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ADORACIÓN EN
CRISTO
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Una Vida de Adoración en Cristo
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Dedicatoria
Este libro “Una vida de adoración en Cristo” está dedicado a todo el cuerpo de
Cristo en las naciones y a cada persona que desea expresar una vida de adoración
ferviente y apasionada por Dios. A cada salmista, cantor y músico que con su vida ha
decidido servir en este maravilloso llamado.
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Agradecimientos
Primeramente, quiero darle las gracias a mi Señor Jesucristo por haberme dado
vida, salvación y propósito; por abrir un camino nuevo y vivo para adorar y exaltar su
hermoso nombre por medio de su Sangre.
Quiero agradecer a mi amada esposa Adalic por su amor, apoyo y ayuda en todo
incluyendo la edición de este libro. Tú has sido y serás un pilar fundamental e
importante en cada área de mi vida. Eres mi amiga, mi consejera, mi único amor, y
compañera. La mujer de mi juventud.
También agradezco a mis dos hijos: Josías y Nicole; ellos son tan especiales,
tiernos, llenos de amor, gracia y favor. Son mi regalo, mi linaje, mis herederos y un
tesoro para mi vida. Agradezco al Padre celestial por haberlos traído a mi vida. Son la
herencia del Señor.
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“Este libro está lleno de principios de vida para formar y capacitar a la Iglesia
para adorar al Padre en Espíritu y Verdad. También es una herramienta para derribar
paradigmas y falsas enseñanzas acerca de la alabanza y la adoración ubicándonos en la
realidad del Nuevo Pacto y la verdad presente.
Así que recomiendo que todas las Iglesias, ministros, equipos de alabanza y
adoración adquieran este poderoso manual.
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“Quiero dar gracias a Dios por los hombres llamados para este tiempo como lo
es Daniel Rodríguez, de quien tengo el honor de ver su crecimiento, esfuerzo y valor
dentro de la iglesia donde ha desarrollado su ministerio.
Creo firmemente que este libro no solo te hará adorar y exaltar a Dios de la
manera correcta, sino que traerá reconciliación en estos tiempos. Adorar no es
sinónimo de cantar, sin embargo, cuando adoras a través de la música se abren los
cielos y no solo produces aplausos, fama o la admiración de multitudes.
Aquí encontrarás la estrategia que debemos ejecutar en nuestro diario vivir y así
ver milagrosamente resucitar los sueños que estaban muertos. Verás cosas poderosas
porque vendrá un despertar en ti como adorador profético.
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“Al estar viajando por más de 20 años por toda América Latina me he encontrado
con la gran necesidad que presentan los músicos cristianos de ser instruidos en la
Palabra de Dios.
Gracias Daniel por expresar en estas páginas lo que Dios ha puesto en tu corazón
y explicar el tipo de adorador que el Padre busca”.
- Gabriel Gallego
(Director de Aliento Music School,
Director Musical y Pianista de Marco Barrientos)
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Contenido:
Capítulo…………………………………………………………………………………pag.
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CAPÍTULO 1
Comenzaré por definir la alabanza: Es exaltar, celebrar, cantar con alegría, dar
gracias, celebrar las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas, en nuestras
familias y en las naciones de la Tierra. Podría decir además que la alabanza es anunciar
las virtudes y cualidades de nuestro Dios por quien es Él.
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La adoración, más que un acto, es una vida fluyente en donde las expresiones
son sumamente importantes. Podemos decir entonces que Dios busca al adorador más
que a la adoración en sí. Juan 4:23-24 dice:
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren”.
La adoración tiene que ver con una vida en el espíritu de búsqueda en oración,
de rendición a la palabra, obediencia, sujeción y amor a Dios en completa sinceridad, es
decir, “en verdad”. El texto sigue y nos enseña que Dios busca a estos adoradores que
adoren en espíritu y verdad. La adoración es una vida fluyente que nace de adentro
hacia fuera.
También alabamos porque Él es el creador de todas las cosas. Vemos lo que dice
Colosenses 1:16-17:
“porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas
las cosas, y todas las cosas en él subsisten”.
Junto a lo anterior, también vemos en Hechos 17:24-25 lo siguiente:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de
la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos
de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas
las cosas”.
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Alabamos a Dios porque Él es bueno. Salmos 100:1-5 nos enseña:
“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría;
venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y
no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por
sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su
nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por
todas las generaciones”.
Ahora bien, les presento un par de preguntas con principios básicos acerca de la
alabanza y la adoración, junto con sus respuestas para explicar los conceptos más
populares:
¿QUÉ ES UN SALMO?
Es una composición o canto de alabanza a Dios.
¿QUÉ ES UN SALMISTA?
Es uno que canta, compone y expresa salmos o alabanzas a Dios.
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¿QUÉ ES UN TAÑEDOR?
Este oficio hace referencia a uno que toca un instrumento musical.
Efectivamente, un tañedor es un músico. En las traducciones de la Biblia más comunes
cuando menciona la palabra tañedor, es porque está hablando de la persona que sabe
ejecutar un instrumento musical, y actualmente manejamos el mismo concepto de
dicha palabra. Al leer 2 Reyes 3:14 en dos traducciones diferentes de la biblia,
alcanzamos a profundizar más el concepto.
RVR 1960: “Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de
Jehová vino sobre Eliseo”.
DHH: “¡Vamos, tráiganme a un músico! Y cuando el músico se puso a tocar, el Señor se
posesionó de Eliseo”.
Nuestros talentos son para dar gloria a Dios, y un adorador entiende esto, sabe
que las habilidades que Dios les dio no son un trofeo con fines egoístas, sino que es un
medio de exaltación y rendición al Señor. La Biblia dice en el libro de Santiago 1:17:
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no
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hay mudanza, ni sombra de variación”. Los dones y talentos que has recibido son por
gracia, ponerlos al servicio de Dios es el resultado de un corazón agradecido.
Una vez más digo, Dios les ha dado a todas las personas talentos, pero los dones
solo los puede impartir el Espíritu Santo a aquellas personas que han confesado a Cristo
como Señor de sus vidas. 1 corintios 12:7-11 nos confirma esta verdad diciendo:
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque
a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según
el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo espíritu; y a otro, dones de sanidades
por el mismo Espíritu; A otro, el hacer milagros; a otros profecía; a otro,
discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.
Un músico puede ser talentoso, pero si tiene los dones del Espíritu activados y
avivados en su vida se convertirá en un músico profético. Las habilidades que puedas
tener como músico o en otras áreas de tu vida deben estar para honrar y glorificar el
nombre de nuestro Dios y la edificación de las personas que nos rodean.
UN MÚSICO PROFÉTICO
Para comenzar, diré que un músico profético es uno que adora a Dios con su
manera de vivir y se ha dejado gobernar por el Espíritu Santo para dejarlo fluir en él. Es
uno que ha sabido conectar su talento en la música con los dones espirituales que Dios
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le ha dado y al momento de tocar su instrumento provoca un ambiente sobrenatural
que abre paso a la manifestación profética que desata sanidades, milagros, liberación,
salvación y el poder del Espíritu Santo trayendo vida a su iglesia. Todo esto puede
ocurrir cuando dejamos que el Espíritu Santo fluya a través de nuestros dones y
talentos.
Los criados del rey en este pasaje resaltaron puntos muy importantes los cuales
vamos a profundizar.
Los sirvientes de Saúl resaltaron el primer punto importante: “...alguno que sepa tocar
el arpa...”. Esta expresión significa en este texto alguien célebre, diestro, diligente, docto, con
discernimiento, distinguido, experimentado, experto, responsable y sabio. El músico que
fuese a presentarse delante del rey tenía que saber tocar, debía ser un experto, un músico
diestro, uno que pudiese interpretar y responder de manera adecuada a la exigencia que se
le iba a pedir.
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puede manipular la presencia de Dios de modo que la manifestación profética está muy
por encima de las habilidades humanas.
La segunda cosa que los criados del Saúl resaltaron acerca de David en 1 Samuel
16:18 “He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, es valiente vigoroso y hombre
de guerra, prudente en sus palabras, hermoso y Jehová está con él”. David no sólo sabía tocar,
no sólo era experto, celebre, diestro, diligente y docto como músico, sino que junto a
estas buenas virtudes era valiente, vigoroso, hombre de guerra, prudente en sus
palabras, hermoso, y el Señor estaba con él.
David no sólo era un buen músico, además Jehová estaba con él, esto fue lo que
marcó una gran diferencia. David usó sus habilidades musicales y las unió a sus
virtudes espirituales convirtiéndose en un músico profético que cuando tocaba había
calma y liberación sobre la vida de Saúl.
Un músico profético no sólo será conocido por tocar bien sino porque el Señor
está con él. Tal fue el caso de David, quien fue llamado en medio de muchos músicos,
fue llamado estando con las ovejas porque el Señor estaba con él y no sólo por tocar bien
ya que en la época donde se desarrolla esta historia existían probablemente muchos que
tocaran bien y de seguro hasta mejores que él (musicalmente hablando), pero el Señor
estaba con David.
Esto porque la Biblia dice que Saúl envió a decirle a Isaí que le enviará a el hijo
que estaba con las ovejas.
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que lo escucha realizando únicamente una buena presentación y no es malo porque de
igual manera se disfruta, pero, un músico que ha elegido caminar en la vida de Dios
cuando toca su instrumento o canta el ambiente es transformado por la presencia de
Dios.
CÁNTICO NUEVO
“Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos,
y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmos 40:3).
“Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos”
(Salmos 149:1).
El cántico nuevo es un canto que el Espíritu Santo coloca en nuestra boca para alabar
y exaltar el nombre de Jesús. Es una melodía que Dios coloca en nuestro espíritu, que luego
se hace luz en nuestra mente para después cantarlo con el entendimiento, por eso el apóstol
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Pablo enseñó que es importante cantar en el espíritu pero que además es necesario cantar
con el entendimiento.
1 corintios 14:15 dice: “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el
entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. El cántico
nuevo es un canto que todos podemos comprender puesto que su mensaje es claro, ya
sea de exaltación, alabanza o una canción con un mensaje profético para la iglesia.
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Por esa razón, el cántico nuevo no es una improvisación humana, ya que
ninguna improvisación del hombre puede provocar cosas como estas, pero cuando
es Dios quien coloca el cántico en tus labios cosas sobrenaturales ocurrirán. También
vemos que cuando Dios ha colocado un cántico en tu boca y dedicas tiempo para
componerlo y arreglarlo, se puede considerar un cántico nuevo.
De hecho, la palabra “nuevo” en el texto de Salmos 40:3 significa: cosa nueva, ser
nuevo, reconstruir, componer, rejuvenecer, renovar, reparar y restaurar. Cuando
disfrutamos de esta manifestación, se desata una unción fresca del Espíritu Santo en
nuestras vidas que trae renovación y nuevas experiencias con Dios; reconstruye lo que
fue derribado, mejora lo deficiente, resucita lo que estaba como muerto, rejuvenece lo
viejo, trae de vuelta lo perdido y restaura todo a su lugar original.
CÁNTICO PROFÉTICO
“yo me postre a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”
(Apocalipsis.19:10).
Cuando estudiamos el versículo anterior, notamos que el ángel dijo: “...yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús”. También dice la
palabra que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía, esto nos da a entender que
guardar nuestro testimonio en Cristo nos permite tener nuestros sentidos proféticos
avivados, y esto no sólo tiene que ver con no hacer mal a nadie y vivir con un buen
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comportamiento sino con una actitud de adoración diaria. Para retener el testimonio de
Jesús y manifestar la unción profética, debemos convertirnos en verdaderos adoradores.
