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Carro 1161096365828 PDF
Carro 1161096365828 PDF
M.D. Carro
Dpto. de Producción Animal I, Universidad de León, 24071 León
dp1mct@unileon.es
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Recibido: 5-5-00
Aceptado para su publicación: 16-3-01
la proteína, los aminoácidos que llegan al duodeno pueden tener tres orígenes diferentes:
la proteína microbiana sintetizada en el rumen, la proteína del alimento que no ha sido de-
gradada y la proteína endógena (descamaciones celulares, jugos digestivos, etc.). La pro-
teína microbiana constituye, generalmente, una proporción considerable del flujo duode-
nal de nitrógeno (N) aminoacídico en los animales rumiantes. Así, se calcula que cuando
los animales reciben raciones convencionales, la proteína microbiana representa entre el
40 y el 90 % de los aminoácidos que llegan al intestino delgado (Schniffen y Robinson,
1987), aunque en ocasiones puede alcanzar el 100 % (AFRC, 1992; Stern et al., 1994).
Debido al papel que juegan los microorganismos ruminales en la digestión de las estructu-
ras de la pared celular de los vegetales y a que la proteína microbiana tiene una gran cali-
dad, las raciones de los rumiantes deben ser formuladas para permitir el crecimiento ópti-
mo de estos microorganismos.
La cuantificación de la síntesis de proteína microbiana y la determinación de la de-
gradación de la proteína de los alimentos en el rumen son dos puntos críticos en todos los
sistemas de valoración nutritiva para los animales rumiantes (Clark et al., 1992), y cobran
especial relevancia en el caso de los animales que presentan altos niveles de producción,
ya que un aporte insuficiente de aminoácidos puede limitar la misma (Nocek y Russel,
1988). Uno de los mayores impedimentos para obtener información fiable sobre estos dos
aspectos es la falta de un método simple y preciso para determinar la síntesis de proteína
microbiana. La cuantificación del crecimiento microbiano en el rumen se puede llevar a
cabo únicamente mediante la utilización de marcadores microbianos (Schönhusen et al.,
1995). Generalmente se utilizan animales provistos de cánulas en el rumen y el duodeno,
y se determina el flujo duodenal de N no amoniacal (NNA). Posteriormente, es necesario
diferenciar el origen del N (microbiano, alimenticio y endógeno), y para ello se determina
la relación marcador/N en la digesta duodenal y en una muestra de microorganismos ais-
lados del rumen o del duodeno de los animales. La relación entre ambos valores (marca-
dor/N en la digesta duodenal / marcador/N en los microorganismos) representa la fracción
nitrogenada de la digesta duodenal que es de origen microbiano. El resto del N que llega
al duodeno corresponde a la fracción proteica del alimento no degradada en el rumen y a
las secreciones y descamaciones endógenas. Este procedimiento in vivo es el más amplia-
mente aceptado, pero presenta tres puntos conflictivos. El primero de ellos es la cuantifi-
cación de la digesta duodenal. Esta cuantificación puede realizarse mediante una colec-
ción total de la digesta en animales provistos de cánulas reentrantes, ya que éstas permiten
recoger la digesta, muestrearla y volverla a introducir en el duodeno. Sin embargo, este
tipo de cánulas no es muy utilizado, debido a que su implantación exige un doble corte en
la pared del duodeno, lo que afecta a la inervación del intestino y a su motilidad (Wenham
y Whyburn, 1980). Por ello es más frecuente el uso de cánulas simples o en T. Estas cá-
nulas únicamente permiten el muestreo de la digesta duodenal en momentos puntuales, y
para cuantificar el total de la digesta es necesario utilizar marcadores de flujo, lo que aña-
de nuevas imprecisiones al proceso. Cada marcador presenta una serie de ventajas e in-
convenientes (Warner, 1981), pero el método más utilizado actualmente es la técnica del
doble marcador propuesta por Faichney (1975), que combina un marcador de la fase sóli-
da y otro de la líquida.
