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Negroni, María, (2016). 22 Cartas extraordinarias (de escritores muy reales).

Madrid:
Demipage

Oxford, 6 de diciembre de 1873

Querida niña imposible:

Tengo para usted un mensaje de un amigo mío, el señor Lewis Carroll. Pero seguro que ya está
empezando a cansarse de esta larga carta: así que le pongo fin y la firmo.

Afectuosamente suyo,

Charles L. Dogson

Pd. Te escribí el 16 de julio último, ofreciéndote un ejemplar de la edición alemana de


Alicia. Bien. Pasaron los días y las noches también (si no me equivoco, una noche cada
dos días aproximadamente) y ninguna respuesta llegó. Durante meses y meses,
NINGUNA RESPUESTA NUNCA, mientras yo -¡si seré estúpido!- seguía esperando y
me volvía arrugado y pálido y pelado. Decir que tu conducta constituye un oprobio sería
un eufemismo (puedes buscar esa palabra en el diccionario, si quieres).¡Qué
peorísimamente te has portado! No eres más que una joven de corazón de granito, un
monstruo de ingratitud, una criatura infame, una araña peluda que se balancea entre el
colmo de la pereza y la disipación más frívola. Si no fuera por mi natural propensión al
masoquismo, te habría entregado ya a la policía para que te ejecutasen en el acto o te
habría encerrado yo mismo en la jaula de los leones del Zoológico. Perdón, en los
últimos tiempos no he estado tomando clases de buenos modales. (Pero ya me anoté en
un “curso de olvido” para el próximo semestre).

Ppd. Me propongo ir a la ciudad por unos pocos días antes de Navidad, y te visitaré
cinco minutos, más o menos, alguna tarde. Confío en que seguirás teniendo la misma
edad que cuando te vi la última vez y no te habrás quedado alta como tu mamá. (No se
lo cuentes a nadie, algunas niñas tienen una manera muy desagradable de volverse
grandes: se ponen doctas y envaradas y hacen falta tres profesores de Oxford para
llegarles a la suela del zapato (…) ¿Podrías engatusar al exasperante de tu padre para
que me deje llevarte al teatro? (…).

Pppd. Te mando dos besos y medio que distribuirás equitativamente, espero, con la
primer niña besable (cuyo nombre termine en vocal) que encuentres en la calle. Mi
mejor amor a los animales de la casa…. (…)
Creo que eso es todo.

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