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INTRODUCCION

El enorme progreso tecnológico experimentado por nuestro siglo ha acarreado,


por una parte, el nacimiento de nuevas ciencias y, por otra, el desarrollo de
ciencias cuyos orígenes no se remontan más allá del siglo pasado.
En este último caso se encuentra la Criminalística, que es una disciplina o una
rama cualquiera del conocimientohumano. Pero cabria preguntarse si la
Criminalística, rama del conocimiento humano, es una ciencia o técnica,
respondiendo afirmativamente en ambos sentidos. Efectivamente, la
Criminalística es una verdadera ciencia, en cuanto que consta de
un conjunto de conocimientos verdaderos o probables.
Pero el presente trabajo de investigación hablaremos de una de sus rama mas
importante que es la Balística Forense, cuyo concepto, objeto de estudio,
metódico y fin trataremos de aclarar en el presente trabajo.

ANTECEDENTES HISTORICOS
Cuando hoy en día surge una investigación relacionada con la utilización de
armas de fuego todos sabemos, más o menos, que no hay dos armas que
dejen idénticas marcas en la munición empleada. Y que, mediante el estudio de
las lesiones dejadas en el proyectil cuando éste se desliza por el ánima del
cañón, o las producidas en la vaina, por la rampa de alimentación, las paredes
de la recámara, la culata de cierre, la aguja percutora, el extractor y el expulsor,
se puede llegar a deducir el arma que realizó el disparo.
Esto que a nosotros nos parece una perogrullada, fue para nuestros
antecesores un largo camino a recorrer hasta dar con
los procedimientos técnicos que permitieran afirmar con rigor científico qué
arma fue la empleada para realizar los disparos.
A continuación vamos a dejar un poco de lado las cuestiones técnicas de la
"balística forense", para centrarnos preferentemente en la historia de su
nacimiento.
El primer intento con éxito del que se tiene constancia, al descubrirse
al autor de un crimen realizado con un arma de fuego, data de los comienzos
del siglo XIX.
En el año 1835, y en la ciudad de Londres no había cuerpo de policía,
tan solo un pequeño grupo de "ayudantes" reclutados por Hemry Fielding -juez
de paz de Wesminster-, a los que se les conocía como los Bow Street Runners,
y que se dedicaban a investigar los crímenes utilizando métodos poco
ortodoxos, e incluso alguna vez que otra no muy legales.
Henry Goddard, uno de estos "peculiares investigadores", al observar
una bala extraída del cuerpo de una víctima de un asesinato, se percató de la
existencia de una llamativa protuberancia o abultamiento en la misma.
Dado que por aquélla época las armas de fuego eran de avancarga y los
tiradores habitualmente hacían mediante un molde o turquesa sus propios
proyectiles, nuestro avezado investigador pensó que si encontraba el molde
encontraría al asesino.
Con ésta idea, Goddard se lanzó a registrar las casas de los sospechosos, y
cuando procedía al registro de la vivienda de uno de ellos, al examinar el molde
con el que fabricaba las balas de plomo el morador de la misma, nuestro
avezado investigador pudo observar que en el interior de la turquesa había una
pequeña hendidura.
Procedió a fabricar un proyectil y al compararlo con el que se extrajo del cuerpo
de la víctima pudo ver que los abultamientos de ambas eran idénticos.
Esto, y suponemos que un poco de "presión", hizo que el asesino confesara su
crimen.

Caso resuelto.
En este primer caso, podemos decir que el rigor científico brilló por su
ausencia, sólo la suerte y la intuición se aliaron para llegar al acierto policial
que convertiría a Goddard -sin que tuviera consciencia de ello- en el precursor
de lo que llegaría a ser un nuevo método para la investigación de los crímenes
cometidos con armas de fuego.
Dejaremos pasar el tiempo y algunos casos resueltos con mayor o menor rigor
científico, hasta situarnos en la Alemania de 1898.
Un médico forense berlinés, el Dr. Paul Jeserich, asistía en calidad de experto
al tribunal de la ciudad alemana de Neuruppin en un caso de asesinato.