Un segundo punto conflictivo es el aislamiento de una fracción microbiana represen-
tativa de toda la población ruminal. En la mayoría de los estudios en los que se ha deter-
minado la síntesis de proteína microbiana in vivo, la muestra de microorganismos que se
toma como referencia se ha aislado de la fase líquida del rumen, debido a que éste es el
SÍNTESIS DE PROTEÍNA MICROBIANA Y MARCADORES MICROBIANOS 7
procedimiento más sencillo, aunque en algunos estudios se ha aislado también a partir del
contenido duodenal (Siddons et al., 1982; Kennedy et al., 1984; Schönhusen et al., 1995).
Sin embargo, prácticamente en todos los estudios en los que se han aislado bacterias aso-
ciadas a la fase sólida (BAS) y a la fase líquida (BAL) del rumen se ha observado que
ambas difieren en su composición química (Merry y McAllan, 1983; Legay-Carmier y
Bauchart, 1989), y que ésta a su vez difiere de la de los protozoos (Martin et al., 1994).
En cuanto a los hongos ruminales, en el momento actual no existen datos definitivos so-
bre su composición química y su contribución a la proteína microbiana.
El tercer punto conflictivo es la utilización de un marcador microbiano adecuado. Se-
gún Broderick y Merchen (1992) un marcador microbiano «ideal» debería cumplir los si-
guientes requisitos: (1) ser fácil de determinar y cuantificar, (2) no formar parte de los ali-
mentos que reciben los animales, (3) distribuirse de manera uniforme en todas las espe-
cies microbianas ruminales y (4) ser biológicamente estable. Dehority (1995) añade otros
3 requisitos: (5) no ser absorbido en el tracto digestivo, (6) estar en una proporción cons-
tante en los microorganismos ruminales en todas las fases de su crecimiento y (7) que to-
das sus formas (p.e. libre o formando parte de células intactas de microorganismos rumi-
nales o de alguna de sus partes) presenten el mismo ritmo de tránsito a través del tracto
digestivo. Sin embargo, ninguno de los marcadores que se utilizan hasta el momento cum-
ple todos los requisitos señalados anteriormente (Broderick y Merchen, 1992; Obispo y
Dehority, 1999), por lo que la elección de uno u otro para realizar estudios sobre la sínte-
sis de proteína microbiana en el rumen resulta especialmente complicada. El objetivo de
este trabajo es revisar la información disponible sobre los diferentes marcadores micro-
bianos, haciendo especial hincapié en los más utilizados, y comparar los resultados obte-
nidos en aquellos estudios en los que se ha utilizado más de uno de ellos.
Los marcadores microbianos se clasifican en dos grandes grupos: marcadores inter-
nos y externos. La principal característica de los marcadores internos es que son constitu-
yentes de las células microbianas y por ello no necesitan ser administrados a los animales
experimentales. Por el contrario, los marcadores externos deben ser administrados a los
animales experimentales para que sean incorporados por los microorganismos ruminales
y formen parte de sus estructuras.
Los principales marcadores internos son: los ácidos nucleicos (ácido ribonucleico
(ARN) y ácido desoxirribonucleico (ADN)), las bases púricas (purinas), el ácido diamino-
pimélico (DAPA), la D-alanina, el ácido aminoetilfosfónico (AEPA), los perfiles de ami-
noácidos y el ATP.
mayoría de los trabajos en los que se han comparado distintos extractos microbianos, se
ha observado que las BAS presentan un menor contenido en purinas (o en ARN y ADN)
y una menor relación purinas/N, tanto en estudios in vivo (Merry y McAllan, 1983; Le-
gay-Carmier y Bauchart, 1989; Pérez et al., 1996b, 1997b, 1998a; Martín-Orúe et al.,
1998), como in vitro (Carro y Miller, 2001). Estas diferencias en el contenido en purinas
parecen deberse a las características intrínsecas de las diferentes especies que integran
cada fracción bacteriana y al menor ritmo de crecimiento de las BAS en comparación con
las BAL (Bates et al., 1985; Legay-Carmier et al., 1989).
