enseña que: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

Un verdadero adorador refleja su vida de adoración con su alma, y esto quiere


decir que no se deja conducir por sus emociones, deseos o impulsos, sino que se sujeta
a sí mismo para presentarse como ofrenda al Señor. Veamos lo que dice la palabra
respecto a esto:
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es,
de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con
corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia,
y lavados los cuerpos con agua pura” (Hebreos 10:19-22).

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma
mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmos 103:1).

Un verdadero adorador guarda la palabra de Dios, ama la palabra, la lee, la


estudia, medita en ella y cuida sus pensamientos por si viene alguno contrario lo lleva
cautivo a la obediencia de Cristo Jesús.

32
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que
es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad” (Filipenses 4:7-8).

Un verdadero adorador también refleja su vida de adoración cuando da a Dios


con amor y alegría, da de su tiempo para servir a Dios, da de sus recursos para su reino,
da y comparte con otros su fe. La generosidad refleja una vida de adoración sincera.

Podemos resumir que, un verdadero adorador vive una vida integra delante de
Dios y de los hombres. Si volvemos a leer Salmos 33:1 notaremos que dice: “Alegraos, oh
justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza”.

Un adorador camina en el poder del agradecimiento al Señor Jesucristo. Veamos


los siguientes textos:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos
de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en
los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico
en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos
en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente
con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo
Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en
su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. […] Por tanto, acordaos de que en otro
tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisos por
la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin
Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin
esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro
tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él
es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de
separación…” (Efesios 2:1-7, 11-14).

33
“ahora pues dirás a mi siervo David: así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te
tome del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe de mi pueblo, sobre
Israel y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido
a todos tus enemigo, y te he dado un nombre grande, como el nombre de los
grandes que hay en la tierra” (2 Samuel.7:8-9).

El secreto de un verdadero adorador está en su vida de intimidad con Dios


porque es allí, en lo íntimo, donde Dios te revelará su corazón y tus sentidos espirituales
son ejercitados, tus fuerzas renovadas, donde recibirás de la vida del Espíritu que fluirá
en ti como ríos para que Dios se manifieste en el lugar donde estés y Cristo sea
glorificado.

Podemos ver lo que dice Mateo 6:6: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público”.

Es en la intimidad, allí en lo secreto donde nadie te ve, que eres formado y


transformado en ese adorador en espíritu y en verdad que el Padre busca.

34
CAPITULO 3

PREPARANDO NUESTRA VIDA PARA UNA VERDADERA


ADORACIÓN

Tenemos libertad para adorar por la Sangre de Jesucristo

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”
(Hebreos 10:19-20).

Es importante entender que la adoración que le damos a Dios tiene que ver
con nuestra manera de vivir, ser, pensar y actuar. La Biblia enseña que Jesús le dijo
a la mujer samaritana que “ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre”, en
otras palabras, la adoración es producida en nosotros para el Señor y no en un lugar
físico. Es en nuestro andar diario que manifestamos una adoración viva y sincera.

Hebreos 10:19 dice que tenemos libertad para entrar en el lugar santísimo por su
sangre, quiere decir que en Cristo tenemos un camino nuevo y vivo por el cual podemos
adorar y ministrar al Señor con nuestra vida. Gracias al sacrificio que Cristo hizo en la
cruz, tenemos libre acceso a su trono.

Nuestro camino de adoración al Señor es activo y está en movimiento, no está


limitado por un día o un momento en específico, sino que se expresa en nuestro andar
diario, actitudes, pensamientos y palabras. Nuestra integridad en la vida diaria refleja
nuestra adoración.

La palabra de Dios dice que nos acerquemos al Señor con un corazón sincero,
en plena certidumbre de fe purificando los corazones de la mala conciencia y nuestros
cuerpos lavados con agua pura, esto significa que para acercarnos a Dios no es
necesario un protocolo religioso, lo que necesitas es estar convencido que eres acepto

35
en el amado, necesitas quebrantar tu corazón y renovar tu mente por medio de la
palabra de Dios.

CAMINANDO EN SINCERIDAD

Juan 4:23 dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad...”

Entendemos que para manifestar una vida de adoración en espíritu y en verdad


debemos ser sinceros con el Señor. La mujer samaritana en medio de toda su vida de
rutina y desorden pudo ser sincera con el Señor porque, aunque había llevado una vida
inestable cuando Jesús le pidió que llamara a su marido ella respondió “no tengo
marido” y Jesús dijo “bien has dicho”. En nuestra vida de adoración debemos aprender
a decir lo correcto, a hablar con Dios lo correcto y que el Señor diga “bien has dicho”
porque Él sabe todas las cosas. Por ejemplo, Jesús sabía que había tenido cinco maridos
y el que tenía no era su marido.

El encuentro que tuvo esta mujer con Jesús la llevó a conocer verdaderamente al
Señor, la llevó de vivir una vida de rutina a una verdadera adoración porque la
sinceridad con el Señor prepara nuestra vida para una adoración profunda.

El Señor nos insta en su palabra a ser sinceros en nuestra comunión con Él y con
las personas, por ejemplo:
1) En Filipenses 1:10-11 dice: “para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e
irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo,
para gloria y alabanza de Dios”. Aquí la palabra “sincero” significa; juzgado por la luz del
sol, probado como genuino.
2) Colosenses 3:22 dice: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no
sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo
a Dios”. “Sincero” significa en este texto: de un solo aspecto, sin disimulo, sencillez,
fidelidad.
3) Hebreos 10:22 dice: “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de
fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. En este
texto “sincero” significa: veraz, sin nada que esconder.

36
El Señor nos enseña a través de cada palabra la importancia de la sinceridad. Ser
sincero significa ser de un solo aspecto, no tener dos tipos de vida. Debemos ser veraces
sin nada que esconder porque no podemos ocultar nada delante del Señor.

Un verdadero adorador camina sin disimulo, con sencillez de corazón y viviendo


en fidelidad; alguien que es sincero ha sido juzgado por la luz del sol y probado como
genuino. Esto lo digo porque en la antigüedad, para verificar que las vasijas que
vendían las personas en un mercado no tuvieran grietas o estuvieran reparadas con cera
por estar rotas o defectuosas, eran puestas a contraluz para verificar si habían sido
disimuladas con este método. De esta manera, nace la palabra “sincera” (sin-cera).
Vivamos nuestra vida en Dios “sin grietas”, de manera auténtica, entregarnos por
completo y no a medias, darlo todo y no solo una parte de nuestras vidas.

GUARDA TU CORAZÓN

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.


Proverbios 4:23

Para manifestar una vida de adoración sincera debemos guardar nuestro


corazón porque de él mana la vida. No permitamos que circunstancias negativas
amargue, contamine nuestro corazón para que no dañe nuestra adoración a Dios.

Si queremos preparar nuestra vida para adorar al Señor en espíritu y en


verdad es necesario guardar el corazón

Es importante cuidar el corazón de la amargura, que, aunque parezca inofensiva


provoca que dejes de alcanzar la gracia de Dios. Hebreos 12:15 dice: “Mirad bien, no sea
que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe,
y por ella muchos sean contaminados”. La amargura es un estorbo que impide que
podamos fluir en adoración sincera al Señor.

Renuncia a la amargura practicando el perdón como una forma de vida. La


palabra de Dios dice: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y

37
maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-
32).
También hay que guardar el corazón del odio, el resentimiento, la codicia,
avaricia, de amar más el dinero que al Señor porque la Biblia dice que nadie puede servir
a dos señores. Lo opuesto a amar a Dios es amar al dinero.
“Nadie puede amar a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.” Mateo
6:24

LA PALABRA DE DIOS NOS PREPARA PARA UNA VIDA DE ADORACIÓN

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos


unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos
e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16).

Es muy importante que la palabra de Cristo more en nosotros para que así podamos
ser verdaderamente enseñados en toda sabiduría. Cuando hacemos esto los cánticos y
canciones que escribamos van a tener un sello de la gracia de Dios. Rendirnos a la palabra
nos ayudara a manifestar una vida de adoración. Reconocer a Cristo en nuestras vidas
significa amar, meditar y vivir la palabra. “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación” (Salmos 119:97).

Sería ilógico que alguien diga adorar y exaltar al Señor, pero que no ame su
palabra escrita, porque un verdadero adorador ama la palabra de Dios. El Señor Jesús
les dijo a los fariseos: “Ustedes estudian la Biblia con mucho cuidado porque creen que así
alcanzarán la vida eterna. Sin embargo, a pesar de que la Biblia habla bien de mí, ustedes no
quieren creer en mí para alcanzar la vida eterna” Juan 5:39-40 - TLA). Esto nos afirma que
no se puede amar al Señor sin amar y desear su palabra, ni amar su palabra sin amarlo
a Él porque Cristo es la palabra encarnada.

Rendirnos a la palabra prepara nuestra vida para una verdadera adoración,


porque la palabra de Dios siempre será el fundamento de cada adorador. La Biblia dice:

38
“Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar
a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese
modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para
hacer el bien” (2 Timoteo 3:16-17 - TLA).

En la versión RVR1960 lo encontramos expuesto así: “Toda la Escritura es inspirada


por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que
el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

La palabra de Dios nos enseña a cómo vivir, nos redarguye y nos corrige para
instruirnos en justicia. Es necesario ser enseñado y corregido por medio de la palabra
para estar enteramente preparado para toda buena obra porque para manifestar una
vida de adoración sincera necesitamos ser formados por la palabra de Dios.

SIGUIENDO LA PAZ Y LA SANTIDAD

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

Para preparar nuestra vida para una adoración genuina debemos seguir la paz y
la santidad. Un adorador genuino siempre busca estar en paz con todas las personas al
mismo tiempo que guarda su vida en santidad para Dios.

Cuando una persona vive constantemente en contienda, pleitos y discordia, en


su hogar, con su familia o en la iglesia, contrista al Espíritu Santo y apaga la presencia
de Dios en su vida.
No puedes pelearte con todas las personas y después levantar tus manos al cielo
como si nada hubiese pasado, debes pedir perdón y reconciliarte con tu hermano antes
de levantar tus manos para adorar.
1 Timoteo 2:8: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos
santas, sin ira ni contienda”.

Para vivir en santidad es necesario tener comunión con el Espíritu Santo. Pídele que
gobierne tu vida para manifestar su fruto que es el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

39
bondad, fe mansedumbre y templanza. Esto sucederá solo si nos rendimos al Espíritu Santo
en oración.

CUIDA LO QUE SALE DE TU BOCA

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29).

A través de nuestras palabras podemos bendecir al Señor, y la Biblia dice que


ofrezcamos sacrificios de alabanza, frutos de labios que confiesen su nombre. Puedes
ver entonces lo importante de cuidar tus palabras, y considerando lo que dice
Santiago 3:8-12 vemos cuán primordial es esto:
“pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser
refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con
ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una
misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser
así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así
también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce”.

Debemos usar nuestra boca para bendecir el nombre del Señor, para exaltar
su nombre y proclamar sus maravillas, para bendecir y no para maldecir, para
edificar y no destruir, para hablar palabra de fe y no de incredulidad. No podemos
usar nuestra boca para maldecir a los hombres y después querer bendecir a Dios.

Hay personas que oran en contra de otros y después oran a Dios, esto no debe
ser así. Comencemos a usar nuestros labios para bendecir a nuestro prójimo, orando
y profetizando el bien de Dios cada día y declarar una palabra de fe y esperanza así
nuestros labios serán usados como instrumentos de justicia.

La Biblia dice que no puede salir de una misma fuente agua dulce y agua
salada, no puede salir de nosotros adoración y maledicencia, no puede salir de
nuestra boca palabras de alabanzas y después palabras de discordia y violencia.

40
Cuida lo que sale de tu boca y tu corazón, recuerda lo que Jesús enseñó
diciendo que lo que contamina al hombre no es lo que entra por su boca, sino lo que
sale.

Para preparar nuestras vidas para la adoración al Señor debemos empezar


por cuidar lo que hablamos.

RINDETE AL ESPÍRITU SANTO

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de
venir” (Juan 16:13).

El Espíritu Santo es nuestro consolador, es nuestro ayudador, la Biblia dice que


Él nos enseñará todas las cosas porque Él es el Espíritu de verdad y a través de Él somos
guiados a toda verdad. En Cristo somos librados del engaño mediante su Espíritu
Santo, somos librados de toda trampa de las tinieblas y de cualquier plan contrario
porque el Espíritu Santo es quien nos guía y enseña las cosas que han de venir.

Cuando estamos rendidos al Espíritu Santo podemos disfrutar de su paz, de su


bondad y viviremos mejor porque seremos gobernados por Él. Esta verdad la
encontramos en el siguiente texto en Salmos 16:11:
“Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu
diestra para siempre” (RVR1960).
“Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado
soy siempre dichoso!” (TLA).

Cuando conocemos al Espíritu Santo, Él nos mostrará la senda de la vida y nos


llevará a vivir una vida en la plenitud de Cristo y seremos personas felices porque le
hemos conocido.

41
Caminar en una vida rendida al Espíritu Santo, hace que podamos disfrutar de
las cosas grandes que el Señor tiene para nosotros y si queremos comprobar la voluntad
de Dios que es buena, agradable y perfecta es necesario rendirnos en nuestros
pensamientos, emociones, carácter y en todas las áreas de nuestras vidas.

Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos enseñe a ser mejores personas,
mejores padres, madres, esposos, hijos y en todo lo que hacemos. El Espíritu Santo está
listo para llenarte y que puedas estar ungido todos los días.

Se puede resistir a el Espíritu Santo cuando no hemos terminado de rendir


nuestras maneras de pensar, conductas, formas y actitudes erradas de cómo andamos
en la vida. Cuando nos resistimos al Espíritu Santo amando más al mundo o llevando
malas conductas y maneras de pensar que son contrarias a la palabra, provocamos
que el Espíritu Santo se contriste porque Él nos anhela celosamente. Santiago 4:4 dice:
“oh almas adúlteras ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios?”.

El Espíritu Santo quiere que lo conozcas, que aprendas a escucharlo, a ser


su amigo, que aprendas a venir a Él cuando necesites dirección, cuando no
sepas que hablar, que decir o cómo orar porque Él es tu ayudador.

Romanos 8:26 dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles”.

El Señor tiene delicias a su diestra y la plenitud de Dios está preparada para


nosotros, pero es necesario rendirnos a la persona del Espíritu Santo.
La vieja naturaleza de pecado es enemiga del Espíritu y el apóstol Pablo la describe
así:
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho

42
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas
5:19-21).

Las obras de la carne pertenecen a la vieja naturaleza, pero en Cristo somos


una nueva creación, el Espíritu Santo habita en nuestras vidas para guiarnos a toda
verdad y manifestar sus frutos. Gálatas 5:22-24 nos muestra la manifestación de una
vida gobernada diariamente por el Espíritu Santo: “Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”.

Ahora bien, para ser de Cristo no basta con hacer cosas que te hagan sentir “un
cristiano hecho y derecho”; se trata de manifestar su vida, su aroma, y dejarnos gobernar
por el Espíritu Santo en adoración al Padre Celestial. Es crucificar la carne con sus
pasiones y deseos diariamente hasta que Cristo sea formado en nosotros.

Vemos entonces que tener una vida guiada y gobernada por el Espíritu Santo
nos permite vivir proféticamente: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os
hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13).

Nuevamente te digo que llevar una vida de adoración está íntimamente ligada
con estar rendidos al Espíritu Santo; no podemos discernir lo que Dios va a hacer si
primero no estamos rendidos, pero cuando te rindes, el Espíritu Santo hablará a tu vida
para darte dirección y mostrarte los planes de Dios para tu presente y futuro.

CAMINANDO EN HUMILDAD

“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes” (Santiago 4:6).

La humildad no es una condición social o un asunto exterior, es una actitud del


corazón que se refleja en nuestra vida como adoradores y como personas sabiendo que
esta nace en nuestro espíritu y corazón.