Durante el proceso le mostraron a Jeserich un proyectil extraído del cuerpo de
la víctima, y el revolver propiedad del acusado. Nuestro doctor era partidario de
la teoría que afirmaba que el proyectil al recorrer el ánima del cañón y rozar
con las estrías de éste a gran presión, sufría una serie de lesiones y por lo
tanto si se realizaba otro disparo con el arma del criminal, el deslizamiento por
el ánima del cañón produciría unas lesiones en la bala iguales a las que tenía
la extraída del cuerpo de la víctima, siempre y cuando el arma empleada fuera
la misma.
Con esta idea realizó un disparo de prueba, fotografió las dos balas, amplió
las fotos y sorpresa, se dio cuenta de que las lesiones dejadas por las estrías y
los campos del ánima del cañón en la "bala testigo", eran idénticas a las que
tenía la "bala dubitada".
Comienza el siglo XX, y poco a poco otros investigadores fueron creando
nuevos métodos de investigación, que irían dando a conocer en sus
asesoramientos a los tribunales de justicia. Uno de ellos, Richard Kockel,
siendo director del instituto forense de la ciudad de Leipzig, efectuó las
primeras pruebas del "desarrollo" del cuerpo de la bala realizando negativos de
la misma en láminas de cera y óxido de cinc.
El profesor Balthazard a quien llamó la atención que en el culote de la vaina
existieran una serie de marcas y que éstas eran producidas al incidir sobre él la
aguja percutora en el momento del disparo. Y eso no era todo. La culata del
cierre de la recámara también producía una serie de lesiones en el culote del
cartucho, e incluso el extractor y el expulsor dejaban marcas características en
la vaina. Balthazard había descubierto un camino muy importante, pero a causa
del comienzo de la I Guerra Mundial estas investigaciones fueron
abandonadas.
Va pasando el tiempo y llegamos al año 1917. Entra en escena uno de los
grandes pioneros de la balística forense: Charles E. Wite. Su historia se mezcla
con la balística, cuando como funcionario del ministerio público del estado de
N.Y., asistió como ayudante al Presidente de la Comisión de Investigación
nombrada por el Gobernador del Estado, encargada de revisar la no muy fiable
sentencia dictada por un tribunal del condado de Orleans en el proceso que
investigó y juzgó el caso del doble asesinato cometido en la noche del 21 de
marzo de 1.915 en una granja del pequeño pueblo de West-Shelby, en donde
su propietario Charles B. Phelps y su ama de llaves Margarett Walcott fueron
asesinados a tiros con un arma del calibre 22.
Dos trabajadores de la granja Charles E. Stillow y su cuñado Neldon Green,
fueron acusados y condenados en un proceso que estuvo repleto de
irregularidades.
Del cuerpo de Charles B. Phelps se extrajeron tres balas del calibre 22, y a
Stillow, se le requisó un revolver del mismo calibre. El fiscal del caso contrató a
Albert Hamilton, uno de los abundantes y poco fiables "expertos" en balística
que pululaban en aquélla época alrededor de los tribunales de justicia de los
EE.UU ofreciendo sus servicios para asesorar como "técnicos en balística", y
que en la mayoría de los casos siempre se inclinaban a dar la razón a la parte
que los contrataba.
Hamilton, tras inspeccionar el revolver de Stillow y observar mediante
un microscopio los tres proyectiles extraídos del cadáver, realizó un dictamen
demoledor para los acusados. Dijo que junto a la boca del cañón del revolver
había una muesca, y ésta misma muesca aparecía marcada en las balas, lo
que le sirvió para decir que: "las balas asesinas sólo pudieron ser disparadas
por el revolver del acusado".
Gracias a este dictamen tan demoledor como falso, los acusados fueron
condenados a la silla eléctrica.
Al proceder a la revisión del caso, la Comisión que había nombrado el
gobernador Whitmann, no fiándose del dictamen de Hamilton, mandó efectuar
varios disparos de prueba para obtener balas testigo, que posteriormente
fueron mandadas junto con las dubitadas, a la compañía óptica Bausch &
Lomb, con el encargo de buscar las muescas que Hamilton dijo haber
encontrado.
