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PROBLEMAS
CONCEPTUALES11

en el análisis del
COMPOR
Biblioteca: Conceptos y tópicos en teoría de ¡a
TAMIENTO
conducta, bajo la dirección de
EMILIO RIBES IÑESTA
HUMANO
Emilio Ribes.lñesta

EDITORIAL
TRILLAS [v]
Catalogación en la fuente

Ribes Mesia. Einifi,)


Problemas con,.epiléales en el análi.w, , piel
comportanuentr) humano. -- -11(Jvico : Trillas, 1990.
151 p. : d. , 21 tin. -- (Biblioteca Conceptos
y tópicos en leona de la conducia)
Incluye e Índices
ISBN 968-24-3901-11
I. ¡PsicolQqia). 2. Conducta humanc.
3. Conceptualismo. 1. t. 11.- Ser.

LC- SF199'R_ 5 .6 D- 150.1943'R625p

. %i
111 Prefacio
FACUITAO OE
< PSICOLOGIA
in
u_; Biblioteca Esta obra contiene un conjunto de ensayos relativos al estado
Especializad de la teoría del comportamiento humano y sus aplicaciones a pro-
a blemas concretos de la vida social, como la salud y la educació n.
Las preocupaciones conceptuales en ellos vertidas forman parte
de un mismo hilo conductor que los articula con dos volúmenes
recién publicados.' En ellos se plantea un examen cuidadoso de
los fundamentos históricos y epistemológicos de la psicolo -
gía contemporánea, las limitaciones paradigmáticas de su arma
zón conceptual, y los problemas que surgen de su aplicación
social y la posibilidad de una tecnología del comportamiento.
Con la aparición del conductismo como una filosofía es
La presentación Y disposición en conjunto de pecial, la psicología constituye desde principios de este siglo un
PROBLEMAS CONCEPTUALES EN EL AVAISIS proyecto de ciencia con objeto de conocimiento específico, pro -
DEL COJIPORTAMIENTO HUMANO
son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra
pio, pero impregnado todavía con la herencia de una tradición
puede ser reproducida o irasiniuda. inediante ningún sistema dualista, mentalista, que se expresa en forma a veces sutil, a veces
o método, electrónico o mecánico (inclu " vendo el finocopiado, manifiesta, en sus conceptos, en las estrategias metodoló gicas, en la
la grabación o cualquier sistema de recuperación i- alinacenamiento formulación de los problemas a estudiar, en el divorcio entre el
de infórinación), sin consentunienlo por escrito del editor. estudio de los procesos básicos v las aplicaciones sociales concretas
Derechos reservados de la disciplina. En la medida en que la psicología, como post ble
© 1990, Editorial Trillas, S. -1. ¿le C. V., ciencia general del comportamiento, no reflexione crítica merite
Av. Río Cliza—libusco 385, Col. Pedro Vlartá,Anai-a, acerca de la evolución histórica y las limitaciones de sus
C. P. 03340, México, D. F.
conceptos, la acumulación de hallazgos experimentales y el uch naTni~
Miembro de la CámaraNacional de la en sus p roc ed i mie n tos empíricos, no serán suficiente mente
Industria Editorial. Reg. núm. 158 significativos para su consolidación como disciplina cien tífica.
En esta obra se plantean y se tratan de esclarecer algunos de los
problemas de mayor importancia en la construcción de una
Primera edición, febrero 1990
ISBN 968-24-3091-7 1
Emilio Ribes. El conductisolo: reflexiones criticas, Fontanella, Bal ceb ma,
1982; \ Emilio Ribes Francisco López. Teoría de la conducta: uu análisis de tutti
N-

Impreso en México h o v paraitico ic o, Trillas, Mexico, 1985.

Printed in 11(wico
6 PREFAC IO

teoría de la conducta, v la forma en que el conocimiento científi -


co así articulado puede aplicarse para transformar las prá cticas
humanas en la sociedad. Esta contribución se realiza desde una
posición crítica, pero desde el interior del conductismo. No cues -
tionamos la legitimidad de una ciencia como ciencia del compor -
tamiento, ni del conductismo como filosofía especial de la ciencia
psicológica. Precisamente, en la medida en que consideramos
que el conductismo representa-la forma histórica en que la-psico-
logía adquiere especificidad como modo de conocimiento cientí-
fico, reconocemos la necesidad de revisar de manera sistemá tica
su estructura conceptual para despojarla de todo remanente dua -
lista mantenido por la pervivencia de tesis conductistas metodo - indice de contenido
lógicas.
Esta labor teórica se vuelve esencial para analizar el compor -
tamiento humano y las aplicaciones sociales del conoc imiento
científico de la psicología. Es en las concepciones sobre el com-
portamiento humano en donde se manifiestan de modo más vigo - Prefacio 5
roso las contradicciones en el análisis objetivo de los fenómenos,
así como las influencias mentalistas, o bien, las preven ciones Cap. 1. ¿Es suficiente el condicionamiento operante para ana-
reduccionistas. Los ensayos de este libro tratan con problemas lizar la conducta humana? 11
relativos a la pervivencia de supuestos dualistas en el paradigma
El condicionamiento operante: ¿un paradigma oculto?, 12.
del reflejo, a la naturaleza estrictamente humana de los procesos
Limitaciones en el análisis del comportamiento humano,
lingüísticos y su dimensión conductual, la crí tica de la postula- 21. Comentarios finales, 25. Referencias, 26.
ción de eventos privados como un mundo psicológico interno, la
formulación de la inteligencia como quehacer lingüístico ajeno a Cap. 2. La conducta humana como conducta operante: ¿un
un proceso de dos etapas, la formulación del problema de la per - problema empírico o conceptual? 27
sonalidad como resultado de estilos interactivos, la conceptuali-
zación de la práctica clínica como una valoración ideológica y El paradigma del'reflejo y la concepción operante, 31. La
alternativa basada en el análisis contingencial, y el análisis de las conducta humana: ¿sólo conducta operante?, 38. Referen-
características y la factibilidad de una tecnología de la educación cias, 44.
basada parcialmente en la ciencia psicológica.
El propósito de este libro es señalar problemas, develar con- Cap. 3. Los eventos privados: ¿un problema para la teoría de la
47
tradicciones y aportar ideas para reconceptualizar algunos de los conducta?
tópicos fundamentales relativos al estudio del comportamiento
Objetividad-subjetividad, 48. Interno-externo, 49. Público-
humano. Si logramos mostrar que esta tarea es posible desde una privado, 51. Implícito-manifiesto, 53. El análisis de Skin-
perspectiva conductista crítica y despertar el interés y las volunta - ner de los eventos privados, 55. Una alternativa concep-
des de otros estudios, esta obra habrá cumplido su propósito. tual, 58. Referencias, 66.
EMILIO RIBES IÑESTA Cap. 4. Reflexiones sobre el concepto de inteligencia y su des-
arrollo 69

La definición de inteligencia, 69. Referencias, 78.


Cap. S. El problema de las diferencias individuales: un análisis
conceptual de la personalidad 79

Diferencias y consistencias individuales, 81. Personalidad y


categorías disposicionales, 84. Una aproximación a la
8 ÍNDICE DE CONTENIDO

1
identü~c~.cTCn ce
terac-,ivus, 89. :-'Igunas implica-
cst i:Os:r
'
ciones prácticas del análisis experimental de la personali -
dad, 96. Referencias, 98.

Cap. 6. Reflexiones sobre una caracterización profesional de


las aplicaciones clínicas del análisis conductual 101
Clínica vpsicolog.'a, 101. Las aplicaciones clínicas del aná
Tisis conductual, 103. Análisis conductual aplicado al cam-
bio individual: ¿qIté y cómo?, 106. Referencias, 111.
Cap. 7. El análisis contingencial: una alternativa a las aproxi -
maciones terapéuticas del comportamiento 113

La naturaleza del r, roblema clínico: su diagnóstico, 115. La


intervención clínica, 117. El análisis contingencial, 118.
Conclusiones, 127. Referencias, 127. Apéndice, 128. Epígrafes a manera de ilustración... y de advertencia
Cap. 8. Consideraciones en torno a la tecnología educativa y "COMIENZO AhORA A dEMOSTRAR cómo DESCARTES y NEWTON CAYERON VÍCTIMAS dE SUS
sus aplicaciones 133 METÁFORAS, PORQUE PRESENTARON [os hEchos dE UNA CIASE COMO Si PERTENECIERAN A OTRA,
PERO SIN TENER CONCIENCIA dE Ello. REALIZARON UNA CRUZA di ESPECIES, PERO COMO
Índice analítico 147 1 NO SAbíAN 10 QUE ESTABAN hACiENdo, CONíUNdiERON SUS PR OPIAS CtASifiCACiONEs dE tos
hECkOS CON [os hEchos mismos. NEWTON (...1 11EChiZAdo POR SU PROPIA METÁFORA, TOMO
[A MÁSCARA P OR El ROSTRO Y, EN CONSECUENCIA, tEqó A IA pOSTERidAd Atq0 MÁS QUE UNA
CONCEPCióN dEl MUNdo. LE tEqó UN MUNdo"

E l mi ro dE IA mE TÁ fonA
C. M. TuRBAYNE

El inició
lo
"LA LUZ, A SU VEZ, ES E[ ACTO dE TRANSPARENTE EN TANTO TRANSPARENTE. POR El
CONTRARIO, EN IOS CUERPOS TRANSPARENTES EN POTENCIA SE dA IA OSCURidAd..."

ACERCA dEl AIMA


ARISfo[11ES

LA WORMACiÓN
"Dios NOS TIA dado UNA LUZ NATURAL PARA diSTiNC I UiR lo vERdAdERo dE [0 FALSO (...) TAN
CIERTO ES LA EXISTENCIA dEl SER PERFECTO COMO UNA dEMOSTRACióN GEOMETRICA Y AUN 15
MÁS EVidENTE [A PRIMERA QUE IA SEGUNdA"

El discvRso dEIwírodo
R. DESCARTES
LA CONSOlidACióN
"Si UN CONTENido psíQUiCO ENTRA EN El PUNTO VISUAL dE [A CONCIENCIA, A 105 pll()(
SENTIMENTALES HASTA AHORA dESCRITOS VIENEN A AGREGARSE OTROS ESPECIALES, 105 CUAIIS
puEOJEN PRESENTARSE EN FORMAS muy diVERSAS SEGUN [AS CONdicioNEs EN QUE AQUEL
CONTENidO ENTRA EN E[ PUNTO VISUAL INTERNO"
CompE,,vdio dE psicología
W. WI\DI
¿Es suficiente
el condicionamiento
operante para analizar
la conducta humana?'

Los principios del condicionamiento operante se han conver -


tido en el conjunto de conceptos con mayor influencia en la teo -
ría de la conducta. Su aplicación no sólo ha trascendido los res -
tringidos límites de los fenómenos particulares de la conducta
animal, sino también, como fundamento de un ambicioso progra -
ma teórico, se ha supuesto que estos principios son pertinentes
para la explicación de la conducta humana. Son muy conocidas
en este respecto las obras de Skinner Science and Hianan Beha-
vior (1953) v Verbal Behavior (1957), como pasos hacia una des-
cripción sistemática y comprensiva de la conducta como un tópi -
co general. La irrupción de las técnicas de modificación de
conducta y análisis conductual aplicado es testimonio de la con -
fianza en la posibilidad de construir una teoría de la conducta sus-
tentada en un conjunto de principios básicos, bajo la suposición
de que constitu y en una derivación lógica empírica de los princi -
pios identificados en el laboratorio de conducta animal.
Sin embargo, tal afirmación no sólo debe fundamentarse en
el apoyo empírico que deviene del éxito al extender los princi -
pios básicos al comportamiento humano, tanto en el nivel expe-
1
Publicado en la Revista mexicana de análisis de la conducta, vol. 9, núm. 2,
1983, págs. 117-130.
12 CAP- 1. CONDICIONAMIENTO OPERANTE ,UN PARADIGMA OCULTO? 3
1
Mecerbi 1 1 la Razón en el proceso de conoc í -
e c e i ¡ a p r i m a c í a d e E s p í r i t u v miento. El paradigma de
1-imer,(a: -orno n (-1.¿tp! ¡cado, sino también en el análisis de s_j conocimiento científico genuino sería,
adecuación teorica para tratar con las propiedades reales de la de este modo, una representación de la realidad en la cual no se
conducta humana y las situaciones sociales que comprenden requieren elementos materiales o sensibles, es decir, consistiría
interacciones humanas concretas. solamente en conceptos basados en las formas puras: la g eome-
Nuestro , propósito es examinar algunas de las características tría. Por otra parte, la ciencia no podía renunciar a tratar con el
de la estructura de estos principios, los cuales no parecen satis - mundo extensivo y sensible con la realidad material y, por consi-
facer las condiciones necesarias para considerarlos - como el fun- guiente, tenía que establecerse un límite entre el—conoc ¡miento
damento de una teoría g eneral de la conducta y, muy especial - de lo extensivo v lo no extensivo. De esta manera, la ciencia se
mente, de una teoría de la conducta humana. dedicó al estudio del mundo extensivo, intentando prescindir de
sus elementos contin=entes a través de la descripción geométrica
de su ser. La única ciencia de esa época era la física y, con mayor
EL CONDICIONAMIENTO OPERANTE: precisión, ¡a mecánica. Todas las propiedades extensivas del
¿UN PARADIGMA OCULTO? mundo fueron el objeto de estudio de la mecánica, con la inclu -
sión de la conducta de los animales y los - aspectos animales de los
Sin entrar en el examen de la naturaleza de un paradigma seres humanos: el comportamiento no racional. La metafísica fue
científico, v el estatut6 de - ta psicología contemporánea en este la otra disciplina que tomó la responsabilidad de explicar los
particular, señalaremos que las contribuciones teóricas en la aspectos no extensivos del mundo y, puesto que éstos eran accesi-
actividad científica se basan siempre en un paradigma aceptado bles sólo mediante el razonamiento y la autoobservación "no ópti -
como la representación 'conceptual del objeto de estudio bajo ca", la psicología se convirtió en la forma concreta adoptada por
investigación (Kuhn, 1963). No obstante, esta representación la metafísica en su propósito de construir un sistema conceptual
conceptual no es necesariamente explícita en el lenguaje de paracientífico.
datos v las cate g orías de una aproximación teórica determinada, Ryle (194 9), en su ob ra T h e C o n c e p t o f M i n d , describ e d e
aun cuando sus límites conceptuales y empíricos estén prescri- manera muy aguda esta concepción. De acuerdo con Descartes:
tos, en cierto sentido, por los supuestos paradi g máticos acerca
de ellos. Esto también ha ocurrido en el caso particular del con - ... las mentes son cosas, pero cosas de clase diferente a la de los cuer-
d i c i o n a m i e n t o C o m o o b s e r v a S h i m p ( 1 9 8 2 ) a l r e f e r i r se pos; los procesos mentales son causas y efectos, pero éstos son dife-
a Skinner: rentes de los movimientos corporales. Los que repudian los meca-
...de hecho él tenía un conocimiento tácito de una teoría del siglo nismos presentaron a las mentes como centros extra de los procesos
v
\Ix, este conocimiento tácito se entreveró ocultándose en sus pro- causales, más bien como máquinas, pero también considerablemente
experimentales. En virtud del hecho de que no estaba, y distinta-- a ellas. Su teoría era una hipótesis paramecánica... El trabajo
no esta consciente de su propio conocimiento, de que no está cons - de las mentes tenía que ser descrito como los meros negativos de
ciente de su compromiso teórico, la teoría continúa escondida hasta las descripciones específicas dadas a los cuerpos; no están en el
este día en los métodos de muchos investigadores de laboratorio y espacio, no son movimiento, no son modificaciones de la materia,
no son accesibles a la observación pública. Las mentes no son peda-
aplicados. Dedicados al análisis de la conducta. zos de maquinaria, sólo son pedazos de no maquinaria. El problema
Examinaré ¡a naturaleza del paradigma oculto en la teoría del no era de la mecánica v asumió (Descartes) que debía ser, por lo tan-
condicionamienio operante, y la manera en que esta representa - to, un problema de alguna contraparte de la mecánica. No es extraño
ción conceptual tácit a ha influido v limitado seriamente una que la psicología haya sido propuesta para este papel ( ... ) El dogma
explicación comprensiva de la conducta humana. del fantasma en la máquina (...)sostiene que misten cuerpos y men-
tes, que ocurren procesos físicos v procesos mentales, que hay cau-
La psicolo g ía contemporánea, como sucedió con otras cien - sas mecánicas de movimientos corporales y causas mentales de
cias, como la biología, se fundó, en algunos aspectos, en una con - movimientos corporales (págs. 19-22).
cepción cartesiana del mundo. La ciencia carte siana es una
empresa contradictoria. Por una parte, las doctrinas agustiniana y La dicotomía sustancialista del mundo concebida por Descar -
tomista acerca de la naturaleza divina en última instancia del tes, tuvo gran influencia en la ciencia moderna. Cualquier estudio
conocimiento, y su sustentación necesaria en la revelación y la objetivo de los cuerpos materiales y la materia –entre ellos los
elaboración racional de la experiencia sensible, obligaron a esta- organismos vivos– tenía que basarse en una concepción mecani-
14 CAP. 1. CONDICIONAMIENTO OPERANTE ¿UN PARADIGMA OCULTO? 15

cisca de su ser, con su respectiva regla determinista de explica- que el paradigma del reflejo, como esquema conceptual, no fue
ción. La ciencia podía elegir entre dos opciones: estudiar la deter- concebido originalmente para el estudio de la conducta. Es un
minación mecanicista de los cuerpos materiales y su interacción paradigma de tercera mano, puesto que, al haber sido formulado
paramecánica con una sustancia no material (la mente, la ener- originalmente en el contexto de la mecánica, fue prestado a la
gía, lo vital, etc.) o reducir en última instancia a la mente a una biología y transferido posteriormente a la psicología. Así, la teoría
actividad particular de los cuerpos materiales. Sin embargo, lo psicológica, dentro de la tradición del reflejo, se ha desarrollado a
irrenunciable era el mecanicismo de la ciencia; la mecáñica se partir de las premisas conceptuales próximas a un objeto de estu-
había convertido en-la filosofía oficial de la ciencia, el paráldigmá dio diferente.
omnipresente en cualquier descripción de la realidad. i Hay tres características generales de la teoría del condiciona-
La psicología objetiva no escapó a este designio. A finales del miento operante, compartidas de muchas maneras con otros
siglo xix y principios del xx, las investigaciones de Sechenov enfoques conceptuales que se remontan a la tradición mecanicista
(1978) y Bekhterew (1913), basadas en el reflejo, emergieron del reflejo, y son: la definición materialista del objeto de estudio de
como intentos formales para desarroliar una psicología sistemá- la psicología, la explicación como una relación funcional de tipo
tica. Se trató a todos los procesos, incluyendo a la imaginación y causa-efecto, y el asocin~ionismo como un marco lógico -de
el pensamiento como casos especiales de reflejos voluntarios las relaciones empíricas.
sobre la base de mecanismos neurales tales como la inhibición y Las concepciones inec 1 anicistas siempre han identificado a la
la huella del estímulo. Y aun cuando, como señala Skinner materia, como una categoría general para describir la realidad, con
(1930), el concepto particular de estímulo propuesto por Des- la categoría física de materia. La materia física, así concebida, se
cartes en la forma de un impulso externo que provoca los movi- enmarca en la tradición de la física cartesiana, en la cual se
mientos de la máquina biológica, no ejerció una influencia explí- considera que la materia es un cuerpo o una sustancia dentro o
cita en las formulaciones del concepto del reflejo en la historia entre los cuerpos. Una entidad espiritual, a diferencia de una sus-
de la neurofisiología, el paradigma mismo del cuerpo u organis-- tancia corpórea, no tiene lugar alguno. Las interacciones, distintas
mo como una máquina movida por otro cuerpo o sustancia –la a los cuerpos o sustancias en interacción, se reducen siempre a un
mente–, se convirtió en la matriz conceptual de la ciencia biológica movimiento corporal o a una sustancia fisicalista inferida. En
y la psicología. consecuencia, las definiciones mateVialistas de un objeto de estudio
Los elementos para el análisis de la conducta corporal en tér- para la psicología siempre ' han achacado los movimientos o la
minos mecanicistas pueden encontrarse en los escritos generales acción cerebral. Las definiciones mismas de Skinner, aun cuando
de Descartes El discurso del método, Las meditaciones metafísicas y señalan los rasgos particulares que tienen que satisfacer los movi-
Los principios de filosofía. Según Descartes, los movimientos mientos de la conducta, se han basado en el supuesto de que los
son siempre producidos por fuerzas, que son otros movimien- movimientos son una condición necesaria. Debido a esto, las con-
tos del interior del cuerpo, exteriores a él, o bien por la interac- cepciones conductistas del comportamiento —y excluimos de
ción del alma en el cuereó. Cualquier explicación objetivista de la ellas a la formulación interconductual de Kantor– constituyen
naturaleza biológica o conductual del organismo tenía que des- definiciones organocéntricas.
cartar derivaciones vitalistas o mentalistas de la interacción del Descartes, en su obra Principios de la filosofía, enuncia la cau-
alma con el cuerpo. Las descripciones tuvieron que efectuarse salidad en los cuerpos físicos en términos de los movimientos de
con base en principios mecanicistas y, para la biología y la psico- los cuerpos que hacen contacto el uno con el otro—. Las cosas per-
logía, el reflejo consistió en la relación mecánica de un impulso o manecen en la naturaleza en el mismo estado hasta que algo las
fuerza externa –el estímulo– y el movimiento del cuerpo –la cambia. Esto es, la mayoría de los cuerpos –excepto en el hom-
reacción–, de acuerdo con las características preconstruidas del bre– todo movimiento es producido por el movimiento de otro,
cuerpo como una máquina. cuerpo (sólido o fluido). En el hombre, el alma puede producir
¿Cuáles son los supuestos del reflejo como un paradigma? movimientos corporales. Los movimientos, como cambios de un
Trataré de mostrar que, aun en aquellos casos en los que se repudia estado del cuerpo, siempre deben tener una causa: el movimiento de
como doctrina oficial al dualismo, la adopción del paradigma del otra sustancia. Así, los movimientos de los cuerpos son causa de
reflejo –independientemente de que se utilice o no esta palabra– los movimientos de otros cuerpos o sustancias. La causalidad se
introduce en las descripciones teóricas los supuestos dualistas del interpreta, en la formulación mecanicista, a partir de la conti-
dogma cartesiano y, por consiguiente, una conceptualización güidad de las acciones de los cuerpos. La acción antecedente de un
reduccionista del comportamiento. Esto se debe al hecho de cuerpo se convierte en la causa de un segundo movimiento
16 CAP. 1. CONDICIONAMIENTO OPER ANTE ¿UN PARADIGMA OCULTO? 17
co rp o ral co nt i g uo e n t ie mp o y La s re lac io ne s c au sa le s - , e categoría descriptiva, Skinner pensó que este era para
describen, en este marco de referencia, como acciones lineales v dar cuenta de las variaciones de la conducta y expresó que:
unidireccionales de un cuerpo sobre otro. La proximidad mediata
o inmediata a través de la sucesión de contactos corporales seme - ...el estudio del reflejo conduce a la formulación de dos clases de
jantes en tiempo y lugar, es necesaria para explicar cualquier leves. La primera son las leyes que describen correlaciones del es -
movimiento como causado por la acción de otro cuerpo. El prin - tímulo y la respuesta... En segundo lugar, hay leyes que describen
cipio de causalidad de Hume es la culminación subjetivista de la cambios en cualquier aspecto de estas relaciones primarias como
tradición dualista. En la teoría operante üctual, la búsqueda de funciones de terceras variables... Es difícil descubrir cualquier
relaciones funcionales entre una variable independiente v una aspecto de la conducta de los organismos que no pueda -ser descrito
dependiente, es sólo una sustitución operacional del esquema con una ley de cualquiera de estas formas. Jesde el punto de vista del
causal heredado de la mecánica. método científico, cuando menos, la descripción de la conducta es
El asociacionismo es un compañero necesario del principi o cubierta de manera adecuada por el principio del reflejo (1931, págs. 456-
de causa-efecto. Hume mismo, en el libro Sobre el entendimiento 457).
de su obra Tratado de la naturaleza huinana, destaca la causalidad Si bien posteriormente, en The Behavior of Organisms, Skin-
a partir de dos reglas básicas: la contigü idad en tiempo y espacio, y ner aceptó que los reflejos, en el sentido de la conducta respon-
la conexión entre la causa y el efecto (sección XV). Ahora bien, diente, eran sólo una parte de la conducta, siguió empleando el
dado que la necesidad de la conexión no reside en los obje tos término para referirse a la conducta operante como una clase
sino en la reflexión sobre nuestras impresiones de los objetos, la diferente de reflejos. Sin embargo, el abandono final del concepto
necesidad sólo existe en el espíritu. La causalidad existe en la particular del reflejo no cambió las premisas conductuales gene-
mente en el grado en que las ideas acerca de los objetos se aso-
cian. La asociación es el mecanismo mental que permite dotar de
rales con las que se le formuló como unidad de la conducta:
conexiones causales a los objetivos en el mundo moderno. Sin la
asociación de ideas no podría considerarse relación alguna de La esencia de la descripción de la conducta debe ser la deter-
causa-efecto entre los objetos, que son cuerpos materiales. Sin minación de leyes funcionales que describan la relación entre las
lugar a dudas, los mecanismos asociativos han desempeñado un fuerzas que actúan sobre, y el movimiento de, un sistema determi-
nado. El reflejo, por definición, es el instrumento preciso para
papel importante en la teoría de la conducta, ya se trate de un esta descripción (1931, pág. 458).
principio parecido al de Hume, que sirve para explicar cómo los
organismos establecen internamente relaciones entr e los eventos 2. La dimensión puntual de las respuestas y los estímulos está
de estímulo y su conducta, Ó del principio singular, que define las estrechamente vinculada con la naturaleza discontinua del reflejo
condiciones necesarias para que los eventos sean funcionales. A considerado como unidad de la conducta. El reflejo, como una
este respecto, es iluminador revisar el concepto de contingencia relación "todo o nada", prescribió la correlación de eventos ató-
de Skinner (Riges, 1982). micos. Como afirma Skinner:
En adición a los rasgos generales de la influencia de la física
mecanicista en el paradigma subyacente al condicionamiento ...en lu descripción de la conducta se supone, por costumbre, que
operante, podemos identificar las siguientes contribuciones espe - tanto la conducta como el entorno pueden ser descompuestos en
cíficas por parte de la concepción biológica del reflejo: partes, a las cuales se puede hacer referencia por nombre, y que estas
partes retienen su identidad›de un experimento a otro ( ... ) Así, un
1. El reflejo como unidad de conducta se convirtió en una estímulo o una respuesta es un evento, es decir, no una propiedad, y
por consiguiente, debemos recurrir a una definición basada en el
relación discreta, es decir, no continua entre el estímulo y la res - principio de clases. (1935, págs. 4"2.)
puesta. Ln característica "todo o nada" del concepto de reflejo,
derivada posiblemente de la distinción movimiento -reposo en la Schoenfeld (1976) ha observado que el principio de la repro-
mecánica cartesiana, fue también adoptada como una propie - ductibilidad de los eventos en el conocimiento científico, obligó a
dad definitoria del reflejo como unidad de la conducta; de esta Skinner a agrupar los eventos puntuales como instancias de clases
manera, el reflejo fue definido como la unidad descriptiva de la definidas funcionalmente.
conducta en términos de una covariación o correlación entre un No obstante, deseamos destacar el hecho de que el concepto
estímulo y una respuesta. La "fuerza" del reflejo, metáfora meca- de clase, operante o respondiente, es precisamente una conse-
nicista, significaba sólo el estado de dicha correlación. Como cuencia lógica de la adopción del reflejo como paradigma con-
18 C
CAP. 1. ONDICIONAMIENTO OPERANTE . ¿UN PARADIGMA OCULTO? 19
ceptual en el análisis de la conducta. Cuatro problemas funda -
mentales surgen de esta decisión. Primero, la suposición de que tes. La historia es la conducta de los organismos individuales en el
una correlación de eventos puntuales es representativa de todos pasado, pero éste tampoco puede ser un concepto vacío para refe -
los factores restantes en una situación; esta suposición todavía no rirse, en forma ad hoc, a episodios anecdóticos de la vida del orga-
se ha comprobado empíricamente. Segundo, las descripciones de nismo. A la historia deben otorgársele propiedades formales desde
la perspectiva del análisis teórico, si se quiere captar la interacción
la conducta tienen que formularse como consecuencia de even -
ontogenéticamente construida que representa la conducta.
tos puntuales en el tiempo, con la postulación de mecanismos 4. La actividad refleja siempre tiene lugar en la misma loca -
"rellenadores" del tiemp o tales co mo el encade namiento, el ción: el efector, y ocurre mediante la acción de la energía de estí -
reforzamiento condicional, etc. Tercero, la suposición poco pro - mulo que "viaja" a través de vías neurales más o menos invarian -
bable de que los eventos que no se prescriben formal y opera - tes. El espacio, al ser constante, no es pertinente para describir al
cionalmente en una situación, no intervienen en la relación fun - reflejo, por eso se le sustituye por la locación, como en la mecánica
cional entre eventos puntuales manipulados explícitame nte. La cartesiana, en la cual los cuerpos hacen contacto en algún
filosofía operacionalista de la constancia de los eventos en un lugar, pero no en el espacio. El lugar es constante en las vías neu -
ambiente controlado experimentalmente, conduce a la suposi - rales fijas, incluyendo a los receptores, las neuronas centrales y
ción de que las constancias sí existen en las situaciones cerradas los efectores. De esta manera, el reflejó como una representación
en que algunos eventos son alterados y otros no. Finalment e, conceptual de las covariaciones de estímulo -respuesta, no toma
en cuenta al espacio. Las técnicas pavlovianas, originadas de la
como señala Skinner:
...un reflejo es, entonces, la correlación de un estímulo y una res- experimentación con un organismo inmovilizado, son análogas a
puesta en un nivel de restricción marcado por el orden del cambio una preparación aislada en una placa neuromus cular. Las con-
en la correlación (1935, pág. 58). ductas sólo ocurren en el tiempo, y el espacio es rara vez tomado
Sin cuestionar el criterio de orden seleccionado, esta proposi - en cuenta en forma de indicios situacionales (en este sentido, el
ción ha forzado la búsqueda de criterios experimentales. Ejem - condicionamiento situacional de Kupalov es semejante a una
plos de esta actiud, son criterios para definir la estabilidad o la situación operante discreta). Por el contrario, en la situación de
operante libre, la falta de restricción para responder en el tiempo
preocupación casi mórbida por evitar la "superstición".
se debe al hecho de que no hay limitantes para el movimiento
3. La actividad refleja como un mecanismo construido filoge- libre de los organismos en la cámara experimental.
néticamente, no tiene historia ontogenética en la biología. Mejor
No obstante; es sorprendente que no se conceda importancia
dicho, su historia, en el individuo, es la historia de la integración paramétrica al espacio y que, de hecho, la "respuesta" se identifi que
sistemática a procesos complejos de autorregulación. La activi -. virtualmente como la intercepción hecha por el movimiento del
dad refleja está dada al individuo por la historia de la especie; de organismo de una locación fija (el operando). Los hallazgos
este modo, las concepciones del reflejo han introducido en la psi - empíricos recientes parecen sugerir que la geografía y la topog rafía
cología una descripción ahistórica de la conducta. Cuando habla - de la conducta y los estímulos, necesitan ser considerados para "resolver"
mos de una descripción ahistórica, queremos dar a entender dos efectos paradógicos aparentes que se analizan tradicionalmente en
cosas: Primero, que en el análisis de la conducta individua l los términos de "responder" y "no responder".
procesos sincrónicos no son suficientes y, por lo tanto, en las des- 5. El reflejo describe una relación lineal y unidireccional
cripciones deben tomarse en cuenta los procesos diacrónicos que entre el estímulo y la respuesta; la relación termina con la res -
determinan el desarrollo individual. El desarrollo no puede ser puesta y no sigue ninguna interacción adicional. Los recientes
abordado como una secuencia meramente lineal de "conti ngen- descubrimientos en la neurofisiología cambiaron en la biología la
concepción de reflejo de una vía, pero esta influencia paradigmá -
cias" encadenadas. Segundo, la historia siempre se manipula en
tica permaneció en la psicología. La contingencia de tres térmi -
el análisis experimental de la conducta y las transiciones repre - nos en el condicionamiento operante se representa como una
sentan este entreveramiento histórico de los factores que inter - relación lineal entre el E D, la respuesta, y el E l. Así, las relaciones
vienen en la conducta individual del organismo. No obstante , no de contingencia entre los elementos se describen siempre como
se proporciona ningún concepto para identificar la historia como conexiones posteriores, sucesivas en el tiempo, y se analiza al
un segmento empírico a describir; asimismo, tampoco se plan - reforzamiento como un efecto sobre el responder subsecuente.
tean proposiciones relativas a las propiedades funcionales que de - Aún no se ha realizado un análisis explícito de las propiedades
ben asignarse a la historia como segmentos interactivos preceden- funcionales comprendidas en la relación de contingencias como
m

