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Donghi, Surgimientocaudillos PDF
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1- Halperín analiza la nueva realidad revolucionaria que se extiende de 1810 a 1820, momento en
que se gestó un período de ascenso de caudillos.
La guerra es el elemento clave para entender la política de una revolución comunal y circuncidada
al área de Buenos Aires que debió “exportar” el ideal de independencia por medio de los métodos
bélicos. El segundo elemento son los acuerdos políticos con jefaturas locales en ascenso en el Interior
que representan determinados grupos de poder e intereses.
En lo económico, la consecuencia más importante es el derrumbe de las estructuras comerciales
con Alto Perú. Salta y Santiago del Estero debieron apostar a la producción ganadera. En el litoral ya
había una producción vacuna floreciente, pero se pueden detectar bajas en el período por el uso de los
animales para la guerra. La Rioja también hubo de vivir una situación similar, salvo al oeste donde
tenía una economía muy diversificada.
Sucedieron entonces los cambios políticos y sociales: la tradicional política de castas del Interior
tuvo que ceder al reclutamiento obligatorio y voluntario de hombres para las milicias urbanas y
rurales. Para permanecer en las haciendas, el peón debía tener en regla la papeleta o libreta de
conchabo (uno de los principales mecanismos de control social de la época), caso contrario era
reclutado. Los altos sectores terratenientes negociaron con el gobierno central, con la finalidad de
defender sus economías regionales ante sus competidores (ej: rivalidad entre Tucumán y Salta). En
Santiago del Estero el predominio terrateniente se decidía en una encarnizada lucha política en los
cabildos entre los diferentes productores y los comerciantes.
El surgimiento de caudillos o “señores de la guerra” era inevitable, puesto que eran la expresión de
intereses regionales varios tanto de las capas más altas de la sociedad como de las populares.
2- El autor comenta que el concepto de caudillo siempre tuvo una connotación unívoca limitada a
“todo aquel que en un ámbito local o regional aspira al poder mediante la violencia o al margen de la
ley”. Pero sostiene que el concepto es una realidad más compleja, y que por lo tanto la postura
unívoca resulta engañosa. Por eso prefiere no hablar de “régimen de caudillos” y sustituirlo por
“ascensión de caudillos”, es decir, cómo estos actores sociales surgen de realidades regionales
sumamente complejas en tiempos postrevolucionarios.
Los cuatro ejemplos que utiliza son: Güemes y Ramírez (para período 1810-1820); Ibarra y Quiroga
(después de 1820). Los dos primeros se dan en plena expansión revolucionaria en el ciclo de defensa de
las fronteras, los segundos en el marco del derrumbe del poder central.
Güemes asciende como caudillo mediante un movimiento popular, que debe defender de la presión
constante de los grupos terratenientes y comerciales salteños que no veían imposible una alianza con
las guarniciones realistas que venían de Perú con tal de limitar al caudillo. La actividad de Güemes
favoreció el control de las fronteras, así como devastó la economía regional que se utilizaba para la
empresa bélica. Ramírez logra representar a un bloque hegemónico de propietarios entrerrianos, así
como limitar y mantener controlada a las masas populares. Por lo cual se dedica a entablar alianzas con
la derrotada Buenos Aires de 1820, en un intercambio de cabezas de ganado y tecnología por la
cuantiosa fuerza militar entrerriana.
Ibarra, en Santiago de Estero, también forma un grupo hegemónico de propietarios y productores
que le permite entablar una lucha política de dominio de la región frente al grupo de comerciantes. Por
último Quiroga, construye una importante milicia con el apoyo de los productores riojanos, con la cual
apoyará a Buenos Aires, y a la vez, buscará alianzas con otros caudillos regionales en un intento de
cooperativismo del Interior que nunca gustó a Buenos Aires.
3- La valoración crítica que hace el autor esta basada en que si bien los 4 ejemplos presentan
diferencias notables, se pueden encontrar rasgos comunes que permiten ampliar y entender un poco
más el complejo concepto de caudillo. Esos rasgos son: la fragmentación política, la regionalización,
la militarización, la democratización y la gran propiedad.
Los dos primeros hacen referencia a una realidad económica y política postrevolucionaria: la
competencia entre regiones por la variedad de producción frente a la pérdida de Alto Perú y los
cambios institucionales propios de la expansión de la revolución de Buenos Aires: El cabildo y la
Iglesia son limitados y reemplazados por jefaturas locales que fragmentan la realidad política mediante