En la casi totalidad de los estudios en los que se ha determinado la síntesis de proteí-
na microbiana utilizando las purinas como marcador, las BAL se han tomado como mues-
tra de referencia, lo que provoca una subestimación de la síntesis de proteína microbiana,
tal y como se ha observado en los escasos estudios en los que se han comparado los resul-
tados obtenidos con BAL y BAS (Pérez et al., 1998a; Carro y Miller, 2001). En el trabajo
de Carro y Miller (2001) las raciones estaban constituidas por pared celular (fibra neu-
tro-detergente) y la cantidad de proteína microbiana sintetizada fue una media de un 38 %
mayor cuando se utilizaron las BAS como extracto microbiano de referencia que cuando
se utilizaron las BAL. En general, el error cometido en la determinación de la cuantía de
la síntesis microbiana dependerá de la proporción de BAS presente en el rumen. Esta pro-
porción depende del tipo de ración que reciben los animales, pero puede llegar a ser de un
90 % en animales que reciben raciones constituidas únicamente por forrajes (Merry y
McAllan, 1983). Una solución válida para paliar este problema sería obtener extractos
bacterianos representativos de todas las bacterias ruminales, que incluyeran tanto las BAL
como las BAS. A pesar de que existen diversos procedimientos para aislar las BAS, su
eficacia suele ser pequeña debido a que estas bacterias se encuentran firmemente adheri-
das a las partículas de alimento. La mayoría de los métodos comúnmente utilizados para
desligar las BAS de las partículas de alimento permiten liberar entre un 30 y un 60 % de
las mismas (Merry y McAllan, 1983; Legay-Carmier y Bauchart, 1989; Martín-Orúe et
al., 1998), aunque otros autores (Whitehouse et al., 1994; Ranilla et al., 2001) han utiliza-
do procedimientos que permiten desligar aproximadamente un 80 % de las BAS. Sin em-
bargo, algunos de estos tratamientos pueden afectar a la integridad de las bacterias y oca-
sionar pérdidas celulares que modifican relación purinas/N, tal y como han observado
Martín-Orúe et al. (1998) y Carro y Miller (2001). Por otra parte, incluso cuando se han
aplicado tratamientos que permiten un alto porcentaje de desligamiento de las BAS, la re-
cuperación final de éstas en el pellet bacteriano es inferior al 60 % (Ranilla et al., 2001).
Son muy pocos los estudios en los que se ha intentado aislar un extracto bacteriano
«representativo». Carro y Miller (2001) aislaron un extracto bacteriano que incluía bacte-
rias asociadas a la fase sólida y líquida de la digesta obtenida de un fermentador semicon-
tinuo (RUSITEC), y observaron que la relación purinas/N de dicho extracto presentó un
valor intermedio entre los encontrados en las BAL y las BAS (ver Tabla 1). Cecava et al.
(1990) observaron que la relación purinas/N de un extracto microbiano «mixto» aislado
de terneros fue similar a la encontrada en las BAS aisladas de los mismos animales (ver
Tabla 1).
Por otra parte, los protozoos que pasan al abomaso y duodeno contribuyen también al
flujo duodenal de purinas. Estos microorganismos suelen presentar valores para la rela-
ción purinas/N en torno al 50 % de los que presentan las bacterias (ver Tabla 1; Ling y
Buttery, 1978; Firkins et al., 1987; Robinson et al., 1996), por lo que la síntesis de proteí-
na microbiana se subestima de nuevo cuando se utilizan extractos bacterianos como
Firkins et al. (1987) 1 Rumen (vacuno) Forraje: concentrado (70:30) 51,4 (0,80) 57,5 (0,78) – 27,8 (0,44)
Cecava et al. (1990) 3 Rumen (vacuno) Forraje: concentrado (34:66) 153 (1,56) 125 (1,33) 123 (1,30) –
Pérez et al. (1996b) 2 Rumen (ovino) Heno: concentrado (67:33) 59,5 (0,86) 42,2 (0,60) – –
Robinson et al. (1996) 3 Rumen (vacuno) Ensilado: concentrado (56:44) – – 84,6 (0,93) 40,1 (0,62)
Carro y Miller (2001) 2 In vitro (RUSITEC) Pared celular de forrajes 64,7 (0,83) 38,6 (0,60) 48,1 (0,72) –
(Fibra neutrodetergente)
mente representan una pequeña proporción (Chen et al., 1990a). La estrecha relación
existente entre la excreción urinaria de DP y el flujo duodenal de células microbianas se
ha puesto de manifiesto en numerosos trabajos (Sibanda et al., 1982; Balcells et al., 1991;
Chen et al., 1990b; 1991), y ha permitido el desarrollo de ecuaciones que permiten prede-
cir el flujo duodenal de N microbiano a partir de la excreción urinaria de DP en el ganado
vacuno (Verbic et al., 1990) y ovino (Chen et al., 1990b; Balcells et al., 1991), aunque
hasta el momento no se dispone de ninguna ecuación para el ganado caprino.