Aunque fluir proféticamente es algo que viene del Espíritu Santo y no somos
nosotros quienes lo planificamos, tampoco podemos llegar al extremo de pensar que
“todo lo hace el Señor” y que “yo no debo hacer nada más”. No podemos caer en el
error de pensar que “con tan solo colocar mis manos en el instrumento, el Señor las va
a mover”. Si aspiro fluir proféticamente no significa que debo ser mediocre en lo que
hago, al contrario, hay que prepararse y tener un tiempo para ensayar y ordenar las
canciones que se van a ministrar, porque habrá un momento donde Dios te guiará a
cantar una melodía que nunca se haya escuchado y en otro momento te puede decir que
entones una canción que ya has cantado anteriormente.
CÁNTICO DE LIBERACIÓN
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“Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de
victoria” (Salmos 32:7 - Nueva Traducción Viviente).
“Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me
rodearás” (Salmos 32:7 - Biblia las Américas).
En este contexto, entendemos que el Señor es nuestro refugio y que nos guarda
de la angustia y nos rodea con cánticos de alegría, canciones de gozo, júbilo y regocijo
porque en Cristo somos guardados, somos librados del mal, somos salvados y tenemos
seguridad.
Por medio de los cánticos de liberación, la iglesia es guardada de las obras de las
tinieblas, es escondida y es librada de toda trampa del mal, para así vivir en plena
libertad y seguridad a fin manifestar las obras del Señor en las naciones.
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LA ALABANZA Y LA GUERRA ESPIRITUAL
Por esa razón, la alabanza y adoración sigue siendo un arma poderosa para la
iglesia hoy en día.
“Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de
dos filos para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos; para
que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro; para que se
cumpla en ellos la sentencia escrita. ¡Ésta será la gloria de todos sus fieles! ¡Aleluya!
¡Alabado sea el Señor!” (Salmos 149:6-9 - NVI).
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sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la
iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (Efesios
1:20-23).
Cuando levantamos alabanzas al Señor, entendiendo que Cristo esta sobre todo,
nuestra alabanza derriba toda obra de las tinieblas porque está fundamentada en Cristo.
Nuestra alabanza empieza a gobernar y anular cualquier obra del enemigo porque el
nombre de Cristo está sobre todas las cosas. Cuando proclamamos el nombre de Cristo
que vive y gobierna eternamente, no existen tinieblas o demonios que puedan
permanecer ante la presencia de nuestro Rey.
“¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en
batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y
entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él
es el Rey de la gloria. Selah” (Salmos 24:8-10).
“Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero” (Salmos 119:54).
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“El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi
corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias” (Salmos 28:7- NVI).
“Bendito seas, Dios mío, por atender a mis ruegos. Tú eres mi fuerza; me proteges como
un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría,
por eso te alabo en mis cantos” (Salmo 28:6-7 - TLA).
También, una canción profética debe ser dirigida con un sentido de agradecimiento
al Señor. Esto lo vemos claramente en Salmos 28:7 en la versión NVI que dice: “El Señor es
mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con
cánticos le daré gracias”.
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Estos puntos son características y consejos prácticos que podemos ver a la luz
de la palabra y que pueden ser de mucha ayuda al componer canciones que no solo
toquen el alma de las personas, sino que puedan tocar el corazón de Dios y ministrar
al espíritu de los que escuchan. Con estos puntos hablados anteriormente no pretendo
hacer una doctrina, sino que tengan una referencia o ayuda a la hora de componer
canciones para Dios.
Alabamos a Dios a través del canto: “Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmos
40:3).
Alabamos cuando clamamos con voz alta: “Pueblos todos, batid las manos; aclamad
a Dios en voz alta.” (Salmos 47:1).
Alabamos a Dios a través de nuestros aplausos: “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra;
levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos” (Salmos 98:4).
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Los saltos son una expresión de alabanza al Señor. “Más los justos se alegrarán; se
gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría” (Salmos 68:3).
Alabamos a Dios a través del baile. “Alaben su nombre con danza; Con pandero y
arpa a él canten” (Salmos 149:3).
Alabamos a Dios con los instrumentos. Los instrumentos son un medio que
usamos para exaltar y glorificar el nombre del Señor. “Alabadle a son de bocina; Alabadle
con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con
címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo” (Salmos 150:3-5).
Debemos alabar a Dios con toda nuestra fuerza. “Y David danzaba con toda su
fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino” (2 Samuel 6:14).
Y considera importante esto último: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1). Debemos ser un sacrificio vivo de alabanza
y adoración.
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CAPITULO 2
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en
espíritu y verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23-24).
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Aparta de
ti la perversidad de la boca y aleja de ti las iniquidades de los labios. Tus ojos miren lo recto,
y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina las sendas de tus pies, y todos
tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal”
(Proverbios 4:23-27).
Bíblicamente, Jesús marcó una pauta con la mujer samaritana en cuanto a la vida
de adoración, dado que ella se adaptó más a la forma y apariencia que en su vida
profunda con Dios, por tal razón el Señor le dijo: “ni en este monte ni en Jerusalén van
a adorar”, y luego añadió: “ustedes adoran lo que no saben”. Aquí aprendemos la
importancia de adorar con el entendimiento de lo que estamos haciendo. No es
suficiente solo con cantar una canción bonita para Dios, sino entender que la verdadera
adoración demanda una profunda entrega.
Cada uno de nosotros hemos sido llamados como iglesia a adorar a Dios y a ser
adoradores; y soy insistente al enseñar que un adorador no es solo aquel que toca un
instrumento o canta con una hermosa voz alabanzas al Señor, esto es solo una parte. La
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verdad es que cualquier persona en Cristo puede ser un adorador cuando diariamente
esta rendido en amor, obediencia y entrega al Señor.
Dios no solo busca nuestra adoración, Él busca al adorador. Dios busca que le
adoren, pero esa adoración depende de quien venga, si es de un adorador verdadero o
uno falso. La Biblia dice en Juan: 4:23: “porque también el Padre tales adoradores busca que
le adoren”.
La Biblia dice que David era llamado “El dulce cantor de Israel”.
“Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón
que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel” (2 Samuel
23:1).
En este texto, notamos como la Biblia hace referencia a la persona de David
como “el dulce cantor de Israel”, y no dice “David: el que cantaba canciones
dulces...”. Ante esto, la pregunta sería entonces, ¿Quién era “el dulce”? ¿David o las
canciones que cantaba? Evidentemente, David era “el dulce cantor” y como
resultado, sus canciones agradaban al Señor. En este texto, la palabra “dulce” de
acuerdo con la concordancia bíblica Strong significa: Delicioso, agradable, suave,
grato, hermoso y verdadero.
En efecto, David era grato para Dios y para la nación de Israel y como
resultado lo que cantaba era dulce. En Cristo, nosotros nos convertimos en esa
adoración agradable y la palabra nos lo enseña en Romanos 12:1 diciendo: “Así que,
hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.
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Para que nuestra adoración a Dios sea agradable, dulce, grata, hermosa y
verdadera, es necesario convertirnos en personas integras.
Cada uno de nosotros hemos sido creados de una manera especial, la biblia dice en
Efesios que somos hechura suya creados en Dios, en otras palabras, somos la gran obra
del creador, y hemos sido llamados a darle a Dios una alabanza con un aroma agradable.
En 2 Corintios 2:14-15 dice: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo
Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios
somos grato olor...”.
Ahora bien, es importante aclarar que ser integro no significa ser personas sin
defectos, todo lo contrario, es ser sincero, en virtud de ello debemos presentarnos
delante de la presencia de Dios con un corazón sincero, reconociendo nuestros errores
y faltas, creyendo que somos merecedores de poder entrar en su presencia por el
sacrificio de la cruz y su sangre que nos limpia de todo pecado.
Si queremos que nuestra música sea agradable a Dios debemos comenzar por
ser agradables al Señor, siendo un sacrificio de alabanza vivo. Lo repito, muchos se
enfocan en la forma y el método para adorar, pero la realidad es que Dios siempre va
a ser atraído por el corazón del adorador donde sea que este se encuentre. En efecto,
si Dios te visita con su presencia estando en el carro manejando, o en la cocina
preparando un rico almuerzo, en el trabajo, o en cualquier otro lugar, es porque se
siente atraído a tu corazón.
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DEJA TU CÁNTARO
Por otro lado, la palabra de Dios hace referencia en Juan 4:23 a esto: “Más la
hora viene, y la hora es, cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en
verdad; porque también tales adoradores buscan que le Adoren”.
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Cuando tienes un entendimiento de lo que significa dejar el cántaro, pasas de
adorar de la rutina a adorar desde la revelación de Cristo para que fluyan los ríos de
agua viva en ti. El fluir de la vida de Dios traerá un cambio en tu mente, pensamientos
y conducta; Cristo será revelado y formado cada día en ti, así serás un olor grato
delante de su presencia.
UN CORAZÓN QUEBRANTADO
“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados” (Isaías 57:15).
Un verdadero adorador está muy lejos de ser una persona altiva, terca o
testaruda, al contrario, busca siempre imitar a Cristo al caminar en humildad,
entendiendo que esta no es sinónimo de carencias económicas, sino que es una actitud
del corazón. De igual manera el quebrantamiento para quien no lo entiende, puede
significar alguna debilidad o defecto, pero nosotros entendemos que Dios habita con el
quebrantado y humilde de espíritu para vivificar sus corazones.
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Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó al ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte
de cruz”.
Mateo 22:37 dice: “Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente”. Aquí vemos que un verdadero adorador refleja su
vida de adoración con su corazón, es decir, no permite que nada incorrecto entre para
dañarlo, lo cuida y lo limpia para que fluya una adoración pura. Proverbios.4:23 nos
enseña que: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma
mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmos 103:1).
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“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que
es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad” (Filipenses 4:7-8).
Podemos resumir que, un verdadero adorador vive una vida integra delante de
Dios y de los hombres. Si volvemos a leer Salmos 33:1 notaremos que dice: “Alegraos, oh
justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza”.
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“ahora pues dirás a mi siervo David: así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te
tome del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe de mi pueblo, sobre
Israel y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido
a todos tus enemigo, y te he dado un nombre grande, como el nombre de los
grandes que hay en la tierra” (2 Samuel.7:8-9).
Podemos ver lo que dice Mateo 6:6: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público”.
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CAPITULO 3
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”
(Hebreos 10:19-20).
Es importante entender que la adoración que le damos a Dios tiene que ver
con nuestra manera de vivir, ser, pensar y actuar. La Biblia enseña que Jesús le dijo
a la mujer samaritana que “ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre”, en
otras palabras, la adoración es producida en nosotros para el Señor y no en un lugar
físico. Es en nuestro andar diario que manifestamos una adoración viva y sincera.
Hebreos 10:19 dice que tenemos libertad para entrar en el lugar santísimo por su
sangre, quiere decir que en Cristo tenemos un camino nuevo y vivo por el cual podemos
adorar y ministrar al Señor con nuestra vida. Gracias al sacrificio que Cristo hizo en la
cruz, tenemos libre acceso a su trono.
