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DAMA PERO CABRONA

¿Buena y Tonta…o Dama pero Cabrona?

ÍNDICE

Cambia tu vida.
La Magia del Empoderamiento Femenino ................................................2

El Secreto para tener éxito en las relaciones sentimentales .................. .12

Lo que nadie te dice de la vida


amorosa después del matrimonio y los hijos……......................................30

Seguridad Total; nuestra arma secreta …………………….......…………..39

Cómo enfrentarte exitosamente a la vida laboral


(Secretos Revelados)……………….............................................................48

Lo que necesitas para


por fin poder cumplir tus sueños……………………………………............55

¡Esto lo tienes que saber!


Sexo y lo único que desean los hombres………………………...................57

Nuestra meta: La felicidad día a día ……………………...........................69


CAPITULO I
 EL SECRETO PARA TENER
ÉXITO EN LAS RELACIONES
SENTIMENTALES
Academia para damas.

“No deseo que las mujeres


tengan poder sobre los hombres,
sino sobre sí mismas”

Mary Wolstonecraft
Academia para damas.

CAMBIA TU VIDA
La Magia del Empoderamiento Femenino.

Existe una anécdota, que hasta la fecha no se ha comprobado sea


cierta sobre Michelle Obama, ex Primera Dama de los Estados
Unidos.  Siendo su esposo Barack en ese entonces Presidente, se
encontraban almorzando en un café cuando se acercó uno de los
empleados a saludarla con familiaridad, era uno de los panade-
ros del lugar, quien había sido novio de Michelle en su infancia.
Cuando el panadero se retiró, Barack, famoso por su sentido del
humor se inclinó hacia ella y le susurró:

-“Es decir que de haber seguido tu relación, ¿hoy serías la


esposa de un panadero?

Michelle se inclinó para atrás con un gesto típico de ella de


coqueta altanería y le replicó:

-“No, para nada. Quiere decir que él hubiera sido Presidente


de Estados Unidos.”
Academia para damas.

Y con esta genial respuesta dejó al hombre más poderoso del


mundo riéndose avergonzado y admirándola aún más.

Escuchamos mucho decir que las mujeres necesitamos empo-


derarnos. Suena bien, ¿correcto? Pero,  ¿qué significa esto?
Literalmente significa:

“adquirir poder e independencia para


mejorar la situación personal”.

En otras palabras: tomar las riendas de tu vida, tomar tus pro-


pias decisiones, adquirir poder y disfrutar el hecho de ser
mujer  y no verlo como una desventaja. Esto abarca todos los
ámbitos: laboral, social y por supuesto, sentimental.

Las mujeres del siglo XXI han logrado lo que ninguna otra
generación en muchos aspectos, sin embargo en el tema de
las relaciones sentimentales ¡parece que seguimos cometien-
do los mismos errores que nuestras antepasadas cavernícolas!
Pero ya habrá tiempo de hablar de eso más a fondo.

Primero, permíteme presentarte a Karen Sugar (¡Oh, sí, en


este libro encontrarás mucho material de inspiración!), ella
creó el Fondo de Empoderamiento Global de las Mujeres
para aliviar la pobreza femenina y alentar el empoderamiento
de las mujeres. La organización proporciona a las mujeres en
el norte de Uganda acceso a préstamos de microcrédito, capa-
citación para el desarrollo de negocios y liderazgo, alfabeti-
zación e iniciativas de salud. "Nunca había estado en Uganda,
ni en ningún otro lugar de África, pero estaba decidida a tra-
Academia para damas.

bajar en una región vulnerable después de un conflicto", dice


Sugar. "Cuando le das un pequeño préstamo y apoyo a una
mujer, ves a toda la familia potencialmente salida de la po-
breza extrema".

Después de reunirse con el cofundador de Urban Decay,


Wende Zomnir, en 2014, los dos se unieron para abrir un
centro comunitario para mujeres donde los locales puede
asistir a seminarios, usar Internet y recibir asesoramiento de
pares, cortesía del programa Acceso a la Justicia de WGEF,
que ayuda a las mujeres a identificar y ejercer sus derechos
ante los tribunales por disputas de tierras robadas, violencia
doméstica y otros temas.

¿Qué crees que trato de decirte con esta pequeña inspiradora


historia? ¿Qué necesitas salvar Uganda para empoderarte?

¡Para nada! Básicamente intento explicarte las dos porciones


del empoderamiento femenino:

1. - Si leíste a fondo la historia, habrás notado que Karen


Sugar se decidió a ayudar a mujeres de África sin nunca
haber estado ahí. A esto le llamo yo: temple y seguridad. Es
hacer algo arriesgado, sin tener noción de cómo resultará
pero con la confianza de que por tu cuenta no habrá quedado.

2. - Karen Sugar dice algo sumamente interesante. Ella dijo


“Cuando le das un pequeño préstamo y apoyo a una mujer,
ves a toda la familia potencialmente salida de la pobreza ex-
trema". ¿Por qué crees que dijo esto? ¿Acaso las mujeres afri-
Academia para damas.

canas poseen conocimientos financieros elevados? Créeme


que no. Lo que esta notable, y perspicaz mujer, quiso decir es
que las mujeres movemos la balanza en las familias.

¡Las mujeres somos el eje de la sociedad


y el pilar de las civilizaciones!

¿Acaso no fue Isabel la Católica la que financió el viaje de


Colón para descubrir América? ¿Sabías que fue la esposa de
Walt Disney la que lo convenció de nombrar Mickey a la ca-
ricatura más famosa del mundo? (Walt lo que quería llamar:
Mortimer… ¿te imaginas que horror?).

Las mejores ideas han sido recreadas o inspiradas siempre


por un cerebro femenino.

Dale a una mujer herramientas, espacios y oportunidades y


ella conquistará el mundo. Entonces, ¿dónde está el truco?
¿Por qué no puedo conseguir ese trabajo, tener una mejor
vida social o conquistar a un buen chico? La razón es simple.

Esas herramientas, espacios y oportunidades, querida… nadie


te las vendrá a dar. Sólo tú puedes hacerlo. Y para siquiera in-
tentar lograrlo lo primero que tienes que hacer es volver a
Karen Sugar y decirte a ti misma: CREO EN TI. Y he aquí, tu
primera lección y tarea para lograr un empoderamiento.

Suena sencillo pero cuesta trabajo. Porque durante siglos se


nos ha condicionado a aceptar la vida “que nos tocaba” y a
no a forjar la que deseábamos. Pero no te preocupes, muchas
Academia para damas.

chicas ya adelantaron el trabajo y limpiaron tu camino de


obstáculos: Rosa Parks, Juana de Arco, Marie Curie, Elea-
nor Roosevelt, Amelia Earhart y miles más hicieron el traba-
jo duro. A ti te toca mejorarlo, para ti y para las que siguen.

Pero antes de salir a comerte el mundo, te invito a que te sien-


tes con una taza de café y una hoja en blanco. Regálate unos
minutos y reflexiona: ¿qué es lo que realmente quiero hacer y
lograr? No se trata de dar una respuesta fácil y ambigua como
la que dan en Miss Universo: “Paz Mundial”. Vaya, sabemos
que es parte de lo que deseas pero, ¿qué cosas específicamente
quisieras conquistar? Rosa Parks deseaba sentarse en un auto-
bús al lado de los blancos como una igual, Amelia Earheart
quería cruzar el Atlántico volando y Marie Curie quería con-
quistar el mundo de la Química, realizando un proceso compli-
cado que no me queda claro, pero fue muy importante.

Todas ellas sabían lo que querían. ¿y tú?

Seguramente has visto la película de Mel Gibson “What


women want” (Lo que ellas quieren) donde él adquiere un
súper poder que le permite escuchar los pensamientos feme-
ninos para lograr saber lo que ellas quieren. ¿Recuerdas qué
sucede? El tipo tiene a su disposición todos los pensamientos
que cruzan por la cabeza de estas mujeres y sigue igual de
despistado en cuanto a saber qué desean. ¡Lo que pasa es que
ni ellas mismas lo saben!

Y aquí empieza el problema y vuelvo a lo mismo.


Academia para damas.

Siglos de condicionamiento nos han hecho dóciles a los deseos


de los demás, haciéndonos creer genuinamente que lo que se
esperaba de nosotras, era lo que queríamos para nuestras vidas.

Así que date este tiempo, sin distracciones, y piensa:

¿Qué quiero lograr en mi vida profesional, que no estoy


logrando? ¿Qué cambios quisiera lograr en mi vida senti-
mental? Si estoy en una relación, ¿hay algo de ella que me
tenga infeliz? Si no lo estoy, ¿quisiera tener una relación?

Y por favor, nada de Miss Universo; trata de ser lo más espe-


cífica posible. No se trata de decir: quisiera tener un trabajo
sin estrés en algo que amo hacer y que me paguen millones
por ello. Se trata de poner objetivos concisos. Lo mismo en el
plano personal. Sin pena. Nadie lo verá más que la persona
más importante en tu vida… TU.

Y ahora me vas a decir, “yo sé perfectamente lo que quiero”;


tal vez porque practicaste el ejercicio que sugerí, o eres una
en un millón o quizá te cansaste de que los chicos se rían sin-
tiéndose identificados con la escena de la película “Diario de
una pasión”,  donde Ryan Gosling le grita una y otra vez a
Rachel McAdams: ¿What to do want? (¿Qué es lo que quie-
res?), y esto aplica para la vida, el atuendo que elegiremos
para la fiesta, qué tan seria queremos nuestra relación amoro-
sa o si deseamos ser atléticas o curvilíneas. Sea como sea, tú
ya sabes lo que quieres… ¡Felicidades!

Y ahora, ¿qué sigue?... pues ¡conseguirlo!


Academia para damas.

Siento decepcionarte enormemente pero, no te daré una fór-


mula mágica ni una receta que involucre tomar agua destilada
de vaca virgen albina que te conseguirá lo que anhelas. ¿Te
digo porqué?... Si, lo adivinaste. Porque al igual que el primer
paso… NADIE TE PUEDE DECIR COMO CONSEGUIR-
LO MAS QUE TU. No te preocupes, no estarás sola. Porque
a lo largo de este libro te daré consejos y mucha fuente de ins-
piración. Esa dosis de autoconfianza que necesitas para salir
y comerte el mundo, el universo o ese sándwich de alfalfa
que te separa de convertirte en una verdadera vegetariana.
Cualquiera que sea tu sueño.

Y como todo en esta vida, el benchmark nos viene más que


útil y propicio. Así es, vamos juntas a indagar, investigar,
analizar a todas aquellas mujeres, famosas o cotidianas que
han atravesado por etapas o situaciones por las que tú estás
pasando. ¿Sabes por qué? Tú eres única e irrepetible, de eso
no hay duda. La combinación maravillosa de sentimientos,
pensamientos, filosofías y creencias englobadas en tu ex-
traordinario ser, repito, es única y original… las situaciones
no, éstas se repiten y repiten, generación tras generación y
cultura tras cultura. Existimos actualmente 3.7 miles de mi-
llones de mujeres en el planeta… ¿tú crees que NINGUNA
sola de estas mujeres ha vivido (¡y superado!) la problemáti-
ca(s) que te quita el sueño por las noches? ¿Acaso dudas que
una mujer de la prehistoria no supo lo que es sentirse ignora-
da por su pareja? ¿Que una mujer de una tribu indígena de
Centroamérica no deseaba explotar su potencial y su inteli-
gencia? ¿Qué una alta ejecutiva, exitosa de Wall Street detes-
ta la forma cónica de sus pantorrillas?
Academia para damas.

Tomemos entonces las conquistas de otras guerreras, de


otras Damas que han sabido lograr ser Cabronas y tener el
mundo a sus pies.

Hay ciertas características clásicas e innegables de una mujer


empoderada.

¡Que comience el Benchmarking!

1. Utilizan sus armas a su favor.


Supongo que conoces al actor Nicolas  Cage, ¿sabías que es
sobrino directo del afamado director de cine Francis
Ford-Coppola? Cage decidió eliminar el apellido de su
nombre, puesto que quería probarse ante el mundo como
actor y no colgarse de la fama de su tío. Hasta este momento
no suena mal, ¿correcto? Es hasta cierto punto honorable, sin
embargo no puedo evitar preguntarme qué tipo de oportuni-
dades adicionales se le hubiesen abierto del actor de no negar
su ascendencia. Tomemos ahora a la hija del Director, Sofía
Coppola. Esta chica fue criticada en varias ocasiones y acu-
sada de nepotismo al iniciar su carrera. Sofía Coppola recibió
un premio de la Academia por su famoso filme “Perdidos en
Tokio” (Lost in Translation) convirtiéndose además en la
tercer mujer en la historia en ser nominada a mejor directora.

A Sofía Coppola no le importó la crítica ni lo que decían de


ella, pues confiaba en su talento. ¿Qué intento decir? Una
mujer empoderada no oculta su esencia, por el contrario, la
lleva a su máximo potencial.
Academia para damas.

Piensa un momento en ti, si hay algo que normalmente ocul-


tes ante el mundo puede ser tal vez tu mayor arma y aún no te
has dado cuenta. Tus características especiales, aquello que te
distingue del resto… úsalo a tu favor. ¡Explota tu potencial!
 
2. No les da miedo explorar terreno desconocido /Se
arriesgan / Confían en su intuición.

Con frecuencia asociamos la palabra “riesgo” con saltar de


un bungee, o poner todo nuestro dinero en la Bolsa de Va-
lores, pero arriesgarse puede ser sutil y traducirse en resul-
tados espectaculares.
 
En la Universidad tenía una amiga muy tímida, nunca había
tenido novio ni salido formalmente con un chico. Hasta que
conoció a un chico que se transfería de otra ciudad. El tipo era
simpático, amable, y noble y la química entre ellos fue ins-
tantánea. Justo antes de salir de vacaciones, el chico le pidió
hablar seriamente; todos creíamos que le propondría que
fueran novios. El chico le confesó que tenía una novia en la
ciudad de donde venía y que se sentía terriblemente mal y
confundido, puesto que no lograba tomar una decisión. Era
un gran tipo, y su confesión nos pareció genuina.

Él le pedía solamente algo: que cortaran toda comunicación


hasta que el regresara a su ciudad y se enfrentara en persona
a su novia y a sus sentimientos; le pidió tiempo y espacio.

También su petición parecía justa y todas le aconsejamos res-


petarla; cosa que ella NO HIZO.
Academia para damas.

No había pasado ni un solo día de las vacaciones cuando mi


amiga le envió el primer mensaje: “Buenos días, espero
hayas tenido un buen viaje.” Él le respondió inmediatamente,
y a este sencillo mensaje siguieron muchos más, tornándose
cada vez más cariñosos y la mayoría iniciados por ella. Yo me
encontraba anonadada, se trataba de la chica más tímida que
había conocido, tratando de conquistar a un tipo en una rela-
ción seria que específicamente le había pedido que no lo con-
tactara… ¡Y le estaba funcionando!
 
Si te gustan los finales felices, como a mí, te complacerá en-
terarte de que al terminar el periodo de vacaciones el chico
había terminado definitivamente con su novia y se encontra-
ba felizmente al lado de mi amiga. Ellos ya tienen 10 años de
casados y 3 maravillosos hijos.
 
Por favor, no tomes en este momento el teléfono para man-
darle miles de mensajes al chico que te gusta, esperando estar
próximamente casada con él. Te intento decir que, una mujer
empoderada confía en su instinto, así como mi amiga lo hizo.

Se arriesgó tremendamente, pudo resultar que el hecho de


contrariar los deseos de su enamorado lo hicieran alejarse.

Pero esta chica introvertida sabía que se trataba de una opor-


tunidad única y decidió tomarla confiando en su instinto.
 
El empoderamiento femenino incluye arriesgarse, siempre
habrá la posibilidad de fracasar, pero las ventajas de ganar
son tantas, que vale la pena.
Academia para damas.

 3. Saben decir NO.

Hace poco vi una entrevista de Lady Gaga que me impactó.


La famosa artista dijo que había pasado por periodos de inesta-
bilidad emocional, depresión y ansiedad. Al ir con su terapeu-
ta, éste le preguntó: ¿Hay algo que estés haciendo que no te
haga feliz? Ella reflexionó un momento y le replicó: Si,
muchas. ¿Cuáles? Le preguntó. Ella suspiró y le dijo: No me
gusta hacer otra cosa que hacer música, no me interesa tener un
perfume, ni asistir a eventos de moda; lo único que quiero es
escribir música y cantar ante un público. La famosa cantante,
presionada por su manager y los medios se encontraba llena de
compromisos que la hacían infeliz. Lady Gaga dijo que al
dejar de hacer todo aquello que no quería hacer su estrés desa-
pareció por completo. “Me vi al espejo y era yo otra vez.”
 
¿Cuántas de las cosas que haces, realmente las quieres hacer?
¿A cuántos eventos asistes, cuántas tareas u obligaciones ad-
quieres sin realmente desearlo? Es un compromiso, decimos
para excusarnos, pero la realidad es que no sabemos decir NO.

Una mujer empoderada sí que lo sabe, no se fuerza ni a un


trabajo que no la satisface, ni a una reunión que no disfruta ni
a una relación que no la hace feliz. No se trata de encaprichar-
se como una chiquilla y hacer sólo lo que quiero cuando
quiero; se trata de tomar las riendas de tu vida y de tu tiempo
y llenar tu día y tu agenda con cosas/eventos/personas que
aporten algo a tu vida.
 
Academia para damas.

4. No les importa el qué dirán.

Estoy segura que el nombre de JK Rowling te dice algo; tal


vez las palabras como Harry Potter, éxito, millonaria, popu-
lar, famosa vengan a la mente al pronunciar su nombre. ¿Qué
tal palabras como madre soltera, pobreza, abuso doméstico,
pensamientos suicidas? Resulta difícil imaginar a J.K.
Rowling, valuada en aproximadamente mil millones de dóla-
res, sufriendo para pagar la renta, con una hija pequeña, sin-
tiéndose sola y desamparada.

La famosa autora además de perder dolorosamente a su


madre fue víctima de abuso doméstico por parte de su ex
esposo, y cayó en terribles episodios de depresión… pero
nunca dejó de escribir. Nunca dejó de soñar con la novela del
joven hechicero; la única idea y esperanza que la había man-
tenido a flote después de sufrir tanto.

¿Sabes cuántas editoriales rechazaron el manuscrito de Harry


Potter? ¡Nueve! Si, tal y como lo lees, nueve casas editoriales
le cerraron la puerta en las narices a J.K. Rowling; en una de
ellas le dijeron específicamente que nadie querría leer una
historia de magos escrita por una mujer. Con toda seguridad
puedo afirmar que esa persona lamentará el trato que le dio a
la autora toda su vida. ¿Acaso J.K. Rowling previó el éxito y
por ello insistió tanto?  No precisamente… más bien, a J.K.
Rowling no le importó el qué dirán, puesto que la única opi-
nión que realmente le preocupara era la suya.
Academia para damas.

Las mujeres empoderadas persiguen sus sueños dejando atrás


críticas, desprecios y burlas porque se saben superiores a cual-
quier cosa que busque degradarlas. Y por sueño no me refiero
sólo a escribir un bestseller internacional; me refiero a un nuevo
corte de cabello, a aplicar a una vacante de trabajo, a intentar
tomar clases de tap y todo aquello que internamente deseamos
pero no nos atrevemos a hacer debido al “qué dirán”.

Las mujeres empoderadas saben que la vida es corta y que


nadie les dará lo que desean si ellas no luchan por ello.

 5. Ven a otras mujeres como aliadas, no como enemigas.

Hace un par de meses, la prima de una de mis vecinas lamen-


tablemente fue víctima de intento de secuestro y acoso
sexual. La chica y su mejor amiga habían ido a un concierto
y al regresar en taxi, otro coche las alcanzó.

El conductor (cómplice del taxista) las trato de meter a la


fuerza al auto, golpeándolas y tocándolas. Afortunadamente,
la chica resultó ser muy fuerte y valiente y lograron escapar-
se. Para advertir a otras mujeres subió a las redes sociales un
video narrando su terrible experiencia. Yo misma lo leí, pero
más que impactarme la historia, me impresionaron mucho los
comentarios de la gente. Había obviamente mensajes de
asombro, apoyo e indignación; pero abundaban mensajes
acusatorios preguntando:
Academia para damas.

¿Qué traían puesto de ropa las chicas? ¿Qué hacían dos


mujeres solas a altas horas de la noche? ¿Qué comporta-
miento tenían dentro del taxi, que pudiera haber incitado el
secuestro? …¿lo más terrible? ¡Todas esas preguntas ofen-
sivas eran hechas por mujeres!

Así es, en pleno siglo XXI, después de lo que han sufrido


y logrado todas las generaciones de guerreras detrás de no-
sotras, las personas que más atacan a las mujeres… ¡son
otras mujeres! Es cierto, han sido los hombres los que nos
han degradado, manipulado, violentado y subestimado…
pero si hablamos de criticar y juzgar, nadie es tan duro con
las mujeres como otra mujer.