Mediante un estudio con los aparatos ópticos más precisos de que se disponía
intentaron localizar las muescas, no siendo capaces de dar con ellas ni en las
balas extraídas del cadáver ni en las que se obtuvieron en los disparos
realizados de prueba.
Sin embargo, se efectuó un importante descubrimiento. Tanto las balas del
crimen, como las de prueba tenían cinco estrías, pero con una gran diferencia:
las estrías del arma de Stillow eran normales y regulares, y así se podía
apreciar en las balas obtenidas al efectuar los disparos de prueba, pero en las
balas dubitadas había quedado marcado un campo intermedio de una anchura
anormal. El arma utilizada para cometer el crimen tenía un defecto de
fabricación que no tenía el arma propiedad de Stillow.
Stillow  fue declarado inocente, pero había pasado tres años en presión
estando a punto de morir en la silla eléctrica a causa de un falso informe de un
no menos falso especialista en balística.
Charle E. Waite, quedó muy impresionado a causa de lo ocurrido, y se
prometió a sí mismo que intentaría dar con un sistema fiable y capaz de
identificar el arma utilizada en un crimen mediante el estudio del cartucho
empleado.
Con esta idea en mente se lanzó a visitar las fábricas de armas más
importantes de los EE.UU y a continuación las europeas, solicitando
los datos exactos de las características de las armas que fabricaban. A finales
de 1923, después de cuatro años de viajes e intenso trabajo realizó un gran
descubrimiento: ¡No había ni un solo modelo que fuera exactamente igual a
otro! Había diferencias en los calibres, en el número y orientación de las
estrías, de manera que estas podían estar orientadas a izquierda o a derecha,
y sus ángulos de torsión podían ser distintos.
Waite con todos estos datos de fabricación realizó una especie de altas o
catálogo técnico de la mayoría de las armas existentes en aquella época,
recogiendo los "caracteres de clase" que definen a todas las armas que son de
un mismo tipo, marca y modelo, pudiendo llegar a determinar mediante
la observación y posterior consulta de las lesiones producidas por estampación
en la vaina, o por deslizamiento en la bala, qué modelo de arma había sido
empleado en un crimen, llegando a diferenciar si el cartucho empleado
procedía de un revolver Colt Army Mod. 1873 ó de un Smith Wesson Ejército
Nº3.
Pero estos resultados aparentemente satisfactorios sólo solucionaban una
parte del problema, puesto que no era factible diferenciar un Colt Army Mod.
1873 de otro Colt Army Mod. 1873.
Hacía falta encontrar unos "caracteres individualizantes"(4) que permitieran
distinguir dos armas del mismo tipo, marca y modelo.
La solución a este nuevo problema la encontró observando el proceso de
fabricación del cañón de una pistola.
El cañón es fabricado y pulido en un bloque cilíndrico de acero, al que
mediante una cortadora automática de acero se procede a labrar en él las
estrías. Aunque en este proceso se utilizan máquinas de gran calidad y
precisión, durante el mismo hay que interrumpir frecuentemente el trabajo para
afilar las cuchillas de las máquinas.
Si se observa al microscopio el filo de la cuchilla de una cortadora se verá que
este no es recto, sino dentado. Por lo tanto, el orden y la medida del dentado
es forzosamente distinto en cada filo produciéndose cada vez que estos son
afilados cambios en los mismos que luego podrán ser observados en cada una
de las estrías.
Si a todo esto se le suma la acción abrasiva, causada por las virutas de acero
que se producen en el proceso y que la cortadora empuja a lo largo del interior
del cañón durante la fabricación del mismo, nos dará como resultado en cada
arma unas características que no se repetirán jamás.
Si tenemos en cuenta que la bala al pasar por el ánima del cañón sufre dos
tipos de lesiones: las primeras causadas por las estrías del ánima, que en la
bala se convertirán en campos, y las segundas causadas por los campos del
ánima, que darán como resultado las estrías en la bala, podemos llegar a decir
que la bala, después de recorrer el ánima del cañón, se convierte en el
negativo de éste.
Aquí estaba la solución, ahora sólo era preciso encontrar éstas mismas
diferencias en las balas. Y esto sólo era posible con un buen microscopio.