La palabra de Dios dice que nos acerquemos al Señor con un corazón sincero,
en plena certidumbre de fe purificando los corazones de la mala conciencia y nuestros
cuerpos lavados con agua pura, esto significa que para acercarnos a Dios no es
necesario un protocolo religioso, lo que necesitas es estar convencido que eres acepto
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en el amado, necesitas quebrantar tu corazón y renovar tu mente por medio de la
palabra de Dios.
CAMINANDO EN SINCERIDAD
Juan 4:23 dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad...”
El encuentro que tuvo esta mujer con Jesús la llevó a conocer verdaderamente al
Señor, la llevó de vivir una vida de rutina a una verdadera adoración porque la
sinceridad con el Señor prepara nuestra vida para una adoración profunda.
El Señor nos insta en su palabra a ser sinceros en nuestra comunión con Él y con
las personas, por ejemplo:
1) En Filipenses 1:10-11 dice: “para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e
irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo,
para gloria y alabanza de Dios”. Aquí la palabra “sincero” significa; juzgado por la luz del
sol, probado como genuino.
2) Colosenses 3:22 dice: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no
sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo
a Dios”. “Sincero” significa en este texto: de un solo aspecto, sin disimulo, sencillez,
fidelidad.
3) Hebreos 10:22 dice: “Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de
fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. En este
texto “sincero” significa: veraz, sin nada que esconder.
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El Señor nos enseña a través de cada palabra la importancia de la sinceridad. Ser
sincero significa ser de un solo aspecto, no tener dos tipos de vida. Debemos ser veraces
sin nada que esconder porque no podemos ocultar nada delante del Señor.
GUARDA TU CORAZÓN
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maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-
32).
También hay que guardar el corazón del odio, el resentimiento, la codicia,
avaricia, de amar más el dinero que al Señor porque la Biblia dice que nadie puede servir
a dos señores. Lo opuesto a amar a Dios es amar al dinero.
“Nadie puede amar a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.” Mateo
6:24
Es muy importante que la palabra de Cristo more en nosotros para que así podamos
ser verdaderamente enseñados en toda sabiduría. Cuando hacemos esto los cánticos y
canciones que escribamos van a tener un sello de la gracia de Dios. Rendirnos a la palabra
nos ayudara a manifestar una vida de adoración. Reconocer a Cristo en nuestras vidas
significa amar, meditar y vivir la palabra. “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación” (Salmos 119:97).
Sería ilógico que alguien diga adorar y exaltar al Señor, pero que no ame su
palabra escrita, porque un verdadero adorador ama la palabra de Dios. El Señor Jesús
les dijo a los fariseos: “Ustedes estudian la Biblia con mucho cuidado porque creen que así
alcanzarán la vida eterna. Sin embargo, a pesar de que la Biblia habla bien de mí, ustedes no
quieren creer en mí para alcanzar la vida eterna” Juan 5:39-40 - TLA). Esto nos afirma que
no se puede amar al Señor sin amar y desear su palabra, ni amar su palabra sin amarlo
a Él porque Cristo es la palabra encarnada.
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“Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar
a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese
modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para
hacer el bien” (2 Timoteo 3:16-17 - TLA).
La palabra de Dios nos enseña a cómo vivir, nos redarguye y nos corrige para
instruirnos en justicia. Es necesario ser enseñado y corregido por medio de la palabra
para estar enteramente preparado para toda buena obra porque para manifestar una
vida de adoración sincera necesitamos ser formados por la palabra de Dios.
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Para preparar nuestra vida para una adoración genuina debemos seguir la paz y
la santidad. Un adorador genuino siempre busca estar en paz con todas las personas al
mismo tiempo que guarda su vida en santidad para Dios.
Para vivir en santidad es necesario tener comunión con el Espíritu Santo. Pídele que
gobierne tu vida para manifestar su fruto que es el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
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bondad, fe mansedumbre y templanza. Esto sucederá solo si nos rendimos al Espíritu Santo
en oración.
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29).
Debemos usar nuestra boca para bendecir el nombre del Señor, para exaltar
su nombre y proclamar sus maravillas, para bendecir y no para maldecir, para
edificar y no destruir, para hablar palabra de fe y no de incredulidad. No podemos
usar nuestra boca para maldecir a los hombres y después querer bendecir a Dios.
Hay personas que oran en contra de otros y después oran a Dios, esto no debe
ser así. Comencemos a usar nuestros labios para bendecir a nuestro prójimo, orando
y profetizando el bien de Dios cada día y declarar una palabra de fe y esperanza así
nuestros labios serán usados como instrumentos de justicia.
La Biblia dice que no puede salir de una misma fuente agua dulce y agua
salada, no puede salir de nosotros adoración y maledicencia, no puede salir de
nuestra boca palabras de alabanzas y después palabras de discordia y violencia.
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Cuida lo que sale de tu boca y tu corazón, recuerda lo que Jesús enseñó
diciendo que lo que contamina al hombre no es lo que entra por su boca, sino lo que
sale.
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de
venir” (Juan 16:13).
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Caminar en una vida rendida al Espíritu Santo, hace que podamos disfrutar de
las cosas grandes que el Señor tiene para nosotros y si queremos comprobar la voluntad
de Dios que es buena, agradable y perfecta es necesario rendirnos en nuestros
pensamientos, emociones, carácter y en todas las áreas de nuestras vidas.
Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos enseñe a ser mejores personas,
mejores padres, madres, esposos, hijos y en todo lo que hacemos. El Espíritu Santo está
listo para llenarte y que puedas estar ungido todos los días.
Romanos 8:26 dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles”.
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antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas
5:19-21).
Ahora bien, para ser de Cristo no basta con hacer cosas que te hagan sentir “un
cristiano hecho y derecho”; se trata de manifestar su vida, su aroma, y dejarnos gobernar
por el Espíritu Santo en adoración al Padre Celestial. Es crucificar la carne con sus
pasiones y deseos diariamente hasta que Cristo sea formado en nosotros.
Vemos entonces que tener una vida guiada y gobernada por el Espíritu Santo
nos permite vivir proféticamente: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os
hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13).
Nuevamente te digo que llevar una vida de adoración está íntimamente ligada
con estar rendidos al Espíritu Santo; no podemos discernir lo que Dios va a hacer si
primero no estamos rendidos, pero cuando te rindes, el Espíritu Santo hablará a tu vida
para darte dirección y mostrarte los planes de Dios para tu presente y futuro.
CAMINANDO EN HUMILDAD
“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes” (Santiago 4:6).
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La humildad o la altivez no son condiciones sociales, son condiciones
espirituales. Veamos lo que dice Proverbios 16:18-19: “Antes del quebrantamiento es la
soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los
humildes que repartir despojos con los soberbios”.
“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de
los quebrantados” (Isaías 57:15).
Cristo habita en nosotros por la fe y por medio del Espíritu Santo, pero para que
Cristo pueda crecer en nosotros, día a día debemos vestirnos de humildad y
mansedumbre. Esto significa que, así como diariamente debemos alistarnos y vestirnos
para ir al trabajo o para ir de compras y no salir desnudos causando una ofensa en las
personas, la humildad es una acción diaria de la cual debemos vestirnos porque tiene que
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ver con nuestra vida de adoración y honra al Señor. El apóstol Pablo dice en Colosenses:
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12).
ACERQUEMONOS CON FE
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6).
Para vivir una vida de adoración, es necesario ser personas llenas de fe porque
ella nos activa para tener una vida de comunión con Dios. Cantar, predicar, orar y hacer
cosas para Dios sin fe, trae desgaste y frustración. La fe es el motor de cada adorador. Las
acciones en nuestras vidas deben estar impulsadas por la fe, no sólo basta con hacer cosas
sino tengo fe, es necesaria que nuestras acciones sean acompañadas de nuestra fe en Jesús
porque Él es el autor y consumador de la fe. Si tenemos fe, el Espíritu Santo nos hará saber
las cosas que habrán de venir porque hablará lo que oyere en el cielo.
Recuerda que es necesario que el que se acerque a Dios crea que le hay porque
Él es galardonador de los que le buscan y que sin fe es imposible agradar a Dios. Un
verdadero adorador aprende a vivir por la fe.
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CAPITULO 4
“Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura
de los carneros”. 1 Samuel 15:22
En el texto bíblico anterior, hay cuatro palabras claves a profundizar, ellas son:
obedecer, sacrificio, prestar atención y grosura de los carneros. Ahora veamos algunos
de sus significados en la concordancia bíblica Strong:
1) Obedecer: oír inteligentemente, atención, atender, conceder, convenir,
convocar, dar oídos, declarar, discernir, dócil, entendido, escuchar, fielmente, oír,
recibir, resonar (Strong # 8085 Diccionario Hebreo).
2) Sacrificio: inmolar, consagración, ofrecer, ofrenda, sacrificar, víctima (Strong #
2077 Diccionario Hebreo).
3) Atención: Tiene el mismo significado que obedecer en el original
(Strong # 8085).
4) Grosura: ser gordo, la parte más rica o selecta, abundancia, engordar, escogido,
mejor, meollo, sebo (Strong # 2459 Diccionario Hebreo).
El profeta Samuel confrontó al rey Saúl por desobedecer la misión que el Señor
le encomendó. 1 Samuel 1:18 “y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los
pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes”. Sin embargo, Saúl
desobedeció la orden de Dios al dejar vivos a los reyes de Amalec, y tomar el botín de
ovejas y vacas para luego pretender ofrecerlos en sacrificio al Señor. Por eso el profeta
Samuel confronta la desobediencia de Saúl y le dice que Dios se complace más en la
obediencia que en los sacrificios.
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Esta desobediencia le costó caro a Saúl, porque luego de este acto Dios lo desecha
como rey. 1 Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tu desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado
para que no seas rey”.
Algunas personas solo buscan manifestar la unción sin prestar atención para lo
que fueron ungidos o con que propósito fueron llamados. Los sacrificios sin la
obediencia están incompletos y la grosura de los carneros sin la atención adecuada,
tampoco servirá de nada, así que es necesario mantener un equilibrio en nuestra vida
ya que no puedes estar dando sacrificios al Señor sin ser obediente. No todo debe ser
grosura de carneros, recuerda que la obediencia a hacer lo que Dios te envió es
fundamental.
Debemos procurar con diligencia consagrarnos, ser generosos y estar llenos del
Espíritu Santo, de su gracia y favor, pero también siendo obedientes estando atentos a
sus palabras; siendo dóciles y entendidos para oír inteligentemente.
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SER UNA PERSONA DE FE ES SER OBEDIENTE
Lucas 7:7-9 “por lo que ni aun me tuve digno por venir: pero di la palabra, y mi siervo será sano.
Porque yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes: y digo a este; Ve, y va:
y al otro: Ven, y viene: y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y
volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”
La fe nos lleva a accionar y la acción nos hace ser sujetos a Dios y a las autoridades
que Él ha establecido. Esto desata lo sobrenatural porque cuando eres una persona
sujeta por la fe y amor, te conviertes en un adorador, aunque no sepas cantar o tocar un
instrumento. Tu vida de adoración transcenderá cuando le crees a Dios manifestando
amor a su reino, rendición, entrega y buenas acciones. Cuando más amas, más obedeces
porque la obediencia y el amor van tomadas de la mano.
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gritó o dio tres vueltas porque no era necesario; lo necesario era que Dios diera la
palabra porque Jesús caminaba en autoridad y el centurión romano conocía ese
principio.
