Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema I
INTRODUCCION
Consecuencias De La Invasión
El Trabajo Indígena
Los Warao son pescadores por excelencia, pero también cazan, recogen frutos
silvestres y, sobre todo, explotan la palma de moriche que, durante siglos, fue el
centro principal de su subsistencia. También cultivan algunos productos, entre los
cuales destaca el ocumo chino. Estas eran y siguen siendo sus actividades
básicas de subsistencia. En la actualidad, algunos Warao se dedican al corte de
madera y de la palma manaca que venden a los aserraderos y a las fábricas de
palmito de los criollos ubicados en territorio Warao.
Los Warekena:
Warekena significa “nietos del picure”, animal sagrado del cual se consideran
descendientes. Esta etnia se desprendió de un grupo social más amplio
conformado por los Tariana, Bare, Tsase y Wakuénai, lo cual se evidencia en la
extraordinaria similitud lingüística y cultural que guarda con ellos. Pertenecen a un
tronco lingüístico común, el Arahuaco. Esto se evidencia en la facilidad que tiene
el Warekena para aprender otras lenguas y no sólo del grupo Arahuaco. Por lo
general, además de tres o cuatro lenguas indígenas, dominan el castellano, el
portugués y el yeral, una lengua franca de la región que mezcla castellano,
portugués y varias lenguas indígenas del grupo Arahuaco. La lengua Warekena
está hoy casi extinta y han adoptado la lengua de los Baniva, grupo con el que
comparten muchos rasgos culturales. La población Warekena habita
principalmente en la comunidad de Wayanapio Guzmán Blanco, a orillas del
Guainía-Río Negro y en algunos sitios del caño San Miguel o Itini-Wini. Sin
embargo, muchas familias emigraron hacia el Orinoco.
Los Wayuu:
También conocidos como guajiro, son el mayor pueblo indígena del país. Su
filiación lingüística es Arawak, y su territorio tradicional abarca la península de la
Guajira. En el siglo XIX se inició el traslado de mano de obra Wayuu en goletas
desde su península hasta el sur del Lago de Maracaibo para trabajar en las
haciendas de caña de azúcar. Pero fue realmente el desarrollo de la economía
petrolera en el Zulia lo que estimuló la emigración de estos indígenas hacia las
tierras zulianas. En 1944, el gobierno regional construyó en Maracaibo el barrio de
Ziruma para reubicar varios centenares de Wayuu que se habían asentado en el
norte de la ciudad. La atracción ejercida por la capital zuliana no se ha
interrumpido y, hoy, más de 60.000 Wayuu residen en sus barrios. Igualmente, en
las últimas décadas, los Wayuu se han ido estableciendo en las zonas rurales al
norte de Perijá y el sur del Lago, donde desempeñan un papel importante en la
actividad agrícola y ganadera de esas regiones. A la vez, se ha podido observar
recientemente el surgimiento de núcleos Wayuu en otros centros urbanos como
Barquisimeto, Valencia, Maracay y Caracas. En cuanto a sus costumbres los
hombres de las más apartadas regiones visten el guayuco; las mujeres, en casi
todos los lugares donde se encuentran, su manta guajira. Son sedentarios y semi
nómadas y presentan un alto grado de aculturación debido al contacto con
pueblos vecinos de criollos venezolanos, colombianos y otros extranjeros. Su
economía está centrada en la pesca yen la cría de ganado ovino, caprino, porcino
y vacuno. Quienes se han asentado en las ciudades trabajan como técnicos o
profesionales en los sectores público y privado. En épocas de lluvia siembran
maíz, frijoles, patilla y melones. Son buenos artesanos y se dedican a la cerámica,
la cestería, el hilado, el tejido de tapices, hamacas, chinchorros y alpargatas. En la
Guajira, los Wayuu viven en pequeños asentamientos de casas dispersas, cerca
de un pozo de agua permanente, habitados por familias emparentadas regidas por
un sistema matrilineal, cuyo jefe es generalmente el tío materno llamado taula la.
Todos los miembros vinculados entre sí por lazos de consanguinidad por la línea
materna, llamados apushi, son los parientes "de carne" y pertenecen a una casta
cuyo nombre por ejemplo: Uriana, Epieyú, Jusayú, etc. estos los utilizan como
nombre propio, y suelen identificarse con ciertos espacios geográficos en la
península.
