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ESPAÑOL EVALUACIÓN

INSTITUTO SAN FRANCISCO DE ASÍS GUÍA No. 7


NIT 804003944-8 Calle 31 No. 1Occ-01 Tel 6308448 - Bucaramanga ONCE
MACROPROCESO GESTIÓN ACADÉMICA Período: III
GUÍAS DE APOYO AL ALUMNO Pág. 1 de 5

Alumno: Grupos:11 Docente: Gilberto Sarmiento A


ESTÁNDARES:
UNIDAD 5: SUBUNIDADES: COMPONENTE:
Naturalismo y -Contexto histórico del naturalismo y renovación
renovación -El apogeo de la burguesía TIEMPO:
-El imperialismo 6horas (4 aula y 2
-El realismo casa)
-Gustave Flaubert y madame bobary

COMPETENCIA: INDICADORES DE DESEMPEÑO: Alcanzado: Si No AREAS


•Analizo Cognitivos RELACIONADAS
críticamente y • Identifica las principales características del Naturalismo Tecnología e
creativamente Procedimental: Establecer la relación entre el naturalismo y la Informática
diferentes renovación • Sociales
manifestaciones
literarias del Actitudinales: Reconocer el impacto de cada uno de los autores
contexto universal naturalismo en nuestra época.

PRESABERES: El romanticismo francés

SABERES: Contexto histórico del naturalismo y renovación


El naturalismo es un movimiento ocurrido a mediados del siglo XIX. En Europa distintos movimientos revolucionarios
lograron la erradicación del absolutismo, y en algunos países el triunfo de la burguesía como clase dominante.
Esta especificidad de la literatura a la que se alude en las últimas líneas del apartado anterior no se impone hoy como primera
evidencia en el caso del Naturalismo, cuando éste se ve, de manera demasiado exclusiva, a través de la doctrina absoluta
elaborada por Émile Zola (1840-1902) y de las doctrinas relativas derivadas de ella, como la de Leopoldo Alas o de Emilia
Pardo Bazán. Si bien es imprescindible que el crítico y el historiador de la literatura acudan al discurso por el cual cualquier
movimiento literario intenta definirse y justificarse, no deben concederle -y en general no le conceden- más valor que el de
ser un discurso. Ahora bien, el Naturalismo doctrinal, tanto el de Zola como el de Alas o de la condesa de Pardo Bazán, es tan
significativo, de tal peso cultural e ideológico que fue, y sigue siendo a veces, previo y privilegiado objeto de estudio, hasta tal
punto que las obras, las novelas, pudieron aparecer como consecuencias coherentes de un discurso coherente; lo cual sólo es
exacto hasta un cierto punto: aquel en que empieza la literatura. Seguir los caminos de una doctrina rigurosamente
cuadriculada por abstracciones y conceptos (encuesta, experimentación, determinismo, herencia, fisiología, etc.) antes de
alcanzar el bosque de la creación es exponerse a cruzar el bosque siguiendo sólo los caminos doctrinales y a reducir los
monumentos literarios que son Los Rougon-Macquart, La Regenta, Fortunata y Jacinta, Los pazos de Ulloa, etc., a mapas
documentales.

Cuando uno de los más eminentes especialistas en Zola, Henri Mitterand, confiesa que todavía no se han desvelado las
enormes potencialidades encerradas en la escritura de Los Rougon..., se comprenderá que el historiador de la literatura,
consciente de la dificultad de su tarea, ponga salvedades para que no se confundan dos actividades de naturaleza distinta,
aunque fuertemente relacionadas: la que construye el discurso naturalista y la que se dedica a la creación imaginativa (no
imaginaria) de un mundo novelesco. Y eso que no puede prescindirse del discurso, porque condiciona previamente la
construcción del universo literario, el cual a su vez ejemplifica la doctrina. No existiría novela naturalista si, fuera de las
fronteras del quehacer literario, no se hubiera desarrollado el discurso sobre Naturalismo; y éste, sin aquélla, sería
únicamente lo que es: un mero (y discutible) ensayo sobre literatura y ciencia.