“Y Samuel dijo: ¿se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar
atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22).
Algunas personas han manejado la idea y hasta han dicho: “yo no obedezco ni
me sujeto a los hombres, solo obedezco a Dios directamente”. Mantener este
pensamiento te limita a disfrutar de la bendición que hay en la obediencia, y en el poder
que existe el estar bajo la autoridad de Dios y a las autoridades que Él ha establecido.
La Biblia dice que no debamos nada a nadie: al que honra, demos honrar y al que
respeto, demos respetar (Romanos 13:8). Esto nos enseña que la honra, el respeto a Dios
y las autoridades establecidas es algo que tenemos que practicar y vivir con un corazón
limpio. En este mismo capítulo del libro de Romanos dice en los versos 1 y 2:
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“sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino
de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien
se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos”.
Ahora bien, para cumplir este principio debemos ver la autoridad con los lentes
correctos, ya que por razones culturales y de historia nos hicieron ver que la autoridad
esta para hacernos daño, o para destruirnos, así que usamos de manera negativa la
palabra “someternos” y que en el original griego se traduce “Jupotásso” que a su vez,
es la unión de dos palabras: “Jupó” que significa: bajo, sujeto. Y “Tásso” que significa:
arreglar de manera ordenada, asignar o disponer, dedicar, establecer, ordenar, poner y
señalar.
Esto nos enseña que la autoridad no está para destruirnos o hacernos menos
personas, al contrario, someternos a las autoridades nos hace caminar bajo una
asignación correcta y estar asignado en el llamado de Dios evita que vaguemos por
el mundo en lugares a los cuales Dios no nos llamó.
Estar bajo autoridad trae orden a nuestras vidas y nos dispone para servir de la
manera correcta. La autoridad, en el orden de Dios te capacita para el llamado, te
impulsa a avanzar, te aconseja y obviamente nos corrige cuando es necesario con el
propósito de crecer y de ser perfeccionados para la obra de Dios.
“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al
malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza
de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque
no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que
hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del
castigo, sino también por causa de la conciencia” (Romanos 13:3-5).
Es necesario estar sujetos por nuestro bien y por razones de conciencia ya que un
adorador debe tener su conciencia limpia. El apóstol Pablo hace mucho énfasis en
mantener sana nuestra conciencia en muchas de sus cartas porque la sujeción es algo
que es necesario por dos causas: para nuestro bien y es un asunto de conciencia. La
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Biblia dice que no nos cansemos de hacer lo bueno porque a su tiempo cosecharemos,
quiere decir que cuando hacemos lo bueno y somos sujetos, vamos a tener una gran
cosecha de bendiciones a nuestro favor y vamos a mantener una buena conciencia.
Si has allanado tu vida durante años, si has sido fiel y leal a Dios, si has
vivido obedeciendo su palabra, caminando en ella y has sido respetuoso y
obediente a las autoridades espirituales establecidas por Él, déjame decirte
que la misma mano que te ha mantenido guardado es la misma mano que te
guiará a la exaltación y a tu tiempo de honra.
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“Te profetizó que viene un tiempo de exaltación para tu vida. Dios hará resplandecer su
gloria sobre ti porque Dios honra a quienes le honran. Si has estado bajo su poderosa mano, no
fue para llegar destruido hasta aquí, fue para que la misma mano que te sostuvo sea la misma
mano que te exalte y sea tu plataforma”.
La obediencia a Dios comienza en las cosas pequeñas y del día a día, por ejemplo,
la Biblia dice que si no amas a tu hermano que ves ¿cómo podrás amar a Dios que no
ves? Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros,
somos unos mentirosos (1 Juan 4:10; 4:20 TLA). Recuerda que la obediencia a Dios no
tiene que ver con hacer grandes sacrificios como si estuviésemos pagando algún tipo de
penitencia, la obediencia se demuestra en cosas pequeñas.
“Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de
David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras
monteses. Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una
cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban
sentados en los rincones de la cueva. Entonces los hombres de David le
dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu
enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y
calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el
corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a
sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido
de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se
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levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino” (1
Samuel 24:2-7).
En estos textos, vemos claramente como Saúl perseguía a David con la intención
de matarlo y, aun así, David manifestó un profundo respeto por la autoridad de Dios
que estaba sobre Saúl siendo este el rey de Israel.
David, aun conociendo que Saúl había sido desechado por Dios, respetó el
manto que estaba en él. Él no se dejó llevar por sus impulsos, por su ira o por deseos
de venganza; ni siquiera se dejó llevar por los comentarios de sus soldados.
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CAPITULO 5
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable” (1 Pedro 2:9).
Mateo 6:6 “Mas tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará
en público”.
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Nuestra comunión diaria con Dios en adoración mantiene nuestra vida
sensible y atenta para escuchar al Espíritu Santo, preparándonos para recibir lo
que el Señor tiene para nosotros y lo que quiere hacer en la iglesia. Es vital como
adoradores mantener nuestra vida devocional constante y avivada; será necesario
disciplina y dedicación, pero de esto dependerá nuestra efectividad en el llamado
que recibimos.
Cuando nos reunimos como iglesia para alabar y exaltar el nombre de nuestro Dios,
nuestro corazón está siendo preparado para recibir la palabra. La adoración a Dios a través
de la música desata un ambiente sobrenatural y lleno del Espíritu Santo trayendo a nuestra
vida libertad, salvación, sanidad y milagros.
“y Eliseo dijo: Vive Jehová en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al
rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. Mas ahora traedme un
tañedor, y mientras el tañedor tocaba la mano de Jehová vino sobre Eliseo” (2 de
Reyes 3:14-15).
Vemos un ejemplo muy claro de como este tañedor ministró al lado de un profeta
para declararle una palabra a un rey, el resultado de la música unida a la palabra fue la
victoria para toda una nación.
“Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadad, que estaba
en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo” 2 Samuel 6:3
De este ejemplo aprendemos que cuando omitimos los diseños establecidos por
Dios y caminamos bajo un diseño incorrecto vienen problemas. Quiero ilustrarlo de la
siguiente manera: Cuando un salmista deja el diseño de Cristo de lo que es
verdaderamente la vida del adorador, su comunión con Dios, su profundidad en
conocer y estudiar la palabra dependerá más de sus fuerzas que de la presencia de Dios,
como resultado sentirá más orgullo por sus talentos o fuerzas que por la presencia de
Dios que debería estar en él. Tener una linda voz o desarrollar tus talentos no es malo,
al contrario, es bueno y de hecho Dios respalda nuestra excelencia, pero recuerda que,
por encima de las habilidades debe estar nuestra dependencia hacia Dios y a su palabra.
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Cabe señalar que Uza significa fuerza, habilidad o talento humano, entonces
ponemos en evidencia que estas cosas no son malas, pero cuando intentas detener
a Dios con tu talento estarás en graves problemas seguramente.
La Biblia dice en 2 Samuel 6:6: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió
su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban”. Uza extendió su
mano para impedir que se cayera el arca, él quiso evitar un accidente con sus fuerzas,
pero el problema no comenzó cuando Uza extendió su mano, ya había comenzado
desde mucho antes cuando se salieron del diseño correcto.
Cuando la palabra de Dios dice que Uza sostuvo el arca, significa que hay
diseños incorrectos que caen en familiaridad con la presencia de Dios y no respetan
el mover del Espíritu Santo. Este tipo de diseños no dan lugar a Dios en la alabanza
y la adoración porque no le conocen ya que están fundamentados sobre el potencial
humano y no sobre Cristo.
David tenía una buena intención de llevar la presencia de Dios a su ciudad pero
escogió unos carros filisteos que, aunque eran nuevos no le dieron buenos resultados.
Tú puedes ser una persona muy buena, pero si no dejas los carros filisteos, las buenas
intenciones que puedas tener no bastarán sino caminas en el diseño establecido por
Dios. Uza quiso hacer algo bueno, pero no fue suficiente su buena intención.
2 Samuel 6:6: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios,
y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban”
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Algunos de los significados en el original hebreo según la Concordancia Strong
para la palabra “Nacón” son: afirmar, alistar, amonestación, apercibir, confirmar,
consolidar, designar, disponer, establecer, formar, permanecer, quedar, recto,
restablecer y seguro.
Ahora bien, los bueyes tropezaban porque no habían sido capacitados para esa
tarea de trasladar el arca; ellos no estaban listos porque no estaban diseñados para eso,
así que cuando les tocó llegar a la era de Nacón tropezaron porque no soportaron la
amonestación, no podían ser conscientes y no fueron confirmados por Dios. La era de
Nacón representa la estación de revisión, de consolidación, de formación y
establecimiento. Los bueyes no fueron aprobados por la sencilla causa de ser animales
y no sacerdotes, porque la honra de llevar y manifestar la presencia de Dios no fue
diseñada para estar sobre bueyes, en esa época los únicos capacitados para llevar el arca
eran los levitas, pero ahora nosotros como iglesia tenemos esa gran honra de llevar y
manifestar la presencia de Dios.
Salmos 49:20 dice: “El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias
que perecen”.
Si eres parte de un equipo de alabanza y dices “yo soy el que lleva la carga de la
alabanza en la iglesia” te estás tratando como un buey y no como miembro del cuerpo
de Cristo porque tú eres parte de su cuerpo. Ministrar al Señor es un privilegio y un
gran honor que se nos permite vivir, es un fluir donde toda la iglesia exalta el nombre del
Señor.
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Lo siguiente es que como adoradores necesitamos ser afirmados por Dios y por
nuestros líderes y esto se traduce a estar listos para toda buena obra. Al momento de
ser amonestados, debemos recibir el consejo en humildad, no siendo altivos ni
autosuficientes porque un verdadero adorador mantiene su corazón limpio y recibe la
corrección.
Hoy en día, hay algunos salmistas huérfanos, heridos y con tropiezos por
dejarse conducir por sus propias fuerzas y no por Dios, pero hay nuevas
oportunidades para ti.
Algunos podrán decir que no necesitan a un hombre de Dios que los acompañe,
los guíe y los ayude como un padre a un hijo, piensan que ellos con Dios solamente
ganarán al mundo pero Dios mismo estableció las autoridades espirituales para
bendecirnos y darnos una palabra de dirección. Por ejemplo, la Biblia dice
“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos
de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
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címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio...”.
1 Crónicas 25:1:
Luego, el verso 6 dice: “Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre
en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el
ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del
rey”. Estos hombres entendieron en su tiempo que no estaban llamados a ser
cantores y salmistas solos y sin dirección. Luego de todo esto, David aprendió a
como darle entrada a la presencia de Dios a su nación.
Josué recibió una instrucción de parte de Dios de como conquistaría una ciudad
que estaba cerrada, bien cerrada, es decir, no había forma o manera de entrar a esta
ciudad. Ellos a través de la alabanza, pudieron derribar los muros de una ciudad
completa rodeándola y mientras tocaban prolongadamente las bocinas y gritaban, los
muros cayeron.
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Aprendemos entonces que la alabanza no fue tomada solo para resolver un
problema pequeño. Ellos, en obediencia a Dios levantaron un sonido que produjo el
derribo de una muralla que era muy fuerte. Es interesante como la palabra “tocar”
significa bulla, ruido, tocar un instrumento estridente, acampar, arrojar, asegurar, batir,
clavar, plantar, sonar, entre otras cosas; y ver como Josué entendió el poder de tocar
prolongadamente, de gritar y rodear la ciudad para ver la victoria de Dios sobre ellos.