43
La humildad o la altivez no son condiciones sociales, son condiciones
espirituales. Veamos lo que dice Proverbios 16:18-19: “Antes del quebrantamiento es la
soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los
humildes que repartir despojos con los soberbios”.

La humildad no te hace menos que otros, al contrario, la humildad fue el sentir


de Cristo en la tierra, quien siendo igual a Dios no escatimó su posición como algo a que
aferrarse, sino que se rebajó a ser uno como nosotros, y aun siendo hombre tomo forma
de siervo, siendo obediente hasta la muerte en la cruz. Por eso Dios lo exalto hasta lo
sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, porque el que se humilla será
exaltado.

“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de
los quebrantados” (Isaías 57:15).

Dice la palabra que el Señor habita con el quebrantado y humilde de espíritu,


la humildad es la mayor virtud de un adorador. La humildad te hace reconocer a
Dios por encima de todo, te hace amar a otros y a ver a cada persona como Dios la
ve. En el libro de Santiago dice que “el Señor da gracia a los humildes”, y la palabra
“gracia” significa merecer, aprobación, congraciarte, favor, gozo, gratitud y mérito.
Esto significa que cuando eres humilde, Dios te va a dar aprobación en lo que hagas,
va a darte gozo, vas a tener favor para con Dios y con los hombres, las puertas se te
van a abrir. Otro significado de la palabra gracia es influencia divina sobre el
corazón, ósea, que tu corazón va a latir como el del Señor. Cuando eres humilde
vivirás feliz, en calma y tendrás salud.

Cristo habita en nosotros por la fe y por medio del Espíritu Santo, pero para que
Cristo pueda crecer en nosotros, día a día debemos vestirnos de humildad y
mansedumbre. Esto significa que, así como diariamente debemos alistarnos y vestirnos
para ir al trabajo o para ir de compras y no salir desnudos causando una ofensa en las
personas, la humildad es una acción diaria de la cual debemos vestirnos porque tiene que

44
ver con nuestra vida de adoración y honra al Señor. El apóstol Pablo dice en Colosenses:
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12).

La humildad es una acción que cada uno de nosotros debemos asumir si


queremos manifestar a Cristo y si deseamos que el Espíritu Santo fluya en
nosotros agradando al Padre celestial.

ACERQUEMONOS CON FE

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6).

Para vivir una vida de adoración, es necesario ser personas llenas de fe porque
ella nos activa para tener una vida de comunión con Dios. Cantar, predicar, orar y hacer
cosas para Dios sin fe, trae desgaste y frustración. La fe es el motor de cada adorador. Las
acciones en nuestras vidas deben estar impulsadas por la fe, no sólo basta con hacer cosas
sino tengo fe, es necesaria que nuestras acciones sean acompañadas de nuestra fe en Jesús
porque Él es el autor y consumador de la fe. Si tenemos fe, el Espíritu Santo nos hará saber
las cosas que habrán de venir porque hablará lo que oyere en el cielo.

Recuerda que es necesario que el que se acerque a Dios crea que le hay porque
Él es galardonador de los que le buscan y que sin fe es imposible agradar a Dios. Un
verdadero adorador aprende a vivir por la fe.

45
CAPITULO 4

LA OBEDIENCIA EN LA VIDA DE UN ADORADOR

“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura
de los carneros”. 1 Samuel 15:22

La obediencia debe ser parte fundamental en la vida de un adorador, obedecer a Dios


y a sus autoridades establecidas es un principio que trae bendición.

En el texto bíblico anterior, hay cuatro palabras claves a profundizar, ellas son:
obedecer, sacrificio, prestar atención y grosura de los carneros. Ahora veamos algunos
de sus significados en la concordancia bíblica Strong:
1) Obedecer: oír inteligentemente, atención, atender, conceder, convenir,
convocar, dar oídos, declarar, discernir, dócil, entendido, escuchar, fielmente, oír,
recibir, resonar (Strong # 8085 Diccionario Hebreo).
2) Sacrificio: inmolar, consagración, ofrecer, ofrenda, sacrificar, víctima (Strong #
2077 Diccionario Hebreo).
3) Atención: Tiene el mismo significado que obedecer en el original
(Strong # 8085).
4) Grosura: ser gordo, la parte más rica o selecta, abundancia, engordar, escogido,
mejor, meollo, sebo (Strong # 2459 Diccionario Hebreo).

El profeta Samuel confrontó al rey Saúl por desobedecer la misión que el Señor
le encomendó. 1 Samuel 1:18 “y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los
pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes”. Sin embargo, Saúl
desobedeció la orden de Dios al dejar vivos a los reyes de Amalec, y tomar el botín de
ovejas y vacas para luego pretender ofrecerlos en sacrificio al Señor. Por eso el profeta
Samuel confronta la desobediencia de Saúl y le dice que Dios se complace más en la
obediencia que en los sacrificios.

46
Esta desobediencia le costó caro a Saúl, porque luego de este acto Dios lo desecha
como rey. 1 Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tu desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado
para que no seas rey”.

En este sentido, podemos ver a la luz de palabra la importancia de la


obediencia. Obedecer es oír inteligentemente, es atender a Dios, a su palabra, es recibir
sus principios y consejos con humildad. Saúl no entendió este principio porque al
cambiar la idea inicial de Dios se volvió soberbio y orgulloso, en vez de pedir perdón
al Señor y reconocer su error, su respuesta fue “pero yo obedecí la voz del Señor” (1
Samuel 15:20). Muchas veces la desobediencia puede disfrazarse de actos buenos, de
excusas aparentemente válidas, pero al fin y al cabo la desobediencia es un pecado del
corazón, por eso debemos guardarnos en santidad y pureza cada día, vivir en
adoración y comunión, para que puedas escuchar la voz de Dios y atender a su palabra
para obedecerla.

La palabra de Dios aclara: “...Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios


y el prestar atención que la grosura de los carneros”. La “grosura de los carneros” es la
parte más rica o selecta del animal, es decir, lo mejor. Es entonces donde aprendemos
que, aunque podamos tener la parte más selecta, podamos estar abundantes en muchas
áreas y ungidos, corremos el riesgo de no prestar atención a la voz de Dios, llevándonos
a estar expuestos a la desobediencia.

Algunas personas solo buscan manifestar la unción sin prestar atención para lo
que fueron ungidos o con que propósito fueron llamados. Los sacrificios sin la
obediencia están incompletos y la grosura de los carneros sin la atención adecuada,
tampoco servirá de nada, así que es necesario mantener un equilibrio en nuestra vida
ya que no puedes estar dando sacrificios al Señor sin ser obediente. No todo debe ser
grosura de carneros, recuerda que la obediencia a hacer lo que Dios te envió es
fundamental.

Debemos procurar con diligencia consagrarnos, ser generosos y estar llenos del
Espíritu Santo, de su gracia y favor, pero también siendo obedientes estando atentos a
sus palabras; siendo dóciles y entendidos para oír inteligentemente.

47
SER UNA PERSONA DE FE ES SER OBEDIENTE

En Lucas 7:1-9 habla sobre la fe del centurión Romano, quien entendía


claramente este principio “para poder ejercer autoridad, es necesario primeramente
estar bajo autoridad”. Él se sometió a la autoridad de Jesús e inmediatamente por la fe
su criado fue sanado.

Lucas 7:7-9 “por lo que ni aun me tuve digno por venir: pero di la palabra, y mi siervo será sano.
Porque yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes: y digo a este; Ve, y va:
y al otro: Ven, y viene: y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y
volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”

El centurión se sometió a la autoridad de Cristo porque entendía claramente


principios de autoridad y obediencia. Esto lo hizo ser un hombre de fe y el Señor habló
públicamente de su gran fe. Un Adorador se mueve en una dimensión de fe porque es
obediente, y cuando somos personas de fe, entraremos en dimensiones sobrenaturales
en la alabanza y adoración.

La fe nos lleva a accionar y la acción nos hace ser sujetos a Dios y a las autoridades
que Él ha establecido. Esto desata lo sobrenatural porque cuando eres una persona
sujeta por la fe y amor, te conviertes en un adorador, aunque no sepas cantar o tocar un
instrumento. Tu vida de adoración transcenderá cuando le crees a Dios manifestando
amor a su reino, rendición, entrega y buenas acciones. Cuando más amas, más obedeces
porque la obediencia y el amor van tomadas de la mano.

Si tenemos el deseo de ser salmistas y adoradores, pero no practicamos el


principio de la obediencia y la sujeción, la alabanza no tendrá profundidad. Un salmista
o adorador en la iglesia local debe estar sujeto a sus pastores y líderes con amor y
obediencia porque para ejercer autoridad espiritual debe estar bajo autoridad.

El centurión recibió el milagro que buscaba para su criado porque entendió


autoridad y eso desató lo sobrenatural. De la misma manera, para que la alabanza y la
adoración fluyan con autoridad debes caminar bajo este orden. El centurión no lloró, no

48
gritó o dio tres vueltas porque no era necesario; lo necesario era que Dios diera la
palabra porque Jesús caminaba en autoridad y el centurión romano conocía ese
principio.

ESTAR BAJO AUTORIDAD ES VIVIR EN OBEDIENCIA

“Y Samuel dijo: ¿se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar
atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22).

Algunas personas han manejado la idea y hasta han dicho: “yo no obedezco ni
me sujeto a los hombres, solo obedezco a Dios directamente”. Mantener este
pensamiento te limita a disfrutar de la bendición que hay en la obediencia, y en el poder
que existe el estar bajo la autoridad de Dios y a las autoridades que Él ha establecido.

La Biblia afirma diciendo: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;


porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo
hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Hebreos 13:17).
La versión TLA de este versículo dice: “Obedezcan a sus líderes, porque ellos cuidan de
ustedes sin descanso, y saben que son responsables ante Dios de lo que a ustedes les
pase. Traten de no causar problemas, para que el trabajo que ellos hacen sea agradable
y ustedes puedan servirles de ayuda”.

Un verdadero adorador es obediente y sujeto, no solo busca traer bendición a su


vida, sino que sirve de ayuda para sus líderes y pastores; no es un problema, es la
solución porque es solicito en su servicio y siempre está dispuesto a ser obediente y a
dar lo mejor de sí.
“...quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste y acarrea condenación
para sí mismo...”, Romanos 13:2.

La Biblia dice que no debamos nada a nadie: al que honra, demos honrar y al que
respeto, demos respetar (Romanos 13:8). Esto nos enseña que la honra, el respeto a Dios
y las autoridades establecidas es algo que tenemos que practicar y vivir con un corazón
limpio. En este mismo capítulo del libro de Romanos dice en los versos 1 y 2:

49
“sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino
de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien
se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos”.

Ahora bien, para cumplir este principio debemos ver la autoridad con los lentes
correctos, ya que por razones culturales y de historia nos hicieron ver que la autoridad
esta para hacernos daño, o para destruirnos, así que usamos de manera negativa la
palabra “someternos” y que en el original griego se traduce “Jupotásso” que a su vez,
es la unión de dos palabras: “Jupó” que significa: bajo, sujeto. Y “Tásso” que significa:
arreglar de manera ordenada, asignar o disponer, dedicar, establecer, ordenar, poner y
señalar.

Esto nos enseña que la autoridad no está para destruirnos o hacernos menos
personas, al contrario, someternos a las autoridades nos hace caminar bajo una
asignación correcta y estar asignado en el llamado de Dios evita que vaguemos por
el mundo en lugares a los cuales Dios no nos llamó.

Estar bajo autoridad trae orden a nuestras vidas y nos dispone para servir de la
manera correcta. La autoridad, en el orden de Dios te capacita para el llamado, te
impulsa a avanzar, te aconseja y obviamente nos corrige cuando es necesario con el
propósito de crecer y de ser perfeccionados para la obra de Dios.

“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al
malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza
de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque
no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que
hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del
castigo, sino también por causa de la conciencia” (Romanos 13:3-5).

Es necesario estar sujetos por nuestro bien y por razones de conciencia ya que un
adorador debe tener su conciencia limpia. El apóstol Pablo hace mucho énfasis en
mantener sana nuestra conciencia en muchas de sus cartas porque la sujeción es algo
que es necesario por dos causas: para nuestro bien y es un asunto de conciencia. La

50
Biblia dice que no nos cansemos de hacer lo bueno porque a su tiempo cosecharemos,
quiere decir que cuando hacemos lo bueno y somos sujetos, vamos a tener una gran
cosecha de bendiciones a nuestro favor y vamos a mantener una buena conciencia.

Obedecer a las autoridades establecidas por Dios no es un beneficio exactamente


que le damos a la autoridad, se trata de nosotros. El apóstol Pablo cuando se dirige a los
hijos hace referencia a que estos obedezcan a sus padres porque esto es justo (Efesios
6:1). Aprendemos que la obediencia es una acción de justicia y no de humillación; tiene
que ver con nuestra vida en Dios. En Cristo hemos sido justificados por su sangre, no
somos justos por nuestros propios méritos sino por lo que Cristo hizo por nosotros,
haciéndonos justos gracias a su sacrificio en la cruz.
Obedecer es un fruto de justicia que vivimos en Cristo:
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra
mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de
la verdad” (Efesios 4:22-24).

Caminar en obediencia es un fruto de justicia del hombre nuevo creado en Cristo


Jesús. La palabra dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os
exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6). Dios tiene planes de exaltarte y hacer
resplandecer su gracia en tu vida, pero en el tiempo correcto. Para esto es necesario ser
humildes, no como una condición externa sino en una actitud del corazón.
“Humillados” significa allanar, bajar humildemente o humillarse. Es importante allanar
nuestras vidas para que el Señor nos exalte cuando fuere tiempo.

Si has allanado tu vida durante años, si has sido fiel y leal a Dios, si has
vivido obedeciendo su palabra, caminando en ella y has sido respetuoso y
obediente a las autoridades espirituales establecidas por Él, déjame decirte
que la misma mano que te ha mantenido guardado es la misma mano que te
guiará a la exaltación y a tu tiempo de honra.

51
“Te profetizó que viene un tiempo de exaltación para tu vida. Dios hará resplandecer su
gloria sobre ti porque Dios honra a quienes le honran. Si has estado bajo su poderosa mano, no
fue para llegar destruido hasta aquí, fue para que la misma mano que te sostuvo sea la misma
mano que te exalte y sea tu plataforma”.

Debemos ver el principio de la obediencia como una bendición para nuestras


vidas. Cada adorador, salmista, cantor, músico o grupo de alabanza debe estar sujeto
a Dios, a su palabra y las autoridades establecidas por Dios en la iglesia local.

La obediencia a Dios comienza en las cosas pequeñas y del día a día, por ejemplo,
la Biblia dice que si no amas a tu hermano que ves ¿cómo podrás amar a Dios que no
ves? Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros,
somos unos mentirosos (1 Juan 4:10; 4:20 TLA). Recuerda que la obediencia a Dios no
tiene que ver con hacer grandes sacrificios como si estuviésemos pagando algún tipo de
penitencia, la obediencia se demuestra en cosas pequeñas.

Un salmista y adorador debe aprender el principio de rendir cuentas ya que esto


mantendrá su corazón limpio del engaño y la autosuficiencia.

UN VERDADERO ADORADOR RESPETA EL MANTO DE AUTORIDAD

“Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de
David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras
monteses. Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una
cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban
sentados en los rincones de la cueva. Entonces los hombres de David le
dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu
enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y
calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el
corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a
sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido
de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se

52
levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino” (1
Samuel 24:2-7).

En estos textos, vemos claramente como Saúl perseguía a David con la intención
de matarlo y, aun así, David manifestó un profundo respeto por la autoridad de Dios
que estaba sobre Saúl siendo este el rey de Israel.

David, aun conociendo que Saúl había sido desechado por Dios, respetó el
manto que estaba en él. Él no se dejó llevar por sus impulsos, por su ira o por deseos
de venganza; ni siquiera se dejó llevar por los comentarios de sus soldados.