Los cambios ocasionados a través de su largo contacto con la sociedad criolla,
han quebrantado su bien definida identidad étnica dentro del contexto nacional. Es
indudable que sus fuertes vínculos familiares, la conservación de su integridad
territorial y el gran tamaño de su población (295.577 en Venezuela y Colombia)
son factores que los ayudaron a conservar su lengua, organización social y
política, religión, y muchos otros patrones. El futuro de esta etnia está asegurado
por la proporción significativa alcanzada por ella.
Los Yanomami:
Las comunidades indígenas Yanomami viven en la selva tropical y ocupan un
territorio que se extiende a ambos lados de la frontera entre Venezuela y Brasil.
Más de la mitad de los miembros de la etnia Yanomami se encuentra del lado
venezolano. Su nombre significa persona, ser humano. Forman familias
extensivas que viven en SHABONOS construidos de palma, en forma circular y
con un gran orificio en el centro, a cielo abierto. Allí pueden vivir entre 20 y
200personas, dependiendo del tamaño de su familia, se organizan en torno al
fogón La vivienda es de tipo colectivo pues varias familias u hogares se reúnen
para constituir una casa comunal o "shaBono", espacios cubiertos que están
colocados en círculo; en tomo a una plaza central. Los Yanomami construyen sus
casas próximas a sus conucos y cada cuatro o cinco años se mueven para
acercarse a nuevas plantaciones. Sus vidas giran alrededor de sus creencias
ancestrales. Forman una sociedad igualitaria y no jerárquica, pues los chamanes,
quienes ejercen la autoridad moral, no poseen distintivos y entre sus
comunidades, funciona el principio de reciprocidad. Las familias pueden ser
monógamas o polígamas, pero en este último caso cada esposa ocupa su propio
fogón con sus hijos. Cuando se amplía la familia, se añade un fogón más cerca del
cual los hijos mayores se instalan. Se puede decir que aproximadamente la mitad
de los casamientos que ocurren entre los miembros de una casa comunal, se
realizan dentro de la misma y la otra mitad en casas vecinas y/o casas aliadas
más lejanas. Las familias que se separan funden otra comunidad sobre el mismo
modelo, pero un poco más lejos. Esas familias pueden también unirse con otra
comunidad aliada y/o instalarse a proximidad. Según su tamaño, las comunidades
están guiadas por uno o varios líderes. Cada comunidad explota un amplio
territorio a fin de obtener los recursos que necesita para reproducirse mientras
respeta los territorios de sus vecinos.
Cuando llega la pobreza del suelo, los obliga a abrir al cultivo a nuevos terrenos
cada año Según el ciclo estacional, no es raro que dejen sus casas y sus conucos
e irse a otros cultivos, productos que abundan en el territorio.
Se instalan, entonces, en campos de selva durante varias semanas, sea en estos
campamentos provisionales o en el SHAPONO. La vida colectiva favorece una
vida social muy intensa y muy animada. Hoy día, el contacto permanente de los
Yanomami con la población criolla de la región amazónica y la invasión de
garimpeiros ha causados, serias modificaciones en el ambiente y, en
consecuencia, en su salud y costumbres tradicionales sociales, políticas,
económicas y culturales.
Los Yekuana:
Habitan en las regiones del alto río Caura, y ríos Erebato y Nichare del estado
Bolívar; y el alto río Ventuari y ríos Parú, Cunucunuma, Iguapo, Padamo y Orinoco
Medio en el Amazonas. El patrón de asentamiento característico Yekuana es,
pues, ribereño y podría decirse que disperso. Mantienen presencia en la llamada
“tierra caliente”, y allí privilegian más la selva que la sabana para orientar sus
comunidades y conucos. Su idioma está clasificado como perteneciente a la
familia lingüística Caribe. La palabra Yekuana simboliza el origen común del
grupo: sus ancestros de acuerdo a la tradición emergieron del Yekuana Jodo,
cerro ubicado en las llanuras adyacentes al alto río Cuntinamo. A esta etnia
también se la conoce comúnmente como maquiritare (término que no proviene
de su lengua). Poseen una economía mixta de horticultura y caza, dedicándose
también a la pesca. La tendencia apunta a que las mujeres se identifiquen más
con las labores del conuco, contando sólo con la presencia masculina para la
quema y el limpiado del mismo.