Dos consideraciones previas se imponen antes de caracterizar al Naturalismo literario.

Ante todo, Naturalismo, como doctrina completa y coherente, sólo hay uno: el elaborado, definido y difundido por Émile Zola
desde 1868 (prefacio a la segunda edición de Thérèse Raquin) hasta 1880-1881 (Le Roman expérimental, 1880, y Les
Romanciers naturalistes, 1881). Sin embargo, no puede olvidarse el papel desempeñado por los hermanos Goncourt en el
paso del Realismo, definido por Duranty y Champfleury, al Naturalismo; Thérèse Raquin, como novela, se relaciona más con
Germinie Lacerteux (1864) que con «la historia natural» de la familia Rougon. Sea lo que fuere, el Naturalismo de Zola es el
que se difunde en Francia suscitando adhesiones y encarnizadas polémicas y el que pasa las fronteras e influye en todas las
literaturas nacionales europeas, en las que aparece, por algunos años, si no como la panacea de la nueva verdad literaria, por
lo menos como una avanzada de la modernidad, como, según Clarín, «la doctrina del arte sincero, apropiado a las reales
necesidades estéticas de la vida moderna» (Beser, 1972, pág. 113).

En segundo lugar, no se puede entender bien el Naturalismo si no se sitúa en el contexto cultural e ideológico de la época. Si
llega a ser, en Francia, la doctrina literaria dominante durante algunos decenios es gracias al dinamismo y a la fuerza de
convicción de Zola, pero sobre todo gracias a la capacidad del autor de L'Assommoir y de Germinal para captar y plasmar la
«poesía» del momento es decir, el sueño mesiánico de lo que entonces aparecía como las infinitas posibilidades de la ciencia.

Es preciso, pues, en un primer momento, evocar brevemente qué papel representa la ciencia en la mentalidad más o menos
ilustrada de la segunda mitad del siglo XIX, hasta la última década. Se sabe que la situación histórica y las condiciones
socioculturales de España no permiten que el pensamiento positivo y la adhesión a la ciencia alcancen el nivel hegemónico
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que tienen en Francia. Como el Naturalismo es el corolario, en el campo literario, de la filosofía positivista y del pensamiento
científico, el grado de aclimatación de la doctrina en cada país europeo y en España depende de lo que se cree la
«idiosincrasia» colectiva, del peso de las tradiciones nacionales y, desde luego, de las posibilidades de implantación de la
mentalidad positiva. Es importante, pues, subrayar las características de lo que, para los demás países europeos, es el modelo
francés (admirado u odiado) del pensamiento moderno que permite la construcción de una doctrina literaria completa en
total consonancia con el estado de la ciencia y que algunos autores califican de «Naturalismo íntegro» (Lemaitre, 1982, pág.
438).

Durante la segunda mitad del siglo, la ciencia sale del estrecho campo de los especialistas, se seculariza y, entroncando con
la doctrina elaborada por Auguste Comte en su Curso de filosofía positiva (1830-1842), suscita una verdadera fe en la razón
y en el descubrimiento progresivo de las leyes que rigen los fenómenos naturales. La fe en la ciencia desencadena una
entusiasta sed de conocimiento en Francia primero y también en otros países donde surgen sistemas filosóficos (el de
Haeckel, el de Spencer) que pronto se hacen internacionales y alimentan en todas partes apasionadas y acaloradas
discusiones. Esta ebullición intelectual trasciende el campo de la intelectualidad, se populariza gracias a la prensa y a la
publicación de un sinnúmero de obras de vulgarización, diccionarios, enciclopedias, etc. En Francia, la editorial Hachette, en
la que el joven Zola tiene un empleo, desempeña un papel de primer plano en la popularización y en la difusión del «nuevo
enciclopedismo», del positivismo y de la libertad de pensamiento científico y político (Mitterand, 1986a, pág. 13). Así, en la
clase media y en la burguesía, se forma poco a poco un nuevo público más enterado y capaz de interesarse por la antropología,
la etnografía, la medicina, la biología, etc.