Aprendemos con este ejemplo, que un verdadero adorador nunca se atreverá a


golpear con palabras y acciones el manto de un ungido del Señor. En David había un
profundo amor y respeto hacia Dios y por esa razón, él sentía un profundo respeto
por Saúl, aún y cuando este había sido desechado por Dios y que ya David había
recibido la palabra de que sería el nuevo rey. La lección es clara, hay que respetar el
orden de autoridad establecido por Dios. Un verdadero adorador entiende esto y lo
demuestra al practicar la obediencia y la honra a las autoridades establecidas.

53
CAPITULO 5

EL PODER DE LA ALABANZA Y ADORACIÓN


PARA DIOS

El propósito de la alabanza y la adoración

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable” (1 Pedro 2:9).

Uno de los propósitos claros de la alabanza y la adoración es anunciar las


virtudes del Señor, quien nos llamó de las tinieblas a su “luz admirable”. Él nos ha
hecho un linaje escogido, un real sacerdocio y un pueblo adquirido para declarar su
grandeza, su poder, sus maravillas y su majestad a todas las naciones.

Es importante comprender que la alabanza no está diseñada para mostrar


nuestras virtudes, ese no debe ser nuestro enfoque; la esencia de la alabanza siempre
será exaltar al Señor y su obra. Cuando vemos la obra de Dios en nuestras vidas
vamos a levantar un sonido de alabanza genuino, agradeciendo con todo nuestro
corazón el haber sido llamados y escogidos por Dios para su proposito.

Uno de los propósitos de la adoración es experimentar una vida de intimidad


y entrega a Dios, por lo que la oración siempre será una puerta que nos lleve a esa
comunión intima con el Padre celestial.

Mateo 6:6 “Mas tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará
en público”.

54
Nuestra comunión diaria con Dios en adoración mantiene nuestra vida
sensible y atenta para escuchar al Espíritu Santo, preparándonos para recibir lo
que el Señor tiene para nosotros y lo que quiere hacer en la iglesia. Es vital como
adoradores mantener nuestra vida devocional constante y avivada; será necesario
disciplina y dedicación, pero de esto dependerá nuestra efectividad en el llamado
que recibimos.

LA ALABANZA Y ADORACIÓN PREPARA EL ESCENARIO PARA


LA PALABRA

Cuando nos reunimos como iglesia para alabar y exaltar el nombre de nuestro Dios,
nuestro corazón está siendo preparado para recibir la palabra. La adoración a Dios a través
de la música desata un ambiente sobrenatural y lleno del Espíritu Santo trayendo a nuestra
vida libertad, salvación, sanidad y milagros.

“y Eliseo dijo: Vive Jehová en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al
rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. Mas ahora traedme un
tañedor, y mientras el tañedor tocaba la mano de Jehová vino sobre Eliseo” (2 de
Reyes 3:14-15).

Vemos un ejemplo muy claro de como este tañedor ministró al lado de un profeta
para declararle una palabra a un rey, el resultado de la música unida a la palabra fue la
victoria para toda una nación.

Es importante dejar claro que esto no es una doctrina o un método, pero si es un


principio muy poderoso que, si lo aplicamos con revelación y proféticamente, nos va a
mostrar grandes resultados.

La alabanza y la adoración desatan un inmenso poder espiritual para que la


unción profética sea manifestada y la palabra sea impartida. En 2 Reyes 3:15 vemos
como la mano de Dios vino sobre Eliseo mientras el tañedor tocaba y este declaró un
mensaje certero de lo que le ocurriría al rey Josafat. Es así como la alabanza y la palabra
van de la mano. La verdadera adoración activa lo profético, manifiesta la voz de Dios
55
en nuestro presente, nos libra del engaño y nos encamina proféticamente hacia lo que
Dios quiere hacer.

Volviendo al ejemplo anterior, notamos que el tañedor ministró en el mismo


sentir del profeta con el propósito de abrir un camino para que Eliseo profetizara.
Aprendemos de ello que como salmistas debemos ministrar con entendimiento de lo
que Dios quiere hacer en la iglesia, de esa manera los corazones estarán listos para
recibir la palabra. Conocer esta verdad te llevará a ser una voz profética que levante un
sonido de alabanza que trasciende.

CAMINA BAJO EL DISEÑO DE DIOS

“Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadad, que estaba
en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo” 2 Samuel 6:3

David, al convertirse en rey, tuvo el deseo y el anhelo de traer la presencia de


Dios a su ciudad, pero David siendo un adorador y un hombre con un deseo muy
profundo por la presencia de Dios, alteró el diseño de cómo se tenía que trasladar el
arca del pacto, que representa la presencia de Dios. Podemos ver en la Biblia que él
permitió trasladar el arca sobre un carro nuevo y esto modificó la forma correcta de
trasladarla, puesto que debía ser cargada por los sacerdotes y no sobre un carro llevado
por unos bueyes. Por esa razón, cuando el arca del pacto llega a la era de Nacón los
bueyes tropezaron y Uza extendió su mano y murió (2 Samuel 6:6).

De este ejemplo aprendemos que cuando omitimos los diseños establecidos por
Dios y caminamos bajo un diseño incorrecto vienen problemas. Quiero ilustrarlo de la
siguiente manera: Cuando un salmista deja el diseño de Cristo de lo que es
verdaderamente la vida del adorador, su comunión con Dios, su profundidad en
conocer y estudiar la palabra dependerá más de sus fuerzas que de la presencia de Dios,
como resultado sentirá más orgullo por sus talentos o fuerzas que por la presencia de
Dios que debería estar en él. Tener una linda voz o desarrollar tus talentos no es malo,
al contrario, es bueno y de hecho Dios respalda nuestra excelencia, pero recuerda que,
por encima de las habilidades debe estar nuestra dependencia hacia Dios y a su palabra.

56
Cabe señalar que Uza significa fuerza, habilidad o talento humano, entonces
ponemos en evidencia que estas cosas no son malas, pero cuando intentas detener
a Dios con tu talento estarás en graves problemas seguramente.

La Biblia dice en 2 Samuel 6:6: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió
su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban”. Uza extendió su
mano para impedir que se cayera el arca, él quiso evitar un accidente con sus fuerzas,
pero el problema no comenzó cuando Uza extendió su mano, ya había comenzado
desde mucho antes cuando se salieron del diseño correcto.

Aprendemos de este ejemplo que debemos depender del Espíritu Santo y no de


nuestras fuerzas, de esa manera al ministrar el resultado será vida y la presencia de Dios
manifestada. Nunca debemos colocar por encima de Dios nuestras capacidades
humanas, hacer esto trae cansancio y frustración, en cambio si te rindes al Espíritu Santo
y caminas en el diseño correcto de Dios, el resultado será vida, paz y propósito.

Cuando la palabra de Dios dice que Uza sostuvo el arca, significa que hay
diseños incorrectos que caen en familiaridad con la presencia de Dios y no respetan
el mover del Espíritu Santo. Este tipo de diseños no dan lugar a Dios en la alabanza
y la adoración porque no le conocen ya que están fundamentados sobre el potencial
humano y no sobre Cristo.

David tenía una buena intención de llevar la presencia de Dios a su ciudad pero
escogió unos carros filisteos que, aunque eran nuevos no le dieron buenos resultados.
Tú puedes ser una persona muy buena, pero si no dejas los carros filisteos, las buenas
intenciones que puedas tener no bastarán sino caminas en el diseño establecido por
Dios. Uza quiso hacer algo bueno, pero no fue suficiente su buena intención.

CUANDO LOS BUEYES LLEGARON A LA ERA DE NACÓN...

2 Samuel 6:6: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios,
y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban”

57
Algunos de los significados en el original hebreo según la Concordancia Strong
para la palabra “Nacón” son: afirmar, alistar, amonestación, apercibir, confirmar,
consolidar, designar, disponer, establecer, formar, permanecer, quedar, recto,
restablecer y seguro.

Ahora bien, los bueyes tropezaban porque no habían sido capacitados para esa
tarea de trasladar el arca; ellos no estaban listos porque no estaban diseñados para eso,
así que cuando les tocó llegar a la era de Nacón tropezaron porque no soportaron la
amonestación, no podían ser conscientes y no fueron confirmados por Dios. La era de
Nacón representa la estación de revisión, de consolidación, de formación y
establecimiento. Los bueyes no fueron aprobados por la sencilla causa de ser animales
y no sacerdotes, porque la honra de llevar y manifestar la presencia de Dios no fue
diseñada para estar sobre bueyes, en esa época los únicos capacitados para llevar el arca
eran los levitas, pero ahora nosotros como iglesia tenemos esa gran honra de llevar y
manifestar la presencia de Dios.

Salmos 49:20 dice: “El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias
que perecen”.

Cuando caminamos con diseños incorrectos será difícil entender el verdadero


propósito de la alabanza y aunque se pueda tener la fuerza, la capacidad y el talento,
si carecemos de entendimiento en la palabra y un carácter formado no vamos a
percibir la honra que se nos ha sido otorgada. Un adorador debe edificar su vida en
Cristo y su palabra para ser afirmado en su asignación.

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos unos a otros


en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con
salmos e himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16:

Si eres parte de un equipo de alabanza y dices “yo soy el que lleva la carga de la
alabanza en la iglesia” te estás tratando como un buey y no como miembro del cuerpo
de Cristo porque tú eres parte de su cuerpo. Ministrar al Señor es un privilegio y un
gran honor que se nos permite vivir, es un fluir donde toda la iglesia exalta el nombre del
Señor.

58
Lo siguiente es que como adoradores necesitamos ser afirmados por Dios y por
nuestros líderes y esto se traduce a estar listos para toda buena obra. Al momento de
ser amonestados, debemos recibir el consejo en humildad, no siendo altivos ni
autosuficientes porque un verdadero adorador mantiene su corazón limpio y recibe la
corrección.

“A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda


sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Colosenses 1:28).

Recuerda esto, lo que te mantendrá firme aun en medio de la prueba es la


palabra de Dios, por eso debemos dejar de depender de nuestras fuerzas y comenzar
a depender del Espíritu Santo, estudia la palabra y llénate de ella, se fiel
congregándote y mantén un espíritu enseñable.

Hoy en día, hay algunos salmistas huérfanos, heridos y con tropiezos por
dejarse conducir por sus propias fuerzas y no por Dios, pero hay nuevas
oportunidades para ti.

“Profetizo que el tiempo de orfandad ya se ha terminado para tu vida, vas a


conocer al Padre celestial y su amor se derramará en ti para hacerte libre de
la orfandad, Dios ha levantado grandes hombres en las naciones, que tienen
una palabra para ti para que seas sanado, fortalecido, recibas identidad y
seguridad en lo que haces”.

Algunos podrán decir que no necesitan a un hombre de Dios que los acompañe,
los guíe y los ayude como un padre a un hijo, piensan que ellos con Dios solamente
ganarán al mundo pero Dios mismo estableció las autoridades espirituales para
bendecirnos y darnos una palabra de dirección. Por ejemplo, la Biblia dice

“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos
de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
59
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio...”.
1 Crónicas 25:1:
Luego, el verso 6 dice: “Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre
en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el
ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del
rey”. Estos hombres entendieron en su tiempo que no estaban llamados a ser
cantores y salmistas solos y sin dirección. Luego de todo esto, David aprendió a
como darle entrada a la presencia de Dios a su nación.

LA ALABANZA Y ADORACIÓN A CRISTO DESATA LA MANIFESTACIÓN DE SU


PODER.

La alabanza y la adoración no solo han estado vinculadas con asuntos


personales, sino también a circunstancias muy importantes que trascendieron en
familias, ciudades y naciones, tanto en el antiguo pacto como en el nuevo. Un ejemplo
muy popular del poder de la alabanza fue cuando los muros de Jericó cayeron.

“Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová. Y los


siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, fueron delante del
arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los hombres armados
iban delante de ellos, y la retaguardia iba tras el arca de Jehová, mientras las
bocinas tocaban continuamente. Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día,
y volvieron al campamento; y de esta manera hicieron durante seis días. Al
séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la
misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete
veces. Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al
pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad” (Josué 6:12-16).

Josué recibió una instrucción de parte de Dios de como conquistaría una ciudad
que estaba cerrada, bien cerrada, es decir, no había forma o manera de entrar a esta
ciudad. Ellos a través de la alabanza, pudieron derribar los muros de una ciudad
completa rodeándola y mientras tocaban prolongadamente las bocinas y gritaban, los
muros cayeron.

60
Aprendemos entonces que la alabanza no fue tomada solo para resolver un
problema pequeño. Ellos, en obediencia a Dios levantaron un sonido que produjo el
derribo de una muralla que era muy fuerte. Es interesante como la palabra “tocar”
significa bulla, ruido, tocar un instrumento estridente, acampar, arrojar, asegurar, batir,
clavar, plantar, sonar, entre otras cosas; y ver como Josué entendió el poder de tocar
prolongadamente, de gritar y rodear la ciudad para ver la victoria de Dios sobre ellos.

Cuando en este tiempo levantamos cánticos de alabanza y adoración, estamos


rodeando nuestras ciudades y naciones con la cobertura del Señor y al mismo tiempo,
estamos derribando los muros de las tinieblas, las fortalezas que el enemigo haya
levantado para sitiarnos, estamos acampando y asegurando la victoria de Dios en
nuestras vidas.

Podemos señalar que uno de los significados de la palabra “tocar” es


“clavar” y es muy poderoso porque la Biblia dice que Cristo anuló el acta de
decretos que había en contra de nosotros “clavándola” en la cruz.

Nuestra alabanza siempre manifiesta la victoria que Cristo obtuvo en la


cruz. La alabanza que se levanta como iglesia anula toda acta de decretos de las
tinieblas en contra de nuestras vidas, familia, iglesia y nación. La alabanza tiene
el poder de quebrantar toda obra de las tinieblas. “Anulando el acta de los decretos
que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en
la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:14-15).

“En este momento profetizo sobre ti que, por medio de la alabanza todo
edicto de enfermedad, de miseria, de robo o destrucción en tu contra es roto
y hecho pedazos, en el nombre de Cristo Jesús; porque el acta de decretos
que nos era contraria fue quitada de en medio y clavada en la cruz. La
bendición de Dios está sobre tu vida y la de tu familia. En Cristo fuiste
redimido de la maldición porque has sido bendecido con toda bendición
espiritual. Amén”.

61
En el libro de 2 Crónicas vemos otro ejemplo muy poderoso:
“Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos
salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en
Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y
habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos
de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a
Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar
cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de
Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a
los otros” (2 Crónicas 20:20-22).

Josafat rey de Judá entendía el inmenso poder de la alabanza. Vemos como por
medio de la alabanza que ellos levantaron, sus enemigos fueron confundidos y se
mataron entre sí y así fue como obtuvieron la victoria. Aprendemos por este ejemplo
que cuando glorificamos y exaltamos el nombre del Señor con alabanza, las trampas
que el enemigo había preparado para ti son rotas por el poder del nombre de Cristo
Jesús. A través de exaltar y glorificar a Jesucristo, vendrá victoria a tu vida y la de tu
familia.

Declara: “Por medio de mi alabanza a ti Señor, ninguna arma forjada podrá


prosperar en mi contra, ni en contra de mi familia, ni de la iglesia. Toda
trampa es destruida, toda trampa de engaño, estafa y robo son quebradas,
en el nombre de Jesús. Te pido Espíritu Santo que guíes mi alabanza y que
sea un arma de guerra y de victoria. Amén”.

Ahora veamos lo que dice Hechos 16: 25-26


“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos
los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los
cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las
cadenas de todos se soltaron”.

Pablo y Silas no compusieron una canción que hablara de los látigos injustos que
estaban recibiendo, ellos elevaron una alabanza al Señor para exaltar su nombre, y fue

62
a través de esa alabanza que vino de repente un terremoto que sacudió los cimientos de
la cárcel. Cuando vemos los versículos anteriores, notamos que la acción de Pablo y
Silas produjo que al instante las cadenas de las personas atadas fueran liberadas y que
las puertas cerradas se abrieran.

“Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada


y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran
voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí” (Hechos 16: 27-
28).

