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Guia 6 parte individual

Daniel Andrés Alegre


Luego de la lectura de mi diario de itinerancia puedo señalar con toda claridad un momento
decisivo en la cursada en el que mi disposición frente al contenido conceptual de la materia
y el caso de análisis cobraron significatividad. Al inicio de las lecturas pude notar en mí
ciertas resistencias al análisis institucional debido a la base psicoanalítica. Al reflexionar
sobre las entradas de mi diario pude identificar una desconfianza hacia esa disciplina
debido a perspectivas teóricas, a las que adhiero, que la conciben como un agente
normalizador que se asienta en ciertos supuestos teórico-metodológicos que deposita toda
posible fuente de conflictos en la subjetividad de los individuos y tiene el efecto de
invisibilizar otras dimensiones de la realidad. No obstante, como sostiene Fernández (1998)
“la asepsia afectiva es una ilusión, una aspiración engañosa que ve en el compromiso
emocional una amenaza contra la percepción de la verdad” (p. 33), entendí que esa
desconfianza no era impedimento para abordar el análisis según una perspectiva
psicoanalítica, sino por el contrario, una oportunidad de utilizar esa implicación afectiva
como un instrumento valioso.
En este sentido, al encarar las distintas dimensiones de análisis del caso puede desde el
primer momento identificar mi implicación psicoafectiva, ya que el caso resonaba en mí a
nivel personal en tanto que yo mismo fui un interno en una institución de similares
características y la narrativa de la película me invitaba a identificarme con la perspectiva de
los internos. Según Barbier (p. 2) la implicación psicoafectiva es el involucramiento de la
economía libidinal del analista en el proceso analítico, en el cual sus propios temores,
deseos, angustias, juegan un rol importante. Por otra parte también me impliqué histórico-
existencialmente con el caso en tanto que al formarme como docente las prácticas
pedagógicas presentes en él se oponen a mi proyecto de futura praxis profesional.
Ahora bien, ambos autores sostienen que la explicitación y análisis de la implicación del
investigador/analista es un recurso valioso para enriquecer el conocimiento de la realidad,
no sólo para hacer visible las dimensiones subjetivas sino también para estar prevenido de
que aquella es siempre más compleja de lo que se nos ofrece a primera vista y de que existe
una multiplicidad de significaciones dependiendo de las perspectivas que se adopten. Es así
que los textos teóricos me ayudaron a ver en el caso distintas perspectivas desde la que se
lo podía analizar. Más allá de la primera identificación con los internos, fui capaz de
objetivizar el hecho de que los conflictos no eran una mera respuesta a una injusticia, sino
síntomas de un estado de situación originado en factores objetivos institucionales y
organizacionales. De este modo comprendí que una realidad que suscitaba en mí un
sentimiento de angustia e impotencia, podía ser clarificada y analizada como un problema a
ser resuelto mediante ciertos cambios materiales.
Pude superar la resistencia que me generaba el contenido de la materia gracias a la puesta
en valor de la implicación y a considerarla como un elemento con la potencialidad de
enriquecer el análisis de una situación. Desde entonces, mi relación con la materia cambió y
fui capaz de ver la potencialidad de esta disciplina para la reflexión del accionar propio y
cómo este afecta y se ve afectado en la vida cotidiana de las instituciones.

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