Más importante, para nuestro propósito de aclarar las condiciones de la emergencia y del arraigo del Naturalismo literario,
es la aparición, en la estela del positivismo y de la ciencia popularizada, de una mentalidad y hasta diremos, forzando un poco
el término, de una filosofía que se cree unitaria y totalizadora y que suele llamarse scientisme en francés y cuyo imperfecto
equivalente español es cientificismo. Además de los conocimientos proporcionados por la ciencia experimental -la química,
la física, la biología y luego la medicina, la psicofisiología, etc.-, el cientificismo se enriquece con todas las grandes teorías
científicas, como el transformismo de Georges Cuvier (1769-1832), el evolucionismo de Charles Darwin (1809-1882) (El
origen de las especies por medio de la selección natural, 1859; traducción francesa: 1862; recordemos que la traducción
española se publica entre 1876 y 1885). A su vez, el mismo cientificismo es capaz de generar sus propias hipótesis y teorías;
por ejemplo, las leyes del determinismo biológico de la herencia, tales como las asienta el doctor Prosper Lucas en su, tan
importante para Zola, Traité philosophique et physiologique de l'hérédité naturelle (1850), o el positivismo sociológico de
Hippolyte Taine (1828-1893), de tanta resonancia en todos los países europeos (Histoire de la littérature anglaise, 1864),
son más productos del cientificismo filosófico que de la ciencia pura. Es una evidencia, como lo es también, a pesar de que
nos atañe demostrarlo, que la doctrina del Naturalismo literario de Zola es producto del cientificismo que impregna el espíritu
de su autor. En resumen, podemos decir que el cientificismo aparece como la avanzada dinámica y, por la parte de fe que
implica, utópica, de la mentalidad positiva.

Como el positivismo, el cientificismo se desentiende de lo no explicable, porque lo no explicable es meramente lo no explicado


todavía. Basta tener confianza, fe en el poder infinito de la ciencia, para creer que un día se explicará toda la vida, y las causas
primeras y las causas finales. En tal pensamiento no caben la religión y la metafísica, que según Comte son supervivencias
anacrónicas de las edades teológicas y metafísicas en los nuevos tiempos de la edad positiva. Renán, en L'avenir de la science
(escrito en 1848 y publicado en 1890), exalta la revolución científica: «El mundo verdadero que nos revela la ciencia es muy
superior al mundo fantástico creado por la imaginación [...]. Al método experimental, que algunos se complacen en
representar como estrecho y sin ideal, estaba reservado revelarnos, no ese infinito metafísico cuya idea es la base misma de
la razón humana, sino ese infinito real, que nunca alcanza el hombre en las más atrevidas excursiones de su fantasía» (cit. en
Tadié, 1970, pág. 76). Los adeptos del cientificismo adoptan por mimetismo el lenguaje de la ciencia: hechos, nada más que
hechos, y nada más que relaciones de causas a efectos entre los hechos, experimentación, evolución, determinismo... Se atrae
a la ciencia fuera de sus fronteras para que lo informe todo -la sociedad, la política, la

El apogeo de la burguesía
Burguesía medieval y moderna
El término se usó inicialmente para denominar al grupo social formado por los habitantes de los "burgos" (las partes nuevas
que surgían en las ciudades bajomedievales de Europa occidental), caracterizados por no ser señores feudales ni siervos y
no pertenecer ni a los estamentos privilegiados (nobleza y clero) ni al campesinado. Sus funciones socioeconómicas eran las
de mercaderes, artesanos (burguesía de los oficios) o ejercientes de las denominadas profesiones liberales. Formaban parte
del estamento de los laboratores.

