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EL PROGRESO TECNOLÓGICO Y LA PRODUCCIÓN.

Aunque existen diversos paradigmas para explicar el crecimiento económico, de manera un


tanto esquemática se puede decir que a partir del modelo Harrod (1939) y Domar (1946) se
generaron dos tradiciones teóricas que exponen las disparidades en las tasas de crecimiento.
La primera remite al enfoque orientado por la oferta, y la segunda tradición teórica
(enfoque de la demanda) es conocida por reconocer el papel que juegan los factores de
demanda junto a la balanza de pagos, como elementos cruciales del crecimiento económico.
En esta corriente, cuyos autores principales son Kaldor, Joan Robinson y Luigi Passineti,
entre otros, la acumulación de capital se da como resultado del incremento del producto, lo
que ocurre de manera acumulativa debido a la existencia de economías de escala en la
manufactura. En específico Kaldor, con base en las ideas de Smith, Marshall, Young,
Verdoorn y Myrdal, construyó los fundamentos del modelo de causación circular
acumulativa del crecimiento, cuya principal predicción es la divergencia económica
regional o crecimiento no convergente.
Kaldor hizo dos grandes aportaciones para entender el proceso de crecimiento; la primera,
no aceptada por la ortodoxia, es que en el largo plazo éste no está determinado sólo por el
lado de la oferta, en especial en los países y regiones en desarrollo, los factores de demanda
parecen actuar mucho antes que los de oferta. Es la demanda, proveniente en una etapa
inicial de la agricultura, la que sostiene el ritmo de avance industrial y por ende determina
el aumento del producto global, en una etapa posterior es complementado por el incremento
de las exportaciones. Este último enfoque fue elaborado por Thirlwall (1979) en el contexto
de un modelo de crecimiento restringido por la balanza de pagos. La segunda fue sintetizar
la importancia de los rendimientos crecientes en el proceso de desenvolvimiento
económico.
Para Kaldor la existencia de rendimientos crecientes a escala hacía posible el uso de más y
más capital, con un incremento en la producción, sin encontrar rendimientos decrecientes
Kaldor (1966), con base en un trabajo de Verdoorn (1949), propuso, sobre una serie de
hechos estilizados, un modelo basado en tres leyes fundamentales, el cual aclara las causas
del progreso económico, que sustenta a los modelos actuales con causación circular
acumulativa, estas leyes se refieren a los efectos positivos que genera la expansión del
producto manufacturero en el conjunto de la economía, se han probado en al menos cuatro
niveles:
1. Para diferentes países. 3. Para regiones y países a la vez.

2. Para diferentes regiones dentro de países. 4. Para países individuales.

En los casos 1 y 2 se utilizan datos de sección cruzada y en el caso 3, datos de panel, el


último caso se trabaja, desde el punto de vista empírico, con series de tiempo.
La primera ley establece que, existe una fuerte relación de causalidad que va del
crecimiento del producto manufacturero al crecimiento del PIB. Esta correlación era
significativa y no se podía atribuir al hecho de que la producción industrial hace parte del
PIB. Se plantearon dos razones para apoyar esta ley: por un lado, la reasignación de
recursos subutilizados en el sector primario o de servicios, donde existe desempleo o
subempleo y menor productividad, lo que conlleva a aumentar la producción sin reducir la
oferta de los demás sectores; y la segunda razón radica en la existencia de rendimientos
crecientes a escala estáticos y dinámicos en la industria manufacturera.
La segunda ley, es también conocida como “ley de Verdoorn” (1948), y plantea que existe
una fuerte relación positiva entre el crecimiento del PIB manufacturero y el crecimiento
de la productividad en el sector como resultado de los rendimientos crecientes a escala.
Esta ley expresa una relación de largo plazo entre las tasas de crecimiento de la
productividad y de la producción industrial. Algunos autores sostienen que va en sentido
contrario, es decir, del crecimiento de la productividad al crecimiento del producto
industrial, debido según Thirlwall (2003) a que la primera deriva en una expansión más
rápida de la demanda a través de un incremento en la competitividad, Kaldor no rechazó el
argumento de la causalidad en sentido contrario pues si la ley de Verdoorn no se cumpliera
la productividad sería independiente del producto manufacturero, lo que negaría las
economías a escalas estáticas o dinámicas tan evidentes en los distintos países.
Finalmente, la tercera ley establece que existe una fuerte relación de causalidad entre el
crecimiento del PIB manufacturero y el crecimiento de la productividad del sector no
manufacturero, donde existen rendimientos decrecientes. Es decir que cuanto más rápido
es el crecimiento del producto manufacturero más rápida es la tasa de transferencia de
trabajo de los sectores no manufactureros a la industria, de modo que el crecimiento de la
productividad total de la economía está asociado positivamente con el crecimiento del
producto y del empleo industrial y correlacionado negativamente con el crecimiento del
empleo fuera del sector manufacturero.
La teoría del modelo de crecimiento elaborado por Kaldor, ha defendido la tesis de que
entre las regiones de un país donde prevalece la plena libertad de movimiento de los
factores productivos, las restricciones de demanda, más que las de oferta, suelen ser el
principal freno a la expansión económica.
En concordancia con la teoría poskeynesiana de crecimiento económico en economías
cerradas (Kaldor, 1957; Passinetti, 1962; Robinson, 1968), el modelo de Thirlwall (1979)
considera que el crecimiento de largo plazo se explica fundamentalmente por el
comportamiento de la demanda agregada. Sin embargo, a diferencia de los primeros, que se
focalizaron en los determinantes de la inversión y en la distribución funcional del ingreso
para comprender el crecimiento, Thirlwall comparte con Harrod (1933) la idea de que en
economías abiertas el principal factor exógeno son las exportaciones, pues en el largo plazo
ningún país puede crecer por encima de la tasa de crecimiento que equilibra la cuenta
corriente de la balanza de pagos, a menos que siempre pueda financiar un déficit creciente.
Entonces, las exportaciones son la única variable autónoma de la demanda agregada capaz
de generar las divisas necesarias para que el resto de los componentes consiga las
importaciones para crecer. De esta forma relajan la restricción que impone la cuenta
corriente al crecimiento económico (Thirlwall, 2004). Si las exportaciones permanecen
estáticas y las importaciones se elevan, el déficit de balanza de pagos puede ser
insostenible, por lo cual la demanda tendrá que contraerse y los recursos quedar
subutilizados, en ese sentido se entiende que la balanza de pagos puede restringir el
crecimiento económico. El modelo planteado en si se resume mediante un sistema de
ecuaciones que representa una economía pequeña y abierta de dos bienes, partiendo del
equilibrio de cuenta corriente tenemos:

Pd X = Pf ME
Dónde:
Pd = precio de los bienes y servicios exportados en moneda nacional
X = cantidad de exportaciones
Pf = precio de importaciones en moneda extranjera
E = tipo de cambio nominal
M = cantidad de importaciones

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