Piénsalo un poco, cuando llegas a una reunión social o a un


bar y ves otras chicas ¿las ves como amigas potenciales o
como tu competencia? Lo mismo en el trabajo, las demás mu-
jeres ¿realmente son para ti tus colegas? Si estás actualmente
en una relación, ¿cómo ves a las mujeres que rodean a tu
pareja? Hablo de su madre, sus amigas, sus colegas.

Las mujeres inseguras de su relación, de sus capacidades y de


sí mismas en general ven a cualquier otra mujer como su ene-
miga: aquella que le roba atención, oportunidades, tiempo y
personas. Las mujeres empoderadas ven a otras mujeres
como aliadas, confidentes y mentoras.

Las mujeres empoderadas buscan rodearse de otras mujeres


como ellas, porque saben que nunca nadie las puede aconse-
jar, guiar, escuchar y consolar como otra mujer.
Academia para damas.

Así que la próxima vez que vayas a juzgar a una mujer, re-
cuerda… ella juega para tu equipo.

Ella, a la que no entiendes, de la que te burlas, la que te inti-


mida o a la que envidias, tiene sus propios sueños, miedos y
dudas. ¿Quieres ser más fuerte? Rodéate de mujeres fuertes.

Y cada vez que, sin intención, derrames un poco de veneno


criticando a la chica que eligió un atuendo inapropiado para
la fiesta del trabajo, vete en el espejo… el veneno te lo derra-
maste a ti misma.
Academia para damas.

CAPITULO II
 EL SECRETO PARA TENER
ÉXITO EN LAS RELACIONES
SENTIMENTALES
Academia para damas.

“No importa lo grandiosa


que una mujer es, nunca
será lo suficientemente
buena para un hombre que
no está listo”
Academia para damas.

II

 EL SECRETO PARA TENER


ÉXITO EN LAS RELACIONES
SENTIMENTALES

Hace algunos años estábamos un grupo de amigas y yo en un


café y hojeábamos revistas de moda y celebridades; en una de
ellas la nota de la portada decía que la famosa actriz Halley
Berry sufría un descalabro amoroso puesto que su pareja le
había sido infiel y se encontraba devastada. Recuerdo muy
bien el episodio porque una de mis amigas exclamó: “Si a
Halley Berry le fueron infiel, ¿qué nos depara al resto de no-
sotras? Y todas reímos a carcajadas.

El tema cambió rápidamente pero yo tomé la revista y me


quedé detenidamente mirando la fotografía que mostraba una
Halley Berry saliendo de un restaurante, sin una gota de ma-
quillaje y unos enormes lentes oscuros le cubrían el rostro,
aún así y en un par de jeans simples lucía espectacular.
Halley Berry, una mujer triunfadora, exitosa e innegable-
mente bella fracasaba una vez más en una relación amorosa.

Otros nombres pronto vinieron a la mente Elizabeth Hurley,


Jennifer Anniston y muchas más.
Academia para damas.

Todas ellas mujeres exitosas, populares e increíblemente


bellas a las cuales les fueron infieles. ¿Dónde estaba el truco?

Numerosos artículos llenan revistas y blogs; miles de consul-


tas con el terapeuta, programas de radio, reuniones con
amigas etc. todo ello para discutir, analizar y debatir el
mismo tema: ¿Por qué no puedo tener la relación amorosa
que quiero? (Queja emitida por un espécimen femenino en
edades desde 15 hasta 65 años, normalmente después de
haber pasado por un ataque de llanto y su subsecuente ataque
a la nevera). ¿Recuerdas que te dije anteriormente que tú sola
tenías que descifrar las respuestas? Te tengo una grandiosa
noticia, esta respuesta con mucho gusto te la obsequiaré yo. Y
la flamante respuesta es: porque no quieres.

Te vas a quedar boquiabierta, lo sé. Así me quedé yo misma


cuando lo escuché de mi terapeuta. Mi primera reacción fue
enfadarme, por supuesto. Le estaba pagando a esta mujer, su-
puestamente profesional y preparada en su ramo para decir-
me esta estupidez; que lo que tanto anhelaba tener en mi vida
no lo había logrado porque no quería. ¡Tonterías!

Cuando, a regañadientes, escuché su explicación, todo me


pareció más sensato. Me dijo: tú me preguntaste porqué no
puedes tener una relación y la respuesta es esta, porque así lo
has decidido tú; nadie está obligado a nada en esta vida,
mucho menos en temas de relaciones personales. Uno tiene
lo que quiere o lo que “tolera”.
Academia para damas.

Si me preguntaras, en cambio, ¿Por qué no puedo tener una rela-


ción con Fulano? O ¿Porqué mi relación ya existente con Fulano
no puede ser así o asá? Ahí la respuesta es muy diferente.

Si se fijan, cuando las mujeres nos quejamos de no tener


una relación sentimental, el 99% de las veces ya tenemos
una idea fija de la persona y las condiciones exactas que
queremos en esa relación. ¿Y esto es malo? Todo depende
de lo específicas que seamos.

Tengo una amiga, ya saben, la típica belleza perfecta:


rubia, cintura de avispa, inmensos ojos verdes y una perso-
nalidad encantadora. Sin ningún miramiento ella nos
decía: “mi futuro esposo tiene que ser realmente guapo.
No me da pena admitirlo y no quiero engañar a nadie, la
apariencia física está al tope de mis prioridades; simple-
mente no concibo la idea de pasar el resto de mis días con
un tipo que no me atrae físicamente.”

Antes de que la juzgues, déjame contarte, su novio de ese en-


tonces era realmente muy guapo: esa mezcla perfecta de
chico malo e inocente cachorro a la vez. ¡Ah! Pero la vida
tiene una extraña, cruel y sabia manera de ponernos a todos
en nuestro lugar. El tipo se enamoró de otra chica y la mandó
a volar, dejándole el corazón roto y deambulando en busca de
su nuevo Brad Pitt. Y ahora que tenía otras prioridades en
mente (por ejemplo: favor de buscarme un novio que no se
enamore de otra a las primeras de cambio) le resultaba cho-
cante que los tipos con los que más química tenía no eran ab-
solutamente para nada bien parecidos.
Academia para damas.

Pues mi hermosa amiga, aprendió la lección de la vida y ter-


minó casándose con un tipo con la cara más graciosa del
mundo, y no lo digo en mal sentido. Jamás yo lo hubiese cali-
ficado como alguien bien ni medianamente bien atractivo;
pero te aseguro que ella jamás ha sido tan feliz.

Así que, volviendo a la respuesta de mi terapeuta: no tenemos


la relación que queremos porque lo que buscamos no es lo
que queremos. Lo siento, no quiero confundirte. Déjame
planteártelo de otra manera: no tienes la relación que quieres
porque estás aferrada a un individuo, a una idea, a ciertas
condiciones que consideras vitales para ser feliz.

Si no eres capaz de soltar y renunciar esas ideas preconcebi-


das jamás y te repito, jamás conocerás el verdadero amor.

¡Wow! Amor… se escuchó fuerte ¿verdad? Pero no te quieras


esconder bajo preceptos feministas y amargados, si estás le-
yendo esto en busca de consejo, es porque deseas encontrar y
vivir el amor. En el momento que te sinceres contigo misma
y aceptes esto, todo empezará a cambiar para ti.

Las mujeres, por naturaleza, somos más controladoras que


los hombres. Esto representa una ventaja en muchos ámbitos
como el manejo de una casa, ciertos puestos de trabajo etc.

Lamentablemente en el caso de las relaciones es con frecuen-


cia el obstáculo que nos detiene de ser felices.
Academia para damas.

Deseamos controlar de qué persona enamorarnos, cómo


esa persona nos demuestre su amor y cómo debe ser exac-
tamente nuestra relación (muchas veces basado en pelícu-
las irreales y en modelos sosos y caricaturescos). Y de
todas las anteriores, la primera es la más importante:

¿de qué persona te vas a enamorar?

Y antes de que me digas: “Uno no elige de quien enamorarse”


te contestaré: ¡patrañas! Y te ayudaré a erradicar el Primer
Mito Sobre el Amor inmediatamente.

Hay una escena, que me fascina, de la película Closer (Lleva-


dos por el Deseo, en Español) donde el personaje de Jude
Law se intenta excusar con su actual pareja (Natalie Portman)
por haberse enamorado “sin poder evitarlo” de otra mujer.

Ella sabiamente le contesta: “Bullshit” (Patrañas). Sentirse


atraído física o intelectualmente hacia otra persona, esto es
inevitable. Existimos miles de millones de habitantes en el
mundo, estoy segura que no creerás que tus ojos, o los de tu
pareja, están sellados como los de una yegua para mirar sólo
en una sola dirección. Pero de sentir una atracción física a
enamorarse de alguien hay un gran trecho. Enamorarse de al-
guien implica convivencia, experiencias compartidas y esto
requiere tiempo y sobre todo, una decisión explícita de perse-
guir una relación.
Academia para damas.

Como Natalie Portman le dice a Jude Law: “Hay un momen-


to, siempre hay un momento: Puedo hacer esto, puedo ceder
a esto, o puedo resistirme, y no sé cuándo fue tu momento,
pero te apuesto a que hubo uno.”

Así que antes de decirme que simplemente te enamoraste de


la persona equivocada, piénsalo dos veces, puesto que fue
una decisión tuya y de nadie más.

Nuevos estudios indican que, contrario a lo que se piensa,


hay más hombres que mujeres en este planeta. La proporción
es aproximadamente 102 hombres por cada 100 mujeres. Te
lo digo de corazón, esa persona que no te quiere o que no te
hace feliz, no es la única en el mundo para ti. Hay millones y
millones de hombres en el mundo, rompe el mito 1 ya.

Antes de proseguir y derribar los otros dos mitos sobre el


amor, continuemos charlando sobre las personas o las rela-
ciones equivocadas. Me parece un punto central cuando ha-
blamos de relaciones sentimentales. Hay ciertas razones es-
pecíficas por las que:

a) no logras tener una relación con el chico que te gusta


b) no logras que tu relación sea como anhelas.

No hay magia negra, no hay ciencia oculta, no hay astros que


se alinearon para que tu relación con el objeto de tu afecto no
se esté dando. Te puedo asegurar con 99% de probabilidad tu
situación cae en alguna –o varias, de las siguientes razones:
Academia para damas.

1) Porque el tiempo no es correcto.

Esta es una de las razones que más nos cuesta entender. El chico
es lindo, amable y genuino en sus sentimientos, tú te sientes
igual y todo debería marcha a la perfección, pero la realidad es
distinta. ¿Qué pasa entonces? Hay ocasiones en las que las cir-
cunstancias juegan un papel fundamental en la relación: proble-
mas financieros, problemas familiares, enfermedades, distancia,
conflictos de trabajo etc. pueden tomar un rol decisivo en nues-
tras relaciones, y aunque la química y las ganas estén ahí, las
cosas no funcionan. Te cuento un ejemplo:
 
Tengo una amiga, madre soltera desde los 18 años, que cono-
ció en una boda a un chico del otro lado del mundo (Francia
para ser exactos). El chico había estudiado un posgrado en
Estados Unidos y asistió a la boda de uno de sus compañeros,
al igual que mi amiga. El flechazo fue inmediato, y la quími-
ca tan fuerte, que decidieron intentar una relación a distancia.

El la fue a visitar varias veces, conoció a su hijo, a su fami-


lia etc. Al chico se le terminó su visa estadounidense y ma-
nifestó su deseo de regresar a su patria. Al cabo de algunos
meses la relación comenzó a sufrir altibajos, era muy distin-
to estar a un vuelo de 3 horas de distancia a tener todo un
océano entre ellos. Necesitaban estar juntos, vivir juntos
para darse cuenta si la relación funcionaba, y esto los puso
en la mayor de las encrucijadas.

Mi amiga estaba dispuesta a irse a Francia, aprendió francés


y convenció a su hijo de mudarse para allá; el problema era
Academia para damas.

que ella no podía irse con su hijo a menos de que se casara


con su novio. Obviamente no iba a irse sin él, así que la única
opción era que se casaran inmediatamente, sin nunca haber
convivido por más de una semana continua.

El chico no pudo dar el siguiente paso, no porque no la qui-


siera, sino porque no se sentía listo. Este chico sabía que ca-
sarse era cosa seria, pasaría de ser de un tipo soltero a un
padre de familia en cuestión de días. Con el corazón desga-
rrado, decidieron terminar su relación con gran sufrimiento
de ambas partes. ¿Quién tenía la razón? ¡Ambos! Mi amiga
tenía todo el derecho de no seguir perdiendo el tiempo con
alguien a quien sólo podía ver cada seis meses; el chico
francés tenía todo el derecho que no querer casarse sin
haber intentado siquiera vivir en la misma ciudad, vaya ¡en
el mismo continente!
 
Y he aquí donde una mujer fuerte y empoderada debe saber
reconocer cuando las circunstancias sobrepasan los anhelos y
dar marcha atrás. ¡No se trata de darse por vencida! Se trata
de intentar, luchar, proponer…  pero nunca controlar.

Cuando las opciones se agotan, se debe tener entereza y


decir: en otras circunstancias habría sido diferente. Es prefe-
rible esto a vivir una relación forzada, donde una o ambas
partes resulten heridas o estén infelices. No es fácil, créeme
pero vale la pena y además es la única manera de vivir una
verdadera relación. ¿Y sabes qué es lo hermoso de tomar este
camino? Que la puerta nunca se cierra, y que si las circuns-
tancias cambian, se pueden volver a dar las cosas. A veces el
Academia para damas.

distanciamiento da perspectiva y el tiempo cura problemas.


Si no me crees, te aconsejo vehementemente que leas El
amor en los Tiempos del Cólera.
 
2)Porque él no cree en la monogamia.

Cuán sabias fueron nuestras abuelas con el dicho de: “los


hombres nunca cambian, y los que lo hacen, cambian de
mujer.” Tal vez eres muy joven para recordar a Paul
Newman, quien fuera el galán por excelencia en el Ho-
llywood de los 50’s y 60’s. El tipo era exitoso, talentoso, su-
mamente atractivo y carismático. Pudo haber tenido mil y
una mujeres si hubiera querido; sin embargo duró felizmente
casado con la misma mujer por más de 50 años en un ámbito
donde la infidelidad es la norma.

Cuando le preguntaban el truco él decía: “No voy a arruinar


mi apetito almorzando una simple hamburguesa en la calle,
cuando tengo un steak de primera clase aguardándome en
casa.” Un hombre listo, al igual que Paul Newman, sabe que
una relación con una mujer que vale la pena, no puede ser
puesta en riesgo por caer en tentaciones. El famoso dicho de
“los hombres siempre serán hombres” es la frase más machis-
ta que he escuchado.  ¿Se supone entonces, que las mujeres
debemos soportar y ver hacia otro lado cuando nuestra pareja
nos sea infiel? La justificación más estúpida que he escucha-
do es la biológica, donde los argumentos se basan en que los
hombres tienen una diferente necesidad sexual a las mujeres.
Academia para damas.

Hay muchos profesionales de la salud respetados en su medio


que han desbancado esta teoría ampliamente. La infidelidad
es más común en los hombres simplemente por la cultura ma-
chista que ha predominado en la historia de la humanidad. De
hecho, si vamos a hablar de Biología, hay etapas en la vida de
una mujer en donde el impulso y el deseo sexual es más
fuerte que en los hombres.

Si aún no estás en una relación, te ruego y te suplico que te


ahorres un dolor de cabeza, tiempo y un mar de lágrimas: no
te involucres con un chico mujeriego/infiel.  (Más adelante
platicaremos de la definición de infidelidad).
 
3)Porque tú no estás lista.

Algo que realmente me irrita es que suponemos que toda la


responsabilidad del éxito de una relación amorosa depende
de la conducta y personalidad del hombre. ¿Y nosotros qué?
¿Acaso el complemento no importa? ¿Acaso las mujeres son
siempre fieles, interesantes, cariñosas, responsables, detallis-
tas? (Y mil cosas más que ponemos en “nuestra lista). Resul-
ta, que en ocasiones, tú eres la que no está lista para una rela-
ción, aunque lo desees con todas tus ganas.

Una mujer no está lista cuando las circunstancias que la


rodean le impiden en ese momento comprometer su
tiempo y su corazón en una relación sentimental. Esto no
quiere decir que no hay interés, simplemente el intentar o
seguir en una relación es inútil cuando uno de los dos tiene
su mente en otro lado.
Academia para damas.

Tal vez hayas escuchado de Elisabeth Kubbler-Ross, la in-


creíblemente talentosa psiquiatra autora de las 5 etapas del
duelo y numerosos estudios sobre Tanatología.

Kubbler-Ross, se había casado con el amor de su vida Manny


Ross, otro doctor. Cuando la pareja tenía 20 años de casados
y dos hijos, decidieron separarse. Elisabeth estaba 100% en-
focada en su trabajo, sabía que el fruto de sus investigaciones
era radical y transformaría la Psiquiatría mundial para siem-
pre; no tenía tiempo de invertir en su relación amorosa.

¿Acaso no estaba enamorada? Claro que lo estaba, simple-


mente no de la manera que su esposo quería. La amistad entre
ellos perduró hasta la muerte. Elisabeth sabía que no estaba
lista, sabía que su misión era otra en la vida. Una mujer em-
poderada sabe discernir entre querer y poder.

Otro ejemplo para aquellas que aún no se encuentran en una


relación. Tengo una amiga que después de su divorcio había
pasado por una serie de relaciones fracasadas. La última la
había dejado particularmente dolida; ella quería realmente
encontrar al chico adecuado y formar una familia. Después
del último descalabro conoció al tipo perfecto: cariñoso, exi-
toso, buena persona etc.

El quería tener una relación seria, él le ofrecía todo aquello


que ella siempre había buscado. Por eso casi me desmayé
cuando escuché su réplica: “Yo le dije: me encantaría pero
ahora no puedo. Estoy tan dolida de mi última relación que si
me involucro contigo lo echaré a perder. Necesito primero
Academia para damas.

sanar para poder volverlo a intentar. Si en un par de meses


aún estás interesado, búscame y podemos hablarlo de
nuevo.” ¿Lo puedes creer? Esta mujer fue tan cabrona, ¡que
reconocía que en ese momento no estaba lista para tener todo
lo que había soñado! ¿Sabes que hizo el chico? Se alejó sin
decir una palabra por 2 meses, después volvió por ella. Este
chico había encontrado “su steak”.
 
4)Porque a él no le gustas/no te ama.

Sales con alguien, tienes una relación o estás casada; ¿es


válido asumir que tu hombre te ama o le gustas siquiera? NO.
Suena muy duro, lo sé, pero una de las cosas que más daño
nos hace a las mujeres es el autoengaño en cuanto a las rela-
ciones. ¿Cómo sé cuando le intereso a un chico? LO SABES.

Por favor, puedes engañar a tu vecina, hermana y mejores


amigas… a ti no te puedes engañar, no te debes engañar. El
interés se ve, se siente, se escucha, ni digamos el amor. El
amor no es algo conceptual, el amor se demuestra. Cierto,
cada pareja y cada persona tiene su manera de demostrar
amor o interés. Lo que no se vale, es justificar el desinterés,
la indiferencia y la ausencia de amor.

Si tienes necesidad de preguntarte si alguien te quiere, es


porque seguramente no es así. El drama, los altibajos, el mis-
terio, la indecisión están sobrevaluados, dejémoselo a las pe-
lículas, libros y novelas. Si un chico constantemente tiene
pretextos para no verte, no te busca, no te llama, no se com-
promete… no le interesas y punto. Una mujer empoderada se
Academia para damas.

quiere demasiado a sí misma para perder su tiempo en


dramas juveniles aptos para la secundaria. Una mujer empo-
derada no pierde el tiempo con alguien que no desea fervien-
temente pasar el suyo con ella. Una mujer empoderada no in-
vertirá su mente y corazón tratando de descifrar los senti-
mientos de otra persona.
 
5)Porque a ti no te gusta/no lo amas.

He aquí el otro lado de la moneda. Existe un hecho innegable:


las personas no queremos estar solas. Somos, al fin y al cabo,
seres sociales, no somos islas y necesitamos interacción
diaria con otras personas. Esta razón, centrada en lo más pro-
fundo de nuestro ADN, nos hace caer en un error común:
estar con alguien solo para no estar sola. No tiene nada de
malo intentar conocer a alguien, que de primera instancia no
te parece atractivo; no tiene nada de malo intentar una rela-
ción en circunstancias que no sean perfectas.