“En este momento profetizo sobre ti que, por medio de la alabanza todo
edicto de enfermedad, de miseria, de robo o destrucción en tu contra es roto
y hecho pedazos, en el nombre de Cristo Jesús; porque el acta de decretos
que nos era contraria fue quitada de en medio y clavada en la cruz. La
bendición de Dios está sobre tu vida y la de tu familia. En Cristo fuiste
redimido de la maldición porque has sido bendecido con toda bendición
espiritual. Amén”.
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En el libro de 2 Crónicas vemos otro ejemplo muy poderoso:
“Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos
salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en
Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y
habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos
de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a
Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar
cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de
Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a
los otros” (2 Crónicas 20:20-22).
Josafat rey de Judá entendía el inmenso poder de la alabanza. Vemos como por
medio de la alabanza que ellos levantaron, sus enemigos fueron confundidos y se
mataron entre sí y así fue como obtuvieron la victoria. Aprendemos por este ejemplo
que cuando glorificamos y exaltamos el nombre del Señor con alabanza, las trampas
que el enemigo había preparado para ti son rotas por el poder del nombre de Cristo
Jesús. A través de exaltar y glorificar a Jesucristo, vendrá victoria a tu vida y la de tu
familia.
Pablo y Silas no compusieron una canción que hablara de los látigos injustos que
estaban recibiendo, ellos elevaron una alabanza al Señor para exaltar su nombre, y fue
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a través de esa alabanza que vino de repente un terremoto que sacudió los cimientos de
la cárcel. Cuando vemos los versículos anteriores, notamos que la acción de Pablo y
Silas produjo que al instante las cadenas de las personas atadas fueran liberadas y que
las puertas cerradas se abrieran.
“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
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címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio...”.
1 Crónicas 25:1
La Biblia dice que David y los jefes de la nación designaron a Asaf, Jedutún y
Hemán. Es elemental señalar que cuando David se reunía con los jefes del ejército era
para definir estrategias de guerra y de seguridad nacional, es decir, asuntos de estado.
Cuando ellos se juntaron para seleccionar a estos hombres no estaban buscando
solamente músicos, estaban buscando personas que por medio de la música pudiesen
profetizar y declarar las maravillas de Dios. Esto nos enseña que la alabanza, la
adoración y la profecía tienen el poder para resguardar las naciones de la tierra. Estos
hombres eran profetas que traducían las cosas de los cielos a la tierra.
David y los jefes del ejército necesitaban tener a los profetas las veinticuatro horas
al día junto a todo el pueblo adorando y clamando al Señor porque ellos entendían el
gran poder de la adoración y la alabanza.
La Biblia dice que algunos eran expertos en el canto y en las cosas de Dios y los
hijos de Hemán eran videntes del rey; ellos podían ver lo que Dios quería hacer, tenían la
capacidad de ver que iba a ocurrir, y discernían los planes de las tinieblas para romperlos,
todo eso a través del canto y de la música.
Esa es la razón del por qué el rey de la nación y los jefes del ejército juntaron a
estos hombres para que ministrasen por turno la alabanza y adoración en el tabernáculo
de David: era un asunto de estado y de gobierno en la nación, y no solo era para tocar y
hacer sentir bien a la gente.
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CAPÍTULO 6
“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la
dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey” (1 Crónicas 25:1-
2).
Ahora bien, ¿Qué significa la palabra “Idóneo”? este adjetivo indica que algo o
alguien es adecuado o conveniente para algo, especialmente para desempeñar una
función o actividad. También se aplica el término a una persona que reúne las
condiciones necesarias u óptimas para una función o fin determinado.
Sin duda alguna, los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún fueron escogidos porque
reunían todos los requisitos para estar allí sirviendo en el tabernáculo, lo que nos deja
una enseñanza clara: “Cuando Dios te ha apartado para un llamado, es porque reúnes
las condiciones para estar allí”. Quizás no te sientas capaz, pero si Dios te escogió es
porque tienes el potencial, Dios depositó esa gracia en ti para ejercer tu llamado y ser
de bendición para otros, debes creerlo con todo tu corazón y comenzar a verte como
Dios te ve, capaz, apto, idóneo y lleno de su gracia y favor.
65
Volviendo al tema de los nombres y sus significados, me gustaría comenzar a
hablar primeramente de Asaf.
Otros de los significados del nombre de Asaf son: tomar, traer y unir. En Asaf fluía
una unción para unir (juntar) a las familias, y a la nación a través de la alabanza, él no
actuaba como una persona aislada, trabajaba en equipo al lado de Hemán, Jedutún y todos
sus hijos. Aprendemos que, así como él, mantener una mentalidad de equipo y este sentir
de unidad trae grandes resultados. Un adorador y salmista siempre va a fluir en la unidad
de Cristo y de la iglesia porque entiende que somos miembros de un mismo cuerpo. “Un
Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos, y
en todos”. Efesios 4:5-7
66
una banda para el servicio público (1 Crónicas 25:5-6). Hemán, siempre fue leal y
obediente a Dios y al rey David, el entendió el principio de la fidelidad y se lo transmitió
a sus hijos.
Ministrar bajo las órdenes de nuestro Rey, es fluir en una dirección precisa,
servir con amor, obediencia y fidelidad. Es amar la casa de Dios, alabar con todo
nuestro corazón y ser una voz profética; pero también significa, transmitir ese sentir a
nuestros hijos como padres, y nosotros como hijos a su vez imitar ese amor y fidelidad
a Dios de nuestros padres. Así fue como los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún
67
aprendieron de sus padres y posteriormente fueron designados directamente por el
rey David para profetizar con los instrumentos.
“Profetizo que cada músico entra a una nueva dimensión de guerra espiritual,
donde cada golpe de los instrumentos de percusión, cada sonido de las cuerdas, o
instrumentos de viento, dictará sentencia a los enemigos de Dios y traerá libertad
a los cautivos”.
En base a estas verdades, te desafío a crecer cada día como músico y a tener
mayor intimidad con Dios para desarrollarte y crecer en tu llamado. Si permites el fluir
del río profético, verás manifestaciones sobrenaturales en el lugar donde estén reunidos
para adorar, Dios usará tus manos, tus labios y todo tu cuerpo para exaltar su Nombre
y ser un instrumento para bendecir la iglesia. Repite conmigo: “Estoy listo para ir a otra
dimensión, estoy listo para ministrar bajo las órdenes de mi Rey y Señor”.
68
HAY UN PODER MUY GRANDE EN LA ALABANZA
Y ADORACIÓN PROFÉTICA
Hemos visto que por medio de la alabanza muchas personas son sanadas de
enfermedades físicas, mentales o emocionales. La alabanza también trae sanidad a
la tierra y a las naciones del pecado. 1 Samuel 16:23 dice que cuando David tocaba el
arpa con su mano, Saúl tenía alivio y estaba mejor.
Cada día debemos celebrar las bondades del Señor, su gracia y su gran amor. ÉL
es Dios y digno de suprema alabanza y nada ni nadie debe apagar nuestra adoración
hacia Él. Los escogidos de David exaltaban y se regocijaban en el Señor, se deleitaban
en la presencia de Dios y el fluir profético fue el resultado de una alabanza y adoración
sincera en espíritu y en verdad.
Los tres que escogió David estaban ministrando bajo las órdenes del rey con un
corazón lleno de sinceridad y fidelidad al Señor. Es muy importante tomar el ejemplo
de fe de estos hombres, sabiendo que nuestro trabajo en Dios no es en vano, Él pesa
nuestros corazones, y debemos presentarnos con un corazón limpio, donde quiera que
estemos. El principio de tener un corazón limpio tiene que ser parte de nuestras vidas,
la palabra dice que en los íntegros es hermosa la alabanza (Salmo 33:1).
69
Nuestras canciones, nuestras vidas y todo lo que hacemos deben tener un sonido
de exaltación al Señor. David entendió que su nación debía dar gracias siempre, celebrar
con alegría y exaltar al Señor de todo corazón porque Él es Dios. David amaba la
presencia de Dios por eso exaltar y celebrar el nombre del Señor no era parte de su
programa de gobierno, sino que era el anhelo de su corazón.
Alabar y exaltar el nombre del Señor debe ser con un sentido de alegría y
celebración. Leamos Salmos 98:4: “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la
voz, y aplaudid, y cantad salmos”. Cantar alabanzas al Señor no debería ser un acto de
tristeza o de religiosidad. Muchos han confundido alabar a Dios con estar rígido y con
cara de seriedad creyendo que así la alabanza será más santa y no es así, por el contrario,
alabamos con alegría porque el Señor ha hecho maravillas y ha manifestado su
salvación sobre cada uno de nosotros, esto es una razón para estar alegres y sonreír; es
tiempo de alegrarnos y celebrar en cada momento que le alabemos.
“El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”
(Proverbios 15:13).
Cuando alabamos a Dios con nuestro corazón, todo nuestro ser estará lleno
de su presencia y nuestro rostro cambiará de uno triste y afligido a uno de alegría y
paz, por eso nuestro corazón debe alegrarse en el Señor todos los días. La Biblia dice
que entremos por sus puertas con acciones de gracias y por sus atrios con alabanza
(Salmos 100:4); esto significa que debemos venir al Señor con una actitud de
agradecimiento y no de queja o amargura porque un adorador siempre tendrá
palabras de gratitud delante del Señor.
70
los temores se irán, también la angustia y la vergüenza de nuestros corazones y
podremos confiar plenamente en el Señor.
David entendió que cuando ellos engrandecían el nombre del Señor, sus
enemigos eran avergonzados y minimizados; cuando ellos engrandecían el nombre del
Señor no tenían falta de ningún bien, eran alumbrados y eran libres de sus temores.
Cuando tú y yo engrandecemos el nombre del Señor y exaltamos su nombre, Él nos
alumbra porque podemos mirarlo a Él y no al problema, nos libra de los temores, nos
libra de vivir angustiados y afanados porque en Él hemos confiado. Esta es una de las
tantas razones del porque David nunca perdió ninguna de sus batallas.
¡Que maravilloso es poder exaltar y dar toda la gloria a nuestro Señor en todo con
alegría, entendiendo que somos parte del cuerpo de Cristo por eso servimos con un
corazón gozoso y agradecido utilizando nuestros dones y talentos para glorificar al
Señor y para el servicio de su reino!
Adoradores bajo las órdenes del rey sirven con alegría, tienen una genética de
perseverancia, no son de doble ánimo, permanecen en la palabra Dios, perseveran
en la comunión unos con otros, en la oración y la vida del espíritu.
71
De hecho, la Biblia dice que somos templo y morada del Espíritu Santo, la presencia de
Dios ahora está en nosotros, Cristo habita por la fe en nuestros corazones.
Te invito a que cada canción que entones, en cada momento que ministres lo
hagas bajo una palabra y una dirección clara porque esto te hará ser efectivo.
Hubiese sido un fracaso muy grande que estos hombres y hasta el mismo rey
David junto a todo su equipo no se levantaran a servir y ministrar a Dios junto a sus
familias, o no haberse juntado con un propósito. De seguro hubiesen ido por Israel
tocando y cantado, pero el resultado jamás hubiese sido el mismo.