La utilización de la excreción urinaria de DP para estimar el flujo duodenal de N mi-
crobiano presenta varias ventajas respecto a otros métodos. La ventaja principal es que se
trata de una técnica no invasiva, con lo cual los posibles trastornos en el comportamiento
alimentario de los animales o en su motilidad digestiva (producidos por la implantación
de cánulas) quedan descartados. Por otra parte, esta técnica es relativamente fácil de lle-
var a cabo en la mayoría de las circunstancias, ya que únicamente se necesita realizar la
recogida de la orina de los animales. En algunos estudios (Lebzien et al., 1993; Giesecke
et al., 1994) se ha puesto de manifiesto la relación existente entre la excreción de alantoí-
na en leche y el flujo duodenal de N microbiano, hecho que abre nuevas posibilidades a
esta técnica. La posibilidad de estimar el flujo duodenal de N microbiano a partir de la
concentración de alantoína en la leche [se ha observado que el ácido úrico excretado en la
leche procede en su mayoría del metabolismo de la glándula mamaria (Giesecke et al.,
1994)] es especialmente interesante, ya que en las vacas lecheras interesa lograr un alto
ritmo de síntesis de proteína microbiana debido a la repercusión que tiene la nutrición
proteica no sólo en la producción de leche, sino también en la función reproductora (Fer-
guson y Chalupa, 1989). Si bien los resultados obtenidos son sólo aproximados, esta téc-
nica resulta muy útil en aquellos casos en los que no se puede predecir la síntesis de pro-
teína microbiana porque no se conoce la energía ingerida por los animales (p.e. cuando
los animales reciben forrajes), y no resulta complicado llevarla a cabo, ya que el muestreo
de la leche durante el ordeño es una práctica habitual (Stangassinger et al., 1995).
La excreción urinaria de DP es una técnica prometedora, pero existen ciertos aspectos
que deben ser clarificados para su mejor utilización. Uno de ellos es la cuantificación de
la excreción de DP de origen endógeno. A pesar de que diferentes grupos de trabajo
(Chen et al., 1990b; Balcells et al., 1991) han determinado valores similares para la ex-
creción urinaria endógena de DP en el ganado ovino, no se conoce bien como se ve afec-
tada esta excreción cuando los animales reciben raciones de diferente calidad y/o a dife-
rentes niveles de ingestión. Chen et al. (1992) señalaron que la excreción urinaria de DP
de origen endógeno disminuía a medida que el animal disponía de purinas de origen exó-
geno. Sin embargo, en un estudio más reciente, Pérez et al. (1998b) observaron que la ex-
creción endógena de DP aumentaba al hacerlo la cantidad de concentrado ingerida por los
animales, y aumentar por ello el flujo duodenal de purinas. Aunque la contribución de las
purinas de origen endógeno a la excreción urinaria de DP es proporcionalmente pequeña
(Chen et al., 1992), una cuantificación precisa de su contribución bajo diferentes circuns-
tancias alimenticias permitiría obtener estimaciones más exactas del flujo duodenal de N
microbiano (Stangassinger et al., 1995).
Otro aspecto conflictivo es que en el cálculo del flujo duodenal de N microbiano a
partir de la excreción urinaria de DP se asume que los microorganismos ruminales presen-
tan una relación purinas/N constante, ya que ésta no es determinada en cada experimento.
Sin embargo, esta relación varía con los factores que se han comentado anteriormente, e
incluso se ve afectada por las características de la ración, como son la cantidad de proteí-
SÍNTESIS DE PROTEÍNA MICROBIANA Y MARCADORES MICROBIANOS 13
Origen de los
Marcador microbiano y refe- Bacterias
microorganis- Ración BAL BAS Protozoos
rencia mixtas
mos
Ácido diamimopimélico
Robinson et al. (1996) 2 Rumen (vacuno) Ensilado: concentrado (56:44) 7,05 (0,078) – – 2,03 (0,031)
Ácido diaminoetilfosfónico
Ling y Buttery (1978) Rumen (ovino) Cebada grano: paja: melazas: torta
de soja (58:16:10:16) – – –(0,64) –(2,26)
Cebada grano: paja: melazas: urea
(72:16:10:2) – – –(0,22) –(1,72)
recibían raciones forrajeras que en las aisladas de animales que recibían raciones con altas
proporciones de concentrado, si bien Robinson et al. (1996) no observaron efectos signifi-
cativos de la ración en la relación DAPA/N de bacterias y protozoos aislados de novillos
que recibían raciones compuestas por ensilado y concentrado.