Los Yukpa:
Son el único grupo étnico de filiación Caribe que reside en el occidente de
Venezuela. Sus asentamientos se ubican en los valles dela vertiente venezolana
de la Sierra de Perijá, en el Estado Zulia, desde el río Santa Rosa en el sur, hasta
el alto río Guasare, ríos Palmar y Lajas en el norte. El pueblo Yukpa presenta
cierta homogeneidad cultural. No obstante, las diferencias geográficas de la Sierra
de Perijá han producido variantes dialectales que han contribuido a la formación
de un subgrupo diferente prácticamente en cada valle. Los asentamientos Yukpa
se distribuyen en forma dispersa en la Sierra de Perijá. Tradicionalmente, estos
eran más pequeños que en la actualidad y estaban conformados por una familia
extendida encabezada por su jefe, agrupando varias viviendas en las que habitaba
una familia nuclear en cada una. Muchos yukpas se han establecido en las tierras
bajas al pie de la Sierra, especialmente en la misión de Tukuko y sus alrededores.
La agricultura de tala y quema sigue siendo su principal actividad de subsistencia,
complementada por la caza, la pesca, la recolección y una incipiente ganadería. El
maíz es el cultivo y alimento principal de los Yukpa, combinado con la yuca dulce,
los plátanos y los cambures. En las últimas tres décadas el cultivo del café se ha
extendido por todas las comunidades, y constituye el cultivo comercial más
importante de sus familias. Los Yukpa comercializan el café a través de su propia
empresa cooperativa establecida en Machiques.
Los Piaroa:
Es riguroso y disciplinado y descarta todo acto de violencia física o verbal. Su
idioma tiene influencias Arawak y Caribe.
Se ubica a orillas de los ríos Puruname, Sipapo, Autana, Cuao, Guayapo,
Samariapo, Cataniapo, Paria, Parguaza, Alto Suapure, Orinoco, en el valle del
Manapiare, cuenca inferior del Ventuari y cerca de Puerto Ayacucho, estado
Amazonas. Según el último censo hay actualmente 12.558 piaroa. Los piaroa son
el vivo ejemplo del mestizaje, han dejado entrar en su cultura muchos elementos
de sus vecinos criollos, pero a su vez ellos son herederos de las culturas ya
extintas de la zona. De hecho algunas comunidades cuentan todavía con un
chamán. Hoy en día hay docentes y enfermeros dentro de sus comunidades.
Hasta hace muy poco utilizaban casi todos los elementos tradicionales de su
cultura, tanto en su vestimenta con guayucos como en la vivienda (grandes
construcciones cilíndricas cuyo techo de palma llegaba al piso) y en la pesca. Hoy
han cambiado mucho su cotidianidad. La gran mayoría se viste como lo hacen sus
vecinos criollos. La gran churuata tradicional es usada sólo en unas pocas
comunidades, mientras que la mayoría se organiza en casas unifamiliares. Los
Piaroa han sido considerados como buenos comerciantes, de hecho la actividad
comercial con sus vecinos continúa hoy en día; incluso podría decirse que una
buena parte de las frutas y de los productos derivados de la yuca que llegan a
Puerto Ayacucho provienen del comercio con los Piaroa.
Los Kariña
Pertenece a la familia lingüística Caribe, comparten con otros grupos Caribe-
hablantes elementos de un modelo de estructura social, basado en la familia
extendida, formada por un hombre casado, su esposa, sus hijos solteros y sus
hijas casadas, más los maridos de ellas y sus hijos.
Cada comunidad es autónoma; las decisiones relevantes se toman por consenso;
la figura es el dopooto o capitán, la cual, ejerce un liderazgo centrado básicamente
en su capacidad de negociación y persuasión. En lo político, destacan la
descentralización, ya que cada aldea o comunidades esa utónoma, y la figura del
dopooto ó "gobernador', cuyo liderazgo se fundamenta en el prestigio personal; en
la extensión de su red de parentesco y en su capacidad de persuasión, puesto que
sus decisiones no son coercitivas sino fruto de un amplio consenso. No obstante,
los Kariña han logrado mantener su identidad étnica como segmento diferenciado
de la sociedad nacional, su idioma, código de expresión de innumerables
contenidos culturales propios y diversas costumbres sociales.