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Cuando ministramos bajo las órdenes del Señor en obediencia a las autoridades
espirituales que Dios ha establecido en la iglesia, recibiremos claridad profética para
los próximos años. La adoración profética manifiesta la voz de Dios para estas
generaciones trayendo claridad y edificación en el cuerpo de Cristo.
73
CAPÍTULO 7
74
cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Mateo 6:6
No es el deseo de Dios que solo puedas levantar las manos donde nos
congregamos y que en tu hogar no puedas hacer lo mismo porque lo que ocurre en la
vida de la iglesia corporativamente debe pasar en tu hogar.
“El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados
en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez
fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza
es recto, Y que en él no hay injusticia” (Salmos 92:12-15).
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“Declara que la vida de Cristo echa fuera la muerte, la enfermedad, la escasez, la miseria
y pobreza, y trae un tiempo nuevo”.
“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la
dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey. De los hijos de
Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la
dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y
alabar a Jehová. De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel,
Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti,
Hotir y Mahaziot. Todos estos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en las
cosas de Dios, para exaltar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres
hijas. Y todos estos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la
casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de
Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey. Y el número de
76
ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue
doscientos ochenta y ocho” (1 Crónicas 25:1-7).
En este tiempo, Dios nos revela cuán importante es levantar un altar de adoración
en nuestros hogares porque es allí donde enseñamos a nuestra familia a adorar a Dios.
Quizás usted no toque algún instrumento como Asaf, Hemán o Jedutún, pero la adoración
tiene que ver con tu vida, y esa vida sí la puedes impartir a tus hijos para que ellos no solo
vean que tú amas y adoras a Dios, sino que también les enseñes a cómo hacerlo día a día.
Por eso la palabra nos dice en Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él”. “Instruir” significa enseñar con hechos y con
palabras, es un trabajo continuo que tenemos como padres de esta nueva generación.
77
Es muy importante apartar un tiempo para enseñar e instruir a nuestra
generación en la palabra de Dios y en la oración.
Creo que un lugar muy adecuado para adorar a Dios es en nuestras casas; que el
padre adore junto a su esposa e hijos aprendiendo el poder de la adoración en familia a
través de sus papás que aman a Dios, esto es algo muy poderoso. Es tiempo de asumir
el sacerdocio en el hogar ya que somos responsables de ser un modelo espiritual para
nuestras familias.
¡Declaro que se levantan en este tiempo familias enteras que adoran a Dios desde
las casas! Familias rendidas en adoración al Señor, que ministran y profetizan bajo
las órdenes de nuestro Rey.
LA CLAVE ES PERSEVERAR
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La iglesia del libro de los Hechos vivió este principio: perseveraban unánimes
y compartían el pan en las casas con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios.
Ellos alababan a Dios en el lugar donde se reunían y también desde sus casas, y esto
hizo que el Señor añadiera cada día los que habían de ser salvos.
Entender y vivir bajo este principio desata una multiplicación de personas con
una genética de perseverancia en la palabra y una mentalidad de cuerpo. La alabanza y
la adoración no es solo cuando estamos reunidos como iglesia, debemos vivirlo cada
día con toda nuestra vida.
CORAZONES ENCENDIDOS
David por un momento quiso sorprender a Dios con algo nuevo, pero que no
estaba bajo el diseño de Dios porque utilizó un carro para mover el arca de Dios de la casa
de Abinadad y luego de eso Uza muere intentando sostener el arca cuando notó que casi
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se caía, por eso el juicio de Dios cayó sobre él. Con todo esto, creo que Dios le da un mensaje
a David haciéndole ver que los métodos filisteos no funcionan cuando hay un diseño
de parte de Dios.
El arca del pacto estuvo en dos casas físicamente iguales, hechas con los mismos
materiales para construcción, pero dentro de las casas había corazones diferentes. En
la casa de Abinadab no ocurrió nada y podemos imaginar que estaban acostumbrados
a lo mismo y sin amor, pero en la casa de Obed-edom había corazones encendidos por
Dios, había honra y respeto por la presencia del Señor y llenos de la vida de Dios.
La Biblia dice que Uza y Ahio guiaban el carro donde llevaban el arca, pero la
pregunta es la siguiente: ¿Cómo podían guiar el arca del pacto que representaba la
presencia de Dios Uza y Ahio si ellos nunca aprendieron a hacerlo desde sus casas?
David quiso llevar el arca a la ciudad, pero venia de una casa fría que durante
veinte años no valoró la presencia del Señor y donde Dios no ocupó nunca el primer
lugar en ellos. Con el pasar de los años, todos se habían acostumbrado a tener el arca en
su casa y cuando la quisieron trasladar desde esa casa a la ciudad de David, el resultado
fue muerte. En cambio, estuvo tres meses en casa de Obed-edom donde amaban y
valoraban la presencia de Dios y cuando fue trasladada a la cuidad, el resultado fue
vida, triunfo y Obed-edom fue bendecido.
David tuvo éxito en llevar la presencia de Dios a su ciudad cuando fue valorada
primero en la casa de Obed-edom así comprendió que, si la casa de un hombre junto
80
a su familia fue bendecida en todo por causa de su amor y adoración a Dios, su nación
también iba a ser bendecida si todo el pueblo hacia lo mismo.
Recuerda que tu casa debe ser tu Edén, donde hablemos con el Señor a cada
momento y cara a cara; donde la contienda y el pleito no tiene espacio porque hemos
dado lugar a la presencia de Dios para que habite en medio nuestro, así tus hijos
crecerán en un ambiente lleno de la presencia de Dios, ellos buscarán al Señor de manera
espontánea porque han crecido en un ambiente de adoración y de entrega, donde Dios
tiene el primer lugar.
Para que naciones completas honren a Dios y sean bendecidas, debe haber
primeramente familias completas que amen y valoren la presencia de Dios en sus casas.
El cambio en una nación comienza con familias transformadas por su presencia.
ADORACIÓN EN FAMILIA
Luego de eso, David levantó ofrendas, y dice la palabra que hacia un sacrificio
cada seis pasos, al punto que hicieron un camino de sangre. Ese camino de sangre lo
tenemos nosotros gracias al sacrificio que Cristo hizo por nosotros, por la sangre del
cordero de Dios. Creo que el camino está listo y el Señor ha comenzado a entrar en
muchas familias de la tierra, las cuales darán apertura a la obra de Dios en las naciones.
Dios le dijo a Moisés que levantaran un cordero por familia por que el ángel de la
muerte pasaría, pero no pudo entrar a sus casas por causa de la adoración y la sangre del
cordero en sus puertas que representa para nosotros la sangre de Cristo en nuestros
hogares.
82
“Declaro que sobre tu casa y tu familia se activa una gracia para profetizar por
medio de la música, a cada músico, cantor y salmista. Declaro que viene una
activación sobrenatural para fluir en lo profético y que se levanta una generación
con ojos espirituales abiertos, listos para profetizar bajo las órdenes nuestro Dios.
Se desata una gracia desde las casas y muchos niños se levantan en las naciones
como salmistas proféticos, como músicos proféticos desde sus hogares y aprenderán
amar y honrar a Dios desde sus casas”.
“Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas y comían juntos
con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos, y
cada día añadía el Señor a la iglesia a los que iba llamando a la salvación” (Hechos
2:46-47).
En libro de los Hechos podemos ver como todos los días alababan a Dios en el
templo y en las casas. Si había alabanza había música, y eso significa que había familias
completas que adoraban, porque la vida de adoración comienza y se desarrolla en tu
vida practicándola desde tu casa.
83
CAPÍTULO 8
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa” (1 Corintios 3:11-14).
La palabra de Dios nos afirma que la vida del creyente debe estar
fundamentada en Cristo y que cada persona tiene la responsabilidad de edificar
correctamente sobre ese fundamento utilizando los mejores materiales, sabiendo que
al final la obra de cada uno será probada. En base a esta verdad debemos entender
que Cristo siempre será el fundamento de nuestras vidas y que nosotros debemos de
edificar sobre Él a través de su palabra.
La Biblia dice que “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa” (1 Corintios 3:14). Esto significa que cuando tú y yo tenemos el privilegio
y el honor de edificar nuestras vidas en la palabra de Dios, vamos a tener paz, bendición
y propósito, aunque puedan presentarse momentos de prueba.
84
Al hablar de carácter, hago referencia a los rasgos, cualidades o circunstancias
que indican la naturaleza de una persona, así como la manera de pensar y actuar que
lo hacen distinguir de los demás. Nuestra naturaleza ya no es de pecado, ahora somos
justos, porque en Cristo hemos sido justificados, tenemos su naturaleza y podemos
desarrollar su carácter, no porque tengamos un concepto de superioridad, sino porque
el carácter de Cristo será reflejado en nuestras vidas.
Los apóstoles no predicaron otra cosa que no fuese Cristo (es decir, al ungido
glorificado) y a este crucificado (predicaron la obra redentora en la cruz). Cuando
hacemos que nuestro amado Señor sea el fundamento de todo, seremos adoradores que
retengamos el testimonio de Cristo. “Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los
judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura, más para los llamados, así judíos como
griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios”. 1 Corintios 1:1-23-24
“Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a
Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis
19:10).
85
La Biblia nos enseña que es muy importante mantener un buen testimonio, pero
hay uno aún más importante que debemos cuidar, y es el testimonio de Jesús.
El ángel le dijo “yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que retienen el
testimonio...”. Esto lo dijo aclarando que la manifestación profética no es producto de
habilidades humanas sino de guardar el testimonio. Cuando retenemos el testimonio de
Cristo en nuestras vidas, manifestaremos lo profético.
86
habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que
tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-15).
La unción y la gracia profética está en nosotros por medio del Espíritu Santo.
Guardar el testimonio de Jesús es dejar que el Espíritu Santo pueda fluir en nosotros
con libertad para recibir lo que el Padre tiene por medio de Cristo. La manifestación del
Espíritu Santo es el testimonio de Cristo en nuestras vidas en cualquier lugar donde nos
encontremos. Manifestar los frutos del Espíritu Santo es la clara evidencia de que Cristo
está gobernando.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”
(Gálatas 5:22).
87
uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la
sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres,
mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha
testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el
testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque
no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es
el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo”
(1 Juan 5:6-11).
“Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva” (Romanos 6:4).
La Gloria del Padre resucitó a Cristo de entre los muertos, y esa misma gloria
está en nosotros para caminar en una vida nueva: “Pues no habéis recibido el espíritu
de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:15).
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para vencer el miedo ante cualquier circunstancia y te hace estar firme en el
propósito de Dios.
“Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las
cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas,
y nosotros por medio de él” (1 Corintios 8:6).
“porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al
Padre” (Efesios 2:18).
89
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo” (Hebreos 10:16).
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17).
Por medio de Cristo, damos gracias al Padre por todo lo que hacemos en el
trabajo, en la casa, nuestro servicio, nuestras canciones y nuestra vida de adoración. Lo
que digamos debe ser para glorificar a Cristo y dar gracias por medio de Él.
Cuando se nos ha revelado el Padre, no sólo vamos a tener comunión con Cristo y
su Espíritu Santo, sino que vamos a tener comunión los unos con los otros, con la iglesia
que es el cuerpo de Cristo. Cuando conocemos el Padre como adoradores, vamos a romper
con el aislamiento y la soledad.
“Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1
Corintios 12:27).
“Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al
Padre” (Efesios 2:18).