El poder de la alabanza produce cambios tremendos; trae un sacudimiento en los


cimientos de las cárceles de opresión, desata libertad, arrepentimiento y salvación de
familias.

El poder de la alabanza trae orden a nuestro entorno. El apóstol Pablo le dijo al


carcelero: “...todos estamos aquí...”. Lógicamente, no es normal que una persona que
está encarcelada al ver de repente la puerta de su celda abierta no huya. Pero el
resultado de la alabanza trajo orden y transformación que ni aún estos prisioneros
huyeron.

El poder de la alabanza trae arrepentimiento y convicción de pecado para la


salvación de familias enteras como ejemplo vemos la respuesta del carcelero ante esta
situación: “y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo? (Hechos
16:30).

Pablo y Silas dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”


(Hechos 16:31). Por esa razón la alabanza abre el camino para la predicación y la
extensión del Reino de Dios en familias. Esto se evidencia en Hechos 16:32 que dice: “Y
le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa”.

EL PODER DE LA ALABANZA EN UNA NACIÓN

“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
63
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio...”.
1 Crónicas 25:1

La Biblia dice que David y los jefes de la nación designaron a Asaf, Jedutún y
Hemán. Es elemental señalar que cuando David se reunía con los jefes del ejército era
para definir estrategias de guerra y de seguridad nacional, es decir, asuntos de estado.
Cuando ellos se juntaron para seleccionar a estos hombres no estaban buscando
solamente músicos, estaban buscando personas que por medio de la música pudiesen
profetizar y declarar las maravillas de Dios. Esto nos enseña que la alabanza, la
adoración y la profecía tienen el poder para resguardar las naciones de la tierra. Estos
hombres eran profetas que traducían las cosas de los cielos a la tierra.

David y los jefes del ejército necesitaban tener a los profetas las veinticuatro horas
al día junto a todo el pueblo adorando y clamando al Señor porque ellos entendían el
gran poder de la adoración y la alabanza.

La Biblia dice que algunos eran expertos en el canto y en las cosas de Dios y los
hijos de Hemán eran videntes del rey; ellos podían ver lo que Dios quería hacer, tenían la
capacidad de ver que iba a ocurrir, y discernían los planes de las tinieblas para romperlos,
todo eso a través del canto y de la música.

Esa es la razón del por qué el rey de la nación y los jefes del ejército juntaron a
estos hombres para que ministrasen por turno la alabanza y adoración en el tabernáculo
de David: era un asunto de estado y de gobierno en la nación, y no solo era para tocar y
hacer sentir bien a la gente.

Con cada ejemplo señalado, comprendemos el inmenso poder de la alabanza


tanto en el antiguo pacto como en el nuevo. Como iglesia hemos sido llamados a alabar
a Dios con nuestras voces, con instrumentos y con cánticos espirituales. La alabanza
además de ser una forma de expresar nuestro agradecimiento a Dios también es un
arma espiritual para establecer los propósitos de Dios en familias, ciudades y en las
naciones de la tierra.

64
CAPÍTULO 6

MINISTRANDO BAJO LAS ÓRDENES DEL REY

“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la
dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey” (1 Crónicas 25:1-
2).

El rey David, tenía un claro entendimiento en cuanto a la alabanza y la adoración,


así que junto a los jefes del ejército apartó personas idóneas para encargarse del servicio
en el tabernáculo. La palabra de Dios afirma que los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún
fueron los que designaron para la labor del templo, pero ¿Por qué ellos fueron los
escogidos? Resulta que al estudiar cada uno de sus nombres podemos descubrir
cualidades importantes que ellos poseían y que los convertía en personas idóneas para
ministrar bajo las órdenes del rey David.

Ahora bien, ¿Qué significa la palabra “Idóneo”? este adjetivo indica que algo o
alguien es adecuado o conveniente para algo, especialmente para desempeñar una
función o actividad. También se aplica el término a una persona que reúne las
condiciones necesarias u óptimas para una función o fin determinado.

Sin duda alguna, los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún fueron escogidos porque
reunían todos los requisitos para estar allí sirviendo en el tabernáculo, lo que nos deja
una enseñanza clara: “Cuando Dios te ha apartado para un llamado, es porque reúnes
las condiciones para estar allí”. Quizás no te sientas capaz, pero si Dios te escogió es
porque tienes el potencial, Dios depositó esa gracia en ti para ejercer tu llamado y ser
de bendición para otros, debes creerlo con todo tu corazón y comenzar a verte como
Dios te ve, capaz, apto, idóneo y lleno de su gracia y favor.

65
Volviendo al tema de los nombres y sus significados, me gustaría comenzar a
hablar primeramente de Asaf.

¿Quién era Asaf? En el idioma hebreo, el significado de su nombre es “el que se


junta”. Fue un celebre músico del tiempo de David, levita y uno de los directores de la
música del templo. 1 Crónicas 6:39 dice: “El primer ayudante de Hemán fue Asaf, del
clan de Gersón”. Se dice que los levitas nombraron a Asaf cantante principal y
cimbalista; Asaf acompaño el Arca del Pacto cuando se trasladaba de la casa de Obed-
Edom a la ciudad de David, desde entonces Asaf sirvió junto a Hemán y Etán (Jedutún)
delante del tabernáculo dirigiendo la música y el canto (1 Crónicas 6:31-34)

Asaf, también se le llama profeta, en 2 Crónicas 29:30 dice: “Entonces Nehemías


y los principales jefes del pueblo ordenaron a los ayudantes de los sacerdotes que
cantaran a Dios los salmos de David y del profeta Asaf”. Se dice que Asaf era un vidente
que profetizaba con el arpa (1 Cónicas 25;1-6). Los encabezados de los Salmos 50, 73 a
83, atribuyen a canciones de Asaf, algunos compuestos por él y otros por sus hijos,
quienes continuaron formando un grupo especial en el marco orquestal y coral, siendo
sus hijos mismos los designados a ministrar en el templo por David y los jefes del
ejército de Israel. Los hijos de Asaf ministraban bajo las órdenes de su padre.

Otros de los significados del nombre de Asaf son: tomar, traer y unir. En Asaf fluía
una unción para unir (juntar) a las familias, y a la nación a través de la alabanza, él no
actuaba como una persona aislada, trabajaba en equipo al lado de Hemán, Jedutún y todos
sus hijos. Aprendemos que, así como él, mantener una mentalidad de equipo y este sentir
de unidad trae grandes resultados. Un adorador y salmista siempre va a fluir en la unidad
de Cristo y de la iglesia porque entiende que somos miembros de un mismo cuerpo. “Un
Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos, y
en todos”. Efesios 4:5-7

¿Quién era Hemán? En el idioma hebreo el significado de su nombre es “fiel”.


Tocaba los címbalos, la trompeta y era cantante. Hemán fue un siervo fiel de la palabra
de Dios y su llamado. No solo profetizaba con los instrumentos, sino que también
colocaba letras a los sonidos proféticos, y era compositor y vidente del rey al igual que
Asaf (1 Crónicas 25:5). Hemán tuvo catorce hijos y tres hijas, y a través de ellos fundó

66
una banda para el servicio público (1 Crónicas 25:5-6). Hemán, siempre fue leal y
obediente a Dios y al rey David, el entendió el principio de la fidelidad y se lo transmitió
a sus hijos.

Aprendemos del significado del nombre Hemán la importancia de la fidelidad.


Una persona fiel tiene fe y siente un profundo respeto por Dios y su palabra. La
fidelidad te lleva a valorar la confianza que primeramente Dios ha depositado en ti al
llamarte a servir en su reino, y también a practicar la fidelidad con las personas que él
ha puesto a tu lado. La palabra de Dios nos habla de la recompensa de la fidelidad.
Mateo 25:23 “Su señor le dijo: Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”.

Ahora bien, ¿Quién era Jedutún? Su nombre significa ´” alabar”, y quien


anteriormente se llamaba Etán, cuyo significado es “Que perdura, que fluye”. (1
Crónicas 25:1). Jedutún fue un levita, a quien el rey David estableció al frente del coro
de la Casa del Señor. Dirigía al pueblo a adorar mientras tocaba su instrumento
asignado. Jedutún podía discernir e interpretar el fluir de Dios a través de las cuerdas,
címbalos, trompetas, salterios y arpas para generar un ambiente de adoración profética.
Fue también llamado vidente del rey y ministraba junto a Asaf y Hemán. (2 Crónicas
35:15).

Entonces, podemos aprender muchas cosas de Asaf, Hemán y Jedutún, e imitar


su compromiso, su excelencia, su unidad al momento de ministrar, su fidelidad a Dios
y al rey David, su entendimiento profético para fluir, pero el desafío más grande que
ellos lograron realizar con éxito fue transmitir todas esas virtudes y habilidades a las
próximas generaciones. Ellos fueron padres verdaderamente dedicados a enseñar a sus
hijos el amor a la casa de Dios y al servicio dentro del tabernáculo.

Ministrar bajo las órdenes de nuestro Rey, es fluir en una dirección precisa,
servir con amor, obediencia y fidelidad. Es amar la casa de Dios, alabar con todo
nuestro corazón y ser una voz profética; pero también significa, transmitir ese sentir a
nuestros hijos como padres, y nosotros como hijos a su vez imitar ese amor y fidelidad
a Dios de nuestros padres. Así fue como los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún

67
aprendieron de sus padres y posteriormente fueron designados directamente por el
rey David para profetizar con los instrumentos.

Tomando en cuenta la función que los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún


desempeñaban, llegamos a otro punto importante que todo salmista y músico debe
aprender, esto es: “profetizar con los instrumentos”, porque es la función de un
músico profético. Cuando profetizamos con los instrumentos, los planes de las
tinieblas son destruidos y quebrantados. Veamos Isaías 30:32 en dos versiones
distintas:
1) RVR 1960: “Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con
panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos”.
2) TLA: “Dios la atacará en la guerra, y cuando la destruya, sonarán arpas y tambores”.

“Profetizo que cada músico entra a una nueva dimensión de guerra espiritual,
donde cada golpe de los instrumentos de percusión, cada sonido de las cuerdas, o
instrumentos de viento, dictará sentencia a los enemigos de Dios y traerá libertad
a los cautivos”.

Cuando profetizamos con los instrumentos podemos detener la agenda del


enemigo y quitar todo obstáculo que se levante contra la Iglesia o nuestras familias.
Cuando profetizamos a través los instrumentos, también cubrimos nuestra retaguardia
para que las tinieblas no puedan entrar.

Debemos caminar en ese entendimiento profético de la alabanza y adoración,


David nunca perdió sus batallas porque entendió el inmenso poder de la alabanza.

En base a estas verdades, te desafío a crecer cada día como músico y a tener
mayor intimidad con Dios para desarrollarte y crecer en tu llamado. Si permites el fluir
del río profético, verás manifestaciones sobrenaturales en el lugar donde estén reunidos
para adorar, Dios usará tus manos, tus labios y todo tu cuerpo para exaltar su Nombre
y ser un instrumento para bendecir la iglesia. Repite conmigo: “Estoy listo para ir a otra
dimensión, estoy listo para ministrar bajo las órdenes de mi Rey y Señor”.

68
HAY UN PODER MUY GRANDE EN LA ALABANZA
Y ADORACIÓN PROFÉTICA

La alabanza y la adoración tiene el poder para reunir a multitudes con el


propósito principal de exaltar y adorar a Dios, como resultado se manifestará
sanidad, liberación, salvación y restauración en cada vida, en cada familia que pueda
estar dividida, todo esto sucede cuando levantamos el sonido del cielo en adoración.

Hemos visto que por medio de la alabanza muchas personas son sanadas de
enfermedades físicas, mentales o emocionales. La alabanza también trae sanidad a
la tierra y a las naciones del pecado. 1 Samuel 16:23 dice que cuando David tocaba el
arpa con su mano, Saúl tenía alivio y estaba mejor.

La alabanza y adoración profética tiene el poder para unirte con gente de


proposito y bendición. La unidad la dio Jesús por medio del sacrificio en la cruz, de
este modo vamos a estar unidos por razones de propósito.

ALABAR, CELEBRAR Y EXALTAR A DIOS

Cada día debemos celebrar las bondades del Señor, su gracia y su gran amor. ÉL
es Dios y digno de suprema alabanza y nada ni nadie debe apagar nuestra adoración
hacia Él. Los escogidos de David exaltaban y se regocijaban en el Señor, se deleitaban
en la presencia de Dios y el fluir profético fue el resultado de una alabanza y adoración
sincera en espíritu y en verdad.

Los tres que escogió David estaban ministrando bajo las órdenes del rey con un
corazón lleno de sinceridad y fidelidad al Señor. Es muy importante tomar el ejemplo
de fe de estos hombres, sabiendo que nuestro trabajo en Dios no es en vano, Él pesa
nuestros corazones, y debemos presentarnos con un corazón limpio, donde quiera que
estemos. El principio de tener un corazón limpio tiene que ser parte de nuestras vidas,
la palabra dice que en los íntegros es hermosa la alabanza (Salmo 33:1).

69
Nuestras canciones, nuestras vidas y todo lo que hacemos deben tener un sonido
de exaltación al Señor. David entendió que su nación debía dar gracias siempre, celebrar
con alegría y exaltar al Señor de todo corazón porque Él es Dios. David amaba la
presencia de Dios por eso exaltar y celebrar el nombre del Señor no era parte de su
programa de gobierno, sino que era el anhelo de su corazón.

Alabar y exaltar el nombre del Señor debe ser con un sentido de alegría y
celebración. Leamos Salmos 98:4: “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la
voz, y aplaudid, y cantad salmos”. Cantar alabanzas al Señor no debería ser un acto de
tristeza o de religiosidad. Muchos han confundido alabar a Dios con estar rígido y con
cara de seriedad creyendo que así la alabanza será más santa y no es así, por el contrario,
alabamos con alegría porque el Señor ha hecho maravillas y ha manifestado su
salvación sobre cada uno de nosotros, esto es una razón para estar alegres y sonreír; es
tiempo de alegrarnos y celebrar en cada momento que le alabemos.

“El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”
(Proverbios 15:13).

Cuando alabamos a Dios con nuestro corazón, todo nuestro ser estará lleno
de su presencia y nuestro rostro cambiará de uno triste y afligido a uno de alegría y
paz, por eso nuestro corazón debe alegrarse en el Señor todos los días. La Biblia dice
que entremos por sus puertas con acciones de gracias y por sus atrios con alabanza
(Salmos 100:4); esto significa que debemos venir al Señor con una actitud de
agradecimiento y no de queja o amargura porque un adorador siempre tendrá
palabras de gratitud delante del Señor.

Cuando alabamos al Señor, aunque se presenten problemas y dificultades Dios


se levantará a nuestro favor. Salmos 34:3 dice: “Engrandeced a Jehová conmigo, y
exaltemos a una su nombre”. Cuando el salmista David dice que engrandezcamos el
nombre del Señor no es porque Dios este necesitado de que alguien le suba el ego, o que
a Dios se le haya olvidado que Él es grande; sucede que cuando nosotros
engrandecemos el nombre del Señor, estamos diciendo que Dios es más grande que
cualquier situación o circunstancia que pueda ocurrir en nuestras vidas. Al hacer esto,

70
los temores se irán, también la angustia y la vergüenza de nuestros corazones y
podremos confiar plenamente en el Señor.

David entendió que cuando ellos engrandecían el nombre del Señor, sus
enemigos eran avergonzados y minimizados; cuando ellos engrandecían el nombre del
Señor no tenían falta de ningún bien, eran alumbrados y eran libres de sus temores.
Cuando tú y yo engrandecemos el nombre del Señor y exaltamos su nombre, Él nos
alumbra porque podemos mirarlo a Él y no al problema, nos libra de los temores, nos
libra de vivir angustiados y afanados porque en Él hemos confiado. Esta es una de las
tantas razones del porque David nunca perdió ninguna de sus batallas.

