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El estrés
Todos escuchamos, el término estrés y diferentes términos empleamos, por ejemplo: temor,
ansia, angustia, cansancio, depresión. Sin embargo, es complicado, inclusive para los científicos
investigadores, definir visiblemente de que estamos conversando y cual sea el concepto, la
relevancia, y los efectos de estas ideas. Justamente, las conclusiones de estrés, ansia y temor
se entrelazan en el habla ordinaria e inclusive en el habla científico, de aspecto que su
concepto es complicado. Son explicaciones con diferentes significados, que especifica
circunstancias y condiciones psicológicas y psicobiológicos, distintas pero enlazados entre sí.
De manera sencilla, el estrés en ocasiones es descrito como una limitación muscular: “es un
agarrotamiento o dureza de los músculos y del tejido conectivo que sobrepasa de la
modulación indispensable para su actividad común”. Aunque es demasiado más que eso. E l
estrés es una respuesta importante, el Dr. en medicina, Hans Selye, pionero en las
investigaciones sobre el estrés, lo define como "una respuesta corporal no específica ante
cualquier demanda que se le haga al organismo (cuando la demanda externa excede los
recursos disponibles)”.
Desde el punto de vista de la psicología, el estrés ha sido entendido desde los tres enfoques
siguientes: (Cano, 2002)
-Como estímulo: El estrés es capaz de provocar una reacción o respuesta por parte del
organismo.
-Como interacción: El estrés interactúa entre las características propias de cada estímulo
exterior y los recursos disponibles del individuo para dar respuesta al estímulo.
En línea con la anterior definición, La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) postula que el
estrés es "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción".
El estrés afecta órganos y funciones de todo el organismo. Los síntomas más comunes son:
-Depresión o ansiedad
-Dolores de cabeza
-Insomnio
-Indigestión
-Sarpullidos
-Disfunción sexual
-Nerviosismo
-Palpitaciones rápidas
-Diarrea o estreñimiento
La ansiedad incluso puede ser una señal frecuente en los individuos que se encuentran
“estresadas”. Se habla de un trastorno mental crónico, que empieza dañando la mente, pero
termina afectando sobre diferentes órganos del cuerpo, ocasionando la aceleración cardiaca,
dolor de estómago, colon irritable (variaciones entre estreñimiento y diarrea), etc.
Si prosigue la resistencia se empieza el tercer periodo, agotamiento, cuyo efecto puede ser una
variación elaborado por el estrés. La exposición extendida al estrés agota los almacenamientos
de energía del cuerpo y esto puede traer condiciones excesivas. Ciertos patrones de jaqueca y
dolor de cara o espalda, el asma, úlcera péptica, hipertensión y estrés premenstrual, son
modelos de variaciones enlazadas con el estrés. Asimismo, el estrés emocional puede afectar o
dificultar varios trastornos de la piel, desde picores, cosquilleo y dolor hasta los que ocasionan
sarpullido y granos.
Hans Selye (1936) habla de tres fases del síndrome general de adaptación:
El estrés en el trabajo surge cuando hay demasiadas exigencias laborales, que puedan o no
superar las capacidades de las personas para que las resuelvan; así como una mala
administración del tiempo que se tiene para culminarlas, lo que genera una sobrecarga de
trabajo.
El estrés laboral, según Cano (2002) señala que "hablamos de estrés cuando se produce una
discrepancia entre las demandas del ambiente, y los recursos de la persona para hacerles
frente". El estrés es el resultado generado de un proceso de adaptación natural por parte del
individuo, que en primer lugar nos ayuda a responder más rápida y eficazmente a situaciones
que lo requieren.
Teniendo en cuenta este punto de vista, se puede considerar al estrés laboral como el agente
que genera consecuencias en el individuo; consecuencias tanto en lo físico, como en lo
psicológico. Además produce cambios en: la percepción, las respuestas emocionales y
afectivas, la apreciación primaria y secundaria, las respuestas de afrontamiento.