20 CAP. 1. CONDICIONAMIENTO OPERANTE LIMITACIONES EN EL ANÁLISIS 21

tal, y sólo se considera la cycut-rencia tipo-escalón de elementos se supone la presencia de un escucha. las descripciones separadas
sucesivos. Skinner, en The Behavior of Organisms si bien definió a la que resultan agotan el episodio en que participan" (Ibid.). Es
conducta como parte de la actividad general del organismo, es contradictorio suponer el análisis de un episodio en la forma de
decir, como movimientos, también restringió el concepto a aquellos descripciones separadas de los elementos involucrados; la inte-
movimientos que involucran transacciones con el ambiente. De racción en sí misma no puede ser descompuesta en fracciones. El
hecho, esto significó un intento por romper con el tipo "res- resultado de dicha estrategia fue que Skinner, en su obra Verbal
pondiente" de covariación entre estímulos y respuestas, y por Behavior, no abordó la propiedad esencial del lenguaje como
idenáficar conductas con la operante, es decir, con relaciones conducta: su carácter interactivo.
respuesta-estímulo. Sin embargo, en el grado en que el responder (la
"conducta") se convirtió en la "variable dependiente", las relaciones
respuesta-estímulo no fueron valoradas como una unidad funcional LIMITACIONES EN EL ANÁLISIS DEL
en el tiempo, sino como una operación que permitía analizar efectos COMPORTAMIENTO HUMANO
discontinuos del estímulo en respuestas recurrentes en el tiempo.
Los análisis prácticos describen al "reforzador", cuando es el Hasta aquí hemos señalado el carácter no conductual del
estímulo el que afecta el responder subsecuente, es decir, como paradigma-del reflejo oculto en -el condicionamiento operante,
relaciones E-R medidas en el tiempo, tal como en el reflejo. Lo las implicaciones que tal influencia tiene en la definición de la
anterior implicó la aceptación del carácter no provocado de la conducta como un proceso no interactivo, y en los modelos de
conducta emitida pues, de otro modo, el reforzador no podría explicación y conceptos empleados en sus análisis teórico y expe-
sustituir funcionalmente al EIC de la relación respondiente refleja. rimental.
Esto puede, explicar por qué el operador ha desempeñado, en lo Sin pretender un análisis exhaustivo, mencionaremos sola-
conceptual, el papel de un estímulo explícito en la situación de mente algunos de los problemas que es preciso identificar en el
operante libre. Si se le diera al operador el carácter formal de un análisis de la conducta humana-, para ello, es necesario señalar
estímulo, entonces la relación operante se volvería un caso algunos antecedentes con respecto a las limitaciones que provie-
específico del segundo tipo de leyes del reflejo, descritas en 1931: R nen del análisis de la conducta animal tal como se estudia en la
= f (E, A). El reforzamiento sería equivalente a las condiciones que situación operante libre, dado que algunas de estas limitaciones
afectan a la fuerza refleja, pero no sería por sí mismo la propiedad conceptuales fueron adoptadas en el análisis del comportamiento
definitoria del reflejo. Esta no es la única dificultad con la operante humano. Consideraremos tres aspectos destacados. En primer
como una clase de eventos en correlación, puesto que, al considerar lugar, aunque la situación de operante libre consiste un ambiente
a las respuestas como la variable dependiente y a los reforzadores experimental extremadamente simplificado, es muy cuestionable
como la variable independiente, ¿cómo es posible definir a la clase aceptar que el vocabulario del condicionamiento operante es
como una covariación de dos elementos, en los que la clase varía suficiente para describir los diversos tipos de eventos y condicio-
por efecto de la acción de uno de sus propios miembros? Los nes que tienen lugar operacionalmente en la situación. Además
reforzadores, como estímulo, ueson instan- cias de la operante, a la de la falta de cobertura conceptual para el operando, que de con-
vez que son las condiciones ~ afectan a las variaciones en fuerza y siderarse un estímulo exigiría un refinamiento de la distinción
composición de la clase misma. entre control de estímulo operante y el respondiente, no se realiza
La naturaleza no interactiva del paradigma del reflejo se puede una descripción conceptual para el nivel operante activo (que de
observar también en el análisis que efectúa Skinner acerca de la hecho nunca se mide), o para los factores contextuales prescritos
conducta verbal. Skinner señala que: por las condiciones del organismo (privación, administración de
drogas, etc.) y las circunstancias situacionales del ambiente. Estos
...las conductas del hablante v el escucha, consideradas juntas, cons- factores, que no forman parte del proceso "asociativo" descrito
tituyen lo que puede denominarse un episodio verbal total. No hay por los conceptos del condicionamiento, desempeñan un papel en
nada en tal episodio que sea otra cosa que la conducta combinada de la configuración funcional de cualquier interacción par-
dos o más individuos (1957, pág. 2). ticular.
La, historia interactiva y los factores situacionales y organís-
Sin embargo, el episodio es aislado en dos segmentos diferen- micos, actúan como variables disposicionales y en tanto no son
tes: la conducta del hablante y la del escucha, que son analizadas eventos discretos, funcionan como propensiones o tendencias
independientemente: "El hablante puede ser estudiado mientras sobre la interacción, es decir, como factores disposicionales que
22 CAP. 1. CONDICIONAMIENTO OPERANTE LIMITACIONES EN EL ANÁLISIS 23

alteran la probabilidad de interacciones particulares estímulo - tingencia terminan con una consecuencia "al" que habla o
respuesta. No solamente hay un vacío conceptual para describir se comporta. Las interacciones humanas que comprenden
los eventos y las condiciones que tienen lugar en la situación de casi siempre procesos sustitutivos (Kantor, 1977; Ribes, 1982)
operante libre, sino que esta carencia de términos adecuados no consisten en trozos atómicos secuenciados linealmente. Su
impide, además, la búsqueda de relaciones empíricas que sí parti - naturaleza episódica es difícilmente reductible a una taxonomía,
cipan en la situación. como la desarrollada en Verbal Behavior, o a una síntesis de
En segundo lugar, la relación de triple contingencia prescrita componentes secuenciales simples como la propuesta por las
por el condicionamiento operante parece ser incompleta como interacciones sociales (Skinner, 1962). Por lo general, el análisis de
una descripción de - las dependencias reales mutuas que ocurren la conducta humana requiere de un conjunto de categorías
en dicha situación simple. Por una parte, las contingencias sólo capaces de describir situaciones que involucran:
dan cuenta de las ocurrencias de los eventos en el tiempo, pero no
a) Más de una respuesta discreta repetitiva simultánea.
de las propiedades funcionales de dicho ellento. Así, el E° es una
condición necesaria para que se pueda presentar el E R cuando b) Interacciones episódicas entre dos o más individuos.
ocurra una respuesta. Sin embargo, conceptualmente no se espe - c) Propiedades funcionales no restringidas a aumentos o
cifica ninguna dependencia entre las propiedades - del E l ' y la res- decrementos de frecuencias dentro de un lapso particular.
puesta en relación con el-E R y la respuesta que sigue a este estímu- d) Interacciones recíprocas que constituyen el segmento de
lo. De hecho, esta última respuesta, a veces llamada la respuesta conducta funcional auténtico.
consumatoria, se soslaya virtualmente en la descripción y explo - Pensamos que las categorías de la teoría operante no satisfa-
ración del segmento operante total, con la suposición de qu e, en cen estos requisitos.
cierta medida, la respuesta "operante", obtiene sus propiedades Otro aspecto pertinente al problema de una interpretación
directamente de su asociación con el reforzador, es sólo una ins - adecuada del comportamiento humano es el que se refiere a los -
tancia de la clase operante definida por una propiedad de la res - eventos privados. El problema por sí mismo requeriría de un tra -
puesta operante medida,y prescrita experimentalmente. tamiento teórico amplio; sin embargo, es conveniente contrastar
Finalmente, algo tiene que decirse con respecto a la naturale za las opciones generales que se tienen al abordarlo desde la influen -
atomista de la definición de la respuesta. La suposición acerca de cia paradigmática de la concepción refleja desde una perspectiva
la representatividad general de las muestras experimentales de las interconductual no centrada en el organismo.
interacciones parece estar ligada a dos problemas. En pri mer
lugar, tiene relación con el hecho de que ha y fenómenos experi- Los_ eventos privados se pueden tomar como un sustituto
mentales difíciles de reducir a una descripción de tipo atómico y "conductual" de los eventos mentales. Referirse a ellos en térmi-
que, de este modo, no son susceptibles de describirse en el térmi - nos de estímulo y respuesta no impide asignarles un estatuto men -
no del reforzamiento, como la palabra fue originalmente d efini- tal, como sucede con las aproximaciones dualistas. El paradigma
da. Son ejemplos de este problema los patrones "supersticiosos" del reflejo, en la medida en que se ori g ina en una filosofía dualis-
los del experimento de Skinner de 1948, o las continuas no discre - ta, interfiere tácitamente con la posibilidad de un análisis conduc -
tas como correr en una rueda giratoria, del experimento de Skin - tual genuino. La discusión por Kantor (1973; 198 1) de la privacía
ner y Morse en 1954. Aun cuando se analizan dos o más re spues- como un ejemplo distinto al del mundo interno o subjetivo, ha
tas, no se permite su interacción simultánea en el tiempo. La proporcionado un marco de referencia general para el tratamien -
naturaleza atómica de la relación respuesta -reforzador requiere to de este tema. En vez de repetir los argumentos expuestos por
de relaciones independientes, no contaminadas, que nos expre - Kantor, deseamos destacar la necesidad de abordar el problema
san muy poco acerca de las interacciones reales que tienen luga r,
por ejemplo, en los programas concurrentes simples. desde la perspectiva conductual de los eventos "privados". .
Skinner, en su escrito The Operaflonal Anal - vsis of Ps - NIchologi- cal
Al examinar el tópico de la conducta humana, surge una cues -
tión general a partir de los problemas apenas señalados en la des - Ternis, presenta sus argumentos básicos acerca de los eventos privados,
cripción de la conducta animal en la situación de operante libre. posteriormente incluidos en Science and Human Behavior Y Verbal
El carácter episódico de la mayor parte de la conducta humana, Behavior. Para Skinner, el problema yace en:
como interacción con otros individuos o con sus propios produc - ...las características de las respuestas verbales a estímulos privados
tos conductuales es difícilmente susceptible de ser descrita en con el fin de abordar el análisis operacional del término subjetivo (
términos de eventos discretos, en los cuales las relaciones de con- ... ) La privacía da lugar a dos problemas. La primera dificultad es
24 CAP. 1. CONDICIONAMIENTO OPERANTE COMENTARIOS FINALES 25

que no podemos, como en el caso de :. -.s estimules jar ciertas condiciones que afectan al india y, en el grado en que
C
cuenta de la respuesta verbal señalando un estímulo de control ( ... ) El
segundo problema radica en cómo la comunidad logra la contin- esta acción se restringe al individuo particular, son privados
gencia de reforzamiento necesaria (1959, págs. 275-276). como estímulos para él mismo. Pero debe quedar claro que los
Para Skinner, el problema no está en la función de los eventos estímulos son los efectos producidos por la respuesta lingüística,
internos como estímulos, sino en las reglas seguidaspor la comuni - v no los estados o las respuestas biológicas internas.
Cuando hablo acerca de mi dolor de muelas, el evento privado
dad verbal para reforzar el "tacto" correcto de dichos estí mulos.
no es "un dolor" o el proceso físico involucrado en la alteración
En otras palabras, el problema reside en la manera en que se ense ña dental, sino el hecho de que discrimino dicho evento biológico en
al individuo a ser controlado por estímulos internos, físicos, no la medida en que poseo una respuesta convencional a él. El evento
observables y ya existentes, que surgen del interior del cuerpo. privado consiste en los estímulos producidos lingüísticamente
Los estímulos, de acuerdo con este punto de vista , deben de ser ante el evento físico-, de otro modo, tendría que plantearse que los
físicos. La solución que Skinner da a este problema se resume en eventos privados son los eventos biológicos internos o sus "repre-
cuatro tácticas de reforzamiento empleadas por la comunidad sentaciones", v no la aptitud lingüística para discriminar y respon-
verbal:. der a dichos eventos.
a) Identificar respuestas previamente` manifiestas con res - En la medida en que la función referencia) de l a conducta lin-
puestas cubiertas actuales ante estímulos privados. güística depende del conjunto específico de interacciones que susti-
b) Identificar acompañamientos regulares de la respuesta a tuyen los contactos con eventos concretos en una cultura particu lar,
estímulos privados. podemos suponer que los eventos privados, en el sentido en que son
c) Identificar respuestas colaterales al mismo estímulo. eventos lingüísticos, son diferentes en diferentes culturas, inde-
d) La inducción del estímulo. pendientemente del hecho de que los eventos biológicos en los individuos
Sin embargo, la cuestión que se plantea consiste en aclarar si sean los mismos. El problema de los eventos privados como el
en una descripción interactiva del individuo y su entorno pueden carácter idiosincráticó o individual de la integración de los siste mas
incluirse estímulos privados sin caer en la postulación de un re activos personales (diferencias individuales) consiste en descubrir la
mundo interno descrito por el sujeto de acuerdo con un lenguaje manera en que las instituciones culturales, en )medida en que
convencional. ¿Cómo es posible impedir-una descripción en tér- prescriben las clases de interacción entre los indiMuos, pres criben
minos del reconocimiento o expresión de un mundo interno o, también el tipo de interacciones individuales susceptibles de ser
como se denomina usualmente la expresión de otras mentes? Lla - referidas por respuestas convencionales en forma de conducta lingüística.
mar a este mundo "estímulos privados" no excluye una postura La "subjetividad" o "privaría", en este contexto, se construye como
consecuencia de la disponibilidad de interacciones lingüísticas entre los
dualista de base. Desde un punto de vista interactivo, la distinción
individuos. Los puntos de vista tradicionales plantean el problema
entre estímulos y/o respuestas internos y externos carece de sig- contrario, es decir, cómo el lenguaje se asocia con eventos privados ya
nificado, puesto que la interacción comprende al organismo existentes.
como un todo. Otorgar el carácter de estímulo a los eventos bioló -
gicos, que son fundamentalmente estados o respuestas, significa
que el individuo tiene un sistema reactivo adicional capaz de "no COMENTARIOS FINALES
d escrib ir lo s evento s interno s", p ero de respo nder a lo s es -
tímulos autoproducidos. ¿Cuáles son los estímulos autoproduci - Hemos intentado aclarar que muchos de los problemas actua -
dos? ¿Son los eventos físicos o biológicos que tienen lugar conti- les no constituyen cuestiones empíricas o de la correspondencia
nuamente dentro del organismo? Pensamos que no. Los eventos entre cúnceptos o hipótesis-pa -ticui-arm y ¡os datos. La naturale-
za misma del objeto de estudio de una ciencia de la conducta y la
privados son, en realidad, las respuestas lingüísticas del individuo a congruencia del paradigma conceptual elegido, parece ser de pri -
las condiciones semejantes que tienen lugar en las interaccio nes mera importancia. No puede lograrse un verdadero progreso en
con otros individuos. Los eventos físicos no son privados en el sentido la ciencia si sus fundamentos no son reexaminad os periódica-
psicológico, porque no son eventos psicológicos. Los eventos mente para cotejar la correspondencia entre nuestro quehacer y
privados se refieren a la conducta lingüística del indivi duo, que los supuestos tácitos u ocultos que lo orientan.
es autoproductora de estímulos; conducta que de hecho es siempre La posibilidad de reconsiderar que la teoría del condiciona -
pública. I ns respuestas lingüísticas pueden referirse a miento operante no es un modelo conductual legítimo, nos con-
26 ,
CAP. 1. CONDICIONAMIENTC OPERANTE

duce a muchos otros problemas que deberían ser tratados en pro -


fundidad-, a saber: la noción que considera a la explicación como
relaciones causa-efecto o relaciones funcionales versus funcio -
nes de campo interdependientes; la molaridad de categorías,
observaciones v descripciones adecuadas para las interacciones
conductuales; la interacción monista o algebraica de dos proce -
sos en la teoría de la conducta versus una teoría de procesos jerár -
quicos -no horizontal- que destaque la inclusión y no la exclu-
sión o reducción de procesos-, la distinción entre operaciones y
procesos verdaderos; la relación de una teoría de proceso con
2
una teoría genética del desarrollo del individuo y la especie; la
relación entre la teoría científica y la tecnológica como extrapola -
ción o como adaptación del conocimiento, y otros más.
Empezar con este análisis significa, al menos, rechazar la
1 . La conducta
posibilidad de que una ciencia de la conducta tenga ya las solucio -
nes requeridas para obtener un conocimiento adecuado de su
humana como conducta
objeto de estudio. Por el contrario, la ciencia nunca plantea solu -
ciones, sino siempre nuevas cuestiones. Ésta es la única forma de operante: ¿un problema
apartarse del dogma.
empírico o conceptual?'
REFERENCIAS
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Ps - i,chological Record, núm 23, 1973, págs. 563-565. tado, como un supuesto básico, que la conducta humana es una sub-
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Kantor, J. T., "Concerning the Principie of Psvchological Privacy", The
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La tradición lo práctico parecen concordar en confinar el aná-
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Ribes, E., "Language and Svmbolic Behaviors as Contingencv Substitu - razones prácticas se ha dispuesto aparte un campo especial en fun -
tional Proceses", Primer Simposio Bienal de la Ciencia de la Con - ción de las características impartidas por las variables especiales que
ducta, Universidad Nacional Autónoma de México, Escuela Nacio nal lo controlan. Es en términos de estas variables –las contingencias
de Estudios Profesionales-Iztacala, febrero de 1984. dispuestas por la comunidad verbal– que se puede definir y analizar
Rvie, G., The Concept oí,Wiizd, Barnes and Noble, Nueva York, 1949.
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Sc.hoenfeld, W. N.,"The Response in Behavior Theory", Pavlovian
Journal, núm. 11, 1976, págs. 129-149. Esta suposición ha orientado el análisis experimental del
Sechenov, I., Los reflejos del cerebro, (traducción española), Fontanella, comportamiento humano de acuerdo con los problemas, proce -
Barcelona, 1978. dimientos y conceptos desarrollados en el estudio de la conducta
Shimp, Ch., "Conceptual Interrelations between language and Animal
animal, principalmente de la conducta animal simple, y aunque,
Learning Memory and atention ",Primer Simposio Bienal de la Cien-
cia de la Conducta, UNAM, ENEP -Iztacala, febrero de 1984. como han advertido Buskist y Miller (1982), hay un aumento sus -
Skinner, B. F., "The Concept of Reflex in the description of Behavior", tancial en el número de estudios experimentales de latonducta
Journal of General PsYchology, núm. 5, 1931, págs. 427 -458. humana, existe un escepticismo bien fundado con respecto al
Skinner, B. F., "The Generic Nature of the Concepts of Stimulus and Res- verdadero significado de estas investigaciones (Baron y Perone,
ponsc", Journal oí General Psvc.hology, núm. 12, 1935, págs. 40-65. 1982). ¿Se trata de investigaciones experimentales acerca de la
conducta humana o son solamente investigaciones operantes
28 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA
LA CONDUCTA HUMANA 29
1
trad i cio n ale s e n la s q ue se e mp le a n 1 — —ia no s? La s re v i -
siones recientes de la bibliografía al respecto parecen señ alar la investigació-,, infrahumana y, en segundo lugar, ¡a complejidad
esta segunda opción. de las contingencias y las interacciones de los parámetros en las
situaciones sociales humanas no puede ser analizada en términos
Para examinar el problema de los determinantes de la con - de condiciones artificiosas con restricciones de respuesta v esti -
ducta operante humana se requiere, en primer lugar, aislar los mulo, como son las que se emplean comúnmente en la
aspectos conceptuales de los problemas empíricos. ¿Es la con - metodoloaía de la operante libre. No obstante, nada se aclara
ducta humana un comportamiento operann -P ¿Se limita única- todavía acerca de la significació n de estudiar estas
mente a las relaciones impuestas por las descripciones concep- co nd icio nes exp eri mentales en sujetos humanos. De todas
--tuales de la teoría operante? ¿Tiene la conducta humana, como maneras, los hallazgos señalan la posibilidad de.fue las
conducta operante, c¿iracterísticas especiales que la distinguen diferencias encontradas entre los sujetos humanos y los
de aquéllas encontradas en la investigación experimenta l de la or g anismos infrahumanos en situaciones diseñadas para el
conducta operante con sujetos no humanos? ¿Son suficientes estudio de relaciones simples, puedan deberse a procesos
las categorías empleadas usualmente para analizar la conducta distintivos del c9mportamiento humano que no son sus ceptibles
operante con el fin di_ describir las posibles funciones emer - de análisis experimental en dichas circunstancias res-
gentes debidas a las contingencias complejas implicadas en la tringidas.
interacción , social de los se - res humanos? Estas y otras pregun- Con respecto a la investigación aplicada pueden identificar se
tas requieren de un examen detenido, antes de plantear la posi - dos problemas principales. Primero, que sin una teoría del
bilidad de estudiar los determinantes empíricos del comporta - comportamiento humano es difícil analizar las variables e inte -
miento humano como una operante o dentro de cualquier otra racciones que operan en la aplicación de los procedimientos
concepción. diseñados por extrapolación a partir de la investigación básica
Los analistas conductuales han dirigido su interés en el com- en el laboratorio animal o a partir de la extensión de los princi -
portamiento humano en dos direcciones. Por un lado, se han pios. Los resultados, sean positivos o negativos, no aportan nin -
replicado los procedimientos experimentales diseñados en la gún apoyo lógico o empírico a los supuestos conceptuales que
investigación animal, especialmente los relacionados con los guían la so lució n d e lo s p rob lemas p ráctico s (Deitz, 197 8;
efectos del programa y la discriminación compleja; por el otro, Ribes, 1977, 1980). En segundo lugar, dada la ausencia de
se han tratado de instrumentar procedimientos aplicados en hechos experimentales bien establecidos acerca del comporta -
situaciones sociales "naturales", con el objeto de producir resul - miento humano bajo contingencias compleja s, como las que
tados prácticos o para demostrar la factibilidad del empleo de tienen lugar en las situaciones sociales, la investigación aplica -
técnicas operantes en ambientes típicamente humanos. da se aísla de cualquier esfuerzo teórico para explicar la con -
En el primer caso, la bibliografía reciente comienza a mostrar ducta humana de acuerdo con las reglas científicas. De esta
diferencias entre los sujetos experimentales humanos y los infra - manera la tecnología es sustituida por el pragmatis mo. Se nece-
humanos en relación con las ejecuciones bajo programa, estas sita de la investigación básica acerca de la: oriducta específica -
variaciones parecen pertinentes puesto que la uniformidad entre mente humana para unir y dar significado a la relación que hay
las especies es una de las- suposiciones adelantadas por Skinner entre el conocimiento actual acerca de la conducta operante
(] 956) para justificar la conveniencia de llevar a cabo investiga - animal y los procedimientos aplicados en las situaciones socia-
ciones con organismos simples. Los estudios realizados por H ar- les (Hake, 1982).
zem, Lowe y Baeshaw (1978), y Lowe, Beasty v Bentall (1983), Uno de los principales problemas a examinar es la simplifi -
sugieren que el responder en programas de intervalo no está con - cación conceptual. La teoría operante consiste en el análisis de
trolado en los humanos por las contingencias. programadas direc tas, las relaciones de contingencia que hay entre los antecedentes,
sino por respuestas verbales cubiertas relativas a las cont ingencias las respuestas y las consecuencias. Los co nceptos empleados
esperadas o supuestas. En el mismo sentido, Shimoff, Catania y para describir los elementos de estas relaciones de contingencia
Matthews (1981) encontraron que el responder humano con están ligados a los supuestos especiales referentes a la conducta,
instrucciones bajo contingencias de tasa baja es insensible a la lógica y los métodos - Para dar cuenta de ella. Aunque poste -
cambios en programas aleatorios de intervalo y razón. Las pruebas riormente intentaremos señalar las diversas limitaciones e ina-
reportadas se fundamentan en dos argumentos básicos. En decuaciones de estos supuestos especiales, es importante men -
primer lugar, la conducta verbal parece introducir nuevos pará - cionar, al menos, sus principales limitantes. Los conceptos
metros en las situaciones de comportamiento operante típicas de operantes se han formulado para describir eventos puntuales,
repetitivos, secuenciados linealmente en situaciones simples
30 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA EL PARADIGMA DEL REFLEJO 31
(Schoenfeld, 1972); si tales conceptos se emplean para describir a un denominador común podemos explicarlo de la misma manera:
la conducta v las relaciones de contingencia que no son delimi - entonces un reflejo es como este Hannitfershtan. Sin embargo, de
tadas por estas restricciones, se incurre en una violació n de la este modo, el término mismo de reflejo es privado de cualquier signi-
lógica de la teoría. El empleo ambiguo y ad hoc de los conceptos ficado (pág. 10).
de reforzamiento, estímulos discriminativos v otros más, pierde EL PARADIGMA DEL REFLEJO Y LA
significado. No sólo parece contradictorio ' hablar acerca del - CONCEPCIÓN OPERANTE -
reforzamiento de conductas tales como las de seguir regla s o Aunque el empleo inicial del término reflejo no es claramente
solucionar problemas, sino también es --inadecuado describir atribuible a Descartes, se acepta que el concepto del reflejo como
programas de tasa baja y respuestas no prescritas en términos un movimiento reflejante de un impulso sobre el organismo fue
equivalentes a aquéllos, especificando respuestas discretas1den - introducido por él en su teoría de la acción automática (Fearing,
tificables. No todo evento antecedente o consecuente puede des - 1930; Canguilhem, 1955). El empleo del término reflejo, propia -
cribirse correctamente en términos de estímulos d tscriminati - mente dicho, en Las pasiones del-atina, no es de primera-im-
vos y reftrzadores, como se verá posteriormente. portancia. La contribución significativa de Descartes fue la con -
Otro problema relacionado con el anterior es el hecho de cepción del movimiento animal como un movimiento mecánico, a
considerar a la conducta humana sólo como conducta operante. través de la acción de espíritus animales, semejantes a los flui dos
Aun cuando se reconoce a la conducta respondiente como un líquidos, en los nervios. Estos espíritus animales actuaban como
segundo proceso, su importancia es secundaria, y es significati - reflexión de la excitación de un objeto externo. El cerebro, el
va solamente cuando interactúa con contingencias operantes. corazón, el 1 hígado y el estómago desempeñaban varios papeles en
De hecho, la conducta humana se aborda como un fenómeno de el funcionamiento de los espíritus animales, pero éstos eran
proceso único. De esta manera, toda la conducta se explica en autónomos del alma en relación con la acción o el movimiento
forma de relaciones entre ocasiones, respuestas y consecuen - involuntarios. De cualquier modo, el alma podía ejercer una in -
cias, en las que los reforzadores desempeñan un papel decisivo, fluencia indirecta en el movimiento voluntario a través d~inte -
incluso en términos de una historia supuesta o como consecuen - racción de la glándula pineal con el cuerpo como materia. A par -
cias diferidas. No hay porción del comportamiento humano que tir de estas concepciones de Descartes, las funciones biológicas
pueda resistir un análisis en términos de la relación de contin - se incorporaron como un caso especial de las leves mecánicas, y
gencia de tres elementos en el que no se simplifique, la mayor de las interacciones del alma y el cuerpo se convirtieron en relacio -
las veces, la interacción conductual que se describe o, por el nes paramecánicas (Ryle, 1949).
contrario, los conceptos a las situaciones empíricas que no justi - Kepler y Galileo transformaron la concepción religiosoesco -
fican su empleo. lástica de los cuerpos celestes, y dieron lugar a una nueva filosofía
Vvgotsky (1925, 1979, traducción al inglés) observó esta ten - de la naturaleza. En esta filosofía, el concepto de fuerza-estableció
dencia de la psicología objetivista de su época a simplificar las los fundamentos de la mecánica como una filosofía de la ciencia, Y
investigaciones. Si sustituimos la palabra reflejo por la de operan-
te, podemos obtener un cuadro representativo de la situación de mediante el concepto de magnitud se desvaneció la diferencia
nuestra disciplina: entre la materia y la forma; asimismo, la geometría como repre -
Indudablemente, el sentido en que utilizamos el término reflejo sentación matemática se estableció como el núcleo central de la
se asemeja de manera muy estrecha al cuento de Hannitfershtan, nueva física. Se sustituyó a las sustancias como preocupación
cuyo nombre escuchó un pobre forastero en respuesta a cualquier ontológica, por el análisis de las funcio nes geo métricas y,
pregunta, sin importar lo que preguntaba: ¿A quién están enterran- mediante la formulación de dependencias matemáticas en la teo ría
do? ¿De quién es esta casa?... etc. Ingenuamente, el forastero pensó
que todo en ese país era hecho por Hannitfershtan, cuando en realidad de la gravitación, la abstracción científica se independizó de la
la palabra significaba simplemente que el holandés no entendía sus discusión acerca del ser y la confirmación de la divinidad por el
preguntas ( ... ) Un "reflejo de propósito" o un "reflejo de libertad" son .orden de los cuerpos celestes. Se cambió a las causas últimas por
testimonio patente de nuestra falta de comprensión de estos dependencias matemáticas en forma de funciones.. Fue en este
fenómenos. Es claro para todo el mundo que éstos no son reflejos en el contexto en el que Descartes propuso una sistematización de las
sentido acostumbrado, es decir, como cuando se dice que un reflejo
salival es un reflejo, sino que son más bien una clase de mecanismo reglas del conocimiento científico a través del método. En los fun-
de la conducta-estructuralmente distinto. Sólo si reducimos todo damentos de su teoría del espacio geométrico, Descartes enunció
LA
32 CAP. 2. CONDUCTA HUMANA EL PARADIGMA DEL RE=io 33
al '-uLlOcirnient( científico r la rcprt--- .Ladón conceptual de esta forma de mov¡mi,_n,zY
. - comoconcelaciones y propcn especial: el paradigma del reflejo. La concepción de la conducía en
cIi7¡a se basaba en el epto de que el punto era el términos de la lógica del reflejo,. fue transferida de la biología a la
elemento último de las formas y relaciones geométricas. psicología (Sechenov, 1866, 1978, traducción al español; Bechte-
Aunque aceptaba la importancia de la confirmación empírica de rew, 1913; Pavlov, 1926; Skinner, 1931, 1938), a la cual se
las descripciones matemáticas, Descartes afirmaba que los cuerpos incorporaron no sólo los supuestos acerca de un objetoÍ de estudio
no
ent
se conocen a través de los sentidos, sino mediante el ajeno a la conducta, sino también la preocupación Ü JJ ta de la
endimiento. Los contenidos de alas abstracciones matemáticas interacción
nunca pueden cser captados o p re hendidos por la o bs e rva c ió n "u
directa,id sino se onstruyen a través del entendimiento puro. Y es entre la mente y el cuerpo como sustariciastinversión realizada
en la entificación del conceptoy ele ser donde, de acuerdo con por Descartes al convertir relaciones a sustancias, planteó la exis-
Cassirer (1906; 1953 traducción al spañol), Descartes transfor- tencia de dos diferentes entidades: la mente y la conducta. 1 ns rela-
mó la nueva filosofía de la naturaleza en una doctrina metafísica. ciones se reificaron en sustancias, v la conducta como interacción
Fue durante la iscusión acerca del concepto del infinito cuando
d
fue separada en dos aspectos: la conducta como acción o movimien-
apareció "una total 'verdades de las relaciones g
entre el Pensa. to, y la mente como la representación de las interacciones con el
miento y el ser. Las verdades eternas' de la eometría y la lógica cuerpo. Debido a ello, las teorías de la conducta basadas en el para-
v c
sólo son alederas porque Dios les ha onferidomeste valor y`esta digma del reflejo, independientemente de incluir el término parú,
sanción..." (pág. 505). U idea, que como duda etódica es la base cular, son proclives a interpretaciones dualista Al comentar la
de todo conocimiento verdadero, ya no es de fiar exclusión del problema de la conciencia del dominio de la psicolo-
ad gía científica, Vvg7otsk-y (1925) señalaba que este hecho:
...mientras no hayamos quirido plena certeza en cuanto al creador
de n uestra existencia. El cono cimiento no es ya su propio origen váli- ...preserva considerablemente todo el dualismo y el espiritualismo
a c s g
do y meta
uténtico; necesita verse onfirmado y ostenido por un funda- de la psicolo ía subjetiva anterior (..JTa premisa principal de la
mento físico de la existencia (pág. 506). reflexología, a saber, la posibilidad propuesta en principio de explicar
toda la conducta humana sin recurso alguno para aclarar los
Las ideas innatas como formas fijas y definitivas permitieron fenómenos subjetivos y construir una psicología sin la mente, es la
la postulación del alma (la entidadd del entendimiento) como una contraparte dualista de la psicología subjetiva, en su intento de estu -
sustancia separadaantde¡ cuerpo. El ualismo de Dpescartes contiene diar la mente abstracta, pura. Ésta es la otra mitad del viejo dualis-
dos
conoc
concepciones agónicas. Por una parte, la osibilidad de un mo: entonces había mente sin conducta, ahora tenemos conducta
imiento
m
científico de la física por medio de relaciones y fun-
preocup
sin mente; en ambos casos, mente y conducta no son una, sino dos
ciones
c
atemáticas ajenas a aciones ontológicas por los (pág. 8).
uerpos; por otra parte, el reconocimiento pr
de las ideas innatas
como formas fijas del entendimiento ovenientes de Dios y la Podríamos añadir que, algunas veces, aparecen algunas trans-
p
ostulación del alma como una sustancia separada pero interactiva formaciones de conducta en mente, como ocurre con la acepta-
con el cuerpo del hombre. Como concluye Cassirer: ción de eventos privados en la forma de estímulos internos parece
sugerir (Kantor, 1981; Ribes, 1982).
...la tendencia
su
g
eneral de la nueva ciencia ( ... ) consiste en que el con- El conductismo no es una teoría en la psicología, sino una teoría
ce ' oto de stancia es sustituido por el concepto de función. Este pen- acerca de la psicología, es decir, una filosofía de esta ciencia
sa fu
miento ndamental es el que Descartes capta y expone por vez especial. No obstante, el conductismo se ha expresado como una
c
primera con toda laridad en su lógica y en su teoría de la ciencia, teoría especial en la psicología mediante desarrollos particulares
a c o ns e
prunque luego no sepa mantenerlo cuentemente frente a los que, aun cuando están fundamentados en una u otra versión de
oblemas de la psicologia (pág. 512).
esta filosofía de la ciencia, parecen babr-ra~ las categorías,
los supuestos y la lógica básica de las teorías prescritas para un
p
Hemos examinado con detalle la contribución de Descartes al objeto de estudio diferente, enmarcadog en las filWofías de otras
ensamiento científicoinmoderno debido a que su concepción meta- ciencias (mecánica, evolución bioló ica, etc.).'EI condiciona-
física pde que el alma teractúa con el cuerpo tuvo gran influencia
en el ensamiento occidental posterior. Losa análisis'-objetivistas de la miento operante, como un conjunto especial de categorías, ha
conducta en la forma de movimiento y ctividad cerebral incor- sido enmarcado históricamente en el paradigma oculto del reflejo,
poraron el enfoque metódico de la nueva ciencia: la mecánica, así a pesar de que este término particular fue abandonado después de la
década de los cuarenta. Nosotros sostenemos que la lógica
preconstruida del reflejo ha limitado la perspectiva conceptual y
34 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA
EL PARADIGMA DEL REFLEJO 35
l
empírica de la teoría operante,enca la cual imitaremos
cond
nuestro aná-
lisis, como teoría dominante uadrada en el uctismo radi- análisis de relaciones lineales en el tiempo, entre el estímulo y la
cal, y que es el momento
fu
de reconocer que es necesario
si
un examen respuesta. Aun cuando algunas de las variables de estímulo eran
crítico de los ndamentos para darle gnificado a la consecuencias de la conducta (reforzadores y punidores), la
investigación presente y futura. Esto es particularmente indispen- linealidad que exige la,causación mecánica transformó el análisis
sable en el caso de la conducta humana. de interdependencias en una búsqueda de efectos posterógradas.
V
¿Cuál es la lógica preccononstruida en el paradigma del reflejo I—as consecuencias de estímulo no se examinaron como eventos
que se transfirió a las cepciones del condici onamiento,
ex
tal dependientes siVko, por el contrario, se hizo hincapié en su
como a la teoría operante? Dado que ya hemos aminado este influencia recíproca sobre el- responder futuro, con el -fin de
re
problema
c
en otro texto,
p
sumiremos las principales característi- mantener a la conducta como la variable dependiente o el fenó-
cas onceptuales del aradigma del reflejo en la medida en que meno a explicar a partir de los eventos de estímulo. Aunque la
han afe£tado las formulaciones especiales de las categorías ope- conducta operante, como conducta emitida, pareció romper -
a tesfti—es cuestiones parecenp cruciales a este respecto: 1. Las
r n
con la tradicióñ estímulo-respuesta, las explicaciones teóricas
relaciones de dicausalidad, 2. La ostulación de estados conductua- continuaron buscando efectos posterógrados de los cambios de
les atómicos scontinuos, y 3. El soslayo de las condiciones con- estímulo
textuales e históricas - La liVealidad mecánica irripuso una causación demorada de
w
estímulo-réspuesta encubiefta a la conducta operante. La causa-
1. Las relaciones de causalidad ción múltiple se concibió como una interacción algebraica de
Aun cuando la concepción del movimiento en la mecánica las variables precedentes que actuaban linealmente sobre la
galileic rep m conducta, v las relaciones funcionales se redujeron a relaciones
áq,cartesiana se resentaba como un ovimiento geo-
m é t 0
mecánicas. Al respecto, Mach (1905, traducción al español,
1948), señala:
ric concepto i de reflejo d e scribía al m ovimiento e mp ír ic o , y
como la reflexión mpulsada de laca acción de un cuerpo sobre el ...por lo general, la causa
p »
el efecto son las dos partes más destaca-
estado de un cuerpo distinto. La usación m
ecánica se interpre- das de un fenómeno, y e l análisis mas preciso muestra que la supuesta
taba como externa, inmediata v- -
c ónti Y c
-f- ua por el ontacto de los
causa no es nada más que el copiplemento de un conjunto total de
cuerpos. La causaciónv dista(--requería de contactos intermedios- circunstancias, que determinan el efecto...) Cuando las ciencias tie-
para que llenaran el acío de locación. Esta concepción, incorpo-, nen-un gran desarrollo, los conceptos de causa y efecto se emplean
rada a la biología y la psicología, adoptó dos formas. Una de ellas raramente. Dichos conceptos son provisionales, incompletos, e
mo imprecisos ( ... ) la noción de función permite una mejor representa-
consistió en explicar los vimientos comoté efectos directos de ci¿>n de la relación recíproca entre los elementos ( ... ) Parece como si
los estímulos, y la otra en describirlos en rminos de un mecanis- todas las dependencias inmediatas pudieran considerarse como
mo de doble estado, va fuera como una secuenciaencade de impulsos y, recíprocas y simultáneas. Lo contrario tiene lugar en las nociones
efectos (como enr la asociación contigua ven i
el namiento), vulgares de causa y efecto: el efecto sigue a la causa y su relación no
o bien como prla elación mecánica entre mpulsos externos e es reversible (págs. 218-220).
internos que oducirían el pefecto (la inte racción energética v
mecánica de las teorías
exp
de la ulsión). Ambas descripciones tuvierony Si la teoría operante buscara realmente relaciones funcio-
su origen en las licaciones de la acción refleja de Descartes, nales, la tasa de respuesta o cualquiera otra medida de respuesta
Willis, respectivamente (Canguilhem, 1955). no sería la variable dependiente. Las interacciones de la tasa de
En cualquiera de estas interpretaciones causales, el movi- reforzamiento y de respuesta se convertirían en la relación a
miento como conducta era el efecto a explicar, y las causas resi- analizar en términos de los~,parámetTi)ly,lm coristantes contex-
dían en el a mbiente , externo o en una secuencia que comprendía tuales dentro de los que tienen lugar. Marr (1982) ha señalado
un estímulo externo más un evento orgánico interno, ya se tratara recientemente la conveniencia de abandonar la causalidad
de un estímulo producto de una respuesta o de un i
estado energé- mecánica por el análisis de interdependencias no linealesgNo
tico productor de la condición causa] necesaria e nteractiva con el obstante, para hacerlo es necesario percatarse de los supuestos
evento externo. La conducta como movimiento era el efecto a paradigmáticos que han guiado esta práctica teórica y los cam-
explicar, y se convirtió en la variable dependiente de la psicología bios conceptuales correlativos característicos de un enfoque
(véase Skinner, capítulo 2, 1957). La causalidad consistía en el de campo, como el que exige la búsqueda de relaciones funcio-
nales complejas.
36

37
2. Las categorías atomistas EL PAR ADIGM A D EL REFLEJO

de est ado l o scont i nuo - c i ó n 4 ~ o o b s t a n t e, s e s o s t u v o q u e est os eventos st !c, -


ge me cionados para análisis eran representativos de todos los otros
Las descripciones ométricas de la cánica se basaban en
eventos lógicamente considerados como no eventos.
la p osibilidad de calcular cualquier magnitud t omando al punto
como el último ele mento. La concepción at omista de la magnitud 3. Condiciones contextuales
eza
de los cuerpos v sus relaciones era adicional a la mecánicas, dis- e históricas
continua de las acciones mecánicas , que cambiaban t aur través de La mecánica cartesiana planteaba descripciones del movi-
r
dos estados: reposo y m ovimiento . El eflejo, en la b i o logía, se miento de los cuerpos como cambios de locación. Los cambios
relaci pun
co n cib ió co mo u na ó np u n to a to e ntr e lo s i mp u lso s
como estím
u l o y e l e f e c t o c o m o m o v i mmi e n t o . de lugar se representaban como puntos diferentes en el espacio
r
efleja era descrita como una relación reIdiscreta,iento-
estímulo r
disc Así,dela relación
ontinua, geométrico. El espacio, en este sentido, no era idéntico a la loca -
- espuesta, y de no estímulo-no spuesta. Se adaptó el ción concreta. Cuando la concepción mecanicista se extrapoló
lenguaje fisiológico a esta concepción al hablar de impulsos ner- al pensamiento biológico, se concibi¿ , el reflejo teniendo lugar
viosos, trasmisión "todo o nada", estado de reposo periodo en una vía invariante que consistía de fibras aferentes, centros
re
fractario, etc. Los sistemas t eóricos basados en el condiciona- neurales, y fibras eferentes. Na se requerían conceptos de loca-
miento no es caparon a este modelo de repre sentación. El atomis- ción, además de los que procuraba la descripción morfológica
mo y la disc ontinuidad de los estados conductuales constituyeron el de las estructuras nerviosas. En la psicología, se adoptó el para -
marco conceptual de las descripciones t eó ricas y empíricas. Las digma del reflejo como un sistema de representación puramente
re
spuestas y los estímulos se definieron comoeventos p untuales en temporal. Los eventos puntuales ocurrían en el tiempo, y se sos -
tiempo en té rminos de las restricciones m áximas posibles, como layó la locación. La posición de la barra en la cámara operante,
a
nalogía de la preparación aislada de la placa ne uromuscular por ejemplo, era fija, de modo que se suponía que la respuesta
(Skinner, 1931). Con el objeto de cu antificar los eventos puntuales, tenía siempre propiedades especiales constantes. La concepción
éstos tenían que ser in tegrados en clases; no sería posible su lineal de las relaciones entre los eventos obligó a seleccionar los
r
eplicabilidad si se encontraban aislados como eventos singu lares que fueron sucesivos en el tiempo: el evento precedente a la res-
(Schoenfeld, 1976). El reflejo –y p oste riormente la r espondiente y puesta seleccionada, una respuesta predeterminada, y el evento
la op erante– se tornaron un c oncepto de clase; y las res p uestas y los consecuente a dicha respuesta con base en manipulaciones pre -
estímulos como
t instancias singulares,
rep tenían que dis dispuestas. El análisis de la triple relación de contingencias
medirse
c
ontinuos en en elérminos
tiempo. de la etición de eventos cretos, dis. segregó a cualquier otro evento que no pudiera ajustarse a la for -
Las respuestas singulares r epetitivas fueron la base para anali- mulación mecanicista de la causalidad, y en consecuencia elimi -
zar la c o n f i guración de la c onducta en p a trones. Las d escripcio- nó la influencia de los factores históricos como condiciones dis-
nes teóricas de los s e g m entos de c onducta se f o r mularon en tér - posicionales.
minos de los principios que describían i n t e r acciones de estos Ryle (1949) ha distinguido entre los eventos como ocurren -
eventos pu ntuales de respuesta. Pueden encontrarse instancias cias o sucesos, y las disposiciones o tendencias como coleccio-
d e esto s p r i n cip io s en el e n c a d e namiento , el r e f o r zamiento co n - nes de eventos. Los enunciados causales y las relaciones funcio -
d
icionado, la indu cción y el reforzamiento dife rencia¡. luando se nales pueden ser establecidos en relación con los sucesos. Los
tuvieron co ndiciones iones na turales o experi mentales con más de una conceptos disposicionales son solamente susceptibles de enun -
sola re spuesta - en el tiempo , se introdujeron construcciones que ciados análogos a leyes. No obstante, como señala Popper
f
orzaron la incompatibilidad t"Tnporal entre estos events de res- (1972), estos enunciados lascoud"nes iniciales
puesta, por ejemplo, las demoras sobre el cambio en los progra- necesarias para dar cuenta de las relaciones entre eventos como
mas concur rentes. El cas tigo, la evi tación y la e xtinción se suficientes en la descripción científica. La omisión de las condi-
convirtieron en procedimientos ejemplificantes del análisis ciones iniciales necesarias para la ocurrencia de relaciones sis-
conceptual de dos estados, vigente en la teoría de la conducta: las temáticas entre eventos, conduce a la sustitución de las relacio-
respuestas se suprimían, extinguían, o los eventos de est ímulo nes funcionales por enunciados causales lineales relativos a
eran p ropuestos o eliminados. Las respuestas y los estímulos eventos antecedentes y consecuentes. En la teoría y la investiga-
resultaron ocurrir en un continuo en tiempo y espacio de no ción operante, no se han tomado previsiones para formular v
respuesta y no estimula- describir variables disposicionales, aun cuando, recientemente,
38 LA
C AP . 2 . C O N D U C T A H U M AN A