Otro problema grave es la ausencia de DAPA en los protozoos ruminales (Ling y
Buttery, 1978). A pesar de ello, las preparaciones de protozoos aislados del rumen presen-
tan ciertas cantidades de DAPA, bien por su contaminación con bacterias durante el aisla-
miento o, principalmente, debido a la presencia de restos de bacterias no digeridas en el
interior de los mismos (Coleman y Sandford, 1979). Sin embargo, la relación DAPA/N en
los protozoos es muy inferior (entre 3 y 8 veces menor) a la de las bacterias (ver Tabla 2;
Czerkawski, 1974; Rahnema y Theurer, 1986; Robinson et al., 1986), por lo que no consi-
derar este hecho produce una subestimación de la producción de N microbiano. Estos he-
chos hacen que el DAPA no cumpla la premisa de encontrarse distribuido de forma uni-
forme en todos los microorganismos ruminales.
La lisis microbiana que tiene lugar en el rumen y abomaso provoca una pérdida del
contenido celular, de tal forma que muchos restos de paredes celulares de bacterias pa-
san al duodeno (Gómez et al., 1991). Dado que el DAPA solamente se encuentra en la
pared celular de las bacterias, este hecho hace que la digesta duodenal presente una rela-
ción DAPA/N anormalmente alta, y por ello se sobreestima la producción de N micro-
biano. A lo largo de varios experimentos realizados con ovejas, Masson et al. (1991)
observaron que del total de DAPA presente en la digesta duodenal sólo un 69 % forma-
ba parte de células bacterianas intactas cuando las muestras se obtenían una hora antes
de la ingestión de alimento, y esta cifra se reducía al 29 % si las muestras se obtenían
varias horas después de la ingestión. Estos datos indican que, a menudo, más de la mi-
tad del DAPA que llega al duodeno puede encontrarse en forma libre o en restos de pa-
redes celulares, de tal forma que en algunos estudios se han obtenido proporciones de N
microbiano en la digesta duodenal superiores al 100 % (Nikolic y Jovanovic, 1973). En
otros estudios se ha observado que el uso del DAPA provocó una sobreestimación de la
producción de N microbiano en comparación con otros marcadores, como el 35S (Sid-
dons et al., 1982; Whitelaw et al., 1984), el 15N (Siddons et al., 1982; Schönhusen et al.,
1995), el perfil de aminoácidos (Siddons et al., 1982; Schönhusen et al., 1995) y las pu-
rinas (Illg y Stern, 1994). Por el contrario, Ling y Buttery (1978) y Walker y Nader
(1975) obtuvieron menores valores de síntesis de proteína microbiana con DAPA que
con 35S. Parte de estas diferencias pueden deberse al método analítico usado para deter-
minar las concentraciones de DAPA. Este análisis (Czerkawski, 1974) utiliza técnicas
de cromatografía de intercambio iónico y de colorimetría, y aunque es el método utiliza-
do en la mayoría de los laboratorios, muchos de ellos han introducido modificaciones en
el mismo. En cualquier caso, el análisis del DAPA implica numerosos pasos y es una
técnica larga y laboriosa.
Algunos autores (Czerkawski, 1974; Rahnema y Theurer, 1986) han encontrado
DAPA en algunos alimentos de uso habitual en las raciones de los animales rumiantes.
Rahnema y Theurer (1986) señalaron que los valores de la relación DAPA/N en diferen-
tes alimentos oscilaban entre 18 y 40 % de los encontrados en las bacterias ruminales. Sin
embargo, otros estudios (Czerkawski, 1974) han determinado valores de DAPA mucho
menores (inferiores a la mitad) en alimentos de características similares, y se han atribui-
do los altos valores encontrados por Rahnema y Theurer (1986) a imprecisiones del méto-
do analítico utilizado por estos autores (Broderick y Merchen, 1992).