Lo malo está en seguir si esto sigue igual. Hemos sido alec-


cionadas para pensar, erróneamente, que sólo los hombres
son capaces de estar con una mujer sin genuino interés. ¿Por
qué asumimos que si nos involucramos sentimentalmente
con alguien, estamos enamoradas? Yo sé que es fácil caer en
la tentación, lo he vivido en carne propia, pero te digo de co-
razón: las cosas no se pueden forzar en el terreno sentimental.
Al cabo de un tiempo, necesitas analizar con calma tu rela-
ción y ser lo suficientemente honesta para terminarla si no
existe amor de verdad.
 
Academia para damas.

6)La última razón: Porque no están dispuestos.

Cuando los tiempos son perfectos,  cuando existe fidelidad,


cuando hay interés y disponibilidad de ambas partes, cuando
hay sentimientos reales entre dos personas parece inconcebi-
ble prever un fracaso. ¡Ah! Pero pequeño detalle: Disponibi-
lidad no es lo mismo que voluntad.

Voy a hacer un ejemplo simple con la comida: supón que


quieres bajar de peso, entonces vas al supermercado y te
surtes de alimentos nutritivos y saludables y llenas tu refrige-
rador y alacena de ellos. Sin embargo, al llegar la hora de la
cena, optas por ordenar una pizza. La disponibilidad estaba
ahí, tenías todos los recursos para actuar de acuerdo a tu
meta, pero faltó voluntad de hacerlo.

Algo parecido sucede en las relaciones. Una pareja, tam-


bién de las más estables en el mundo de las celebridades es
la formada por Will Smith y Jada Pinket-Smith. La
pareja ha sido famosa por superar numerosos obstáculos
en su relación y seguir juntos, desmintiendo continuos ru-
mores de separación. Will Smith lo expresó de manera
muy simple: “La palabra divorcio no existe en nuestras
discusiones, por muy fuertes que sean.”

Esta pareja está dispuesta a luchar por su relación; ah y de


paso te advierto lo siguiente: si tú crees que una vez que en-
cuentres tu príncipe tus días de lucha han terminado, ¡estás
muy equivocada! Las relaciones son maravillosas, de esto no
hay duda, pero involucran una lucha diaria por romper con la
Academia para damas.

monotonía, no sucumbir antes tentaciones, además de las


miles de sorpresas que nos presenta la vida misma. Enton-
ces, antes de iniciar una relación, o bien si ya estás en una,
necesitas estar consciente de que para que una relación fun-
cione tienes que estar dispuesta. Y no me refiero dispuesta
en el sentido abnegado de plancharle los calcetines a tu
chico “porque al nene le gustan calientitos y derechos”; me
refiero a estar dispuesta a ceder, a reconocer errores, a
aprender a entender a tu pareja como alguien distinto a ti.
Una mujer empoderada sabe hacer todo esto sin comprome-
ter su identidad y sus principios.

Y hablando de la pareja Smith, una de las pruebas más duras


que enfrentaron fue una infidelidad de parte de Will. Prometí
que tocaríamos el tema de la infidelidad y aprovecho para de-
rribar el Segundo Mito: El amor siempre es igual.
 
¿Qué es infidelidad? ¡Por favor! Me vas a contestar, infideli-
dad es cuando una persona, en una relación, se involucra con
una tercera.    ¿Segura, te parece tan fácil? ¿Qué pasa si la
pareja está al tanto de la infidelidad y decide ignorarlo, acep-
tarlo? ¿Le podemos llamar a esto infidelidad? ¿Qué tal si de-
finimos específicamente la palabra infidelidad? Para algunas
personas, claro está infidelidad se refiere meramente al acto
sexual. ¿Qué pasa si tu chico besa a otra chica? ¿Lo acusarías
de infiel? ¿Qué sucede cuando no pasa nada físico, y simple-
mente va a comer, bailar con otras mujeres? ¿El enviar textos
a otras mujeres es infidelidad? ¿Coquetear, enviar fotos, fan-
tasear? Tengo una amiga que considera infidelidad el hecho
de que su esposo intercambie fotos de celebridades atractivas
Academia para damas.

con sus amigos. Te lo diré de una manera muy sencilla: si te


tienes que preguntar a ti misma o a otras personas si lo que tu
pareja hace es “normal” o “correcto”, ya existe un problema.

Porque lo que para ti puede resultar algo incómodo o como


falta de respeto, tal vez a la chica de al lado le parezca insig-
nificante. Volviendo a la pareja que tomábamos como ejem-
plo, los Smith, Jada le dijo una vez a su esposo: “No me
tienes que dar cuenta de todo, mientras tú te puedas mirar al
espejo diariamente y estar en paz con tu conciencia, yo me
doy por bien servida.” Jada se ríe cada vez que le preguntan
si su matrimonio es una “relación abierta”, a lo que ella res-
ponde: “No estamos en una relación abierta, estamos en
una relación madura.”

Una mujer empoderada busca una relación madura, donde exista


confianza y respeto. Si te encuentras revisando el celular de tu
pareja a escondidas, de manera obsesiva revisando sus redes so-
ciales, hurgando en los bolsillos de su pantalón… créeme, no
estás en una relación madura. Si lo haces es porque :

a) tu pareja es un hombre con antecedentes incriminatorios


(¡te ha sido ya infiel vaya!) o b) porque eres insegura, no con-
fías ni en ti misma ni en el hombre a tu lado.

Una verdadera cabrona le hace saber a su pareja que ella no


tolerará una traición, pero se lo hace saber no de manera ame-
nazante. Una cabrona sabe ser dama cuando se sabe lo sufi-
cientemente valiosa para invertir el tiempo en cosas más pro-
ductivas y gratificantes que estar averiguando cada paso de
Academia para damas.

su chico. Un chico que se encuentra en una relación con una


mujer empoderada sabe que la vida le dado la oportunidad de
tener una relación maravillosa con una persona extraordina-
ria, y no la dejará ir.

¿Por qué el segundo mito dice: el amor siempre es igual?


Porque para lo que una pareja representa el amor, para otra
no. Pedir consejo es, no sólo normal, sino aconsejable. Com-
parar a nuestras parejas con las de las demás es una de las
cosas más dañinas que le puedes hacer a una relación. ¿Cuán-
tas veces no hemos pensado: “si tan sólo Fulanito fuera como
Zutanito?” Peor aún si lo dices en voz alta a tu pareja.    El
primer error aquí es olvidar que las apariencias engañan.

Hace poco una amiga se quejaba amargamente de que su


esposo ya nunca le hacía regalos creativos o costosos en su
aniversario mientras que a su prima la llenaban de bolsos de
marca y viajes espontáneos. “¿Será que ya no le intereso?”
nos decía. Envidiaba amargamente a su prima, hasta que nos
enteramos que el marido regalador era un patán de primera
que a cada rato le era infiel. Cada bolso, viaje y joya eran un
“perdón” que ella aceptaba hasta que no aguantó más. Es
muy fácil envidiar o anhelar lo que vemos a un lado, pero la
verdad es que nunca sabemos las circunstancias reales de
cada pareja. Los estadounidenses tienen un dicho muy acerta-
do para ello: “El césped siempre se verá más verde desde el
otro lado de la acera.”

El segundo error tiene que ver más con la pareja y qué tan se-
Academia para damas.

guros estén de su relación. Cuando comparamos estamos gri-


tando a los cuatro vientos que algo nos hace falta, algo no es-
tamos obteniendo. Lamentablemente en ocasiones lo que
hace falta es valorar a la pareja por lo que es, el saberse im-
perfectos y aún disfrutar de la compañía mutua. ¿Quién no ha
tenido una amiga que brinca de relación en relación alegando
que nadie la comprende cuando la del problema es ella?

El amor no es igual para todos, no es una fórmula exacta ni


una ecuación. ¡Vaya! Ni siquiera en una misma pareja el
amor es igual. Mis abuelos duraron casados durante 60 años.

¿Tú crees que su relación era igual a los ochenta años que
a los veinte cuando se conocieron? El amor cambia,
madura y se transforma al igual que las personas. Por eso
debemos evitar las comparaciones, tanto con otras parejas
como con la nuestra en diferentes etapas de nuestra vida.
Si alguien dice:

“A los diez años de casados nos seguimos tratando igual


que de novios.” Yo le diría: O estás mintiendo o son un par
de inmaduros.  Cada etapa en una relación es diferente, se
debe disfrutar y seguir adelante.

Ni siquiera el interés se demuestra igual para todos. Me


molesta cuando gente “bien intencionada” hace comenta-
rios como: “si le interesaras te enviara flores”. ¿Cómo
saben si la chica no es alérgica, o no le gustan? Habrá per-
sonas que demuestren su interés con palabras, actos, can-
ciones o artesanías. (Tuve un enamorado en la escuela que
Academia para damas.

me hizo una manualidad con un gancho metálico de la


ropa… la cosa era realmente espantosa pero yo lo recibí
como quien recibe una serenata romántica).

Pasando al tercer mito: “El amor es 50/50”. Estoy a punto de


romper un paradigma fuerte, el amor no es mitad y mitad.  
Por años y años nos han metido en la cabeza que el amor
debe ser parejo: si tú das tres, tu pareja debe dar tres al
mismo tiempo, del mismo color y tamaño. De lo contrario
algo está mal. Y he aquí lo que te hará entrar en shock:
siempre en una pareja alguien ama más. Lo sé, es lo menos
que quieres oír, quieres escuchar que todo se comparte por
igual, las penas y glorias, la pasión etc. Y lo cierto es que
la vida real es muy diferente.

Tengo una amiga que llevaba un buen tiempo con su novio y


habían hablado de matrimonio cuando éste tuvo un accidente
automovilístico que lo dejó hospitalizado por semanas. El
chico realmente estaba enamorado de ella, pero el accidente
lo transformó: estaba deprimido, sin ganas de nada, mucho
menos de expresar su amor a su familia o a su novia. ¿Te ima-
ginas que hubiera pasado si ella se hubiera puesto en el plan
de: es 14 de Febrero, espero mínimo una caja de chocolates?

Ella, como la mujer empoderada que es, se dio cuenta que en


ese momento de su vida le tocaba dar más. Recordó con dul-
zura como su novio la había apoyada con el divorcio de sus
padres, como él prácticamente cargó con ella durante el pro-
ceso, fue su hombro para llorar y el que hacía chistes malos
para hacerla reír. Era su turno. Comprendió y aceptó que en
Academia para damas.

ese precisamente momento de su vida, el chico solo podía


aportar 10 y ella tenía que sacar fuerza para ser el 90 restante.
Gracias a ello, salieron adelante.

No somos seres rígidos ni robots que nos comportamos igual.


Y aunque duela, se debe aceptar: habrá día en el que nuestra
pareja no nos pueda dar el 50, diablos ni el 20. Esto no quiere
decir que no hay amor o interés. Una mujer cabrona entiende
esto, una mujer segura y fuerte entiende que habrá días malos
en los que el amor no complete el 100; una mujer empodera-
da sabe que las circunstancias  en ocasiones no permiten que
se nos demuestre o demostremos los sentimientos como que-
remos. Una mujer que lo entiende, soporta los días malos
confiada en que los buenos están a la vuelta de la esquina.

Una mujer empoderada no compara cuantos detalles le ha


hecho su chico contra los que ella le ha hecho.

Hay un dicho que dice que una dama siempre sabe cuando re-
tirarse; pero una cabrona se va dejando a los demás anhelan-
do por su presencia.

Y antes de pasar al siguiente tema, puesto que el tema de las


relaciones sentimentales es uno de los que más agobia a nues-
tro género, déjame presentarte a Ana. Ella es una chica guapa,
linda, trabajadora, vaya, una buena persona. Además es deta-
llista, romántica, entregada y apasionada, cualquiera pensaría
que representa el combo perfecto… sin embargo, nuestra
querida Ana no ha sido afortunada en temas del amor.
Esto es lo que le sucede a Ana: como se sabe una chica valio-
Academia para damas.

sa, es un poco exigente a la hora de fijarse en un chico,


además sabe muy bien lo que quiere. Quiere que el chico esté
guapo, tenga una posición económica holgada, sea simpático,
no muy cowboy pero tampoco quiere un nerd. Y la lista de
peticiones o anhelos sigue. Como te podrás dar cuenta, Ana
básicamente busca a un chico perfecto o algo muy cercano a
ello. Es fácil decir: ¡Vaya! Ahora entiendo porque Ana no
puede tener una relación, es “demasiado exigente”. Y claro
está que lo es, pero habiendo tantos y tantos hombres en el
planeta (aunque tendemos olvidar este pequeño detalle) de
cuando en cuando la vida le abre una ventana a Ana y se le
presenta un candidato que, ella considera, es el ideal.

Ana, que normalmente se muestra cerrada a siquiera inten-


tar una relación con alguien que no cumpla con sus están-
dares por fin siente que el Universo ha oído sus peticiones
y empieza el desbordamiento. ¡Si! Ella desborda todas sus
emociones con tan solo unas cuantas citas. Se convierte en
una Ana cariñosa, dispuesta, entregada y sumamente dis-
ponible. ¿Ya sabes para dónde voy? El chico, que genuina-
mente se interesó en ella al principio pierde el interés in-
mediatamente    -algunos hasta huyen- al encontrarse con
una mujer tan desesperada.

Lo hemos visto en películas, lo hemos escuchado una y otra


vez, pero simplemente veo a mujeres una y otra vez cometer
el mismo error: no quererse a sí mismas lo suficiente. Una
mujer empoderada jamás cometería los siguientes errores que
cometes tú o que comete Ana:
·Ser demasiado exigente. ¿Cuál es el problema de tener un
Academia para damas.

estándar alto cuando nos sabemos mujeres valiosas? El pro-


blema es que muchas veces esto significa cerrarle la puerta al
amor. Porque, lo que me ha enseñado la experiencia es que
cuando una mujer es sumamente exigente, sus requisitos en
su mayoría son banales: “jamás pudiera estar con un chico
más bajito que yo”, “no podría estar con alguien que ronca
por las noches”, “ni oír hablar de un tipo con una risa de
gorila”. Parece broma pero te aseguro que son excusas verda-
deras; una cosa es buscar una persona con metas comunes en
la vida y otra cosa es negarse la oportunidad a conocer a al-
guien diferente o inesperado. Voltea a tu alrededor, existen
parejas disparejas sumamente felices por doquier.

Hay un dicho muy gracioso que me encanta y dice: “La pri-


mera cita es como un vaso de agua, jamás se le niega a
nadie”. Antes de cerrarte a la idea de aceptar una invitación
de alguien, que pudiera ser sumamente compatible contigo
date la oportunidad de explorar y conocer, uno nunca sabe
donde se encuentra el amor.
 
·Entregarse totalmente. “El amor es entrega, el amor todo lo
da”; parece que Ana se repite este mantra diario como excusa
para liberar sus emociones y demostrarle al chico -¡con el que
sólo ha salido un par de veces! Cuánto le importa y le gusta.

Detalles materiales, llamadas, mensajes sin cesar son absolu-


tamente un “No-no” si no existe una relación. No queremos
creer en la Evolución y en la Ciencia pero después de millo-
nes de años sigue siendo verdad: los hombres son cazadores
por naturaleza. Aunque te resistes a creerlo, el chico nerd de
Academia para damas.

lentes gruesos y pantalones acampanados de tu oficina es un


feroz cavernícola cazador por dentro. El hombre necesita es-
tímulo y emoción de saber o no saber si la chica está interesa-
da en él, por eso él conquista, por eso él llama, por eso él in-
siste y no al revés. Las teorías feministas pudieran burlarse de
esto, pero ve a tu alrededor: ¿Cuántas relaciones exitosas
existen en las cuáles, al inicio, la mujer era la más interesada?
 
·Insistir… y luego insistir un poco más. Ana le hizo al chico
su pastel favorito de chocolate puesto que el día anterior le
dijo “sentirse abrumado” y fue la razón para no salir con ella
por cuarta vez. Obviamente Ana está en plan de conquista; le
quiere demostrar a su chico que ella es la mujer que ha espe-
rado toda la vida, que sólo ella puede aguantar sus silencios y
consolar sus tribulaciones. El chico obviamente ha perdido
100% el interés y está de juerga con sus amigos o probable-
mente, saliendo con otra chica.

Entonces Ana empieza a insistir, con mensajes, llamadas…


visitas. Y entra la fase de “Ana desesperada”, la que sabe que
una vez más –y sin poder comprender por qué- la oportuni-
dad de una relación que parecía idónea se ha ido por la borda.

En ocasiones le suplica, habla con él, intentando convencer-


lo; claro que a este punto el chico no solamente no está intere-
sado, sino que se arrepiente de corazón haberla invitado a
salir y haber causado todo este drama. “¡Si jamás hubo nada
serio! ¡Jamás hablamos de una relación! ¡Si solo llevábamos
un par de citas! ¡Si fui claro desde el principio diciéndole que
no buscaba compromisos!... todo esto dice el chico y lo peor
Academia para damas.

es que tiene razón. Entonces Ana, con el corazón roto, vuelve


a su vida solitaria.

En la oficina está un chico, exitoso, amable, un poco introver-


tido y un tanto falto de cabello, además que cuenta los peores
chistes del mundo. Pero este chico la quiere, siempre la ha
querido. Este chico ama a los Beatles y viajar como ella,  sabe
su color favorito, sabe que odia los pantalones a cuadros y
cómo en días lluviosos tiene la manía de tomar helado en vez
de café como cualquier otra persona. Este chico tiene mil y
una cosas afines con ella; ha intentado acercarse a ella pero
Ana jamás lo consideraría. Así que prefiere volver a casa
sola, maldiciendo su mala suerte y negándose a aceptar que
ella misma es la autora.

Pero no te sientas mal por el chico enamorado de Ana, puesto


que al poco tiempo llega una mujer empoderada, que conoce
al chico en una fiesta y decide aceptarle una cita aunque no le
parece muy atractivo. Al poco tiempo de tratarlo se da cuenta
de lo mucho que vale y la manera en que la trata. Se ríen de
los malos chistes ambos, les gusta el cine alternativo y a los
pocos meses no pueden vivir el uno sin el otro.

¡Claro que el amor implica entrega! Claro que debe haber de-
mostraciones de afecto, interés y comprensión. Pero estar sa-
liendo casualmente está lejos de tener una relación de com-
promiso y amor. En una relación las cosas son muy diferen-
tes, pues “la charla” ya se ha tenido. Esa charla donde, des-
pués de haber estado saliendo, ambas partes se dan cuenta de
que quieren intentar algo un poco más serio y que no quieren
Academia para damas.

salir con nadie más. ¿Al cuánto tiempo se tiene la charla? Eso
depende de cada pareja, para algunos será cuestión de días,
para otros un par de meses. Pero nena, si tu chico después de
un año, no te habla de nada formal, créeme por favor, es que
no busca nada formal. Por favor no desperdicies doce precio-
sos meses de tu vida esperando por algo que nunca llegará.

Volviendo a las relaciones, aquí la entrega es básica. “Ceder”


es el verbo que más abunda en una relación; pero a veces
también confundimos el sentido del verbo. Ceder significa
estar dispuesto a renunciar a ciertas actividades, a no obsti-
narse con siempre tener la razón, está lejos de significar el re-
nunciar a los principios de una persona. Nuestros principios,
nuestros valores, creencias son nuestra esencia; claro que se
pueden cambiar, pero por convicción propia, no para intentar
seguir una relación.

Conozco a una pareja, novios desde la secundaria. En cierto


punto de la vida, al entrar a la adultez la chica decidió intentar
practicar Yoga. Al sentirse realmente bien, se fue adentrando
a la cultura y se volvió vegetariana, dejó todos los vicios y
empezó a vivir una vida totalmente distinta. Cuando su trans-
formación se completó ya estaba casada. El matrimonio no
duró. Ella se había convertido en una persona totalmente di-
ferente a la que él había conocido. La separación fue muy
amistosa, puesto que ambos reconocían que no eran compati-
bles ni en estilo de vida ni en aficiones y ella, sabiéndose em-
poderada de su vida, supo que jamás podría sacrificar sus
principios por una relación.
Recuerdo vívidamente una charla de un sobreviviente del
Academia para damas.

famoso accidente de los Andes. Las enseñanzas de vida que


le dejaron a esta persona fueron muchas e invaluables, sin
embargo una se me quedó muy grabada, puesto que hablaba
de cómo el haber sobrevivido también había influido para
mejorar su matrimonio.

El tipo no dijo: “Oh, después del accidente jamás volví a


pelear con mi esposa, puesto que me di cuenta de que ella
era perfecta y jamás volvimos a disgustarnos.”  Lo que él
dijo fue: “A raíz del accidente aprendí a pelear con mi esposa,
y por aprender a pelear me refiero a elegir discusiones que
realmente tengan importancia. Antes gastábamos días enteros
discutiendo, permaneciendo molestos y peor aún, sin hablar
por tonterías como una remodelación de la casa, o dónde pa-
saríamos las fiestas. Ahora valoro cada instante de vida com-
partido con el amor de mi vida. Claro que discutimos, pero por
asuntos importantes, y siempre consciente de que nos amamos
y lo superaremos.”