La comunión con el Espíritu Santo nos permite conocer al Padre, y dice la Biblia
que Él nos enseñará todas las cosas. Si queremos que se nos revele Cristo y el Padre,
debemos pedirle primeramente al Espíritu Santo que se revele a nuestra vida y que nos
guíe a conocer a Cristo y al Padre.
Tener una comunión diaria con el Espíritu Santo nos llevará a saber los deseos y
anhelos del Padre y de Cristo para nosotros porque dice “...tomará de lo mío y os lo
hará saber, todo lo que tiene el Padre es mío...”. Una vida profética está íntimamente
unida a la comunión con el Espíritu Santo.
91
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a como interceder; es quien nos recuerda
nuestra legalidad en Cristo, es nuestro consolador, es nuestro ayudador y nos anhela
celosamente. Cuando el Señor Jesús dijo “les doy mi paz no como el mundo la da...”
creo particularmente que era porque nos estaba dejando a la hermosa persona del
Espíritu Santo porque Él es la verdadera paz en nosotros, sin Él, nada de esto sería
posible.
En este momento, mientras lees este libro, toma un tiempo para hablar con el
Espíritu Santo y dile que lo quieres conocer, que quieres depender de Él, que te enseñe
al Padre, que te enseñe a adorar.
“Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo;
y estos tres son uno” (1 Juan 5:7).
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo
de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que
no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Hebreos 4:14-16).
Cristo es nuestro gran sumo sacerdote y por medio de Él, podemos entrar
libremente al trono para hallar misericordia y gracia para el oportuno socorro. Cada
uno de nosotros tenemos un mediador de un mejor pacto; Cristo abrió un camino nuevo
para que podamos acercarnos confiadamente al Padre.
Nuestra vida de adoración en Cristo es para siempre; no fue diseñada para que
fuese temporal, no estamos llamados para adorar por momentos o etapas porque no
hay nada que nos pueda separar de su amor y porque tenemos al Espíritu Santo para
vivir en comunión constante con Dios.
Cristo ofreció sacrificio por nuestros pecados una vez y para siempre para
caminar bajo un nuevo pacto con mayores promesas, cuando entendemos esta verdad
cuidaremos diariamente de nuestro ser interior, vamos a apartarnos del pecado y a
caminar en santidad y rendición a Dios. Pero si alguien, teniendo el camino listo y
preparado para disfrutar una vida de adoración y alabanza al Padre, decide
voluntariamente pecar no tendrá buenos resultados.
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Un adorador valora la sangre del pacto porque sabe que por ella puede tener
libertad para adorar, para estar en lugar secreto de Dios, valora al Espíritu de gracia y
valora al Hijo (Jesucristo) porque es nuestro gran sumo sacerdote quien nos abrió un
camino nuevo y vivo.
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,
esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió” (Hebreos 10:19-23).
“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la
remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de
la herencia eterna.” (Hebreos 9:15).
Esto nos muestra que podemos adorar, alabar y levantar nuestras manos
confiadamente porque el Señor no te espera para juzgarte ya que nuestra adoración y
alabanza fluye según el sacerdocio de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros no somos de
los que retroceden, sino de los que tienen fe para preservación del alma; la fe nos va a
llevar a cuidar nuestra salvación, la sangre de Cristo, su gracia y su favor. Por eso dice
la palabra: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los
que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).
94
En Cristo tenemos libre acceso al lugar santísimo por su Sangre.
En Cristo tenemos un camino nuevo y vivo para adorar.
En Cristo fue rasgado el velo.
En Cristo debemos acercarnos con corazones sinceros.
En Cristo, acerquémonos en plena certidumbre de fe.
En Cristo, purifiquemos nuestras vidas de la mala conciencia.
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener
sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el
agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La
mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a
sacarla” (Juan 4:13-15).
La mujer samaritana mantenía su protocolo para buscar agua, sabía que un judío
y un samaritano no podían hablar, conocía la historia del pozo, tenía un buen
conocimiento, aprendió por otros cómo y dónde se tenía que adorar, pero no tenía la
fuente puesto que adoraba lo que no sabía. Por eso el Señor le dijo que el que bebiere
95
del agua del pozo volvería a tener sed, pero el que bebiera de su agua no tendría sed
jamás.
En el nuevo pacto, no tenemos que ir a buscar afuera nada porque Cristo habita
en nosotros por medio de la fe. Tu vida de adoración en Cristo quita la sed porque tienes
la fuente dentro de ti saltando para vida eterna. En este tiempo tenemos el privilegio de
que Cristo habite por la fe en nosotros, a fin de que seamos arraigados y cimentados en
amor. Tú vida de adoración no debe estar arraigada en una forma o en un lugar sino en
Cristo.
La adoración tiene que ver con una fuente llamada Cristo, y aunque puedes
tener tu cántaro, si no tienes la fuente vivirás una vida en rutina. Esta mujer vivía del
pozo de otro, venía al pozo porque era famoso era el pozo de Jacob, pero aun así tenía
sed. La adoración de esta mujer, antes de encontrarse con el Señor, era del “tipo pozo”,
y no una adoración de “tipo fuente”. Sin embargo, vemos como esta mujer a pesar de
llevar una vida desordenada, reconoció que necesitaba beber del agua de Cristo, al
hacerlo fue transformada en una nueva mujer porque cuando El Señor llega a nuestras
vidas es para llenarlo y transfórmalo todo.
El apóstol Pablo oraba a fin de que Cristo habite en nosotros por la fe y seamos
arraigados y cimentados en amor. Efesios 3:17 “Para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor”. Estas son
oraciones basadas en un nuevo pacto, y somos privilegiados de disfrutar de todas
estas promesas que Cristo obtuvo por nosotros en la cruz del calvario.
“A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre
los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos,
amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin
de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Colosenses 1:27-28).
96
En el antiguo testamento, los sacerdotes solo podían entrar una vez al lugar
santísimo, pero el Señor quiso darnos a conocer el misterio entre los gentiles, que es Cristo
y ahora tenemos libre acceso a su presencia porque el velo fue rasgado, por eso el apóstol
Pablo dice “...amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría,
a fin de presentar perfecto en Cristo...”. Somos bienvenidos a un mejor pacto y aunque los
profetas del antiguo pacto lo desearon vivir, no pudieron, aunque lo vieron antes de
nosotros por la fe.
Por eso nuestra vida de adoración no está basada en viejas promesas, no hay
más sacrificios, no hay más rituales, todo fue sombra de lo que había de venir, y es
Cristo nuestro mediador, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
“La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí
a sacarla. […] Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has
dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no
es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú
eres profeta” (Juan 4:15; 4:17-19).
“Declaro que la vida de Cristo va fluir en ti como nunca antes y que por causa de
la verdadera adoración, lo profético vendrá a ti para levantarte, para animarte,
para restaurar lo que había estado caído y manifestar a Cristo en tus días”.
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“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una
mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando
el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza” (Marcos 14:3).
Este es un pasaje conocido por mucho de nosotros, vemos que esta mujer derramó
este perfume de nardo puro delante del Señor. Como dato importante, este perfume
costaba el salario de todo un año y solo se abría en ocasiones muy especiales o a los ricos.
Además, me sorprende que de la planta donde extraen este perfume su raíz y el tallo son
los que proporcionan su esencia.
Esta mujer tuvo que quebrantar el perfume para que se manifestara el olor que
estaba dentro del mismo. Si lo aplicamos a nosotros, es necesario quebrantar nuestra
vida para que el olor de Cristo sea manifestado en el lugar donde estamos porque si
no hay quebrantamiento, no hay manifestación del olor. El quebrantamiento no es
sinónimo de destrucción o fracaso, sino de rendición y entrega. Esta mujer quebró el
frasco porque rindió su vida completamente al Señor.
98
vestiduras. La adoración desata sobre tu vida la unción del Señor; no hay otra manera
de ser ungido si primero no entregas tu vida en verdadera adoración.
“Te profetizo que, por causa de quebrantar tu vida para que se manifieste el olor de
Cristo, vendrá sobre ti una unción y una gracia especial para todo lo que vayas a
hacer en este tiempo. Estarás ungido en el nombre de Cristo Jesús”.
Un verdadero adorador mostrará a Cristo para que sea exaltado ya que lo más
importante es el perfume que contiene el frasco no el frasco en sí; aunque la presentación
es importante, no lo es todo, pues la tarea del frasco es dar preámbulo de lo que
realmente transforma y cambia el ambiente.
El Padre envió a su amado hijo Jesucristo a morir por nosotros. Él lo dio todo por
amor y nos dio vida, pero el centro de todo sigue siendo Cristo. Nosotros fuimos la
causa, pero Él es el autor de todo. Igualmente, que un perfume, el frasco es bueno pero
lo importante y lo que todos queremos es la esencia de lo que está dentro.
“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por
medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque
para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se
pierden” (2 Corintios 2:14-15).
99
CAPÍTULO 9
Oraciones proféticas
“Te alabo Padre porque en Cristo, la ley del Espíritu de vida me ha liberado de
la ley del pecado y de la muerte. En Cristo, el pecado no tiene legalidad en mi cuerpo.
Por medio de tu Espíritu Santo, ya no vivo según la carne sino, según la vida de Cristo
en mí. Renuncio al pecado, la muerte, la pérdida y la derrota. Y activo la ley de vida, de
victoria, de salud, de santidad y de triunfo en mi”.
“Espíritu Santo, digno eres de toda gloria porque la ley de vida ahora vivifica mi
cuerpo. Tu ley ha traído sobre mi salud, fortaleza, renovación y vitalidad. Por Cristo,
opera en mi cuerpo la vida y no la muerte. Echo fuera la debilidad, el desgaste, la falta
de entusiasmo y profetizo que vienen fuerzas, fortaleza y entusiasmo por el Espíritu a
mi vida”. (Romanos 8:2, Romanos 8:9, Romanos 8:11).
100
“Tu palabra dice Señor, que no hemos recibido un espíritu de esclavitud para
estar otra vez en temor. Por esa razón, renuncio a todo espíritu que me quiera mantener
esclavo al pecado, al miedo y a maneras de pensar que me lleven a vivir en temor.
También renuncio al temor a las malas noticias o al fracaso y profetizo que no tendré
temor porque mi corazón está firme y confiado en ti, mi Dios”.
“En Cristo Jesús, me has dado un espíritu de adopción por el cual puedo clamar
¡abba Padre! Eres mi Padre bueno, protector, guardador y hermoso. Tu palabra dice que
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevere porque en ti
hemos confiado, y hoy perseveró en tu palabra y en ti Señor. (Romanos 8:15, Salmos
112:7, Isaías 26:3)”.
“Te exaltamos y te alabamos Padre porque somos más que vencedores por medio
de ti que nos amaste primero, no hay nada ni nadie que nos pueda condenar y separar
de ti porque Cristo intercede por nosotros a tu diestra Padre y por medio del sacrificio
de Cristo somos justificados”. (Romanos 8:34, Romanos 8:35).
“Gracias Padre porque ahora somos el cuerpo Cristo y miembros los unos de los
otros. Tu gracia fue dada a nosotros en Cristo, y en todas las cosas fuimos enriquecidos;
en toda palabra y ciencia. Te alabo y te exalto porque tú favor está en nosotros, que
somos tu cuerpo, somos tu iglesia; la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. Echo
101
fuera la soledad, el individualismo, el egoísmo y la miseria humana porque en ti ya no
estamos solos”. (Romanos 12:5, 1 Corintios 12:27, 1 Corintios 1:4-5, Efesios 1:22).