Según Slipack (1996, citado en Campos, 2006) existen dos tipos de estrés laboral:
El episódico: Es aquel que ocurre momentáneamente, es un estrés que no se posterga por
mucho tiempo y luego de que se enfrenta o resuelve desaparecen todos los síntomas que lo
originaron; un ejemplo de este tipo de estrés es el que se presenta cuando un trabajador es
despedido de su empleo.
El crónico: que se puede presentar cuando la persona se encuentra sometida a las siguientes
situaciones:
2- Sobrecarga de trabajo.
El estrés crónico es aquel que se presenta varias veces o frecuentemente cuando un trabajador
es sometido a un agente estresor de manera constante, por lo que los síntomas de estrés
aparecen cada vez que la situación se presenta y mientras el individuo no afronte esa exigencia
de recursos el estrés no desaparecerá.
Se clasifican en:
- El ruido. Trabajar con alarmas continuamente, puede afectar no sólo al oído, sino al
desempeño del trabajo: satisfacción, productividad, etc.
- Peso. Los profesionales que han de trabajar en quirófano muchas horas con delantales o
guantes protectores de plomo pueden estar sometidos a cargar con un peso importante. El
cansancio puede duplicarse.
- El control sobre la tarea. Ocurre cuando no se controla la tarea, es decir, cuando las
actividades a realizar no se adecuan a nuestros conocimientos. Ejemplo: Han cambiado a un
profesional de puesto de trabajo, y ha sido trasladado a un servicio de nefrología, cuando
resulta que los cinco últimos años ha trabajado en la unidad de cardiología. No controla la
tarea a realizar y no se atreve a tomar las iniciativas adecuadas por temor a la falta de
conocimientos y atención que requieren este tipo de pacientes.
También influyen los tiempos de descanso, las relaciones interpersonales, sentirse observado-
criticado por los compañeros, las dificultades de comunicación y las escasas posibilidades de
promoción. Estos factores también pueden generar estrés laboral.
- La jornada de trabajo excesiva produce desgaste físico y mental e impide al profesional hacer
frente a las situaciones estresantes. Por ejemplo una jornada nocturna puede ser más larga
que una de mañana o tarde y por tanto al final de la jornada, el profesional se encontrará más
agotado y su capacidad física y mental puede verse disminuida.
- Las relaciones interpersonales pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés. Piénsese
en un profesional desequilibrado emocionalmente que hace la vida imposible a todos sus
compañeros. Es una fuente continua de estrés. Por el contrario, cuando existe buena
comunicación interpersonal y cuando se percibe apoyo social y de la organización, se
amortiguan los efectos negativos del estrés laboral sobre nuestra salud.
Orlandini, afirma que “Las formas clínicas más comunes de este tipo de estrés son los
trastornos del aprendizaje, la fatiga o burnout, la ansiedad, la depresión, la ira, las conductas
antisociales y el suicidio.”
El estrés, además de producir ansiedad, puede producir enfado o ira, irritabilidad, tristeza-
depresión, y otras reacciones emocionales, que también podemos reconocer.
Pero además de estas reacciones emocionales podemos identificar claramente otros síntomas
producidos por el estrés, como son el agotamiento físico, la falta de rendimiento, etc.
Finalmente, si el estrés es muy intenso y se prolonga en el tiempo, puede llegar a producir
enfermedades físicas y desórdenes mentales; en definitiva problemas de salud.
1. En el ámbito personal:
REFERENCIAS
Campos, M. A. (2006). Causas y efectos del estrés laboral. San Salvador: Universidad de El
Salvador, Escuela de Ingeniería Química.
ORLANDINI, Alberto. El estrés, Qué es y cómo evitarlo. [en línea] 2. a ed. La Ciencia para Todos,
1999. [fecha de consulta: 06 de mayo de2018]
Disponible en: https://books.google.com.pe/books?id=d8-
KuiJAOXIC&printsec=frontcover&dq=el+estres&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwib56-
b3_naAhVK2VMKHU-SBcIQ6AEIJjAA#v=onepage&q&f=false
ISBN: 978-607-16-1177-2