Waite explicó su idea al óptico Max Poser y le pidió que le fabricara un
microscopio para poder verificarla. El óptico le fabricó un microscopio dotado
con un soporte que mantenía sujeta la bala, y con una escala de medición que
permitía medir las lesiones mas insignificantes que existieran en la misma.
Waite avanzaba poco a poco, pero por el camino correcto, cuando
entusiasmados por el desarrollo de las investigaciones, se le unieron el físico
John H. Fisher y el químico y gran especialista en microfotografía Philipp O.
Gravelle. Gracias a esta unión nació en Nueva York el primer instituto de
balística forense del mundo Bureau of Forensic Ballistics. El gran salto se había
dado.
Fisher aportó a la investigación dos grandes inventos, con el primero de ellos
desarrollado basándose en la idea del Citoscopio médico, construyó un aparato
que servía para ver con todo detalle el interior del cañón de un arma de fuego.

Nacía el Helixómetro.
La segunda aportación fue un nuevo microscopio calibrador con una mayor
precisión que el fabricado anteriormente por Poser, y que permitía medir con
muchísima más precisión los campos intermedios, las estrías, y la orientación
de las mismas.
Con éste nuevo microscopio Gravelle pudo observar gran cantidad de
proyectiles disparados por distintas armas de un mismo modelo. Pero no
estaba del todo satisfecho, puesto que para comparar un proyectil con otro
había que observarlos por separado lo cual suponía mayor imprecisión que
examinándolos a la vez.
Gravelle se puso a pensar y se le ocurrió la idea que daría a la balística uno de
los fundamentos científicos mas importantes.
Cogió dos de los microscopios calibradores y los unió mediante un dispositivo
óptico gracias al cual se podían observar dos proyectiles juntos
superponiéndolos en una sola imagen y lograr que ambas giraran de manera
que se pudieran comprobar viendo las coincidencias y diferencias que hubiera
en las mismas.
El microscopio comparativo de Gravelle veía la  luz.
Por estas fechas al equipo de Waite se unió un nuevo miembro el doctor Calvin
Godarte que al poco tiempo de manejar el microscopio comparativo podía
distinguir si una bala dubitada y una testigo habían sido disparadas por la
misma arma. Y eso no era todo. Goddart siguiendo el camino que había
iniciado el profesor Balthazard, comenzó a observar el culote de las vainas
disparadas encontrando que las lesiones producidas por las máquinas
empleadas en la fabricación de la aguja percutora o del bloque de cierre del
arma que había realizado el disparo, coincidían con las lesiones que aparecían
en el culote de la vaina empleada.
Desde 1925, en que Gravelle inventó el microscopio comparativo, hubo que
esperar a la primavera de 1927, cuando en el proceso Sacco-Vanetti, Calvin
Godarte lo dio a conocer realizando con él un dictamen modélico en la historia
de la Balística Forense.

CLASES DE BALISTICA FORENSE


La balística estudia el movimiento y comportamiento de los proyectiles.
PARA SU ESTUDIO SE DIVIDE EN:
Balística interior: Estudia el movimiento del proyectil en el interior del cañón.
Balística exterior: Estudia el desplazamiento del proyectil durante su trayectoria
en el espacio.
Balística de efectos: Relaciona la acción y consecuencias originadas por los
proyectiles cuando se impactan.
Balística forense: Es una rama especializada de la Criminalística encargada de
investigar el comportamiento simple o complejo de las balas y el examen de las
trazas relacionadas con el uso de armas de fuego.
Tiene como propósito establecer por medio de procedimiento técnico, la
correlación y procedencia de los indicios intrínsecos con las armas de fuego
como son, los casquillos y las balas que son recolectadas durante una
investigación Criminalística.
Balística comparativa: Se aplica al tratamiento físico de los indicios. Consiste
en la búsqueda, detección y comparación de particularidades especiales, que
identifiquen el arma con respecto a los casquillos cuyas marcas especificas
quedan impresas durante el proceso de la acción conocida como disparo.