LA FILOSOFIA INDIGENA
Una enseñanza que nos dejan nuestros antepasados indo americanos es que
para la existencia y la continuidad de la vida, debemos cuidar a nuestra Madre
Naturaleza, nuestros hermanos árboles y animales, así como a los ríos, lagos,
mares, océanos y sobre todo, al aire oxigenado que nos permite respirar y vivir.
Una máxima filosófica Indo americana es: "yo soy tú, tú eres yo", que nos habla de
que todos somos hermanos, hijos del sol y dela tierra. Esta filosofía de hermandad
sólo fue posible en una sociedad en laque no existió la propiedad privada. Por
tanto, los hombres no sólo se trataban como hermanos, sino que también lo eran,
al no estar separados, ni diferenciados por riquezas materiales.
Por lo que respecta a sus conocimientos científicos sobre la agricultura, las
matemáticas, las fiestas, etc. las tenían fusionadas con su concepción filosófica
acerca del origen de la vida, tal como lo cuentan sus libros sagrados. Toda
filosofía es una moral. El propósito y la intención del sistema de creencias
construyen una moral. La filosofía indígena nos afirma que "todo está vivo", "todo
es consciente" o "todo tiene un alma"; afirma que hay que actuar como si así
fuera. O sea, hay que anteponer el respeto, porque lo otro tiene el poder de
dañarnos. Tal vez se trate de una moral sencilla, pero muy efectiva, que no
requiere de cárceles ni de celadores. La filosofía indígena procede como si
existiera una fuerza vital universal que conecta a todos los seres vivos, a los
accidentes del paisaje y a los fenómenos naturales.
También vincula a los vivos con los muertos. Son los chamanes quiénes poseen el
poder de mediadores entre estas fuerzas espirituales.
Actualmente los pueblos indígenas que viven en nuestro territorio han adoptado
mucho de las costumbres de la vida moderna al igual que ocurrió en los tiempos
de la colonia, cuando por ejemplo, fueron convencidos en creer en un solo Dios.
Los indígenas que habitan en lugares de difícil acceso, como las selvas,
mantienen vivas sus costumbres ancestrales mientras que a situación de otros es
diferente; se le utiliza fines particulares en la explotación de la tierra. Al igual que
en el pasado, estas comunidades se ven afectadas también por el impacto
ambiental que generan las diferentes actividades económicas que se realizan en
los espacios donde habitan. En vista de esta situación se han organizado en grupo
de prisión siguiendo el ejemplo de otros países, donde gracias a sus protestas y
peticiones se le han reconocido sus derechos, entre los que se incluye el respeto a
su territorio, lenguas y costumbres. En la actualidad, nuestra comunidad indígena
participa de manera activa, a través de sus representantes en la Asamblea
Nacional, en las decisiones económicas, políticas, sociales y culturales,
conjuntamente con el resto de la población venezolana.