Michael (1982) ha destacado la necesidad de separar lo que él ¿SÓLO CONDUCTA OPERANTE? 39

denomina operaciones de establecimiento de los estímulos dis- cipios obtenidos en situaciones más simples puedan ser útiles
cri
minativos. La sugerencia de Michael, sin embargo, no alcanza para dar cuenta de él.
con
a siderar que las relaciones discriminativas pasadas pueden, ¿Cuáles fueron las innovaciones conceptuales introducidas
y en efecto así sucede, c o nvertirse en condiciones d i s p o siciona- por la teoría operante en el estudio de la conducta? Nos concen -
les en r elación con las con ting encias que actúan. El concepto de traremos en las que podrían considerarse las dos contribuciones
Kantor (1933 ) de facto r d i s p o sicio nal es más ad ecuado para más revolucionarias hechas por Skinner. Estas contribuciones no
tomar en cuenta tanto las interacciones pasadas (o la historia pudieron producir cambios radicales en la teoría de la conducta,
con
ductual) como las condiciones s it t iacionales (en el organis- en la medida en que fueron incorporadas parcialmente en el mar -
mo y en el entorno) en la forma de co lecciones de eventos que co conceptual mecanicista de las formulaciones del condiciona -
int
erac t úa n co mo p r o p e n s io n e s o t e nd e nc ia s q ue f ac ili ta n o miento. No obstante, su reconsideración puede permitirnos
i encontrar nuevas maneras de tratar el problema del análisis de la
nterfieren con interdependencias particulares entre eventos. conducta, y, especialmente, el de los determinantes del compor -
En r esumen, la caracterización p a r a d igmática del concepto tamiento humano.
de reflejo y su transformación p osterior en la dicotomia operante La primera contribución a destacar es la relación particular
respondiente, impusieron restricciones conceptuales s everas a la entre eventos que implica la operante, como una interacción entre
teoría op erante. Estas restricciones p e r s i s ti e r o n, a pesar del aban- el organismo y el ambiente. Aunque ya Thorndike en su Ley del efecto
dono del término mismo de reflejo, a causa de la importancia que había mostrado la importancia de los efectos sobre la conducta, fue
se c oncedió ac los eventos singulares, pu ntuales, r epetitivos , y el el concepto de operante aportado por Skinner el que subrayó que
soslayo de los onceptos históricos r
fund icos y contextuales. Dado el papel los eventos ambientales son dependientes de la conducta. No sólo
amental de la teoría en el i conocimiento científico, estas limi-
taciones no reconocidas nfluyeron no sólo en la interpretación las consecuencias de estímulos afectan a la conducta, sino también
de los fen ómenos, sino t ambién en el proceso clave de seleccio - el comportamiento produce cambios en el entorno. La rela ción
nar datos y diseñar situaciones experimentales. operante como una descripción empírica comprende una doble
dependencia: la presentación de los eventos de estímulo contingentes a
LA CONDUCTA HUMANA:
1 la respuesta del organismo, y la funcionalidad de la respuesta
¿SOLO CONDUCTA OPERANTE? (operante o instrumental) dependiente de los cambios de
En la d i s cusión previa hemos tratado de m ostrar que, en el estímulo producidos –y las nuevas condiciones a responder así
estud io d e la c o nd ucta humana co mo co nd ucta op erante, se emergiendo. Esta doble dependencia entre el responder y los ca m-
bios de estímulos consecued1,es representó un nivel de relación fun-
requiere de terminar si las c ategorías de teoría operante son del
cional, entre el organismo y el entorno, cualitativamente diferentes
to d o a d ecuad as p ara tratar el pro b lema general d el c o m p o r t a = de la ilustración por el condicionamiento clásico –y posteriormente
mien
to. Existen argumentos s uficientes para s ostener, al menos, por el experimento de superstición. En la situación respondiente, el
que los rasgos c on ceptuales de la teoría operante proporcionan organismo es reactivo diferencialmente a relaciones de contingen -
una visión limitada de la conducta c omo , proceso i nteractivo. En cia entre los eventos ambientales. No obstante, la reactividad a estas
este sentido, podríamos plantear que la teoría op erante, c omo un relaciones no las altera. La conducta se articula dentro de las contin-
caso e special de la teoría del condicionamiento, e mergió de una gencias de las variables contextuales en el ambiente, pero no produce
estructura p a r a d i gmática que no c o r r esponde a las propiedades cambios en las relaciones entre dichos eventos. Por el contrario, la
e
speciales que exige la co nducta como objeto de estudio. Por con- relación operante describe una relación de contingencia en la que las
si
guiente, los arg umentos no deben c entrarse en la cuestión de si dependencias entre los eventos en el ambiente son contingentes a la
los conceptos v los datos o btenidos con organismos inf r ahuma- conducta del organismo. Es decir, en la relación operante no sólo es
dependiente el estímulo consecuente de la respuesta del organismo,
nos son repr esentativos y s uficientes para tratar con la conducta
sino la totalidad de las relaciones de dependencia entre los estímulos
humana con un caso especial. S ostenemos que l os conceptos ope- en el ambiente (E°–El, o EC–EIC). La relación operante es más com-
rantes v igentes están insuficientemente a decuados para tratar pleja que la relación respondiente porque incluye las relaciones de
con las co nductas animal o humana. Esto, o b vi amente, no elimi - contingencia que definen las dependencias de estímulo. El estímulo
na el p roblema acerca de las características esp ecíficas del com- consecuente es sólo parte de la dependencia. En este sentido, pode-
por
tamiento humano y la posibilidad de que los conceptos y prin- mos sostener que el proceso descrito por la relación respondiente es
más simple que, y está incluido en, la relación operante.
COND
40 CAP. 2. LA UCTA HUMANA TE?
¿SÓLO CONDUCTA OPERAN 41
co con y l
El ncepto de tinL er .~ia es la segunda innovación clave 0 -
.. tF ducidaenPor
la teoría
Skinnermoderna de la conducta. es marcadamente la respondiente, no porque el estímu lo
Lam antecedente desempeñe un papel no eductor –dado que no hay
entablemente, este concepto fue definido pco obremente. En la diferencias definitivas a encontrar entre las funciones del EC y el E
medida en que el término contingencia significa ndicionalidad en D
–, sino porque la contingencia entre los estímulos se toma
la descripción de relaciones recíprocas entre eventos, pudo haber dependiente del responder del organismo. Este nuevo elemento
conducido al análisis de dependencia mutuas o interdependencias, introduce un cambio radical en las condingencias que operan en la
tal como sugieren las revisiones recientes acerca de la ejecución situación. No sólo se establecen nuevas dependencias, sino, ade-
bajo programas (Morse, 1966; Schoenjeldin y Farmer, 1970; más, los parámetros que operan para algunas de estas relaciones en
Zeiler, 1979). Sin embargo, se confinó a una terpretación je tipo la situación respondiente, cambian su acción debido a la función
causal. Las contingencias se restringieron al análisis de las mediadora de la respuesta operante en el campo de contingencias.
co
ntingencias de reforzamiento, y que consistió en buscar efectos De este modo, la situación operante incluye las contingencias de la
futuros de los estímulos consecuentes en el responder del orga- relación respondiente, pero los parámetros de la dependencia más
nismo (Skinner, 1938, pág. 62), así como en la determinación de simple, descrita por las relaciones contextuales entre los estímulos,
relaciones de contigüidad entre las respuestas y los estímulos sub- se subordinan funcionalmente a las variaciones introducidas por su
secuenies (Skinner, 1948, pág, 168). La linealidad fue impuesta-a dependencia del responder del organismo. Además, las
la interpretación de la relación operante, de tal modo que, dada una contingencias complejas no sólo implican nuevas relaciones de
ocasión explícita o implícita, una respuesta era aseguida por un dependencia, sino también cambios en las propiedades
estímulo que en ocasiones futuras semejantes umentarían –o paramétricas de dichas relaciones.
disminuirían– la probabilidad de que dicha respuesta ocurriera En resumen, consideramos que la conducta operante es
nuevamente. Los c
aumentos y disminuciones en la frecuencia de importante no sólo porque se toma en cuenta al estímulo con-
la conducta se onvirtieron, de esta manera, en la medida básica de secuente que sigue a la respuesta, sino porque este cambio de
esta concepción lineal de la probabilidad (Skinner, 1950, págs. 200- estímulo es producido por el organismo y, de esta manera,
201). La contingencia de tres términos del condicionamiento introduce un nuevo conjunto de relaciones de contingencia en
operante se describió como una relación lineal entres tres eventos: el comparación con aquellas situaciones en que el organismo
estímulo antecedente, la respuesta, y el estímulo ubsecuente. La reacciona solamente ante las dependencias entre el estimulo.
c
ontingencia era c onsiderada como una dependencia doble entre Las relaciones de contingencia no se limitan a los parámetros
la condición antecedente y la respuesta, y entre la respuesta temporales involucrados, sino que consisten en dependencias
y la consecuencia del estímulo o, mejor dicho, como la dependen- funcionales recíprocas que deben considerarse como una tota-
cia entre la-ocurrencia de la relación de respuesta-estímulo, dada lidad con el fin de proporcionar una descripción adecuada de la
una ocasión o un estímulo antecedente. La diferencia con respec- conducta que se analiza. Las relaciones operantes incluyen más
to a la relación respondiente se basaba en la supuesta función pro- que una contingencia de tres términos, y no interactúan con –o
vocadora del estímulo antecedente en esta última y la ocurrencia incluyen a– las relaciones respondientes. Las contingencias
de estímulos consecuentes, aun cuando su presentación pudiera estímulo-estímulo están siempre presentes en la situación
ser adventicia, como sucede en la superstición. operante, pero son funcionalmente dependientes del papel
Al examinar las contingencias que operan en ambas relacio- mediador crítico del organismo que responde en el establecimiento
nes, sobresale un factor crítico distintivo. Como han sugerido otros y cambio de las contingencias.
autores (Rescorla y Wagner, 1972), se establecereuna relación de La conducta humana, con excepción de la primera etapa de
contingencia entre los estímulos en la situación spondiente. Sin desarrollo, en la medida en que comprende la transformación
embargo, esta relación comprende una doble dependencia. Por un activa del ambiente, requiere de una descripción que involucre
lado, el EIC es contingente a la presentación del EC; por el otro, lo contingencias producidas por el individuo. En este sentido, es
que se ha denominado la funcióninter de "señal" del EC depende de la correcta la afirmación de Skinner (1957) de que la conducta
presentación del EIC; ambos son dependientes. La respuesta del humana transforma el ambiente. No obstante, sostener que la
organismo no es sólo una "anticipación" de la ocurrencia del EIC, conducta humana incluye procesos relacionados con las contin-
sino también la reacción diferencial ante una contingencia en el gencias comprendidas en las situaciones operantes, no significa
ambiente. La respuesta respondiente permite c
omportarse con necesariamente que esté solamente gobernada por dicha clase de
respecto a nuevas relaciones funcionales cambiantes y crecientes contingencias. La conducta humana incluye a las contingencias
de las propiedades de y entre los estímulos. La situación operante operantes, pero no es una conducta operante, del mismo modo
42 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA
¿SóLO CONDUCTA OPERANTE? 43

que la conducta operante incluye contingencias respondientes


pero no es una conducta respondiente. de reforzadores y punidores operantes. La conducta, al hacer
¿Por qué pensamos que la conducta humana no es solamente ciencia, lógica, musica, poesía y así por el estilo, no puede redu-
una conducta o p erante? Podemos a delantar los s ig u ie n te s cirse a descripciones simples en términos del control del estímulo
argumentos: y el reforzamiento. Las contingencias conductuales pueden ser
identificadas en términos distintos a los que emplea la teoría ope-
1. Existen relaciones de contingencia descritas en la conduc- rante. Para hacerlo, sin embar-,o, es necesario abandonar las con-
ta animal que parecen ser más complejas v, cepciones del paradigma del reflejo y buscar nuevas relaciones
pueden- incluir a la relación _, por consiguiente, complejas de contingencia mediadas por el individuo que no se
ción operante; muestra (Cumming y Beri~ v.gr., a igualación de la comporta de modo lineal con el ambiente.
cional (Sidi—nan y TailbY, 1982)
m v manv 1965), la discriminación condi-
nismos (Hake, ías relaciones sociales interorga- Reconocer las diferencias críticas que hay entre el comporta-
Donaldson v Hiten, 1983) '
2. Laconv
conducta humana se basa en repertorios 0 sistemas miento humano v el no humano no significa reconocer las necesi-
reactivos encionales en Contraste con el responder biológi- dades de postular variables internas o principios emergentes no
v situ
co, que está inculado con la acionalidad de los organismos relacionados con los pmcesos estudiados en las situaciones res-
infrahumanos. pondiente y operante. La conducta como interacción representa
3. Loscons
lenguajes n c pr clases distintivas de mediación de las contingencias, es decir,
humanos, tituven - aturales
- s
Y formales, omo oductos socia- les
conti representa dependencias entre los diversos eventos y los organis-
gen la funcionalidad áel responderistemasconvde
encional.ngencias que restrin- mos que participan de una relación. La búsqueda de complejidad
4. responder convencional carece
El morf de cualquier corres- diferencia en la mediación de las contingencias, permite reconocer
pondencia fisi
ológica con los eventos coquímicos y biológi- niveles jerárquicos en la organización de la conducta, sin que ello
cos y, por consiguiente, permite el desligamiento f
unciona] de la obligue a postular entidades internas o principios emergentes
conáucta indivi-dual respecto de las contingencias sítuacionales autónomos. La conducta humana es diferente de la conducta
inmediatas.
a
Este cohecho esg central para una reinterpretación de] animal del mismo modo que se puede describir diferencialmente
utocontrol y la nducta obernada
con
por reglas, que reducen las la conducta entre la diversidad de pli ' vla, porque los sistemas
tingencias e interaccíones sustitutivas a relaciones más sim- reactivos, las contingencias ambientales y las condiciones esti-
ples como las de la dísc riminación operante y el reforzamiento y mulativas son distintas. Las diferencias no residen solamente en la
castigo demorados. forma de la conducta; éstas se constituyen en los procesos de
5. La conducta humana consiste en responder e interactuar mediación de las contingencias por parte del individuo humano.
obe¿lcon la conducta de otros individuos v sus productos. Estos Identificar dichos procesos de mediación significa comenzar
eventos v relaciones , dadap a r su naturaleza- convc oencional, no con el análisis de los campos de contingencia más simples que ya
parecen ecer los mismos ámetros que las n t ingencias incluyen una conducta, y proceder gradualmente hacia los nive-
entre eventos fisicoquímicos. les superiores sobre la base de formular conceptos que capten
6. La conducta humana es un proceso interactivo cuyos para- las interdependencias entre la conducta, los eventos de estímulo v
metros no pueden sintetizarse a partir del análisis de componen- los factores contextuales. No obstante, el análisis de los elementos
tes singulares. y de otras relaciones más simples no proporciona los conceptos o
7. El responder conVencional no implica sólo la posibilidad de el conocimiento necesarios para analizar la organización de
interactuar en diferentes di
mensiones de tiempo Y espacio de las situaciones bajo contin gencias complejas. El análisis de la
situ co conducta no humana, es decir ' la conducta organizada con base en
de las contingencias acionales, sino también mprende el
hecho
c
de que las contingencias son introducidas
su y
v creadas mediante sistemas de contingencía convemcio-n-ales, es necesario, mas no
onvención. El responder lingüístico stitu e las dimensiones de suficiente, para la comprensión del comportamiento humano. La
op
c
eración de la contingencia, sity hace
-
a un lado las relaciones fisi- inclusión de las relaciones simples dentro de las interacciones
oquímicas que actúan en la ua ción. La Psicología social ha sido humanas no significa que la conducta humana sea susceptible de
mi¡\, generosa en ejemplos de este hecho. reducción a dichas descripciones. Las relaciones, parámetros y
8. Los sistemas de contingencia convencionales introducen formas de comportamiento nuevos exigen de herramientas
consecuencias mediadas por la conducta, las cuales debido a su conceptuales específicas.
cOndición arbitraria, no son susceptibles de describir en términos La teoría de la co'nducta y particularmente la teoría del condi-
cionamiento -incluyendo la concepción operante-, han presta-
44 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA REFERENCIAS 45
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su cometido en la construcción de una ciencia del comporta - Marr, J., "Determinism", The BehaviorAnalyst, núm. 5, 1982, págs. 205-
miento, y que ahora sea oportuno buscar p r o p osiciones innova- 207.
doras que surjan del conductismo como una filosofia de la psico - Michael, J., "Distinguishing between discriminative and motivational
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46 CAP. 2. LA CONDUCTA HUMANA

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de la conducta?

A pesar de que han transcurrido casi setenta años desde que


Watson publicó el Manifiesto conductista (1913), aún perduran
algunos de los problemas conceptuales que pretendió superar.
Muchos de estos problemas provienen del hecho histórico de que,
si bien la psicología rechazó la introspección como método analíti-
co, no canceló a la subjetividad y la internalidad como constructor
conceptuales. Esta problemática ha sido expresada en tres formas
principales. En primer lugar, como la reincorporación teórica de
términos descriptivos de sucesos mentales varios que son sustan-
cialmente diferentes a la conducta; en segundo lugar, como la pos-
tulación de modelos cognoscitivos sofisticados en un maquinismó
que ubican la causalidad en el organismo; en tercer lugar, como
una preocupación dentro del análisis experimental de la conducta
por el tratamiento conceptual de la -Vida personal interior" coti-
diana en forma de eventos privados. La aceptación de eventos pri -
vados, ya sea como estímulos o como respuestas, tiene implicacio-
nes no só lo p ara el teórico p reo cup ado po r lo s co ncep to s
vinculados con el organismo como individuo, sino también para la
orientación de prácticas tecnológicas que otorgan-a dichos even-
tos supuestos propiedades funcionales críticas.
Dado nuestro interés en la teoría de la conducta, nos con -
centraremos exclusivamente en la significación que tiene la
INTERNO-EXTERNO 49
48 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS lo dado, lo material. El hombi:c se fraóriit:t&Li5 y se desarrolló en dos
mundos: el del hombre como objeto inanimado, material,
O ,f ,
P Stulac-.* )n de eventos Privad( ,,, en el ar—á!`_si*, de la conducta gobernado por las leyes de la mecánica, y el del hombre como
p
humana, bajo la remisa de que dicho
p la
nteamiento no tiene agente, sujeto, ser anímico, en el que se da un proceso paramecá-
diferencias esenciales respecto de aquellos que se enmarcan en nico de lo inmaterial con lo material. La causalidad ya no sólo sig-
Posiciones dualistas ajenas al conductismo . Para aclarar el curso nificó la acción mecánica objetal de lo externo sobre el hombre,
c
de nuestro análisis, omenzaremos por diferenciar un con- sino también la acción paramecánica de lo inmaterial osobre lo
junto de dicotomías que se han tomado, formal o rtualmente,
vi material en su subjetividad frente a lo exterior. Es así que ra subje-
como equivalentes. tividad, en rigor, no corresponde a un problema empírico del
Nos referimos a los polos de ¡o objetivo-subjetivo, externo- hacer del hombre, sino más bien a una mitología sobre ese hacer
públi C
interno, co-privado v manifiesto-implícito. onsiderarnos escindido de su concreción (Rycle, 1949)
po , ac
que la stulació.,- de eventos privados como ontecimientos La escisión &1 hacer del hombre en los mundos fenoméni-
co i
internos, nstitutivos de una subjetividad naccesible, se funda- cos es la condicion necesaria para la subjetividad, pues sin dicha
hi
menta stóricamente en concepciones ontológicas y epistemo- fragmentación en un plano espiritual y otro material, el problema
lógicas dualistas. El dualismo, como teoría de los dos mundos, de la subjetividad pierde tod sentido. Como ya hemos señalado
ubicó en la "interioridad " del hombre como sujeto el reflejo de previamente (Ribes, 1982x), fue la distorsión cristiana del con-
la perfección, es decir, de las formas puras proyectadas en él por cepto aristotélico del alma la que permitió, en lo formal y en la
la divinidad. Esta mitología de la subjetividad, que implica anti- práctica lingüística ordinaria, que la subjetividad se sustancializa-
ma * p
terialidad, aun cuando germinada en el ensamiento preso- rVSegún Aristóteles, el alma es una interacción entre cuerpos
y
crático ' el platónico, adquirió carta de naturalización formal en con vida con otros cuerpos, potencia
e de la materia con forma
c
la ciencia de occidente a partir de Descartes y la onsolidación hecha acto; consecuentemente, , en ella no tiene cabida la subjeti-
ju
de la tradición deocristiana. . vidad.T-1 comportamiento, como interacción o interrelación, no
puede alojar conceptualmente una instancia subjetiva, no porque
ello signifique la negociación de las características idiosin¿'ráti-
OBJETIVIDAD-SUBJETIVIDAD cas del hombre como individuo, sino porque la subjetividá4 es
solamente una construcción ideológica que anula todo análisis
En lo que toca a la dicotomía sujeto-objeto o subjetividad- del comportamiento, en tanto interacción, como relación empírica
objetividad, ésta ha constituido uno de los tópicos centrales del legítima en sí misma. La subjetividad, como práctica lingüística
m
pensamiento etafísico.'Ie ha formulado como problema en dos que es, no debe ser explicada apelando a varios mundos de las
planos distintos. El primero en un plano ontológico, de la existen cia sustancias o los fenómenos, sino mediante la determinación de la
s génesis social de dichas prácticas, tanto en lo colectivo como en lo
de las sustancias, en el que la ubjetividad como alma interactúa o
par
actúa alelamente con la materia; el segundo, en un plano individual. La subjetividad no se expresa, es solamente una forma
ep s
istemológico en el que la ubjetividad como mente (Alcaraz, de referirse a prácticas lingüísticas acerca del individuo que
co
1982) se torna el agente de nocimiento, ya sea como construc - interactúa; no es causa de la interacción, es la forma lingüística
tor de la realidad a través de las
repr
esentaciones y formas con- ordinaria de referirse a ciertos niveles de interacción.
ceptuales, o bien mediante la atribución de significados y orden a
c ex
los "productos" y " ontenidos" de la periencia sensible (Cassi-
con
rer, 19-7 l).Ta naturaleza silente de los procesos de ocimiento,
--ra-frt— co ne
' osensóriales co mo nceptuales, cond ujo cesariamente a
con
la metáfora del ocimiento como un mundo interior, como un
h
omúnculo no material en un hombre material. La dualidad de INTERNO-EXTERNO
los mundos planteó el problema de cómo y dónde interactuaban o
se reproducían fe no meno lógicamente dichos mundoW La solu- La dicotomía interno-externo no es ajena a la tradición con-
ción histórica a esta i nterrogante fue el cerebro (Popper y Eccles, duetista, aun cuando la distinción carezca de legitimidad concep-
1977), y las distintas teorías sobre la
red
uctibilidadp transforma- tual dentro del conductismo, al menos dentro del conductismo-
ción de los dos mundos
ferio nié
nicamente distinto El cerebro se radical y/o interactivo (Skinner, 1938; Kantor, 1959). El interés de
convirtió, de este modo, en el agente o asiento del agente subjeti vo Skinner por "Boring-desde-adentro" (1945) y por "el mundo debajo
de las acciones del hombre. La subjetividad significó la separación de la piel" (1953), ilustra el arraigo adquirido por la dimensión
o
del hombre y sus acciones frente a la bjetividad, lo objetal, interno-externo en relación con el análisis de la conducta. De
algún
modo, esta distinción es consustancial a la subjetividad-
50 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS PÚBLIC O-PR IV ADO 5 1

Objetividad previamente discutida , y en o casiones ha cOMprendi-


do, de manera in correcta, la dimensión público-privado: El
pro privado con lo interno, y lo público con lo externo. Más adelante
blema de los términos subjetí analizaremos la significación de la distinción público-privado.
te con el de los estímulos vos no coincide exactamen-
¡ación estrecha. Os Privados, pero existe entre Pero ¿qué se quiere decir cuando se habla de lo interno y
ellos
Debemo cuna vincu- caracterí lo externo al organismo? ¿Realmente hay acciones del organismo
v s onocer las sticas de las respues- tas
erbales a los estímulos privados s externas a él? Suponer que la piel es el límite de la exterioridad-
op
con el fin de abordar el análisis
eracional del término subjetivo ( ... ) cada hablante posee un interioridad de las acciones del organismo es un sinsentido, pues
mundo privado de estímulos, pequeño, pero importante; hasta donde ninguna acción del organismo puede, en el sentido estricto, ser
sabemos, sus reacciones a éstos (estímulos a sus reacciones a los exterior a él. l o que es exterior es el efecto sobre un observador,
j a
o s pág.ne v e nt t oes se x t e r n oys ( s u b privados) son mu
rs a v ea d oms m e í o- s ) de modo que la distinción interno -externo se refiere esencial -
(1945, 273).
mente a la influencia de las acciones, todas ellas interiores a un
organismo, que pueden afectar a –y ser observadas por– una per-
Fundamen
talmente, el comportamiento es acción o, más sona distinta. En la medida en que este, ocurre, se habla de obser-
propia
mente dicho, i n teracción y, dado que no hay a cción sin vabilidad de la conducta en referencia al organismo que actúa o
contacto f u ncional con los objetos o e v entos de un entorno la in te ractúa. Sin embargo, el organismo como cuerpo biológico,
distinción interno-externo parece perder toda validez o signifi - constituye un conjunto biológico, un conjunto de acciones todas
cación. La reificación c a r tesiana del comportamiento específi - interiores a él, los móVirri'ient6s, las reacciones sensoriales, e
camente humano en la forma de la mente c o mo s u s tancia espi- incluso aquellos cambios que ni siquiera la persona observa en sí
ritual, condujo o a la loc alización de una entidad esencialmente misma. Cuando una persona escucha, ve, siente, degusta, huele,
inespecial (conviene, recordar la diferenciación hecha por Des - las acciones tienen lugar (parcialmente como respuestas y/o estí -
cartes entre lugare syp eespacio). Ryle (1949) describe agudamente mulos) literalmente, en el organismo. De lo anterior no se des -
esta mitología
externo, cuando afirma: cializada de los dos m u ndos, el interno y el
prende que existan acciones exteriores por el solo hecho de que
un observador externo a la persona pueda ser afectado estimulati -
cuerpos h umanos
...Losmecáni gob
están en el espacio y están sujetos a vamente por sus acciones. Las acciones son las mismas, lo que
las
esp
leyes cas que iernan a todos los demás cuerpos en el cambia son los observadores y, en consecuencia, la naturaleza de
acio. Los procesos y e estados corporales pueden ser inspeccio- las interacciones que tienen lugar. La dimensión espacial de las
nados por observadores xternos ( ... ) Pero las mentes no están en el acciones, en tanto que son acciones del organismo, tienen lugar
espacio, ni sus oper aciones están so metidas a las leyes obser
mecánicas.
El funcionamiento de mente no es
testi
moniable por otros vadores; siempre, y de manera no métafórica, en el mismo. En la medida
su carrera c
es privada (...) Así, una persona vive dos historias colaterales: en que son observadas por un agente externo, las acciones son
una que onsiste en lo que pasa en y a su exteriores al organismo, pero no como tales, sino como compo -
cuerpo, y otra que consiste en e. lo qen yasumente. nentes partícipes de una interacción. Postular la división de los
Lapri
mera es pública; la segunda privada (ue...pasa ) - eventos conductuales en internos y externos peca de redundancia
bif
urcación de sus dos vidas y sus dos se mundos S acostumbra
diciendoexpresar
que esta
las cosas v los eventos que pertenecenal mundo físico, incluyendo PUBLICO-PRIVADO
el propio cuerpo , son externos, mientras que la acción de la pro- La antítesis público-privado comparte los elementos esencia-
p
ia mente es interna. Esta antítesis de lo externo y lo interno no es
más que una metáfora, puesto que las mentes, al no estar en el les del malentendimiento que caracteriza a la distinción
e
spacio, podrán ser descritas estando espacialmente dentro de
no11-12). externo-interno. La privacidad de un acto no se contrapone a su
ellas (págs.
observabilidad como evento público, es decir, como
acontecimiento que puede ser descrito en consenso por más de un
La metáfora de la antítesis intern o-externo , con r especto a los
observador.
P ocesos mentales y los corp orales, no es más que una extensión
r
eq Hablar ' de la privacía de un evento es referirse a su especifici -
uívoca de una d i c otomía de dos mundos, uno espacial y otro
dad, a su unicidad de ocurrencia. En este sentido, todo evento que
puramente t emporal, en t érminos de su observabilidad por un
ocurre bajo condiciones específicas es privado, sea o no psicoló -
agente" o "mente" distinta de la que tiene acceso d irecto a su
gico. Un evento físico es tan privado como un evento psicológico.
Propio funcionamiento. De ahí que se acostumbre identificar lo
Sin embargo, en el sentido estrictamente psicológico, tampoco es
CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS
IMPLÍCITO-MANIFIESTO 53
Pertinente la distinción de los eventos pri—ados en términos de su
ocultamiento a otro observador, pues is es la observabilidad ,que una persona con base en un acv, – ardo o convención. Su referen-
define la privacía. Tan privado es un dolor de muelas como lo es la ciabilidad por convención es le , que tos define co m o p_'_ -
forma particular en que toco el piano o escribo una carta. os. Lr, calidad "pública" de un evento, por consiguiente, tampoco
Citaré en extenso el texto de Kantor (1981) en que analiza con tiene que ver con su observabilidad directa por parte de una
( p recisión este problema, y destaca en especial, cómo el propio segunda persona. Los eventos observables por una segunda
S k inner ha caído en la trampa del argumento dualísta. Kantor persona pueden no ser públicos, y los eventos no observables por
esta segunda persona pueden serlo. La distinción público -
S eñala que:
privado es, por lo tanto, una falsa dicotomía, pues un evprito
...una actitud interesante es la asumida por un con, luctista que no se público puede ser a la vez privado.
ha emancipado por completo de un antecedente dualista, y quien
usa el término "privado" en su connotación popular cuando afirma
que la respuesta del individuo a un diente inflamado, por ejemplo,
no es como la respuesta que cualquier otro puede dar a ese diente IMPLÍCITO-MANIFIESTO
particular (Skinner, 1953, pág. 257). Lo queel conductista sosla ya es
que se puede expresar el mismo enunciado de cualquier objeto de Señalada la falta de adecuación lógica de las dimensiones c'-e
estímulo, como por ejemplo, atrapar un frisbee, incluso por el mis- objetividad-subjetividad, externo-interno y público-privado para
mo individuo, en un segundo intento. Aquí se trata simplemente de analizar los problemas relacionados con la observabilidad de la
la especificidad de los factores en un campo particular. Si el diente conducta, consideramos que la distinción implícita-manifiesto es
inflamado está en la boca de John Jones, es él quien interactúa con pertinente para este particular.
su diente, pero el diente inflamado es un objeto público con el que Los eventos que ocurren en el organismo simpre tienen una
ínteractúa específica y profesionalmente el Dr. John Doe, dentista primera dimensión como respuesta; es decir, toda ocurrencia del
G.) El conductista ilustra al lector cuando di¿e: "con respecto a cada organismo es una acción reactiva. En este sentido, debe distin -
individuo, en otras palabras, una pequeña parte del universo es pri- guirse, por consiguiente, a los eventos como concurrencia de
vada" (Skinner, 1953, pág. 257). El conductísta no se percata de que
en un mundo en el que cada evento es "privado", es decir, único, nb aquellos otros procesos, tendencias o estados del organismo que
hay el problema de la privacía. Todo es,públíco en el sentido de que no son acontecimientos singulares. En la medida en que los even -
todo es disponible, directa o inferencialmente por observación. No tos del organismo ocurren siempre en primera instancia como
hay problema a ser resuelto si se tiene que ver con campos, de modo respuestas –aparte de las propensiones, estados y disposiciones~ es
que hay varios componentes de un evento que suministran informa- necesario analizar la distinción implícito -manifiesto en reía- ción
ción. Los misterios de la privacía deben su fuente sólo a vestigios no con los sistemas reactivos del organismo.
reconocidos de pensamiento trascendental (pág. 104). La distinción implícito-manifiesto, como cualquier otra dis-
Más adelante analizaremos cómo la interacción pública, des - tinción de carácter psicológico, señala propiedades funcionales
crita como "responder a un evento privado", puede ser abordada de los sistemas reactivos y, por consiguiente, no es restringible a
desde la perspectiva de su génesis conductual. Debe quedar claro, una clase particular de morfología de respuesta. Un ejemplo de
sin embargo, que los eventos privados no se refieren a eventos no esto es que puedo hablarme a mí mismo acerca de una situación
públicos o no observables, sino a eventos singulares. no presente y, con el mismo sistema reactivo, hablar a otro acerca
Lo público se refiere al acuerdo por consenso para referirse a de su apariencia en dicho momento.
los eventos, y no a su accesibilidad a la observación por otro. Con base en el análisis de Kantor (1926) sobre los sistemas
Público y privado, por consiguiente, no sólo son polos opuestos reactivos, destacaremos algunas características de éstos, perti-
de la ocurrencia o la naturaleza de un evento, sino también dos nentes al tópico bajo examen. Hay varios criterios para clasificar
dimensiones diferentes de descripción. las respuestas de un organismo. Una de ellas es su dimensión efec-
La asimetría de la dimensión público-privadp estriba en que tividad-merectilvidad, que se identifica a p~ dei cambio operado
lo privado se aplica a eventos susceptibles de observar o no por en el objeto de estímulo. Una clase particular de las respuestas
una segunda persona, y tienen la característica de que son espe- inefectivas es la de las respuestas afectivas, es decir, aquellas cuyo
cíficos a la circunstancia, es decir, singulares. Su observabilidad único efecto tiene lugar sobre el propio organismo. La observabi -
lidad de las respuestas no es la propiedad que define su efectivi -
no define su privacidad. En lo que corresponde a los eventos dad o inefectividad, dado que estas últimas pueden ser tanto músculo-
w"
públicos, éstos son eventos a los que pueden referirse más de esqueléticas como visuales. La dimensión apariencia-no apariencia de un
sistema reactivo, definida frente a un observador
o"
o"
54 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS
ANÁLISIS DE LOS EVENTOS PRIVADOS 55
que no es el que reacciona, se refiere precisamente a la observaba-
acuerdo con las circunstancias, como aparentes-no aparentes,
- efectivos-inefectivos y manifiestos-implícitos.Debe tenerse en
Udad que p resenta para otra de las r e s p uestas como evento. La cuenta, sin embargo, que en ningún caso son eventos que pue -
o
bservabilidad no se refiere a las dife rencias i ntrínsecas de los sis dan ocurrir al margen de objetos de estímulo presentes y, por
temas reactivos , sino a las de su carácter descriptivo , dado que tanto, su descripción sea ajena a convenciones que definen su
hay respuestas que, p ara la apariencia de otro o bservador, varían carácter de eventos referibles.
en diferentes circu nstancias, e i ncluso, en mo mentos, varían para El problema estriba en analizar cómo las respuestas no aparen-
el propio organismo reactivo. Existen, además, como dimensión tes, inefectivas e implícitas son describibles como eventos públi -
comple
me n t a r i a d e l a e fe c t i v i d ad - i n e f e c t i v i d ad y a p a r i e n c i a - n o cos, independientemente de su naturaleza esp ecífica, singular e
apa
riencia, los sistemas reactivos implícitos y los manifiestos. individual. Su no apariencia no es definitoria de una naturaleza dis -
Las r espuestas ante estímulos p resentes en lo inmediato cons- tinta, como ya lo ha señalado Ryle (1949) con respecto a las emo -
tituyen sistemas reactivos m anifiestos, y las respuestas dadas ante ciones, el intelecto y el autoconocimiento:
objetos de es tímulos no disponibles en lo in mediato pero sustitui- Mantener nuestros pensamientos a nosotros mismos es un logro
dos por otros, se dan como sistemas reactivos implícitos.
Tanto en las re spuestas implícitas como en las manifiestas hay rer,naA- Fue hasta la Edad Media que las personas aprendieron a
siempre un objeto de estímulo p resente. Lo que las distingue leer sin hacerlo en voz, alta. De igual manera, un niño tiene que
re
como spuestas es su naturaleza funcional frente a dicho objeto aprender a leer en voz alta antes de leer en voz baja, y a charlar en voz
de afestímulo. Un sistema de respuestas impl ícito puede ser aparen- alta antes de charlar consigo mismo. Aún así, muchos teóricos han
te, ectivo e inefectivo. supuesto que el silencio en que la mayoría de nosotros hemos apren-
El que en algunas ocasiones, como en pr ocesos de dido a pensar es una propiedad definitoria del pensamiento (...) Pero
n
aturaleza si mbólica, el sistema reactivo sea implícito y a la vez él silencio, aunque a menudo es conveniente, no es esencial (...) La
no aparente, no significa que su carácter de implícito dependa gente llega a suponer de que hay un misterio especial acerca de
de –o defina– su no ap a riencia, y mucho menos que, por ocurrir cómo publicamos nuestos pensamientos en vez de darse cuenta
ante un objeto de estímulo sustitutivo que puede ser o no de que empleamos un artificio especial, para mantenerlos para noso-
p
roducto de la propia acción de la persona, el evento en tros mismos (pág. 27).
cuestión sea puramente de e s tímulo y causal de las respuestas
ap
arentes. Como señaló Kantor (1922): EL ANÁLISIS DE SKINNER DE
... parece haber una diferencia i
obvia entre, por ejemplo, D
el acto de LOS EVENTOS PRIVADOS
tomar un objeto y el de ntentar o desear tomarlo. ebemos pre-
g
d
untarnos porpriqué el aparentemente "interno" acto imp lícito es
iferente, en co ncipio, de cualquier otro tipo de acción. Estamos
firmemente nvencidos de que el conocer o el acto interno es Una vez precisado el significado de las diversas dimensiones
una respuesta distintiva a un reestímulo, como lo es la respuesta de terminológicas que se aplican al análisis de los eventos "priva -
tomar
o
algo y, aún más, una spuesta al mismo estímulo ( ... ) lo dos", destacaremos dos puntos fundamentales.
culto de un acto no debería inducir a pensar en él como una cosa 1. Con respecto a la funcionalidad de los eventos no aparen-
mental, porque, ciertamente, nada podría estar más escondido de
obs
la ervación que el acto de la digestión (pág. 503). tes y los implícitos, éstos tienen un primer nivel de ocurrencia
como sistemas reactivos, y no se distinguen en sus propiedades de
En la medida en que la ap ariencia o r elación directa con un aquellos que son aparentes y manifiestos. En última instancia, la
objeto de estímulo y la efe ctividad de un sistema reactivo sobre distinción implícito-manifiesto plantea problemas relacionados
un objeto u o bservador no son e q u i valentes, el p roblema funda - con la organización de funciones complejas de estímulo -respues-
mental se centra en el có mo se "construyen" ge n é r icamente las ta, independientemente de toda referencia a la observabilidad
des
cripciones de las respuestas de la persona a su propia reacti - inmediata por parte de sus componentes.
vidad y a los otros, en términos que "contienen" ref erencias a la 11
s
ubjetividad", la "internalidad" la " 2. La subjetividad, privacía y/o internalidad de los eventos
d
sino y a "privacidad". Éstas no son psicológicos no tiene relación con su estatuto de existencia como
imensiones de los eventos, Slno más bien formas descriptivas eventos físicos o como eventos "mentales", sino que constituyen
dsue e v e nto s q u e so n e s e n ci al me n te p úb li co s , e n ta
nt o q u e so n un problema relacionado con los niveles de descripción que una
sceptibles de ser descritos y ubicados en forma diversa y de
comunidad lingüística establece para referirse a-formas particu-
56 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS ANÁLISIS DE LOS EVENTOS PRIVADOS 57
lares de interacción de una persona con otras o consigo misma. —
cisión con que m ob-ci„a-w- externo que no tiene acceso al
Er. esta medida, carece de pertinencia todo planteamiento que mundo privado de estímulos internos de un hablante refuerza
destaque la naturaleza especial de ciertos eventos en términos de apropiadamente sus verbalizaciones acerca de dichos eventos.
su observabilidad e identifique esta propiedad con una cualidad Dada la existencia de eventos privados fisicos debajo de la piel del
particular. Dada la existencia de eventos no aparentes, incluso hablante, los cuales tienen función de estímulos para éste antes
para la misma persona que los produce mediante su reactividad de que pueda hablar acerca de ellos, el análisis del problema se
orgánica, el problema se formula en términos de la &nesis. & las traslada a identificar las estrategias que adopta la comunidad ver -
descripciones sociales que permiten al individuo responder a bal para enseñar respuestas verbales bajo el control de estímulos
dichos eventos fisicos en forma de eventos psicológicos referencia - internos (tactos autodescriptivos), y reforzar apropiadamente la
bles como "acontecimientos privados" o "eventos internos". En correspondencia de dichas verbalizaciones con la ocurrencia de
otras palabras, el problema se desplaza de la suposición de que las dimensiones de estímulo pertinentes.
existe en efecto un mundo privado, interno, que adquiere funcio - La preocupación teórica se expresa en la identificación de los
nalidad hacia el exterior por medio de las autodescripciones que el eventos públicos, entendidos como aparentes para un segundo
individuo realiza vía su aprendizaje acerca de cómo referirse a ese observador, que permiten a éste correlacionar la ocurrencia del
murido*, hacia el análisis de cómo la comunidad lingüística, evento privado, no aparente, con el fin de estipular y administrar
mediante las- convenciones descriptivas, crea o construye en el las contingencias de reforzamiento definitorio de un control de
individuo que alcanza un nivel particular de evolución conduc - estímulos "adecuado" de la conducta verbal autodescriptiva. Los
tual, formas reactivas que le permiten referirse a interacciones con eventos públicos que sirven a- este propósito, tienen ocurrencia,
otros y con su propia reactividad (antes no aparente, incluso para según Skinner (1945), de cuatro maneras:
él mismo, como eventos), en términos propios que corresponden a
1. Como acompañamiento regular del estímulo privado, es
la funcionalidad pública y social de dichas interrelaciones.
decir, como estímulo público asociado.
Sorprendentemente, el análisis que realiza Skinner sobre los 2. Como respuesta al estímulo privado.
eventos privados se inscribe en la primera posición. Skinner exa - 3. Como respuestas manifiestas que se vuelven cubiertas.
mina esta problemática en varios escritos (1945, 1953, 1957, 4. Como el proceso de inducción, ante estímulos privados,
1969), sin embargo nos centraremos, con propósitos críticos, en de una respuesta previamente adquirida ante estímulos
su artículo "The Operacional Analysis of Psychological Tercos", Y públicos.
en la sección que corresponde en el capítulo sobre el tacto en su
obra Verbal Behavior.
Skinner parte del supuesto de que existen eventos debajo de Asimismo, Skinner resume el planteamiento de "...cómo la
la piel que son funcionalmente aparentes al individuo como es - comunidad logra la contingencia de reforzamiento" (pág. 272)
tímulos internos. Aun cuando asume que dichos eventos son de estableciendo que:
naturaleza física, plantda dos condicionantes de principio: ...una respuesta verbal ante un estímulo privado puede ser mantenida
1. - Que los eventos "internos" ocurren en primera instancia
fuerte mediante el reforzamiento apropiado que se basa en las
como estímulos, y no como reactividad del organismo frente a consecuencias o acompañamientos públicos, como en los puntos 1 v
condiciones de estímulo en forma de objeto o acontecimiento 2, o mediante el reforzamiento acordado cuando la respuesta es
que afectan al individuo. efectuada ante estímulos públicos, ocurriendo el caso privado por
2. Que los eventos "internos" o "privados", en la medida en inducción cuando los estímulos son sólo parcialmente similares
(pág. 274).
que ocurren como eventos fisicos aparentes sólo para Ja observa-
ción del propio individuo que los "contiene", poseen funcionali - Así, la dimensión pública del proceso se identifica con la
dad como eventos psicológicos. observabilidad de un evento físico correlacionado en tiempo v/o
espacio con un evento "privado", y no es concebida en términos
A partir de estas dos premisas, la tarea fundamental, por con - de la naturaleza misma de la convención lingüística que genera –
siguiente, consiste en examinar las formas en que la comunidad o da lugar a– la "descripción" de eventos referidos como "priva-
verbal establece en el individuo las conductas lingüísticas apro - dos", "internos" o "subjetivos". De este modo, el planteamiento
piadas para referirse o autodescribir dichos eventos ya existentes de Skinner se asemeja al del conocimiento intersubjetivo de
como eventos psicológicos. El problema se circunscribe a la pre- "otras mentes", y de la proposición de fórmulas operacionales
58 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL 59