Uno de los indicios que pueden brindar una información importante es el
casquillo que consiste en un tubo cilíndrico, generalmente de latón, cerrado en
sus extremos a fin de contener la carga de proyección y alojar en el extremo
anterior parte del proyectil ; consta de cuerpo boca y culote o base del
casquillo.
En el se estudian las huellas de rozadura dejadas por las piezas de choque y
eyección del arma, además las asperezas características de la aguja del
percutor.
Las marcas del extractor pueden determinar la posición del casquillo antes del
disparo, las cuales se encuentran en la parte delantera del borde posterior del
casquillo, y con la luz oblicua resalta brillante contra el fondo ahumado y
oxidado del casquillo.

LA BALISTICA FORENSE
Es la rama de la Criminalística que se encarga del estudio de las armas de
fuego, de los fenómenos en el momento del disparo, de los casquillos
percutidos, de los proyectiles disparados, de la trayectoria de estos últimos y de
los efectos que producen.
La Balística Forense en general se divide en: Balística interior, Balística exterior
y Balística de efectos

APLICACIÓN DE LA BALISTICA FORENSE


El perito en Balística participará en aquellos hechos en que se encuentren
armas de fuego o elementos relacionados con ellas. Es frecuente que se
solicite su intervención en delitos como el asalto con arma de
fuego, homicidios, suicidios, lesiones, portación ilegal de arma, daño en
propiedad ajena, amenazas y otros más donde exista evidencia que conduzca
a la realización de estudios en el laboratorio de Balística.
Normalmente, el perito en Balística desempeña sus actividades en el
laboratorio. La mayor parte de los dictámenes que se realizan en
esta materia necesitan apoyarse en equipos como el microscopio de
comparación y la tina de disparos.
También requieren de información bibliográfica auxiliar o que se encuentre
capturada en el sistema computarizado de información
Las armas de fuego y los elementos fabricados para ser disparados por ellas
constituyen los elementos naturales de estudio del perito en esta especialidad.
También constituyen factores de análisis los fenómenos que se originan en el
interior del ánima del cañón, desde que se produce el disparo hasta que la bala
abandona la boca del cañón. Se estudian los movimientos del proyectil en
el aire, una vez que este ha dejado la boca del cañón del arma y el contacto
que tuvo con uno o varios cuerpos hasta quedar en estado de reposo.
Se ha llegado a considerar conveniente la participación del experto en Balística
durante la "reconstrucción de los hechos", en algunos casos. Su presencia
permite obtener una apreciación más objetiva de las condiciones y sucesos. De
esta manera, proporcionará mayores elementos para la elaboración del
dictamen. 

LA INTERVENCION DEL PERITO EN EL HECHO DELICTIVO


La actuación pericial en materia de Balística se basa en la existencia de armas
de fuego, cartuchos útiles, proyectiles y casquillos. Sin la presencia de este
material, la intervención pericial no podría llevarse a cabo.
El tiempo de intervención del perito se encuentra determinado por el número de
elementos aportados y el tipo de estudios correspondientes que sean
requeridos.
Como se han mencionado con anterioridad, los resultados del dictamen se
obtienen en relación directa con el material que se ha proporcionado para el
estudio. Por eso pueden surgir las siguientes hipótesis:
Material que se envía:
* Un arma de fuego. Resultados que arrojará el dictamen:
Características generales, estado de funcionamiento y condición de acuerdo
con la Ley de Armas de Fuego y Explosivos en vigor.
* Cartuchos o casquillos. Resultados del dictamen:
Calibre y características especiales, así como la reglamentación de la ley
citada.
* Proyectiles (Balas, fragmentos u otros). Resultados del dictamen:
Se establece su origen, se determina su calibre, si fueron o no disparados por
una misma arma. Se puede mencionar la probable marca y modelo del arma
que los percutió.
* Expediente completo. Resultados que arrojará el dictamen:
Pueden obtenerse todos los resultados antes mencionados, si se remite con los
estudios de Criminalística de Campo, Balística, necropsia, pruebas de química,
armas, fragmentos, declaraciones, actuación de los que intervinieron en las
declaraciones, con lo que podría llegar ser determinante para establecer la
posición victima-victimario.