Por lo general, las mujeres no sabemos pelear en nuestras re-


laciones. ¡Ya tocaba un punto a favor de los hombres! En su
mayoría  -porque hay excepciones- los hombres jamás arma-
rán un drama de algo que realmente no les importe o no lo
consideren trascendental. Las mujeres sí.

Y otra vez, no es ciertamente nuestra culpa solamente; son


décadas enteras en las que las películas y programas nos han
programado el cerebro para creer que una relación para ser
verdadera debe ser perfecta, y que un chico para merecernos
debe siempre tener una conducta intachable. Si ya te encuen-
Academia para damas.

tras en una relación, haz caso del tipo que sobrevivió a los
Andes: ¡elige tus batallas! Hay cosas que no puedes ni debes
ceder con tal de continuar tu relación, pero hay mucho tiempo
perdido en discusiones sin sentido que debilitan hasta la más
amorosa de las relaciones sentimentales. Ten mucho cuidado
de formar una pareja en la que ambos discuten y pelean por el
más mínimo detalle; es una muy mala señal.
 
¿Cómo saber si un chico vale la pena?

Como en muchas cosas referentes a las relaciones sentimen-


tales, el “valor” por así decirlo de una persona es subjetivo:
lo que a ti te puede parecer atractivo y deseable a otra mujer
le puede molestar de sobremanera. Pero digamos que hay
cosas que no cambian, y básicamente tú necesitas saber si el
chico cumple con al menos estos requisitos:

·Es una buena persona.


Si, es el número uno en mi lista. Fíjate bien que lo puse antes
de siquiera nombrar si el chico está interesado en mi, porque
jamás pudiera enamorarme de un chico que no es una buena
persona, ni siquiera de alguien que estuviera loco por mí y tú
tampoco deberías. Y me preguntarás ¿Y cómo se si es buena
persona? Los pequeños detalles hablan mucho de un hombre,
cosas sencillas como la manera en la que se expresa de su fa-
milia, de cómo trata a las demás personas y sus opiniones ge-
nerales sobre el mundo y lo que pasa te pueden dar una muy
buena idea de si tu chico tiene un buen corazón.
Academia para damas.

Dicen que para saber si un chico será buen marido basta ver
cómo trata a su madre; yo no iría tan lejos pero si un tipo se
refiere a su madre como “la vieja arpía que se mete en mis
asuntos” yo te diría HUYE y rápido.

·Le interesas.
Y no, no me refiero a que esté perdidamente enamorado de ti.
Me refiero a si existe alguna conexión entre los dos. Si hay
algún tipo de coqueteo, incluso si han llegado a salir. Si te de-
muestra que le gustas aunque sea con el más mínimo detalle.

Lo que te quiero decir es que, por más que un chico sea un


buen partido, si no le interesas, pues no vale la pena siquiera
intentar algo más.

·No tiene un compromiso.


¡Oh por favor! No me digas que la amiga de tu prima sostenía
una relación tórrida con un hombre casado y que éste terminó
con su esposa para casarse con ella y ser más felices que Ce-
nicienta. Habiendo tantos y tantos hombres en el mundo ¿Por
qué querrías involucrarte con uno que ya está en una rela-
ción? Existen mil y una razones para no hacerlo y simple-
mente te diré dos: la primera es, un hombre que se involucra
con otra mujer teniendo una relación ya te dijo todo lo que
necesitas saber qué tipo de individuo es y cómo te trataría si
tú fueras su novia/esposa. Y número dos: por respeto a esa
otra mujer; recuerda que las mujeres empoderadas ven a otras
mujeres como sus aliadas no como sus rivales.
Academia para damas.

Entonces, ¿por qué querrías causarle un daño? (suficiente


tiene con tener un novio cornudo)

·Tiene ambiciones.
Lee muy bien, no dije “tiene dinero”. No queremos un
chico mantenido ¿correcto? Un chico que vale la pena
tiene ambiciones en el ámbito profesional, tiene metas, las
persigue y las cumple.Una mujer empoderada se ama dema-
siado para no valorar el tiempo compartido con la persona
que ama y sabe terminar una relación que compromete sus
anhelos y principios más profundos.

Recuerda:

una dama sabe cuando irse,


pero una cabrona se va dejando a todos
anhelando que aún estuviera ahí.
Academia para damas.

CAPITULO III
 LO QUE NADIE TE DICE DE
LA VIDA AMOROSA
DESPUES DEL MATRIMONIO
Y LOS HIJOS.
Academia para damas.

III

 LO QUE NADIE TE DICE DE


LA VIDA AMOROSA
DESPUES DEL MATRIMONIO
Y LOS HIJOS.

En la época de nuestros padres el contraer matrimonio era la


norma absoluta. Hoy no es así. La liberación femenina, trajo
entre algunas de sus consecuencias que las mujeres dejaran el
papel de ama de casa para incorporarse a las filas laborales.

Por consiguiente son muchas las mujeres, hoy en día, que no


desean “sacrificar” su carrera para dedicarse a una familia.
Y tú, ¿prefieres independencia o una vida conyugal?

Primero que nada debes saber que no son mutuamente exclu-


yentes. Así como el papel de la mujer en los espacios labora-
les ha cambiado, también las dinámicas familiares han cam-
biado. No sé si lo has notado pero, ¡ahora los hombres cam-
bian pañales! Mi punto es, las familias de hoy no son lo que
solían ser, para bien o para mal.
Academia para damas.

El ser una esposa hace medio siglo significaba estar relegada


a un segundo lugar siempre. Las mujeres se dedicaban a coci-
nar, limpiar y educar a los hijos. Los esposos se dedicaban a
proveer económicamente para sus familias y sus ambiciones
y trabajo dictaban la dinámica familiar.

El dedicarse 100% al cuidado del hogar, del esposo y de


los hijos no es malo, por el contrario, puede ser resultar
hermoso y gratificante siempre y cuando esto sea lo que tú
anhelas para tu vida.

Nadie te puede decir que eres menos o más mujer por querer
elegir una carrera, por no desear comprometerte o por lo con-
trario, por ser el epítome de una mujer casada en los 50’s.

No hay una respuesta correcta porque solamente tú sabes que


es lo que quieres para tu vida. No tiene nada de malo elegir
ser una mujer independiente sin pareja así como no tiene
nada de malo desear formar una familia y dedicarte a ella. Lo
que sí está mal es elegir cualquiera de los dos caminos por las
razones equivocadas.

No son pocas las mujeres, aún en estos tiempos modernos,


que ven el matrimonio como la llave maestra para su felici-
dad. Anhelan encontrar su príncipe azul y una vez que lo en-
cuentran, o creen haberlo encontrado, esperan a que la varita
mágica se active y comience su historia de hadas.
Academia para damas.

Una de las principales razones de divorcio en nuestros días


son expectativas fallidas. Donde uno o los dos tenían una
visión de cómo sería su vida al casarse y cómo los trataría su
pareja. Y antes de avanzar, vamos a romper esta burbuja:

-Los hombres  no se convierten en el marido perfecto


al momento de decir “Acepto.”

Yo no sé quien inició esta gran mentira que nos contamos a


nosotras mismas. Soñamos y juramos que las cosas serán di-
ferentes una vez que contraigamos matrimonio y ¡no es así!

Déjame ahorrarte tiempo, lágrimas y un abogado conyugal: si


tu chico no te trata bien antes de casarse, menos lo hará de
casado. Si tu chico es un bebedor, apostador, mujeriego o
cualquier otro adjetivo que no te agrade, sus vicios se incre-
mentarán al casarse. ¿Por qué? ¡Porque las personas no cam-
bian! (Si cambian, pero en este caso no). Porque es parte de
su personalidad, porque así es él y más importante, porque al
casarse se baja la guardia.

¡Si! Puede que ya fueran novios, y puede que tú creas que lo


conoces en sus peores momentos pero nada se compara al
estar casados. En el noviazgo hasta cierto punto nunca mos-
tramos nuestra personalidad 100% verdadera pues aún segui-
mos queriendo causar una buena impresión.

Así que te aguantarás las bromas pesadas del tío y comerás


del pastel salado de su madre, porque… sigues queriendo
quedar bien.
Academia para damas.

En el matrimonio eso desaparece.    La vida conyugal hasta


cierto punto es perder un poco el glamour. Te enfermas,
peleas por la cuenta de la electricidad, quemas la comida, y
tienes discusiones hasta por la manera de lavar la ropa. Y en
medio de todo esto, esta lo mejor: el amor. Tal vez no el amor
romántico del noviazgo de un camino de rosas el día de San
Valentín. Es un amor diferente, una complicidad y un deseo
de compartir lo bueno y lo malo todos los días.

Y volvamos al dilema ¿es mejor la vida independiente o la


vida conyugal? Como te dije, mientras tus razones sean ho-
nestas, cualquier camino será bueno y te hará feliz. ¿Cuáles
serían algunos ejemplos de las razones incorrectas para elegir
una vida conyugal?

·Porque no quieres estar sola.

La soledad es un concepto que se nos ha vendido como algo


oscuro y malo. Comprometerte con algo tan importante con
el matrimonio por esta razón es lo peor que puedes hacer.

¿Sabes por qué? Porque también se puede estar solo dentro


de un matrimonio y sentirse aislado. Las personas inseguras
son incapaces de disfrutar un momento a solas, necesitan la
aprobación de alguien más y por eso eligen relaciones en las
que no se sienten cómodas o felices.
 
Academia para damas.

·Porque quieres que te hagan feliz.

¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase?

“Quiero que me haga feliz” “El me hace feliz”.

No hay nada más falso que eso. Nadie absolutamente nadie te


puede hacer feliz más que tú misma; y ¡jamás se debe deposi-
tar sobre la pareja la responsabilidad de la felicidad de la otra
persona! Las parejas verdaderamente felices están formadas
por personas, que ya eran felices, y desean compartir esa feli-
cidad y sus vidas con alguien más. Si tú deseas casarte para
que otra persona cargue con el trabajo de ponerte contenta…
tienes todas las de perder.
 
 ·Porque es el paso que sigue.

¡Cuántas parejas caen en este error! Llevas algún tiempo


en una relación, los amigos a tu alrededor están contrayen-
do matrimonio, sientes que es el siguiente paso lógico y
¡pum! Se dan cuenta que cometieron un error. Para la vida
conyugal se necesita voluntad; debe haber deseo genuino
de ambas partes de  formar un vínculo y posiblemente una
familia. Hacerlo porque es lo que sigue… es prácticamen-
te una condena al fracaso.

Y cuando digo que “debe haber voluntad” me refiero a ambos


lados: debe haber voluntad para una vida conyugal pero también
debe haber voluntad para elegir la independencia.
Academia para damas.

El hecho de no casarte por razones equivocadas también es


receta para el fracaso o la infelicidad. Es muy distinto tomar
una decisión consciente de querer dedicarte exclusivamente a
tu desarrollo laboral, físico, intelectual o moral, que hacerlo
porque “no te quedo de otra”. Hay mujeres que están solas
pero en realidad no quisieran estarlo; hay mujeres que le
tienen miedo al compromiso, miedo a arriesgarse, miedo al
fracaso conyugal.

Tengo una amiga que juró nunca renunciar a su soltería.


Desde pequeña se dio cuenta que el matrimonio de sus
padres era un acuerdo mutuo de guardar apariencias, pero
en verdad no se toleraban el uno al otro. Mi amiga perdió
la fe en el matrimonio.  

Cuando creció y conoció a un gran tipo sus principios empe-


zaron a tambalear. ¿Acaso iba a dejar que el amor la conven-
ciera de hacer algo que ella juró nunca hacer? Mi amiga,
como te dije, en verdad siempre había querido casarse, pero
la razón que se lo impedía era puro miedo. Terminó por en-
tender que ella y su novio, no eran las mismas personas que
sus padres. Entendió que el matrimonio sí tiene que ver con
el amor, pero también tiene mucho que ver con decisión. De-
cidir compartir, decidir ceder, decidir perdonar…

Mi abuelita decía que no hay personas más egoístas que los


que deciden no casarse. ¡Era estricta! Pero en algo tenía
razón. El matrimonio es como tener un negocio, en ocasiones
es necesario anteponer las necesidades de la empresa antes
que las personales; es buscar el bien común.
Academia para damas.

La vida conyugal requiere de esfuerzo, entrega y dedica-


ción pero la recompensa vale la pena para quienes real-
mente lo desean.

¿Qué nos hace diferentes a nuestras abuelas?

Al principio te mencioné que el matrimonio también ha sufri-


do transformaciones, junto con el rol de la mujer en la socie-
dad. El matrimonio es hoy por hoy más igualitario. Ahora los
esposos se involucran más en la atención de la casa, en la
educación de los hijos y de igual manera, ahora son mayoría
los matrimonios en donde la mujer trabaja.

¿Qué buscaba el hombre en los 50’s?

Buscaba una esposa de vitrina –no todos, claro- una mujerci-


ta linda y atenta que le quitara las botas al llegar a casa y le tu-
viera la cena lista y caliente sobre la mesa; la casa ordenada,
los niños listos para la cama. Hoy en día los hombres buscan
una verdadera compañera; alguien con quien poder hablar de
temas trascendentes, pero también reírse de las mismas tonte-
rías. Buscan con quien compartir penas y glorias, problemas
y aciertos de manera más igualitaria….y adivina qué: las mu-
jeres empoderadas lo desean también.
 
 ¿Y los hijos?

Alguna vez has asistido a una reunión familiar y al toparte con


esa tía entrometida quieres salir corriendo al escucharla decir:
“¿Acaso aún no tienes hijos? ¡Se te va a pasar el tren, nena!”
Academia para damas.

Volvemos un poco a nuestro pasado como mujeres. Además


de haber sido consideradas por los hombres como seres infe-
riores durante siglos, las mujeres éramos su vía única de pro-
crear y propagar la especie. ¿Sabes por qué los hombres se
sienten atraídos por mujeres de pechos grandes y caderas
bien definidas? No, no es un invento de la mercadotecnia ni
de Hollywood en esta ocasión.

Es porque en su ADN está inscrito el buscar mujeres física-


mente viables para procrear. ¡No te asustes! Mujeres de todos
tamaños y formas son capaces de tener hijos. A lo que voy es
que nuestros ancestros, siguiendo una conducta meramente
animal, buscaban siempre perpetuar la especie.

Hemos evolucionado – ¡gracias al Cielo!- y hoy el panorama


es distinto. Sabemos perfectamente que la especie humana no
está en extinción, muy por el contrario hay partes del planeta
superpobladas. Entonces, cuando una pareja concibe un hijo,
en estos días, digamos que es una decisión (o debería) 100%
consciente y planeada.

Hay muchísimas razones para no tener un hijo,


te nombro algunas:

·Renuncias a tu independencia.
Esto es diferente a una relación de pareja, vaya ni siquiera es
como el matrimonio. Aquí no hay vuelta atrás, no hay “anula-
ción”, una vez que te conviertes en madre lo eres para toda la
vida. Eso significa para siempre anteponer las necesidades de al-
guien más y vulnerable que las tuyas.
Academia para damas.

 ·Sacrificios profesionales.
El ser madre y tener una vida profesional son perfectamente
compatibles y para ejemplo tenemos a Michelle Obama,
Indira Nooyi, y Reese Whiterspoon; eso no significa que no
haya tremendos sacrificios de por medio. Estas mujeres lite-
ralmente se dividen en dos y aún así sacrifican parte de una
de las facetas de su vida para poder tener la otra. No se puede
ser la madre que manda el lonche en forma de animales de
granja y al mismo tiempo ser la CEO de la empresa; tendrás
que perderte  más de un recital de danza si también quieres
ser la vendedora número uno a nivel nacional.
 
·Sacrificios económicos.
Desde el punto de vista más frío, un hijo es una inversión.
Desde el momento del parto, tu hijo se convierte en tu cuenta
bancaria más importante: su nacimiento, sus primeros años,
su educación.
 
·Cambios en tu cuerpo.
Esto podrá sonar un tanto superficial, pero es mejor saber
todos los aspectos que cambian  al convertirte en madre.
De nueva cuenta, hay mujeres que a base de ejercicio,
dietas e inclusive cirugías lucen igual o mejor que antes de
ser madres. Pero de igual manera, requiere sacrificios, y en
ocasiones, ni siquiera tomando estas medidas el cuerpo
vuelve a ser el mismo.

Estoy casi segura que después de haber leído lo anterior te


sientes un tanto desanimada en cuanto a la maternidad, y
ahora déjame decirte la razón por la que sí deberías tener un
Academia para damas.

hijo: porque es glorioso. Es simplemente lo más maravilloso de


todo el mundo. Desde el momento de concebirlo, no hay manera
de describir lo que se siente el crecer un ser dentro de ti.

Y todo el dolor, las penas, las preocupaciones, los miedos, la


falta de sueño, hambre y vida ¡Valen la pena! Porque en esa
persona está tu trascendencia y tu legado a este mundo.
Porque no hay amor más puro, incondicional, sincero y dura-
dero que el de una madre a sus hijos.

¿Te estoy diciendo que para ser feliz debes tener un hijo? Ab-
solutamente no. Te digo, que si es algo que realmente deseas,
lo hagas. Que no sea el miedo, las dudas o las inseguridades
lo que te detenga. Porque no importa cuántos blogs de mater-
nidad leas, a cuantas charlas asistas, cuantos cursos de
lamaze tomes y cuantas conversaciones compartas con otras
madres, nada te prepara para recibir ese cúmulo de emocio-
nes en un pequeño ser que depende 100% de ti.
 
 ¿Qué pasa con la vida de pareja después de los hijos?

“Pedro y yo sólo la pasábamos peleando. Cuando me casé


con él pensé que las cosas serían distintas, pensé que dejaría
la vida de parrandas y se convertiría en el hombre cariñoso,
respetuoso y atento que siempre soñé. Pero nada cambió, al
contrario empeoró. Yo terminé asumiendo la mayor carga fi-
nanciera de la casa, lo cual no me molestaría tanto si al llegar
exhausta cada día del trabajo no encontrara la casa oscura y
vacía y un mensaje de él disculpándose porque tenía otra
“cena del trabajo”. Sabía que las cosas tenían que cambiar.”
Academia para damas.

“Y qué hiciste Eugenia?”

“Me embaracé. Lo habíamos platicado tiempo atrás. Sabía


que a él le emocionaba la idea de tener un hijo, ya sabes, ser
el padre que él nunca tuvo. No sabía si yo estaba lista, porque
mi intención era dedicarme al menos unos tres años a mi tra-
bajo. Pero dije, un hermoso bebé despertará en él toda la ter-
nura y el amor del mundo. Nos acercará como pareja, nos
uniremos para cuidarlo, criarlo, educarlo y mimarlo. Imagi-
naba a Pedro con el bebé en su regazo, dándole su leche
mientras yo los observaba y capturaba unas fotografías.”

“Suena maravilloso. Entonces ¿qué pasó?”

“Las cosas están tan terribles que me siento desesperada y


triste. El bebé absorbe todo mi tiempo y fuerzas y Pedro
brilla por su ausencia. Claro le hace mimos de vez en
cuando pero no se responsabiliza jamás de él. ¡Ni siquiera
puedo tomar una ducha tranquila! Me siento agotada e ig-
norada; ignoro qué pasará con mi trabajo cuando mi per-
miso de maternidad termine. Ayer no aguanté más y le re-
clamé todo: su abandono, su falta de consideración. ¡Tú
quisiste tener este hijo sin consultarme! Me reprochó de
vuelta. De verdad no sé qué hacer.”

Pobre Eugenia, realmente su caso se oye desgarrador, ¿ver-


dad? Y lo más triste de todo es que es más común de lo que
imaginas. Vamos a hacer un pequeño ejercicio. Eugenia co-
metió varios errores, vamos a ver si logras identificarlos en
base a lo que has leído hasta ahora:
Academia para damas.

·Elección pareja.
Antes de ser padre, incluso antes de casarse Pedro no sonaba
como la pareja ideal para Eugenia, ¿correcto? El noviazgo y
las citas son precisamente para eso, para conocer a la otra
persona. Para platicar y ver qué tan compatibles son el uno
con el otro. Para disfrutar la compañía mutua, soñar y hacer
planes. No parece que Eugenia y Pedro hicieron algo de eso
durante su noviazgo. Primer error.
 
·Creer que las cosas serán diferentes
después del matrimonio.
Los hombres, aún más que las mujeres, bajan la guardia des-
pués del matrimonio. El cortejo ha acabado, su “cacería” ha
llegado a su fin, ya obtuvieron lo que querían. No sienten ne-
cesidad natural de seguir conquistando a su pareja y además,
todos los pequeños o grandes defectos y vicios aumentan de
manera exponencial puesto que ya no hay razón para ocultar-
los. Se nota que Eugenia no estaba 100%  segura de Pedro, se
nota que ella hubiera querido que él fuera diferente. Ella
creyó que el matrimonio lo transformaría para bien, pero ¡eso
nunca sucede! Segundo error.
 