g
para facilitar dicho ' cho conocimiento mediante el lenguaje. El ¡en- c as sueri
p
o res, El lenguajep ara uno misnio se ori ina a trav é
diferen ciaciones respecto de l lenguaje de los otros (pág. 174). s de
guaje se conceptualiza como tin instrumento de comunicación o
conocimiento social de mundos subjetivos, privados, anteriores o
independientes de su descripción lingüística. En el análisis acerca de cómo surge el lenguaje para uno mis -
mo, como lenguaje interiorizado, agrega
...tanto subjetiva como objetivamente, el lenguaje egocéntrico
UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL representa una transición entre el lenguaje para los otros y el lenguaje
Como hemos señalado en el examen del análisis realizado para uno mismo. Aunque se posee la funcionalidad del lenguaje
l
por Skinner, la identificación de los eventos "privados", "inter - interiorizado, en su expresión permanece similar a la del enguaje so-
nos" y /o "subjetivos" como eventos físicos, no evita caer en una cial (pág. 180).
posición doblemente peligrosa y ep i stemológicamente cuestio - En otro texto, Vigotsky (1979, traducción castella.na; 1966,
nable: asumir la existencia de mundos privados cognoscibles ori ginal ruso, póstumo) señala con agudeza y precisión la
sólo a través del lenguaje, y reducir a éste a un vehículo-1 e con- naturaleza pública de lo psicológico, en la medida en que su
sens.Q intersubjetivo, en la medida en que se cumplen o satisfa - génesis individual siempre es precedida por un estadio estrictamente
c en criterios
operacionales con respecto al acuerdo necesario social:
que convalida la "expresión" de esos mundos. ...en el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces:
Con base en los se ñalamientos generales acerca del desarro - primero a nivel social y, más tarde, a nivel individual; primero entre
llo del lenguaje de Vigotsky (1954, 1977, traducción castellana), ca
personas (interpsicológi ) y después en el interior del propio niño
Wallon (1978, traducción castellana) y Kantor (1979), abordare-
(intrapsicológica). Todas las funciones superiores se originan como
mos cuatro problemas fundamentales
relaciones entre seres humanos (pág. 94).
1. La naturaleza social y,'por ende, pública de toda forma de El lenguaje, como interacción individual, no puede disociar se
reactividad lingüística. de su naturaleza convenciona l , pues aun cuando se ejercita
2. La forma en que se configura la funcionalidad psicológica como aptitud biológica, su morfología y funcionalida d derivan
de eventos no aparentes e implícitos mediante la reactivi- del consenso colectivo que las ori g ina. Es dicho consenso el que
dad lingüística. imprime a toda referencia lingüística la característica de ser
3. La evolución genética de las descripciones lingüísticas que pública, independientemente de que su "contenido" sea relativo a
comprenden referencias a la "subjetividad", la "interna]¡ - eventos no aparentes o inefectivos. La convencionalidad intrínse -
dad" y la "privacía".
ca al lenguaje define su naturaleza pública. Wallon (1978) destaca
4. La relación y dependencia establecidas entre el lenguaje lo anterior al examinar las representaciones, y afirma:
como sistema de referencia y el lenguaje como sistema de
estímulos " objeta¡ izado". ...la cuestión de saber si al principio nuestras representaciones son
individuales o generales está mal planteada. En la medida en qu e
Aun cuano Skinner (1945) señala, con toda justeza, que en éstas son, al principio, la voluntad de cierta realidad, son también
última instancia el problema de la distinción público -privado no anteriores a lo individual y lo superan. Pero tampoco son lo general,
constituye un problema psicológico sino de naturaleza lógica, pues no tienen nada de abstracto (pág. 200).
pasa por alto el hecho de que toda cuestión lógica encierra, por La concreción individual de lo lingüístico como conducta no
principio, una dimensión de orden lingüístico, y que es de la con- anula el carácter público de dicha reactividad y de su significa -
cepción de lo lingüístico de donde surgen los planteamientos ción funcional. Toda interacción lingüística presupone, desde
diversos acerca de las características de todo sistema de referen- esta perspectiva, una interacción entre personas y eventos, la cual
cia. La crítica efectuada por Vigotsky (1977, traducción castella - posee significación en la medida en que está contextualizada e
na-, 1934, original en ruso) a la tesis de Piaget sobre el desarrollo interrelacionada por la convención pública que define y da ori -
del lenguaje, es ilustrativa de esta cuestión. Para Vigotsk y , el len- gen a lo lingüístico. En este sentido, toda descripción lingüística,
guaje (así como el pensamiento) parte aun cuando tenga carácter privado y constituya la respuest a a
...desde la actividad social y colectiva del niño a una más individualizada eventos implícitos y no aparentes, siempre en su evento público.
f
en patrón de desarrollo común a todas las unciones psicológi-
Más adelante abundaremos sobre este punto.
60 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS
UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL 61
; Í,
¿Qué papel desempeña la reactiv a . d lingüística en la guración públicamente. El acto lingüístico "prilado", de referir descriptivo
funcional de eventos físicos no aparentes o psicológica mente de eventos, no corresponde a una "identificación" de
inefectivos para el individuo? Responder a esta pregunta eventos concretos que tienen la propiedad de "privacía" o
significa reconocer que no todo evento o relación física aparente o "internalidad" —como podría suponerse a partir de una teoría de
no aparente posee necesariamente funciones psicológicas y, los significados por correspondencia — , sino que constituye,
además, que los eventos o relaciones no aparentes que adquieren como forma de la interacción con la propia reactividad en un
dicha función sólo pueden hacerlo a través de la reactividad lin - contexto social —es decir, frente a la reactividad de otros—, el
güística que las "construye" como tales.
evento privado mismo. Los eventos privados son formas
La reactividad lingüística no sólo constituye una morfología particulares de contenidos-descriptivos que se emiten en
diferente de respuesta entre los eventos Hsicoqu . 'micos y biológicos relaciones públicas, nunca acontecimientos o sucesos que
en el ambiente v del organismo, sino también implica la posi bilidad determinen dichas descripciones como correspondencias evento-
de responder a relaciones y atribuciones que no son aparentes en
d icha co ncreció n fisico q uí mica y b io ló gica. La s propiedades significado.
que la sociedad como grupo de referencia impone y atribuye 2. Con base en este argumento, suponemos que no existe fun-
públicamente a los objetos, eventos y relaciones, se arti culan con cionalidad psicológica de los eventos físicos producidos por la
su significación en el contexto de las prácticas socia les que propia reactividad biológica, mientras no existan niveles lingüís -
norman y orientan las acciones individuales. Por esto, la ticos que puedan referenciar como relaciones públicas a las for -
reactividad lingüística ante dichos objetos, eventos y relaciones, mas en que dicha reactividad biológica es conceptualizada como
implica un nivel funcional de interacción diferent _ al que tiene participativa en las prácticas individuales pertinentes a un grupo
lu g ar c ua nd o se r esp o n d e a la s p ro p i ed ad e s e str ic ta me n t e social. La referencia lingüística construye la función psicoló gica
dimensionales de la realidad en términos no convencionales —si es de la reactividad biológica y, por consiguiente, su identificación
que ello es posible en el ser humano.
no puede ser independiente de la posibilidad de referenciar. La
La identificación de la propia reactividad y de su posterior identificación se da como el proceso mismo de referenciar, en el
influencia como estímulo, sólo es factible en la medida en que se
sentido señalado en el inciso anterior, y no como el acto verbal de
trasciende l ingüísticamente dicha reactividad directa, y es la inte -
racción implicada en la respuesta lingüística la que convierte en rotulación de una autoobservación. Como Ryle lo ilustra:,
aparentes y explícitos a los eventos que, como componentes de ...Es verdad que el zapatero no puede testimoniar los pellizcos que
una circunstancia fisicoquímica y biológica, son no aparentes e siente cuando el zapato me aprieta, pero es falso que yo los testimo-
implícitos para otro observador, así como en el caso de la "subjeti - nie. La razón por la que él no puede ser testigo de mis pellizcos no es
vidad" atribuida a los seres humanos, incluso al propio individuo. que una cortina de hierro impida que sean vistos por cualquier otro
Es en este sentido en el que los eventos, o las relaciones entre excepto yo, sino que son la clase de cosas de las que no tiene sentido
eventos, sólo adquieren funcionalidad psicológica en la medida decir que son atestiguados o no, incluso por mí. Yo siento o tengo los
en que se les puede identificar como tales, superando su fenome - pellizcos, pero yo no los descubro o escudriño, no son cosas de las
nalidad fisicoquímica y biológica inmediatas; esta identificación se que yo sepa algo observándolas, oyéndolas o saboreándolas. No ten-
lleva a efecto y sólo puede tener lugar en la forma de relación dría sentido decir que una persona ha tenido un dolor agudo
lingüística. La reactividad lingüística "construye", de esta manera, mediante observación, en el mismo sentido en que puede decirse
que ha tenido un petirrojo en observación. Puede haber uno o varios
parte de la realidad a la que respondemos, realidad que, sin testigos de un accidente de carretera, pero no puede haber varios
embargo, es autónoma de la propia reactividad "ante ella". Los testigos, ni siquiera uno, de un remordimiento (pág. 205).
llamados eventos "privados ! ' o "subjetivos" noconstitlky , en más
que instancias de este proceso de construcción, identificación y
respuesta ante dichas relaciones. Al margen de que sea incorrecto rv - felírwa iw£wntos "priva-
Por ello, consideramos que: dos" como eventos susceptibles de ser observados en la forma en
que describimos al observar ocurrencias, debe destacarse el
hecho de que dichos eventos "privados", como eventos psicológi -
1. Todo proceso lingüístico de referencia a eventos "priva - cos, sólo existen como descripciones lingüísticas. Las descripcio -
dos" o "subjetivos", constituye el evento privado de referencia, es
decir, que el evento supuestamente referido es en realidad el acto nes lingüísticas no son indicadores externos de ocurrencias inter -
de referir como interacción lingüística originada y convalidada nas, sino que son, como reactividad convencional, el núcleo de la
interacción social que es el evento privado "contenido" en las
descripciones.
62 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL 63
Schoenfeld_( 1 980) el examinar el problema del dolor, ilustra
en cierta medida el argumento que hemos expuesto: sariamente, un sistema reactivo convencional, un mediador de
...Por muy, acostumbrados que estemos a considerar al "dolor" como
una función fisiológica, sostenemos que es más bien un fenómeno las contingencias, un individuo mediado y un conjunto de even -
conductual. El "dolor" se observa al nivel de la conducta, y las obser- tos, objetos, personas o acciones que constituyen el referente de
vaciones conductuales tienen prioridad sobre cualquier teoría fisio- dicha mediación.
lógica acerca de él. Además, como un fenómeno conductual, es para Este proceso se caracteriza, como ya hemos señalado (Ribes,
1982b), por un desligamiento en tiempo y espacio de las acciones
el hombre una creación social; se sustenta en su conducta verbal...
(pág. 228).. del referidor y el referido (que no pueden igualarse en forma uní -
En la medida en que se concibe a los reportes verbales que voca con eL hab lante-esc rito r y el escucha-lector, respectivamen-
describen eventos "privados" o "subjetivos" como una forma de te) en relación con el referente. La sustitución de los niveles de
interacción lingüística que no sólo no corresponde biunívoca - contingencia (inclusive cuando no se da una inversión) resulta
del proceso de mediación del referidor, que transforma las pro -
mente a estados o eventos supuestos, sino que de hecho, constitu -
piedades dimensionales del referente en propiedades convencio -
ye n las_ fo r m as so cial es d e co nstruir d icho s evento s - lo s nales estimulativas, e implica que el referido responde a los even-
eventos descritos no son más que relaciones entre personas—, se tos referentes como una interacción entre referente-referidor y referidor-
plantea que la "subjetividad", es decir, la identidad personal y las referido, la cual no sólo representa un nivel de contacto referente-
formas de referirse a ella, son consecuencia de las prácticas lin - referido indirecto, sino también cualitativamente dis tinto. La
güísticas de la sociedad. La subjetividad no sólo es una creación transformación del contacto se manifiesta como una respuesta
social de la individualidad a través del proceso de desarrollo que convencional que subordina las propiedades dimensiona les a
tiene como núcleo el lenguaje, sino, además, la "subjetividad" no la s no r ma s d e atr ib uc ió n fu n cio na l d e l a c o mu n id ad
puede concebirse como un mundo privado, interior, igual en lingüística y el grupo social del que forma parte. Por consiguien -
todas las personas. A partir del hecho de que dicha "subjetivida d" te, a diferencia de las concepciones tradicionales sobre la referen-
no es más que el conjunto de descripciones lingüísticas que cons - cia, no se trata de identificar el acto de referencias con el de seña -
tituyen formas de interacciones normadas públicamente, las lar o nominar. En estos casos consideraremos que, aun cuando se
reacciones (y obviamente las circunstancias situacionales en que involucra una respuesta convencional, no se da el proceso de
med iació n necesario q ue permite el d esligamiento esp acio -
se presentan) varían en "contenido subjetivo" en función de la
temporal de las respuestas en interacción del referidor y el referi -
cultura particular y la historia individual de desarrollo. Una con - do. La señalización y la nominación, aun cuando verbales en for -
firmación de este supuesto son las variadas reacciones ante "el ma, son prelingüísticas en función.
dolor", o la diversidad de "sentimientos" y "emociones" que ¿Cómo surge este proceso de mediación referencial? Dado el
caracterizan a las diversas culturas, independientemente de la estado poco preciso de las formulaciones teóricas y de la investi -
identidad biológica esencial de todos los individuos humanos. gación . empírica acerca del desarrollo del lenguaje, nos aventura -
¿Cómo se da la génesis de las descripciones lingüísticas que remos a proponer algunas posibilidades.
comprenden referencias a -la "subjetividad", la "internalidad" y la Suponemos, en primer lugar, que el sistema reactivo lingüís -
"privaría"? Implícito en la conceptualización formulada de los tico desempeña en sus primeras etapas funcionales un papel no
eventos privados como actos lingüísticos, está el supuesto de que lingüístico, en el sentido en que hemos restringido lo lingüístico a
el lenguaje, como conducta, no es simplemente un vehículo de una mediación sustitutiva. El lenguaje, como respuesta con -
"expresión" o "comunicación de ideas", sino, por el contrario, vencional, se sitúa siempre frente a los objetos y las acciones, ya
constituye un nivel de interacción del organismo con su entorno sea en el contexto de su significación, operando sobre ellas en la
medida en que transforma las situaciones por sus efectos sobre
que permite el surgimiento de nuevas formas de comportamiento
las otras personas y los objetos, o bien porque determina la con -
implícito y de respuesta a relaciones no aparentes. dicionalidad de sus propiedades y relaciones. Como resume
Si reconocemos la especificidad funcional de una forma de
Vigotsky (1979):
conducta lingüística, como es el lenguaje referencia¡, podemos
distinguir, desde nuestro punto de vista (Ribes, 1982b), que éste ...(la)mezcla del lenguaje y la acción tiene una función muy específica
se desarrolla atravesando diversas etapas de organización de la en la historia del desarrollo del niño: demuestra la lógica de su propia
conducta. Por lenguaje referencial (Kantor, 1 97 9) entendemos génesis ( ... ) El camino que va del niño al objeto y del objeto al niño
un proceso de mediación de las contingencias que incluye, nece- pasa a través de otra persona. Esta compleja estructura humana
UNA ALTERNATIVA CONCEPTUAL 65
64 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS p
eventos posibles mediante Y or l a - cc;ón lirigi-iíbtica, sino tam-
l . , I
es el , r -dueto de un proceso evo utivo pr -f;!n – amente enraizado en bién en la medida en que el referidor adopta a la vez el papel de
los v nculos existentes entre la historia individual y la historia social referido (y de referente), puede ocurrir lo que Ryle denomina el
(págs. 55-36). teorizar, o sea, el pensamiento como hablarse a uno mismo acer -
El hecho de ser mediado por otras personas convierte gra - ca de sus propias acciones lingüísticas. Ryle expresa que:
dualmente al niño en un individuo capaz de mediar a los otros, de ...La teorización es una actividad que la mayor parte de las personas
la misma manera en que el de escuchary leer le pernútehablar y
pueden efectuar y, que normalmente hacen en silencio. Articulan las
escribir posteriorni ente. Ubicarse funcionalmente ante l os obje- teorías que cons. ltuven en oraciones, pero la mayor parte del tiempo
tos y las otras personas por mediación de la acción lingüística de no las dicen en voz alta. Se las dicen a sí mismos Este truco de
los otros, transforma evolutivamente al niño en un individuo hablarse a uno mismo en silencio no se adquiere rápidamente ni sin
capaz de participar activamente en la configuración de dichas esfuerzo; para adquirirlo es condición necesaria que ha yamos apren-
mediaciones. Es así que sólo cuando el hablar no es ya ú nicamente dido previamente a hablar en voz alta en forma inteligente, y que
la acción, sino el acto que sustituye, media y crea la funcionali dad hayamos escuchado y entendido al hacerlo otras gentes (pág. 27).
de las acciones ante y de otros, que el individuo refiere. Y al Lo que Vigotsky describe como el proceso de evolución
referir describe, mediante sus acciones lingüísticas, aquellas rela - hacia el lenguaje iriteriorizado, en el cual la vocalización desapa -
ciones e interacciones que sólo pueden dars e lingüísticamente. rece como efecto del hecho de hablarse a sí mismo y de "hablar" en
Referir es así describir relaciones lingüísticas, sin giri el lenguaje palabras sin las restricciones que la fonética y el estilo social
se describa a sí mismo. El lenguaje configura la situacionalidad, imponen al lenguaje "exterior" dirigido a los otros, coincide con
sin ser una mera reacción ante ella. El individuo trasciende el lo que hemos denominado sustitución no referencial, que impli-
contacto directo con los eventos ante otros en tiempo, espacio y ca la mediación de los eventos lingüísticos -objetalizados inclu-
relaciones, sin dejar de relacionarse con dichos eventos. so mediante la escritura- por acciones lingüísticas del propio
El surgimiento del lenguaje referencial así concebido, evolu - individuo.
ciona a partir de la naturaleza pública y social del sistema reactivo Examinar el proceso de sustitución no referencial (qííe com-
fonológico y gráfico establecidos. Citamos nuevamente a Vigotski prende los llamados "procesos simbólicos") rebasa con mucho el
(1977): propósito de este ensayo, v por ello no profundizaremo s en su
estructura y organización. No obstante, deben destacarse dos pro -
i
...los complejos correspondientes a la s gnificación de las palabras blemas pertinentes al tópico bajo análisis.
no son desarrollados espontáneamente por el niño: las líneas a lo lar - En primer lugar, el proceso de sustitución no referencial, en
go de las cuales evoluciona un complejo están predeterminadas por
el significado que una palabra dada tiene también en el lenguaje de la medida en que en él se elimina al referente como compo -
los adultos (pág. 101). nente funcional de la interacción lingüística, el referidor se
convierte en referido de su misma conducta, es decir, el proce so
Por ello suponemos que hay cuatro etapas en el desarrollo de la sustitutivo se transfor-na en un proceso de autointeracción. Este
referenciació n que, aun cuando no deben necesariamente tener proceso, desde nuestro punto de vista, requiere como eta pa
lugar en forma lineal, de algún modo reflejan el proceso de precedente que el individuo sea referidor y referido de un
individuación progresiva de las descripciones referenciales. referente que puede ser el mismo u otra persona o evento. La
Las cuatro etapas consisten en:
transformació n opera no sólo co mo resultado de este doble
papel funcional del individuo, sino también por el hecho de que
1. Referirse a objetos o personas distintas al que es referidory
referido. se eiimr"na-toda-vi~lac;ón con eventos o situacio-
2. Referirse al referido como referente. nales y se responde a eventos lingüísticos producidos a través
3. Referirse uno mismo como el referente al referido. de la propia acción, en corma original o mediante la reproduc -
4. Referirse a uno mismo como referido de sí mismo u otros ción de la conducta lin g üística de otros. La sustitución no refe -
como referentes. rencial como proceso autointeractivo comprendería, por defi -
nició n, toda interacción privada, implícita, inefectiv a y no
La última condición evolutiva representa la posibilidad de aparente a otros. Debe que dar claro, sin embargo q u e dicha
hablarse o escribirse a uno mismo, incluso en silencio, y no sólo interacción es siempre de naturaleza pública y no ampara mun -
constituye la forma más "privada" de referirse a relaciones de
do alguno "bajo la piel" Es una interacción estrictamente lin-
;w

REFERENCIAS 67
66 CAP. 3. LOS EVENTOS PRIVADOS

Skinner, B. F., The Behavior of Organisms, Appleton Centur y Crofts,


güística y originada en –y significad a po r – el intercamb io
Nueva York, 1938. of psv,chological Ter ms, psycho-
social con los otros individuos.
The Operacional Analysis
En segundo lugar, la sustitución no referencial, en la medida Skinner, B. F.,w1 52, 1945, págs. 276-277.
en que representa un proceso que trasciende la mediación lin - logical Revie , núm. 52 1 F., , man Behavior, Free Press, Nueva
York,
güística entre eventos y personas, y que constituye la mediación Skinner B. F. Science and Hit
lingüística de eventos puramente convencionales producidos 1953. Verbal Behavior, Appleton, Nueva York, 1957.
por la propia acción lingüística del individuo, puede generar Skinner, B. F., Contingences of Reinforcement, Appleton, Nueva
relaciones lingüísticas que afecten e influyan en los niveles de York, Skinner, B. F., Conti
1969. Pensamiento y lenguaje, La pléyade, Buenos
acción referencial. Esto implica que la persona no sólo puede Vigotsky, L., Pe Aires, 1977.
"describir" referenc ¡al mente eventos "privados" y "subjetivos" Vigotsky, L., Los procesos psíquicos superiores, Crítica, Barcelona, 1979.
que tienen funcionalidad sólo como interacciones lingüísticas, Wallon, H., Del acto al pensamiento. Psique, Buenos Aires, 1978.
sino que además le es posible "construir" nuevas relaciones que Watson, J. B. Psychology as the behaviorist views it. Psychological
pueden adquirir estatuto operante como acciones lingüísticas Review, núm. 20, 1913, págs. 158-179.
referenciales. Las metáforas, analogías y expansiones de la "sub -
jetividad", surgen como función de este nivel no referencial de
lo lingüístico. El individuo puede, así, ser descrito como "cons -
tructor" de su "propio mundo privado". ¡Obviamente esta última
frase no es más que una metáfora producto de mi propia autoin -
teracción lingüística!

REFERENCIAS
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historia de un concepto, I Congreso Latinoamericano de Historia de
la Ciencia, Puebla, México, agosto de 1982.
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M. Alcaraz y C. R. Schuster (dirs.), Modificación de condlicta: Amplia-
ciones del análisis conductual a la investigación biomédica, Trillas,
México, 1980.
4
Reflexiones
sobre el concepto de
inteligencia y su desarrollo'-

El concepto de inteligencia constituye lo que podríamos


denominar un concepto "comodín". Con ello queremos dar a
entender que el concepto de inteligencia, en la medida en que se
origina en las prácticas lingüísticas de los legos en psicología, ha
sufrido las más diversas adaptaciones para su desempeño como
elemento explicativo en la psicología y en otras disciplinas aplica-
das relativas a la educación y el trabajo. Nuestro propósito es exa-
minar, en primer lugar, si el concepto de inteligencia denota
algún tipo de proceso o condición precisa, al margen de las distintas
acepciones que la tradición operacionalista le ha otorgado en la
psicología; en segundo lugar, intentaremos, de ser posible la
determinación de un significado preciso para el concepto, explorar
la posibilidad de que la "inteligencia" pueda ser desarrollada y en
qué sentido este propósito podría ser dirigido.

LA DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA

1 El concepto de inteligencia surgió asociádo al interés por


medir estadísticamente la probabilidad de ajuste de un individuo
1
Publicado en la Revista ntexicnuu de anúlisis ¿le la conducta, vol. 7, núni. 2,
x
1 )81, Pá
g
s, 10;-1 ¡e,.
70 CAP. 4. CONCEPTO DE INTELIGENCIA
DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA 71
a situaciones escolares o de desempeño laboral específicos. El
no mb r e d e B i net ( 1 9 1 1 ) d estaca en la fo r mu la c ió nc o nso l id a - que interactúan continuamente y, por consiguiente, ejercen influen-
ción de esta empresa. En tanto que la inteligencia fue ydefinida en cia desde el momento de la concepción. No hay organismo sin geno-
función de la medida empleada para ubicar estadísticamente a los tipos y no hay genotipos sin un ambiente (pág. 86).
individuos con respecto a una población normativa, el concepto Sin embargo, aun cuando es difícil de justificar teórica o
de inteligencia nació vinculado, por necesidad, a la operación de empíricamente, que las pruebas de inteligencia miden en reali dad
su proceso de medida. La inteligencia era (y es) lo que las pruebas una capacidad, o las determinaciones genéticas últimas de un conjunto
de inteligencia miden. Dicho concepto representa, por una parte, a de habilidades generales y/o específicas en las que todos los
una-definición normativa de la inteligencia; por la otra, se funda- individuos de una población determinada difieren, sí debe
menta en un criterio de validez de c onstrucción que ha conduci- considerarse que las pruebas miden el comportamiento, es decir, la
do, no pocas veces, a explicaciones de tipo nominalista. forma en que los individuos responden de manera lingüística o no
La i nteligencia se ha definido, por lo general, desde la pers - lingüística a un conjunto de condiciones de estímulo estanda -
pectiva de pruebas esp ecialmente diseñadas para medirla, con la rizadas en la forma de reactives o problemas a resolver. Sobre la
suposición de que aquello que se mide (un factor general o un fae - base de que las pruebas de inteligencia –como cualquier otra
tor especial de la in teligencia) se distribuye no r malmente en una prueba– miden estrictamente el comportamiento de los indivi -
población, y que, por consiguiente, si todo individuo es ubicable duos ante las condiciones de estímulo que las configuran, intenta -
remos señalar los posibles factores que determinan este desempe ño,
de acuerdo con la p untuación obtenida en la prueba respecto de
y cómo puede distinguirse el concepto de inteligencia, a partir de
las p untuaciones de la población de la que forma parte, dicha este análisis, de conceptos que sustentan la existencia de capa -
puntuación es una medida de su i n teli g encia. Esto constituye la cidades u otros predicados mentales.
definición de inteligencia con referencia a normas. Esta defini - Desde el punto de vista conductual, las pruebas, en tanto
ción e strictamente operacional de inteligencia ha asumido dos situaciones estándar de desempeño, miden la competencia de los
variantes. Una es descriptiva; en ella se busca co rrelacionar medi- individuos frente a los diversos componentes que las instituyen.
ciones de diferentes pruebas con propósitos a p licativos diversos La competencia refleja la historia interactiva de los individuos
(véase por ejemplo Cronbach, 1970), sin conocer en función de frente a las condiciones de estímulo prescritas por la situación de
qué son obtenidas las p untuaciones que se c orrelacionan en for- prueba, los factores disposicionales implicados por dicha situa -
ma de factores, son indicadores de una capacidad subyacente que ción, así como la historia interactiva - general frente a situaciones
es la determinante de dichas pu ntuaciones. Esta capacidad puede sociales y biológicas que determinan su idiosincrasia part icular
quedar reducida a un concepto hipotético o bien se le puede atri - como individuo integral. Así, la historia general, influida por
determinaciones sociales y biológicas, es sólo uno de los factores
buir al funcionamiento, - ' también supuesto, de ciertas áreas privi- que influyen en el desempeño o la competencia del individuo. Su
legiadas del sistema nervioso central. historia interactiva específica frente a las condicion es de estímulo
No e x p ondremos una crítica detallada de estas c oncepciones definidas por la prueba, así como los factores disposicionales
de la i nteligencia, pues c onsideramos que la cuestión de base que asociados a su solución, son los elementos que, en forma global,
en ellas se plantea, de un modo u otro, es el viejo problema de la confluyen en el desempeño de dicha competencia.
relación h e r e n cia-ambiente. Otros autores (Schoenfeld, 1974; , El concepto de inteligencia, considerada como competencia,
Bijou, 1976) ya han expuesto de modo preciso los arg umentos que implica que ésta no puede evaluarse a partir de pruebas normaliza -
invalidan la aceptación de las p untuaciones obtenidas en las prue- das con base en las puntuaciones de una población de individuos.
bas de inteligencia como medidas de una supuesta capacidad, así La competencia requiere de medidas sucesivas del mismo indivi -
como el concepto de que las p untuaciones de in teligencia, como duo frente a un criterio de desempeño estipulado por la prueba y,
medidas de las diferencias entre individuos, reflejan diferencias por consiguiente, implica la medición de dicha competencia en
condiciones específicas. La generalidad no se deriva de la presupo -
d e o rd e n rgep n ét ico . El p r o b le ma sde e l a i n ter acc ió n he re nc ia - sición de una capacidad subyacente o de la agrupación factorial
ambiente e resenta, de hecho, un udoproblema. Como señala
Bijou (1976): estadística de puntuaciones, sino del análisis de consistencia en el
...tanto las variables a mbientales como las h ereditarias son impor- desempeño de un individuo frente a condiciones de estímulo que
tantes en la det erminación de cualquier rasgo biológico o c aracterís- requieren formas funcionales de desempeño semejantes.
tica p sicológica. Ni las influencias h ereditarias ni las ambientales De este modo, el concepto de inteligencia como competencia
pueden existir una sin la otra; ambas son componentes esenciales es un término aplicable al desarrollo de formas generales y espe-
72 C
CAP. 4. ONCEPTO DE INTELIGENCIA