Perfiles de aminoácidos
Este método, propuesto por Evans et al. (1975), se basa en estimar la cantidad de N
microbiano, N de origen alimenticio y N de origen endógeno a partir de las diferencias
existentes en el contenido en los distintos aminoácidos de estas tres fracciones. Esta técni-
ca acepta varias premisas que no son totalmente ciertas. En primer lugar, se asume que la
proteína endógena presenta una composición aminoacídica constante, y por ello se suele
tomar como patrón el pepsinógeno bovino, sin considerar la composición de otras proteí-
nas que pueden formar parte de la misma (Siddons et al., 1982). Por otra parte, se admite
que la proteína de origen alimenticio no degradada en el rumen tiene la misma composi-
ción en aminoácidos que la proteína del alimento, sin considerar que la composición ami-
noacídica de la fracción proteica rápidamente degradable es diferente de la de aquellas
fracciones que se degradan más lentamente (Nikolic y Jovanovic, 1972; Siddons et al.,
1982). En cuanto a los microorganismos ruminales, se suele aislar una muestra de los
mismos o se asume una composición constante (Stern y Hoover, 1979). A pesar de que en
algunos trabajos se ha señalado que los microorganismos ruminales presentan una compo-
sición aminoacídica constante, Clark et al. (1992) revisaron los principales estudios en los
que se determinó la composición aminoacídica de extractos bacterianos (441 muestras co-
rrespondientes a animales que ingirieron 61 raciones diferentes) y observaron una amplia
SÍNTESIS DE PROTEÍNA MICROBIANA Y MARCADORES MICROBIANOS 17
ATP
Forsberg y Lam (1977) utilizaron el ATP como marcador microbiano para cuantificar
las proporciones de BAL y BAS en el rumen, y para ello aceptaron las siguientes premi-
sas: a) que el ATP está presente en todas las células vivas, pero no forma parte de las cé-
lulas muertas; b) que la concentración de ATP es similar en todos los microorganismos
ruminales y c) que la extracción y posterior análisis de la concentración de ATP en las cé-
lulas son relativamente simples y baratos (Stern y Hoover, 1979). Sin embargo, estos mis-
mos autores observaron que existían diferencias en la concentración de ATP entre los di-
ferentes microorganismos ruminales, y que, dependiendo del método utilizado, había una
gran variabilidad en la eficiencia de la extracción de ATP de las células. Posteriormente,
Wallace y West (1982) también observaron diferencias en el contenido en ATP entre bac-
terias y protozoos. Estos autores señalan que la concentración de ATP refleja el nivel de
actividad de los microorganismos ruminales más que la cantidad total de los mismos, por
lo que no debe ser usado como marcador microbiano.
Los marcadores microbianos externos deben administrarse a los animales para que
sean incorporados por los microorganismos ruminales y formen parte de sus estructuras.
El procedimiento más empleado consiste en realizar una infusión continua del marcador
en el rumen de los animales durante el período experimental hasta que se alcanzan condi-
ciones de equilibrio («steady state»). Los principales marcadores externos son 15N, 35S y
32P, aunque en algunos estudios se ha determinado la incorporación de compuestos marca-
15 N
1994; Beckers et al., 1995; Pérez et al., 1996b), como in vitro (Komisarczuk et al., 1987;
Carro y Miller, 1999b; Ranilla et al., 2000). Por ello, cuando se utilizan las BAL como
extracto microbiano de referencia se subestima la síntesis de proteína microbiana. Carro y
Miller (1998) observaron que la síntesis microbiana en fermentadores semicontinuos
(RUSITEC), al que se administraban cuatro raciones diferentes, era una media de un
22 % menor cuando se usaban las BAL como extracto de referencia que cuando se usaban
las BAS. Tal y como se ha comentado para otros marcadores microbianos, este problema
podría solucionarse mediante el aislamiento de una fracción microbiana «representativa».