·Tener un hijo por las razones equivocadas.
Tener un hijo es probablemente la decisión o proyecto más
importante que tendrás en la vida y tu rol de Madre también
lo será, si así lo decides y deseas. ¡Cuántas mujeres tienen
hijos por razones equivocadas! Para no sentirse solas, para
que alguien las cuide cuando envejezcan, para “amarrar” o
“atrapar a un hombre”, para intentar salvar un matrimonio.
Tener un hijo es difícil y retador de por sí, te cambia la vida
Academia para damas.

en todos los sentidos. Es un ser que va a depender 100% de ti


para sobrevivir y ser feliz por muchos años. Combinar una
vida de pareja exitosa y plena con la maternidad es todo un
arte. ¡Imagínate tener un hijo sin haberlo platicado, conversa-
do, planeado con tu pareja! Claro, habrá casos en que un bebé
tome a una pareja por sorpresa y los llene de felicidad, pero
esto será si la pareja es estable y feliz.
 
Verás, el error más grande que cometió Eugenia fue el pensar
que tener un hijo haría que Pedro y ella se unirían más. Hasta
ese entonces sus errores habían sido grandes, no cabe duda,
pero sólo afectaban a dos personas adultas. Su última decisión
trajo al mundo a un pequeño ser inocente que no pidió ser
traído y que es merecedor de una familia estable, de todo el
amor del mundo y de unos padres responsables y cariñosos.

No, los hijos no unen a las parejas, los hijos separan a las pa-
rejas. Puede sonar muy cruel, pero es una verdad que todas
las mujeres debiesen escuchar.

Cuando un hijo nace, el instinto de madre se activa inmedia-


tamente. La madre ya no tiene más mundo que su bebé. Se va
a dedicar a cuidarlo, a asearlo, a alimentarlo y a darle todo su
amor, y su tiempo. El hombre jamás tendrá la misma cone-
xión con el hijo. A veces se apartan como meros espectadores
o se avocan a proveer para su creciente familia. No hay
tiempo ni ganas para la intimidad, por las noches los vence el
cansancio y el peso de la rutina. El esposo extraña a la esposa
atenta, sexy y divertida que buscaba un pretexto para salir a
bailar los viernes por la noche.
Academia para damas.

La esposa resiente el sentirse abandonada al cuidado de los


pequeños, se siente descuidada físicamente, su libido está
por los suelos.

Pero… ¡ah! Los hijos crecerán y volarán del nido. Serán


prácticamente adultos y tendrán sus propios sueños, planes y
actividades. Ya no necesitan del apoyo de papá ni los cons-
tantes cuidados de mamá y felizmente emprenden su viaje
fuera de casa. Papá ya no tiene que trabajar tan duro, ahora
dispone de tiempo. Mamá ya no necesita atender y cuidar a
sus hijos, ahora dispone de tiempo también.

Y al cabo de casi veinte años de haber forjado caminos sepa-


rados Papá y Mamá son un par de desconocidos viviendo
bajo el mismo techo. Son dos personas totalmente diferentes
a las que se casaron 25 años atrás, y esto no tiene nada de
malo, sino que durante esos 25 años no dedicaron tiempo o
ganas a seguirse conociendo, conquistando, amando.

Volveré a decir algo: no hay nada comparaado con tener un


hijo, en todos los sentidos.  Pero toda recompensa requiere un
esfuerzo adicional. Sólo las cosas que realmente valen la
pena nos hacen sudar “sangre y lágrimas”.

El tener hijos con la persona amada es la más sublime de


las experiencias, para quienes así lo desean. Pero utilizar
un hijo como herramienta para lo que sea, es lo más cruel
y decepcionante que hay.
Academia para damas.

La vida conyugal después de los hijos va a requerir aún más


esfuerzo de reconexión entre los padres como pareja.

Es responsabilidad del padre ejercer su paternidad y ayudar


en el cuidado de los hijos. Proveer espacios para que la madre
tenga tiempo para ella exclusivamente. Es responsabilidad de
la madre buscar esos espacios, reconectarse con su “yo inter-
no”, sentirse sexy, bella e interesare.

También es responsabilidad de ambos el buscar espacios


mutuos para la intimidad, hacer a una lado todo, encargar a
los hijos y conquistarse día a día. Tener pláticas como las
solían tener, no solamente tachar una lista de pendientes y
hablar sólo de los hijos.

Por último, los hijos para ser felices y plenos necesitan padres
felices y plenos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Academia para damas.

CAPITULO IV
SEGURIDAD TOTAL,
NUESTRA ARMA SECRETA
Academia para damas.

IV

SEGURIDAD TOTAL,
NUESTRA ARMA SECRETA

”La prenda secreta más importante que


una mujer lleva puesta
es su confianza en sí misma”.

Anónimo

El otro día llegué a casa de una de mis mejores amigas y des-


cubrí que había un ramo de rosas –sus favoritas, rosas blancas
con tintes rojos-    en el vestíbulo. Como mi amiga no es
casada ni está en una relación seria, automáticamente asumí
que habían sido obsequio del algún admirador secreto del que
yo no estaba enterada. “Lindas rosas –dije guiñándole el ojo

–¿quién es el afortunado que tuvo la grandiosa idea?”

Ella volteó sonriendo de oreja a oreja y exclamó: “¡Yo! Tuve


una semana realmente en el trabajo y resolvimos unos cuan-
tos problemas graves. Al salir fui al supermercado y vi estas
hermosas rosas en la esquina y decidí comprarme un ramo.

Sabes que son mis favoritas y el día de hoy realmente las me-
recía. ¿A poco no huelen celestialmente?”  Acto seguido me
trajo una copa de vino y se sentó a charlar animadamente.
Academia para damas.

Sólo pude pensar “Wow, esto es como una mujer segura se ve


en la vida real”. Una mujer que no necesita un hombre que las
consienta, porque ellas saben mimarse como nadie. Una
mujer que no necesita a un hombre para que le pague un ramo
de sus flores favoritas. Una mujer que se sabe bella y se
siente feliz con ella misma… eso es una mujer segura.

Un estudio reciente reveló que el 70% de las mujeres se sien-


ten inseguras después de hojear una revista de belleza o de
celebridades. 85% de las mujeres lo primero que hacen al
verse en el espejo es encontrarse un defecto “por Dios, ya se
me notan las arrugas”, “en verdad saqué la nariz horrible de
mi abuela”, “parece que no he dormido en cinco años”, “mi
cabello luce de lo peor el día de hoy”; y pudiera proseguir con
millones de ejemplos sobre algo que todas hemos hecho
alguna vez.

¿Qué es la seguridad en nosotras mismas?

Es la creencia o el sentimiento que nos hace apreciar nuestras


cualidades y habilidades y las sabe suficientes.  Déjame ex-
plicarte un poco.

Cuando naciste eras el ser más seguro sobre la Tierra. No hay


nadie con el auto-estima más alto que un bebé. Los bebés
creen que son perfectos, que todo el mundo los ama, que el
mundo está para complacerlos y que cualquier necesidad que
tengan debe y será cubierta a la brevedad posible. (Okay, eso
suena un poco egoísta pero se les perdona a los regordetes).
Academia para damas.

Jamás un bebé pensará: “Cielos, me pregunto si mama me


querrá” o “Nunca seré buena para intentar el gateo” o “Este
mameluco hace que mis muslos luzcan enormes”… ¿estamos
de acuerdo? ¿Entonces qué pasa, dónde cambian las cosas?

Imagina que tu piel de bebé era como un colador; cualquier


cosa que el mundo decide “aventarle”, esa nena lo va a absor-
ber. Supongamos que cuando eras niña escuchabas constan-
tes elogios y consejos para hacer las cosas mejores; tus
padres y familiares te animaban a intentar a que hicieras las
cosas por ti misma y alababan tus logros. Tus primeros maes-
tros ayudaban a canalizar tu frustración cuando las cosas no
salían como querías. Tu colador recibió todo esto transfor-
mándote en una niña, luego adolescente y después adulta
segura de tu misma y llena de positivismo.

En cambio si recibías puros regaños, comentarios crueles


acerca de tu apariencia o tus habilidades, fuiste injustamente
comparada o etiquetada; lo más seguro es que seas una mujer
adulta insegura. Peor aún si sufriste algún abuso, maltrato o
tragedia infantil la inseguridad se convierte en un problema
clínico que debe ser atendido por profesionales.

Verás, ese colador, a medida que crecemos y maduramos, va


cerrando sus orificios hasta terminar en una capa dura y lisa
en la adultez. Si no lograste absorber el suficiente positivis-
mo de pequeña, no importa lo que pase en la adultez, cuántas
citas al salón    de belleza hagas, inclusive cirugías, cuántos
puestos importantes de trabajo tengas, siempre estará esa voz
dentro de ti diciendo:
Academia para damas.

No eres lo suficientemente bella, no eres lo suficientemente


buena. A menos de que hagas algo drástico.

Me causa gracia escuchar a mujeres decir: “El tipo la trataba


tan mal que le dañó el autoestima”. ¡Están olvidando el
origen de la palabra autoestima en sí! Auto significa uno
mismo… entiende esto: nadie puede afectar tu autoestima
más que tú. Tus sentimientos pueden resultar heridos, claro;
es válido sentirse mal después de un hecho o comentario hi-
riente o una traición. Pero los comentarios auto destruyen-
tes… esos salen sólo de ti.

¿Cuántas mujeres no son una fuente de inspiración en


cuanto a seguridad, a pesar de ser diferentes? Asómate a la
calle; mujeres con discapacidades, defectos congénitos, so-
brevivientes de tragedias o accidentes conquistan día a día
el mundo de los negocios, de los deportes y del amor. ¡Si,
del amor! Porque aunque nos cueste trabajo creerlo, a un
hombre le resulta millones de veces más atractiva una mujer
segura que una mujer bella. Para prueba la trágica vida de
Marilyn Monroe, una mujer de las más deseadas de todos
los tiempos. Escultural, sexy, bella; seguramente envidiada
por muchas otras, pero insegura e infeliz. Marilyn Monroe
tuvo una crianza caótica y unos padres con problemas men-
tales que la dañaron de por vida.

Pero tener un pasado trágico no es excusa ni una condena de-


finitiva para levantar nuestra autoestima. Se requiere mucha
fuerza y actitud, ambas cualidades de la famosa multimillo-
naria emprendedora Oprah Winfrey. Esta admirable mujer
Academia para damas.

superó traumas de abuso y pobreza para convertirse en una de


las mujeres más influyentes del planeta y lograr ser plena-
mente feliz. ¿La has escuchado hablar? Lo último que te pasa
por la cabeza son las palabras tragedia, baja autoestima, auto-
destrucción. Esta mujer irradia confianza y alegría a su paso
y eso además la hace atractiva a los demás.

Déjame recordarte algo, si es que no lo sabes. A nadie, abso-


lutamente a nadie en el mundo le atrae una persona que se
queja todo el tiempo, mucho menos si las quejas son de sí
misma. Al principio podrás causar compasión, pero termina-
rás por alejar inclusive a aquellos que más te aprecian.

Entonces ¿Cómo logro esa seguridad en mi misma? ¿Cómo


supero mis miedos, mi baja autoestima, la manera en la que
diariamente aborrezco mis defectos físicos o de conducta?

El primer paso es una reflexión, larga y tranquila, donde ana-


lices cómo fue tu infancia y qué tipo de comentarios y hechos
alimentaron tu colador. No se trata de auto conmiserarse pero
es necesario reflexionar sobre el pasado para mejorar el
futuro.  Si tu infancia se vio marcada por una tragedia, abuso
o algo fuerte que sigas sin superar, te recomiendo amplia-
mente ver un profesional.

Una vez que estés consciente de los hechos que te afectaron


negativa o positivamente, todo queda en tus manos. Está en ti
aprender a quererte, apreciarte y valorarte.
Academia para damas.

Una vez, recuerdo estar en clase, y mientras la maestra califi-


caba exámenes, las chicas y yo nos quejábamos de nuestros
defectos físicos; era la secundaria por lo tanto no poder relle-
nar un corpiño representaba una tragedia monumental en
nuestras vidas. “Odio mi boca, quisiera tener los labios grue-
sos y sexys”, “Por lo menos no tienes las caderas como yo”,
“Prefiero tener caderas que estas pantorrillas tan delgadas,
parecen popotes, ¡las odio! No nos dimos cuenta que la maes-
tra nos estaba escuchando y se acercó a la última de mis com-
pañeras. “¿Odias tus pantorillas? ¿Por qué no te las cortas?”

Todas quedamos mudas. “Maestra, ¿de qué habla?” preguntó


mi compañera nerviosa. Entonces la maestra fue por un
espejo a su bolso y lo acercó a ella: “Mírate en el espejo; esos
ojos, boca, abdomen, caderas, piernas, fueron exclusivamen-
te diseñados para ti. Nadie en el mundo las tiene igual a ti y
nadie jamás los tendrá. Eres un ser único. Estas piernas que
odias tanto te han acompañado desde que naciste y te acom-
pañarán hasta que mueras; y te han ayudado a moverte cuan-
tas veces lo has necesitado.” Todas quedamos mudas y atóni-
tas pero comprendimos la lección.

Somos en verdad únicas y exquisitamente diseñadas; necesi-


tamos aprender a apreciarlo. ¿Recuerdas el colador?  Resulta
que cuando eres adulta muy pocas cosas pueden pasar a
través de él; así que aunque tu chico te diga que eres bella, es
muy probable que sus elogios no logren permear tu coraza.
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¿Sabes que comentarios sí son capaces de llegar? ¡Los tuyos!


Así que si encima que no aceptar los elogios, las porras o los
cumplidos del mundo, tú te encargas de seguir creando ener-
gía positiva, estás directo al rumbo de la autodestrucción.

Hasta este momento me he enfocado para la inseguridad


física, pero aplica para todo tipo de inseguridades como las
del mundo laboral. Necesitas encontrar una manera de apre-
ciarte y amarte tal y como eres. ¿Cómo? Eso depende de ti;
hay mujeres que les funciona repetir mantras, poner papeli-
llos con frases alentadoras en el volante, comerse un helado
después de haber hecho ejercicio sin fallar en la semana, pre-
miarse con un viaje de fin de semana al lograr el aumento de
salario. Lo que sea que a ti te diga: ¡wow! Eres asombrosa.

Por último te presento unos consejos sobre cuáles son los há-
bitos de las mujeres seguras de sí mismas:

1. No chismean.
Las mujeres seguras no hablan de otras mujeres, hablan de
sus sueños, planes y aspiraciones.

2. No dudan de sí mismas.
No las oirás adivinar sus decisiones. La duda no es parte de
su proceso. Saben lo que están haciendo y por qué lo están
haciendo en todo momento. Piensan a fondo sus decisiones,
pero una vez que han decidido, han decidido.
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3. No siguen las tendencias.


Las mujeres seguras son creadoras de tendencias. No pasan
tiempo pensando en lo que está "de moda" y, en cambio,
toman decisiones basadas en lo que les gusta. Están en sinto-
nía con sus propias necesidades y preferencias. Y no tienen
miedo de pedir lo que quieren.

4. Nunca suprimen los sentimientos.


Cuando algo está en su mente, lo sabrás. Lo dicen como es. Con
confianza viene la habilidad de decir lo que piensan los demás.

5. Nunca comprometen el autocuidado.


Las mujeres seguras saben que necesitan cuidarse a sí mismas.
Valoran un equilibrio saludable entre trabajo y vida y se toman
el tiempo para comer bien, dormir bien y pasar un momento
ocasional siendo mimadas solo porque se siente bien.

6. Nunca escuchan a ciegas.


A las mujeres seguras les gusta reunir su propia evidencia y
llegar a su propia conclusión. Piensan fuera de la caja, porque
si no hacen su propia investigación, saben que pueden no ver
el panorama general.

7. No intentan complacer a la gente.


Cuando una mujer está segura de sí misma, no necesita apro-
bación externa. Esto les permite ser su verdadero yo y confiar
en que a las personas que les gustan, les gusta por lo que real-
mente es. Ella sale de su corazón y tiene la fuerza interior
para manejar la oposición.
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8. No pierden el tiempo preocupándose.


El tiempo es valioso, por lo que gastar tiempo en "qué pasaría
si", "debería tener" o "podría haber sido" no es útil para la
mujer segura de sí misma. Ella sabe que preocuparse es como
pagar intereses sobre un préstamo antes de que usted haya
sido aprobado.

9. No se arrepienten.
Aprenden del pasado y reconocen dónde han tomado malas
decisiones, pero no hay remordimientos. Ser capaz de apren-
der del pasado en lugar de lamentarlo rezuma confianza.

10. No tienen miedo de ensuciarse


Claro que saben el valor de una buena primera impresión y
les gusta verse bien, pero no les importa si se ven atrapados
en una tormenta o si tienen los pies arenosos mientras cami-
nan por la playa. Encuentran alegría en la experiencia ya sea
atorarse en un aguacero o caer en la piscina.

11. No ven los fracasos como derrotas.


Reconocen que siempre hay baches en el camino en el
camino hacia el éxito. La facilidad con la que se recuperan les
permite seguir avanzando en su forma determinada.

12. No ceden a la presión de los compañeros


Esto se debe en gran parte al hecho de que no sienten la pre-
sión de los compañeros. La presión está reservada para aque-
llos que hacen hincapié en lo que otros piensan. Y la mujer
segura no lo hace.
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13. No toman decisiones inconscientes.


Las mujeres seguras están en contacto con su propósito y lo
utilizan para guiar intencionalmente sus decisiones. Esta
forma audaz de vivir intencionalmente es parte de lo que
atrae a los demás hacia ellas.

14. No ignoran sus instintos.


Incluso cuando todos los hechos parecen apuntar hacia un
lado, si sus instintos dicen lo otro, así es como van. Saben que
el instinto es nuestro aliado más fuerte en la toma de decisio-
nes, por lo que lo escuchan religiosamente.

15. No glorifican el estar ocupadas


Productivo es diferente a ocupado. Ellas hacen el trabajo, sim-
plemente no se sienten abrumadas ya que lo están haciendo.

16. No toman las cosas personalmente.


Ellas entienden que tu opinión es sobre ti, no sobre ellas. Si
bien valoran tu aporte, si no estás de acuerdo con sus eleccio-
nes, todavía las toman. Y todavía les gustas.

17. No encuentran incómodo el silencio.


De hecho, el silencio las recarga. Disfrutan de un tiempo a
solas donde pueden explorar el crecimiento personal y tomar-
se un tiempo para volver a energizarse.
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18. No aspiran a ser populares.


Valoran la autenticidad en los demás y solo quieren amigos
con los que comparten una conexión profunda. Les gustan
las conversaciones desafiantes y esto no lleva a la populari-
dad pero no les importa.

19. No necesitan entrenadores personales.


O relojes de alarma para esa materia. Se motivan a sí mismas
y están entusiasmadas por dar el salto a su día, sin botones de
repetición para ellas.

20. No quieren fanáticos, quieren amigos.


Probablemente tienen 900 amigos en Facebook y una tonela-
da de seguidores en Instagram, pero lo que valoran es el con-
tenido de su fuente de noticias, no los números. Calidad sobre
cantidad cada vez.

21. No comparan lo que son con lo que tienen


Saben que las cosas no las definen, por lo que sus elecciones
en ropa y autos se basan en lo que les gusta, no en cómo quie-
ren que se les perciba.

22. No se niegan a sí mismas.


Se dan cuenta de que hay equilibrio en todo. Es posible que
estén en una patada de salud, pero con gusto se servirán un
helado de vez en cuando. Les gusta ir al gimnasio, pero saben
que no se caerá el mundo si se pierden de un entrenamiento.
Las mujeres seguras de sí mismas no necesitan agradarle a
nadie, lo cual es la razón porque a todo mundo le agrada.
 
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CAPITULO V
CÓMO ENFRENTARTE
EXITOSAMENTE
A LA VIDA LABORAL
(Secretos revelados)
Academia para damas.

CÓMO ENFRENTARTE
EXITOSAMENTE
A LA VIDA LABORAL
(Secretos revelados)

”Una mujer que sabe lo que aporta a la mesa,


jamás tendrá miedo de comer sola.”

Estoy segura que has oído hablar de la famosa presentadora


Oprah Winfrey y sus innumerables logros: desde salir de la
pobreza rural (su abuela la vestía con sacos de patatas porque
no tenían dinero para ropa), sobrevivir abusos, sobrevivir
un embarazo en la adolescencia y muchos cambios de hogar
donde su tutela fue de su abuela, a su madre y luego a su
padre biológico. Esta mujer, que fue objeto de burla durante
su niñez por su pobreza, suma más de $800 millones de dó-
lares y es sin duda, una de las mujeres más influyentes de
nuestros tiempos.
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La pregunta es, ¿cuál es la diferencia entre Oprah y el resto de


nosotras? ¿Acaso ella nació con un don especial que le permi-
tió sobrevivir a los horrores más grandes para convertirse en
una multimillonaria, exitosa mujer de negocios? (Además de
filántropa, abogada de las causas de igualdad y persona influ-
yente a nivel mundial) La Universidad de Illinois ofrece un
curso basado en el análisis del éxito financiero y profesional de
Oprah… y una podría pensar ¿cuál es el secreto?