cíficas para confrontar situaciones problema en el Es


DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA 73
un concepto e se ncialmente genético –en el sentido del desarro - ticulares. En consecuencia, los procesos conductuales ni ¡c cuan
llo–, en la medida en que la competencia sólo tiene significado implicados en el desempeño inteligente no son idénticos a todas y
como desempeño relativo a si tuaciones específicas, fu ndamentado cada una de esas formas de competencia específicas. Los proce -
en habilidades, destreza y aptitudes f uncionales previas. La sos, como niveles de organización del comportamiento, repre -
competencia, en cualquier situación y cir cunstancia, es reflejo de la sentan disposiciones histó ricas genéricas que influyen, en lo
historia i nteractiva del individuo y, por consiguiente, es mani - situacional, a múltiples desempeños relativos a la solución de
festación de un momento particular de su desarrollo; no repre - problemas.
senta el reflejo de una capacidad invariante ya dada, y tampoco la Con el objeto fundamental de. aclarar algunas concepciones
acción aleatoria por ensayo y error- 1 constituye la aptitud funcio- erróneas derivadas del pensamien -o dualista en psicología y epis-
nal, adquirida en el desarrollo –con lo que este concepto impli- temología, nos detendremos a precisar el significado del término
ca– para desempeñar a d e cuadamente frente a situaciones pro - inteligencia, de tal manera que esta delimitación sirva de contex to
blema específicas que plantean el ambiente físico y social. La al análisis de los niveles funcionales que puede adoptar el com-
competencia se desarrolla como aptitud funcional en lo general, y portamiento inteligente.
como desempeñó concreto en lo específico. Tomando como base a Ryle (1949), examinaremos detallad a-
En la medida en que la competencia se define a partir de la mente el significado de la inteligencia como concepto referido a
c
orrespondencia que existe entre el desempeño de un individuo y operaciones de conocimiento y su ejercicio.
los requerimientos que le imponen condiciones físicas y sociales 1. La inteligencia no es idéntica a la posesión de conoci -
específicas, resulta necesario plantear su análisis desde dos pers -
pectivas. miento. Por consiguiente, la inteligencia no consiste pri-
Una que requiere que la i nteligencia, como forma específi - mordialmente en los contenidos del teorizar.
ca de co mpetencia, sea descrita en términos del contenido de la 2. La inteligencia no constituye una actividad silenciosa,
interacción c o mprendida, es decir, tomando en c o nsideración privada, de una instancia mental de funcionamiento. El
los aspectos estructurales c a racterísticos de la situación en la silencio, aun cuando es conveniente, no es esencial para
q ue d eb e mo strarse la c o mp etencia y, p o r c o nsi guie nte, lo s el comportamiento inteligente.
patrones específicos de c o m p ortamiento requerido s. Este sen - 3. La inteligencia no es saber qué, sino saber cómo,por lo
tido específico de la competencia como conducta de solución de que se da siempre como desempeño inteligente.
4. La inteligencia no requiere de operaciones cognoscitivas
problemas exige la descripción detallada de los elementos, de
previas que la precedan, pues ello implicaría una regre -
tipo situacional y de respuesta, que constituyen la condición sión al infinito, que cuestiona la sustentación del mito
interactiva c onfrontada. Las pruebas que prescriben reactives y dualista mente-conducta. En términos de Ryle, "...la prác-
problemas definidos como criterio de desempeño específico y no tica eficiente precede a su teoría" (pág. 30), o "...saber
como manifestación indirecta de capacidades hipotéticas, cómo aplicar máximas no puede ser reducido a, o deriva do
ilustran esta c oncepción de la i nteligencia como solución de
problemas. de, la aceptación de esas o cualesquiera otras máxi mas"
Otra p erspectiva de la i nteligencia como c ompetencia, com- (pág. 31).
prende el análisis de proceso del co mp ortamiento i nteligente. El 5. Cuando al hacer algo inteligente se piensa lo que se hace,
análisis de proceso se basa en la búsqueda de elementos funciona - no se efectúan dos operaciones, sino una sola.
les comunes a c ontenidos específicos y de desempeño diferentes. 6. Las habilidades no son actos sino disposiciones, y las dis-
No se pretende identificar un proceso en forma de capacidad uni - posiciones, lógicamente, no son susceptibles de conce -
versal o especial, sino más bien la de terminación de niveles de birse coma observables o inobservables.
organización del c o m portamiento que c orresponden a diversas 7. Las disposiciones no se refieren a eventos, sino a inclina-
ciones a ejercitar actos con base en la historia del indivi -
formas genéricas de in teligencia. Los procesos car acterísticos de
duo y el contexto provisto por las circunstancias.
niveles de organización de la c onducta definen las ca racterísticas 8. Se aprende a ser inteligente, el "cómo", por la práctica,
funcionales del comportamiento in teligente, que en la medida en con la influencia del ejemplo y la enseñanza, pero sin
que se circunscriben a formas específicas de acciones del indivi - necesidad de lecciones teóricas'formales al respecto.
duo y a situaciones en las que se r equieren como criterio de com- 9. La inteli g encia, como competencia y habilidades, no
petencia, se configuran en la forma de habilidades \ destrezas par- constituYe hábitos. Éstos son réplicas, repeticiones de un
74 CAP. 4. CONCEPTO DE INTELIGENCIA DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA 75

mismo ejercicio; la inteligencia, en ta - r ito disposición, 19. La educación no sólck es un proceso indispensable para el
implica la modificación histórica de una iráctica para las desarrollo de la inteligencia o competencia como teoría
que le preceden. construida, expuesta o aplicada, sino también es esencial a
10. La repetición, la rutina, previene a la inteligencia; el todas las operaciones involucradas en el ejercicio y dis-
adiestramiento la desarrolla. frute de la cultura, excepto las ocupaciones y los intereses
11. La práctica inteligente, en tanto que es una disposición, más primitivos.
no constituye una serie lineal, sino conjuntos o complejos
Podemos resumir lo anterior enunciando a continuación
- de ejercitaciones con heterogeneidad indefinida; las dis -
posiciones no tienen ejercicio uniforme u homogéneo. algunas características definitorias de la inteligencia o, mejor
12. Según R y le: "...al juzgar si el desempeño de alguien es o dicho, del inteligir:
no inteli g ente tenemos, en cierta medida, que ver más 1. La inteligencia no es un evento mental oculto que causa el
allá del desempeño mismo... Pero al ver más allá del comportamiento inteligente.
d esemp e ño mis mo , no intenta mo s entre me terno s en 2. La inteligencia es competencia, como práctica, no como
algún desempeño oculto en contraparte, que tenga lugar producto formal contenido de dicha práctica.
en el estadio secreto del agente de la vida interna. Esta - 3. La inteligencia es disposición integrada por la historia del
mos considerando sus habilidades y ' proposiciones, de las individuo y el contacto en que manifiesta su competencia.
cuales este desempeño es su realización. Nuestra indaga- 4. La inteligencia, como competencia, es un saber cómo, que
ción no busca causas (y a fortiori no busca causas ocul- aun cuando está dado como teorizar, es previo a las reglas
tas), sino más bien capacidades, habilidades, hábitos, del teorizar.
inclinaciones y desventajas" (pág. 45). 5. El ser inteligente se aprende y se enseña a través del discurso
13. Si la inteligencia tiene que ver con el teorizar, no es con didáctico y el ejemplo.
su contenido formal, sino con su "discurso didáctico", 6. La enseñanza es distinta de la repetición. La competencia no
vehículo de trasmisiones del conocimiento. El -discurso es reiterada, sino autocorrectiva, heterogénea y extensiva.
didáctico permite la adquisición y el desarrollo de la(s) 7. El discurso didáctico, como educación, no es ajeno al
competencia(s) así como su ejercitación didáctica o de hablar y el escribir; es más, sólo puede darse como resulta -
extensión y adaptación posterior. do de hablar y escribir acumulado de otros y de uno mismo
14. El discurso didáctico puede darse en forma oral o escrita, y sobre otros y uno mismo.
es la base de la enseñanza.
15. Debido a su naturaleza sustitutiva, el discurso didáctico A partir de esta caracterización de la inteligencia como dispo -
es impersonal e inespecífico, e incluye las actividades de sición a la competencia, hemos llegado a examinar su proceso de
enseñar, aprender y ejercitar. desarrollo antes de poder precisar las formas que asume funcio-
16. El aprendizaje de una competencia no es la mera repeti- nalmente como desempeño frente al medio influido histórica -
ción de un ejercicio o habilidad, sino el desempeño de mente. La inteligencia, como concepto referido al hombre, es
una amplia variedad de comportamientos o actividades parte integral del desarrollo de su competencia lingüística, aun
diferentes cuando no podemos igualar toda forma de competencia li ngüística
17. El discurso didáctico no sólo entre personas –del que con un desempeño inteligente.
enseña al que aprende–, sino que puede darse como dis- Sin embargo, antes de entrar al análisis del tipo de aptitud lin-
curso de la persona consigo misma. Como señala Ryle güística que conforma la competencia o el desempeño inteligen -
"... el pensamiento comprende decirse cosas a uno mis - te, podemos dejar establecido que éste sendquiere como ejercicio
mo, al compañero de uno, con un propósito instructivo" construido por la enseñanza. La inteligencia es, históricamente,
(pág. 313). Es importante destacar, sin embargo, que competencia adquirida en el individuo por medio del discurso
esta función sustitutiva del propio lenguaje con respecto a didáctico y, por consiguiente, la conformación individual de la
la propia conducta no implica una doble operación, inteligencia es fundamentalmente un proceso social. Sin educa -
con un evento mental causal del desempeño inteligente. ción, sin discurso, no habría inteligencia. Partamos pues de esta
El hablarse acerca de lo que uno está haciendo, constitu ye primera conclusión de que la inteligencia se desarrolla, y lo hace
un solo episodio funcional cuya privacidad no es como parte de un proceso social individualizado de tipo educati -
esencial. vo. Si no podemos aclarar todavía las formas especificas de influir
76 CAP. 4. CONCEPTO DE INTELIGENCIA DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA 77

en el desarrollo de las rompetencias al inteligir, si estamos en de nirigún ruedo de l --c-,,,-. onsiderarse como una secuencia lineal,
capacidad de identificar aquellos factores cuya ausencia la pre - fija, de desenvolvimiento. Son estadios progresivamente
vienen, la anulan: el discurso y la educación inclusivos y de inicio a veces simultáneo que, a la vez,
pesar de constituir un primer abordaje, y por consiguiente constituyen formas genéricas de organización de la
preso de la fragilidad característica de la intuición, intentaremos interacción entre la persona v su ambiente. No son
analizar las etapas que pueden definir, como historia individual morfologías de comportamiento, sino estructuras funcionales
construida, las funcioñes del inteligir, del ser competente, de¡ de interacción. La competencia se concibe así como la
ejercitar habilidades y aptitudes. En concordancia con los argu - disposición a interactuar de cierto modo en situaciones
mentos previamente expuestos, este análisis partirá y se referirá determinadas.
en forma permanente al desarrollo de las aptitudes lingüísticas La inteligencia se adquiere, mediante el discurso didáctico,
como procesos interactivos del individuo. cuando el individuo, en sus momentos iniciales de vida,
Hemos mencionado anteriormente que el desempeño inteli - comienza a interactuar con un mundo que ya no sólo tiene
gente implica el teorizar, no como producto o descripción del dimensiones puramente físicas, sino que se integra con base
hacer, sino como parte de éste. Sin embargo, el teorizar, en la en la funcionahdad que determinan las convenciones sociales
medida en que se da en el aprendizaje mismo de la competencia, a través del lenguaje. Así, los objetos y eventos adquieren
no implica en lo absoluto las formas tradicionales del razona - "significado" social a través de la nominación y su
miento, la inducción y la deducción, pues éstas son los resulta - contextualización por el discurso de los otros individuos. Este
dos de la exposición o clasificación del desempeño o práctica proceso de significación de lo fisico por el discurso no se limita a
inteligentes. Como señala agudamente Ryle, "pertenece no al la identificación de las nuevas relaciones entre objetos,
vocabulario de la bibliografía, sino al vocabulario de las revisio - circunstancias -y personas, sino incluye, además, como un
nes de libros, conferencias, discusiones e informes. Son nom - elemento obligado, la capacidad de reproducir ese dis curso, es
bres de árbitros y no de biógrafos" (págs. 285-286). El teorizar se decir, la aptitud de hablar de acuerdo con las convencio nes del
da como práctica, y n . o como reflexión antecedente de la prácti - grupo que individualiza á la persona. En este primer esta dio, el
ca, y ocurre como competencia manifiestamente lingüística o individuo adquiere el sistema reactivo convencional que le
bien como competencia ante el contexto lingüístico. Por lo tan - permite aprender a través del discurso, y pasa a etapas
to, teorizar, en este , sentido, no significa ser guiado por o recono- posteriores de competencia, a la vez que empieza a responder a
cer una teoría, sino responder apropiadamente a lo lingüístico ese-tiscurso como eventos que están en relación de
y/o lingüísticamente. condícionalidad con el mundo físico y su respuesta a dicho mundo
El desarrollo de la inteligencia es el desarrollo de la compe - fisico.
tencia del individuo en relación con su medio, y dicha competen - En el segundo estadio, el individuo ya no sólo es capaz de ser
cia no se da siempre, en lo específico, como competencia situa- mediado en su relación con el mundo fisico por el discurso de
cional. No obstante, la especificidad del ejercicio de dicha otros, sino que, en la medida en que ha adquirido parcialmente
competencia no implica que sea homogénea y particular, sino, la aptitud de dicho discurso, se vuelve capaz de mediar su
por el contrario, es competencia diversificada, heterogénea, propia interacción con la realidad física, que incluye a los otros
adaptada específicamente a las situaciones p articulares, pero y su discurso. El discurso se vuelve instrumental para modificar
consistente en una forma interactiva genérica de afrontar dicha las relaciones de condicionalidad en el ambiente.
diversidad de lo particular. Es conducta de solución de proble - En el tercer estadio, las dimensiones funcionales del propio
mas específicos como ejercicio de una función general. discurso y el ambiente físico a ser mediados por el individuo
El análisis del desarrollo de la inteli gencia, -porco~ierue, dependen, en su condicionalidad, de las propiedades relacionales
no es ajeno al estudio de la evolución de las funciones psicológi - del discurso de los otros. El desarrollo de la competencia se tra-
cas del individuo, especialmente cuando la persona, en su carác - duce en la capacidad de responder a los eventos como relaciones
ter de ser social, se ve progresivamente envuelto en una gran en términos que están determinados
diversidad de eventos lingüísticos, en lo morfológico y lo funcio- En el cuarto estadio, el individuo adquiere ya no la capaci -
nal. Aun cuando el desarrollo de las funciones del comporta - dad de responder a propiedades lingüísticas de los eventos,
miento lingüístico, como episodio concreto, constituye un cam - sino la capacidad de mediar lingüísticamente la interacción de
po todavía poco explorado asistemático, podemos adelantar lo otros con su medio. En la medida en que se puede intermediar
que consideramos estadios sucesivos de aptitud lingüística que los contactos de otros individuos con los eventos lingüísticos y
físicos, se adquiere la competencia de enseñar la -competencia,
78 CAP. 4. CONCEPTO DE INTELIGENCIA

Finalmente, el nivel último de competencia implica que el


individuo puede confrontar eventos en términos enteramente
sustitutivos. Todos los eventos son lingüísticos v, por ello, al
interactuar en forma sustitutiva, l a competencia puede mani -
festarse como actividad silenciosa, pero, como va lo señala -
mos, su privacidad no es lo que le confiere la calidad de pensa -
miento. La privacidad es más bien un efecto.
Los niveles generales apuntados pueden ser subdivididos en -
formas de competencia más restringidas, pero evidentemente su
adecuación como clasificación de la inteligencia depende de su
5
capacidad de corresponder empíricamente al desarrollo psicoló -
gico cómo una taxonomía funcional. Sin embargo, independien -
temente de la validez de estas categorías, es importante destacar
que, en la medida en que la inteligencia es competencia mediada
El problema
por el discurso, su desarrollo no es diferente al desarrollo del len -
guaje. El desarrollo de la inteligencia consistt pues en la educa - de las diferencias individuales:
ción de la inteligencia, pero en educación no entendida como
contenidos formales, sino como el ejercicio de actividades fun -
cionales con respecto a dichos contenidos. La competencia no se
un análisis conceptual
adquiere enseñando el qué, sino el cómo; por ello, el desarrollo
de la inteligencia debe concebirse como la estructuración educa - de la personalidad *
tiva de formas genéricas de interacción funcional con el ambien -
te. La especificidad situacional proporciona la heterogeneidad
morfológica de la competencia con base en los criterios normati -
vos determinados por el grupo social. Sin embargo, la inteligen - La psicología, c o mo toda ciencia, aun cuando parte de los
cia significa precisamente poder abordar un mismo contenido hechos Y acontecimientos singulares, tiene como objetivo la
situacional desde perspectivas funcionales múltiples. La educa - formulación de enunciados que describan las relaciones
ción debe estructurarse, para ello, como un discurso didáctico de generales entre cualquier hecho individual de cierta clase y las
estas competencias. condiciones en que dichas relaciones tienen lugar. Sin
Determinar las condiciones indispensables para que este pro - embargo, en el caso particular de la psicolo g ía parecen
ceso educativo pueda ocurrir trasciende a la psicología, incide haber dos problemas exclusivos de ella. Primero, que como
directamente en las condiciones sociales que hacen factible edu - ciencia estudia los hechos particulares relativos a la conducta de
car e integrar a la educación en un proceso vivo, pertinen te, fun- los individuos. Segundo, que como conocimiento aplicable, la
cional, cotidiano, de los individuos. psicología incide en la singularidad de las circunstancias
cotidianas de los individuos. De este , modo, la psicología
REFERENCIAS confronta el doble problema de estudiar las invariantes de lo
Bijou, S. W., Child Development: The Basic Stage of Earl y Childhood, individual, a la vez que identificar, predecir e intervenir en las
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Ryle, G., The Concept ofMind, Barnes & Noble, Nueva York, 1949. en el grado en que se les puede reconocer como miembros de una
Schoenfeld, W. N., "Notes on a Bit of Psychological Nonsense: Race diffe- categoría más general, pues lo singular en sí mismo carece de una
i
rences in Intelligence, Psychological Record, núm. 24, 1974, págs. lógica incluso para su identificación. De este modo, en psicología,
17-32.
En colaboración con Silvia Sánchez.
80 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES DIFERENCIAS INDIVIDUALES 1
8
1~
nes que permitan agrupar objetos y singulares en tc.--mi-
el problema del análisis teórico,lt- ~ztses el nos de propiedades no aparentes en la lógica del len g uaje ordi-
problema de reconocer las diferencias singulares de comporta - n a r i o , co mo l e n g u a j e r e fe r i d o a l a p e r ce p c i ó n d e c o s a s v
miento como diferencias características de Len individuo. 1 as dife- acontecimientos. A partir de la identificación de tales propieda -
rencias se vuelven significativas sólo como diferencias que des comunes en dimensiones generales, se formulan enuncia -
tipifican a un individuo como individuo que se comporta. Quedan dos que las relacionan como enunciados tipo -ley. En el caso que
eliminadas, de esta manera, dos formas de diferencia en el com- nos ocupa. en la medida en que el comportamient o es interac-
portamiento:
ción "construida" en la ontogenia, la individualidad se relaciona
1. Las que distinguen a las acciones cerro tales al margen del con los procesos de la evolución psicológica. La individualidad
individuo que las lleva a efecto, y que consisten únicamen- es la resultante de las condiciones particulares del desarrollo
te en taxonomías morfológicas de la conducta de naturale - ontogenético de cada persona. Sin embargo, el conocimiento de
za directa o indirecta. los procesos del desarrollo, como análisis de las transiciones, no
2. Aquellas que implican, entre individuos, diferencias basa - procura automáticamente áticamente información acerca de la forma en
das en una o más características conipartidas como dimen - que se configura la individualidad. Se requiere conocer cómo se
sión social y que, en consecuencia, las agrupan como "sintetiza", en condiciones particulares e idiosincráticas, la
miembros de una u otra clase de.atribuciones sin recono - acción de los procesos que regulan Ya evolución psicológica, de
cer su singularidad como indíviditos. tal manera que su "síntesis" diferencial dé lu g ar a distintas resul-
Con base en lo anterior, se desprende que la psicología requiere tantes de lo individual.
de una teoría de las diferencias individuales; dicha teoría debe De este niodo,"Ct tstudio de las diferencias individuales asume
tener como objetivo conceptual reconocerla individualidad como dos dimensiones:
condición genérica de procesos compartidos, pero como estado 1. La identificación de estados que resulten de la evolución
singular, al margen de similitudes o diferencias morfológicas en la ontogenética, cuya peculiar organización delimite la indi-
conducta, y de la posibilidad de identificar a dos o más individuos vidualidad como carácter idiosincrático.
como miembros de una categoría de naturaleza social. La teoría de 2. El análisis de la génesis de dichas resultantes, como proceso
las diferencias individuales consiste, por consiguiente, en una teo- de individuación.
ría de la individualidad, y como teoría de la individualidad debe La teoría de las diferencias individuales - constituye la teorut
estar en condiciones de: acerca de la individualidad y la teoría acerca de la individuación.
Se fundamenta en el conocimiento analítico de los procesos del
1. Reconocer la singularidad de los individuos a partir de su desarrollo ontogenético y se inserta en el reconocimiento Y la
forma de comportamiento en las circunstancias coti£', i a- predicción de la singularidad del comportamiento de los ind'lvi -
nas.
duos en la vida cotidiana.
2. Identificar dicha singularidad como estado resultante de la
Ambos aspectos de la teoría se relacionan, en última instan -
acción de procesos generales compartidos por todos los
individuos. cia, con la historia interactiva del individuo: uno, con el análi,
sis de la individualidad como estado resultante; otro, con el
La teoría de la individualidad representa, de este modo, un análisis de la individuación como proceso histórico. Por ello, la
intento por ubicar lo diferente como resultado de lo invariante. En teoría de las diferencias individuales es, en esencia, una te oría
este sentido, el quehacer teórico procede corno un retomo hacia lo basa(¡.¡ en la historia interactiva como concepto central y, en
singular, en sentido inverso al quehacer científico propiamente esa medida, la teoría de las diferencias individuales no es otra
dicho, pero este retorno a lo singular es matizado y modulado por cosa que la teoría de la personalidad.
las categorías generales de la teoría de proceso, que en este caso
está representada por la teoría de la conducta. DIFERENCIAS Y CONSISTENCIAS
¿Cómo tiene lugar este proceso de retorno de lo general a lo INDIVIDUALES
singular?
El quehacer teórico analítico, propio de la teoría de proceso El tópico de la personalidad tiene justificación en la teoría psi-
como teoría científica, consiste en "buscar" dimensiones comu- cológica sólo si las diferencias entre individuos constituyen un
82 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES
DIFERENCIAS INDIVIDUALES 83
criterio suficiente para distinguir la individualidad de cualquier
a) Las medidas morfológicas no poseen funcionalidad tran-
persona con respecto a otra. ¿Qué características deben poseer
las diferencias entre individuos para satisfacer el criterio de sufi - situacional invariante, sino fluctúan de acuerdo con las
ciencia antes señalado? condiciones locales de la situación y conforme a los
Consideramos que las diferencias entre individuos deben req uerimie nto s co nve nci o nales q ue el grup o so cial
poseer dos características para constituirse en un problema teóri - impone.
camente significativo. Estas características son: b) Las medidas verbales, en tanto constituyen indicadores -
indirectos d e supuestas consistencias morfológicas de
1. Que las dimensiones interactivas del individuo que operan naturaleza biológica y social, no corresponden a nodos
como parámetros para establecer el criterio de diferencia de comportamiento efectivos y, por consiguiente, no son
constituyan nodos consistentes de comportamiento en el predictivos de las supuestas consistencias que reflejan.
tiempo y frente a diversas estructuras contingenciales.
2. Que dichas dimensiones interactivas posean una organiza- Una vez delimitado el ámbito de significación de las diferen -
ción funcional peculiar en cada individuo. cias individuales como consistencias intrasujeto, y no como con -
sistencias entre sujetos, se debe examinar el problema relativo al
La teoría clásica de la personalidad, al abordar el problema de papel que desempeñan dichas consistencias con respecto a los
las consistencias individuales, no se ha ajustado a los criterios procesos psicológicos.
señalados. Las desviaciones con respecto a dichos criterios han - La psicología de la personalidad como tradición teórica se ha
sido tres: caracterizado por un error conceptual sistemático: atribuir pro -
1. Se han utilizado taxonomías que clasifican a los individuos piedades causales de la conducta a los rasgos o categorías estruc -
como miembros equivalentes de una misma categoría. Dichas cla- turales de la personalidad. Son tres las dimensiones involucradas
sificaciones, en la medida en que definen formas genéricas de res- en este error conceptual:
puesta —de naturaleza biológica o social—, son incapaces de identi- 1. Confundir la ocurrencia de un evento predicho a partir de
ficar la singularidad de cada individuo. Son ejemplos de estas eventos ocurridos previamente con una relación causal.
taxonomías las desarrolladas por Freud (1948, traducción inglesa), 2. Confundir la categoría que describe una consistencia en la
Pavlov (1973, traducción española), Sheldon, Stevens y Tucker conducta con un evento causal de los eventos que permi -
(1940), Eyserick (1952), y otros. Se definen tipologías en las cuales ten identificar dicha consistencia.
se ubican a los individuos v, en consecuencia, se borran las diferen - 3. Otorgar a los factores ocurridos en el pasado el carácter de
cias individuales en aras ¿e una similitud biológica y/o social, nor-
estructura histórica y atribuir a dicha historia propiedades
malmente dicotómicas.
causales.
2. Los criterios que se usan para clasificar están basados en.
1,9- tres dimensiones señaladas constituyen, de facto, mo-
formas reactivos y no en nodos interactivos. Las formas reactivas
elegidas comprenden patrones fisiológicos, propiedades intensi - mentos diferentes de un mismo error conceptual: confundir una
vas de la conducta, formas de conducta socialmente valoradas categoría con eventos particulares y otorgar a dicha categoría la pro-
con un carácter atribuido (agresivo, autoritario, etc.), o bien pun - piedad de causa corno si fuera un evento. En primer lugar, se identi-
tuaciones derivadas de cuestionarios o interpretaciones de res - fican ciertas invarianzas mofológicas en la conducta ya sea median-
puestas verbales a reactivos poco estructurados o ambiguos. En te indicadores directos o indirectos. Dichas invarianzas son de-
todos estos casos, los criterios de clasificación se restringen a nominadas por y agrupadas en una categoría determinada (por
identificar las respuestas de los individuos al margen de la situa - ejemplo, autoritarismo). Una vez agrupadas, se les otorga estatuto de
ción en que responden. existencia como evento y/o estructura al margen de la identificación
3. Como consecuencia necesaria de la identificación organo- de los eventos que como categoría denomina. La consistencia iden-
céntrica de las diferencias individuales, se observan carencias de tificada se extrapola como expresión de una estructura permanente
estabilidad o de generalidad previstas en los indicadores elegidos.
El análisis realizado por Mischel (1980) sobre este particular es y empíricamente independiente de los eventos de referencia obser -
un punto de referencia fundamental. Podemos añadir que la vados, y, en la medida en que se le supone previa a cualquiera de
inestabilidad temporal y situacional de las medidas ellos, se le atribuyen propiedades causales con respecto a dichos
individuales se-deben a dos razones principales: eventos. Aun si la categoría representara en verdad a un evento, es
decir, constituyera un término descriptivo de ocurrencias particula-
CATEGORÍAS DISPOSICIONALES 85
84 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES
¡",t.;ar ocurrencias cómo instancia ,

-e dichos conjuntos y sus


es v no `c tendencias u de ocurrencia, su carácter de
evento precedente en tanto tal no justificaría el hecho de otorgarle condiciones.
propiedades causales con respecto a un conjunto de eventos poste - ¿Cómo se aplica la lógica de las categorías disposicionales al
riores. I ns relaciones causales se aplican a clases de eventos y no a problema de la personalidad? Se puede concebir a la personali -
eventos singulares, y la simple relación temporal entre eventos no es dad como una categoría disposicional mediante un concepto
un criterio suficiente para definir una relación como causal. Por auxiliar que satisfaga tres características:
ello, la personalidad, conceptualmente, no puede ser considerada 1,. Que describa un modo interactivo idiosincrásico.
un proceso psicológico.
2. Que implique que dicho modo se ha configurado histórica -
PERSONALIDAD Y CATEGORÍAS mente.
DISPOSICIONALES 3. Que como modo resultante de la historia individtíalpermi=
Si la personalidad se identifica como una categoría descripti va ta predecir tendencias interactivas particulares en condi-
de la organización singular de cada individuo respecto de las ciones determinables.
consistencias en sus modos de interactuar, ¿cuál es el estatuto El concepto de estilo interactivo - satisface los tres criterios
conceptual que corresponde a la personalidad en la teoría psico - antes señalados. El término estilo destaca las características
lógica? modal, particular y consistente de las conductas que permiten la
Como se afirmó anteriormente, el concepto de personali - identificación de la individualidad como diferencia. El concepto
dad se refiere a la condición interactiva resultante de la historia de estilo comprende dos niveles de especificidad: uno que se
singular de cada individuo. Por lo consiguiente, el concepto refiere a la situación interactiva, y otro que se relaciona con la
describe una condición histórica identificable como tendencia función singular que describe la interacción, como estilo, de cada
de interacción, dado que su carácter de historia sin g ular se fun- individuo.
damenta necesariamente en la consistencia del individuo a tra - El primer nivel de especificidad corresponde a las caracterís -
vés del tiempo en su mo do de relaciones con circunstancias ticas contingenciales de la situación en que se interactúa En la
sociales típicas. medida en que el estilo se refiere a un modo de interaccicIn, la
RvIe (1949) ha descrito un tipo de categorías que satisfacen naturaleza funcional del mismo dependerá del arreglo o estructura
lógicamente los requerimientos que establece, desde esta pers- contingencial de la situación. Aun cuando todas las situaciones guardan
pectiva, el concepto de personalidad. Estas cate g orías son deno- una condición de particularidad, pueden clasificarse en tipos
minadas disposicionales, y aun cuando pueden aplicarse a los definidos por las relaciones de contingencia genéricas que las
fenómenos clasificados tradicionalmente con el término homóni - configuran. Las relaciones contingenciales prescriben las
mo de disposición, no constituyen categorías que hagan referen - opciones de interacción del individuo con las consecuen cias,
las señales y las condiciones disposicionales diversas,
cia directa a cierta clase de fenómenos como tales.
especificando en cada tipo de situación diferentes dependen -
Las categorías disposicionales no corresponden a entidades, cias de dichos factores con respecto al comportamiento del
sino son términos que describen eventos repetidos en el pasado individuo. Dichos arreglos contingenciales, aun cuando repre -
o colecciones de eventos presentes, sin que se apliquen a rela - sentan contingencias identificables en el nivel social, están des -
ciones simultáneas entre eventos singulares como ocurrencias provistas de la dimensión social fundamental: la interacción
propiamente dichas. Esto significa que las categorías o enuncia - del individuo con otro. Asimismo, constituyen situaciones
dos disposicionales no describen ocurrencias, sino conjuntos genéricas en las que el ind ividuo se relaciona con contingen -
pasados o presentes de ocurrencias. Asimismo, tampoco descri - cias socialmente neutras.
ben relaciones entre ocurrencias como instancias de clases dife - El segundo nivel de especificidad se refiere a la función que
rentes, tal como lo hacen los enunciados causales o tipo -ley. Más describe la consistencia interactiva —o estilo— del individuo en
bien, identifican ocurrencias como instancias de un conjunto de cada tipo de situación o arreglo contingencial. En la medida
ocurrencias pasadas y/o presentes. La lógica de las categorías en que las dimensiones comprendidas por cada arreglo contin -
disposicionales es, por lo consiguiente, una lógica de la identifi - gencial varían paramétricamente de acuerdo con la naturaleza
funcional de la situación, cada individuo mostrará un forma pecu -
cación de conjuntos y de las condiciones en que ocurren las ins - liar de interactuar con dichas dimensiones, de tal modo que su
tancias de dichos conjuntos. Su función es la de predecir e iden-
86 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES DISPOSICIONAL
ES
87
junto de ocurrencias de respuesta que implican la elección o pre -
estilo será descrito por una función cuantitativa v cualitativamente ferencia de ciertos objetos o eventos. La pertinencia funcional de
exclusiva de cada individuo. De este modo, ante cada arreglo las diversas acciones a una inclinación configurada históricamente
contingencia¡, cada individuo mostrará un estilo específico en depende de su consistencia selectiva o preferencial frente a
términos de la función que describe su comportamiento relati vo
condiciones sociales que constituyen opciones valoradas.
a las variaciones paramétricas del arreglo. La función específica
de cada individuo describe su estilo particular. Habrá tantos En lo que toca a las competencias, as, son conceptos que se refieren
estilos co mo funcio nes q ue d escrib an la interacción a capacidades, es decir, a acciones que producen resultados o
paramétrica de los individuos respecto de cada arreglo contin - logros específicos en situaciones en las que se requiere de alguna
gencia¡. Desde esta perspectiva, no tiene sentido clasificar al destreza o habilidad específica para alcanzar dichos logros. Las
individuo como poseedor o no de un estilo; por lo tanto, se des - competencias se aplican, como términos pertinentes, a condicio -
cribe siempre una función interactiva consistente que difícil- nes en que se definen problemas a resolver o resultados a produ-
mente será replicada por otro individuo. Por ello, el estilo se cir. En las competencias, por consiguiente, se requiere de una
identifica a posteriori, a diferencia de las teorías tradicionales correspoñdencia entre la morfología de la conducta y las morfo -
que predeterminan las categorías de clasificación como cate - logías de los objetos o eventos situacionales con los que se inter -
gorías excluyentes y discontinuas. En la aproximación que pro -
actúa (Ribes y López, 1985). Esta correspondencia es fundamen -
ponemos, los estilos se describen como variaciones en dimen -
siones continuas. tal para producir los efectos específicos que una capacidad impli -
Es necesario distinguir al estilo interactivo como categoría ca. Como en el caso de los motivos, el ejercicio de una competen -
disposicional de otros tipos de términos disposicionales: los de cia no se identifica biunívocamente con la competencia como
motivo y competencia. Aun cuando en la historia interactiva del disposición, pues la competencia misma no constituye un evento,
individuo es muy difícil analizar por separado las circunstancias sino la posibilidad históricamente identificada de producir cam-
concretas en que tienen lugar los eventos susceptib les de ser des- bios en objetos, eventos o acciones en función de ocurrencias
critos en términos disposicionales, se pueden planear condicio - pasadas.
nes experimentales que permitan su evaluación funcional en for - Al resumir las diferencias entre los tres términos disposicio -
ma relativamente autónoma. Por ello, a pesar de que los términos nales examinados, podemos decir que:
de estilo, competencia y motivo se refieren a propensiones de 1. El estilo interactivo es la manera en que un individuo
acción con base en la historia del individuo, su ámbito de signifi -
cación es peculiar y distintivo y, en consecuencia, experimental - enfrenta un tipo de contingencia.
mente analizable en forma separada. 2. La competencia es' la correspondencia funcional entre
Como ya hemos señalado, el concepto de estilo interactivo se morfologías de respuesta y objetos o eventos para producir
aplica a los modos individuales de enfrentar situaciones contin- resultados o efectos específicos.
genciales en los que lo definitorio es la manera en que un indivi - 3. El motivo es la elección o preferencia por ciertas situacio-
duo se relaciona con dichas situaciones. El estilo constituye un nes, contingencias u objetos, previos a la *interacción con
patrón funcio nal de interacción co nfigurado históricamente ellos.
frente a contingencias socialmente neutras. ¿Qué implicaciones tiene la distinción entre los tres concep -
Los motivos, por su parte, se refieren a tendencias de compor- tos desde un punto de vista empírico? Son dos las implicaciones
tamiento que se manifiestan como opciones y preferencias frente a
principales: una que se relaciona con la evaluación experimental
los objetos y eventos de la situación. Se habla de un motivo cuando
se describen la direccionalidad de la conducta relativa a cir - del estilo interactivo, y la otra, con la modificabilidad de las ten -
cunstancias que permiten optar por diferentes consecuencias dencias descritas por dichos términos.
socialmente valoradas. Por ello, los motivos siempre se identifi- En lo que respecta a la evaluación experimental de los esti-
can como tendencias de conducta frente a otros, y constituyen los interactivos, se requiere que las tendencias conductuales
inclinaciones o sesgos de acción. Las acciones mediante las cua - funcionales en la situación evaluada no correspondan a las que
les se identifica la elección o preferencia socialmente valoradas son reguladas por demandas específicas en términos de motivos
puede cambiar de momento a momento, y no son directamente y
/o competencias. En la medida en que una situación requiera
identificables con el motivo, como si esto fuera una instancia de de resultados específicos y/o implique la operación de variables
acción en sí mismo. El motivo es lAdescripción genérica del con- motivacionales referidas a gustos, preferencias, aversiones,
genéric
demandas, etc., el estilo interactivo es encubierto por las carac-
88 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES ESTILOS INTERACTIVOS 89
;
terísticas de especificidad de dicha situac;~,,,. Para observar los A pesar de que en la evolución psicoió l , , a individual no
modos interactivos se requiere de contingencias socialmente todas las situaciones cotidianas implican la operación de moti -
neutras que no prescriban demandas específicas. Por ello, las vos o el ejercicio de competencias, no es aventurado plantear
situaciones que representan solución de problemas o demandas que el estilo interactivo se conforma progresivamente como
sociales específicas no permiten la evaluación de los estilos inte - efecto de invariantes funcionales en la adquisición y ejercicio
ractivos. Las contingencias situacionales presentes de naturale za de competencias con respecto a demandas y motivos sociales
específica regulan las tendencias históricamente configura das-, específicos. No obstante, una vez establecidos los diversos esti -
en consecuencia, para explorar empíricamente los estilos los interactivos, podemo s suponer no sólo q ue so n relativa -
conductuales interactivos se deben establecer tareas contingen - mente invariantes y autónomos de las demandas
cial mente neutras, que no estipulen la acción de procesos dispo - motivacionales, sino que, además, influ y en en la adquisición
sicionales descritos como motivos o competencias.' Esto no y regulación de motivos y competencias.
implica, obviamente, el que el estilo interactivo no pueda mani - Los estilos interactivos, además de modular la operación de
festarse también en situaciones que ejemplifican la operación de motivos y la probabilidad de que se ejerciten o no
motivos y/o /o competencias. Sin embargo, la especificidad de las situacionalmente competencias pertinentes, siempre se expresan
variab les situacio nales hace aparecer a lo s estímulo s co mo corno la variabilidad entre sujetos en las conductas de preferencia
variabilidad entre sujetos, y no como consistencias interactivas y de solución de problemas. Sin embargo, debe tomarse en
claramente identificables. consideración que los estilos deben poder ser modificados,
En lo que toca a la modificabilidad de los tres tipos de tenden - siempre y cuando se estructuren situaciones prescriptivas
cia, el concepto de estilo interactivo, a diferencia de los motivos y específicas, las cuales, de un modo u otro, implicarán casi
competencias, implica necesariamente la invarianza temporal siempre, tal como en la evolución psicológica inicial,
del comportamiento individual. El estilo, en la medida en que es condiciones motivacionales y el desarrollo de nuevas formas de
un modo consistente de interactuar con situaciones contingen - competencia.
ciales, debe ser por definición, poco susceptible a la modificación
que producen los cambios locales en el tiempo. En cambio, tanto UNA APROXIMACIÓN A LA IDENTIFICACIÓN
los motivos como las competencias no sólo son, por definición, DE ESTILOS INTERACT-JVOS
variables en su ejercicio como comportamiento concreto, sino
además representan tendencias cambiantes de acuerdo con los Como se aclaró previamente, los estilos interactivos pueden
requerimientos y contactos previos que ha tenido el individuo ser susceptibles de evaluación en situaciones que'cumplen dos
con las situaciones cont i ngenciales. El estilo, en la medida en que criterios:
se conforma y mantiene frente a situaciones contingenciales que 1. Representar situaciones contingenciales que requieren de
no prescriben demandas ni resultados específicos, posee la carac - formas de interacción no específicas.
terística de ser autoajustivo, aspecto que da cuenta, cuando 2. Ser socialmente neutras, en la medida en que la condi -
menos parcialmente, de su consistencia. El individuo, al interac- ción con que se interactúa no implique la conducta de
tuar de cierto modo invariante frente a una situación que no pres - otro individuo.
cribe demandas y efectos específicos, posibilita que su comporta - Los estilos interactivos constitu y en, por consiguiente, las
miento ajuste las variaciones de la situacióna las características consistencias funcionales de los individuos en su comportamien to
de su propia manera de confrontarla sistemáticamente como cir - frente a situaciones típicas que satisfagan los dos criterios
cunstancia típica. Por consiguiente, de ser posible la identifica - recién señalados.
ción de estilos interactivos, éstos deben ser, por fuerza, relativa- ¿Cómo aproximarse a una taxonomía de situaciones contin-
mente invariantes. genciales?
¿Cuál es la influencia recíproca que ejercen entre sí estos tres Es prácticamente imposible clasificar formalmente todas las
tipos de tendencias de comportamiento? situaciones contigenciales. Por ello, hemos adoptado una doble
g
' Puede observarse la similitud de este argumento con la metodología de estrategia. En primer lugar se han identificado un conjunto no
al unas técnicas tradicionales de evaluación de la personalidad mediante tareas
y
poco estructuradas, como el test de ape p , ¿•epcióiz temática, de Murra , y las
exhaustivo de situaciones –y por consiguiente susceptible de
manchas de tinta del test de Rorschach. ampliarse– que representan condiciones contingenciales funcio -
nalmente diversas, y que a la vez que no requieren de la interac-
90 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES ESTILOS INTERACTIVOS 91
7. Tendencia a la transgresión: responder ante señales de no
responder.
ción de un segundo individuo, "hacen contacto" parcialmente
8. Curiosidad: diversificación de respuestas y estímulos ante
con algunas de las características funcionales que han preocupa -
contingencias presentes que no lo requieren, o preferen -
do a las teorías tradicionales de la personalidad.
cia por contingencias variables.
Aun cuando esta formulación inicial es quasiintititiva, se basa
9. Tendencia al riesgo: opción por contingencias señaladas
en el reconocimiento tácito de diferencias funcionales en las rela -
con probabilidades reales o aparentes de consecuencias
ciones de contingencia señ al-respuesta-consecuencia. Por princi-
de mayor valor v/o pérdida contingente asociadas, ante
pio, se descarta a toda situación que se refiera a lo que Ryle (1949)
contingencias alternativas de constancia relativa.
denomina estados de ánimo, agitaciones v sentimientos como
10. Dependencia de señales: ajustes de la respuesta a señales
condiciones denotativas de la responsividad momentánea del
repetitivas o eventuales que son redundantes a la contin -
individuo v no de las características funcionales de la situación
gencia, y efectos en la ejecución estable cuando se retiran
misma. También se excluyen circunstancias que definan motivos
las señales sin que se cambien los criterios de administra -
o resultados específicos cuando son producto de una
ción de las consecuencias.
competencia particular. En segundo lu g ar, se procede a explicitar
11. Responsividad a nuevas contingencias y señales: efectos
la estructura contingencial de la situación. En este punto se
en la respuesta ante nuevas señiales frente a la misma con-
reconocen e identifican las relaciones funcionales que la
tingencia o ante nuevas contingencias cuando se mantie -
situación prescribe como condiciones opcionales de interacción
nen las mismas señales.
frente a dependencias efectivas o aparentes entre las señales y las
11 - . Impulsividad-no impulsividad: correspondencia de la res-
consecuencias. La definición de las situaciones consiste en la
puesta a las condiciones disposicionales o no disposicio -
descripción de la estructura contingencial que las identifica, y
nales (señalamiento y consecuencias) en una situación
en la determinación de las diversas dimensiones funcionales
cuyos componentes contin g enciales no son funcional -
componentes y los parámetros correlativos a ellas.
mente homogéneos.
Hasta la fecha, hemos podido identificar doce arreglos con -
12. Reducción de conflicto: respuestas ante señales concu-
tingenciales que permiten explorar la presencia de estilos inter -
rre nte s o p u e sta s o a n te o p cio ne s d e re sp ue s ta q u e
activos individuales. Describiremos su estructura contingencial,
implican consecuencias concurrentes opuestas o com -
en la inteligencia de que se trata de un planteamiento provisional,
petitivas. -
por encontrarnos aún en una etapa inicial de exploración experi -
Cada uno de los arreglos contingenciales definidos se compo-
mental de tales arreglos.
A continuación enumeraremos los arreglos contingenciales ne de varias dimensiones contingenciales, las cuales se enumeran
identificados y sus definiciones funcionales: en el cuadro 5.1. Las dimensiones contingenciales permiten
1 . Toma de decisiones: posibilidad de emitir una sola res- Cuadro S.I. Dimensiones contingenciales de cada situación
puesta ante contingencias que implican estímulos com -
petitivos o inciertos en tiempo.
2. Tolerancia a la ambigüedad: propiedades funcionales 1. Toma de decisiones:
antagónicas y/o diferentes entre la señal y la suplementa- 1.1 Incompatibilidad temporal de respuestas.
ción, imposibilidad de discriminar la relación contingen - 1.2 Impredictibilidad temporal de la oportunidad de respuestas.
cia-no co ntingencia, o irrelevancia de la señal n res - 1.3 Suplementación múltiple interdependiente.
pecto a la contingencia.
3. Tolerancia a la frustración: mantenimiento dt ción bajo 2. Tolerancia a la ambigüedad:
condiciones no señaladas de interferdisminución, pérdida o 2.1 Carencia de relación de contingencia entre señal Y consecuen-
demora de las consecuer cia.
4. Log ro : mantenimiento u opció n d e ejecucio nes co n - 2.2 Relación cambiante de contingencia entre señal y consecuen-
diciones señaladas de requisito creciente o mayi: , requi- cia.
sito de respuesta relativa o absoluta. 2.3 Cambio de relación previa entre señal y consecuencia a una
5. Flexibilidad al cambio: cambios de respuesta ante un relación opuesta dada una ejecución estable.
número finito de contingencias no señaladas o señaladas
92 93