¡Que maravilloso es poder exaltar y dar toda la gloria a nuestro Señor en todo con
alegría, entendiendo que somos parte del cuerpo de Cristo por eso servimos con un
corazón gozoso y agradecido utilizando nuestros dones y talentos para glorificar al
Señor y para el servicio de su reino!

Adoradores bajo las órdenes del rey sirven con alegría, tienen una genética de
perseverancia, no son de doble ánimo, permanecen en la palabra Dios, perseveran
en la comunión unos con otros, en la oración y la vida del espíritu.

Aprendemos de Asaf, Hemán y Jedutún, como en su tiempo caminaron con un


entendimiento claro de lo que hacían, ellos sabían cuál era su trabajo y en esencia eran
en carne viva una adoración andante para Dios. Vemos como estuvieron a disposición
del rey David para alabar con todas sus destrezas espirituales, para profetizar con los
instrumentos, para hacer guerra, celebrar, alabar el nombre del Señor y para ser
videntes del rey.

Creo que uno de los puntos importantes de la restauración del tabernáculo de


David es la esencia y el corazón de los que allí estaban, no solo de David como individuo
sino de todos los que conformaron ese tabernáculo. Es cierto que no vamos a hacer un
tabernáculo porque no se trata de la forma sino del principio y la esencia del corazón.

71
De hecho, la Biblia dice que somos templo y morada del Espíritu Santo, la presencia de
Dios ahora está en nosotros, Cristo habita por la fe en nuestros corazones.

Te invito a que cada canción que entones, en cada momento que ministres lo
hagas bajo una palabra y una dirección clara porque esto te hará ser efectivo.

Hubiese sido un fracaso muy grande que estos hombres y hasta el mismo rey
David junto a todo su equipo no se levantaran a servir y ministrar a Dios junto a sus
familias, o no haberse juntado con un propósito. De seguro hubiesen ido por Israel
tocando y cantado, pero el resultado jamás hubiese sido el mismo.

MINISTRANDO ESTOS AL SEÑOR...

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:


Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había
criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y
ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a
que los he llamado” (Hechos 13:1-2).

Empecemos por ver que significa “ministrando”. Esta palabra en el idioma


original (griego) según el diccionario bíblico Strong es: Ser servidor, adorador, obedecer,
aliviar, o ministrar.

En el libro de los hechos había profetas y maestros ministrando al Señor, es decir,


que ellos estaban adorando al Señor en una comunión de entrega y de seguro había
música. El Espíritu Santo habló para que Saulo y Bernabé fuesen llamados para la obra
del ministerio.

La alabanza y la adoración ministrada por los profetas y maestros estaba


primeramente dirigida al Señor y como resultado, se escuchó la voz del Espíritu Santo
para apartar a Saulo y a Bernabé los cuales fueron grandes instrumentos en las manos
del Señor para la predicación y extensión del evangelio en la época.

72
Cuando ministramos bajo las órdenes del Señor en obediencia a las autoridades
espirituales que Dios ha establecido en la iglesia, recibiremos claridad profética para
los próximos años. La adoración profética manifiesta la voz de Dios para estas
generaciones trayendo claridad y edificación en el cuerpo de Cristo.

Aprendamos a ministrar bajo las órdenes de nuestro Señor Jesucristo y estemos


dispuestos para toda buena obra siendo una ayuda.

Hay una invitación para cada creyente a caminar en adoración y entender el


poder que hay en la alabanza. La palabra dice que Dios habita en la alabanza de su
pueblo (Salmo 22:3), por eso cuando la iglesia levanta una sola voz unánime en alabanza
y adoración, los cielos se abren, cadenas son rotas y hay un fluir del Espíritu Santo que
trae sanidad, liberación, dirección y profecía para que la iglesia sea edificada y
fortalecida. Esta es nuestra esencia, fuimos creados para adorar a Dios.

73
CAPÍTULO 7

LA ADORACIÓN COMIENZA DESDE TU CASA

“Y estuvo el arca de Jehová en la casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo


Jehová a Obed-edom y a toda su casa. Fue dado aviso al rey David, diciendo:
Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de
Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-
edom a la ciudad de David” (2 Samuel 6:11-12).

Anteriormente, el arca del pacto representaba la presencia de Dios, y en el pasaje


que acabamos de leer notamos que la casa de Obed-edom fue bendecida a causa de que
el arca habitaba allí. Hoy en día, la presencia de Dios no habita en un arca o lugares
físicos, sino en nosotros por medio del Espíritu Santo, y debemos valorar y amar la
presencia de Dios puesto que ahora no estamos limitados a lugares u objetos, sino que
podemos tener libre comunión con el Espíritu Santo. Valorar, honrar y respetar a Dios
desde cualquier, especialmente desde nuestra casa, enseñar a nuestros hijos a adorar y
amar al Señor traerá como resultado la manifestación de su bendición en todo lo que
hagamos.

Nuestro hogar es un lugar importante; allí pasamos tiempo de calidad y


comunión con nuestras familias. Es en el hogar donde nuestros hijos son realmente
educados y enseñados en la palabra de Dios para ser hombres y mujeres de bendición.
Cuando adoras desde tu casa, las personas que te rodean se darán cuenta de que tu
hogar ha sido bendecido porque has hecho de tu casa un lugar de adoración. Tal fue el
caso de la historia que vimos al principio; la gente se dio cuenta de todo lo que había
ocurrido en la casa de Obed-edom.

Un verdadero adorador ama la presencia de Dios y valora cada momento con


Dios en lo secreto de su casa, donde nadie lo ve, en el silencio y la quietud. “Mas tú,

74
cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Mateo 6:6

Cuando amamos y valoramos la presencia de Dios, manifestamos alegría. La


palabra dice: “Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos
me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”
(Salmos 92:4-5). Un corazón agradecido siempre manifestara felicidad.

No es el deseo de Dios que solo puedas levantar las manos donde nos
congregamos y que en tu hogar no puedas hacer lo mismo porque lo que ocurre en la
vida de la iglesia corporativamente debe pasar en tu hogar.

Algunas personas no entienden como alguien puede vivir alegre en tiempos


difíciles, esto solo es posible cuando hemos valorado la presencia de Dios y decidido
adorar en todo tiempo y situación; cuando por causa de su presencia en nosotros podemos
vivir confiados en Él. Somos dichosos de confiar en el Señor cada día, y entender esto nos
va a convertir en personas más felices y plenas, así estaremos más rejuvenecidos. La
palabra de Dios dice:

“El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados
en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez
fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza
es recto, Y que en él no hay injusticia” (Salmos 92:12-15).

La presencia y bendición del Señor en nuestras familias y hogares hace que


venga crecimiento en todas las cosas, hace que puedas florecer en todas las áreas de
tu vida, trae vitalidad y fortaleza porque has dado entrada al Señor a tu casa.

“Profetiza, en el nombre de Jesucristo, que tú y tu familia (hijos, esposa o esposo) crecerán


sanos y fuertes en el Señor; la vida de Dios estará en tu hogar, en tus hijos y familia. En este
momento, mientras lees y confiesas esta palabra, viene la vida del Espíritu Santo sobre ti para
llenar toda tu casa”.

75
“Declara que la vida de Cristo echa fuera la muerte, la enfermedad, la escasez, la miseria
y pobreza, y trae un tiempo nuevo”.

“Profetiza, en el nombre de Jesucristo, que tú y tu familia crecerán en inteligencia, gracia


y sabiduría para con Dios y los hombres. Todos tus bienes crecerán. Tus finanzas y todo lo que
toque tu mano será bendecido. En este tiempo vas a florecer y dar frutos; donde hubo desierto y
sequedad habrá vida. Vas a fructificar en ganar personas para el Señor, en tus finanzas y negocios,
tus hijos tendrán lo mejor y por causa de la presencia de Dios, tendrás vigor para la vida, para el
día a día. No estarás desfallecido ya que estarás lleno de fuerza porque tu casa está sobre la roca
que es Cristo”.

La presencia de Dios en la casa de Obed-edom trajo bendición a él y a toda su


familia. El adorar desde nuestras casas desata bendición y multiplicación en todo lo que
tengas porque la adoración al Señor en familia trae el poder del aumento.

“Profetiza que serás multiplicado y bendecido en todas las áreas de tu vida”.

Es muy importante hacer de nuestra casa un lugar donde bendigamos y


exaltemos el nombre del Señor.

“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la
dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey. De los hijos de
Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la
dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y
alabar a Jehová. De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel,
Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti,
Hotir y Mahaziot. Todos estos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en las
cosas de Dios, para exaltar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres
hijas. Y todos estos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la
casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de
Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey. Y el número de

76
ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue
doscientos ochenta y ocho” (1 Crónicas 25:1-7).

El rey David conocía plenamente el poder de la adoración en familias, por eso


designó a Asaf, Hemán y Jedutún, junto a sus hijos para servir en la música. Ellos no
solo tocaban, también profetizaban con los instrumentos. El texto anterior nos indica
que fueron apartados para el ministerio, tanto por el rey David como por los jefes del
ejército.

Las familias apartadas para ministrar a Dios en adoración y alabanza eran un


arma secreta para que no perdieran ninguna batalla. Por eso los jefes del ejército
ayudaban en esta decisión. ¡Las compañías o comunidades proféticas de la época eran
familias completas! Vivían en un entrenamiento continúo en las casas día a día, los
padres enseñaban a sus hijos e hijas a tocar instrumentos, a componer melodías, a
escribir versos, a fluir en lo profético. Los hijos estaban destinados desde el vientre a ser
parte de una generación profética, ya estaban marcados, pertenecían a ese mover,
crecían en medio de la música amando a Dios y deseando el tiempo oportuno para
comenzar a servir a Dios en el tabernáculo.

La voz de Dios se hizo presente en ese tiempo debido a la adoración continua


de una generación obediente y entendida que amaba a Dios. Los padres dirigían la
música y los hijos obedecían cada orden; todos listos, en un mismo sentir, preparados
para fluir bajo las órdenes del rey.

En este tiempo, Dios nos revela cuán importante es levantar un altar de adoración
en nuestros hogares porque es allí donde enseñamos a nuestra familia a adorar a Dios.
Quizás usted no toque algún instrumento como Asaf, Hemán o Jedutún, pero la adoración
tiene que ver con tu vida, y esa vida sí la puedes impartir a tus hijos para que ellos no solo
vean que tú amas y adoras a Dios, sino que también les enseñes a cómo hacerlo día a día.
Por eso la palabra nos dice en Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él”. “Instruir” significa enseñar con hechos y con
palabras, es un trabajo continuo que tenemos como padres de esta nueva generación.

77
Es muy importante apartar un tiempo para enseñar e instruir a nuestra
generación en la palabra de Dios y en la oración.

Creo que un lugar muy adecuado para adorar a Dios es en nuestras casas; que el
padre adore junto a su esposa e hijos aprendiendo el poder de la adoración en familia a
través de sus papás que aman a Dios, esto es algo muy poderoso. Es tiempo de asumir
el sacerdocio en el hogar ya que somos responsables de ser un modelo espiritual para
nuestras familias.

¡Declaro que se levantan en este tiempo familias enteras que adoran a Dios desde
las casas! Familias rendidas en adoración al Señor, que ministran y profetizan bajo
las órdenes de nuestro Rey.

“Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo


Jehová a Obed-edom y a toda su casa. Fue dado aviso al rey David, diciendo:
Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de
Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-
edom a la ciudad de David” (2 Samuel 6:11-12).

Cuando levantamos cánticos y música de alabanza desde nuestros hogares


junto a nuestra familia, hay un impacto enorme a nuestro alrededor. Los cánticos al
Señor cambian los ambientes y hacen que las tinieblas huyan y la maldad retroceda.
Si juntos como familias cantamos al Señor, el cielo y la tierra se unirán.

LA CLAVE ES PERSEVERAR

“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas,


comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían
de ser salvos” (Hechos 2:46-47).

78
La iglesia del libro de los Hechos vivió este principio: perseveraban unánimes
y compartían el pan en las casas con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios.
Ellos alababan a Dios en el lugar donde se reunían y también desde sus casas, y esto
hizo que el Señor añadiera cada día los que habían de ser salvos.

Entender y vivir bajo este principio desata una multiplicación de personas con
una genética de perseverancia en la palabra y una mentalidad de cuerpo. La alabanza y
la adoración no es solo cuando estamos reunidos como iglesia, debemos vivirlo cada
día con toda nuestra vida.

CORAZONES ENCENDIDOS

“Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab,


que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y
cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de
Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de
Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios,
panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su
mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová
se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto
junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue
llamado aquel lugar Perez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo:
¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para
sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom
geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo
Jehová a Obed-edom y a toda su casa. Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová
ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios.
Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la
ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos,
él sacrificó un buey y un carnero engordado” (2 Samuel 6:3-13).

David por un momento quiso sorprender a Dios con algo nuevo, pero que no
estaba bajo el diseño de Dios porque utilizó un carro para mover el arca de Dios de la casa
de Abinadad y luego de eso Uza muere intentando sostener el arca cuando notó que casi

79
se caía, por eso el juicio de Dios cayó sobre él. Con todo esto, creo que Dios le da un mensaje
a David haciéndole ver que los métodos filisteos no funcionan cuando hay un diseño
de parte de Dios.

El arca del pacto estuvo en dos casas físicamente iguales, hechas con los mismos
materiales para construcción, pero dentro de las casas había corazones diferentes. En
la casa de Abinadab no ocurrió nada y podemos imaginar que estaban acostumbrados
a lo mismo y sin amor, pero en la casa de Obed-edom había corazones encendidos por
Dios, había honra y respeto por la presencia del Señor y llenos de la vida de Dios.

La Biblia dice que Uza y Ahio guiaban el carro donde llevaban el arca, pero la
pregunta es la siguiente: ¿Cómo podían guiar el arca del pacto que representaba la
presencia de Dios Uza y Ahio si ellos nunca aprendieron a hacerlo desde sus casas?

Aquí quiero resaltar un principio importante: no se puede guiar la presencia de


Dios a nuestra ciudad o nación si primero no aprendemos a ser conducidos por la
presencia de Dios en nuestras casas.

El principio de valorar la presencia de Dios se aprende en la casa y por eso es tan


importante orar diariamente y tener comunión con nuestro Señor, así cuando lleguemos
al lugar donde nos congregamos ya vendremos llenos del Espíritu Santo, listos para fluir
en alabanza y adoración.

David quiso llevar el arca a la ciudad, pero venia de una casa fría que durante
veinte años no valoró la presencia del Señor y donde Dios no ocupó nunca el primer
lugar en ellos. Con el pasar de los años, todos se habían acostumbrado a tener el arca en
su casa y cuando la quisieron trasladar desde esa casa a la ciudad de David, el resultado
fue muerte. En cambio, estuvo tres meses en casa de Obed-edom donde amaban y
valoraban la presencia de Dios y cuando fue trasladada a la cuidad, el resultado fue
vida, triunfo y Obed-edom fue bendecido.

David tuvo éxito en llevar la presencia de Dios a su ciudad cuando fue valorada
primero en la casa de Obed-edom así comprendió que, si la casa de un hombre junto

80
a su familia fue bendecida en todo por causa de su amor y adoración a Dios, su nación
también iba a ser bendecida si todo el pueblo hacia lo mismo.

Recuerda que tu casa debe ser tu Edén, donde hablemos con el Señor a cada
momento y cara a cara; donde la contienda y el pleito no tiene espacio porque hemos
dado lugar a la presencia de Dios para que habite en medio nuestro, así tus hijos
crecerán en un ambiente lleno de la presencia de Dios, ellos buscarán al Señor de manera
espontánea porque han crecido en un ambiente de adoración y de entrega, donde Dios
tiene el primer lugar.

La adoración trasciende de generación a generación cuando como padres amamos y


valoramos la presencia de Dios.

Para que naciones completas honren a Dios y sean bendecidas, debe haber
primeramente familias completas que amen y valoren la presencia de Dios en sus casas.
El cambio en una nación comienza con familias transformadas por su presencia.