LA BALISTICA EN LA ACTUALIDAD
Es una disciplina científica  que se ocupa de investigar el alcance, la dirección y
los efectos que producen los proyectiles, misiles.
También en los hechos criminales producidos por armas de fuego la
investigación se inicia en el escenario criminal:
1. Protección del lugar del crimen (acordonamiento).
2. Fijación probatoria (registro fotográfico y descripción Planimétrica).
3. Modelado.
4. Informe medico legal.
5. Localización y colección de indicios.
6. Remisión de indicios al laboratorio.
La balística se divide en dos balísticas internas y externa.
Balística Interna: Es aquel proceso que se inicia cuan do la persona que utiliza
el arma, presiona la cola del disparador y su fuerza se transmite hasta la acción
del percutor o del martillo en un revolver o en un fusil, todo este proceso en
forma concluyente origina la expansión de ruidos y partículas del proyectil.
Balística Externa: Es la que estudia las leyes que originan o rigen el
movimiento del proyectil  en toda su trayectoria, desde que sale de la boca del
cañón y el impacto que ocasiona el proyectil donde se toma en cuenta la
distancia del arma y el objeto deseado.
Balística forense
Definición de Balística Forense.
Una de las ramas de la Criminalística es la Balística Forense, concepto bajo el
que se agrupan una serie de temas muy diversos que requieren el concurso de
distintas y variadas ciencias y que, en conjunto, tienden a resolver los hechos
criminales en los que intervengan armas de fuego. En tal sentido, y de acuerdo
a Cottier, M. (2011), Balística Forense: "Es una disciplina de la criminalística
que estudia las armas de fuego portátiles, sus mecanismos, aptitud y
funcionamiento, sus municiones, trayectoria y efectos, en tanto y en cuanto
sean de interés para la justicia". Por su parte, el autor Arburola, A. (2012),
señala que "La Balística Forense comprende el análisis de las armas de fuego,
así como lo demás factores que contribuyen a producir el disparo".
La balística criminal es la ciencia física que comprende la criminalística, cuyas aplicaciones
están dirigidas exclusivamente hacia el campo penal, que tiene por finalidad la de recabar y
procesar los elementos probatorios o de convicción involucrados en la comisión de un
hecho punible. Está orientada para analizar, evaluar e interpretar los medios de pruebas
relacionados y compatibles con el estudio de la balística y los elementos que se involucran
para establecer la relación existente entre el tirador-arma de fuego-víctima, es decir,
determinar desde este punto de vista las circunstancias del hecho, con la finalidad de
esclarecer el hecho y descubrir la verdad.
En este sentido, se acota que dicha disciplina es la ciencia aplicada al esclarecimiento de los
hechos, por cuanto comprende un conjunto de conocimientos técnicos - científicos y
criminalísticos, que ayudan y orientan la investigación policial o judicial, contribuyendo con
los elementos probatorios para llegar a establecer un hecho delictivo.
Balística Interna.
Esta parte de la Balística se ocupa de todo lo relativo a las armas de fuego, su estructura,
mecanismos, funcionamiento, carga y disparo de la misma. De igual forma, estudia el
calibre de todas las armas de fuego, el movimiento del proyectil en el interior del ánima del
cañón del arma (en su fase inicial de lanzamiento) desde que empieza su desplazamiento y
hasta que abandona en la boca del cañón del arma. Es decir, estudia todos los fenómenos
que impulsan al proyectil, así como el quemado de la pólvora, la presión gaseosa, el giro y
rozamiento dentro del ánima del arma, todos los fenómenos interiores que ocurren en el
proceso del disparo desde que la aguja percutora empuja la bala hasta que el proyectil
abandona el arma.
Es importante resaltar, que desde el mismo momento que se realiza el disparo del arma de
fuego, quedan impresas huellas del percutor, recámara y el plano de cierre, en la concha en
su parte posterior; así como también, del proyectil en su recorrido interno, debido a su
rozamiento, por lo que copia su rayado helicoidal de campos y estrías. Al respecto, Ruíz, W.