Cuadro S.I. (Ct,,itiiizíacióp7,)


Cuadro 5.1. (Co,iiiniíaciúkz)
2.4 Cambio de la relación previa entre señal Y consecuencia a una 8.4 Incompatibilidad de respuestas en la concurrencia.
relación indiscriminable dada una ejecución estable. 8.5 Pérdida global o local de la suplementación obtenida.
3. Tolerancia a la frustración: 9. Dependencia de señales:
3.1 Pérdida no señalada de consecuencias. 9.1 Presentación v/o eliminación de estímulos adicionales a la fun-
3.2 Interferencia o pérdida de consecuencias no contingentes. ción de la señal cperativa.
3.3 Disminución brusca de la probabilidad de la consecuencia. 3.4 9.2 Eliminación de la señal sin modificar la consecuencia.
Demora•no señalada en la consecuencia. 9.3 Introducción de una señal con historia de señalización distinta
3.5 Interferencia o bloqueo de la oportunidad de responder. en una ejecución estable no señalada.
3.6 Incremento no señalado en la cantidad de respuestas.
3.7 Castigo negativo señalado no contingente. lo. Responsividad a nuevas contingencias y señales:
4. Logro: 10.1 Cambios en la contingencia señal-consecuencia manteniendo
constante la tarea o viceversa.
4.1 Mantenimiento de la ejecución ante condiciones señaladas de 10.2 Cambio en la contingencia señal-consecuencia y en la tarea.
requisito de respuesta creciente. 10.3 Cambio en la consecuencia manteniendo constante la señal.
4.2 Elección de condiciones de mayor requisito correlacionadas 10.4 Cambio en,la señal manteniendo constante la consecuencia.
con una mayor suplementación. 10.5 Cambio en la relación tarea-consecuencia manteniendo cons-
4.3 Mantenimiento o elevación de la ejecución bajo condiciones tante la señal.
adicionadas señaladas de suplementación no contingente, ante 10.6 Cambio en la relación señal-tarea manteniendo constante la
requisito de respuesta constante.
consecuencia.
4.4 Señalización verbal y no verbal de los criterios de respuesta.
11. Impulsividad-no impulsividad:
S. Flexibilidad al cambio:
11.1 Tipo de respuesta requerida y señalada.
5.1 Cambios frecuentes no señalados en las contingencias., 11.2 Tipo de instrucción disposicional: auspicio, motivo, capacidad,
5.2 Suplementación múltiple independiente. estado de ánimo, emoción, expectativa, etcétera.
5.3 Número limitado de contingencias posibles. 11.3 Tipo de correspondencia entre la ocurrencia de la señal v/o la
consecuencia relativa a la disposición instruida.
6. Tendencia a la transgresión:
12. Reducción del conflicto:
6.1 Concurrencia de señales de responder y no responder.
6.2 Concurrencia de respuestas. 12.1 Características de la respuesta de elección y dimensiones diná-
6.3 Suplementación única como mínimo para ambas respuestas. micas de la respuesta.
6.4 Producción contingente de la suplementación por cuales- 12.2 Concurrencia de señales funcionalmente competitivas u opuestas.
quiera de las respuestas. 12.3 Concurrencia de consecuencias competitivas u opuestas.
12.4 Concurrencia de contingencias competitivas u opuestas.
7. Curiosidad:
12.5 Inevitabilidad de la elección y de la exposición a la concu-
7.1 Elección de situaciones con contingencias cambiantes. rrencia.
7.2 Responsividad a contingencias no prescritas.
determinar los parámetros funcionales de las distintas variables
8. Tendencia al riesgo:
quete pueden participar en cada situación. Dichos parámetros, aun
8.1 Señalamiento de probabilidades concurrentes de ma yor magni- cuando pueden ser compartidos en lo general por los diversos
tud y costo.
arreglos contingenciale s , de hecho operan de distinta manera en
8.2 Mantenimiento de una contingencia señalada constante.
8.3 Impredictibilidad efectiva de la suplementación. cada uno de ellos de acuerdo con la modulación funcional que las
dimensiones contingenciales necesariamente prescriben.
INTERACTIVOS 95
94 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES

to de cada sujeto frente a un arreglo contingencia) deter-torias. En


la figura 5.1 se muestra una matriz que ilustra las diver-
minado.
3. La organización de los diversos estilos interactivos en cada
individuo y su covariación o autonomía relativas con base el comport amien -dad del asuprocur
cier taponer e dictrenci
ibilia- sdepropedadesdfini-
acuer do con
en el comportamiento de dimensiones contingenciales
comunes.
/ 1 d i f e r e n c i a l v a r í a d e m a n e r a n o
s e ñ a l a d a , m i e n t r a s q u e e n l a s i t u a - ción de
riesgo la probabilidad o magnitud diferencial de las con
mente corresponda a una contingencia efectiva de la relación que
cación propiamente dicha del estilo interactivo individual en cada
d
c o n t i n g e n c i a s n u e v a s distintiva. Por ello, el 11 Tolerancia a la 1 T i a a a a am
ambigüeda
Tolerancia

estilo resulta como una condición estricta- 111 Tolerancia a la


frustración

(logro)
emos ilustrarlo exami-
En lo que toca al primer aspecto, podemos ibilid
nando las situaciones contingenciales definidas como logro y te,- dencia v Flex
-al riesgo. Ambas situaciones contingenciales comprenden en ad
Flexibilidad al cambio
consecuencias de magnitud o probabilidad diferencial (dado el Vi Tendencia a la
caso de que el logro se evalúe en una situación que implica requi- Vi Tendenciaa
la transgresión
transgresión
sitos concurrentes opcionales). Sin embargo, la
111 Tendencia al
naturaleza fun-IV Pe rs is te nc ia
riesgo
-
cional de ambos arreglos contingenciales determina que el para VIII Tendencia al
metro relativo a la probabilidad o magnitud diferencial de las curiosidad lalmeligllwgl
al EklER VIII Tendencia al
ción de riesgo la probabilidad o magnitud diferencial de las con riesgo 111 Tendencia al
mente corresponda a una contingencia efectiva de la relación que IX Dependencia
IX Dependencia
prescribe la opción de respuesta relativa a una probabilidad de las IXDependencia de señales de señales
consecuencias. onsivid
El segundo aspecto mencionado tiene relación con la identifi- IXDependencia
1 Rk EM
cación propiamente dicha del estilo interactivo individual en cada XResponsividad W11L 191
arreglo o situación contingencia). En una situación tal como ten contingencias nuevas X Respad
a nuevase
mil§ y señales
dencia al riesgo, por ejemplo, encontraremos diferencias sistema - contingencias late miel
REI a nuevasegncias
ticas en todos v cada uno de los individuos con respecto a la forma
en que su conducta se vincula a los diversos parámetros de la situa-
ción, por ejemplo, el número de cambios de opción de respuesta,la la XI Conflicto.
XI Conflicto.
latencia para responder, la duración de la respuesta, la opción de magnitud XI XIIImpulsividad El
de consecuencias, etc. En cada individuo, la función quev señales Conflicto
Xil impulsividad
Xil impulsividad
distintiva. Por ello, el estilo resulta como una condición estricta - Toma de decisiones
mente individual y no clasificable en categorías predeterminadas.
No hay individuos con mayor o menor tendencia al riesgo, en esteal
cial y peculiarmente, de acuerdo con las
condiciones paramétricasLEE 1 mes y
96 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES ANÁLISIS EXPERIMENTAL DE LA PERSONALIDAD 97

caüa uno de los arreglos contingenciales. Con base en la - , , iner- En el ' úi ca de la educación y el desarrollo, el conocim'en-,, --, l~ la
secciones comunes que describe la matriz, puede predecirse –a interacción que se establece entre los estilos interactivos v la
condición de verificar empíricamente dichas previsiones – qué adquisición y el ejercicio de motivos y competencias, se convier-
estilos covariarán funcionalmente en un mismo individuo y cuá - ten en un problema central. Esta interacción es de naturaleza
les serán totalmente independientes u ortogonales. Esta primera bidireccional. Por una parte, es inevitable considerar que la per -
aproximación predictiva se restringe, obviamente, a las caracte - sonalidad, como organización funcional de estilos, se establece
rísticas más gruesas de los estilos interactivos. Será -necesario Ten- como resultante de un proceso estructurado socialmente para el
lizar algunos estudios experimentales sistemáticos para poder desarrollo de competencias y motivos compartidos por los indivi -
duos de acuerdo con ciertos criterios y circunstancias cuya lógica
extender, en caso de configuración de las relaciones incluidas en
no siempre es evidente para las personas implicadas o para el grupo
la matriz, dichas predicciones a la organización de los estilos en lo de referencia mismo. ¿Qué características de este proceso de
que respecta a las formas paramétricas especiales que los descri - desarrollo social de lo individual contribuyen a establecer las
ben como función. Para ilustrar lo antes dicho, si se examina la peculiares formas invariantes de enfrentar las situaciones coritin -
figura 5.1, se puede predecir que tolerancia a la ambigüedad, genciales en los diversos individuos? ¿La formación de los estilos
dependencia de señales e impulsividad-no impulsividad covaria - está condicionada por la naturaleza de los motivos y competen -
rán, dado que comparten dimensiones contingenciales entre sí cias, o son los productos del ejercicio de dichos motivos y compe -
(dos impulsividad con tolerancia a la ambigüedad y una con tencias los que regulan la formación de los estilos? ¿Acaso es el
dependencia de señales, mientras que estas últimas comparten contacto con ciertas dimensiones funcionales de las contingen -
dos entre ellas). En cambio, se puede predecir que tolerancia a la cias implicadas en motivos y competencias las que determinan la
frustración y responsividad a nuevas contingencias y señales son formación de los estilos al margen de la especificidad de dichas
totalmente autónomas, por lo que en cada individuo se podrá dar situaciones? Si estas preguntas revisten un gran interés, éste no es
una organización peculiar de dichos estilos con respecto a los que menor cuando se—trata de valorar la influencia reguladora que los
estilos en formación o ya formados tienen sobre la adquisición y el
covarían. Ésta es la razón por la que la personalidad, como orga -
ejercicio de motivos y competencias nuevos o ya está , ~lec~idos-. ¿Está
nización funcional de los diversos estilos interactivos, nunca pue de influida la motivación social, en su acaecer cotidiáilo, por la
ser idéntica o igual en dos individuos diferentes. Mayor aún será personalidad del individuo? ¿Los diversos estilos interactiv os
la particularidad de dicha organización si se atiende a las afectan positiva o negativamente la adquisición - y/o ejercicio de
características cuantitativas que describen a cada estilo como nuevas o antiguas formas de competencia? Estas y otras pregun -
una función paramétrica. tas, que inciden en la evidencia cotidiana de las diferencias entre
ALGUNAS IMPLICACIONES PRÁCTICAS individuos, no son ajenas al análisis experimental de la p ersonali-
DEL ANÁLISIS EXPERIMENTAL dad desde la perspectiva que planteamos.
En el campo de la organización e interacción social, la psico -
DE LA PERSONALIDAD logía no ha trascendido el mero refraseamiento de las relaciones
No obstante que todavía nos encontramos en una etapa inicial entre individuos que son consideradas como universales por cada
que no permite la afirmación de ciertos enunciados con respecto a grupo social específico. Recientemente, y debido a la influencia
las características empíricas que describen a la personalidad como de Hake (1982), se ha prestado atención al análisis experimen tal
una organización individual de los estilos interactivos, podemos de contingencias sociales concebidas como relaciones inter-
aventurar algunos planteamientos referentes a las implicaciones dependientes entre individuos; en ellas la contingencia mínima
prácticas de la aproximación que hemos propuesto. está representada por la duda, y son contingencias en las que la
Se pueden anticipar tres áreas de aplicación del conocimien - interacción de un individuo con las circunstancias está "triangu -
to obtenido a partir del análisis experimental de la personalidad, lada" bidireccionalmente con la conducta de otro individuo.
en la medida en que las tres implican, de un modo u otro, la perti- Situaciones tales como las de cooperación, competencia, lideraz -
nencia de las tendencias interactivas individuales. Estas áreas go, altruismo, agresión, y otras más, ejemplifican la naturaleza
diádica mínima de la contingencia social. Desde la perspectiva
son, a saber: la educación y el desarrollo, la organización e inte -
del punto de vista que aquí hemos expuesto, resulta altamente
racción social, y la solución de problemas individuales adscrita factible suponer que dichas interacciones diádicas no dependen
tradicionalmente a la llamada psicología clínica. exclusivamente de las contingencias extrínsecas con las que inter-
1

98 CAP. 5. LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES REFERENCIAS 99


actúan los individuos, sino que la interacción con ellas y a través
de ellas deben estar moduladas por la "complementariedad" fun - Ribes, E . y López F., Teoría de la conducta: un análisis de campo .y para-
cional de los estilos interactivos de ambos individuos pertinentes a métrico, Trillas, México, 1985.
la contingencia social. Individuos con diferente función de ten - Ribes, E., Díaz González, E., Rodríguez M. L. y Landa, P., "El análisis con-
dencia al riesgo o toma de decisiones, interactuarán diferenc ial- tingencial: una alternativa a las aproximaciones terapéuticas del
mente entre sí y con la contingencia social de competencia comportamiento", Cuadernos de psicología, 1986.
dependiendo de su peculiar estilo. No es necesario abundar sobre Rvle, G., The Concept oí mind, Hutchinson, Londres, 1949.
Sheldon, W., Stevens, S. y Tucker, W., The varieties oí human
las profundas implicaciones que esto tiene en la planeación y el
phvsique: an introduction to constitucional psychology, Harper, Nueva
funcionamiento de todo tipo de organizaciones sociales. York,
Finalmente, consideramos que los estilos interactivos tienen 1940.
una gran importancia en la solución de problemas individuales
que parcialmente han sido del dominio exclusivo de la psicología
clínica en sus diversas modalidades. Recientemente (Ribes, Díaz
González, Rodríguez y Landa, 1986) hemos propuesto una alter -
nativa no clínica para la solución de los problemas individuales.
En el contexto de esta propuesta se lía examinado la importancia
de la historia interconductual en la configuración de las situacio -
nes problema que hemos denominado microcontingenciales.
Baste señalar que ciertos estilos interactivos pueden llegar a ser,
para decirlo metafóricamente, "instrumentales" en la generación
de microcontingencias problema, y que su consideración debe
ser obligada en el análisis y la solución de cualquier problema
individual en la vida cotidiana.
Las implicaciones prácticas aquí examinadas son un ejemplo
de la necesidad de reformular la teoría de la personalidad como
una teoría de la individualidad v la individuación. Dicha teoría es
el eslabón necesario o la interface para transferir conocimiento
entre la teoría de la conducta como teoría de proceso, y las aplica -
ciones tecnológicas de la psicología. Sin una teoría de la indivi -
dualidad carece de sentido plantearse la aplicación pertinente del
conocimiento científico del comportamiento de los individuos a
las circunstancias singulares v cotidianas que conforman la
dimensión psicológica de la vida social.

REFERENCIAS

Eysenck, H., The Scientific Study of Personality, Routledge and Kegan


Paul, Londres, 1952.
Freud, S., Collected Papers, Hogarth, Londres, 1948.
Hake, D., "The basic-applied continuum and che possible evolution of
human operant social and verbal research" The Behavior Analvst,
núm. 5, 1982, págs. 21-28.
Mischel, W., Personalidad y evaluación, Trillas, México, 1980.
Pavlov, L, Actividad nerviosa superior: obras escogidas, Fontanella, Bar-
celona, 1973.
Reflexiones
sobre una caracterizacíón
profesional de las aplicaciones
clínicas del análisis conductual

El surgimiento de las técnicas de modificación de conducta


(Ullman y Krasner, 1965) y la terapia conductual (Yates, 1970) y,
posteriormente, de la distinción respecto de ellas del análisis con -
ductual aplicado (Baer, Wolf y Risley, 1968), planteó la posibilidad
de una nueva concepción de las tareas implicadas por la psicología
clínica, el cuestionamiento mismo del modelo médice, subyacente a
ciertas prácticas o conceptos clínicos tradicionales.
El propósito de este ensayo es examinar en qué medida el aná-
lisis conductual aplicado y sus predecesores han superado efecti -
vamente los modelos y las prácticas clínicas tradicionales respecto
de las cuales, en apariencia, se han constituido como una
opción que las trasciende, así como plantear una alternativa acor -
de con los supuestos que te dieron origen.

CLÍNICA Y PSICOLOGÍA
El concepto de clínica, etimológicarnente, está vinculado al
de impedimento, enfermedad, incapacidad. En la medicina, la clí-

' Publicado en la Revista mexicana de análisis de la conducta, vol. 8, núm. 2,


1982, págs. 87-96.
¡11
102 CAP. 6. CARACTERIZACIÓN DE LAS APLICACIONES APLICACIONES CLÍNICAS 103

nica como atención a un individuo que padece, que sufre en su social inmanente, esencial Y rector normativo universal de las
naturaleza, se considera como el resultado de una disfunción o acciones humanas. No es mi intención entrar en detalle al análi-
perturbación propia de su ser biológico, intrínseca a las condicio- sis del papel que han cumplido estas representaciones ideológi-
nes históricas ' v presentes de dicho individuo. cas en la conducta humana, pero sí señalar que las prácticas pro-
De este modo el que padece, el "paciente" clínico ("que yace fesionales denominadas "clínicas" no son autónomas de dichas
recostado"), requiere de una intervención externa a él para supe- representaciones y que, por consiguiente, en la medida en que se
rar o eliminar su mal. Nuestro propósito es señalar que esta con- plantea la posibilidad de aplicar el conocimiento de una ciencia
cepción clínica de - hacer o "aplicar" psicología, plantea una serie de la conducta, se debe examinar si los criterios de su aplicación
de problemas que la formulación de otros modelos optativos al deben fundamentarse en la propia ciencia o por el contrario,
modelo médico no ha podido superar. como ocurre, en las representaciones ideológicas que justifican y
La concepción clínica como marco delimitante de una forma reproducen socialmente la necesidad de su aplicación.
de practicar la psicología es, en primera instancia, una concep-
ciór ideológica de dicha práctica que se fundamenta en dos pro-
posiciones básicas: LAS APLICACIONES CLÍNICAS
DEL ANÁLISIS CONDUCTUAL
1- Los problemas clínicos, como formas universales, son Antes de examinar en detalle la posibilidad de aplicación del
1

valorables con criterios derivados de una concepción rela- análisis


ca de unaconductual
1
en la forma de tecnología como parte organi-
tivamente inmutable de "salud-enfermedad" o "adapta- i
c encia del comportamiento, nos detendremos a eva-
ción-inadaptación". luar si hemos sido capaces de superar las prácticas ideológicas
2. El individuo que sufre de un problema clínico, sea su ori- delimitantes y definitorias de la concepción clínica.
gen externo o interno, requiere para su cambio de una
intervención externa a él.
El análisis conductual aplicado surgió como el primer esfuer-
Socialmente, una ideología es un conjunto de representacio- zo, en la historia de la psicología, por construir una tecnología del
nes validadas a priori con respecto a la naturaleza, características y cambio individual, sólidamente fundada en la teoría y el análisis
propiedades de las diversas prácticas sociales. Sin embargo, la experimental de la conducta. Al aplicarse por vez primera al campo
ideología se concreta en las prácticas de los individuos, las cuales tradicional de la clínica debido al interés de apoyar su inter-
en tanto inmersas en las relaciones sociales enmarcadas por las vención en el diseño y la manipulación del ambiente, se cuestio-
representaciones ideológicas, encuentran fundamento, justifica- nó el modelo médico subyacente en las prácticas clínicas
ción o rechazo de sus actividades concretas en lo valorativo por anteriores. La contraposición del modelo conductual y/o social al
su concordancia o desacuerdo con dichas representaciones ideo- modelo médico es ilustrativa de este primer periodo en términos
lógicas. La ideología, como práctica social, cambia constante- de dos problemas centrales:
mente en la historia y en los diversos momentos de una formación
social, pero aparece inmutable, eterna, como que delimita lo que 1. La superación de una causalidad interna por entidades bio-
es esencialmente humano. lógicas o mentales, residuos del dualismo occidental for-
Si revisamos brevemente la historia de la psicología clínica y malizado por Descartes.
la psiquiatría, se apreciaría la estrecha vinculación que hay 2. La definición de la conducta presente del individuo como el
entre prácticas sociales ajenas a la psicología y las concepciones objetivo fundamental de cualquier estrategia de cambio: la
psicológicas privativas en cada época. La historia de la locura y conducta no era un simple síntoma, sino el problema
la historia de la salud, son la historia de las ideologías y la con- esencial a modificar.
cepción del individuo y su práctica social con respecto a la reli-
gión, el sexo, la familia, la propiedad, la justicia y las demás No repetiremos los argumentos, ya bien conocidos, acerca de
representaciones de las relaciones sociales constitutivas de una esta nueva aproximación; baste señalar que se reducían a la nece-
formación histórica. Hemos abandonado, después de la Revo- sidad de alterar el ambiente presente del individuo si se deseaba
lución Francesa, la concepción eticorreligiosa de la enfermedad modificar su comportamiento concreto y objetivo. No obstante,
mental y la inadaptación, pero no hemos sido capaces-todavía de algunos problemas no fueron resueltos, sino quedaron ocultos en
superar la sustitución de un poder sobrenatural por un poder una aparente nueva forma de conceptualizar la conducta anor-
104 CAP. 6.
CA
RACTERIZACIÓN DE LAS APLICACIONES APLICACIONES CLÍNICAS 105

mal, desviada, inadaptada- etc, podriamos analizar la problemáti- Hemos delimitado e n que consiste la intervención requerida
ca oculta a partir de la siguiente perspectiva: para el cambio conductual, y señalamos, por una parte, la impor -
tancia de considerar a la conducta como el aspecto central y no
1. La inclusión de supuestos del modelo médico clínico en el como un indicador periférico de entidades causales internas y,
modelo conductual. por la otra, explicitamos que el cambio individual no puede ocu -
2. La carencia de un análisis de los valores subyacentes en la rrir como consecuencia de una simple eliminación de lo patológi -
determinación de los problemas clínicos, el examen del co, sino que necesariamente se requiere de la construcción de
qué y el porqué—en vez del cómo de dicha práctica. opciones interactivas en términos congruentes con la propia his-
Aun cuando el concepto de enfermedad y, por ende, la cate - tor.a v los recursos conductuales de la persona.
goría "clínica", son constitu y entes del modelo médico, no se ha No obstante, la especificación de la naturaleza del cambio
evaluado suficientemente l a existencia de diversos modelos conductual y los criterios que determinan la intervención no son
médicos que, a pesar de que están restringidos como análogos del intrínsecos a las características del cómo lle var a cabo la inter-
com p ortamiento humano, poseen características susceptibles de vención; en otras palabras, definir estrategias conductuales para
ser reorientados para construir un modelo propio. A continua - intervenir en el cambio individual no implica necesariamente
ción trataremos acerca de los modelos médicos de tipo epidemio- actuar con el apo y o de criterios opuestos a las concepciones clíni -
lógico y de rehabilitación, en contraste con el modelo médico clí - cas tradicionales, las cuales traducen a f ormas aparentemente
nico patológico. A este respecto es particularmente pertinente la tecnológicas o científicas lo que en realidad son prácticas con un
argumentación de Goldiamond (1974) relativa a lo que él designa alto grado de apropiación ideológica.
como orientación patológica en su orientación constructiva en La determinación de la necesidad y discusión del cambio con-
los modelos clínicos. El modelo conductual y el modelo médico, ductual, adicional a la metodología empleada para lograrlo,
en tanto que comparten una preocupación clínica, son ilustrati - implica un acto de valoración social que no es independiente de
vos de la orientación patológica. El hincapié que se hace en la criterios que trascienden a la acción técnica misma. La delimita -
intervención clínica radica en la eliminación de una entidad inde- ción de la anormalidad o desviación no constitu y e un juicio neutral
seable, generadora de –o identificada con– la enfermedad. En y, por consiguiente, una tecnología o metodología del cambio individual
medicina, esta intervención se ejerce por medio de la cirugía y de no puede desligarse de su discusión y cuestionamien to. Todo
algunas otras técnicas eliminativas; es decir, la salud se recupera cambio individual representa una valoración social, de adecuación o
mediante la eliminación de lo patológico. En psicología, su análo go corrección, del comportamiento a modificar; el problema central
clínico consiste va sea en la eliminación sintomática o en la eliminación consiste en definir cuáles son los criterios que determinan dicha
de aquellas formas de acción del individuo que le llevan a presentar valoración. Los clínicos, conductuales o no, proceden a partir de
la sintomatología. Se otorga relevancia a la desaparición de la suposición de que la anormalidad o la desviación es un fenómeno
conductas valoradas clínicamente como enfermedades o individual, independiente de los juicios de valor que constituyen
inadaptaciones. En cambio, el modelo médico de rehabilitación expresiones de formas prácticas de ideología. Sin embargo, esta
así como el epidemiológico destacan, de algún modo, lo que Gol - neutralidad de la anormalidad es falsa; no sólo el co mportamiento
diamond denomina una orientación constructiva. Se define no lo deno minado anormal es en esencia determinado socialmente,
que debe eliminarse, sino las condiciones que permitirán al indi - sino también lo son los criterios que definen normalidad o
viduo un nivel determinado de suficiencia en lo biológico. anormalidad.
En psicología, una práctica análoga consistiría en definir no La concepción clínica es justamente una forma ideologizada de
lo que el individuo no debe hacer, sino, por el contrario, lo que practicar el cambio individual, ocultando no sólo las determi -
puede hacer, las diversas opciones disponibles en el ambiente y naciones sociales del comportamiento de la persona, sino tam -
su historia interactiva para lograrlo. Sin embargo, determinar lo bién las de la propia práctica clínica. Por ello, el problema del
que el individuo puede hacer en términos de su propio repertorio cambio individual no puede limitarse a un mero examen de los
implica, necesariamente, revertir la responsabilidad del cambio modos de lograrlo: dicho análisis debe enmarcarse en el cuestio -
al propio individuo y, por consiguiente, abandonar de facto una namiento de los criterios valorativos que lo definen como necesa -
actitud clínica. Esta posición, aunada al supuesto básico del rio. No es nuestro propósito adentrarnos en el examen detallado
modelo conductual acerca de la importancia central de la con - de las formas particulares de ideolo g ías que contextualizan cier-
ducta y su relación con el ambiente en el cambio individual, nos tas prácticas clínicas, sino solamente señalar la manifiesta natura -
plantea el segundo punto. leza ideológica de la práctica clínica en general.e?Asimismo, quere-
1
106 CAP. 6. CARACTERIZACIÓN DE LAS APLICACIONES ANÁLISIS CONDUCTUAL. 107
mos plantear la posibilidad de un análisis conductual del cambio
individual ajeno a toda concepción clínica v, por consiguiente, Las interacciones de un organismo con otros y su ambiente no
necesariamente vinculado a un examen de las determinaciones sólo presupone como organismo a su biología como condición,
sociales del porqué de dicho cambio. No se trata de una interven- sino la requieren por definición, de donde no se deduce que dichas
ción conductual autónoma de criterios y prácticas ideológicas, interacciones sean describibles solamente como biológicas. Toda
sino, por el contrario, de una acción profesional razonada meto- interacción conductual incluye participantes biológicos, pero
dológica e ideológicamente. constituye un nivel descriptivo más complejo: incluye variables
ANÁLISIS CONDUCTUAL APLICADO AL excluidas de un análisis puramente biológico; por consiguiente, la
CAMBIO INDIVIDUAL: ¿QUÉ .Y CÓMO? identificación de.factores biológicamente anormales o la
La factibilidad de una tecnología individual derivada del suposición de su existencia coetánea no impone, ni lógica ni
análisis conductual, opcional a una conceptualización clínica, empíricamente, la necesidad de aplicar ese criterio de anormali-
requiere del examen de cinco aspectos: dad a las interacciones individuales del organismo, las cuales
1. La delimitación de la concepción de anormalidad. trascienden las descripciones estrictamente biológicas.
Si aceptamos que las alteraciones biológicas pueden coadyu-
2. La aplicabilidad del concepto de anormalidad a las interac- var o disponer a alteraciones conductuales, no es necesario aceptar
ciones conductuales. que dichas alteraciones seari—la causa de las conductuales. Un
3. La valoración del origen y la dirección del cambio con-
ductual. aspecto importante de un análisis conductual riguroso es exami-
4. La participación relativa del psicólogo y el usuario en el nar la influencia real y objetiva que las deficiencias o alteraciones
proceso de cambio. biológicas ejercen sobre las interacciones, y cuál es la forma de
1. Según aclaramos previamente, la psicología clínica se compensarlas biológica y ambientalmente. En este sentido, la
5 tarea constituye el reconocimiento empírico de condiciones des-
cimenta en un concepto médico de la "anormalidad", del cual favorables que el organismo conlleva en la interacción y de condi-
derivan ciertas categorías universales acerca del comportamien- ciones que es necesario introducir para compensarles funcional-
to anormal. Las gnoseologías psiquiátricas y sus traducciones mente. No obstante, no hay ninguna lógica suficientemente
conductuales constituyen la ilustración coetánea de este esfuerzo poderosa para atribuir anormalidad a la interacción conductual
racionalizador impuesto a la práctica clínica. La concepción clí- desde la perspectiva de la biología, y mucho menos para imponer
nica se ha transferido a la categorización de la conducta en la como lógica de la interacción misma.
medida en que, por un lado, hay testimonios empíricos inobjeta- 2. ¿Es legítimo hablar de anormalidades en una interacción
bles de que ciertas alteraciones del sistema nervioso y de las con- conductual? Ya hemos argumentado en contra de un criterio de
diciones orgánicas generales afectan la forma en que se compor- anormalidad: el criterio medicobiológico extrapolado como causa
tan los individuos; por el otro, siempre existe la posibilidad de empírica o como categoría lógica. Si hay alguna razón dentro de
plantear alteraciones orgánicas concomitantes a los "trastornos" la biología para clasificar a un organismo como anormal, ésta se
del comportamiento, lo cual constituye una tentación lógica que sustenta en que lo biológico, la filogenia, dentro de ciertos límites,
pocos han podido resistir: cambios orgánicos_ precedentes, coetá- impone universalidad a las características de los individuos que
neos o producidos, adquieren virtualmente el estatus de causas o, se agrupan genéricamente en unaespecie. Lo anterior es válido
cuando menos, de desencadenantes de la conducta llamada para las interacciones individuales que se caracterizan en la
"anormal". ¿Cómo abordar esta doble situación? Intentaremos ontogenia construida históricamente en forma idiosincrática?
analizarla no como un problema empírico en sí mismo, sino ¿Es aplicable una lógica de lo universal a interacciones que se
como el problema de una lógica errónea. caracterizan por la modulación particular de contactos diferen-
ciados entre organismos semejantes en -ambientes distintos? Con-
sideramos que la supuesta "lógica" es negativa.
En el caso de la conducta humana, va hemos hecho hincapié
en que el ambiente social, como un medio construido histórica-
mente sobre los medios físicos y ecológicos, carece de dimensio-
Es indiscutible que las variables del organismo, tal como las nes universales. Las sociedades, en geografía, tiempo y cultura,
estudia la biología, participan siempre de todo intercambio del son siempre específicas, a veces en grado sutilmente diferencia-
organismo con su ambiente, pero ello no implica que la biología do, y en la forma en que se expresa esta especificidad en las prácti-
explique o, mejor dicho, describa adecuadamente dichos inter-
cambios por medio de sus categorías. cas de sus individuos, unos con otros, unos frente a los grupos, y
CARAC
108 CAP. 6. TERIZACIÓN DE LAS APLICACIONES