La precisión y exactitud del análisis de 15N por espectrometría de masas son excelen-
tes (se pueden detectar enriquecimientos del 0,001 % por encima del enriquecimiento na-
tural), pero la preparación de las muestras para el análisis es laboriosa, ya que a menudo
es necesario un procesado previo de las mismas. Este procesado suele consistir en un aná-
lisis kjeldahl, seguido de una destilación y evaporación del destilado. En caso de ser nece-
sario este procesado, el manejo de las muestras debe ser muy cuidadoso para evitar la
contaminación de las mismas durante la destilación (Firkins et al., 1992). Por otra parte,
los espectrómetros de masas son equipos muy caros y presentan un manejo complicado,
por lo que no están al alcance de la mayoría de los laboratorios, y esto representa uno de
los principales puntos limitantes de esta técnica. Sin embargo, en nuestro país existen cen-
tros que realizan análisis de 15N a un precio aproximado de 2.500 pesetas por muestra.
Una posible alternativa es el análisis de 15N mediante espectrometría de emisión, técnica
Tabla 3
15 35
Valores de la relación N/N (%) y S/N en muestras de bacterias (BAL: bacterias asociadas a la fase líquida; BAS:
bacterias asociadas a la fase sólida) y protozoos aislados del rumen
Origen de los mi-
Marcador microbiano y Bacterias
cro- Ración BAL BAS Protozoos
referencia mixtas
organismos
15N
Firkins et al. (1987) Rumen (vacuno) Forraje: concentrado (70:30) 0,748 0,749 – 0,631
35S
Merry y McAllan (1983) Rumen (vacuno) Cebada: paja cebada: urea (45:48:3) 2,11 2,04 – –
Chikunya y Miller (1999) Rumen (ovino) Paja: pulpa de remolacha (70:30) 3,16 3,63 – –
1 Las diferencias entre las BAL y las BAS en la relación 15N/N son estadísticamente significativas (P < 0,05).
19
20 M.D. CARRO
que presenta una menor precisión, pero que requiere un equipo menos costoso y más fácil
de manejar (Proksch, 1972). Otro inconveniente del 15N es el alto precio del isótopo, el
cual varía en función del enriquecimiento de la fuente. Por ejemplo, 1 g de 15NH4 Cl (Sig-
ma-Alldrich Química, S.A.) con un enriquecimiento del 98 y del 10 % cuesta aproxima-
damente 40.000 y 1.800 pesetas, respectivamente. La cantidad mínima necesaria para
marcar los microorganismos ruminales suele ser de 80 mg de 15N por cada 100 g de N en
la ración, por lo que el uso del 15N en estudios in vivo se ve limitado en muchos casos por
razones económicas. Sin embargo, estas razones no limitan su uso en estudios in vitro, en
los que la cantidad necesaria es mucho menor (1 g de 15NH4 Cl con un enriquecimiento
del 98 % permite realizar varios experimentos in vitro, dependiendo del número de trata-
mientos y de réplicas). En cualquier caso, el 15N es uno de los métodos más seguros y fia-
bles, y es recomendado como uno de los métodos de elección para determinar la síntesis
de proteína microbiana (Broderick y Merchen, 1992).
Los resultados obtenidos en los diferentes estudios en los que se han comparado el 15N
y las purinas son contradictorios. Pérez et al. (1996a) observaron que los valores de síntesis
microbiana en ovejas que recibían heno de alfalfa suplementado con diferentes cantidades
de cebada (0, 220, 400 y 550 g/día) eran entre un 14 y un 22 % menores cuando se utiliza-
ban las purinas como marcador que cuando se utilizaba 15N. De acuerdo con estos resulta-
dos, Calsamiglia et al. (1996) observaron que las purinas subestimaban la síntesis microbia-
na entre un 1 y un 18 %, en comparación con el 15N, en fermentadores continuos que reci-
bían una ración basal suplementada con diferentes concentrados proteicos. Por el contrario,
Carro y Miller (1999a) obtuvieron valores entre un 15 y un 17 % mayores con purinas que
con 15N al determinar la síntesis microbiana en un fermentador semicontinuo al que se le
administraba una ración basal con un contenido mínimo de purinas (pared celular suple-
mentada con cuatro fuentes nitrogenadas diferentes). De forma similar, Tejido et al. (2001)
observaron que las purinas sobreestimaban la síntesis microbiana entre un 19 y un 47 %
comparadas con el 15N cuando ambos marcadores se utilizaron para cuantificar el creci-
miento microbiano in vitro sobre sustratos que no contenían purinas (almidón y celulosa).