Recuerdo un maestro de la Universidad que intentaba ense-


ñarnos estrategias de negocios en la escuela. El pobre habla-
ba y hablaba con entusiasmo a un grupo de adormilados estu-
diantes que veían el reloj cada cinco minutos deseando que
ya fuera hora de salir. El maestro frustrado de repente calló y
se fue al pizarrón. Borró el contenido y escribió en letras gi-
gantes: MADONNA.

Unos cuantos despertaron y otros empezaron a murmurar.


¿Acaso el maestro iba a hablar de Madonna en la clase de
Economía? Volteó y nombró a uno de mis compañeros: “Gu-
tiérrez, ¿sabes quién es ella?” “Claro Profesor… es Madon-
na, la cantante.”

“¿Qué más?” preguntó. Una compañera levantó la mano: “Es


actriz”. Y el profesor iba anotando debajo del nombre. “Bai-
larina” aventuró otro. “Empresaria, diseñadora, entrepeneur,
entrenadora física…” El profesor seguía anotando. Cuando la
lista llegó a 10, el profesor volteó y formuló su pregunta:
“¿Consideran a Madonna exitosa? –hubo un murmullo ge-
neral diciendo que si -¿Es la mejor cantante?”  Todos respon-
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dieron que no. “¿Es acaso la mejor actriz?” Se escucharon


risas, claro que no. “¿tiene talento natural para el diseño, los
negocios…?” Seguían las respuestas de: No. ¿Entonces,
dónde radicaba su éxito? ¿Cómo lograba Madonna sus innu-
merables éxitos profesionales?

Cuando he leído, estudiado y analizado a las mujeres más


exitosas del mundo; sin importar su origen, pasado o circuns-
tancias particulares, tres factores aparecen siempre. Estos tres
factores juntos, son la fórmula infalible para conseguir el
éxito en el mundo laboral y de negocios. Y la mejor parte es
que son absolutamente gratis y que cualquier mujer puede
ponerlos en práctica; es más, cualquier mujer DEBE ponerlos
en práctica. Y te los enumero a continuación:

·Trabajo Duro.
Decían las abuelas de antes “sobre aviso no hay engaño”. Si
tú crees que puedes lograr el éxito y alcanzar tus metas profe-
sionales sin esfuerzo, sin sacrificios, sin trabajar duro… estás
en el mundo equivocado.

No estamos hablando de tener fortuna, porque pudieras here-


darla o ganarte la lotería (aunque la gran mayoría de las per-
sonas que ganan la lotería mueren con un estatus económico
igual o menor que tenían antes de ganarla). Pero no nos des-
viemos del tema, lo primero que debes tomar en cuenta, asi-
milar y aceptar es que toda recompensa va respaldada de un
gran esfuerzo. Te pongo como ejemplo a la gran mujer que
mencioné al principio del libro:
 
Academia para damas.

Es una chica de clase media baja de los Estados Unidos cuyo


padre enferma de Esclerosis Múltiple y ella, siendo muy alle-
gada a él, le  promete a su padre que cumplirá su sueño de que
no se metería en problemas y que sería una buena estudiante.
Determinada a conseguirlo se enrola en una escuela de élite a
tres horas de su casa, por lo cual tiene que viajar diariamente
sola en camión para ir a clases.

Y siguiendo a su hermano decide inscribirse en una de las


universidades más prestigiosas: Princeton. Por supuesto,
mucha gente trató de disuadirla diciéndole que estaba
apuntando “demasiado alto”, pero esta chica que no se
rinde jamás superó discriminaciones, burlas y desprecios
para graduarse de Princeton y posteriormente de Harvard;
y claro para convertirse más tarde en la primer Primera
Dama afroamericana de los Estados Unidos. Michelle
Obama trabajó como nadie por sus sueños, y al casarse con
Barack, trabajó por los sueños de ambos logrando lo im-
pensable en la historia de América.
 
Michelle Obama no es un genio superdotado, ni una chica
con “mucha suerte”. Es una mujer que trabajó duro para al-
canzar sus metas, y lo sigue haciendo. Voltea a tu alrededor:
las personas exitosas se levantan temprano, dedican más
tiempo a cosas importantes que los demás, se fijan metas y
trazan planes para cumplirlas. Pero existe aún otra verdad, y
tal vez no te guste oírla pero es verdad: las mujeres debemos
de trabajar aún más duro que los hombres para lograr nues-
tros propósitos, por la sencilla razón que en muchas ocasio-
nes estamos compitiendo contra ellos. ¿Sabes cuántas horas
Academia para damas.

al día dedica Serena Williams a entrenar? Entre 7 y 8 diarias.


¡Es como ir a la oficina! Pero una no se convierte en la mejor
jugadora de tenis a nivel mundial entrenando cuando se nos
apetece, ¿verdad?
 
Antes de pasar al siguiente punto déjame aclarar algo, traba-
jar duro no significa matarse diariamente sin sentido. Si tú me
dices: es que tengo un puesto de asistente y trabajo muy duro,
en ocasiones más de ocho horas diarias, entrego todo y aún
así no logro subir de puesto y alcanzar otros puestos. Te pre-
guntaría ¿Y qué estás haciendo para lograrlo? ¿Has expresa-
do tus deseos de superación a tus superiores? ¿Te estás prepa-
rando, tomando un curso, estudiando una Maestría? ¿Has si-
quiera aplicado a otros puestos? Porque no es lo mismo traba-
jar duro, que trabajar duro inteligentemente; y lo último re-
quiere visión y planeación.
 
Esos ejercicios que en el Colegio te ponía tu orientador voca-
cional tenían un sentido y siguen siendo válidos. ¿Dónde te
ves en un año, en cinco y en diez? Recuerdas lo que te dije al
principio, si tú no sabes lo que quieres nadie lo sabrá por ti.
Si alguna vez leíste la famosa “Alicia en el País de las Mara-
villas” recordarás al gato que le decía: Si no sabes a dónde
quieres llegar, cualquier camino es bueno. Lo mismo sucede
con tus metas profesionales; si no las tienes claras y defini-
das, será casi imposible que diseñes un plan para lograrlas.
 
·Aprovechan oportunidades.
Tal vez recuerdes la película, basada en la vida real, protago-
nizada por Julia Roberts: Erin Brokovich. La película cuenta
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la historia de cómo una desesperada madre soltera se enfrentó


en el sistema legal al monstro corporativo PG&E. ¿cuál fue la
clave de su éxito? Aparte de su gran determinación, su
manera de aprovechar oportunidades. Verás, oportunidades
habrá siempre, pero pasan rápido. Una mujer distraída o inse-
gura o bien falla al momento de reconocer una ventana de
oportunidad o encuentra excusas para no tomarlo. “De todas
formas yo no era lo que estaban buscando” “Necesito otro
tipo de preparación para ese puesto” “Ese puesto siempre lo
ha ocupado un hombre”. Y te puedo seguir dando ejemplos
de mil y un excusas que utilizamos, porque, aunque a veces
rogamos por una oportunidad para demostrar al mundo
nuestro potencial, cuando ya la tenemos, por algún motivo
nos retractamos.

Las verdaderas cabronas no sólo reconocen las oportunida-


des, sino que no dudan en tomarlas. La vida es muy corta. Así
que arriésgate, lánzate y triunfa.

Actitud. ¿Sabes que fue lo primero que hizo Malala Yousaf-


zai al recuperarse de su atentado de homicidio? Luchar por su
derecho a recibir educación. Esta adolescente, a la cual le dis-
pararon a sangre fría, no permitió que el miedo la hiciera re-
nunciar a sus sueños.

El mundo gira igual para todas nosotras, la diferencia esen-


cial radica en la actitud que tomamos: un día lluvioso para
una puede ser mal augurio mientras que para otra significa la
oportunidad perfecta para disfrutar un café y leer.
Academia para damas.

Un despido laboral puede sentirse como el fin del mundo


para alguien y para otra persona el empujón que necesitaba
para dejar un trabajo mediocre y seguir sus sueños. Todo
radica en la actitud.

Realiza una mejora, aunque sea pequeña…


Recuerdo un consejo de mi padre que me sirvió mucho
cuando entré a mi primer trabajo. Realmente yo no tenía ex-
periencia y había obtenido el puesto gracias a una conocida
que me había recomendado y a que le había caído en gracia al
gerente durante la entrevista.

Una vez en el puesto me sentí abrumada por la cantidad de


responsabilidades y el desastre que había dejado mi anteceso-
ra. Fui con mi padre y le dije: “No creo poder lograrlo, me
siento rebasada y no hay nadie que me enseñe.” Mi padre
me dio un consejo que me ha servido toda la vida, me dijo:
“Arregla algo rápido, algo visible; tal vez no sea lo más im-
portante o lo más urgente pero la sensación de logro te dará
confianza a ti y a ellos les revalidará el hecho de haberte
contratado.” Mi puesto era de compras; así que un día me
fui a dar un vistazo al almacén de materiales: era un com-
pleto desastre.

Con la promesa de pizzas gratis logré convencer a un grupo


de chicos de el Departamento de Embarque que acudieran un
sábado y juntos organizamos el almacén. Tiramos una gran
cantidad de basura, organizamos el inventario y nos encon-
tramos con producto terminado que había quedado olvidado
y que pudimos vender.
Academia para damas.

Mi padre tenía razón, esa tarea sencilla le demostró a mis jefes,


y a mí misma, que podía con el puesto y con mucho más.

Han pasado veinte años después de esa lección y la sigo


viendo como algo invaluable. Mi ciudad natal había sido go-
bernada por décadas por malos administradores que la torna-
ron, de ser una ciudad limpia, turística y ordenada en un mu-
nicipio sucio, lleno de grafiti y desorganizada.  

Cuando la nueva alcaldesa reunió a su personal les dijo:


“Mencionen cinco problemas que tenga la ciudad que poda-
mos resolver en menos de dos semanas”. El personal se
quedó boquiabierto, ¿Cómo arreglar una ciudad en dos sema-
nas? El nivel de desempleo era altísimo, había problemas con
los sindicatos de agricultores, y los robos a casa-domicilio es-
taban por los cielos. La gente estaba desmoralizada y harta.

Una conocida mía, miembro del equipo levantó tímidamente


la mano: “Hace un mes no se limpia el centro de la ciudad…
realmente le da un aspecto sucio, de abandono y de inseguri-
dad.” Esa misma tarde las primeras cuadrillas empezaron a
pintar las bardas llenas de grafiti, limpiar las calles y recortar
la maleza. Al terminar sus dos primeras semanas de mandato,
la alcaldesa ya era alabada en los medios por “devolverle la
dignidad a la ciudad” y un ambiente de esperanza y motiva-
ción reinaba por las calles.

Cuando cosas malas les pasan a chicas a mujeres buenas…


Creo que no hay ninguna mujer en la que en algún momento
de su vida haya sentido autocompasión.
Academia para damas.

Es increíble lo fácil y hasta cómodo que resulta el echar la


culpa a los demás o inclusive a algo abstracto –como el Uni-
verso-  para justificar nuestra infelicidad o el que no seamos
capaces de alcanzar nuestras metas. “No estaba en las estre-
llas.” Es un dicho que comúnmente se aplica, como si nues-
tras vidas ya estuvieran previamente escritas.

Es especialmente fácil sentir lástima de una misma cuando tú


te sabes una mujer valiosa, capaz pero por alguna razón
parece que todas las cosas “malas” te pasan a ti. Entonces pri-
mero que nada vamos aclarando algo: “A toda la gente le
pasan cosas malas”. Así es, nadie en este mundo estamos
exentos al dolor, físico o moral.

Te pido de favor, en este momento, sea donde estés: un café,


el tren, tu casa voltea a tu alrededor y observa a las mujeres
que te rodean. Detrás de absolutamente todas hay una historia
de dolor: fracasos amorosos, enfermedades, distanciamientos
familiares, problemas laborales, económicos… y la lista es
interminable. No me canso de repetir del dicho: “el dolor es
inevitable, pero el sufrimiento es opcional.”

 ¿Sabías que la famosa cantante Beyonce sufrió un aborto in-


voluntario con su primer bebé? ¿Sabías que la exitosa actriz
Ashley Judd estuvo internada por depresión? ¿Sabías que la
preciosa ganadora del Oscar Charlize Theron vivió con un
padre alcohólico al que su madre mató en defensa propia?
Academia para damas.

Las revistas y los medios nos hacen idolatrar a estas mujeres


y asumimos que sus vidas son perfectas y libres de dolor y su-
frimiento. Pero la realidad es otra.

La diferencia entre superar un obstáculo y sucumbir al dolor


es nuevamente: la actitud. Tú me podrás decir: ¿Y qué hay de
la suerte? Hay personas que parecen haber nacido con “los
planetas alineados” a su favor, pero si dedicas cierto tiempo a
analizarlas sabrás que más bien lo que estas personas hacen
es sacar provecho a sus habilidades, cualidades y circunstan-
cias únicas que se les presentan.

Algo así como hacer limonada si la vida te da limones. Inclu-


sive las personas que se sacan la lotería contribuyeron cons-
cientemente a su ganancia; es imposible ganar cuando no se
juega ¿correcto?

Entonces, la próxima vez que te sientas desanimada, sien-


tas lástima por ti misma y piensas que “el Universo” con-
fabula para contribuir a tu mala suerte, levántate y mírate
al espejo y repite:

“La vida es 10% lo que me pasa y


90% cómo reacciono ante ello.”
Academia para damas.

CAPITULO VI
LO QUE NECESITAS
PARA POR FIN PODER
CUMPLIR TUS SUEÑOS
Academia para damas.

VI

LO QUE NECESITAS
PARA POR FIN PODER
CUMPLIR TUS SUEÑOS

Diario millones de mujeres hacen planes en sus cabezas y


sueñan con alcanzar sus metas y del mismo modo, millones
de mujeres renunciamos a nuestros sueños. He aquí las razo-
nes más comunes:

·Baja autoestima.
Si tú no crees en ti misma, ¿cómo alguien más va a creer en ti?
Es casi imposible lograr alcanzar tus metas si piensas que no te
las mereces o que no tienes las aptitudes para alcanzarlas.
 
·Negativismo.
¡A nadie le agradan las personas negativas! El ser pesimista
es un efecto boomerang: estarse constantemente quejando
solo alejará a las personas de ti y esto te tornará en una perso-
na amargada. El mundo es un lugar retador, no cabe duda,
pero nadie va a luchar por tus sueños por ti.
 
 
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·Baja energía.
¿Alguna vez te has preguntado donde quedaron las enormes
cantidades de energía que tenías en la adolescencia? Podías
trasnochar y bailar toda la noche, para levantarte temprano y
lucir como nueva. Hoy en día sufres una jaqueca terrible si no
duermes lo suficiente. Con el paso de los años, nuestros nive-
les de energía disminuyen, lo cual también se traduce en des-
gano y apatía. Necesitas cuidar muy bien de tu cuerpo, con
una buena alimentación, ejercicio y el descanso adecuado.
 
·Ansiedad.
Todas podemos sentirnos un poco ansiosas a veces, pero no
permitas que este sentimiento se interponga en tus sueños.
No permita que el estrés pase por encima de su cabeza. Es im-
portante encontrar maneras de lidiar con el estrés y la ansie-
dad. A veces, puedes sentirte ansiosa porque estás muy con-
centrada en tus sueños y estás haciendo todo lo necesario
para lograrlo, pero todavía no estás allí. Necesitas ser un poco
más paciente y encontrar formas de combatir esta ansiedad.
 
 ·Falta de disciplina.
¿Cuántas veces no has hecho una resolución de Año Nuevo
de hacer más ejercicio y comer más balanceado? Sin embar-
go, apenas pasan unos días y volvemos a viejos hábitos.
Esto aplica para todos los sueños; alcanzar metas requiere
determinación y disciplina. Analiza tu día, si no estás dedi-
cando siquiera una pequeña parte de tu tiempo a conseguir
tus objetivos entonces te está fallando la disciplina, o bien
¡cambia tus sueños!
 
Academia para damas.

· Los sueños cambian.


Es común que a medida que crecemos y maduramos nuestras
metas cambien. Tal vez antes querías ser la vendedora estrella
a nivel internacional de una compañía y viajar por el mundo,
pero el hecho de convertirte en madre te hace desear estar
más tiempo en casa. No tiene nada de malo re ajustar priori-
dades y cambiar de sueños, siempre y cuando lo hagas por las
razones correctas.
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPITULO VII
!ESTO TIENES QUE SABERLO!
SEXO Y SATISFACCIÓN PERSONAL
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VII

!ESTO TIENES QUE SABERLO!


SEXO Y LO ÚNICO QUE DESEAN LOS HOMBRES

“Ella no buscaba un caballero,


ella anhelaba una espada”

Anónimo

En un capítulo pasado hablé de las relaciones amorosas,


puesto que es un tema que agobia y atormenta a muchas mu-
jeres insatisfechas en ese tema. Por todos lados revistas,
programas de televisión –de ficción o reales- y testimonios
hablan de cómo acabar con esta insatisfacción en las muje-
res… pero hay otra área de la que rara vez se habla. Una in-
satisfacción mucho más común que hace a las personas son-
rojarse, burlarse, avergonzarse y ¡hasta molestarse! Sí,
estoy hablando de la insatisfacción sexual.
Academia para damas.

Como en toda historia, existen dos versiones: tu insatisfacción


sexual puede tener origen en tu pareja o en ti… perdón, olvida
eso. Tu satisfacción sexual depende 100% de ti y de nadie más;
tú tienes el poder y las herramientas para ser una mujer en sin-
tonía con su lado erótico disfrutando una maravillosa vida
sexual. Y no, no se trata de tu tipo o forma de cuerpo, de los ju-
guetes, aceites o posiciones de Circ du Solei que estés dispues-
ta  a probar, ¡Vaya, ni siquiera se trata de tu edad! Como en el
99% de temas esto se trata de de las 3A’s: Actitud, Autoestima
y Autoconocimiento.

De acuerdo con una encuesta reciente, el 62 por ciento de las


mujeres admite no estar satisfechas con sus vidas sexuales. Y
estas encuestas se realizan en los países supuestamente más
avanzados y liberales; ni siquiera imaginas como es la vida
sexual de mujeres en ciertos países africanos, donde literal-
mente son mutiladas físicamente para evitar que sientan placer.
El sentir placer es una necesidad y un derecho natural. La satis-
facción sexual, a pesar de lo que algunos puedan pensar, es
parte de la salud general. Los beneficios del sexo van más allá
de lo obvio. El sexo fortalece el sistema inmune, mejora el
estado de ánimo y elimina el estrés.

Alcanzar un orgasmo aumenta aún más los beneficios del sexo,


gracias a la liberación de la oxitocina y las endorfinas que des-
encadena. Estas hormonas para sentirse bien contribuyen a la
relajación, el calor y la cercanía, además de ayudar a combatir
el dolor y la depresión.
Academia para damas.

Entonces, ¿cuál es el problema? La satisfacción sexual no se


trata sólo de tener un orgasmo, se trata de la cercanía y la cone-
xión que trae con tu pareja. Y, según ciertas encuestas, el 60 por
ciento de las mujeres quieren más relaciones sexuales.

Emma Watson, la famosa y hermosa actriz de la saga “Harry


Potter”  ha dedicado gran parte de su vida adulta a abogar por
las mujeres. Esto no excluye el placer sexual femenino.

Si te estás preguntando si el placer sexual femenino se ha


olvidado de ti, que solo existe en las fábulas místicas de las
tierras imaginarias con el Hada de los Dientes, Emma
Watson quiere que sepas algo.

Durante una conversación con Gloria Steinem en la charla


How To: Academy, la actriz y activista de 25 años reveló que
está suscrita a OMGyes, un sitio dedicado a explorar el placer
femenino. ¿Qué valiosas lecciones nos da Emma Watson al
dar esta declaración? La primera, sólo porque es una mujer
bella, deseada, famosa, joven e interesante no quiere decir
que su vida está resuelta.

Al contrario, nos prueba que una verdadera mujer empodera-


da busca mejorar constantemente todos los aspectos de su
vida –incluyendo el sexual-  y ve su crecimiento y satisfac-
ción como un camino y no una meta. La segunda, es que ¡sólo
porque eres mujer no debes depositar tu capacidad de disfru-
tar en tu pareja!
Academia para damas.