ANÁLISIS CONDUCTUAL. 109


10" grupos t especi-
0 Or pre b) La conducta del sujeto y la manea. ' en que es afectada por
" ' uPOs entre sí. ES cisamente en el coz)dr-,e~extonde esta
cidad en el que debe ubicarse el concepto "a ormalidad". La la de otro(s) sujeto(s) significativo(s) en lo individual.
anor
malidad es lo atípico en un grupo o una sociedad, pero no c) La conducta del sujeto y la manera en que afecta indirec-
sólo estadísticamente, sino también lo que se aparta de la norma- tamente a aquellos que no lo afectan.
tividad privativa. Así, lo anormal es aquello que, además de ser atí- d) La conducta de otros entre sí y la manera en que afectan
pico, se aparta de las normas y valores del grupo; son los valores indirectamente al sujeto.
sociales, expresados en la tipificación de las prácticas de los indi- e) La conducta del sujeto y la manera en que se afecta a sí
vid uo s, lo s q ue estab lecen s u n o r malid ad o a n o rmalid ad . Aun mismo en el presente y el futuro. ^
cuando en n u merosas o casiones se pueden v islumbrar las Una vez realizado el análisis de las diversas formas de inte -
razones q ue, a mp aradas en los intereses de lo s grup os rrelación que pueden asumir estas dimensiones episódicas, que
y
d o m i n a n t e s , influ en en la
de
terminación social de la a n ormalidad , no pretenden ser exhaustivas, se puede pasar el examen del ori -
en otros la relación es mucho más sutil y poco clara. Por esta gen y la dirección del cambio conductual individual.
razón, el objetivo f u n damental de una t e cnolo gía o de su 4. El proceso de cambio conductual individual implica, en
pro y ecto d e b e c onsistir en des enmarañar estas redes i deológicas estos términos, hacer a un lado cualquier clasificación a priori
sociales que valoran el c o m p ortamiento de los i ndividuos, haya que encasille al individuo en una categoría que no sea indicativa
o no partici p ación biológica p r ominente; no hacerlo significa de la génesis social del problema ni la dirección que debe tener
aceptar la práctica ideológica y sus pr o pósitos sociales con el cualquier intervención que busque solucionarlo.
su p
uesto de que se está a plicando el conocimiento té cn ico- Tampoco puede partirse de un conjunto de personas que defi-
científico o , sim plemente, en términos "humanísticos", haciendo el bien. nan de antemano si el problema implica normalidad, pues deben
En una v erdadera ciencia de la co nducta, la i nteracción del explicarse los valores y la ideología sustentante como condicio -
i
ndividuo no puede ser a normal. La an ormalidad es un juicio de nes específicas que enmarcan las interacciones episódicas que
valor social de lo que el individuo nor malmente hace al participar hay entre los individuos y entre éstos y sus grupos de referencia,
de una relación con un medio. Es m enester, por c o n siguiente, por lo cual planteamos que:
i
dentificar en qué segmento de la interacción reside el criterio de a) Existe una relación entre la génesis histórica y la díspósi -
an
ormalidad aplicado s ocialmente , y en qué consiste dicho crite-
rio en términos de los efectos de la i nteracción valorada sobre el ción conductual presente frente a un problema, por lo
i
ndividuo y el grupo social de referencia. que debén analizarse qué recursos, desde el punto de vista
3. ¿Qué di mensiones de la i nteracción entre individuos son interactivo posee el individuo, v cómo éstos se han expre-
los que sustentan los criterios sociales que avalan la " n ec e s i d a d sado, en forma episódica, de tal manera que le afectan a él
clínica" del cambio conductual? Consideramos que la ub ic aci ó n o a otros.
correcta del análisis c onductual aplicado r
especto del cambio
individual depende de un plan teamiento no clínico frente a esta b) Debe examinarse la interrelación que ha y a entre las
cuestión. diversas dimensiones episódicas antes señaladas, con el
fin de identificar los efectos recíprocos que mantienen
Toda interacción constituye una r elación episódica e n t r e el problema, las que probablemente no se manifiestan
i
ndividuos, relación que tiene si gnificación social en la medida en
que no se presenta en el vacío. Lo que hace cualquier i nd i vid uo como relaciones unidireccionales, sino en forma de
afecta, y a su vez hace que sea afectado por otros i ndividuos de relaciones de interdependencia. A partir de este exa -
acuerdo con la p osición que tiene dentro del co mplejo intercam- men, deben señalarse las estrategias y procedimientos
bio de relaciones que representa un grupo social.. pertinentes para alterar estas interrelaciones.
La e specificación de las dimensiones funcionales comprendi- c) La intervención mencionada puede comprender diversas
das en los i ntercambios entre individuos se c onvierte, de este direcciones, entre ellas las siguientes:
modo, en la opción analítica de la postura relativa clasificatoria del  Modificar, a partir de la conducta del individuo, su pro.
enfoque clínico. Tentativamente, señalaremos algunas d i me n s i o - pia conducta presente o futura.
nes episódicas a ser exploradas en interrelación:  Modificar, a partir de la conducta del individuo, las rela-
ciones que definen su propio medio.
a) La conducta
signi
del sujeto y la manera en que afecta a otro(s)  Modificar, a partir de la conducta del individuo, la conducta
sujeto(s) ficativo(s) en lo individual.
de (los) individuo(s) que lo afecta(n).
110 CAP. 6. CARACTERIZACIÓN DE LAS APLICACIONES REFERENCIAS 111

 Modificar, a partir de otro, la conducta del individuo. destrezas especificas— debe intervenir sobre sí mismo y su medio,
 Modificar, a partir de otro, la conducta de aquellos que representado por otros y las relaciones que con ellas establece.
afectan al individuo. De este modo, se propone que, con base en lo que previamente
 Modificar el medio de otros a partir de la conducta del hemos definido como desprofesionalización (Ribes, 1980; Talen -
individuo. to v Ribes, 1980; Ribes, 1982), las aplicaciones del análisis con-
ductual al cambio individual rompan con formas altamente pro-
En los casos en que el individuo no constitu y e el segmento fesionalizadas presas en la red de determinaciones ideológicas
inicial de la intervención, su participación debe ser requerida,
necesariamente, para mantener las nuevas interrelaciones así poco explícitas de un movimiento-social.
generadas.
5. Es importante destacar que la estrategia de cambio con - REFERENCIAS
ductual delineada es radicalmente distinta de la de los enfoques
Baer. D. M., Wolf, M. M. v Rislev, T. R., "Some current dimensions of
y
clínicos, incluso de los que se fundan en conceptos como el de applied bebavior an¿lvsis", Journal of Applied Behavior Analysis,
autocontrol, en la medida en que: -núm. 1, 1968, págs. 91-97.
Goldiamond, 1- , "Toxvard a Constructional Approach to Social Pro -
a) Se fundamenta en el análisis de interacciones episódicas blems—, Behaviorisin, núm. 2, 1974, págs. 1-84.
y no en el del comportamiento aislado del individuo. Ribes, E., "Consideraciones metodológicas y profesionales sobre el análi-N
b) Plantea el análisis de dichas interrelaciones episódicas en sis conductual aplicado", Revista mexicana de análisis de la conducta,
el contexto específico de los valores y la ideología del núm. 6, 1980, págs. 89-102.
grupo de referencia del individuo. Ribes, E., El conductisino: reflexiones críticas, Fontanella, Barcelona,
1982.
De aquí se desprenden las implicaciones que producen una Talento, M. y Ribes, E., "Consideraciones sobre el papel social de la pro-
divergencia marcada con respecto a cualesquier planteamiento fesión psicológica", en E. Ribes y otros, Enseñanza e investigación de
clínico: la psicología: un modelo integral, Trillas, México, 1980.
1. En primer lugar, no existe una predeterminación concep - Ullman, P., y Krasner, L., Case Studies in Behavior Modification, Holt,
tual de qué y por qué es un problema. La delimitación del proble - Rinchart and Winston, Nueva York, 1965.
ma se elabora conjuntamente entre el individuo afectado y el ana- Yates, A., Behavior Therapy, John Wiley, Nueva York, 1970.
lista conductual, proceso que se realiza sin que este último asuma
un sistema de valores y no deben ser ideal al que deba de ajustarse
el individuo afectado. Es más bien el individuo quien debe explici -
tar, bajo la asesoría metodológica y analítica, las interrelaciones
que definen su problema y las variables que le afectan a él y a
otros en esta interdependencia. La forma en que defina esta
influencia, determinará la dirección del cambio: él puede cam -
biar para cambiar a otros o a su propio medio, o bien pueden
otros cambiar para cambiarlo a él. No es el individuo "afectado"
quien necesaria y exclusivamente debe cambiar, y mucho menos
a consecuencia de la intervención externa, unidireccional de
otros y su medio.
2. La estrategia de cambio tiene que plantearse con referen -
cia a un eje central: la propia conducta del individuo "afectado"
como promotor y participante activo en la modificación de las
.interrelaciones episódicas en las que se encuentra involucrado.
No es el analista conductual quien debe poseer un recetario de
técnicas para alterar al individuo, sino que éste, con la asesoría
técnica del analista conductual —y la eventual transferencia de
El análisis contingencial:
una alternativa a las
aproximaciones terapéuticas
del comportamiento * '
LAS RELACIONES ENTRE ¡A RETóRiPA Y IA MORAL SON iNQUiETANrES: ES TURbAdORA [A fACilidAd
CON QUE El LENGUAJE SE TUERCE Y NO 10 ES MENOS QUE NUESTRO ESPÍRITU ACEPTE TAN
dóCilMENTE ESOS jUEqO5 PERVERSOS.

OCIAVIO PAZ

Al analizar el comportamiento humano desde la perspectiva


clínica, se definen un conjunto de universales de valoración que
identifican ciertas formas de conducta como intrínsecamente
anormales o desviadas. La supuesta naturaleza intrínseca de
dicha anormalidad justifica que el cambio de las conductas en
cuestión se conciba como un problema de carácter terapéutico y,
por ende, que la finalidad de los procedimientos psicoló gicos de
cambio sea ajustar al individuo, mediante la eliminación o el
debilitamiento de sus características anormales, a las formas de
comportamiento que se consideran congruentes con los criterios
de valoración empleados. Esta aproximació n a los problemas
sociales expresados en la cotidianeidad del comportamiento
humano no ha sido exclusiva del vasto campo de las psicoterapias
que tienen su origen en la psicolo&.Rn-)rzual y.,de la personali-
dad, sino también ha sido definitoria de la llama da terapia de la
conducta y de los procedimientos de análisis conductual aplicado
al campo "clínico".

* Emilio Ribes, Eugenio Díaz González, María de Lourdes Rodríguez y Patri cia
Landa.
114 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL 115

En otro escrito (Ribes, 1982b) se han señalado las limitacio -


nes y los problemas que conlleva la aproximación "clínica" al LA NATURALEZA DEL PROBLEMA CLÍNICO:
SU DIAGNÓSTICO
cambio de la conducta. El argumento central consiste en que
En lo que toca a la identificación del problema, éste aparece
...la determinación de la necesidad v discusión del cambio conduc- siempre vinculado a una valoración social del comportamiento
tual, adicional a la metodología empleada para lograrlo, implica un del individuo usuario del servicio terapéutico, y se distingue
acto de valoración social, que no es independiente de criterios que
trascienden a la acción técnica misma. La delimitación de la anor- exclusivamente por la modalidad de su referencia: porque el pro -
malidad o desviación no constituye un juicio neutral y, por consi- pio usuario recurre al servicio o porque el usuario es forzado -por
guiente, una tecnología o metodología del cambio individual no puede otros a ello. En cualquiera de estas formas de "apreciar" la exis-
desligarse de su discusión y cuestionamiento. Todo cambio tencia de un problema, subyace una valoración social por otros
individual representa una valoración social de la adecuación o de que el comportamiento del usuario es "anormal" y, por consi -
corrección del comportamiento a modificar. El problema central
consiste en definir cuáles deben ser los criterios de valor que lo guiente, implica únicamente formas de solicitud de servicio
determinan. Los clínicos (conductuales o no) obran sobre la supo- socialmente directa o indirecta.' En el marco de la psicoterapia
sición de que la anormalidad o desviación tienen una existencia tradicional, _la - identificación y descripción del problema —su
individual al margen de juicios de valor que constituyen expresiones diagnóstico—, aun cuando se basa en la observación compartida
de formas prácticas de ideología. Sin embargo, esta neutralidad de la de formas de comportamiento catalogadas como "anormales" en
anormalidad es falsa. No sólo el comportamiento denominado
anormal es determinado en lo esencial socialmente, sino que tam- ciertas circunstancias y por grupos sociales o grupos erarios, no
bién lo son los criterios que definen normalidad o anormalidad se ajusta a los indicadores conductuales mismos, sino a un crite -
(pág. 91). rio interpretativo o interpretado apriorísticamente del significa do
de dichos indicadores —o "síntomas"—. El problema no se
Tres problemas fundamentales no examinados en el escrito amplía, sin embargo, a otras dimensiones del comportamiento no
citado se desprenden de la concepción clínica sobre la interven - observadas directamente o clasificadas inicialmente como anor -
ción conductual: males, sino, por el contrario, el problema se define en términos
1. La identificación del problema con morfologías particu- de entidades no observables, internalizadas, que se transfiguran
lares de comportamiento, por ejemplo, el alcoholismo, en la condición causal del problema observado. La interpretación
las fobias, la ansiedad, etc., en la medida en que se supo - clínica reifica a las -palabras en entidades causales, de modo tal
ne a las morfologías como anormalidades intrínsecas. que el discurso clínico, como discurso interpretativo y social -
2. La tecnologización de la intervención en términos de la mente valorativo del comportamiento real del individuo, sustitu -
correspondencia biunívoca o multívoca (dependiendo del ve a este comportamiento y su circunstancia, convirtiéndose en el
enfoque "terapéutico") con la morfología identificada v, problema y su causa.'- En lo que respecta a la forma en que el enfo-
por consiguiente, la vertebración del cambio a partir de la que clínico conductual ha abordado el proceso de definición e
técnica disponible y no del problema real —previo a la cla- identificación del problema, podríamos caracterizarlo dualmen te.
sificación— de la persona. En primer lugar, el abordaje clínico -conductual ha aceptado una
3. La reducción del problema morfoló g ico a la interpreta - valoración tácita de la normalidad y la anormalidad formula da
ción a priori de sus determinantes por parte de ciertas teo-
desde la perspectiva del modelo médico-clínico-mentalista tra-
rías, o bien su restricción a la especificidad de la circuns -
tancia manifestada por la persona que solicita el apoyo dicional. En segundo lugar, su oposición a dicho modelo se ha
"terapéutico". limitado a anular la interpretación internalista (aun cuando ésta
comienza a reaparecer en la llamada terapia conductual cognos -
Estas características, propias del abordaje clínico de los pro - citiva), mediante el recurso de identificar el problema como una
blemas conductuales, se manifiestan de manera distinta en las descripción morfológica de las conductas consideradas intrínse-
formas tradicionales de psicoterapia y en lallamada terapia o 1
La valoración se deriva de todo intercambio y, por ello, toda relación social
modificación de conducta. Examinemos brevemente la configu - entre individuos constituye una relación valorada.
2
ración del problema, su valoración y la intervención terapéutica En la medida en que los niveles sustitutivos no referenciales objetifican fun-
cionalmente al lenguaje, los individuos responden a las normas Y valores como si
en ambas modalidades de abordaje clínico. fueran entidades reales autónomas de las prácticas sociales mismas.
INTERVENCIÓN CLÍNICA 117
116 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL
al.rimo de las razones ideológicas que fundamentan d'ch, - ,
t
car-ente anormales desde el punto de vista social. La sintomato - CrI e rio. Esto conllevaque el terapeuta conductual ejerza su
logía es el problema; en consecuencia se restringe o cancela toda influencia en el supuesto de una moral compartida, que está
exploración que pueda establecer nexos funcionales entre dicha impuesta, sin él saberlo, desde el momento mismo en que
sintomatología y otras interrelaciones del individuo con su entor - acepta la existencia a priori de formas de conducta que
no consideradas inicialmente normales, no problemáticas o de constituyen en sí mismas un problema social.
poca pertinencia para el problema referido. LA INTERVENCIÓN CLÍNICA
La dimensión moral del comportamiento humano es una
característica definitoria-en tanto que es una expresión psicoló - Finalmente, examinaremos lo que se refiere a la intervención
cica de lo social (Ribes, 1985), y por ello no puede soslayarse su terapéutica propiamente dicha. Al margen de la diversidad de for-
t,
exa me n en aq uella s sit u acio nes en q ue el co mp o rtam ie nto
humano es objeto de una valoración tácita o manifiesta. El "psi- mas que asume la psicoterapia tradicional, todas tienen como
codiagnóstico" es un juicio valorativo y, por consiguiente, entra - denominador común el hecho de que, en la medida en que la
ña una posición.moral particular. La conducta como tal ni es anormalidad del comportamiento posee una razón ya interpreta -
anormal ni es patoló gica; tampoco es correcta y buena o inco - da por una u otra modalidad terapéutica, el procedimiento dirigi -
rrecta y mala.-Es susceptible de dicha adjetivación en la medida do a eliminar dicha anormalidad debe fundamentarse conceptual
en que su ocurrencia seda como parte de un sistema de relacio - y/o moralmente en dicha interpretación. Cuando un individuo
nes sociales cuya valoración representa, en lo esencial, la expre - solicita un servicio terapéutico, el terapeuta, antes de interactuar
sión idelogicomoral de un complejo proceso social de regula - con el usuario, tiene ya una preocupación sobre la naturaleza de
ción de las relaciones de poder. La psicoterapia tradicional, su problema y, por consiguiente, del modo en que debe atacárse -
como lo manifiesta claramente la gnosología psiquiátrica en la
le. La psicoterapia como intervención se restringe al ejercicio de
que fundamenta su acción, parte del supuesto de una moral uni -
versal intrínseca al comportamiento y, por consiguiente, de cri- una práctica interpretativa del problema del usuario y, en muchas,
terios de valoración validados a priori ori . con base en dicha moral. ocasiones, deviene una justificación del esquema interpretativo,
La psicoterapia tradicional excluye como premisa el supuesto de al margen del comportamiento y las circunstancias reales del:: -
que el problema psicológico se constituye sólo como conse - usuario. El abordaje clínico conductual difiere de este modo de
cuencia de un juicio de valor preconstruido en el criterio del proceder.
diagnóstico. Para la psicoterapia tradicional, el sistema de diag - En la medida en que no adopta una concepción prefigurada en
nóstico empleado tiene una validez objetiva que radica en su la que la conducta problema es trascendida por una entidad
capacidad para describir la anormalidad esencial del comporta - causal esencial interpretada, la terapia conductual se restringe a
miento problema; sin embargo, es importante para ubicar la intervenir sobre lo que la psicoterapia considera puramente sin -
configuración del problema en la especificidad de las circuns - tomáti co: la conducta problema. La estrategia de intervención
tancias sociales en que tiene lugar. Por ello, el psicoterapeuta, radica en la identificación de los problemas en términos de la
en tanto identifica e interpreta las razones esenciales del proble - morfología del comportamiento: beber, pensar reiteradamente
ma en forma unilateral impone, inevitablemente, sus juicios de en lo mismo, "sentirse ansioso", etc., y en la formulación de técni-
valor al usuario del servicio. La psicoterapia se transforma, de
este modo, en una práctica de persuasión y cambio ideológico cas o procedimientos específicamente destinados a, la elimina -
metaforizada en el lenguaje médico y moral. La aproximación ción de dichas formas de conducta. De ahí que el enfoque clínico
clínica conductual diverge parcialmente de esta postura. conductual pueda ser descrito como morfológico y tecnológico.
El procedimiento disponible para resolver el problema represen -
El terapeuta conductual asume la anormalidad del comporta -
miento referido como problema, pero comparte tal valoración en tado por una forma de conducta es el que determina cómo inter -
la medida en que lo hace también el propio usuario o la institución viene el terapeuta, al margen de la especificidad circunstancial
o grupo responsable del usuario, cuando socialmente se le consi - del problema que presenta el usuario. Por esta razón, aun cuando
dera moralmente impedido (niños, psicóticos, etc.). En la medida inicialmente la terapia conductual se planteó operar desde la
en que el terapeuta conductual se limita a intervenir exclusiva - perspectiva de un análisis funcional del comportamiento, el
mente en el comportamiento problema, comparte el juicio de, hecho de no haber trascendido la identificación morfológica de
valor del grupo social de referencia que califica a dicho comporta - los problemas la limitó severamente en este sentido.
miento como anormal o atípico, pero a la vez no intenta persuadir
118 A N Á L I S I S C O N T I N G E N C I A L 119

EL ANÁLISIS CONTINGENCIAL ha y una correspondencia biunívoca entre la morfología y/o la


interpretación del problema y las técnicas o procedimientos
A partir de algunas reflexiones inicialmente planteadas por
dirigidos al cambio conductual. Todo problema es singular para
Goldiamond (1974, 1975) y de la necesidad de considerar los
• el usuario en su contexto social y en su génesis histórica y, en esa
aspectos valorativos como un componente inevitable del inter -
medida, no puede conformarse una taxonomía previa que clasi -
cambio entre individuos, examinaremos una alternativa al cambio
fique a dicho problema. En consecuencia, el componente
del comportamiento individual que supere las deficiencias y limi -
tecnológico de toda intervención dirigida al cambio del
taciones que hemos señalado en los enfoques clínicos (tradicional
comportamiento debe sintetizarse en forma individualizada a
y conductual). La alternativa mencionada, el análisis contingen -
partir del examen de las dimensiones funcionales que definen
cial, se fundamenta en una serie de consideraciones conceptuales
la problemática del individuo y, con base en la pertinencia
sobre el comportamiento y la aplicación del conocimiento psicoló -
que pueden tener las técnicas como procedimientos
gico desarrollado por Ribes y López (1985), en especial las catego-
sistemáticos, servirá para estructurar situaciones que
rías que permiten describir las funciones psicológicas diversas de
1 promuevan, establezcan y faciliten nuevas formas de relación
tipo relaciona) y disposicional incluidas en toda interacción entre
interpersonales en circunstancias contingenciales
individuos.
A continuación se'enumeran las cuatro dimensiones funda - funcionalmente previstas.. Es obvio que no hay técnicas que
mentales de este análisis: puedan ser empleadas como "la" forma de intervención
1. El conjunto de prácticas supraordinado a la situación o específica para problemas de comportamiento. Las técnicas de
situaciones problema, que define sus criterios valorativos, intervención siempre tienen que ser empleadas y valoradas como
1
denominado sistema macrocontingencial. componentes parciales pertinentes a una frac ción funcional
2. Las relaciones situacionales que son valoradas como pro- de una relación o conjunto de relaciones inter personales, las
1
blema por el –o del– individuo, denominadas sistemas cuales constitu y en un sistema contingencial más complejo que
i microcontingenciales. el que permite inferir un mero análisis morfológi co con criterios
3. Los factores disposicionales que facilitan las relaciones valorátivos tácitos.
microcontingenciales particulares, histórica y coetánea - El análisis contingencial comprende cinco pasos, de los cua -
mente.
4. Las conductas del individuo o los individuos que son les los tres primeros están dirigidos a la identificación y
mediadores de las relaciones de microcontingencia consi - definición de la problemática por parte del usuario. Estos pasos son
derados socialmente problemáticos. los siguientes: .
. 1

Este conjunto de dimensiones permite estructurar un pro - 1. Identificación de la(s) relación(es) microcontingencial(es).
grama analítico cu y o objetivo fundamental es identificar y defi- 2. Evaluación del marco o sistema macrocontingencial.
nir el problema o los problemas del usuario o los usuarios desde 3. Génesis del problema.
una perspectiva genuinamente funcional. A partir de la conside- 4. Análisis de soluciones.
5. Selección, diseño v aplicación de procedimientos de inter-
ración de que el problema no radica en el comportamiento del
vención.
usuario sino en la red de relaciones de este comportamiento con
otros y las prácticas valorativas que lo contextualizan socialmen - En el apéndice anexo se enumeran, de manera general, los
te, la identificación v la definición del problema funcional por diversos componentes particulares que se examinan en cada uno
de los pasos del análisis. A pesar de que su explicación detallada
parte del usuario son los elementos centrales de todo el proceso
rebasa los propósitos de este escrito, es conveniente hacer una
de cambio conductual. Una vez cumplido con este requerimien to
descripción de sus características, pues, en algunos casos, los tér -
analítico, se puede pasar al examen de las estrategias de solu -
minos empleados pueden proporcionar una falsa experiencia de
ción y la adecuación de los procedimie ntos pertinentes a los
objetivos propuestos a partir de la definición del problema. mentalismo.
Ubicar dichos términos –por ejemplo: gusto, estado de áni-
Como puede observarse, la metodología así configurada se opo -
mo, etc.– en su significado funcional como disposiciones, de
ne a la lógica tradicional del análisis clínico por dos razones: a)
acuerdo con Ryle (1949) y con Kantor (1924-1926), ayudará a pre-
porque no hay problemas en sí a ser identificados, y h) porque no venir interpretaciones incorrectas.
120 ANÁLISIS CONTINGENCIAL 121

1. Identifica,---.;,ín de las relaciones personas condicionadas históricamente, como en los gus-


microcontingenciales tos y preferencias, o como disposiciones generales condi-
cionadas situacionalmente, como los estados de ánimo,
Todo comportamiento individual valorado como problemático emociones y condiciones biológicas varias.
por el propio individuo y su grupo de referencia se da siempre como e) Las tendencias del usuario a actuar en términos de formas
comportamiento en relación con otros individuos en circunstancias de conducta o interacción que en el pasado estuvieron
que tienen una delimitación más o menos precisa. El sistema de vinculadas a efectos particulares en dicha situación o en
contingencias comprendido en tal red de relaciones situaciones similares.
interindividuales configurz, la microcontingencia que define y cir-
cunscribe al comportamiento "problemático". En la medida en que Un tercer grupo de factores se refiere a las personas o indivi-
no es el comportamiento en sí y por sí el que constituye el problema, duos implicados funcionalmente en la situación problemática. Las
se hace necesario identificar y describir la problemática en la forma personas implicadas en la microcontingencia pueden afectar
de un conjunto de relaciones microcoritingenciales. funcionalmente la interacción del usuario directa o indirec-
¿Cuáles son los factores que deben considerarse en la identifi- tamente, según éste sea o no el mediador de la microcontingencia.
cación de la red microcontingencia) y cómo definir el problema La mediación de la microcontingencia se da a través de una
funcional a partir de ellos? conducta que es funcionalmente crítica y necesaria para que el resto
Un primer grupo de factores se relaciona con la descripción de de las conductas en relación se articulen contingencialmente de la
las morfologías concretas de los comportamientos comprendidos manera en que lo hacen. No es conducta causal, en el sentido de
en la problemática contingencia). Esta descripción debe ser condición antecedente necesaria, sino conducta
incluir no solamente a las conductas del usuario que son valoradas intermediadora de relaciones complejas. Sean las personas
como "el problema" sino también las de las personas específicas implicadas funcionalmente significativas de manera directa o
ante las que tiene lugar el problema y/o las circunstancias no indirecta, las funciones que desempeñen pueden ser variadas, pero
personales asociadas. Su descripción debe abarcar las propiedades sólo la de individuo mediador-individuo mediado4orma parte de
dinámicas de la interacción tales como la duración y la intensidad, las interacciones microcontingenciales propi*nente dichas.
así como la frecuencia y vigencia de su ocurrencia. Las demás propiedades son de carácter disposicional, y
Un segundo grupo de factores, de gran importancia, son los comprenden los de auspiciados, propiciador, regulador dE incli-
que exploran las condiciones situacionales que poseen funciones naciones y regulador de tendencias.
disposicionales de la microcontingencia. Son factores disposicio- Un cuarto grupo de factores se refiere a efectos contingen-
nales aquellos que condicionan probabilísticamente toda relación, ciales. Estos efectos son caracterizados como la relación de con-
sin formar parte de ella. Siempre son factores que no pueden ser secuencia que tiene la conducta de un individuo respecto a la(s)
descritos como ocurrencias, sino constituven colecciones o pobla- conducta(s) de otro(s). No se prefiguran efectos cuantitativos
ciones de ocurrencias, o bien sus resultados; es decir, estados de especiales (de reforzamiento o castigo, como en el análisis con-
los objetos o personas. ductual tradicional), sino se busca identificar correspondencias
Además de identificar características físicas y sociales básicas funcionales entre las conductas de los individuos en una situación
de la situación (circunstancia social, lugar y objetos), se valoran determinada como relaciones recíprocas. Los efectos implicados
diferentes propiedades disposicionales funcionales en la micro- cómprenden efectos infra Y extracontingenciales, efectos directos
contingencia, entre ellas: e indirectos, efectos sobre otros y efectos sobre sí mismo, efectos
relativos valorados, efectos sigulares y múltiples, efectos
a) Las conductas socialmente esperadas en la situación, es concurrentes y secuenciales, y efectos inmediatos y demorados.
decir, la tendencia social de los comportamientos indivi- Finalmente, el último grupo de factores examina el ejercicio
duales que reflejan la convencionalidad o normatividad no problemático de la conducta considerada problema. La eva-
de las prácticas del grupo. luación de estos aspectos es útil para determinar los que están
b) Las capacidades del usuario, como disposiciones a ejercer vinculados a la valoración de la conducta del usuario como pro-
destrezas sociales, en términos de su experiencia, blemática, a la vez que se obtiene información acerca de su fun-
información e instrucción. cionalidad socialmente aceptada. Para ello se analizan la circuns-
c) Las inclinaciones y propensiones del usuario, en la forma tancia social, los efectos, las personas, el lugar y otras conductas
de disposiciones específicas a actuar frente a objetos y
122 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL ANÁLISIS CONTINGENCIAL 123

que acompañan a dicho comportamiento en su ejercicio social no ción del sistema macrocontingencial, en términos, psicológicos,
problemático. requiere:
a) Identificar las prácticas sociales dominantes relativas a la
conducta v la microcontingencia problemática.
2. Evaluación
macrocontindel marco
encial o sistema b) Identificar las prácticas lingüísticas sustitutivas que refe -
gtn
Ya se ha mencionado reiteradamente que toda conducta o rencias efectos reguladores por parte de otros individuos
relación problemática representa siempre una conducta o rela - o el "grupo social normativo".
ción valorada con un criterio –y desde una perspectiva– social. c) Identificar los individuos y grupos de referencia vincula-
dos con prácticas sociales macrocontingenciales que
Aun cuando reconocer la dimensión moral del comportamiento
regulan la conducta y microcontingencia problemáticas.
es un paso necesario para abordar el problema del cambio del
d) Evaluar la identificación o correspondencia sustitutiva
comportamiento individual en su situacionalidad, esto no es su -
- del usuario con diversos grupos relativos a diversas prác-
ficiente.
ticas.
-Desde el punto de-vista psicológico, los valores no pueden e) Comparación de la(s) conducta(s) problemática(s) del
concebirse como representaciones abstractas internalizadas, usuario con las prácticas sociales que la contextualizan y
pues ello sólo introduce problemas adicionales a los que se pre - regulan, evaluando su correspondencia funcional.
tende superar. Los valores no son entidades que regulan el com- f) Valoración de los efectos microcontingenciales comp a-
portamiento externamente, sino constituyen una dimensión de rándolos con los valores de referencia tal como son sus -
las propias prácticas conductuales que regulan socialmente la tituidos lingüísticamente mediante prácticas sociales
transmisión, la reproducción y el ejercicio de formas particulares directas e indirectas.
de comportamiento que afectan a grupos de individuos de acuer -
do con la posición relativa que ocupan en la estructura social. La
3. La génesis del problema
moralidad de la conducta consiste en su adecuación a las prácti -
cas sociales que regulan sus efectos relativos a grupos de indivi - E l, análisis de la génesis del problema no satisface meramente
duos socialmente jerarquizados. un interés por trazar el origen histórico de un problema indivi -
Por consiguiente, para realizar un análisis psicológico de la dual; al contrario, persigue otros objetivos de fundamental impor -
moralidad o valoración atribuidas al comportamiento individual, tancia. Además del interés por conocer el proceso de surgimiento
se requiere tomar en consideración dos aspectos: de la condición problemática, el análisis genético de la misma
permite determinar la dimensión funcional coetánea de dicho
a) Los procesos psicológicos que permiten que un individuo problema con respecto a las condiciones que le dieron origen. La
responda a otro en términos de propiedades mediadas autonomía funcional de la conducta con respecto a sus circuns -
socialmente, procesos a los que denominaremos como tancias iniciales de ejercicio no sólo destaca la naturaleza plástica
sustitución referencial y no referencial. del comportamiento para adecuarse y adecuar las relaciones con-
b) La estructura conductual a nivel social de las prácticas tingenciales en que participa, sino también señala las limitacio -
sociales de carácter sustitutivo y contextual que regulan nes intrínsecas a todo análisis historicista del comportamiento
los efectos relativos del comportamiento individual sobre humano. La historia no es causal; resume, más bien, la disposicio-
otros. nalidad ante las circunstancias presentes.
Tres aspectos adicionales se examinan al determinar las
El primer punto rebasa los objetivos de esta obra, y el lector génesis del problema, dos de ellos relativos a la valoración de
interesado puede remitirse a Ribes (1982), Ribes y López (1985) y recursos conductuales en el usuario, los cuales son de uso
Ribes (1986). En dichos escritos se examinan los procesos de potencial en la modificación de la(s) microcontingencia(s) pro-
mediación sustitutivos como procesos de interrelación social y blemática(s). Comprenden el análisis de la funcionalidad de las
lingüística. conductas comprendidas en la microcontingencia problemáti ca
El segundo punto incide directamente en el análisis del com- en situaciones no problemáticas, así como la disponibilidad de
portamiento individual socialmente situado, y se vincula a lo que otras conductas, no problemáticas, potencia lmente funcionales
hemos denominado el sistema macrocontinzencial. La evalua en la(s) microcontingencia(s) problemática(s). El tercer
124 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL ANÁLISIS CONTINGENCIAL 125
aspect---- reviste una importancia especial, pues se relaciona con 4. Cambiar ta conducta propia en la misma microconti. -,-
la evolución de la personalidad en forma de consistencias inte - gencia.
ractivas del individuo frente a diversos tipos de microcontin - 5. Promover otras opciones funcionales de la misma conduc ta
gencias sociales. No sólo se pueden detectar consistencias en la en la relación de microcontingencia.
manera en que el usuario interactúa sistemáticamente con for - Los dos ejes dan por resultado una matriz de dos por cinco celdi-
mas de microcontingencias, sino también se puede predecir, llas, con un total de diez, como se muestra en la figura 7.1. Dado que
con base en ellas, la probabilidad de que el usuario se involucre puede haber más de una microcontingencia problemática y más de
en nuevas microcontingencias particulares problemáticas. una dimensión funcional pertinente en cada microcontingencia,
Dado lo anterior, la identificación de los estilos interactivos pueden asimismo seleccionarse varias dimensiones
es esencial para ejercer un enfoque preventivo eficaz, pues una microcontingenciales como criterios 'de solución. De la misma
interacción problemática en una microcontingencia particular manera, las diversas dimensiones microcontingenciales pueden
puede ser la expresión coyuntural de una disposición general a combinarse o no con las dos dimensiones macrocontingenciales, en
mediar contingencias de cierta clase. En esa medida, se man - la medida en qué 'ía solución requiere exclusivamente un cambio
tendría una probabilidad elevada de que ante nuevas circuns - intranúcro-corrúngencial, un cambio microcontingencial y además uno
tancias microcontingenciales, dada la consistencia interactiva macrocontingencial, o solamente un cambio macrocontingencial.
del usuario, se involucre nuevamente en relaciones valoradas
como problemáticas. Si esta disposición interactiva se presenta Cambio Mantenimiento
macrocontingencial microcontingencial
en forma de estilo, es menester estructurar una doble estrategia
de intervención, dirigida a alternar las relaciones microcontin - Mantenimiento
genciales problemáticas presentes, por una parte, y a modificar microcontingencial
el estilo interactivo del usuario que dispone dichas formas de Cambiar conducta
relación por la otra. de otros
4. Análisis de soluciones Cambiar conducta
propia
Una vez complementada la identificación y definición de la
relación microcontingencial problemática, se puede proceder al Opción, nuevas
microcontingencias
análisis general de las soluciones pertinentes.
El análisis de soluciones se ubican sobre dos ejes: el eje Otras opciones funcionales
macrocontingencial y el microcontingencial. El eje macrocontin - de la misma conducta
gencial sólo puede variar en dos dimensiones: el cambio de siste - Figura 7.1
ma macrocontingencial o el mantenimiento del sistema macro -
contingencial. Estas dos dimensiones son relativas a los sistemas
De la observación de la figura 7.1 se pueden determinar nueve
microcontingenciales identificados v pueden guardar relaciones
criterios de solución general independientes pero complementa -
de especificidad de diverso orden, de modo que puede encontrar -
rios, por lo que el análisis terminal con respecto a las formas de
se que un solo sistema macrocontingencial regula las prácticas d e
interacción puede asumir combinaciones múltiples de las celdi -
diversos sistemas microcontingenciales,.o bien que hay diferen -
llas según el número de microcontingencia ínvo4ueradas.
tes sistemas macrocontingenciales que regulan los diversos siste-
mas microcontingenciales identificados. En lo que toca al eje
microcontingencial, éste puede variar en cuatro dimensiones, S. Procedimientos de intervención
aparte de la condición inicial de mantenimiento de la relación
Los procedimientos de intervención se seleccionan, diseñan y
microcontingencial. Estas dimensiones son:
emplean con base en dos requerimientos:
1. Optar-por nuevas relaciones microcontingenciales.
2. Cambiar la conducta de otros en la misma microcontin - a) Los criterios de solución elegidos partir del cruzamien -
gencia. to de los ejes de análisis micro y macrocontingenciales.
126 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL 127

b) La naturaleza de las dimensiones funcionales de los sis - CONCLUSIONES


te mas micro v macro contin genciale s q ue d eb en ser Es conveniente añadir algunas consideraciones con respecto
alterados. al modelo de análisis contingencial previamente delineado.
A partir de ellos, se pueden caracterizar cuatro grupos de pro- En primer lugar, representa una alternativa al modelo clínico
cedimientos: de intervención psicoló g ica, en la medida en que rompe con el
 Procedimientos para alterar disposiciones. supuesto de universales morales encubiertos bajo el rubro biológi -
 Procedimientos para alterar la conducta de otras personas. co de la dimensión salud-enfermedad, y ubica los componentes
 Procedimientos para alterar la propia conducta. tecnológicos para el cambio del comportamiento como un corola -
 Procedimientos para alterar prácticas rio de la definición de la relación problema por parte del usuario.
macrocontingenciales. En segundo lugar, el análisis propuesto no constituye otra
El primer grupo incluye procedimientos para alterar pro - traducción a nuevas palabras de los conceptos y las estrategias
piedades de los objetos y acontecimientos físicos, desplazar de la terapia conductual y el análisis conductual aplicado a los
competencias disponibles en el repertorio del usuario, alterar llamados problemas "clínicos", sino implica la consideración de
inclinaciones, tendencias y conductas propias con efectos dis - conceptos nuevos bajo un modelo distinto para analizar el com-
posicionales sobre uno mismo. portamiento humano individual' ensituaciones sociales. Los
El segundo grupo comprende procedimientos para cambiar conceptos disposicionales y de mediación, así como la distin -
las conductas de otras personas como auspiciadores, propiciado - ción entre los sistemas micro y macrocontingenciales, no sólo
res, mediadores y reguladores de las inclinaciones y los efectos permite superar algunas deficiencias tradicionales del análisis
que producen con su comportamiento. lineal de los enfoques conductuales, sino también estructurar
El tercer grupo incluye procedimientos para alterar los efec- una metodología para la evaluación e intervención psicológicas
tos de la conducta propia sobre sí mismo, para alterar la propia en situaciones cotidianas, sin caer en extrapolaciones técnicas
conducta mediadora, para crear y tomadas del laboratorio animal, con los consabidos peligros
. /o alterar competencias y esta-
blecer conductas que alteren efectos disposicionales de otras reduccionistas que dicha actitud implica (Ribes, 1977, 1980).
conductas propias. Finalmente, la consideración de los procesos de mediación
Finalmente, el cuarto grupo abarca procedimientos para esta- sustitutiva demuestran la factibilidad de considerar interacciones
blecer conductas de elección macrocontingenciales, para cam - conductuales complejas desde-una perspectiva no mentalista, lo
biar conductas propias que cambian prácticas valorativas de que a la vez permite proponer una dimensión funcional viable
otros, para cambiar conductas de otros que cambian prácticas acerca de cómo operar las relaciones sociales como relaciones
valorativas propias y de otros, y para cambiar conductas propias entre individuos.
para ajustarse a prácticas valorátivas de otros. La comparación empírica del análisis contingencial con la
Los procedimientos así clasificados pueden incluir técnicas psicoterapia v las técnicas conductuales tradicionales permitirá
de cambio conductual ya disponibles v/o nuevas técnicas diseña - una evaluación objetiva y rigurosa de sus alcances prácticos y su
das "a la medida" de la situación. Una misma técnica puede ser adecuación conceptual.
empleada con diferentes propósitos funcionales; así, por ejemplo, REFERENCIAS
el ensayo conductual puede ser usado para modificar tendencias o
bien para alterar efectos sobre uno mismo. Goldiamond, L, "Toward a constructional approach to social problems",
Del mismo modo, la detención del pensamiento puede ser en Behaviorisin, núm. 2, 1974, págs. 1-84.
empleada para alterar conductas propias con efectos disposicio - Goldiamond, I., "Alternativa sets as a framc%vork for behavioral formula-
nales sobre sí mismo o bien para regular inclinaciones. Las técni - tions and rescarch", en Behaviorism, núm. 3, 1975, págs. 49-86.
cas utilizadas son siempre elegidas con un criterio funcional y, Kantor, J. R., Principies of Ps.vcholoji•, vols. 1 y II, Alfred Knopff, Nueva
por consiguiente, pueden tener fines múltiples en la modificación York, 1924-1926.
Ribes, E., "Consideraciones metodológicas y profesionales sobre el análi-
de las prácticas micro y macrocontingenciales. sis conductual aplicado", en Revista mexicana de análisis de la con-
g
ducta, núm. 6, 1980, pá s. 89-102.
4:1

12 8 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL APÉNDICE 9


2
1

Ribes, E., "Los eventos privados: rea para !a de lace g) Tendencias: conductas que, el us=r;e, llevo a
docta?", en Revista mexicana de análisis de la conducta, núm. 8, cabo en el pasado, en qué circunstancias, con que efectos,
1982a, págs. 11-29. etcétera.
Ribes, E., "Reflexiones sobre una caracterización profesional de las
aplicaciones clínicas del análisis conductual", en Revista mexicana
de análisis de la conducta, núm. 8, 1982b, págs. 87-96. 1.3 Personas (pueden actuar directa o indirectamente en cada una de
Ribes, E., "Marxismo versus conductismo: un falso dilema", en Revista las funciones):
mexicana cana de análisis de la conducta, número monográfico, 1985. a) Auspiciados: Aquel que facilita las condiciones para que algo
Ribes, E., "I-an a uage as behavior functional mediation versus suceda.
morphological description", en H. Reese y L. Parro,t (dirs.), Behavior b) Disposicional: Aquel que genera e s tados de ánimo o regula
Science: Philosophical, Methodological and Enipirical Advances, inclinaciones.
Lawrence Ellbaum, Hillsdale, págs. 115-138. c) Mediador de la contingencia: Determina el tipo de interaccion
Ribes, E. y López, Francisco, Teoría de la conducta; un análisis de campo que se está dando y regula la contingencia.
y , paramétrico, Trillas, México, 1985. d) Mediado: Aquel que es regulado poi , el mediador de la contin-
Ryle, G., The Concept of Mind, Barnes and Nobles, Nueva York, 1985. gencia.
e) Regulador de la tendencia: No genera la tendencia, la regula
(puede ser por: función histórica o por capacidad).