“Estamos agradecidos, Padre, porque tú has sido fiel y porque nos llamaste a la
comunión con tu hijo Jesucristo, nuestro Señor. Su testimonio ha sido confirmado en
nuestras vidas y en nuestros corazones. Oro para que sea activado en mi la unción y el
testimonio de Cristo, que es el espíritu de la profecía. Profetizo que se desatan
confirmaciones, señales y prodigios del cielo a mi favor, y que se despierten dones. En
el nombre de Cristo Jesús”. (1 Corintios 1:6, 1 Corintios 1:9, Apocalipsis 19:10).
“Oro, Señor, para que el olor de Cristo sea manifestado en mi vida. Que su
aroma, su vida, su carácter y su presencia sea visible en lo que haga. Te pido Señor, que
la gente vea a Cristo en mí, que deje la marca de Cristo y su olor en los lugares donde
vaya. Te pido Padre, que Cristo sea glorificado en todo lo que haga. He sido llamado en
Cristo como una nueva persona. Profetizo que camino en ese hombre nuevo que fue
creado en justicia y santidad de la verdad”. (2 Corintios 2:14, 2 Corintios 5:17, Efesios
4:24).
102
“Gracias Señor porque en Cristo, fui reconciliado contigo Padre. Gracias por tu
amor y tu perdón porque estuviste con Cristo reconciliando al mundo y ahora, nos has
encargado a nosotros la palabra de la reconciliación para con las personas”. (2 Corintios
5:18, 2 Corintios 5:20).
“Profetizo que en Cristo camino en la libertad con la que nos hizo libres; que
ninguna atadura de las tinieblas impedirá el avance del propósito de Dios en mi vida.
Toda raíz de pecado se seca, en el nombre de Jesús porque he crucificado la carne con
sus pasiones y deseos”. (Gálatas 5:1, 5:24).
“Bendito eres Señor porque, en Cristo, he sido bendecido con toda bendición
espiritual. No me falta nada. En ti estoy completo porque tu bendición está en mí por
medio de tu Espíritu Santo. Gracias Padre porque nos escogiste antes de la fundación del
mundo por amor. Te alabamos porque nos predestinaste para ser tus hijos mediante
Jesucristo”. (Efesios 1:3-6).
103
“Profetizo que la herencia que tengo en Cristo se manifiesta en mi vida, y que
camino conforme al propósito de Dios para alabanza de tu gloria. Formo parte de una
generación sellada con el Espíritu Santo de la promesa”. (Efesios 1:13).
“En la legalidad oro tu palabra, Padre celestial. Fui resucitado y sentado con
Cristo para mostrar tu bondad y gracia. Ahora estamos por encima de todo principado,
poder y autoridad porque Cristo es la cabeza de aquel que todo lo llena en todo”.
(Efesios 2:6-7, Efesios 1:22-23).
“Hoy profetizo que, en Cristo he sido creado para buenas obras. Declaro que en
Dios haré proezas y que grandes proyectos se activan; los sueños de Dios se activan en
mí. El poder para hacer las riquezas y el poder de la provisión se activa a mi favor.
Anulo la maldición del fracaso y profetizo que lo que empecé lo voy a terminar porque
soy el poema de Dios y la bendición está en mi porque fui creado en Cristo para grandes
obras”. (Efesios 2:10).
“Padre eterno, todas las familias toman nombre en ti, en los cielos y en la tierra.
Oro para que nos des como familia conforme a las riquezas de tu gloria. Que nuestro
hombre interior sea fortalecido con poder por medio de tu Espíritu Santo. Que Cristo
habite, por la fe, en nosotros y que seamos arraigados en Él”. Declaro en este momento,
que mis hijos, mi esposa/o y toda mi casa estamos arraigados y cimentados en ti, que el
fundamento de mis generaciones eres tú Señor. (Efesios 3:14-16).
“Renuncio a todo aquello que este arraigado en mí que no venga de ti, como el
humanismo o cualquier otro fundamento que no sea tuyo. Lo arranco de mi. Erradico
toda raíz incorrecta que desgaste mi hombre interior como argumentos mentales de
104
dolor, de traumas, de filosofías humanas, y profetizo que estoy fundamentado y
arraigado a Cristo y en su amor porque Él es nuestro fundamento”.
“Padre eterno, tú que eres capaz de hacer mucha más abundantemente de lo que
podemos pedir o entender. Oro para que comprender cuál es la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura del amor de Cristo; que junto a mi familia podamos ser llenos
y edificados de toda la plenitud de Cristo. A ti sea toda la gloria por todas las edades de
generación en generación”. (Efesios 3:18-21).
“Señor, oro para que cada día este unido en amor hasta alcanzar las riquezas y el
pleno conocimiento de Cristo en mí; para conocer el misterio de Dios el Padre y de
Cristo porque en ti están escondidos los tesoros de la sabiduría. Profetizo que andaré en
sabiduría, arraigado, confirmado en fe y sobreedificado en ti dando gracias siempre”.
(Colosenses 2:2-7).
“Te alabo y te adoro Padre porque en Cristo, tengo entrada por un mismo
Espíritu a ti. Hoy puedo adorarte y bendecir tu nombre. Eres el amor de mi vida”.
(Efesios 2:18).
“Te alabo Señor porque en Cristo tengo seguridad y confianza por medio de la fe.
Estoy seguro y por eso, hoy levanto tu nombre para darte toda la gloria y honra”. (Efesios
3:12).
105
“Te adoro Señor porque hoy me acerco confiadamente al trono de tu gracia.
Hoy puedo alcanzar misericordia y tu gracia cada día en Cristo, para el oportuno
socorro. Nuestra salvación viene de ti, tú eres el Dios de nuestra salvación”. (Hebreos
4:16).
“Te exalto y te alabo porque a través de la sangre de Cristo tengo libre acceso al
lugar santísimo”. (Hebreos 10:19).
“Te alabo y te adoro porque por amor a nosotros te hiciste pobre siendo rico para
que por medio de tu pobreza seamos enriquecidos”. (2 Corintios 8:9).
“Me alegro en ti Padre porque en Cristo, somos más que vencedores, nada nos
podrá separar de tu amor que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 8:37-38).
Salmos 9:1-2: “Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus
maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo”.
106
Oración: “Señor, con todo mi corazón te alabo. Me regocijo en ti. Me alegro y por
eso canto de todas tus maravillas, Dios altísimo”.
Salmos 18:1-3: “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío,
y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi
salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo
de mis enemigos”.
Oración: “Mi Rey, mi amado, tú oh Cristo eres mi roca, mi castillo, mi fortaleza.
Tú oh Dios eres mi libertador, tú Cristo eres mi escudo, fortaleza y mi salvación. En ti
estoy refugiado. Hoy invoco tu nombre porque eres digno de ser alabado por siempre
porque tú eres quien nos libera de nuestros enemigos y levantas nuestra cabeza”.
Oración: “Te pido Señor que me guardes y que este escondido en Cristo. Estoy
bajo la sombra de tus alas; estoy escondido en tu manto Señor”.
Oración: “Solo en ti puedo ser feliz Señor. En Cristo conozco la senda de la vida
porque tú eres el camino, la verdad y la vida. Tú eres la vida y la salvación. En tu
presencia soy dichoso. Tú eres quien me enseña a cómo vivir y la plenitud del gozo está
en ti”.
107
Salmos 21:13: “Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; cantaremos y
alabaremos tu poderío”.
Oración: “Señor, en ti estoy seguro porque tú eres quien adiestra mis manos para
la guerra y mis dedos para la batalla. Tú me vistes de poder y todo lo puedo en Cristo
que me fortalece. Afirmas mis pies y tu mano nos sustenta. Mis pies no resbalarán jamás
y tu benignidad nos ha engrandecido”.
Oración: “Cada cántico que levante será para alabarte y exaltar tu nombre, mi
corazón se goza en tu presencia, confiado estoy en ti porque eres mi escudo”.
Salmos 44:8: “En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre
alabaremos tu nombre”.
108
Oración: “Siempre te alabaré mi Rey porque nuestra gloria proviene de ti, viene
del triunfo de Cristo en la cruz. Hoy nos alegramos en ti y en todo tiempo alabaremos
tu nombre”.
Oración: “Tú eres grande y digno de ser exaltado grandemente en las ciudades
y los montes. Solo tú eres Dios fuerte y eterno”.
109
Salmos 56:4: “En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué
puede hacerme el hombre?”.
Salmos 57:9-11; Salmos.19:1: “Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré
de ti entre las naciones. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las
nubes tu verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu
gloria”.
110
Oración: “Mis cánticos estarán llenos de tu verdad, cantaré de tus
maravillas y de tus promesas. Te alabaré con guitarra, batería, pianos, trompetas,
y con todos los instrumentos porque tú eres el Dios de toda la creación”.
Salmos 84:1-2: “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela
mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al
Dios vivo”.
111
Salmos 99:3: “Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo”.
Oración: “Tu nombre es sobre todo nombre y es temible. Tú eres Dios de los
ejércitos grande y temible. Tus enemigos son esparcidos ante tu poder y ante tu
santidad. Hoy te alabamos y engrandecemos tu nombre para siempre.
Oración: Hoy te doy gracias por tu bondad y reconozco que tú eres Dios y que
tú me creaste. Me regocijo en tu presencia. Somos tu pueblo, somos tu cuerpo y tu
iglesia. Te alabo y bendigo tu nombre porque para siempre es tu misericordia y tú
verdad permanece en mis generaciones.
Salmos 102:18: “Se escribirá esto para la generación venidera; Y el pueblo que
está por nacer alabará a JAH”.
Oración: “mi generación te espera Señor. Los que están por nacer te alabarán y
glorificarán tu nombre para siempre”.
Salmos 103:1-5: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo
nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es
quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata
del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu
boca De modo que te rejuvenezcas como el águila”.
112
Oración: Hoy le doy una orden a mi alma y a mis emociones para que nunca
olviden tus beneficios, mi Señor. Tú has sido quien me ha colmado de favor y
misericordia, tú has sido quien ha perdonado todas mis iniquidades y me has
justificado, en Cristo. Tú eres el que sacia de bien mi vida y en ti soy rejuvenecido
como el águila. Te alabo y te exalto con toda mi alma, mente y corazón.
Salmos 109:30: “Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, Y en medio de
muchos le alabaré”.
Oración: Señor, hoy doy a ti frutos de labios que confiesen tu nombre. Te exaltaré
en medio de muchos y con mis labios te exaltaré para siempre.
Oración: “Te alabaré Señor con todo mi corazón porque tus obras son hermosas.
Has hecho memorable tu justicia, nadie las puede olvidar. Rey de misericordia, tu
justicia permanece para siempre”.
Salmos 119:62, Salmos 4:8: “A medianoche me levanto para alabarte por tus justos
juicios”.
Oración: “Declaro que no me levantaré a media noche por pesadillas, miedos,
temor o perturbación. Declaro que me levantaré a media noche para exaltarte, para
alabar tu hermoso nombre. Tú me enseñarás tus caminos, en paz me acostaré y así
mismo dormiré”.
113
Salmos 119:7: “Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos
juicios”.
Oración: “Levanto a ti mi alabanza en rectitud, Señor. Levantó a ti mis manos sin ira ni
contiendas. Quiero agradarte y entregarte lo mejor mí, Señor.
114
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