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Ejercicios

poéticos
Manuel Valverde Correa

Ejercicios
poéticos

Autor-editor
Ejercicios poéticos

Autor-editor
© Manuel Darío Valverde Correa

Jr. Mama Ocllo, MZ. 3W, Lt.5, Tablada de Lurín, Villa


María del Triunfo, Lima.
Celular: 952836975
Correo: mdvalverdecorrea10@gmail.com
Lima-Perú

Primera edición electrónica, octubre de 2020

Publicación electrónica disponible en www.scribd.com


ISBN: 978-612-00-5582-3

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra


sin previa autorización del autor.
En Lima... En Lima está lloviendo
el agua sucia de un dolor
qué mortífero. Está lloviendo
de la gotera de tu amor.

César Vallejo
Contenido

Mujer 7
Para escribirte un poema 8
Te amo 9
En ti 10
Hoy las nubes amanecen… 11
Vejez 12
Palabras 13
El mar 14
Partida 15
Setiembre 16
Mi amada 17
Pasado 18
Mujer

La poesía nace de tus labios,


de tu risa de mañana de domingo.
Halla en los misterios de tu boca
el origen de los versos de tu voz.

Mujer mía,
cobíjame bajo el calor de tu mirada,
concédeme tus manos,
la gracia de tus alas.

No permitas que me ahogue


en lo oscuro del silencio,
no retengas en mi pecho
lo inarmónico de los pesares,
desata la tristeza de mis manos
y llévame contigo.

7
Para escribirte un poema

Para escribirte un poema


debo recordar mi mejor sueño,
salir, mirar el mar,
despedir al barco pequeñito
que se aleja.

Para escribirte un poema,


solo tienes que decirle sí a mi manos,
cerrar los ojos y dejar que en tu piel escriba
eso que solo tú y yo
sabemos.

8
Te amo

Te amo a la hora de los buenos días


en el momento del teclado
en el instante de la almohada.

Te amo
entre mis pasos solitarios
en la desierta calle
en el cigarro ausente.

Te amo porque naces


y renaces en mi pecho
porque sonríes
porque das luz
porque si suena amor
respondes con un beso.

9
En ti

Hay un ángel que recorre tu mirada


y se clava en tus pupilas,
una luz que descansa en tus niñas
e ilumina el sendero que me abriga.

En ti, amor, descansa la magia de los días


el misterio del mar y su frescura.
En ti, el silencio es un poeta
que derrama en sus versos alegría.

10
Hoy las nubes amanecen…

Hoy las nubes amanecen como sol sobre cuerpo,


como Jordán,
como el amén de una mañana silenciosa.

Amanecen los mares y los puertos,


las colinas y los ojos,
pero no amanece en ella.

Y ya mis ganas se cansan de buscarla en los jirones,


en el botón de una camisa rota,
en el recuerdo de un beso.

Y quiero dar con ella,


con su aroma,
con los caminos que tejieron sus zapatos,
sus muslos de sal

antes que lleguen las sombras


y enciendan mis lamentos,
sin decirme acaso si la vieron pasar,
si volverá algún día como las flores
o junto al azul del mar.

11
Vejez

Dentro de unos años


mis cabellos se tornarán blancos
contrastarán entonces
su blancura con lo oscuro de mi rostro.

Mi cabeza será así


una antípoda risueña,
un extraño dominó
con la sonrisa de los juegos.

12
Palabras

Mis palabras no dicen


lo que quiero que digan.
Digo mar, digo cielo,
dije aurora enredada en tu cabello.
Y ¡No! ¡No he dicho nada!

Les doy labios


y no hablan;
un corazón
y no sienten.
Les doy mi alma.
Y ¡No! ¡No he dicho nada!

13
El mar

Si el mar fuera pequeño, pequeñito,


podríamos beberlo como se bebe una cerveza.
¡Como se bebe una buena cerveza!

Pero, amigo, no cabe en nuestro vaso,


y apenas si podemos saborearlo.
Es inmenso como el sol
y como la luna.

Pero si se mareara como los novatos marineros,


arrojaría entonces sus divinos peces,
alegraría nuestras bocas,
manantial de paladares,
en un júbilo marítimo.

14
Partida

Silenciosamente debo abandonar mi casa, coger mis


cosas y mis recuerdos,
y envolverlos cuidadosamente en mi maleta de sueños.
Dicen que la lluvia y los días soleados me esperan,
que el cielo me aguarda con sus tempestades y
truenos.

Debo arribar a mi nuevo hogar


purificarme en su silencio verde
arrullado por la paz de las montañas.

15
Setiembre

Tu nombre de virgen
ya no es más mío ni tuyo
quedó olvidado en un mes
de días pares ilusos.

Porque todo no es
como queremos que sea.
Y porque no quise quererte
es porque te quise.

Y en setiembre,
sabes que nacimos y morimos los dos,
que el mes nos dejó en el pasado;
se llevó tus palabras,
las palabras que dijiste.

Se llevó nuestros nombres,


nuestras tardes de verso,
nuestra noche lejana y ausente.

16
Mi amada

Cada una de las diosas


puso algo sobre ella.
Y mi amada nació bella
como una ninfa poderosa

La primavera nacía de sus labios,


de los encantos de su boca nerviosa;
eran sus ojos un adiós,
bendición de un celeste profeta.

Todo en ella era armonía,


sueño ideal, noche perfecta.
Un amor
hecho poesía.

17
Pasado

Eras un arroyo de linda cabellera y maneras saludables.


Era tu mirada el reflejo de un cielo veraniego.
Era tu rostro fiesta de nubes y aves.
Eran tus labios el dibujo de un beso perfecto.
Era tu lengua la bendición del agua.
Eran tus pechos los versos de Montes Diada.
Eran tus manos la concentración de los sentidos.
Era tu vientre un volcán de gemidos.
Eran tus muslos la gloria de la bonanza.
Era tu amor mi eterna esperanza.

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