APÉNDICE 1.4 Efectos:

Guía de entrevista a) Intra y extracontingenciales.


b) Directos o indirectos.
c) Sobre otros o sobre uno mismo.
d) Singulares y múltiples.
e) Concurrentes y secuenciales
D Inmediatos o demorados. g)
Valoración costo-beneficio.
I. Identificación de las relaciones microcontingenciales:
1.5 Ejercicio problemático de la conducta problema:
I.1 Identificación de la conducta problema: a) Definición de 1.2 (a y b) y 1.3.
a) Descripción de las morfologías implicadas en el usuario y los b) Otras conductas de las que se acompaña.
otros.
b) Con una persona específica, con varias, consigo mismo o con II. Evaluación del marco macrocontingencial:
circunstancias no personales. a) Identificación de las prácticas sociales dominantes relativas a la
c) Características dinámicas de la interacción (densidad, fre - conducta y la microcontingencia problemáticas.
cuencia, vigencia e intensidad).
b) Identificación de las prácticas lingüísticas sustitutivas que refe -
1.2 Situaciones: rencian efectos reguladores por parte de otros individuos o el
"grupo social normativo".
c) Identificación de los individuos y grupos de referencia vinculados
a) Circunstancia social (relaciones familiares, de amistad, situa -
ciones de trabajo, de aprendizaje, negocios, etc.). ap.0rfirn,; sociales macrocontinZenciales que regulan la conducta
b) Lugar o lugares. y microcontingencia problemáticas.
c) Objetos o acontecimientos físicos. d) Evaluación de la correspondencia sustitutiva del usuario con
d) Conductas socialmente esperadas (específicas y genéricas). diversos grupos relativos a diversas prácticas.
e) Competencia social en el ejercicio de dichas conductas (si sabe e) Comparación de la(s) conducta(s) problemática(s) del usuario
hacerlo, cómo lo hace, capacidad por experiencia, informa - con las prácticas sociales que la(s) contextualizan y regulan, así
ción o instrucción). como de su correspondencia funcional.
D Inclinaciones: gustos, preferencias, estado de ánimo, conmo - f) Valoración de los efectos microcontingenciales en comparación
ción emocional —intensa y temporal—, condición biológica, con los valores de referencia tal como son sustituidos lingüística-
actitud interactiva (conducta previa a la interacción). mente mediante prácticas sociales directas e indirectas.
130 CAP. 7. ANÁLISIS CONTINGENCIAL AP ÉN D IC E 131
111. Génesis del problema:
V. Procedimiento de intervención.
111.1 Historia de la microcontingencia:
V.1 Para alterar disposiciones:
a) Circunstancia en la que se inició la conducta como problema. a) Alteración de propiedades funcionales de objetos y aconte-
b) Situación en que se inició la microcontingencia presente.
c) Funciones disposicionales, en el pasado, de las personas sig- cimientos físicos.
nificativas en la microcontingencia presente. b) Desplazamiento de competencias disponibles.
d) Historia mediadora de la conducta problema. c) Alteración de inclinaciones.
d) Alteración de tendencias.
e) Alteración de conducta propia con efectos disposicionales
111.2 Funcionalidad de las conductas comprendidas en otros con- sobre sí mismo.
textos:
a) Funcionalidad mediadora con otras personas y con él mismo. V.2 Para alterar conductas de otras personas:
b) Funcionalidad disposicional. a) Alteración de conductas de auspiciadores. -
e) Efectividad (efectos). b) Alteración de funciones disposicionales de otros.
c) Alteración de conductas de personas mediadoras.
111.3 Disponibilidad de otras conductas no problemáticas, potencial- d) Alteración de funciones reguladoras de otros.
mente funcionales en la microcontingencia presente: e) Alteración de efectos producidos por la conducta de otros.

a) Evaluación de las microcontingencias no problemáticas. V.3 Para alterar conducta propia:


b) Evaluación de las respuestas adecuadas ante contingencias a) Alteración de efectos sobre sí mismo.
semejantes. b) Alteración de conducta mediadora propia.
c) Evaluación de las respuestas en interacciones no problemá- c) Alteración v/o establecimiento de competencias.
ticas presentes, ante personas significativas en la microcon- d) Establecimiento de conductas que alteren efectos disposi-
tingencia problemática o funcionalmente semejantes a ella. cionales de otra conducta.
V.4 Para alterar prácticas macrócontingenciales:
111.4 Estrategias de interacción: a) Elección de marco macrocontingencial.
b) Cambio de conductas propias que cambien prácticas valo-
a) Caracterización de los tipos de contingencia enfrentados.
b) Contingencias en la forma de confrontación de los tipos de rativas en otros.
contingencia. c) Cambio de conducta de otros que cambien prácticas valo-
rativas propias y de otros.
IV. Análisis de soluciones: d) Cambio de conductas propias para ajustarse a prácticas -
valorativas de otros.
IVA Eje macrocontingencial:
a) Cambio del sistema
b) Mantenimiento del sistema.

IV.2 Eje microcontingencial:


a) Opción por nuevas relaciones microcontingenciales.
b) Cambio de conducta de otros en la misma microcontin-
gencia.
c) Cambio de conducta propia en la misma microcontingencia.
d) Promoción de otras opciones funcionales de la misma con-
ducta en la relación de microcontingencia.
e) Mantenimiento de la microcontingencia.
Consideraciones
en torno a la tecnología
educativa y sus aplicaciones

Una de las preocupaciones centrales con respecto ala perti-


nencia social del conocimiento científico es la posibilidad de su
aplicabilidad, ya no en la forma de mero marco interpretativo de
los acontecimientos en la realidad, sino como instrumento siste-
mático y confiable para la modificación de ella. Este problema es
doblemente importante en el ámbito de las ciencias del com-
portamiento y la sociedad, pues en el presente carecen del esta-
tuto de ciencias duras que poseen otras disciplinas tales como la
física, la química y la biología; por ende, no disponen de las inge-
nierías tecnológicas comparables a las que se han desarrollado a
partir de dichas ciencias. Asimismo, la cuestión de la posibilidad
de una tecnología social dirigida al cambio de las prácticas indi-
viduales v colectivas toca una serie de problemas que yacen en la
base de la fundamentación de los proyectos de ciencia que hoy
día conforman las llamadas ciencias del comportamiento y de la
sociedad.
En el contexto de esta problemática destaca la cuestión de la
tecnología educativa por varias razones. En primer lugar¡ en las
últimas dos décadas se ha presentado la irrupción de los avances
tecnológicos en los medios de comunicación y su impacto en los
sistemas de transmisión educativa. En segundo lugar, la sistemati-
zación de procedimientos de ensenanza-aprendizaje por parte de
134 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA
TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 135
la psicología ha creado la imagen de una posible tecnología edu - ingeniería puede provenir, en una forma relativamente autóno -
cativa basada en esta disciplina. Finalmente, la importancia de la ma, de los otros dos sectores de tecnología Y producir, de este
institución educativa en la producción y reproducción de los modo, las condiciones Y los criterios para el desarrollo tecnoló -
valores y las prácticas sociales otorga especial pertinencia a la gico sistemático. Esta forma de tecnología, que en los finales
posibilidad de establecer una tecnología educativa como instru - del siglo xix y principios del xx se constituyó a partir del tremen-
mento fundamental de esta tarea; por ello, consideramos priorita - do avance en el conocimiento científico, es en la actualidad un
rio examinar la factibilidad de dicha tecnología, su papel soc ial y factor fundamental que retroalimenta y acelera el propio des -
los limitantes que se le presentan. arrollo de la ciencia, en una interacción indisoluble.
Comenzaremos por examinar la influencia y disponibilidad ¿En qué medida es lícito hablar de una tecnología educativa
de diversas tecnologías en el desarrollo de una tecnología educa - en stricto senso? No es posible dilucidar esta interrogante sin
tiva. Para abordar en forma adecuada este punto precisaremos antes adelantar una definición, al menos tentativa, de la naturale za
previamente algunos conceptos personales sobre la tecnología. de la educación.
Si partimos de una definición amplia de la tecnología según la
cual es el conjunto de procedimientos generalizados que permi - La educación, como institución social, constituye el proceso
ten producir un efecto- o resultado inequívoco predeterminado, social de transmisión, reproducción e innovación de prá cticas
es necesario hacer una distinción ent re dos grandes grupos de especializadas de trabajo manual e intelectual, así como de prácticas
tecnologías. que podrían enmarcarse en la ideología, es decir, conjunto de
El primero se refiere a la categoría de las tecnologías prácti - representaciones y concepciones que se tienen acerca del mun do,
cas, las cuales surgen de y en una situación. La mayor parte de las el hombre y su acción recíproca. La educación tambi én tiene, sin
tecnologías previas a las revoluciones industriales son tecnolo - embargo, un lugar en las disciplinas del conocimiento. Como
gías prácticas de este tipo, en la medida en que río pueden abs - objeto de conocimiento, la educación no constituye por sí misma un
traerse de la situación concreta para la cual fueron creadas. En objeto de estudio, al margen de las ciencias que podrían deno -
ellas quedan incluidas muchas prácticas técnicas que han surgido minarse tradicionales; consiste más bien en un objeto de estudio
como consecuencia inmediata de resolver un problema, sin que interdisciplinario que, a pesar de que comprende problemas y
se deriven de otras técnicas o de supuestos teóricos formales pro - prácticas relativamente específicos, se basa en la metodología y
venientes de un cuerpo de investigación. Las prácticas educati - los cuerpos teóricos de otras ciencias, a saber de manera general, la
vas, agrícolas y muchas otras constituyen ejemplos de lo que biología, la psicología y lo que genéricamente l lamaremos
denominamos tecnologías prácticas. ciencia social. El objeto teórico educativo se fundamenta en tres
dominios empíricos diferentes, los cuales le dan sustento episte -
El segundo grupo de tecnologías se clasifica con base en su mológico y metodológico:
articulación a un cuerpo teórico y, por consiguiente, las deno -
minaremos tecnologías teóricas. Éstas son diseñadas a partir de 1. La ciencia biológica, en tanto el ser humano constituye un
supuestos y conocimientos previos sobre la realidad que pre - organismo con características específicas que le permiten
tenden transformar y, en este sentido, constituyen aplicaciones trascender la animalidad mediante su participación creati -
de un sistema supraordinado de categorías y procedimientos. rocedimientos. va en la educación v la cultura.
Las tecnologías teóricas pueden dividirse, a su vez, en tecnolo - 2. La ciencia psicológica, que al estudiar la interacción cons-
gía-ciencia y tecnología-ingeniería. La tecnología -ciencia es truida del organismo individual con su ambiente, se ubica
ob viamente la representació n metodo ló gica del avance d e l en la base misma del proceso educativo.
conocimiento científico en su objetivo de analizar, explicar y 3. La ciencia social, que se aboca al análisis de las complejas
transformar la realidad o una parte de ella. En pocas palabras, relaciones entre los hombres, por medio de instituciones,
representa la aplicación directa del conocimiento y la metodo - prácticas colectivas y otros modos de estructurar las con -
logía científicos para transformar situaciones concretas de la diciones de producción natural y social de su propia vida.
realidad mediante la derivació n de procedimientos con una
Por ello consideramos que, aun cuando la educación se cons-
validación teórica y experimental previas. Por su parte, la tecnología-
tituye en un objeto interdisciplinario relativamente autónomo,
ingeniería, que originalmente pudo haber agrupado
descansa en los tres campos mencionados del conocimiento cien -
tecnologías prácticas y/o tecnologí as-ciencia, es aquella que
tífico, en lo que éstos aportan como elementos teóricos y de método
genera con posterioridad sus propias reglas y conceptos para
para la fundanientación disciplinaria de la educación como
crear una nueva tecnología. En este sentido, la tecnología-
pedagogía.
136 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA TECNOLOGiA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 137

Para referirnos a una tecnología educad va en el sentido de la ridades; la estructura de organización y administración de ¡ os
tecnología-ciencia, se requeriría construirla a partir de un cuerpo recursos humanos y materiales; los sistemas de evaluación del
teórico específico, el cual no existe independientemente de las impacto educativo en las esferas de la salud, la instrucción, el tra -
tres ciencias señaladas, de modo que, en el sentido estricto, la tec - bajo y la recreación, entre otras; la formación de recursos huma -
nología educativa como tal constituiría una integración de la nos como consecuencia racional de la articulación del sis tema
tecnología-ciencia de la biolo gía, la psicología y la ciencia social, educativo y las demandas normativas y reales de la sociedad
así como de la tecnología-ingeniería de otras disciplinas diversas, como un todo orgánico y la configuración de los diversos conteni -
como ha ocurrido en el caso de los medios. dos de la educación con base en la planeación del desarrollo -
Cabe aclarar, no obstante, que dichas tecnologías no equiva - social en su conjunto.
len a procedimientos sistematizados, sino a medios teóricamente 2. El establecimiento de técnicas y de una metodología de pla-
fundamentados al interior de la educación, y validados en la pro- neación del proceso individual de enseñanza -aprendizaje y su
ducción de resultados predeterminados como objetivo explícita - adaptación a diversas condiciones de estructuración ' grupal, que
mente formulado. En la actualidad, la tecnología educativa con - deben contemplar la diferenciación de procedimientos para la for-
siste en dos aspectos distinguibles: en primer lugar, la aplicación mulación de objetivos, el diseño de programas, técn i cas de ense-
de tecnologías-ingeniería en la educación, como acontece en el ñanza, criterios -de evaluación, elaboración de material didáctico;
empleo de medios audiovisuales y electrónicos; en segundo análisis de tareas; análisis de secuencias y transferencia; diseño,
lugar, la educación, en el sentido de la enseñanza y su administra - implantación, administración y evaluación de currículos, y diseño y
ción, como tecnología práctica, es decir, patrones más o menos valoración de ambientes y materiales de educación escolar y
sistemáticos de enseñanza-aprendizaje que se han configurado a extraescolar.
lo largo de diversos periodos históricos al margen de un 3. El punto anterior comprende lo que, en términos genéri -
conocimiento científico sólido. co s, po d ríamo s d efinir co mo u na inge niería ed ucativa, es
Excepto la biología y su incidencia dentro del campo educati - decir, la tecnología-ingeniería de la educación como interdisci -
vo, que es secundaria, las otras dos ciencias que aportarían la tec- plina. Hay que agregar a ésta la tecnología-ciencia derivada de
nología-ciencia a la educación, la psicología y la ciencia social, la psicología. La preocupación fundamental de la ed7ñeación,
carecen de un cuerpo teórico y de metodologías orgánicamente desde la perspectiva social, es la trasmisión de conocimientos,
construidas. Esto, por lo menos, podría aseverarse para el caso de destrezas prácticas individuales congruentes con la ideología,
la psicología, en donde aún no se dispone de un cuerpo teórico lo cultura, historia y estructura productiva de la formación eco -
suficientemente sistematizado para plantearla posibilidad de una nomicosocial. Sin embargo, la educación como proceso
tecnolo<zía-ciencia. La tecnología-ciencia, en este caso, requiere formativo sería incompleto si no incluyera, y esto ha ocurrido
fund amentalmente d e una ciencia real d el co mp ortamiento hasta la fecha, desafortunadamente, la prescripción del
humano, además de una ciencia de lo que llamaríamos la socie - desarrollo psicológico en forma de procesos generales de
dad en todas sus instancias, formas de estructuración y funciona - intercambio cada vez más complejo del individuo con su
miento. Es notorio que, dado el tipo de discursos que se presentan ambiente físico, biológico y social. Subrayar las destrezas y
en ambas áreas del conocimiento, no existe un conocimiento conocimientos sin incidir *sobre los procesos psicológicos
validado de tal modo que podamos con todo ri g or denominarlo instrumentales para su adquisición, variación, transformación
científico Y, por consiguiente, en el sentido estricto, sería total - y
empleo, representa la gran limitación del proceso de
mente utópico referirse a una tecnología derivada de ellas. enseñanza-aprendizaje. La posibili dad de construir una
Si partimos de la suposición de que la ciencia social y la psi- tecnología-ciencia derivada del análisis exp erimental d el
cología hubieran tenido un desarrollo científico que les permi - co mpo rtamiento humano p lantea la cues tión de añadir a la
tiera event ual me nte p lan tear la p o sib ilid ad d e construir y educación, como proceso que se materializa en última
ampliar tecnología-ciencia derivada de sus respectivos campos instancia a través del individuo, una dimensión relativa al
de conocimiento, pensamos que, juntamente con el avance de aprendizaje como adquisición funcional de niveles
otros sectores tecnológicos, incidirían de la siguiente manera d iferenciales de d esemp eño co nd uctual, niveles q ue no se
en el desarrollo de la tecnología educativa: establecen automáticamente mediante la instrucción de con -
tenidos y destrezas particulares. La conducta lingüística, en la
1. La conformación de una tecnología de la planeación social Jel medida que permea todos los niveles de desarrollo psicológi -
educativo, que incluiría: la determinación de las prio- co, debe convertirse en núcleo central de esta aportación tec -
nológica.
138 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 139

productivo. Se requieren categorías y metodologías adecuadas


4. La determinación metodológica de la pertinencia de los
para el análisis de la compleja interrelación entre el proceso edu -
diversos medios que, como vehículo de trasmisión o de ejercita -
cativo y su articulación orgánica con el resto del ser social. En
ción del conocimiento, pueden formar parte de una tecnología
de la educación. Los medios constituyen tecnología -ingeniería especial, este análisis debe considerar la especificidad de cada
derivada de las ciencias fisicoquímicas, o bien de cuerpos tecno - formación economicosocial sobre el particular, y debe deslindar,
lógicos relativamente autónomos, como ocurre-en el campo de empíricamente, la manera en que los contenidos v la instrumen -
la computación y la electrónica. La incorporación de los medios tación del proceso educativo se entrelazan estructural y funcio -
cómo tecnología de y no en la educación requiere de criterios nalmente con sus propósitos sociales..
metodológicos con respecto a su, relevancia. Los medios deben En el caso de la psicología, disciplina que contribuye a la
subordinarse a los aspectos tecnológicos de la educación enu - normatividad metodológica del proceso educativo en lo indivi -
merados en los primeros tres incisos, y de ninguna manera cons- dual concebido como interrelación enseñanza -aprendizaje, en
tituir en y por sí mismos la tecnología educativa. Aún más, los la medida en que las investigaciones actuales se centr an en para-
aspectos de in g eniería pedagógica descritos en el punto 2 tal digmas derivados de la investigación animal (por ejemplo, la
como la tecnología de medios, deberían estar condicionados por enseñanza programada) o en modelos analógicos tomados de
los desarrollos de la tecnología-ciencia social y psicológica. En disciplinas formales (por ejemplo, modelos logicomatemáticos
el caso concreto de la tecnología de los medios puede preverse como en la programación mediante algoritmos, y modelos de
que, independientemente del impulso adicional que se espera información o de toma de decisiones), se carece de una perspec -
en los años venideros por su vinculación directa con la óptica, la tiva correcta que sistematice el proceso de aprendizaje y des -
computación y la electrónica, será de enorme aplicabilidad en la arrollo con base en planteamientos pertinentes a la naturaleza
medida en que pueda adaptarse como vehículo o instrumento de geneticosocial del comportamiento humano. En especial, se
trasmisión y ejercitación, a la difusión en gran escala del proce - percibe un vacío relativo a la forma de articular funciones que se
so educativo. Falta todavía definir, sin embargo, su pertinencia vinculan con el lenguaje como comportamiento, con los proce -
particular a lo que se debe trasmitir, a quiénes y bajo qué condi - sos que le anteceden como condición necesaria en el desarrollo
ciones sociales debe dirigirse. ontogenético. De ahí que podamos adelantar que los procedi -
mientos de sistematización del proceso de enseñanza-aprendizaje
¿Cómo se puede articular el desarrollo potencial de una tecno - que se investigan en la actualidad, son formas de estandarizar
logía educativa, tomando en consideración los asp ectos vincula- tecnología-práctica, sin poseer el cuerpo tecnológico de tipo
dos con la investigación científica, los intereses de los grupos de teórico o ingenieril que sustente dicho esfuerzo.
poder que ejercen el control social y las necesidades de los núcleos
de población que deben participar como beneficiarios? Finalmente, la investigación actual de la tecnología de los
Consideramos que esta pregunta plantea respuestas d iferen- medios, dentro de la tecnología en la educación, se han observa -
tes en la medida en que se tomen en cuenta los tres aspectos do dos características. En primer lugar, por su relativa autonomía
incluidos v su influencia en el impulso a ciertas formas de respecto de los problemas del proceso educativo propiamente
desarrollo tecnológico de la educación. dicho y, por consiguiente, por una pertinencia cuestionable en lo
En relación con la investigación científica actual va se ha que toca a los grandes problemas sociales representados en y por
mencionado que, excepto los aspectos vinculados con el diseño y la educación. En segundo lugar, las aplicaciones tecnológicas de
uso de medios, én la actualidad no hay un cuerpo sólido de cono - los medios ha subordinado los objetivos y las características del
cimientos teóricos y metodológicos que permitan sustentar la proceso de. enseñanza-aprendizaje a la naturaleza del medio apli-
existencia de –o la posibilidad de derivar a corto plazo – una tec- cado, sin fundamentar precisamente la instrumentalidad del
nología educativa genuina. medio primeramente en los rasgos específicos de la circunstancia y
En lo que respecta a la ciencia social, hace falta una investiga - propósito educativos.
ción sólida del para qué, el qué y el cómo se articula el proceso ¿De qué modo los intereses de los grupos que ejercen el con -
educativo a la organicidad social. No son suficientes los trol social afectarán el desarrollo de la tecnología educativa? Aun
planteamientos actuales, pues se reducen únicamente a una cuando el concepto de grupos que ejercen el control social es
descripción fáctica de los hechos de la educación en relación muy amplio, dado que incluye varias formas posibles de control
con los del bienestar social y la producción, o bien a (económico, político, ideológico, técnico, o todos ellos), proc ura-
consideraciones ideológicas con respecto a una supuesta sujeción remos responder en términos del denominador integrado de un
preconstruida del aparato ed ucativo co n la rep ro ducció n d el poder económico, político e ideológico.
siste ma p o lítico v e l
140 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 141
En lo n_ue , , -,:a al desarrollo teenclogía de los medios, es Aun cuando el propósito lundanien!3,i nu c,5 cuestionar la funcio-
indispensable efectuar una precisión adicional. La tecnología de nalidad y los objetivos mismos del aparato educativo Y su engarce
lo s med io s, en la med id a en q ue la c o nstitu yen con el resto de la formación economicosocial, todo proceso de
tecno lo gía -ingeniería de alto nivel estrechamente relacionada modernización genera contradicciones que pueden impulsar
con la investigación científica en las áreas de la física y la química, desarrollos no previstos.
es patrimonio de los países altamente desarrollados social v Finalmente, en lo que respecta a la tecnolo g ía educativa deri-
económicamente. La economía de mercado a nivel internacional, vada de la ciencia social en la forma de tecnología de planeación,
que determina los índices Y artículos de producción en los países administración v or g anización del proceso educativo — - deben
capitalistas industrializados, orienta H desarrollo tecnológico de esperarse contrituciones muy semejantes, en cuanto a direccio -
los medios de manera muy particular. Por una parte, la nalidad, a las que hemos señalado para el caso de las metodolo -
producción y el diseño de nueva tecnología de medios está gías psicológicas. Sin embargo, y a pesar de que aumenta la ten-
determinada por las necesidades específicas, en le que a dencia a concebir el proceso educativo empresarialmente, es
comunicación masiva se refiere, de los países con altos estándares decir, como un proceso en el que debe evaluarse la relación entre
de vida. Por otra parte, los sistemas de control y procesamiento insumos y productos, las graves crisis económicas y sociales, que
automáticos, requeridos para abatir costos e incrementar la por motivos muy diferentes se están dando tanto en los países
calidad v -cantidad de la producción industrial, generan la
industrializados como en los países dependientes, promoverán la
derivación de tecnologías de bajo costo, como en el caso de los
búsqueda de estrategias sociales para incorporar a los sectores
microprocesadores, que pueden tener un uso potencial a nivel
poblacionales que tienen acceso a la educación pero no al sistema
educativo. Finalmente, la producción misma de los medios
laboral para el que fueron capacitados, o bien que no tienen acce -
genera avances tecnológicos en el interior del sistema
productivo, lo cual conduce a un proceso reverberante de oferta y so a ninguna forma de instrucción y, por ende, carecen de movili -
demanda artificiales de los medios como artículos de consumo dad social en , lo que a la pirámide de la división del trabajo se
cotidiano y suntuario, va sea en las sociedades con altos índices de refiere. El planteamiento de la relación educación-producción es
bienestar o en aquellos sectores sociales de los países sintomática de esta problemática.
dependientes que tienen niveles semejantes de acceso a bienes. Finalmente, para poder hablar acerca de la influencia qu&tiene
Es predictible que, dadas las circunstancias antes mencionadas, la demanda de la población en el desarrollo de la tecnolo gía educati-
presenciemo s en lo s p ró ximo s ci ncue nta año s u na va, es menester aclarar que nos referiremos a ella idealmente,-como
d iversificació n y refinamiento impensados en la tecnología de la población representativa de las necesidades reales, independien-
los medios, y la consiguiente reducción de los costos temente de la normatividad social de estas carencias.
asociados. La potencialidad educativa de dichos medios, sin La tecnología de los medios no debe recibir un gran impulso
embargo, dependerá de factores directamente vinculados con la desde esta perspectiva; más bien es preciso que su desarrollo se
investigación educativa propiamente dicha, y la posibilidad de limite a explorar sus aplicaciones como tecnología de la comuni -
aplicarla en forma intensiva y extensiva a los problemas más cación -a distancia v a nivel masivo- y su empleo en la planea-
relevantes. ción y evaluación de programas. Considero, sin embargo, que su
papel debe estar subordinado a los desarrollos en las dos estrate-
En lo que toca a la estrategia metodológica derivada de la gias restantes.
investi g ación psicológica, puede pensarse que la tendencia con - Desde el punto de vista de las aportaciones de la estrate -
sistirá en impulsar la sistematización de la investigación de lo que gia metodológica derivada de la psicología, puede esperarse
hemos denominado tecnología-práctica. En la medida en que el un interés doble. Por una parte, el análisis de los procesos
sistema social no busca, desde el punto de vista de la clase p sico ló gico s co mp rendido s en la Te¡-aúi¿rn d e enseñanza -
dominante, su propia transformación, el aparato educativo y los aprendizaje, desde la perspectiva de la educación escolariza -
demás que en él se sustentan Y le dan sustento a la vez, se rigen da, por la otra, y quizá sea ésta la que a mediano plazo reciba
ponina tendencia a la eficiencia, a la operación con bajo costo un mayor estímulo, la necesidad de analizar los procesos de
social -que no siempre se mid e en términos estrictamente adquisición de destrezas y conocimientos, a sí como el desa -
económi cos-, a la modernización de formas, sin alterar las r r o l l o d e l o q u e g e n é r i c a me n t e p o d r í a m o s d e n o m i n a r c ~
características fundamentales de los fines y la estructura. Por ello, p o r t a mi e n t o i n t e l i g e n t e , e n c i r c u n s t a n c i a s e s t ru c t ur a d a s
es de suponerse que los desarrollos en esta dimensión de aporte pero no formalizadas en el contexto del sistema escolarizado
potencial a una tecnología educativa se centrarán en los aspectos de educación. Aquí debe señalarse la necesidad de abordar la
vinculados con la medición, predicción, evaluación,
sistematización y, potencialmente, la automatización del proceso de
142 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA TECNOLOGíA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 143
investigación metadoló gica de educación desde una aproxi -
mación triple: cional del proceso educativo, en lo individual v en lo social. Esto
1. El estudio de los procesos psicológicos vinculados con el implica Ubicar a la investigación educativa, desde el punto de vis -
cambio educativo, tomando en consideración tanto la ta tecnológico, en el contexto.de la desprofesionalización. La des-
naturaleza sincrónica de dichos procesos, como sus carac - profesionalización puede ser entendida en cuatro sentidos:
terísticas diacrónicas en distintas fases del desarrollo indi -
vidual. 1. La investigación básica generada en cada una de las disci-
2. El análisis del proceso de aprendizaje en relación con los plinas, la psicología y la ciencia social, debe ser transferida y
contenidos educativos en términos de la adquisición de adaptada como conocimiento y tecnología, - no sólo a los profesio-
competencias con diverso nivel de generalidad. nales diversos vinculados con la educación formal e informal
–con el cambio de conducta y . las prácticas sociales en amplio
3. El análisis del proceso de aprendizaje de situaciones socia -
sentido–, sino también a los qué constituyen tradicionalmente lo
les no escolarizadas y su relación con los problemas vincu- que se denomina los usuarios de dichos servicios profesionales.
lados con la educación para la salud, el trabajo, la recrea - En esta medida, no sólo es importante explicitar los problemas
ción y la cultura, entre otros. que deben ser investigados y transferidos en la forma de conoci -
Cabe señalar que la investigación de los procesos de media- miento y tecnología, sino también es prioritario definirlas formas
ción individual del aprendizaje, y el aprovechamiento de los y métodos a través de la cual esta adaptación y transferenciava a
medios para potenciar las ventajas funcionales que da la alfabeti- realizarse.
zación funcional, tanto a nivel de lectura como de escritura, 2. La diseminación de una tecnología educativa asociada a
deben convertirse en temas prioritarios del análisis experimental contenidos de instrucción y formación no puede ser indepen -
para su posterior adaptación y validación tecnológica. diente de los criterios con los que se formulan la naturaleza y los
En lo que toca a las aportaci ones de la ciencia social, se objetivos de dicho proceso educativo. Por ello, es importante
requieren formulaciones más precisas que permitan determinar desarrollar técnicas que permitan a los usuarios de la educación
los objetivos educativos en términos de los efectos reales de la formal y no formal, escolarizada y no escolarizada, definir la perti -
nencia de los objetivos, contenidos y métodos empleados en el
educación sobre la formación economicosocial, considerando
proceso educativo, en relación con sus condiciones de vida y pro -
asimismo la factibilidad de ciertas propo siciones orgánicas pósitos de transformación social.
opcionales. Las estrategias sociales del proceso educativo han 3. La necesidad de diseminación y transferencia, na sólo de
sido de tipo eficientista, regulatorio, populista o elitista, pero la información v las destrezas comprendidas en el proceso educa -
siempre amparadas en preconcepciones ideológicas alejadas de tivo, sino del proceso mismo (definido como medios, técnicas,
una evaluación cuidadosa y realista de las mismas. La necesidad métodos y condiciones de enseñanza-aprendizaje) a los amplios
de enfocar tecnológicamente y a nivel social el proceso educativo sectores de población que en la mayor parte de los países depen -
requiere de categorías, propuestas y metodologías más específi- dientes carecen de acceso a la educación v la cultura en todos sus
cas v rigurosas que las que hasta la fecha la ciencia social ha niveles, no sólo persigue un propósito ideal de democratización,
empleado. Esto no implica que el problema educativo en lo social sino la necesidad de asegurar la eficacia del proceso. Esto se da en
debe en osarse en ',¿ziiúlógica, pero sí es la medida en que el proceso no constituye un flujo unidireccional
vertical, sino que depende de los diversos sectores v niveles de la
evidente que, de no derivarse metodologías de organización,
población que constitu y en, como práctica individual y colectiva,
planeación y evaluación social que trasciendan el discurso la razón y esencia del proceso educativo. La continuidad de la
teórico o los procedimientos prácticos intuitivos, no será viable educació n, no co mo ofrecimiento, sino co mo práctica real,
pensar en la posibilidad de sistematizar el cambio social a través depende directamente de la extensión de la población involucra -
del esfuerzo educativo. da en el aprovechamiento y la práctica de la educación.
Por ello, y ligado a las contribuciones que deben esperarse de 4. Finalmente, como aspecto que no puede menospreciarse,
la psicología y la ciencia social, no puede concebirse una tecnolo - se tiene la necesidad de abatir los costos educativos, dado el creci -
gía educativa definida en amplio espectro, que pueda incidir miento de la población que demanda acceso a los diversos niveles
sobre las necesidades reales v las demandas de los grandes secto - educativos y la disminución del porcentaje -del Producto Nacional
res poblacionales si no se formulan problemas de investigación Bruto que se invierte proporcionalmente al incremento en el por-
que superen la concepción altamente profesionalizada e institu- centaje de la población Y los servicios educativos requeridos. La
144 CAP. 8. TECNOLOGÍA EDUCATIVA TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y SUS APLICACIONES 145

potenciar el aprovechamiento de dichos servicios mediante pro -


posibilidad de desarrollar tecnología educativa que !,aza viable la de--
profesionalización del proceso educativo se convierte en un gramas educativos permanentes.
objetivo que no debe descartarse como una opción para los siste - j) Finalmente, no puede plantearse la posibilidad de cambio
mas escolarizados vigentes. y transformación social democrática si no es en términos de una
¿Qué co nd icio nes sociales podrían pro piciar el emp leo población responsiva a ciertos ideales de igualdad y justicia, que
potencial de una tecnología educativa? se traduzcan en prácticas concretas y activas de participación
Entre las condiciones economicosociales que pueden propi - orientada. La democratización política va, cuando menos, apare -
ciar el uso de la tecnología educativa, se enumeran las siguientes: jada a la democratización educativa.

a) La necesidad de modernizar el aparato educativo median te


el incremento de su cobertura cuantitativa v cualitativa.
b) La posibilidad de abatir los costos del proceso educativo
en sus diversos niveles.
c) El impacto consiguiente que tiene el desarrollo científico
y tecnológico sobre diversos niveles de prácticas sociales. En el
caso de la educación, se h a testimoniado ya parcialmente 'este
efecto a partir de la influencia que tienen el desarrollo de los
medios audiovisuales y computacionales, y la administración por
objetivos.
d) La presión que ejerce el aparato productivo industrial para
incorporar al trabajo calificado a un amplio sector de la pobla-
ción que realiza algún trabajo manual poco complejo o labora
bajo condiciones de subempleo y/o desempleo parcial.
e) La necesidad de disponer de un mayor número de perso -
na¡ capacitado para el ofrecimiento de servicios de sa lud y otros
servicios sociales a grandes'sectores de la población marginados
formal o funcionalmente de los mismos.
f) La elevación general de los niveles de vida y bienestar
social que, aun cuando se desconoce la forma particular en que el
fenómeno opera, se supone, como doctrina política fundamental,
que éste se articula y sustenta en la elevación previa de los niveles
educativos generales de la población.
g) El impulso de una mayor movilidad social que, en la medi-
da en que depende de la posibilidad de ramificar el curso de la
división social del trabajo eliminando los obstáculos "meritocrá -
ticos" que se derivan de una estratificación social basada en la
capacidad, requiere de la creación de condiciones g enerales que
aumenten la oportunidad real de los individuos para su capacita-
ción y para una mejor ubicación social. Esto constituye, en algu -
nas formas, una de las premisas fundamentales para el plantea -
miento de una sociedad potencialmente democrática.
h) En concordancia con lo anterior, aumentar la viabilidad
de uso de los servicios de cobertura social que ofrece el Estado,
así como los que se derivan de la planificación del tiempo libre
mediante la recreación y el disfrute de la cultura. En los últimos
l
a
años ha quedado claro que no es suficiente ofrecer los servicios
fundamentales a la población, sino que a la vez es necesario
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