Te pondré un ejemplo sencillo: supongamos que tienes una cita


con tu pareja. El restaurante es lindo, hay música agradable y
los olores te hacen desmayar del antojo. “Esta parece ser una
cena prometedora” –piensas. Ven el menú y ordenan, pero ¡ay!

El mesero se equivocó y le sirvió tu deliciosa pechuga


Cordon Bleu a tu chico y a ti te sirvió su hígado encebolla-
do. A ti no te agrada el hígado encebollado, es más, tu detes-
tas el hígado encebollado, pero tu chico –obvio sin  darse
cuenta porque él lo está pasando de lo lindo- saborea cada
trozo cremoso del pollo y tu amargamente comes un poco
de hígado para no morir del hambre. Terminan la cena y tú
obviamente te sientes insatisfecha, no sólo porque no dis-
frutaste el platillo que deseabas sino porque tu chico fue in-
capaz de reconocer el error y hacer el cambio.

Malhumorada y sintiéndote ignorada suben al coche, tu


pareja no tiene idea de porque estás molesta y como no estás
dispuesta a hablar de ello, lo que parecía una cita perfecta ter-
mina en un desastre.

Aunque se oiga muy simple el sexo es igual. ¡Sí! Puedes


tener todos los recursos listos para una noche -¡o mañana o
tarde!- fenomenal pero si falla la comunicación, puede fallar
todo. En el ejemplo de la cena la chica, por pena, orgullo, por
no arruinar el momento o por cualquiera otra razón, decide no
decirle al chico: “Ey, ese es mi platillo, cambiemos y ambos
disfrutaremos la cena.” Lo mismo va para el sexo, la comu-
nicación es la base de todo.
Academia para damas.

“Pero el chico debió de a) haberse dado cuenta del error del


mesero b) haber descifrado el porqué estaba molesta cuando
la razón era obvia” ¡No! Porque los hombres NO son muje-
res, porque tal vez son un tanto más egoístas que nosotras y
no intentarán hacer un problema donde ellos no lo ven. Y no,
los hombres  no saben descifrar, ni asumen, ni hacen una con-
versación eterna imaginaria contigo en sus cabezas mientras
manejan en el coche… esas somos nosotras.

Así que si continuamente te sientes insatisfecha sexualmente,


primero pregúntate la razón: no llegas al orgasmo, quisieras
más sexo, no te agrada o lastima algo, no sientes la conexión
o cualquier otra situación que te haga no sentirte plena. Ahora
pregúntate… ¿lo has hablado con tu pareja? Porque, si no lo
has platicado, perdóname pero el error está en ti.

Y otra vez, por favor olvídate de esas parejas de Hollywood o


peor aún de películas XXX, donde el hombre es físicamente
capaz de tener sexo por 5 horas sin parar, donde la chica tiene
millones de orgasmo y la química entre ellos es tan perfecta
que no hay ninguna diferencia entre ellos.

Si tú y tu pareja son así ¡wow! Pero en el resto de los morta-


les,  las relaciones sexuales son algo en lo que se trabaja con-
tinuamente; el conocer a tu pareja y conocerte a ti misma es
básico para alcanzar la plenitud.
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Hace poco mencioné las 3 A’s”

·Actitud.  
Se necesita actitud para el sexo, no me refiero solamente al
deseo primitivo o biológico; me refiero a la intención y la vo-
luntad. Para que se dé un encuentro satisfactorio, tú debes
proponértelo; esperar siempre a que las condiciones sean per-
fectas puede ser bastante irreal, debes crear los momentos.

·Autoestima.
Una mujer con baja autoestima rara vez está satisfecha se-
xualmente, puesto que vive para complacer a los demás y
teme expresar sus propios deseos y anhelos con tal de no ser
rechazada. He escuchado a muchos hombres hablar de sus
mejores parejas sexuales y rara vez se trataba de mujeres espe-
cialmente esculturales; ellos hablaban de mujeres que sabían
qué hacer con su cuerpo como ninguna otra, lo cual me lleva a
la última A.

·Autoconocimiento.
“Cada cabeza es un mundo”, seguramente has escuchado esta
frase un millón de veces. No tienes idea de la cantidad y varie-
dad de preferencias que existen en cuanto al placer sexual (no,
de veras, no tienes idea y tal vez no quieres averiguar). Mi
punto es que es imposible exigirle –mucho menos mentalmen-
te-    a nuestra pareja como tratarnos y qué hacer si nosotras
mismas no entendemos nuestros deseos y lo que nos agrada.
El orgasmo femenino es un poco como el hada de los dientes
para muchas mujeres. Una fantasía que se origina en un mundo
de sueños. El concepto general de Tooth Fairy parece mágico y
Academia para damas.

encantador, pero verificar cualquier existencia técnica y con-


fiable resulta tedioso. Encontrar al hada de los dientes es un
ejercicio de frustración. Y la evidencia de la mañana siguiente
puede ser fugaz en el mejor de los casos.

He aquí las razones más comunes por las que te encuentras in-
satisfecha y qué hacer al respecto:

1. Tienes mala comunicación con tu pareja.


La calidad de la relación con una pareja puede afectar seria-
mente la calidad de las experiencias sexuales de una mujer.
Cuando una mujer no se siente amada, respetada y aprecia-
da por su pareja, lo último que quiere es tener relaciones se-
xuales con él.

Tener relaciones sexuales está directamente vinculado a tus


emociones. Si estás molesta, enojada o resentida hacia tu
pareja, el sexo probablemente no sucederá. Si sucede, lo más
probable es que esté fuera de obligación con poca o ninguna
satisfacción para ti.

Lo que puedes hacer:


La respuesta obvia sería mejorar la calidad de tu relación
con tu pareja. Si primero te enfocas en mejorar tu relación,
entonces el sexo generalmente mejorará como resultado.
 Si te encuentras haciendo las mismas cosas una y otra vez
sin éxito, tal vez es hora de llamar a los profesionales. De
cualquier manera, si tu relación es importante para ti enton-
ces vale la pena tomar acción.
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2. Estás demasiado ocupada


Hacer malabares con la vida y sus muchas actividades puede
fácilmente afectar el deseo sexual de una persona. Muchas mu-
jeres tienen dificultades para manejar todos los roles que tienen
en la vida. Después de trabajar todo el día, cocinar la cena, lim-
piar después de la cena, llevar a los niños a la práctica atlética
e ir a una reunión de la junta asesora, lo último en tu mente es
el sexo. Y esto aplica de igual manera para las mujeres que no
están casadas; la vida agitada en la que nos desenvolvemos nos
hace frecuentemente inaccesibles para el sexo.

Lo que realmente quieres es encontrar un lugar tranquilo para


estar solo y reagruparse. En lugar de encontrar el sexo placen-
tero y satisfactorio, la mujer ocupada ve el sexo como una tarea
más en la lista de "cosas por hacer".

Lo que puedes hacer:


Reduce tu carga y prioriza tu relación y vida sexual. Si bien
todas estas actividades pueden parecer necesarias, en el gran
esquema de las cosas, realmente no son tan importantes como
mantener una relación saludable y la vida sexual con tu pareja.
A veces puedes sentir que tienes que hacerlo todo, pero no lo
haces. Suelta ciertas actividades, renuncia a ciertos compromi-
sos. Esto no solo es beneficioso para tu vida sexual, sino que
también es beneficioso para tu bienestar general. Cuando re-
duzcas algunas de tus actividades, te sentirás mucho menos es-
tresada y todo fluirá.
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3. Tu vida sexual se ha vuelto aburrida.


¡Auch! De las cosas que más nos cuesta admitir. Las mujeres
quieren más de sus relaciones sexuales que tener relaciones se-
xuales en el mismo lugar, de la misma manera y al mismo
tiempo. Una vida sexual predecible se asocia generalmente
con una vida sexual aburrida, que puede llevar a la insatisfac-
ción. El aburrimiento sexual es la causa más probable de la
afirmación: "No esta noche, cariño"

Lo que puedes hacer:


Pensar fuera de la caja. En lugar de relegar el sexo estrictamen-
te al dormitorio, cámbialo un poco. Tu casa está llena de habi-
taciones y muebles, úsalos para el sexo. Realmente te  sorpren-
derás de la emoción que simplemente inspirar puede llevar su
diversión a otra habitación.

Intenta una nueva posición sexual. Siempre hay emoción en


probar cosas nuevas y diferentes. Despierta a tu diva sexual
al hacerse cargo de tus experiencias sexuales para alejar el
aburrimiento.

4. Ya no te sientes sexy.
Muchas mujeres no están satisfechas con la apariencia de sus
cuerpos. En Estados Unidos, por ejemplo hay mucha obsesión
con la imagen corporal. Hay expectativas poco realistas de ser
un cierto tamaño y mirar de cierta manera. Algunas mujeres no
se sienten atractivas o atractivas debido a sus percepciones
sobre sus cuerpos.
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Estas creencias luego se cruzan en su mundo sexual y les impi-


den experimentar satisfacción. Hubo un estudio publicado en
The Journal of Sex Research que encontró que el énfasis en la
cultura estadounidense en ser joven y delgado es más influyen-
te que la menopausia cuando se trata de la satisfacción sexual.

Lo que puedes hacer:


Sigue la regla probada y verdadera: "Acentúe lo positivo, eli-
mine lo negativo". Encuentra las cosas que te gustan de tu
cuerpo y de ti misma, y concéntrate en esas áreas. Cuando te
mires en el espejo, deja de mirar los defectos y comienza a
mirar las cosas que admiras de ti.

Cuéntate a ti misma lo hermosa que eres. Incluso si no lo


crees al principio, con el tiempo no solo lo creerás, sino que
lo sentirás. Una vez que empieces a sentirlo, querrás compar-
tirlo con tu pareja.

5. Estás frustrada sexualmente.


Muchas mujeres se sienten frustradas sexualmente porque no
obtienen lo que quieren y necesitan sexualmente. La mayoría
de las mujeres quieren más juegos previos, más intimidad y
que sus parejas duren más tiempo. Cuando una mujer se siente
como un "trozo de carne" o un "bloque de montaje", es menos
probable que se prenda para experimentar placer sexual, lo que
a su vez resulta en una falta de satisfacción.

Lo que puedes hacer:


Pide lo que quieras. Las conversaciones sobre sexo se deben
tener mucho tiempo antes del acto. Cuando estés consciente de
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lo que quieres y necesitas, es imperativo que su pareja lo


sepa. Contrariamente a la creencia popular, tu pareja no
sabe automáticamente lo que le excita sexualmente o lo que
necesita ser, sólo Tú.

¿Hacerse del Rogar? – cuál es la clave para mantener al


hombre de nuestros sueños a nuestro lado.

¿Alguna vez has tomado un tazón de caldo de pollo caliente


al encontrarte enferma de un fuerte resfriado? O tal vez has
tomado una cucharada de miel con limón cuando no aguan-
tabas un dolor de anginas. ¿Qué otro consejo de abuelita has
seguido para intentar sentirte mejor? ¿Amarrarte un trapo a
la frente para la jaqueca? ¿Beber bicarbonato diluido en
agua para la indigestión? Yo los he seguido todos; realmente
todos funcionan.

Y claro, si tú vas a la farmacia encontrarás todo tipo de medica-


mentos modernos y deslumbrantes que prometen alivio inme-
diato y duradero. Si eres como yo, claro que comprarás unas
cuantas pastillas, pero no dejarás de tomar el té que recomendó
la abuela; no porque el fármaco moderno no te vaya funcionar
sino porque hay cosas que simplemente no cambian.

Algo parecido sucede con el corazón humano y los males que


lo aquejan. Muchas mujeres creen, que porque vivimos en
pleno siglo XXI, nuestros hombres han cambiado radicalmente
desde que eran unos cavernícolas… ¡y no es así!
Academia para damas.

Claro, hablamos y vestimos de manera más civilizada, tene-


mos horarios, clases, pasatiempos etc. pero en el fondo las
emociones y deseos que llevamos dentro son las mismas. Al
igual que tu antepasada anhelas bienestar: sólo que para ti esto
se traduce en tener un fin de semana libre en la playa o viendo
series de Netflix y para ella significaba descansar después de
recolectar fruta todo el día.

Al igual que antes, buscamos seguridad sólo que para nosotras


significa no ser asaltadas y dormir en una casa protegida y para
ellas era encontrar un escondite donde un animal salvaje no las
devoraba. Al igual que ellas, buscamos tener pareja: sólo que
para ellas significaba un medio para perpetuar la especie y para
nosotras… para nosotras significa a veces algo demasiado
complicado de explicar.

Los hombres tampoco han cambiado gran cosa. Y te repetiré


algo que ya he mencionado: los hombres son cazadores. Una
parte de su ser encuentra satisfacción sin igual cuando lucha
por lo que quiere y lo consigue por sus propios medios. Y no
estoy hablando de una idea anticuada, anti feminista o algo así;
estoy hablando de una realidad biológica y ancestral.

Imagínate que estás trabajando y llega un día tu jefe, toca la


puerta de tu oficina y te anuncia: “Catalina, estamos repartien-
do bonos y hoy te daremos el tuyo”; tú obviamente brincarás
de felicidad y te sentirás afortunada, apreciada y satisfecha.
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Ahora bien, supongamos que el mismo jefe entra a tu oficina y


te llama a la sala de juntas donde te esperan todos tus compañe-
ros: “He decidido reunirlos a todos para anunciar el ganador
indiscutible del bono mensual. Esta persona presentó un pro-
yecto que superó todas nuestras expectativas y fue alabado en
el Corporativo. Quiero felicitar enfrente de toda la compañía a
Catalina y entregarle su merecido bono.” ¡Guau! Tú te sentirás
en las nubes, satisfecha de que tu esfuerzo haya rendido fruto y
feliz de recibir una pequeña fortuna.

¿Sabes qué? Al paso de unas horas, ambas victorias te supieran


igual, puesto que bien o mal el resultado es el mismo: recibiste
algo grandioso. Para un hombre ambas situaciones difieren
diametralmente.

Me podrás alegar que los hombres son más perezosos que las
mujeres –muchas veces es verdad- y que darían lo que fuera
por obtener lo que desean con el mínimo esfuerzo. Y aquí entra
nuestro ADN.

El hombre por naturaleza es cazador. El hombre disfruta más o


de igual manera el proceso de conquista, que la recompensa en
sí. ¡Aprendamos de una vez! Los hombres y las mujeres no son
iguales. Si fuésemos iguales, el hombre también hubiera sido
un recolector de frutos, y no un cazador y hubiéremos perecido
en la historia ante depredadores más fuertes.

Al hombre le gusta luchar por lo que quiere, no porque sea or-


gulloso o soberbio, sino porque está inscrito en lo más profun-
do de su naturaleza. Y precisamente por eso, es que un hombre
Academia para damas.

que no tiene que “batallar” para conquistarte, para ganarte, es


un hombre que perderá interés inmediatamente.

Es tan obvio y tan cierto que resulta incomprensible cómo las


mujeres seguimos cometiendo los mismos errores. Y claro,
todo empieza cuando la mujer no se valora suficientemente a sí
misma; si tú piensas que no vales nada, no esperes que los
demás, mucho menos un chico piense que vales más.

Una mujer que se entrega demasiado, que lo pone todo fácil,


que rompe con el misterio y la duda, le echa a perder “la cace-
ría al hombre. ¿En qué momento estoy cometiendo el error?
Me podrás preguntar, y claro te daré algunos ejemplos. Son
como los remedios de tu abuelita, por más que existan herra-
mientas modernas, hay cosas que no pasan jamás de moda,
como los siguientes ejemplos:

·Conoces a un chico, de la manera que sea: en una reunión,


en el trabajo, en un cumpleaños. Hay química entre ustedes y
el chico te invita a salir. La chica desesperada, sin autoestima
responde: “Claro, estoy disponible desde mañana” o “A la hora
que tú quieras me parece perfecto”. La chica empoderada, que
se sabe valiosa y atractiva, le pondrá un poco de picardía y co-
quetería y le dirá: “Claro que me encantaría, sólo que mañana
ya tengo planes” o “¿Te parece si lo hacemos por la tarde?

Tengo mi mañana saturada”. No importa que lo que tengas que


hacer sea limpiar tu clóset, o llevar al perro al veterinario.
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Jamás debes romper tus planes para ajustarte a los de él; el


hombre anhela la lucha, el esfuerzo y de esta manera sabe que
la chica tiene otras opciones, otros planes y eso la hace aún más
atractiva y él hará lo que sea por ganarla.
 
·Llevas saliendo algún tiempo con un chico, nada formal y se
atraviesa alguna festividad como Navidad o su cumpleaños.

La chica abnegada y entregada le tejerá una cobija idéntica a la


que su nana le tejió de bebé; o se gastará una fortuna y miles de
llamadas para conseguirle un vinyl original edición limitada de
Bob Marley. No me malinterpretes, ¡por fuera el chico estará
extasiado! Sin haberse esforzado mucho, esta chica le obse-
quió algo tremendo, pero por dentro su cabeza empezará a
perder interés: no hubo necesidad de conquista, esta chica lo
entregó todo, y habrá unos que lo vean como señal de emer-
gencia. Pensarán: esta chica me quiere “amarrar”, aún ni
somos novios y ella está desesperada.

En cambio una mujer empoderada, que sabe que no necesita


demostrar su valor mediante un regalo costoso, tal vez le regale
un detalle con significado pero no costoso ni mucho menos.
“Me topé con este poster de Top Gun y decidí regalártelo
porque recuerdo que dijiste que estabas enamorado de Kelly
McGillis, para que la recuerdes así y no como luce ahora”. El
chico pensará: esta chica es grandiosa y divertida. No necesitas
–ni debes- extralimitarte con los regalos, mucho menos si su
relación no es formal.

 
Academia para damas.

·Llevas saliendo un rato con tu chico y todo marcha de ma-


ravilla cuando “Oh!” los dos tienen un evento importante
el mismo día; a sus dos mejores amigos se les ocurrió casar-
se el mismo día… en diferentes ciudades.

Tú morías por llegar a la boda acompañada de tu flamante


nuevo galán y pasar un fin de semana increíble. El chico te
dice: “Me encantaría ir contigo, pero, se trata de Jorge, es im-
posible que me pierda su boda. Su familia no me lo perdonaría.

A mí también me encantaría que fueses conmigo, ¿no podrías


cancelarle a tu amiga y venir conmigo? Es el día de su boda,
estará tan feliz que no le importará.” La chica entregada y ab-
negada pensará: ¡Cielos! Es el primer evento formal al que me
pide que lo acompañe, no puedo dejar pasar esta oportunidad.

Además en las bodas siempre hay chicas lindas, ¿qué tal que va
y conoce a otra chica por ir solo y le gusta más que yo? No
puedo permitir eso.  

Claro que Marla se enfadará conmigo, pero encontraré la


manera de compensarla, y entonces responde: “¡Por supuesto!
Cancelaré mi evento, y te acompañaré al tuyo. Sólo para que
veas lo que significas para mí.” El chico dirá: ¡Estupendo! Pero
su mente pensará: Canceló la boda de su mejor amiga solo para
ir conmigo, no me hubiera enojado si no lo hubiera hecho. ¿Es-
tará muy desesperada? En cambio la chica empoderada le dirá:
“Es realmente una lástima, me hubiera gustado pasar el fin de
semana juntos pero me es imposible no asistir a la boda de
Marla. Luego nos contaremos qué tal nos fue, al regreso”.
Academia para damas.

Te aseguro que una de dos cosas pasará: O el chico encontrará


la manera de zafarse de su evento para ir con ella o si no la
puede acompañar, pasará todo el fin de semana preguntándose
cómo la está pasando ella, y muriendo de celos de pensar que
algún chico se acercó a sacarla a bailar. El chico anhelará como
nadie su regreso y pensará en nunca más dejarla ir.
 
· Es cumpleaños de Tere en tu oficina y deciden todos ir
al bar de moda.

Tú invitas a tu chico pero ¡Oh no! Tiene un terrible resfriado y


te dice que lamentablemente no podrá ir. Te mencionaré varias
opciones que la chica abnegada y entregada hará:

a) Enfadarse con él: “qué casualidad que nomás te enfermas


cuando se trata de un evento mío, pero ayer te sentías perfecto
para ir a los bolos con Daniel.”

b) Cancela su evento para ir a cuidarlo: “Ya comimos pastel


con Tere en la oficina, mejor me vine a traer un caldo de pollo
–que yo hice- y a hacerte masaje.

C) Asiste a su evento pero se la pasa mandándole mensajes:


“¿Cómo te sientes? Pedí este trago y me acordé de ti. El evento
está muy aburrido, preferiría estar contigo”.

El pobre chico se sentirá más abrumado con las atenciones y


reclamos que con el resfriado. La chica empoderada no se en-
fadará con él, pero tampoco cambiará sus planes porque el
chico esté resfriado.
Academia para damas.