ADORACIÓN EN FAMILIA

Luego de eso, David levantó ofrendas, y dice la palabra que hacia un sacrificio
cada seis pasos, al punto que hicieron un camino de sangre. Ese camino de sangre lo
tenemos nosotros gracias al sacrificio que Cristo hizo por nosotros, por la sangre del
cordero de Dios. Creo que el camino está listo y el Señor ha comenzado a entrar en
muchas familias de la tierra, las cuales darán apertura a la obra de Dios en las naciones.

Por esa razón, debemos entender la importancia de reunirnos a orar y adorar a


Dios en familia, así como tener un tiempo de comunión unos con otros, de leer la palabra
de Dios y bendecir el nombre del Señor juntos. Es tiempo de que las familias en las
naciones nos reunamos a exaltar el nombre de Jesucristo. El tiempo del pleito y de las
divisiones en los hogares terminó, y ha llegado el tiempo de que juntos adoraremos a
Dios. La adoración en familia echa fuera la muerte, echa fuera la miseria, rompe los
planes de las tinieblas y anula edictos de maldición.
81
“Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será
principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. Hablad
a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un
cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia
fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino
inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al
comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto,
macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el
día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre
las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel
de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego,
y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Ninguna cosa comeréis de él
cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.
Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo
quemaréis en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en
vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es
la Pascua de Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a
todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y
ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por
señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no
habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto” (Éxodo 12:1-
13).

Dios le dijo a Moisés que levantaran un cordero por familia por que el ángel de la
muerte pasaría, pero no pudo entrar a sus casas por causa de la adoración y la sangre del
cordero en sus puertas que representa para nosotros la sangre de Cristo en nuestros
hogares.

Las familias de la tierra necesitan más que nunca entender el poder de la


adoración en las casas, el poder de levantar una ofrenda como familia (un cordero por
familia) y de levantar cánticos al Señor desde nuestros hogares, así como Asaf, Hemán
y Jedutún. Sus hijos profetizaban con los instrumentos y por medio de la alabanza, los
enemigos de la nación de Israel no prevalecían.

82
“Declaro que sobre tu casa y tu familia se activa una gracia para profetizar por
medio de la música, a cada músico, cantor y salmista. Declaro que viene una
activación sobrenatural para fluir en lo profético y que se levanta una generación
con ojos espirituales abiertos, listos para profetizar bajo las órdenes nuestro Dios.
Se desata una gracia desde las casas y muchos niños se levantan en las naciones
como salmistas proféticos, como músicos proféticos desde sus hogares y aprenderán
amar y honrar a Dios desde sus casas”.

La música que se levanta desde un altar de adoración al Señor desata la victoria de


Dios sobre tu casa y tu familia. Las tinieblas conocen el poder que existe en familias que
adoran, por eso en muchos países han aprobado leyes que van en contra de los principios
de Dios y atentan contra el diseño original de la unión entre un hombre y una mujer y el
principio de la vida. A pesar de eso, Dios también ha levantado y seguirá levantando
familias diferentes que adoran y claman al Señor para ver la manifestación de su Gloria en
las naciones.

“Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas y comían juntos
con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos, y
cada día añadía el Señor a la iglesia a los que iba llamando a la salvación” (Hechos
2:46-47).

En libro de los Hechos podemos ver como todos los días alababan a Dios en el
templo y en las casas. Si había alabanza había música, y eso significa que había familias
completas que adoraban, porque la vida de adoración comienza y se desarrolla en tu
vida practicándola desde tu casa.

83
CAPÍTULO 8

ADORACIÓN DESDE UN NUEVO PACTO

Cristo es el fundamento de cada adorador

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa” (1 Corintios 3:11-14).

La palabra de Dios nos afirma que la vida del creyente debe estar
fundamentada en Cristo y que cada persona tiene la responsabilidad de edificar
correctamente sobre ese fundamento utilizando los mejores materiales, sabiendo que
al final la obra de cada uno será probada. En base a esta verdad debemos entender
que Cristo siempre será el fundamento de nuestras vidas y que nosotros debemos de
edificar sobre Él a través de su palabra.

La Biblia dice que “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa” (1 Corintios 3:14). Esto significa que cuando tú y yo tenemos el privilegio
y el honor de edificar nuestras vidas en la palabra de Dios, vamos a tener paz, bendición
y propósito, aunque puedan presentarse momentos de prueba.

Cada uno de nosotros estamos llamados a vivir y fluir en la vida de Cristo y no


en nuestro propio intelecto o sabiduría, por lo tanto, nuestro carácter tiene que ser
formado por la palabra de Dios.

84
Al hablar de carácter, hago referencia a los rasgos, cualidades o circunstancias
que indican la naturaleza de una persona, así como la manera de pensar y actuar que
lo hacen distinguir de los demás. Nuestra naturaleza ya no es de pecado, ahora somos
justos, porque en Cristo hemos sido justificados, tenemos su naturaleza y podemos
desarrollar su carácter, no porque tengamos un concepto de superioridad, sino porque
el carácter de Cristo será reflejado en nuestras vidas.

Formar el carácter de Cristo demanda el renunciar a formas de vida,


pensamientos o principios que van en contra del plan que Dios tiene para ti. Permite
que la palabra de Dios eche raíces en ti para estar siempre firme. “Derribando
argumentos y toda altivez que se levantan contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. 1 Corintios 10:5

Cuando nuestras canciones exaltan el nombre de nuestro Dios, los resultados


serán maravillosos. Veremos cambios, transformaciones y la gloria de Dios en
medio nuestro porque Cristo es el fundamento de cada adorador.

Los apóstoles no predicaron otra cosa que no fuese Cristo (es decir, al ungido
glorificado) y a este crucificado (predicaron la obra redentora en la cruz). Cuando
hacemos que nuestro amado Señor sea el fundamento de todo, seremos adoradores que
retengamos el testimonio de Cristo. “Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los
judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura, más para los llamados, así judíos como
griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios”. 1 Corintios 1:1-23-24

EL TESTIMONIO DE JESÚS ES LA EVIDENCIA DE CRISTO


EN NOSOTROS

“Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis
19:10).

85
La Biblia nos enseña que es muy importante mantener un buen testimonio, pero
hay uno aún más importante que debemos cuidar, y es el testimonio de Jesús.

La palabra “testimonio” en Apocalipsis 19:10 tiene los siguientes significados:


evidencia dada, mártir y testigo judicial; es claro que, al ministrar lo que nos diferencia de
cualquier otra reunión es: La manifestación profética. La profecía es producto de adorar a
Jesús y dar un claro testimonio de Él en nuestras vidas, primeramente, así como en
nuestras canciones.

La evidencia de que Jesús vive en nosotros se refleja en nuestra vida de


adoración diaria. En el libro de apocalipsis, cuando el ángel le dijo: “Adora a Dios;
porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. Una de las señales de que
este ángel era verdadero se evidencia en el momento que le dijo que no lo adorara a
él sino a Dios, porque la verdadera manifestación profética nunca te guiará a adorar
al mensajero ni al mensaje, sino a Dios. Cuando un adorador ha guardado el
testimonio de Cristo en él, no buscará que lo adoren a él ni a su mensaje, sino a Cristo.
Es necesario glorificar a Cristo en todo lo que hagamos.

“Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a


nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que
de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones,
para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2
Corintios 4:5-6).

El ángel le dijo “yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que retienen el
testimonio...”. Esto lo dijo aclarando que la manifestación profética no es producto de
habilidades humanas sino de guardar el testimonio. Cuando retenemos el testimonio de
Cristo en nuestras vidas, manifestaremos lo profético.

EL ESPÍRITU SANTO ES NUESTRA GARANTÍA

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no


hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que

86
habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que
tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-15).

La unción y la gracia profética está en nosotros por medio del Espíritu Santo.
Guardar el testimonio de Jesús es dejar que el Espíritu Santo pueda fluir en nosotros
con libertad para recibir lo que el Padre tiene por medio de Cristo. La manifestación del
Espíritu Santo es el testimonio de Cristo en nuestras vidas en cualquier lugar donde nos
encontremos. Manifestar los frutos del Espíritu Santo es la clara evidencia de que Cristo
está gobernando.

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”
(Gálatas 5:22).

La alabanza y adoración profética son manifestaciones legales de Cristo en la


tierra. Debemos entender que toda manifestación de las tinieblas opera en un marco
ilegal, pero la iglesia del Señor camina en la legalidad de un nuevo pacto. La
manifestación del Espíritu Santo es la vida fluyente de la iglesia, es parte de ella.

“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de


vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo
de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efesios 1:13-14).

La palabra “arras” significa garantía. La garantía de que Cristo habita en


nuestros corazones es la manifestación del Espíritu Santo. La palabra dice: “Y el
que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”
(2 Corintios 1:21-22). Cuando somos guiados por el Espíritu Santo, daremos
testimonio del Poder transformador de Dios aquí en la tierra.

“Éste es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua


solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da
testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan
testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son

87
uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la
sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres,
mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha
testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el
testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque
no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es
el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo”
(1 Juan 5:6-11).

CRISTO NOS LLEVA A ADORAR AL PADRE

“Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva” (Romanos 6:4).

La Gloria del Padre resucitó a Cristo de entre los muertos, y esa misma gloria
está en nosotros para caminar en una vida nueva: “Pues no habéis recibido el espíritu
de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:15).

La adopción del Padre para con nosotros nos ha librado de un espíritu de


esclavitud y de temor. Cuando se revela el amor del Padre a nuestros corazones,
caminaremos en seguridad y sin miedo, este amor nos hace estar confiados ya que la
palabra de Dios dice que el perfecto amor echa fuera el temor, y ese perfecto amor solo
lo puede dar nuestro Padre celestial.

Es maravilloso cuando nos acercamos al Padre en verdadera adoración para


conocerle y adorarle con todo nuestro corazón. Conocer al Padre nos da la seguridad
de que sus planes son de bien para nuestras vidas, nos hace entender que Él cuida
de nosotros y que nuestro futuro está asegurado; al acercarnos en plena certidumbre
de fe, con un corazón sincero viviremos en libertad y no como esclavos por eso la
biblia nos enseña claramente: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para
estar otra vez en temor... (Romanos 8:15)”. El adorar y conocer al Padre te hace libre
de todo temor al futuro, porque en su presencia recibes la confianza y seguridad

88
para vencer el miedo ante cualquier circunstancia y te hace estar firme en el
propósito de Dios.

La adopción de Dios Padre despierta en nosotros un sentido de alabanza y de


clamor hacia su persona. Nuestra vida clama ahora a nuestro Padre celestial que nos
ama con amor eterno, nuestros corazones arden de pasión por su presencia, y
desesperadamente pronunciamos ¡Abba Padre!, porque entendemos que nuestra vida
le pertenece al Él, de quien proceden todas las cosas y que nosotros somos para
alabanza de su gloria.

“Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas,
y nosotros por medio de él” (1 Corintios 8:6).

El Padre celestial es quien nos ha bendecido en los lugares celestiales en Cristo.


“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo”. (Efesios 1:2-3).

Al rendir nuestras vidas en adoración vamos a conocer al Padre, y Él se revelará a


nosotros por medio de Cristo de manera que, conocer a Cristo es conocer al Padre y si
conocemos al Padre conocemos al hijo. Cuando exaltamos el nombre de Cristo, el Padre
es glorificado.

“porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al
Padre” (Efesios 2:18).

Debemos levantar acciones de gracias a nuestro Padre por su gran amor


demostrado al enviar a su hijo a morir en la cruz por nosotros porque por medio de su
sacrificio el velo fue rasgado y ahora tenemos libre acceso al trono de la gracia. “Dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
(Efesios 5:20).

89
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo” (Hebreos 10:16).

El salmista decía “Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus


beneficios porque él es quien te colma de favores y sacia de bien tu alma de modo que
te rejuvenezcas” (Salmo 103;2). En ocasiones debes hablarle a tu alma y darle una
orden para dar acciones de gracias, aún y cuando las cosas no resulten como te lo
esperabas, la alabanza enmudece la queja y te encamina a la victoria.

DEMOS GRACIAS AL PADRE EN TODO EN EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR


JESUCRISTO

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).

Cuando levantamos alabanzas que confiesan que Jesucristo es el Señor,


estamos glorificando al Padre; el Padre exaltó a nuestro Señor Jesús hasta lo Sumo y
le dio un Nombre que es sobre todo nombre para que en ese nombre se someta todo
lo que está en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor. Si queremos dar gloria al Padre, exaltamos al que está sobre
todo principado, poder y señorío: Cristo Jesús, Señor nuestro.

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17).

Por medio de Cristo, damos gracias al Padre por todo lo que hacemos en el
trabajo, en la casa, nuestro servicio, nuestras canciones y nuestra vida de adoración. Lo
que digamos debe ser para glorificar a Cristo y dar gracias por medio de Él.

“(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos


la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto
y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con
90
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo
Jesucristo” (1 Juan 1:2-3).

Cuando se nos ha revelado el Padre, no sólo vamos a tener comunión con Cristo y
su Espíritu Santo, sino que vamos a tener comunión los unos con los otros, con la iglesia
que es el cuerpo de Cristo. Cuando conocemos el Padre como adoradores, vamos a romper
con el aislamiento y la soledad.
“Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1
Corintios 12:27).

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNIÓN CON EL ESPÍRITU SANTO

“Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al
Padre” (Efesios 2:18).

La comunión con el Espíritu Santo nos permite conocer al Padre, y dice la Biblia
que Él nos enseñará todas las cosas. Si queremos que se nos revele Cristo y el Padre,
debemos pedirle primeramente al Espíritu Santo que se revele a nuestra vida y que nos
guíe a conocer a Cristo y al Padre.

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os


enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque
no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber
las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo
hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y
os lo hará saber” (Juan 16:13-15).

Tener una comunión diaria con el Espíritu Santo nos llevará a saber los deseos y
anhelos del Padre y de Cristo para nosotros porque dice “...tomará de lo mío y os lo
hará saber, todo lo que tiene el Padre es mío...”. Una vida profética está íntimamente
unida a la comunión con el Espíritu Santo.

91
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a como interceder; es quien nos recuerda
nuestra legalidad en Cristo, es nuestro consolador, es nuestro ayudador y nos anhela
celosamente. Cuando el Señor Jesús dijo “les doy mi paz no como el mundo la da...”
creo particularmente que era porque nos estaba dejando a la hermosa persona del
Espíritu Santo porque Él es la verdadera paz en nosotros, sin Él, nada de esto sería
posible.

En este momento, mientras lees este libro, toma un tiempo para hablar con el
Espíritu Santo y dile que lo quieres conocer, que quieres depender de Él, que te enseñe
al Padre, que te enseñe a adorar.

“Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo;
y estos tres son uno” (1 Juan 5:7).

Nuestra vida de adoración debe estar fundamentada en Cristo, el Padre y en el


Espíritu Santo. Un adorador no va a negar nunca al hijo, al Padre o al Espíritu Santo
porque conoce que en Cristo habita toda la deidad.

UN GRAN SUMO SACERDOTE LLAMADO CRISTO

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo
de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que
no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Hebreos 4:14-16).

Cristo es nuestro gran sumo sacerdote y por medio de Él, podemos entrar
libremente al trono para hallar misericordia y gracia para el oportuno socorro. Cada
uno de nosotros tenemos un mediador de un mejor pacto; Cristo abrió un camino nuevo
para que podamos acercarnos confiadamente al Padre.

En Cristo podemos acercarnos en plena seguridad porque se ofreció una vez y


para siempre, y esto lo describe su Palabra: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez
92
para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”
(Hebreos 10:12).

Nuestra vida de adoración en Cristo es para siempre; no fue diseñada para que
fuese temporal, no estamos llamados para adorar por momentos o etapas porque no
hay nada que nos pueda separar de su amor y porque tenemos al Espíritu Santo para
vivir en comunión constante con Dios.

Cristo ofreció sacrificio por nuestros pecados una vez y para siempre para
caminar bajo un nuevo pacto con mayores promesas, cuando entendemos esta verdad
cuidaremos diariamente de nuestro ser interior, vamos a apartarnos del pecado y a
caminar en santidad y rendición a Dios. Pero si alguien, teniendo el camino listo y
preparado para disfrutar una vida de adoración y alabanza al Padre, decide
voluntariamente pecar no tendrá buenos resultados.