LENGUAS INDIGENAS
Muchas de las lenguas indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas y/o
en peligro de extinción. Las dos familias lingüísticas con el mayor número de
idiomas son la Arahuaca y la Caribe. Según datos disponibles del último censo
indígena (1992) y vivienda de 2001, en Venezuela se habla al menos 31 lenguas
indígenas, de los cuales 25 se agrupan en siete familias lingüísticas, y los otros 6
no prestan parentesco reconocible con otras lenguas y por lo tanto se consideran
lenguas aisladas. Venezuela cuenta con algo más de treinta lenguas y culturas
indígenas, ninguna de las cuales es desconocida, gracias a un importante número
de investigadores, algunos de ellos indígenas, quienes han desarrollado la mayor
parte de su labor en los últimos cincuenta años. No obstante, la riqueza de estas
manifestaciones es tal que aún falta extender y profundizar mucho más esta labor,
antes de poder afirmar que poseemos un conocimiento realmente sólido de este
campo, por lo que se hace necesario seguir investigando y emplear en grado
creciente las nuevas tecnologías electrónicas y computarizadas para la
recolección y análisis de nuevos textos emergentes, a veces muy distintos a los ya
conocidos. Las grandes familias lingüísticas representadas en las etnias de
Venezuela son la arawak, Caribe, chibcha y tupí-guaraní, ya que la familia timote
parece haberse extinguido en la primera mitad del siglo XX en los Andes
venezolanos. Las lenguas arawak son las más numerosas: el wayuu (guajiro) y el
añú (paraujano) en el estado Zulia; el lokonó o arawako, en el estado Delta
Amacuro. El resto de las lenguas arawak se encuentran en el estado Amazonas,
el tsaase o piapoko, el kurrim o kurripako, el baniva, el yavitero (casi extinto), el
wakena y el baré. Las lenguas Caribe: Yukpa y japreria, en el estado Zulia; el
Kariña en los estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre; el pemón, en el
estado Bolívar; el eñapa o panare, en el estado Bolívar; el mapoyo, y el yekuana,
en los estados Bolívar y Amazonas; el yabarana, en el estado Amazonas.
La familia chibcha en Venezuela está representada por la etnia barí, en el estado
Zulia, y algunos agregan a los tunebo, quienes ocasionalmente aparecen en la
frontera colombo-venezolana.
El tupí-guaraní tiene como único exponente el geral, suerte de prolongación de la
etnia del mismo nombre que puebla distintas subregiones del norte de Brasil.
Por otra parte, en Venezuela abundan las lenguas indígenas independientes, vale
decir no afiliables a ninguna de las grandes familias conocidas: el Warao, en los
estados Delta Amacuro, Monagas y Sucre; elSapé y Arutaní, Semiextintas, en el
estado Bolívar; el Sanemá y el Yanomami, integrantes de una sola familia, en los
estados Bolívar y Amazonas.
El Jivi o Guajibo, en los estados Apure y Amazonas; el Jiwi o Cuiba, muy
emparentados con el anterior, en los estados Amazonas y Apure; el Piaroa, en los
estados Amazonas y Bolívar; el Puinave, el maco (parecido al Piaroa) y el Sáliva
(al norte, en los límites con Colombia), en el estado Amazonas; el Pumé o Yaruro,
en el estado Apure.
Cada pueblo indígena ocupa un territorio, que según sus creencias le fue otorgado
por los Dioses. Son lugares sagrados a los que deben cuidado y respeto y en los
que vivían y viven organizados en pequeñas comunidad en sus poblados.
Estas comunidades generalmente, son independientes económica y
políticamente unas de otras, aunque mantienen entre sí estrechas relaciones
sociales.
Los cabeza de familia o jefes de cada una de las familias de la comunidad,
conforman una especie de consejo el cual es reconocido como la máxima
autoridad. Entre los miembros de dicho consejo se escoge uno de ellos para que
los represente en sus relaciones con otras comunidades.
Estos jefes basan su poder en el prestigio que les proporciona su conocimiento
sobre la historia sagrada, rituales y ceremonias, técnicas de caza y pesca,
construcción de viviendas, comercio, etc. A su sabiduría deben agregarse la
ecuanimidad, la tolerancia y el buen juicio. Su liderazgo es reconocido por todos,
pero no pueden imponer su voluntad, ni ejercer su poder sobre los otros miembros
de la comunidad. En algunas etnias la autoridad se transmite de padres a hijos
dentro de un mismo grupo. Las decisiones que afectan a la comunidad son
tomadas de forma unánime en asambleas, luego de que cada uno de los
miembros adultos ha dado su opinión al respecto. En general, las sociedades
indígenas de ahora, al igual que las de nuestros antepasados, son sociedades
profundamente democráticas, en lasque los alimentos, el trabajo y las diferentes
responsabilidades que garantizan el bienestar de la comunidad son compartidos
por todos sus miembros. Así vemos como son los hombres quienes se encargan
de talar, limpiar y preparar el conuco y construir las viviendas, además de realizar
otras actividades. Cazan y pescan, aunque en esta última también suelen
participar activamente las mujeres y los niños. Las mujeres por su parte se ocupan
de la preparación de los alimentos, del cuidado de los niños y de garantizar a
provisión diaria de agua y leña. También se ocupan del hilado de algodón, tejen
cestas y chinchorros, así como collares y otros adornos que utilizan en su atavío
personal.