La ausencia de sujeción a la jurisdicción feudal era la clave: se decía que "el aire de la ciudad hace libre" (Stadtluft macht
frei).3 Algunos burgueses llegaron a ejercer el poder local en las ciudades a través de un patriciado urbano en el que se
mezclaban con la nobleza; lo que en las ciudades-estado italianas (Venecia, Florencia, Génova, Pisa, Siena) implicaba en la
práctica el ejercicio de un poder cuasi-soberano (algo menos evidente en las ciudades imperiales libres alemanas), mientras
que en las monarquías autoritarias en formación (Francia, Inglaterra, reinos cristianos de la península ibérica) significaba la
representación estamental del denominado Tercer Estado, pueblo llano o común. Destacadas familias de origen burgués se
acabaron ennobleciendo (Borghese, Médici, Fugger).

Artículo principal: Edad media#El surgimiento de la burguesía


Impulsada por la transición del feudalismo al capitalismo, la burguesía prosperó y se desarrolló como una fuerza social cada
vez más influyente durante el Antiguo Régimen; aunque la inadecuación entre su poder económico y su ausencia de poder
político la llevó a protagonizar, en el tránsito entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, las denominadas revoluciones
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burguesas. No obstante, considerar el papel de la burguesía como una necesidad determinada históricamente, ha sido
señalado como una simplificación mecanicista, poco ajustada a la realidad: de hecho, en distintas formaciones sociales
históricas se produjeron fenómenos muy distintos, de forma notable la acomodación de la burguesía a las estructuras del
Estado absolutista en lo que se ha denominado historiográficamente por Fernand Braudel como "traición de la burguesía"

Los Españoles tienen por primer grado suyo el ser caballeros, y sustentarse de sus rentas dentro o fuera de las ciudades con
aparato y adorno. ... Los Franceses huyen las ciudades y residen en sus villas, gozando sus haciendas, y gastándolas en caballos
y en armas, con desprecio de la mercancía, juzgando por plebeyos los que habitan en las ciudades, a quien llaman Burgueses.
Los Ingleses siguen a los Franceses en vivir fuera de las ciudades; mas ocúpanse en corsos y ejercicios de mercancía por mar.
Cristóbal Suárez de Figueroa, Plaza universal de todas ciencias y artes
Era revolucionaria
A la burguesía comercial y financiera beneficiada por el mercantilismo y la expansión europea subsiguiente a la era de los
descubrimientos, sucedió el predominio de la burguesía industrial durante la era de las revoluciones (la revolución industrial,
simultánea a las revoluciones políticas y sociales "burguesas" -revolución americana, revolución francesa, ciclos
revolucionarios de 1820, de 1830 y de 1848-).67 A lo largo del siglo XIX, a medida que asegura su predominio social y accede
al poder político, la burguesía pasa de ser una clase "revolucionaria", enfrentada a los estamentos privilegiados, a ser una
clase "conservadora", enfrentada a su nuevo "enemigo de clase": el proletariado.8 La estrategia "lampedusiana" (hay que
cambiarlo todo para que todo siga igual) evidenció la proximidad de intereses entre la burguesía y la aristocracia.
El imperialismo
CONCEPTO
El término imperialismo hace referencia a la actitud, doctrina o acción que conduce al dominio de un estado sobre otro u
otros mediante el empleo de la fuerza militar, económica o política.
Durante el último tercio del siglo XIX las potencias europeas y algunas extraeuropeas (USA y más tarde Japón) desarrollaron
una política de expansión colonial acelerada que ya venía gestándose desde comienzos de siglo. Esta nueva fase del
colonialismo, que recibe la denominación de imperialismo, tendía a la formación de grandes imperios y constituyó una
constante fuente de conflictos que desembocaron en la 1ª Guerra Mundial.
Colonialismo e imperialismo
Para algunos autores ambos términos son sinónimos, otros aprecian diferencias entre ellos:
El colonialismo
Suele aludir a las primeras fases de la expansión europea, durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Las metrópolis controlaron una
serie de territorios, explotados económicamente, que alentaron relaciones de subordinación con los pueblos autóctonos de
la zona, a los que impusieron sus estructuras y formas de vida. Se impulsó el control de rutas, lugares estratégicos y la creación
de zonas de influencia, pero no quedó claramente establecida una conducta de conquista continua y sistematizada.
El imperialismo
A diferencia del anterior, tiene fuertes connotaciones nacionalistas: los estados que lo practicaron pretendían la conquista
sistemática de la mayor cantidad posible de territorios con el objetivo de alcanzar el rango de potencias mundiales. No
buscaban tanto la transformación cultural de estas zonas como su control político, económico y militar. Este proceso adquirió
nitidez en el último tercio del siglo XIX.
El tránsito del colonialismo tradicional al imperialismo
Se produjo en la 1ª mitad del siglo XIX y estuvo marcado por la crisis del antiguo colonialismo expresada en la pérdida de las
colonias americanas de Gran Bretaña y España, la desaparición de las doctrinas económicas mercantilistas y la lucha por la
abolición de la esclavitud.
La expansión continuó durante la 2ª mitad del siglo, fruto de la pretensión de ganar nuevas áreas de influencia, alentada por
la industrialización europea -ávida de nuevos mercados- y el desarrollo técnico y militar. Otros factores que contribuyeron a
dicha expansión fueron las exploraciones geográficas y misioneras en busca de la extensión de la ciencia y el cristianismo
respectivamente. En 1885, en la Conferencia de Berlín, las potencias acordaron el reparto sistemático del continente africano.
El realismo literario
es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los
formales, en la segunda mitad del siglo XIX. Se extendió también a las artes plásticas en Latinoamérica, lugar donde hasta
entonces no había gran proliferación en este arte. Este se caracterizaba por una extensa y muy detallada información de los
personajes, paisajes, escenas, etc, tanto así que se les podía imaginar en medio de la lectura.
Descripción