Si el chico le manda un mensaje ella le responderá: “intenta


descansar mucho, que te mejores y charlamos mañana.” El
chico se quedará anhelando saber más, cómo la estará pasando
sin él y buscará la primera oportunidad para verla de nuevo.

¿Te sentiste identificada? Por alguna razón, y aunque tú jures


que no deseas tener hijos, las mujeres terminamos metiéndo-
nos en el papel de madres de nuestros chicos: consintiéndo-
los, mimándolos y resolviéndoles la vida. Y dime, ¿a qué
hombre no le gusta que le resuelvan la vida? Que le desman-
chen esa camisa, que le consigan ese programa que no ha lo-
grado encontrar, que le cocinen, y que le atiendan al gato
cuando no está. A ti te podrá sonar inconcebible que tu plan
de conquista vaya a fallar: lo trato exactamente como a mí me
gustaría que me trataran.  

Y aquí está la clave: A TI. Porque… ningún hombre (men-


talmente sano por lo menos) quiere llevarse a su madre a la
cama. Tu chico, aunque se deje consentir y mimar, quiere
llevarse a la cama a esa chica divertida, simpática, inteli-
gente con quien se la pasa estupendo, aunque no siempre
sea fácil de localizar. Tu chico quiere una relación, no con
su madre, sino con una chica sexy que lo reta en todos los
aspectos y que no siempre lo deja ganar.

Así que tal y como los remedios de abuelita, estos consejos


no fallan, porque así como el cuerpo necesita líquidos para
no deshidratarse, el hombre necesita sentirse retado para
mostrar interés.

 
Academia para damas.

Sé una mujer empoderada,


una mujer que no siempre
esté disponible pero siempre
sea amable.

La clave es no dedicarle
todo tu tiempo, pero el
tiempo que pasen juntos que
valga la pena.
 
Academia para damas.

CAPITULO VIII
NUESTRA META:
LA FELICIDAD DÍA A DÍA
El mito en la edad de una mujer..
Academia para damas.

VIII

NUESTRA META:
LA FELICIDAD DÍA A DÍA
El mito en la edad de una mujer..

Edad y mujer parecen ser dos palabras que explotan cuando


las ponemos en la misma oración. Cuando somos niñas la
edad es la determinante molesta de todo lo que no podemos
hacer: usar tacones, maquillaje, tener un novio. En la adoles-
cencia una vez más la edad nos ata contra nuestros deseos:
poder beber, viajar solas; llegamos a la adultez y es la última
etapa en la que la mujer aspira tener más edad, sobre todo en
el ámbito laboral donde a menudo es juzgada como “falta de
experiencia”. Y justo como un aguacate, cuya vida óptima
oscila entre dos y tres horas, la edad empieza a presionarnos
hacia el otro extremo.

Hace un segundo deseábamos tener más edad para andar


solas por la vida, sin rendir cuentas ni pedir permisos
cuando… ¡Oh! Descubrimos una pequeña arruga en el rabillo
del ojo, diminuta seguro y notoria únicamente si hacemos un
gesto de limón exprimido.
Academia para damas.

Aún así parece el fin del de nuestras vidas, y nuestras ganas de


comernos al mundo se transforman radicalmente en miedos,
inseguridad y temor al qué dirán. “Ya tengo X años y aún no
tengo un novio”. “Ya voy a cumplir X años y no he logrado
ninguna de las metas laborales que me había propuesto.”

“Ya voy a cumplir X y no tengo hijos, vaya ni siquiera me he


casado.” Sientes que el declive de la vida te amenaza y que
cada cumpleaños es un ultimátum para conseguir tus sueños.
Si te diste cuenta, puse X y no un número determinado de
años porque, en realidad el número no importa, sino la con-
notación que tiene culturalmente.

¡En los tiempos de Jesucristo una mujer era considerada an-


ciana después de los 25! Y no te vayas tan lejos, en los tiem-
pos de tu abuela, el no estar casada y empezar a tener hijos
antes de los 20 era un augurio de que serías una “solterona”.
¡Vaya tontería!

Hoy más que nunca la edad es relativa, y te explicaré por qué.


Pero antes, claro hay que hacer la aclaración que en los hom-
bres las cosas son distintas. Aunque el movimiento feminista
en ocasiones se niegue a aceptarlo, la madurez consiste en ver
las cosas como realmente son. Y bajo nuestras condiciones
sociales y culturales, la edad tiene un significado totalmente
distinto en un hombre que en una mujer.

Para empezar, los hombres no aspiran a tener cierta edad para


ponerse cierta ropa o ir a ciertos lugares; si claro, un adoles-
cente precoz soñará con tener una barba y se untará cáscara
de tomate porque su primo le juró que de esa manera lo con-
Academia para damas.

seguiría. Pero en sí, básicamente los hombres se visten y asis-


ten a los lugares que desean  y con quien desean desde que
dejan el andador. Y hasta que cumplan alrededor de 75 años
rara vez sentirán la presión de procrear, puesto que son capa-
ces de hacerlo, si lo desean, hasta que son prácticamente an-
cianos. Si te molesta esta increíble diferencia, tienes que arre-
glártelas con el Universo y la Naturaleza. Entonces, los hom-
bres felizmente aceptan cada cumpleaños, sabiendo que la
edad es sólo un número, y para colmo, sus primeras arrugas y
pelos canosos no los convierten en un viejo sino en “tipos in-
teresantes”. ¡Vaya!

Ahora te diré porque la edad es totalmente relativa en una


mujer o debería de ser. Y antes de que creas que te diré que te
ames sea cual sea tu edad biológica, te diré la verdad: en
nuestros tiempos la edad es relativa GRACIAS A LA CIEN-
CIA. Sí, agradece al chico nerd que se sentaba atrás de ti en
clase de Arte y ahora es médico o investigador científico. La
edad es una mezcla curiosa entre cultura y ciencia: para cier-
tas culturas, tal vez algunas tribus indígenas, las cosas no han
cambiado gran cosa desde los tiempos de Jesucristo.

Las mujeres son consideradas seres inferiores, utilizadas


para procrear, y debido a los pocos cuidados médicos y de
higiene, después de dar a luz cinco hijos antes de los 25, son
prácticamente ancianas. Pero en el mundo civilizado, donde
tú y yo vivimos, nuestra edad se conforma del componente
cultural (a qué edad en promedio las mujeres se casan,
tienen hijos etc.) y los hábitos de salud e higiene.
Tú pensarás que van siempre de la mano, pero te aseguro
que en un pueblito en medio de la nada en Estados Unidos,
la atención médica puede ser de primer mundo –o casi-
pero la mentalidad es de la edad Media y las mujeres son
tratadas tal cual.

Todos hemos visto videos de la abuela de 90 años que es


maestra de Yoga, o la tía de 85 años que ha decidido viajar
sola por el mundo, por eso una y otra vez se nos repite: la
edad está en nuestra mente. Es decir: la actitud que tengas
ante la vida te puede hacer una niña, una adulta o una anciana
a cualquier edad biológica.

No podemos cegarnos, en cuestiones biológicas, específica-


mente en el tema de procrear. Una tía puede viajar por el
mundo y trepar montañas a los 80 años, pero su cuerpo no le
permitirá tener hijos a esa edad. Aún así, la ciencia ha avan-
zado y una mujer es capaz de tener hijos a edades mucho más
elevadas que en la antigüedad. Pero dejemos el tema de los
hijos por un lado ahora.

Pregúntate lo siguiente ¿qué significa tu edad para ti? No


para tu madre, tus amigas o tu jefe. Tengo una amiga que
tiene una definición de estrés que me parece estupenda:
“Estrés es no poder aceptar nuestra situación o condiciones
actuales”. Yo adoptaría la misma definición para la edad; no
hay nada más frustrante que intentar luchar contra el tiempo,
es una lucha que absolutamente todos perdemos.
Una mujer empoderada ni siquiera pierde el tiempo pensando
eso; una mujer segura de sí misma disfruta cada una de
las etapas de su vida al 100% y no se aferra a ninguna de
ellas. Hay una frase de Carrie Bradshaw que me encanta:

“Los 20 son para divertirte, los 30 para aprender y


los 40 para pagar tus tragos.”

Lo que ella quiere decir es que todas las etapas en la vida de


una mujer valen la pena, cada etapa tiene cosas que ofrecer-
nos, ventajas y desventajas como todo en la vida.

Seguramente a los 40 no podrás trasnocharte 3 días seguidos


y aparecer intacta al trabajo como a los 20; pero te aseguro
que no se compara el nivel de madurez y experiencia. Y hay
cosas que no se pueden manejar adecuadamente hasta tener la
madurez necesaria.

La famosa actriz Jessica Chastain dijo lo siguiente cuando le


preguntaron que hubiera hecho si hubiera alcanzado la fama
a temprana edad:

"Hubiera sido un desastre. Si tuviera 19 años y tuviera la


atención que estoy recibiendo ahora, solo habría dicho estu-
pideces. Habría pasado todo mi tiempo en fiestas. ¿Todas
estas cenas caras y las personas que me regalan champán?
Todas estas estupideces que criticamos a los jóvenes de 19
años por hacer cuando son famosas, lo habría hecho.”
Necesitas dejar de dictarte qué nivel de éxito debes haber alcan-
zado de acuerdo a tu edad, el único día que cuenta es HOY.

Y si aún no me crees te menciono algunas mujeres increíble-


mente exitosas que alcanzaron el éxito pasados sus 20’s:

La ganadora del Oscar Kathy Bates –la recordarás por su


gran papel en Misery- obtuvo su primer oportunidad… ¡a
los 43 años!

La famosa diseñadora Vera Wang, empezó su profesión a los


40 años. (había sido patinadora artística antes de eso).

Y ya te he mencionado otras brillantes mujeres como Oprah


y JK Rowling que no vieron sus carreras despegar hasta que
su juventud había pasado.

Y te menciono a celebridades porque las mujeres solemos


compararnos con ellas. Si de todas maneras vas a hacerlo, ¡que
sea en el aspecto positivo! Las celebridades no temen hacer el
ridículo, porque saben que sólo hay una vida. Por eso vemos
mujeres maduras teniendo hijos, vistiendo de manera sexy y
luchando por su carrera… y lo mismo deberías hacer tú.

Puedes poner muchos pretextos para no lograr tus sueños,


pero jamás permitas que el número en tu acta de nacimiento
sea uno de ellos.
Cómo establecer y lograr mis metas.

Hay un dicho, que mi maestro de Ciencias nos repetía constan-


temente y que a mí me agrada mucho: “Todo aquello que no es
medible, no es mejorable.” Y la cuestión por la cual me agrada
es porque va mucho más allá de un tema científico o matemáti-
co. En verdad aplica para toda la vida.

Con frecuencia visualizamos nuestros sueños y metas como


algo etéreo, como una imagen lejana de nosotros con el rostro
de Adriana Lima, los millones de Ellen Degenres y la expe-
riencia de Angela Merkel. Y soñamos cada año con “lograrlo
algún día”. Pero esos sueños jamás se transforman en planes
tangibles y MEDIBLES. Todo aquello que no eres capaz de
medir, significa que es algo subjetivo, algo donde tu termóme-
tro para saber si estás bien o mal es una simple opinión.

A muchas mujeres les deprime el Año Nuevo: las fiestas han


pasado, el cuerpo resiente las comilonas, y una cierta melanco-
lía las embarga al repasar todo lo que NO lograron.  A mí por
el contrario, me fascina el inicio de un año. El primero de
Enero es una verdadera oportunidad que se nos regala a abso-
lutamente todos los seres humanos: pobres, ricos, altos,
gordos, solteros, casados etc. de hacer las cosas mejor; de
lograr objetivos y cumplir sueños.

No hay absolutamente nada que tú hayas hecho que primero no


haya pasado por tu mente.
Te lo mencioné al principio del libro ¿lo recuerdas? Pues lo pri-
mero que yo hago es pensar, soñar y visualizar todo aquello
que quiero lograr cada año que inicia. Y me refiero a sueños de
todo tipo: laborales, físicos, de pareja, personales etc.

Bien, ya soñaste, visualizaste y deseaste… la mayoría se queda


en este paso, añorando que mágicamente el Universo escuche
sus plegarias y actúe a favor de ellas. La mayoría pretende ob-
tener resultados    diferentes actuando exactamente igual.
¿Suena ilógico, verdad?

Entonces, yo te propongo seguir unos pasos sencillos para es-


tablecer y lograr tus metas. No es una fórmula mágica, es sim-
plemente darle estructura a tus sueños:

·Date un tiempo a solas para reflexionar. También te lo dije


al principio del libro: nadie puede saber o decirte lo que quieres
más que tú. Pero para ello necesitas silencio, concentración y
estar a solas sin distracciones. Cierra los ojos y visualízate en
todos los aspectos de tu vida.
 
·Revisa todos los componentes de tu vida. Tú no eres solo tu
trabajo, y tú no eres sólo tu pareja. La belleza de la vida radica
en encontrar satisfacciones en todas las facetas que tiene una
persona… ¡y las mujeres tenemos más facetas que nadie! En-
tonces necesitas revisar todas esas facetas: tu vida profesional,
laboral, tu salud, tus relaciones familiares, tu conexión con la
Naturaleza, tu preparación académica, tu rol de madre etc.

 
·Anota diez objetivos, los más importantes. Asegúrate que
todos se puedan medir. Abre tus ojos, siéntate con un papel y
una pluma y anota. Haz una lista, menos de diez son pocos,
más de diez es verse poco realista. No se trata de cumplir
todos, pero si la mayoría. Y te digo que sean medibles, porque
es la única manera de saber si los hemos cumplido; no es lo
mismo decir: “quiero viajar más.” A decir “este año quiero co-
nocer al menos dos ciudades que nunca he visitado”.

No es lo mismo decir: “quiero mejorar en mi trabajo”, a


decir: “este año voy a aplicar para el puesto de promotora.”
No es lo mismo decir: “Quiero lucir mejor.” A “este año
bajaré los 7 kgs de sobrepeso que tengo.” ¿entiendes la idea?
Lo primero son sueños y deseos; lo segundo son metas y ob-
jetivos claros y MEDIBLES. Recuerda que todo lo que no
puedes medir, no lo puedes mejorar.
 
·Deja pasar el tiempo y reajusta. Es totalmente aceptable, re-
alista y hasta conveniente reajustar metas una vez que el
tiempo pasa. Hay circunstancias inesperadas, u oportunidades
que no puedes dejar pasar, solo porque ya tenías establecidos
tus objetivos. Por ejemplo: si tenías planeado un viaje el fin de
semana y te sale una gran oportunidad de trabajo que implica
que prepares una presentación, sería ilógico decir: “estoy com-
prometida con mis sueños, no puedo dejar de ir a mi viaje.” No
se trata de sacrificar todo por el trabajo, se trata de analizar
prioridades, revisar el progreso y hacer ajustes. Es difícil saber
cómo te irá por el camino hasta que estás ahí parada.

 
·No claudiques. Vamos a suponer que una de tus metas era leer
un libro por mes. Pero pasó el primer mes y la tía de tu novio
enfermó, luego te salió un viaje inesperado y después llegó tu
hermana a visitarte por una semana. Y, claro está, no tuviste
oportunidad de cumplir con tu meta de lectura.

Lo peor que puedes hacer es decir: “como ya no cumplí este


mes, ya mejor dejo este objetivo y lo retomo el mes que entra.”
Es la receta perfecta para fracasar en todos tus objetivos. Es
como las mujeres que se ponen a dieta, y en una salida con sus
amigas se comen tres pedazos de pastel y dicen: “Ya mejor
dejo la dieta, total ya la rompí”. Una mujer decidida dirá:
“Tomaré esto como el break que necesitaba, mañana cenaré
una ensalada y listo, reiniciamos el Lunes.”

Tus metas y objetivos serán tan ambiciosos, alcanzables o


realistas como tú te los plantees. Absolutamente nadie sabe
lo que realmente deseas, y tampoco nadie sabe de cuánto
eres capaz, más que tú.

Lo que si te puedo decir es que hay un equilibro muy sutil entre


proponerte metas que te reten y realmente tengan un impacto
en tu vida y proponerte metas tan inalcanzables que sólo te de-
priman y te frustren. Si logras encontrar ese equilibrio, créeme
tienes la mitad de la batalla ganada.
 
¿Y la felicidad?

Si leíste este manual es porque, como muchas de las personas,


sientes que no eres 100% feliz. O más bien, crees que puedes
ser mucho más feliz de lo que eres.

Creo que podemos resumir todo lo que te he dicho y explicado


en una frase, que podrá sonar simple pero es muy cierta: “Todo
depende de ti”. Depende de ti el que encuentres una relación
sentimental verdadera y satisfactoria, depende de ti que logres
tus metas, depende de ti el cómo afrentes adversidades. Y defi-
nitivamente depende de ti el si eres feliz o no.

Primero intentamos llegar a un acuerdo en lo que es la felici-


dad. ¿Felicidad es encontrar una pareja amorosa? No necesa-
riamente, existen muchas personas que se encuentran en rela-
ciones que padecen depresiones incluso severas. ¿Felicidad
es el éxito profesional, el acumular riquezas, lujos, viajar?
Espero no necesitar convencerte de que nada de lo anterior
garantiza la felicidad.

¿Y la salud?

Te puedo nombrar una lista de mujeres que aún en las peores


condiciones físicas han logrado ser felices. Te diré cuál es el
secreto, en verdad son dos pequeños secretos.

El primero: encontrarle sentido a tu vida. Nada, absolutamen-


te nada en esta vida vale la pena sin propósito. Tus propósitos
podrán ser diametralmente opuestos a los de tu madre, tu prima
o tu vecina, y son 100% válidos mientras sean reales.

Habrá mujeres cuyo propósito sea servir, habrá otras que


sueñen con trascender y hacer historia. Habrá otras que simple-
mente quieran disfrutar y encontrar alegría en los pequeños de-
talles. Todos son válidos. Y de esta premisa surge la cuestión
principal ¿para qué quieres vivir? Si no puedes darle una res-
puesta concreta a  esta pregunta quiere decir que aún no has en-
contrado el propósito de tu vida.

El segundo: creer que puedes lograrlo. Hace poco asistí a una


charla impartida por una psicóloga reconocida. La mayoría de
los conceptos que planteó ya los había escuchado, y aunque
eran buenos, no me parecieron nada fuera de lo común. Al final
de la plática nos preguntó:

“¿Cuándo se han sentido más felices?”

Las respuestas que dieron me dejaron boquiabierta. Yo espera-


ba escuchar logros, triunfos, metas alcanzadas y sueños logra-
dos. Pura felicidad y alegría. Pero absolutamente todos los pre-
sentes coincidieron en lo siguiente: jamás somos tan felices
como cuando superamos una dificultad, vencemos un obstácu-
lo o nos recuperamos de una adversidad.

Se nos dice mucho que necesitamos trabajar en la autoestima.


Pues no hay otra manera d hacerlo. Cuando tú vences aquello
que te tenía aplastada. Cuando recoges los pedazos de tu cora-
zón roto y te levantas. Cuando logras algo, contra toda adversi-
dad. Ahí, justo ahí, se encuentra la felicidad.
Porque es increíblemente reconfortante mirarte al espejo y saber
que tú puedes. ¿Sabes por qué tenemos una fascinación con las
películas de súper héroes? Porque anhelamos luchar, buscamos
los retos, NECESITAMOS las dificultades para ser felices. Una
vida sin esto, es precisamente una vida sin propósito.

Tú podrás jurarme que quieres una vida fácil, cómoda, sin inte-
rrupciones ni dolor. Pero es precisamente cuando soportas el
dolor y logras salir de ese hoyo cuando realmente llega la ale-
gría, el orgullo…la famosa “autoestima”.

No necesitas que un chico admire lo profundo de tus ojos, ni


que tu madre te diga que está orgullosa de ti. Tampoco que tu
jefe te elogie frente a tus compañeros.

Lo que tú necesitas, lo que tu mente, psique o como desees lla-


marle busca con desesperación es un reto que superar. Porque
tú sabes –tal vez de manera inconsciente- que este es el camino
para sentirse bien.

Y antes de soltarte, déjame decirte una última cosa: hay algo


que te une con el resto de las mujeres del mundo. Algo que
todas, absolutamente todas tenemos por igual: 24 horas al día.
Ni la menos afortunada tiene un minuto menos, ni la más afor-
tunada tiene un segundo más.
Lo que hacemos con esas 24 horas depende 100% de noso-
tras. Sea cual sea tu status o circunstancia, tu actitud defi-
nirá tu comportamiento.

Tu comportamiento definirá si alcanzas tus sueños o no, y


esto te llevará a ser feliz.

Mujer, eres bella, fuerte, capaz. Que nadie te diga


lo contrario, y cuando digo nadie, me refiero a la
persona más importante en tu vida: TU.

Te deseo la mejor de las suertes,


y recuerda ser una Dama pero Cabrona.
 
@ACADEMIAPARADAMASOFICIAL

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