Ellas son las responsables del conuco y del fuego del hogar.
Los ancianos son los responsables de los ritos y ceremonias, deben conocer a la
perfección la historia sagrada, y narrar sus enseñanzas a los más jóvenes para
mantener viva la tradición. La educación está basada en el ejemplo. Los niños y
jóvenes colaboran con sus padres y tíos en las distintas actividades que realizan,
los adultos los orientan siempre con mucha paciencia y tolerancia, sin recurrir
jamás al castigo físico.
SUS USOS Y COSTUMBRES
Con la práctica de la caza, la pesca y la recolección, los primeros pobladores de
nuestro territorio utilizaron los recursos que les propiciaba la naturaleza.
Probablemente la subsistencia en el interior del territorio requirió de los grupos
indígenas el conocimiento de los ciclos biológicos de los recursos vegetales, para
disponer de frutas semillas y granos, además de suelos fértiles.
El agua fue el principal recurso natural para los grupos indígenas que poblaron el
territorio) venezolano. Por ello, sus aldeas se localizaron casi siempre en la
cercanía de fuentes naturales de agua dulce, como ríos, lagos y lagunas, que
aseguraban este líquido) indispensable para la vida.
En muchos casos, llegaron a construir sus viviendas sobre las mismas aguas,
corno los palafitos del lago de Maracaibo. Los ríos y los lagos proporcionaban
alimento seguro; peces, especies terrestres que se acercaban a sus riberas a
beber agua. y toda clase de animales acuáticos. El recurso agua fue utilizado por
nuestros indígenas para preparar sus comidas, para el aseo personal diario y, en
otros casos, para curar las fiebres y otras enfermedades mediante inmersiones.
De allí que la mayoría de los indígenas practicaban ritos mágicos o religiosos
dirigidos a provocar las lluvias y conjurar las sequías. En los bosques y selvas, los
indígenas practicaron la tala limitada para construir sus aldeas y ampliar las áreas
de cultivo. Sin embargo, esta práctica nunca puso en peligro el equilibrio de la vida
vegetal, pues la deforestación sólo se hacía para satisfacer las necesidades
inmediatas de la comunidad. En las sabanas, las comunidades indígenas
aprovecharon la gran variedad de hierbas tanto para el uso alimenticio como el
medicinal, también practicaban la quema, con la finalidad de limpiar los terrenos
agrícolas, sin afectar la vida de la flora, la fauna silvestres, sin riesgo ni peligro
para estas. El carácter local de tales actividades y el abandono de las tierras
afectadas facilitaban la recuperación de los suelos y la vegetación en breve
tiempo.
La actividad de captura y caza de animales silvestres fue otra importante fuente de
recursos alimenticios de las comunidades indígenas caza del venado, el chigüire,
la lapa; así como la captura de tortugas, iguanas y culebras y la recolección de
huevos de aves y reptiles se realizaron respetando las épocas de apareamiento y
reproducción de los animales y sólo se practicaban sí eran necesarias.
Los indígenas venezolanos no produjeron materiales contaminantes de tipo sólido
ni químico que afectaran las aguas de los ríos, lagos y mares. La mayor parte de
sus desechos eran orgánicos, y el medio pronto los absorbía; además, eran muy
escasos, y en su mayoría se enterraban o quemaban, y así se preservaba el
ambiente.
MODELO DE JUSTICIA
La administración del sistema jurídico de los pueblos indígenas (justicia
comunitaria) es un derecho colectivo reconocido a los pueblos indígenas por la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos delos Pueblos Indígenas,
el Convenio 169 de la OIT, la Constitución Política del Estado y las leyes. Antes de
la colonia los pueblos indígenas habitaban y eran dueños del territorio desde
México hasta la Patagonia, pasando por el altiplano y valles (aymaras, quechuas,
urus) como en las tierras bajas o llanos (shimane, ayoreos, yuquis, etc.), cada uno
de estos pueblos poseía su propio "derecho autóctono" su propio sistema jurídico,
es decir que existían tantos sistemas jurídicos como pueblos indígenas y
comunidades existentes.