Gustave Flaubert, autor posromántico, usó sin embargo la estética realista


Al estar agotados los presupuestos estéticos del Romanticismo se desecharon o se renovaron. Los que desecharon el
Romanticismo siguieron la estética burguesa del Realismo; quienes lo renovaron formando la estética Postromántica.

He aquí sintetizados los rasgos esenciales del realismo literario, tanto en su orientación temática y enfoque como en sus
preferencias estilísticas, aunque hay que hacer algunas precisiones: la reproducción exacta de la realidad toma a menudo
como modelo los métodos de observación de las ciencias experimentales. Un gran crítico, Ferdinand Brunetière, señalaría
más tarde, en 1883, que "el Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía". Ya en 1843 Balzac se proponía
estudiar la sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad todas las
úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Flaubert consultó tratados médicos para describir la muerte por
envenenamiento de su Madame Bovary, y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el terreno tomando
minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir
la exactitud ambiental o psicológica.
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Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo
objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de un nuevo tipo de novela, la novela burguesa. En cuanto a la
expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla
coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que
representaban todos los estratos sociales.

Se encuentra inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, a la fotografía (que surge con el
siglo XIX), y a la filosofía (positivismo, darwinismo, marxismo, método experimental). La estética realista, fascinada por los
avances de la ciencia, trata de hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su
momento. Por ello describe todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de
los que toma nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del Romanticismo.
Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad y el materialismo.