Carro y Miller (1999a) y Tejido et al. (2001) atribuyeron los mayores valores obtenidos con
las purinas a una pérdida de purinas en el proceso de aislamiento de los extractos bacteria-
nos, tal y como ya ha sido comentado anteriormente. Otros autores (Cecava et al., 1991)
han observado también una sobreestimación de la sínteis microbiana con las bases púricas
en estudios in vivo, y la han atribuido al efecto de las purinas del alimento que no son de-
gradadas en el rumen. A pesar de las diferencias obtenidas en los valores absolutos de sínte-
sis microbiana en los diferentes estudios, en los trabajos de Pérez et al. (1996a) y Carro y
Miller (1999a) se observó una correlación significativa entre los valores obtenidos para
cada ración con los dos marcadores, si bien esta relación no fue significativa en los trabajos
de Calsamiglia et al. (1996) y Tejido et al. (2001).
35 S
na en ovejas alimentadas con ensilado o con heno de hierba fue hasta un 25 % menor con
el 35S que con el 15N. De forma similar, Chikunya y Miller (1999) observaron que el 35S
produjo valores un 12 % inferiores a los obtenidos con el 15N cuando ambos se utilizaron
para determinar la síntesis de proteína microbiana en ovejas alimentadas con una ración
compuesta por paja y pulpa de remolacha (70:30). Dado que las diferencias obtenidas en
los distintos estudios comparativos no son consistentes, se piensa que las condiciones ali-
menticias pueden afectar de forma diferente a las estimaciones de la síntesis de proteína
microbiana realizadas con estos dos marcadores (Siddons et al., 1982).
32 P
CONCLUSIONES
En el momento actual los dos marcadores microbianos más utilizados son las purinas
y el 15N, y ambos han sido propuestos como marcadores de elección por varios autores
(Broderick y Merchen, 1982; Broudiscou y Jouany, 1995). A pesar de que son pocos los
estudios en los que se han comparado estos dos marcadores, en algunos de ellos se ha ob-
servado una correlación significativa entre los resultados obtenidos por los dos métodos.
Las purinas presentan la ventaja de ser constituyentes de los microorganismos, hecho que
evita la necesidad de realizar infusiones en el rumen para administrar el marcador, pero
un inconveniente es que también forman parte de los alimentos que reciben los animales.
El 15N presenta principalmente problemas económicos, dado el alto precio del isótopo y
de la analítica que conlleva la técnica. Un problema grave que presentan ambos marcado-
res es el aislamiento de una fracción bacteriana representativa, ya que las relaciones puri-
nas/N y 15N/N difieren en las diferentes poblaciones microbianas (BAS, BAL y proto-
zoos).
En la medida de lo posible sería recomendable la utilización conjunta de purinas y
15N como marcadores en los estudios en los que se determine la síntesis de proteína mi-
crobiana. Además, sería deseable recoger la orina producida por los animales y analizar
su concentración en DP, lo que probablemente permitiría validar de forma definitiva la
excreción urinaria de DP como indicador del flujo duodenal de N microbiano.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo forma parte de los Proyectos LE 29/98 y LE 38/01 financiados por la Junta de Castilla y León.
Deseo manifestar mi agradecimiento al Dr. Balcells por las interesantes conversaciones que hemos mantenido
sobre la utilización de las bases púricas y el 15N como marcadores microbianos.
SUMMARY
Determination of microbial protein synthesis in the rumen: a comparison of
microbial markers (Review)
Measurement of microbial protein synthesis and protein degradation in the rumen is critical in all the pro-
tein evaluation systems for ruminants. Microbial protein synthesis is determined by means of microbial markers,
which are classified as internal (inherently present in rumen microorganisms) and external (compounds added to
the rumen to label the microorganisms) markers. However, no marker has proven to be completely satisfactory.
This review examines the advantages and disadvantages of the internal (nucleic acids, purine bases,
diaminopimelic acid, D-alanine, aminoethyl-phosphonic acid, amino acid profiles and ATP) and external (15N,
35S and 32P) microbial markers and presents the results obtained from studies in which several microbial markers
were compared.
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