Durante la colonia el gobierno colonial impuso su Derecho (contenido en las
Leyes de Indias) y su propio sistema jurídico a los habitantes originarios, los
pueblos indígenas. Sin embargo también reconoció parcialmente a las
autoridades, normas y procedimientos (sistema jurídico) de estos pueblos, para
resolver conflictos al interior de sus comunidades, aunque en la práctica sólo uno
de ellos, el sistema jurídico del gobierno colonial, prevalecía sobre el resto, era
una especie de pluralismo jurídico subordinado.
El Sistema Jurídico de los Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades
Campesinas también conocido como Justicia Comunitaria, Jurisdicción Indígena y
Derecho Consuetudinario Indígena es reconocido por el artículo 34 de la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas,
aprobada el 13 de septiembre de 2007 y porque engloba el conjunto de
autoridades, normas y procedimientos que los pueblos indígenas administran para
resolver conflictos.
La justicia es una aspiración humana de carácter universal, que contribuye al
mantenimiento de las normas de convivencia entre los integrantes del organismo
social ya que, fortalece la democracia y detiene la criminalidad, resulta primordial
armonizar las políticas judiciales con un concepto de atención integral de las
poblaciones más vulnerables, entre ellas, las indígenas.
La relación histórica del Estado con los descendientes de los habitantes originarios
del territorio, ha transitado desde la negación, pasando por la asimilación,
integración y coordinación, hasta llegar hoy al reconocimiento de su derecho a
participar en la vida nacional con respeto a su cultura. Es importante dejar atrás
interpretaciones tendentes a “exotizar” a los indígenas, presentándolos como una
continuidad directa de las sociedades anteriores a la conquista europea y
comprender que son seres humanos con plenos derechos, iguales ante la ley y
que comparten necesidades y aspiraciones de todos los habitantes. El Poder
Judicial, con especial interés de la Presidencia de la República Bolivariana de
Venezuela, ha venido realizando esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a la
justicia a los pueblos indígenas, como parte de una política integral de grupos en
situación de vulnerabilidad, partiendo de la concepción de que “no existe ninguna
razón para que no seamos capaces de vivir con respeto a las diferencias que la
vida nos presenta, ya sea por el color de nuestra piel, el género, las creencias o
las diferencias externas que podamos presentar, con una dignidad intrínseca que
deriva de nuestra esencia como seres fundamentalmente morales”.
Venezuela es un país multicultural, que reconoce y garantiza la existencia de los
pueblos y comunidades indígenas.
La Constitución de 1999 reconoció por primera vez el carácter multiétnico y
pluricultural del país, incluye un capítulo especialmente dedicado a los derechos
de los pueblos indígenas y abrió espacios de participación política indígena a nivel
nacional, estadal y municipal.
Entre los principales logros se podría nombrar: Año 2001 entró en vigor la Ley
Orgánica de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos
Indígenas. Año 2002 se ratificó el convenio 169 de la OIT. Año 2005 la Ley
Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas desarrolló y consolidó
ampliamente este marco de derechos. Año 2009 se conmemoró la promulgación
de "52 leyes que reivindican indirectamente los derechos de los pueblos
indígenas". Se promulgó la Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos y
Comunidades Indígenas y la Ley del Artesano y Artesana Indígena. Y Se inició el
proceso de discusión y consultas del Proyecto de Ley de Coordinación de la
Jurisdicción Especial Indígena con el Sistema Judicial Nacional.
El nuevo modelo justicia para los indígenas del país, ha obligado al Estado, a
desarrollar a través del aparato institucional, políticas públicas respetuosas de la
diversidad sociocultural y adaptadas a las particularidades de todos los grupos
sociales que integran la nación.
El nuevo contexto legal ha favorecido, la participación de representantes indígenas
en espacios de poder y cargos de elección popular y esto ha hecho que las
instituciones gubernamentales, han venido adaptándose a la nueva normativa,
creando oficinas para el diseño e implementación de políticas públicas dirigidas a
la población indígena según sus áreas de competencia y en la mayoría de las
instancias son encabezadas por los mismos indígenas.