“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento


de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El
que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere
irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al
Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado,
e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:26-29).

El Espíritu de gracia no está en nosotros para pensar en “pecar y pecar”


voluntariamente y ser perdonados. Diariamente cometemos errores y fallas porque
somos seres humanos, pero una persona que toma como inmunda la sangre del pacto,
pisotea al Hijo y afrenta al Espíritu Santo y ya no está pecando por error o falla, lo está
haciendo de manera voluntaria.

La gracia de Dios es un regalo inmerecido para que puedas disfrutar de la vida de


Cristo y la sangre del pacto. El Hijo y el Espíritu de gracia están para que disfrutes de la
vida de Dios, mas no para justificar una vida de pecado.

93
Un adorador valora la sangre del pacto porque sabe que por ella puede tener
libertad para adorar, para estar en lugar secreto de Dios, valora al Espíritu de gracia y
valora al Hijo (Jesucristo) porque es nuestro gran sumo sacerdote quien nos abrió un
camino nuevo y vivo.

“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,
esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió” (Hebreos 10:19-23).

Al comprender la grandeza del nuevo pacto, podemos acercarnos con un


corazón sincero delante de Dios, en plena certidumbre de fe, si no tuviésemos esta
verdad, nuestro corazón estaría lleno de incertidumbre, así como cuando el sacerdote
tenía que entrar y no sabía si saldría vivo del lugar santísimo cuando ofreciera el
sacrificio por los pecados. Ahora, puesto que estamos en un mejor pacto con mejores
promesas, adoramos con libertad sabiendo que Cristo es nuestro sumo sacerdote. Mira
lo que dice la palabra: “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que
tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos”
(Hebreos 8:1).

“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la
remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de
la herencia eterna.” (Hebreos 9:15).

Esto nos muestra que podemos adorar, alabar y levantar nuestras manos
confiadamente porque el Señor no te espera para juzgarte ya que nuestra adoración y
alabanza fluye según el sacerdocio de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros no somos de
los que retroceden, sino de los que tienen fe para preservación del alma; la fe nos va a
llevar a cuidar nuestra salvación, la sangre de Cristo, su gracia y su favor. Por eso dice
la palabra: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los
que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).

94
En Cristo tenemos libre acceso al lugar santísimo por su Sangre.
En Cristo tenemos un camino nuevo y vivo para adorar.
En Cristo fue rasgado el velo.
En Cristo debemos acercarnos con corazones sinceros.
En Cristo, acerquémonos en plena certidumbre de fe.
En Cristo, purifiquemos nuestras vidas de la mala conciencia.

Vivir en la verdad de un nuevo pacto, nos convierte en adoradores listos para


disfrutar de la presencia de Dios en plena certidumbre de fe, sabiendo que el velo fue
rasgado y que tenemos libre acceso al trono de la gracia.

UNA VIDA DE ADORACIÓN EN CRISTO

“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener
sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el
agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La
mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a
sacarla” (Juan 4:13-15).

La adoración en espíritu y verdad es nacida de la verdadera fuente de agua de


vida que es Cristo. La mujer samaritana iba todos los días a buscar agua al pozo para
calmar su sed, hasta que se encontró con el Señor quien le dijo: “Cualquiera que
bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré,
no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que
salte para vida eterna”. El agua de Cristo tiene el poder de convertirse dentro de
nosotros en una fuente para que no volvamos a tener sed.

La mujer samaritana mantenía su protocolo para buscar agua, sabía que un judío
y un samaritano no podían hablar, conocía la historia del pozo, tenía un buen
conocimiento, aprendió por otros cómo y dónde se tenía que adorar, pero no tenía la
fuente puesto que adoraba lo que no sabía. Por eso el Señor le dijo que el que bebiere

95
del agua del pozo volvería a tener sed, pero el que bebiera de su agua no tendría sed
jamás.

Un adorador en espíritu y en verdad, bebe del agua de Cristo y entiende que no


hay que ir a un lugar específico y cumplir un protocolo religioso para adorar, por eso el
Señor le dijo: “ni en este monte, ni en Jerusalén adorarán, sino que Dios es Espíritu y los
que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad”.

En el nuevo pacto, no tenemos que ir a buscar afuera nada porque Cristo habita
en nosotros por medio de la fe. Tu vida de adoración en Cristo quita la sed porque tienes
la fuente dentro de ti saltando para vida eterna. En este tiempo tenemos el privilegio de
que Cristo habite por la fe en nosotros, a fin de que seamos arraigados y cimentados en
amor. Tú vida de adoración no debe estar arraigada en una forma o en un lugar sino en
Cristo.

La adoración tiene que ver con una fuente llamada Cristo, y aunque puedes
tener tu cántaro, si no tienes la fuente vivirás una vida en rutina. Esta mujer vivía del
pozo de otro, venía al pozo porque era famoso era el pozo de Jacob, pero aun así tenía
sed. La adoración de esta mujer, antes de encontrarse con el Señor, era del “tipo pozo”,
y no una adoración de “tipo fuente”. Sin embargo, vemos como esta mujer a pesar de
llevar una vida desordenada, reconoció que necesitaba beber del agua de Cristo, al
hacerlo fue transformada en una nueva mujer porque cuando El Señor llega a nuestras
vidas es para llenarlo y transfórmalo todo.

El apóstol Pablo oraba a fin de que Cristo habite en nosotros por la fe y seamos
arraigados y cimentados en amor. Efesios 3:17 “Para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor”. Estas son
oraciones basadas en un nuevo pacto, y somos privilegiados de disfrutar de todas
estas promesas que Cristo obtuvo por nosotros en la cruz del calvario.

“A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre
los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos,
amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin
de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Colosenses 1:27-28).

96
En el antiguo testamento, los sacerdotes solo podían entrar una vez al lugar
santísimo, pero el Señor quiso darnos a conocer el misterio entre los gentiles, que es Cristo
y ahora tenemos libre acceso a su presencia porque el velo fue rasgado, por eso el apóstol
Pablo dice “...amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría,
a fin de presentar perfecto en Cristo...”. Somos bienvenidos a un mejor pacto y aunque los
profetas del antiguo pacto lo desearon vivir, no pudieron, aunque lo vieron antes de
nosotros por la fe.

Por eso nuestra vida de adoración no está basada en viejas promesas, no hay
más sacrificios, no hay más rituales, todo fue sombra de lo que había de venir, y es
Cristo nuestro mediador, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

La adoración en Cristo es fluyente, y no me canso de mencionarlo, siempre está


en movimiento, porque es agua viva que trae el mover profético y desata la vida de Dios
en la iglesia y en la vida de las personas, en cambio el agua de un pozo esta allí
estancada, no produce vida ni cambios, mata el mover profético y detiene lo que Dios
quiere hacer. Cuando la mujer pidió poder tomar del agua de Cristo se manifestó lo
profético, no para destruirla sino para liberarla.

“La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí
a sacarla. […] Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has
dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no
es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú
eres profeta” (Juan 4:15; 4:17-19).

“Declaro que la vida de Cristo va fluir en ti como nunca antes y que por causa de
la verdadera adoración, lo profético vendrá a ti para levantarte, para animarte,
para restaurar lo que había estado caído y manifestar a Cristo en tus días”.

ADORACIÓN CON EL OLOR DE CRISTO

97
“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una
mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando
el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza” (Marcos 14:3).

Este es un pasaje conocido por mucho de nosotros, vemos que esta mujer derramó
este perfume de nardo puro delante del Señor. Como dato importante, este perfume
costaba el salario de todo un año y solo se abría en ocasiones muy especiales o a los ricos.
Además, me sorprende que de la planta donde extraen este perfume su raíz y el tallo son
los que proporcionan su esencia.

Esta mujer tuvo que quebrantar el perfume para que se manifestara el olor que
estaba dentro del mismo. Si lo aplicamos a nosotros, es necesario quebrantar nuestra
vida para que el olor de Cristo sea manifestado en el lugar donde estamos porque si
no hay quebrantamiento, no hay manifestación del olor. El quebrantamiento no es
sinónimo de destrucción o fracaso, sino de rendición y entrega. Esta mujer quebró el
frasco porque rindió su vida completamente al Señor.

En nosotros está el olor y el aroma de Cristo, pero es necesario que


quebrantemos el frasco para que el olor salga. La Biblia dice: “Mas a Dios gracias, el
cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta
en todo lugar el olor de su conocimiento” (2 Corintios 2:14). Porque para Dios somos
grato olor de Cristo. Para que el olor del conocimiento de Cristo sea manifestado por
medio de nosotros, debemos romper el frasco de pensamientos humanistas y
argumentos que se levanten contra el conocimiento de Dios, de esta manera, vamos a
manifestar a Cristo en nuestra vida de adoración.

Podemos ser un recipiente muy bonito, con un gran aroma y perfume


dentro, pero si no somos destapados o quebrados no cumpliremos el
propósito de manifestar el grato olor que llevamos dentro, que es Cristo.

La unción es activada sobre tu vida cuando adoras y te quebrantas. La mujer


ungió la cabeza del Señor y hay un secreto muy poderoso aquí, la Biblia dice que la
unción desciende desde la cabeza, bajando por las barbas hasta descender sobre las

98
vestiduras. La adoración desata sobre tu vida la unción del Señor; no hay otra manera
de ser ungido si primero no entregas tu vida en verdadera adoración.

“Te profetizo que, por causa de quebrantar tu vida para que se manifieste el olor de
Cristo, vendrá sobre ti una unción y una gracia especial para todo lo que vayas a
hacer en este tiempo. Estarás ungido en el nombre de Cristo Jesús”.

CRISTO REFLEJADO EN LA VIDA DEL ADORADOR

Un verdadero adorador mostrará a Cristo para que sea exaltado ya que lo más
importante es el perfume que contiene el frasco no el frasco en sí; aunque la presentación
es importante, no lo es todo, pues la tarea del frasco es dar preámbulo de lo que
realmente transforma y cambia el ambiente.

El Padre envió a su amado hijo Jesucristo a morir por nosotros. Él lo dio todo por
amor y nos dio vida, pero el centro de todo sigue siendo Cristo. Nosotros fuimos la
causa, pero Él es el autor de todo. Igualmente, que un perfume, el frasco es bueno pero
lo importante y lo que todos queremos es la esencia de lo que está dentro.

Como adoradores debemos comprender que nuestro trabajo es manifestar el


perfume de Cristo que está en nuestro interior, entendiendo que su fragancia puede
transformar cualquier ambiente y así como esta mujer quebró el alabastro, nosotros
también debemos derramar nuestros corazones para manifestar una vida de adoración
ferviente y sincera.

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque
para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se
pierden” (2 Corintios 2:14-15).

99
CAPÍTULO 9

ORACIONES Y DECLARACIONES PROFÉTICAS

Oraciones proféticas

“Señor, te doy gracias porque en Cristo fui justificado gratuitamente. Ahora


tengo paz contigo, Padre celestial, por medio de la fe. Ahora en Cristo, he sido liberado
de la ira y la condenación ya que por medio de su sangre fui limpiado y lavado.
Renuncio a todo sentido de culpa porque en Cristo, soy justificado y libre del pecado.
Te alabo Padre por tu amor y tu justificación”. (Romanos 3:24, Romanos 5:1, Romanos
5:9, Romanos 8:1).

“Te alabo Padre porque en Cristo, la ley del Espíritu de vida me ha liberado de
la ley del pecado y de la muerte. En Cristo, el pecado no tiene legalidad en mi cuerpo.
Por medio de tu Espíritu Santo, ya no vivo según la carne sino, según la vida de Cristo
en mí. Renuncio al pecado, la muerte, la pérdida y la derrota. Y activo la ley de vida, de
victoria, de salud, de santidad y de triunfo en mi”.

“Espíritu Santo, digno eres de toda gloria porque la ley de vida ahora vivifica mi
cuerpo. Tu ley ha traído sobre mi salud, fortaleza, renovación y vitalidad. Por Cristo,
opera en mi cuerpo la vida y no la muerte. Echo fuera la debilidad, el desgaste, la falta
de entusiasmo y profetizo que vienen fuerzas, fortaleza y entusiasmo por el Espíritu a
mi vida”. (Romanos 8:2, Romanos 8:9, Romanos 8:11).

100
“Tu palabra dice Señor, que no hemos recibido un espíritu de esclavitud para
estar otra vez en temor. Por esa razón, renuncio a todo espíritu que me quiera mantener
esclavo al pecado, al miedo y a maneras de pensar que me lleven a vivir en temor.
También renuncio al temor a las malas noticias o al fracaso y profetizo que no tendré
temor porque mi corazón está firme y confiado en ti, mi Dios”.

“En Cristo Jesús, me has dado un espíritu de adopción por el cual puedo clamar
¡abba Padre! Eres mi Padre bueno, protector, guardador y hermoso. Tu palabra dice que
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevere porque en ti
hemos confiado, y hoy perseveró en tu palabra y en ti Señor. (Romanos 8:15, Salmos
112:7, Isaías 26:3)”.

“Gracias Padre porque me has hecho tu hijo y me has hecho heredero y


coheredero con Cristo de toda tu herencia. Legalmente me pertenece la sanidad, la
bendición, la prosperidad, la revelación y la multiplicación. En Cristo, hemos sido
bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales y por eso, profetizo
que se activa en mí el poder de la bendición en este mismo día”. (Romanos 8:17, Efesios
1:3).

“Te exaltamos y te alabamos Padre porque somos más que vencedores por medio
de ti que nos amaste primero, no hay nada ni nadie que nos pueda condenar y separar
de ti porque Cristo intercede por nosotros a tu diestra Padre y por medio del sacrificio
de Cristo somos justificados”. (Romanos 8:34, Romanos 8:35).

“Gracias Padre porque ahora somos el cuerpo Cristo y miembros los unos de los
otros. Tu gracia fue dada a nosotros en Cristo, y en todas las cosas fuimos enriquecidos;
en toda palabra y ciencia. Te alabo y te exalto porque tú favor está en nosotros, que
somos tu cuerpo, somos tu iglesia; la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. Echo

101
fuera la soledad, el individualismo, el egoísmo y la miseria humana porque en ti ya no
estamos solos”. (Romanos 12:5, 1 Corintios 12:27, 1 Corintios 1:4-5, Efesios 1:22).

“Estamos agradecidos, Padre, porque tú has sido fiel y porque nos llamaste a la
comunión con tu hijo Jesucristo, nuestro Señor. Su testimonio ha sido confirmado en
nuestras vidas y en nuestros corazones. Oro para que sea activado en mi la unción y el
testimonio de Cristo, que es el espíritu de la profecía. Profetizo que se desatan
confirmaciones, señales y prodigios del cielo a mi favor, y que se despierten dones. En
el nombre de Cristo Jesús”. (1 Corintios 1:6, 1 Corintios 1:9, Apocalipsis 19:10).

“Padre, en el nombre de Jesús, echo fuera de mi vida todo espíritu de estupor,


de falta de entendimiento y todo aquello que quiera impedir que entienda y
comprenda tu palabra, tu propósito y tus planes; aquello que impida que la
revelación alumbre mi entendimiento lo echo fuera de mi vida y renunció a eso.
Declaro sobre mi vida que ahora tengo la mente de Cristo para entender tu sabiduría
y para percibir las intenciones del Espíritu Santo. Profetizo que la revelación de
Cristo y del Espíritu Santo es impartida a mi vida y que viene espíritu de sabiduría
y de revelación. Los ojos de nuestro entendimiento son alumbrados, en el nombre de
Jesús”. (1 Corintios 2:16, Efesios 1:17).