(ob. cit.), en cuanto a las huellas, comenta que éstas "son características propias de cada
arma de fuego, de acuerdo a su fabricación, en el número de campos y estrías, su diseño,
estructura, dirección, inclinación, distancia, profundidad, que van a permitir identificar e
individualizar el arma de fuego usada en cualquier hecho". De acuerdo al autor, se puede
acotar que hoy día con los avances tecnológicos a través del Microscopio de Comparación
Balística, se permite captar las huellas que dejan impresas las armas de fuego, con
mejoriluminación y nitidez lo que le permite al experto visualizar con mayor precisión la
evidencia analizada.
Balística Externa.
A esta parte de la Balística le corresponde el estudio de la trayectoria del proyectil, desde el
momento en que abandona la boca del cañón del arma hasta su arribo al blanco y de los
fenómenos que lo afectan en concordancia con las particularidades de cada caso, tales como
la gravedad, la resistencia del aire, la influencia de la dirección e intensidad de los vientos y
particularmente los obstáculos que se le interpongan y que en definitiva son productores de
los rebotes que modifican la trayectoria original. Al respecto, el autor Estrada, C. (2009), en
cuanto a la Balística Externa, señala que "es la parte más físico-matemática de la balística
donde se requieren especiales conocimientos de geometría y de mecánica newtoniana".
Por consiguiente, en el campo de la criminalística, se busca la averiguación de cómo
sucedieron los hechos constitutivos de delito por medio de la reconstrucción de estos,
usando como puntos de referencia la evidencia física que se encuentre en la escena del
crimen o que sea producto de la investigación; dada la trascendental importancia que
reviste la protección de la vida del ser humano como valor máximo del Estado, la Balística
Externa estudia, principalmente el impacto que produce una ojiva o proyectil en el cuerpo
humano.
En la actualidad, la aplicación práctica de la balística exterior queda patente en las tablas
que los fabricantes proporcionan a sus usuarios para cada cartucho, con ellas se puede
predecir, aproximadamente, el comportamiento del proyectil en su vuelo hacia el blanco
situado a diferentes distancias.
Balística de Efectos.
Es la rama de la balística que estudia la forma en que actúa el proyectil al llegar al blanco,
los efectos en general, sus deformaciones o fenómenos producidos por el proyectil, la
manera de transferir su energía cinética al blanco, y el funcionamiento de ciertos
proyectiles concretos, entre otros aspectos. Por consiguiente, los efectos pueden ser
resultado de los siguientes elementos: poder de penetración, destrozos por fragmentación o
deformación de los proyectiles, energía y fenómenos de presión hidrodinámica. Así
también, al alcanzar el objetivo, el proyectil puede hacer explosión (a tiempos o a
percusión), perforar; es decir, atravesar un blindaje haciendo luego explosión o pasando
fragmentado o íntegro al otro lado; penetrar, introduciéndose en un medio sin deformarse
hasta detenerse o hacer explosión.
Igualmente, una parte de la Balística de efectos es la Balística de las Heridas, que estudia el
objetivo de los efectos que las balas de las armas ligeras producen sobre el cuerpo humano.
En este sentido, opina Estrada, C. (ob. cit.), la Balística de Efectos "estudia lo que sucede en
el cuerpo de la víctima, signos que pueden apreciarse en piel, huesos, trayectoria (rectilínea,
curvilínea, dividida, migrante) dentro del cuerpo, lesiones que se ocasionan, y el eventual
orificio de salida y sus características". Agrega además, que "es la parte de la balística que
concierne, principalmente al médico forense por lo que es objeto del dictamen médico
legal".
En función de lo anterior, se deduce que, la balística de efectos posee diversas
especialidades, según el enfoque adoptado para su estudio, tal es el caso de la Balística
Forense, referido por el autor cuando menciona médico forense, siendo una disciplina de
evidente aplicación policial y judicial desde el punto de vista identificativo y de averiguación
de las circunstancias de los hechos delictivos y sus autores.
Partes de las Municiones.
El Proyectil (bala): Es el elemento principal de la munición, desde el punto de vista físico, es
el agente aerodinámico que se proyecta en el espacio, destinado para ser expelido
violentamente desde el arma de fuego, alcanzar un objetivo y ocasionar un efecto previsto.