Respecto a los procedimientos literarios del realismo, son característicos el uso de la descripción detallada y minuciosa, con
enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la
reproducción casi magnetofónica del habla popular, sin idealizarla, y un estilo poco caracterizado, un lenguaje «invisible»
que caracterice personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Características

Ilustración de Los papeles del club Pickwick, de Charles Dickens, obra inaugural del realismo literario inglés. En la imagen
aparece el señor Pickwick dirigiendo su extravagante club.
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:

Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y muy apegada a los detalles de la realidad, por lo que abunda en
descripciones.
Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental y en su alejamiento de los escenarios exóticos;
aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social burguesa en el marco del devenir histórico.
Debido a su afán verista o de verosimilitud, el realismo literario se opone asimismo directamente a la literatura fantástica.
Hace un uso minucioso de la ejemplificación, para mostrar perfiles diversos de los temas, personajes, situaciones e incluso
lugares; lo cotidiano y lo no exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales según una
mentalidad burguesa materialista e individualista.
El lenguaje utilizado en los diálogos de estas obras abarca diversos registros y niveles, ya que expresa el habla común de
todas las capas de la sociedad e incluso reproduce el habla popular, el registro coloquial y las características propias de las
hablas regionales; en los pasajes narrativos sin embargo el estilo es académico, de largos y complejos periodos henchidos de
subordinación.
Conforme va avanzando esta estética comienza a utilizarse cada vez más el monólogo interior y de la mera descripción física
de los ambientes y los actos de los personajes se pasa a ahondar en su psicología. Los distintos personajes son complejos,
evolucionan e interactúan entre sí influyéndose mutuamente.
Las obras muestran una relación inmediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la
historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc. por lo cual el autor se
documenta visitando los ambientes y lugares, conversando con sus tipos y tomando notas de los mismos que luego usa en
sus obras para que den la sensación de realidad que busca.

-Madame bobery y gustave Flaubert Escrita por el francés Gustave Flaubert, Madame Bovary es la novela cumbre del
realismo literario del siglo XIX. En su momento, la novela despertó tal escándalo que Flaubert fue procesado por ella. ¿La
razón? Los atrevimientos de su heroína, un personaje, cuyo tratamiento significó una auténtica ruptura con la tradición
literaria.
Bovarismo le llaman actualmente al síndrome de las personas que, por idealizar el amor, se desilusionan al poco tiempo de
iniciar una relación amorosa. ¿Pero es que acaso Flaubert recreó apenas la historia de una mujer caprichosa?
La novela parece haber sido inspirada en el caso de una mujer llamada Veronique Delphine Delamare, quien tuvo numerosos
amantes mientras se encontraba casada con un médico, y acabó por suicidarse en 1848. El caso captó rápidamente la atención
de la prensa por aquel entonces.
Resumen
Lectora voraz de novelas románticas, Emma ha incubado muchas ilusiones respecto del matrimonio y de la vida, de la que
espera aventuras apasionadas y galantes. Ilusionada, la joven contrae matrimonio con Charles Bovary, médico de profesión.
Sin embargo, la realidad será otra.

Convertida en Madame Bovary, Emma se encuentra con un marido fiel, pero ausente, puritano, sin carácter y sin ambiciones.
Ignorada y aburrida, cae enferma y su marido decide llevarla a un poblado llamado Yonville, donde dará a luz a su hija Berthe.

El farmacéutico del pueblo, el señor Homier, alimenta las ambiciones de Emma para sacar provecho económico y político de
su relación con el doctor Bovary. Emma presiona a su marido para asumir riesgos médicos que le traigan fama, mientras
compra compulsivamente artículos de lujo al señor Lheureux, un vendedor que la sumerge en un mar de deudas impagables.

Al mismo tiempo, Emma sostendrá una aventura con un don juan llamado Rodolphe Boulanger, pero este la deja plantada el
día de la fuga. Madame Bovary cae enferma nuevamente. Para animarla, su ingenuo marido consiente en que asista a clases
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de piano en Rouen, sin advertir que su propósito era envolverse románticamente con Léon Dupuis, un joven a quien había
conocido en Yonville tiempo atrás.

