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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS

ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN DEEMPRESAS

CONFLICTO SOCIAL TIA MARIA Y POSIBLES SOLUCIONES

A inicios del mes de Julio pasado, el estado peruano resolvió otorgar a


Southern Perú Copper Corporation la respectiva licencia de construcción de
la planta de beneficio del proyecto Tía María. Este hecho, que pronosticaba
una inyección de inversión muy importante de capital para el estado
peruano y sus fines sociales, desencadenó nuevas protestas enérgicas en
la Provincia de Islay. Cabe resaltar, que estos desencuentros tienen larga
data y se remontan a inicios del año 2009, recrudeciendo entre los años
2010 y 2011. Por este motivo, el proyecto minero Tía María, fue paralizado
por primera vez el año 2011 y por segunda vez el año 2015, luego de
férreas protestas durante los años previos. Las divergencias entre las
distintas partes en conflicto en la actualidad parecen ser irreconciliables,
siendo que a la fecha no encuentra puntos en coincidencia. Por un lado,
podemos advertir el interés legítimo y válido de Southern Perú de llevar
adelante la construcción de su planta de beneficio al haber transitado por
un riguroso proceso para lograr la licencia de construcción; mientras que de
otro lado, están los derechos de los pobladores de Islay de resguardar su
derecho de acceso al agua, a desarrollar el agro y gozar de un medio
ambiente sin contaminación.

Claro está, que no toda oposición a un proyecto minero como el de


Tía maría contiene fundamentos subjetivos, sino que puede deberse
también a cierto grado de desconfianza en la empresa minera, así como a
la desinformación de los pobladores. Obviamente, quienes se oponen a Tía
María, señalan que esta operación producirá daños irreparables en la tierra
de uso agrícola en el valle del Tambo y también se afectará el agua.
Incluso, muchos de los opositores del proyecto, han venido afirmando
maliciosamente que Southern Perú no cuenta con Licencia Social, cuando
saben con certeza y claridad que la mentada Licencia Social no es una
figura consagrada en ley minera alguna, pero sí las certificaciones
ambientales respetadas por la empresa minera. Visto el panorama actual,
parece que el presente escenario no es nada alentador, ya que desde el
quince 15 de Julio pasado, facciones de pobladores del valle de Tambo y
del distrito de Cocachacra vienen acatando un paro en señal de protesta al
permiso de construcción del proyecto otorgado a Southern Perú, el mismo
que se ha extendido a todo el departamento de Arequipa.

En así que el presidente de la República, Martín Vizcarra, enfatizó que


no se ejecutará la construcción de Tía María, hasta no esclarecer todas las
dudas que hay al respecto. Como se puede advertir que cada vez que la
minera trató de acceder a la autorización de construcción de su proyecto
minero, se enfrentó a una tenaz oposición de la población de Islay. Este
hecho, en sí mismo, genera grandes dudas sobre la objetividad de los
reparos de los pobladores de Islay. Por este motivo, y siendo un tema
álgido que debe de evaluarse desde la posición de las distintas partes en
conflicto, consideramos importante analizar este escenario. En virtud de
ello, por medio del presente trabajo analizaremos brevemente las posibles
soluciones a este problema.

Posibles soluciones al conflicto

 Sería importante para administrar de manera más eficiente este u


otros conflictos mineros, el contemplar en un futuro conceder
participación a los pobladores de la zonas afectas a los proyectos
mineros poder participar como accionistas limitados a sus derechos
comunitarios y de propiedad sobre el área superficial; sin intervenir
en la gestión del negocio.

 También se les podría conceder a los pobladores afectos a los


proyectos mineros la propiedad del subsuelo como EEUU para así
negociar con más agilidad, incentivos y condiciones más ventajosas
con la empresa minera interesada en el proyecto. Además de
capitalizar al pequeño minero legalizando su legítimo derecho de
propiedad sobre la superficie para conectarlo con la globalización.

 Southern Perú tendría que comprometer a otras concesiones hacia


el proyecto para hacerlo aún más atractivo para los pobladores,
como ya lo realizó en otros casos, como lo es el establecimiento de
fideicomisos, habilitación de fondo de contingencias, fondos de
ayuda social, adelanto de ejecución de obras por impuestos
(proponiendo la construcción de represas importantes en el eje sur

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peruano junto a otros operadores mineros), entre otros aportes
solidarios.

 Viendo la situación en un escenario más crítico se podría plantear la


alternativa de asociarse con un segundo operador minero que
respalde el proyecto para operar conjuntamente el mismo y
finalmente vender un porcentaje significativo de participación en el
mismo cediendo la gestión del negocio y manteniendo el capital,
entre otras medidas. Todo dependerá de la voluntad real de la
minera, el estado y el pueblo involucrado en la controversia.

Conclusión

Lo más importante, es arribar a un consenso que haga viable este y


otros proyectos mineros. Lógicamente, la relación tirante o conflictiva
que puede presentarse entre las comunidades aledañas a los
proyectos mineros y los empresarios del sector minero, no es
siempre por responsabilidad de la gestión del proyecto por parte de
la compañía minera, sino que puede obedecer a problemas con
trasfondo político más complejos. Toda reforma destinada a
gestionar mejor los conflictos mineros será bienvenida siempre y
cuando mantenga un equilibrio entre el legítimo derecho de explotar
recursos naturales del sector privado y los derechos socio-
ambientales y al desarrollo de las comunidades en conflicto.

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