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Dorian de una manera comedida solicito las llaves del dormitorio que se encontraba en la

parte de arriba a la señora del aseo. Al comienzo esta no le quería dar las llaves ya que no se
encontraba en un estado agradable, pero al final tuvo que dárselas. Dorian le pidió ayuda para
mover el retrato, y cuando este abre la puerta del dormitorio frente a él pasaron todos los
recuerdos que tenia de su infancia. Los ayudantes colocaron el cuadro e inmediatamente se
fueron.
Alrededor de las 5 como siempre le llevaban su té, tenía un libro y una carta de su amigo,
Henry.
Dorian se obsesiono con el libro, que pidió copias de aquel y no cualquiera, sino que este
ordeno que se le haga llegar las copias de la edición original, para forrarlos de distintos colores.
Dorian no sentía ningún malestar o desasosiego por todos los errores que este cometía, lo que
él hacía era que todo su dolor lo traspasaba al retrato, pensaba que esto no alteraba la
situación, porque él no sería quien cargue con la vejez si no su retrato. Dorian llevaba una vida
fresca, por la mañana alguien respetuoso, distinguido, mientras que por la noche era alguien
completamente distinto. Para aliviar todos los males que ha hecho, comenzó a mostrar un
interés por la religión, en otro tiempo se concentraba en la música, a recopilar varios
instrumentos musicales, después de esto le llamo la atención el estudio de las joyas, y por
último coleccionaba lienzos, los cuales les daba lugar en su hogar. Pero ni aunque tuviera
varias actividades en mente no este tenía cada vez más ganas de continuar leyendo el libro
que le había dado Henry.
Dorian se encontraba retornando de un festín con su colega Lord, próximo a su casa halla a su
amigo Basil, este fue quien creo el retrato, le dice a Dorian que ya mismo se va a Paris por
cuestiones de empleo. Dorian estaba a punto de festejar su cumpleaños número treinta y
ocho, pero con el pasar de los años no había cambiado nada, seguía igual de regio como el día
en el que Basil pinto el cuadro. Basil le reprocha a Dorian que nunca lo va a visitar, a lo que
Dorian responde que ha tenido algunos compromisos por lo cual se encuentra muy ocupado y
esa es la razón de que no lo visite. Basil le da un consejo a Dorian le dice que un caballero debe
tener rectitud en sus actos, Dorian le aclara que él no ha hecho ningún mal a nadie, Basil
responde que el único que sabrá lo que hace es Dios, y gracias a esto deciden subir al
dormitorio abandonado a contemplar el retrato.
Cuando Dorian llegó, Dorian abrió la puerta y los dos entraron en la deprimente habitación. La
pintura estaba cubierta por una manta. Dorian la quitó y le mostró la pintura. Basil no podía
creer lo que estaba mirando. Pensó que era una obra satírica en su obra maestra. Dijo que
debía ser porque la habitación estaba húmeda o porque la pintura con la cual hizo el retrato
pudo tener algunas sustancias venenosas que ya estaban en el cuadro estaban destruidas.
Cayó sobre el cuadro. Dijo que esta no era su obra, sino una atenta observación, incluso
encontró su firma en la pintura. Basil reposa en una silla que se encontraba en la habitación, y
comienza a deplorar por la vida indecente de su amigo, porque él lo había acabado y ahora no
es más que una mala persona. Basil le dice que lo que el debería hacer es compungirse por lo
que ha hecho pero lo único que consigue es que Dorian se llene de ira y sentimientos
negativos por él, ocasionando que Dorian agarrase un cuchillo y terminara asesinándolo, luego
de este hecho Dorian se va de la casa y vuelve en la madrugada para que no fuese inculpado.
Al amanecer, Dorian pensó en la manera de no lidiar con el cuerpo ni con la carga de ser un
sospechoso, de pronto se le vino a la mente un viejo amigo que tenía Alan Campbell, ya que
era un reconocido científico y no se despegaba de su lugar de trabajo y realizaba experimentos
de todo tipo. En el pasado ellos eran los mejores amigos pero sin saber la razón exacta esta
amistad se rompió, pero esto no fue obstáculo para Dorian así que le escribió una carta
solicitándole que fuese a verlo, algunas horas después el científico Alan visito a Doria para
saber que era la urgencia que tenía y el porqué de su carta. Dorian le comenta lo del cadáver y
le implora que lo ayude a deshacerse del cuerpo a lo que Alan rotundamente se negó, y le dice
que él no será cómplice de aquel acto. Dorian nuevamente vuelve a escribir una carta y le pide
a Alan que la lea, al terminar de leerla este cambia de opinión y le dice a Dorian que lo
ayudara. Alan pide que le hagan llegar todos sus instrumentos de trabajo y así se hizo. Después
de cinco horas el cuerpo desapareció y lo único que quedaba era un olor putrefacto.
Esa noche Dorian iba a cenar con lady Narborough, al estar en el lugar acordado Dorian se
percató en los invitados y para este no fue tan placentero estar allí, la anfitriona da a conocer
que Henry no está, y en ese preciso momento este llega y mejora el ambiente se podría decir
que esto le cayó como anillo al dedo a Dorian ya que él se iba a ir del lugar. Dorian no estaba
concentrado en nada de lo que pasaba esa noche y Henry nota esa distracción y le pregunta
que si se sentía bien a lo que Dorian responde que sí, que lo único que desea es recostarse, en
ese momento se va. Dorian en lo único que podía pensar es en eliminar toda evidencia que
podría inculparlo del asesinato.

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