Su mundo se desmorona cuando recibe una orden de embargo y desalojo, y no encuentra ayuda financiera ni en Léon ni en
Rodolphe, su antiguo amante. Desesperada, decide suicidarse con arsénico de la botica del señor Homier. Charles, arruinado
y desengañado, acaba por morir. La niña Berthe queda al cuidado de una tía y al crecer tendrá por destino trabajar en una
fábrica de hilos de algodón.

Análisis
Buena parte de los lectores de esta novela se ha demorado en reflexionar en torno a la posible simpatía o rechazo de Flaubert
ante la causa femenina. Mientras unos afirman que reivindica a la mujer, otros piensan que, por el contrario, la sienta en el
banquillo de los acusados al hacer del desafuero un rasgo fundamental de su carácter. Estas posiciones parecen forzadas a
nuestros ojos. Gustave Flaubert va mucho más allá al representar un drama humano universal y particular a la vez.

A través de la relación entre Emma y la literatura romántica, Flaubert destaca el poder simbólico de los discursos estéticos.
La literatura que Emma lee vorazmente puede ser vista aquí como un personaje silente, suerte de destinador que actúa como
fuerza catalizadora de las acciones de la heroína. De hecho, Mario Vargas Llosa, en su ensayo La orgía perpetua, sostiene:
Un paralelo en el que han insistido todos los comentaristas, de Thibaudet a Lukacs, es el de Emma Bovary y el Quijote. El
manchego fue un inadaptado a la vida por culpa de su imaginación y de ciertas lecturas, y, al igual que la muchacha normanda,
su tragedia consistió en querer insertar sus sueños en la realidad.
Ambos personajes, fascinados por la obsesión de la lectura voraz y desordenada que insufla sus ánimos, han emprendido el
camino de sus vanas ilusiones. Casi doscientos cincuenta años después del Quijote, Madame Bovary se convertirá en la
heroína “inadaptada”.
Flaubert se hará cargo de representar ese universo ante nuestros ojos: por un lado, el universo de la realidad normada y
regulada por el orden burgués imperante. Por el otro, el universo interior de Madame Bovary, no menos real que el primero.
Y es que para Flaubert, el mundo interior de Emma es una realidad, porque es este el que moviliza las acciones que construyen
la historia y empujan a los personajes a desenlaces insospechados.
Joseph-Désiré Court: Rigolette busca divertirse en ausencia de Germain. 1844.
Escrita y publicada por facsímiles en la revista La Revue de París a lo largo del año 1856, la novela
será editada como una obra completa en 1857. Desde entonces, Madame Bovary marcó un punto
de inflexión en la literatura del siglo XIX.
Resumen
Lectora voraz de novelas románticas, Emma ha incubado muchas ilusiones respecto del
matrimonio y de la vida, de la que espera aventuras apasionadas y galantes. Ilusionada, la joven
contrae matrimonio con Charles Bovary, médico de profesión. Sin embargo, la realidad será otra.
Convertida en Madame Bovary, Emma se encuentra con un marido fiel, pero ausente, puritano,
sin carácter y sin ambiciones. Ignorada y aburrida, cae enferma y su marido decide llevarla a un
poblado llamado Yonville, donde dará a luz a su hija Berthe.
El farmacéutico del pueblo, el señor Homier, alimenta las ambiciones de Emma para sacar
provecho económico y político de su relación con el doctor Bovary. Emma presiona a su marido
para asumir riesgos médicos que le traigan fama, mientras compra compulsivamente artículos de
lujo al señor Lheureux, un vendedor que la sumerge en un mar de deudas impagables.
Al mismo tiempo, Emma sostendrá una aventura con un don juan llamado Rodolphe Boulanger, pero este la deja plantada el

Taller:
1- Realice un resumen de mínimo una hoja de Contexto histórico del naturalismo y renovación
2- Redacte con sus palabras que fue el apogeo de la burguesía
3- Que es el imperialismo (según la guía)
4- Resumen de madame bovary y su biografía (Gustave Flaubert)

PARA ENTREGAR 23 octubre

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