Se compone de base, cuerpo y ojiva o punta. Por lo general está constituido de plomo y
antimonio (éste último en proporciones muy pequeñas), es el que se conoce como raso de
plomo, pero también los hay blindados, también conocidos
como encamisados o enchaquetados, que se componen de una envoltura metálica que
cubre el núcleo, compuesta por cobre y zinc (latón). Se ubica en uno de los extremos de la
concha, el cual ayuda a sellarla y a mantener la pólvora en su sitio. Además la forma del
vértice o punta del proyectil puede ser objeto de modificaciones, variaciones y de la
incorporación de pequeños dispositivos adicionales en los alrededores o en el interior del
mismo con la finalidad de proporcionarle mayor efectividad de acuerdo a sus funciones,
que pueden ser: convencional, expansivo, fragmentario, incendiario, trazador.
La Concha (vaina o casquillo): Es un receptáculo de forma cilíndrica y metálico que tiene
por finalidad contener en su interior la pólvora y servir de pieza de ensamblaje para el resto
de los componentes. Permite mantener en un solo bloque unidos al resto de los
componentes de la munición. En su boca está el proyectil, en la parte inferior interna se
haya la pólvora y en la parte trasera está la capsula del fulminante. Ella sirve de obturador.
Se compone de una aleación de cobre y zinc (latón), y con menor frecuencia, de acero. Sus
partes son: manto del cilindro, reborde, garganta y culote. Pueden ser de forma cilíndrica,
tronco-cónica y abotellada; y por la forma de su base pueden ser: con reborde, garganta y
lisa.
Fulminante: Agente de ignición. Esta denominación se debe a un componente que
conformaba este elemento representado por el fulminato de mercurio. Es una pequeña
cápsula, generalmente metálica, en cuyo interior se encuentra una mezcla altamente
sensible a la compresión y a la fricción que tiene por finalidad producir una chispa para
encender la pólvora. Contiene la carga explosiva que, al ser percutido, explota e impulsa al
proyectil. Puede estar concéntricamente ubicado en la base de la concha (de fuego central) o
encontrarse en la totalidad de la base de la concha (de fuego circular). Se conocen
comúnmente dos modelos de fulminantes según el número de conductos u orificios que
poseen: Boxer, de fabricación americana, posee un solo conducto; y Berdan, de elaboración
europea, de dos conductos. El contenido originalmente consistía en fulminato de mercurio,
de efecto corrosivo. Sin embargo, en la actualidad está compuesto de: Estifnato de Plomo
(Iniciador), Nitrato de Bario (Oxidante) y Sulfuro de Antimonio (Combustible).
Pólvora: Agente Propulsor. Constituye una carga propulsora, ya que realiza un proceso
químico que transforma una masa física en energía. Para el lanzamiento del proyectil se
aprovecha la energía resultante de la combustión, cuando es iniciada por la explosión del
fulminante en el momento, o que la aguja percutora del arma golpea la capsula de
fulminante. Son sustancias químicas que al quemarse generan grandes cantidades de gases,
a temperaturas extremadamente altas, en un tiempo relativamente corto. La pólvora
utilizada para la carga de las balas arde y libera gases provocando la expulsión del proyectil,
este fenómeno se conoce como "deflagración", donde puede señalarse que la pólvora en
estos casos no explota, sino se deflagra. Por lo tanto, la carga de las balas no es explosiva.
Las pólvoras hasta fines del siglo XIX eran mezclas de carbón, azufre y nitrato de potasio
(salitre) que constituían la llamada pólvora negra (pólvora con humo) La pólvora moderna
conocida como pólvora sin humo, pólvora blanca o pólvora piroxilada, pueden ser de una,
doble o triple base, siendo de una base o base simple, la compuesta por nitrocelulosa
o algodón pólvora; de doble base, la compuesta por nitroglicerina (dinamita) y
nitrocelulosa; y de triple base, la basada en la composición integrada entre la nitrocelulosa,
nitroglicerina y compuestos nitrados como la nitroguanidina, dinitrogocol, pentrita, etc.

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