“Oro, Señor, para que el olor de Cristo sea manifestado en mi vida. Que su
aroma, su vida, su carácter y su presencia sea visible en lo que haga. Te pido Señor, que
la gente vea a Cristo en mí, que deje la marca de Cristo y su olor en los lugares donde
vaya. Te pido Padre, que Cristo sea glorificado en todo lo que haga. He sido llamado en
Cristo como una nueva persona. Profetizo que camino en ese hombre nuevo que fue
creado en justicia y santidad de la verdad”. (2 Corintios 2:14, 2 Corintios 5:17, Efesios
4:24).

102
“Gracias Señor porque en Cristo, fui reconciliado contigo Padre. Gracias por tu
amor y tu perdón porque estuviste con Cristo reconciliando al mundo y ahora, nos has
encargado a nosotros la palabra de la reconciliación para con las personas”. (2 Corintios
5:18, 2 Corintios 5:20).

“Por la legalidad de tu palabra, Señor, en Cristo somos libres de toda maldición,


y por lo tanto, legalmente no me pertenecen las enfermedades, la pobreza, la miseria, la
derrota ni la maldición. Cristo me redimió de la maldición y ahora me pertenece la
bendición, la salud, las riquezas, la prosperidad y la victoria. Declaró que tú bendecirás
a los que me bendigan, pero maldecirás a los que me maldigan”. (Gálatas 3:13-14).

“Profetizo que en Cristo camino en la libertad con la que nos hizo libres; que
ninguna atadura de las tinieblas impedirá el avance del propósito de Dios en mi vida.
Toda raíz de pecado se seca, en el nombre de Jesús porque he crucificado la carne con
sus pasiones y deseos”. (Gálatas 5:1, 5:24).

“Bendito eres Señor porque, en Cristo, he sido bendecido con toda bendición
espiritual. No me falta nada. En ti estoy completo porque tu bendición está en mí por
medio de tu Espíritu Santo. Gracias Padre porque nos escogiste antes de la fundación del
mundo por amor. Te alabamos porque nos predestinaste para ser tus hijos mediante
Jesucristo”. (Efesios 1:3-6).

“Espíritu Santo, te alabo y bendigo porque en Cristo tenemos redención por


medio de su sangre y el perdón de pecados. Estoy seguro en ti Señor, según la riqueza
de tu gracia, la cual has hecho sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e
inteligencia. Profetizo Señor, que caminaremos en tu sabiduría y en tu inteligencia; las
decisiones que tome serán con tu sabiduría e inteligencia en Cristo Jesús”. (Efesios 1:7-
8).

103
“Profetizo que la herencia que tengo en Cristo se manifiesta en mi vida, y que
camino conforme al propósito de Dios para alabanza de tu gloria. Formo parte de una
generación sellada con el Espíritu Santo de la promesa”. (Efesios 1:13).

“En la legalidad oro tu palabra, Padre celestial. Fui resucitado y sentado con
Cristo para mostrar tu bondad y gracia. Ahora estamos por encima de todo principado,
poder y autoridad porque Cristo es la cabeza de aquel que todo lo llena en todo”.
(Efesios 2:6-7, Efesios 1:22-23).

“Hoy profetizo que, en Cristo he sido creado para buenas obras. Declaro que en
Dios haré proezas y que grandes proyectos se activan; los sueños de Dios se activan en
mí. El poder para hacer las riquezas y el poder de la provisión se activa a mi favor.
Anulo la maldición del fracaso y profetizo que lo que empecé lo voy a terminar porque
soy el poema de Dios y la bendición está en mi porque fui creado en Cristo para grandes
obras”. (Efesios 2:10).

“Padre eterno, todas las familias toman nombre en ti, en los cielos y en la tierra.
Oro para que nos des como familia conforme a las riquezas de tu gloria. Que nuestro
hombre interior sea fortalecido con poder por medio de tu Espíritu Santo. Que Cristo
habite, por la fe, en nosotros y que seamos arraigados en Él”. Declaro en este momento,
que mis hijos, mi esposa/o y toda mi casa estamos arraigados y cimentados en ti, que el
fundamento de mis generaciones eres tú Señor. (Efesios 3:14-16).

“Renuncio a todo aquello que este arraigado en mí que no venga de ti, como el
humanismo o cualquier otro fundamento que no sea tuyo. Lo arranco de mi. Erradico
toda raíz incorrecta que desgaste mi hombre interior como argumentos mentales de

104
dolor, de traumas, de filosofías humanas, y profetizo que estoy fundamentado y
arraigado a Cristo y en su amor porque Él es nuestro fundamento”.

“Renuncio a falsos cimientos en mi vida y oro para estar siempre cimentado en


ti Cristo y tu palabra, en tu amor y en la vida del Espíritu Santo. Hoy declaro que estoy
cimentado en amor, sobre la roca que es Cristo”. (Efesios 3:17).

“Padre eterno, tú que eres capaz de hacer mucha más abundantemente de lo que
podemos pedir o entender. Oro para que comprender cuál es la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura del amor de Cristo; que junto a mi familia podamos ser llenos
y edificados de toda la plenitud de Cristo. A ti sea toda la gloria por todas las edades de
generación en generación”. (Efesios 3:18-21).

“Señor, oro para que cada día este unido en amor hasta alcanzar las riquezas y el
pleno conocimiento de Cristo en mí; para conocer el misterio de Dios el Padre y de
Cristo porque en ti están escondidos los tesoros de la sabiduría. Profetizo que andaré en
sabiduría, arraigado, confirmado en fe y sobreedificado en ti dando gracias siempre”.
(Colosenses 2:2-7).

DECLARACIONES DE ALABANZA Y ADORACIÓN

“Te alabo y te adoro Padre porque en Cristo, tengo entrada por un mismo
Espíritu a ti. Hoy puedo adorarte y bendecir tu nombre. Eres el amor de mi vida”.
(Efesios 2:18).

“Te alabo Señor porque en Cristo tengo seguridad y confianza por medio de la fe.
Estoy seguro y por eso, hoy levanto tu nombre para darte toda la gloria y honra”. (Efesios
3:12).

105
“Te adoro Señor porque hoy me acerco confiadamente al trono de tu gracia.
Hoy puedo alcanzar misericordia y tu gracia cada día en Cristo, para el oportuno
socorro. Nuestra salvación viene de ti, tú eres el Dios de nuestra salvación”. (Hebreos
4:16).
“Te exalto y te alabo porque a través de la sangre de Cristo tengo libre acceso al
lugar santísimo”. (Hebreos 10:19).

“Te alabo y te bendigo Rey eterno. Gracias a tu sacrificio fuimos curados, el


castigo de nuestra paz fue sobre ti, por tu herida fuimos sanados y gracias a ti vivimos
en justicia”. (Isaías 53:5, 1 Pedro 2:24).

“Te alabo y te adoro porque por amor a nosotros te hiciste pobre siendo rico para
que por medio de tu pobreza seamos enriquecidos”. (2 Corintios 8:9).

“Glorifico tu nombre porque en Cristo, la bendición y prosperidad me pertenece


legalmente”. (2 Corintios 8:9).

“Me alegro en ti Padre porque en Cristo, somos más que vencedores, nada nos
podrá separar de tu amor que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 8:37-38).

ORACIONES DE ALABANZA Y EXALTACIÓN

Salmos 7:17: “Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de


Jehová el Altísimo”.
Oración: “Hoy te alabo conforme a tu justicia y no la nuestra, cantaré a tu nombre
Dios altísimo, tu justicia se ha revelado en nosotros por medio de la fe en Cristo”.

Salmos 9:1-2: “Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus
maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo”.

106
Oración: “Señor, con todo mi corazón te alabo. Me regocijo en ti. Me alegro y por
eso canto de todas tus maravillas, Dios altísimo”.

Salmos 18:1-3: “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío,
y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi
salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo
de mis enemigos”.
Oración: “Mi Rey, mi amado, tú oh Cristo eres mi roca, mi castillo, mi fortaleza.
Tú oh Dios eres mi libertador, tú Cristo eres mi escudo, fortaleza y mi salvación. En ti
estoy refugiado. Hoy invoco tu nombre porque eres digno de ser alabado por siempre
porque tú eres quien nos libera de nuestros enemigos y levantas nuestra cabeza”.

Salmos 17:8: “Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la


sombra de tus alas”.

Oración: “Te pido Señor que me guardes y que este escondido en Cristo. Estoy
bajo la sombra de tus alas; estoy escondido en tu manto Señor”.

Salmos 16:11: “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de


gozo; delicias a tu diestra para siempre”.

Oración: “Solo en ti puedo ser feliz Señor. En Cristo conozco la senda de la vida
porque tú eres el camino, la verdad y la vida. Tú eres la vida y la salvación. En tu
presencia soy dichoso. Tú eres quien me enseña a cómo vivir y la plenitud del gozo está
en ti”.

107
Salmos 21:13: “Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; cantaremos y
alabaremos tu poderío”.

Oración: “Hoy exalto tu poderío y tu grandeza porque tú eres grande y


poderoso. Engrandécete en nosotros Señor. No hay nada que pueda limitar tu
poder”.

Salmos 18:32-36: “Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi


camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas;
quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó, y tu benignidad
me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado”.

Oración: “Señor, en ti estoy seguro porque tú eres quien adiestra mis manos para
la guerra y mis dedos para la batalla. Tú me vistes de poder y todo lo puedo en Cristo
que me fortalece. Afirmas mis pies y tu mano nos sustenta. Mis pies no resbalarán jamás
y tu benignidad nos ha engrandecido”.

Salmos 28:7: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui


ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré”.

Oración: “Cada cántico que levante será para alabarte y exaltar tu nombre, mi
corazón se goza en tu presencia, confiado estoy en ti porque eres mi escudo”.

Salmos 44:8: “En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre
alabaremos tu nombre”.

108
Oración: “Siempre te alabaré mi Rey porque nuestra gloria proviene de ti, viene
del triunfo de Cristo en la cruz. Hoy nos alegramos en ti y en todo tiempo alabaremos
tu nombre”.

Salmos 45:17: “Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las


generaciones, por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre”.

Oración: “Rey y Señor, por siempre haré memoria de tu nombre a mis


generaciones; ellos te conocerán, te servirán, nunca se apartarán de ti, serán tuyos y tú
de ellos, Cristo en ellos y ellos en Cristo por mil generaciones. Por eso, te alabaremos
eternamente y para siempre”.

Salmos 48:1: “Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado en la


ciudad de nuestro Dios, en su monte santo”.

Oración: “Tú eres grande y digno de ser exaltado grandemente en las ciudades
y los montes. Solo tú eres Dios fuerte y eterno”.

Salmos 54:6, Hebreos.13:15: “Voluntariamente sacrificaré a ti; Alabaré tu nombre,


oh Jehová, porque es bueno”.

Oración: “Hoy ofrezco sacrificios de alabanza voluntariamente; frutos de labios


que confiesen tu nombre, mi Rey. ¡Que bueno es para mí exaltar tu nombre, alabarte y
glorificarte todos los días de mi vida!

109
Salmos 56:4: “En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué
puede hacerme el hombre?”.

Oración: “Por cuanto en ti hemos confiado no temeremos lo que el hombre nos


pueda hacer, ninguna trampa de las tinieblas podrá prosperar en nuestra contra porque
estamos seguros en ti, tu palabra es fiel y segura”.

Salmos 57:9-11; Salmos.19:1: “Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré
de ti entre las naciones. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las
nubes tu verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu
gloria”.

Oración: “Exaltado seas Señor por siempre, porque tu misericordia y tú verdad


no tienen límites. Los cielos cuentan tu gloria y el firmamento anuncia las obras de tus
manos. Eres tan grande. a ti cantaré entre las naciones, a ti cantaré en mi nación y en las
ciudades. A ti sea la gloria por toda la tierra para siempre”.

Salmos 59:16-17: “Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu


misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza
mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia”.

Oración: “Siempre cantaré de tu poder, te alabaré porque tú has sido bueno y


grande en misericordia para conmigo Padre. Tú me has guardado, me has librado en
los momentos que he estado angustiado, tú eres mi fortaleza, en ti me puedo refugiar,
solo en ti. Eres Dios de mi Salvación, por eso a ti cantaré todos los días de mi vida.

Salmos 71:22: “Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío;


tu verdad cantaré a ti en el arpa, oh Santo de Israel”.

110
Oración: “Mis cánticos estarán llenos de tu verdad, cantaré de tus
maravillas y de tus promesas. Te alabaré con guitarra, batería, pianos, trompetas,
y con todos los instrumentos porque tú eres el Dios de toda la creación”.

Salmos 79:13: “Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para


siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas”.

Oración: “Señor mío, te pertenezco a ti porque fui comprado con precio de


sangre. Te alabaré por siempre, de generación a generación. Mis hijos y mis nietos
exaltarán tu nombre. Cantaré alabanzas a ti.

Salmos 84:1-2: “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela
mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al
Dios vivo”.

Oración: “Es maravilloso habitar en tu presencia. Puedo acercarme


confiadamente al trono de tu gracia. Mi vida te anhela, todo mi ser disfruta tu amor”.

Salmos 97:12: “Alegraos, justos, en Jehová, Y alabad la memoria de su


santidad”.

Oración: “Hoy me alegro en tu presencia, te alabo y hago memoria de tu


santidad, de tu pureza. Tú eres santo y digno de ser exaltado”.

111
Salmos 99:3: “Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo”.

Oración: “Tu nombre es sobre todo nombre y es temible. Tú eres Dios de los
ejércitos grande y temible. Tus enemigos son esparcidos ante tu poder y ante tu
santidad. Hoy te alabamos y engrandecemos tu nombre para siempre.

Salmos 100:1-5: “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a


Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es
Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de
su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su
misericordia, Y su verdad por todas las generaciones”.

Oración: Hoy te doy gracias por tu bondad y reconozco que tú eres Dios y que
tú me creaste. Me regocijo en tu presencia. Somos tu pueblo, somos tu cuerpo y tu
iglesia. Te alabo y bendigo tu nombre porque para siempre es tu misericordia y tú
verdad permanece en mis generaciones.

Salmos 102:18: “Se escribirá esto para la generación venidera; Y el pueblo que
está por nacer alabará a JAH”.

Oración: “mi generación te espera Señor. Los que están por nacer te alabarán y
glorificarán tu nombre para siempre”.

Salmos 103:1-5: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo
nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es
quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata
del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu
boca De modo que te rejuvenezcas como el águila”.

112
Oración: Hoy le doy una orden a mi alma y a mis emociones para que nunca
olviden tus beneficios, mi Señor. Tú has sido quien me ha colmado de favor y
misericordia, tú has sido quien ha perdonado todas mis iniquidades y me has
justificado, en Cristo. Tú eres el que sacia de bien mi vida y en ti soy rejuvenecido
como el águila. Te alabo y te exalto con toda mi alma, mente y corazón.

Salmos 109:30: “Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, Y en medio de
muchos le alabaré”.

Oración: Señor, hoy doy a ti frutos de labios que confiesen tu nombre. Te exaltaré
en medio de muchos y con mis labios te exaltaré para siempre.

Salmos 111:1-4: “Alabaré a Jehová con todo el corazón, en la compañía y


congregación de los rectos. Grandes son las obras de Jehová, Buscadas de todos los que
las quieren. Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre. Ha
hecho memorables sus maravillas; Clemente y misericordioso es Jehová”.

Oración: “Te alabaré Señor con todo mi corazón porque tus obras son hermosas.
Has hecho memorable tu justicia, nadie las puede olvidar. Rey de misericordia, tu
justicia permanece para siempre”.

Salmos 119:62, Salmos 4:8: “A medianoche me levanto para alabarte por tus justos
juicios”.
Oración: “Declaro que no me levantaré a media noche por pesadillas, miedos,
temor o perturbación. Declaro que me levantaré a media noche para exaltarte, para
alabar tu hermoso nombre. Tú me enseñarás tus caminos, en paz me acostaré y así
mismo dormiré”.

113
Salmos 119:7: “Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos
juicios”.
Oración: “Levanto a ti mi alabanza en rectitud, Señor. Levantó a ti mis manos sin ira ni
contiendas. Quiero agradarte y entregarte lo mejor mí, Señor.

114
115

También podría gustarte