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6.- Su poesía.

                                                                                            
LENGUAJE

           Voces y tonos 

Los poetas de la segunda generación de la posguerra, la de Gil de Biedma, adoptaron un


lenguaje poético que evocaba la apariencia de coloquialismo; es difícil que los poetas
escriban de lo que no conocen así que muchos de estos autores volvieron a preocuparse
por su propia clase social: la burguesa en su contexto urbano, y es en este contexto
donde vendrán las innovaciones de Gil de Biedma, asi como de Ángel González, Gloria
Fuertes, José Valente o Francisco Brines, estos poetas toman elementos orales y otros
recursos que la poesía había desarrollado anteriormente de una manera más dispersa y
con ellos van creando un denso arsenal de voces y de miras logrando caracterizar a sus
hablantes mediante la reproducción del modo muy personalizado de su pensar, algo
semejante al ''flujo de conciencia'' en la narrativa o el monólogo dramático de moda en
los poetas ingleses, pero aplicado a la situación social y política de España.

En Gil de Biedma apreciamos muchas voces diferentes a menudo dentro de un solo


poema: su voz más característica, la del lenguaje cultivado del joven capitalista rico, así
como un lenguaje típico de las ''palabras de familia'', del pensar de la adolescencia, de la
madurez y de la vejez, de las profesiones, del chisme callejero, de la relación íntima
amorosa, de la tertulia y en función irónica de la oratoria. En esta búsqueda por
manifestar sus emociones el poeta trabajará con temas queridos: el amor, la amistad y la
mala conciencia burguesa expresándolos con un tono de conversación informal, en el
que además de tonos íntimos encontramos también tonos civiles derivados de temas
políticos e históricos.

          ...la poesía se nutre de situaciones de la vida ordinaria y, en consecuencia, esas


             situaciones en lo posible deben ser descritas con un lenguaje realmente
          empleado por los hombres... (Gil de Biedma, 2001)

Pero no se contenta con introducir un lenguaje cotidiano en su poesía sino que utiliza
textos ya hechos a lo largo de siglos y crea innovaciones en el acto de recombinarlos y
adaptarlos a las necesidades de su poema, lo que los críticos han definido como
intertextualidad (un procedimiento por el que un escritor utiliza trozos de lenguaje
previos, sean literarios o no, para enriquecer su texto).

El lenguaje busca la naturalidad, se vale del coloquialismo, de la afirmación directa, de


la explicación llana, de iconos que empujan a la charla amistosa: botellas medio vacías,
la noche, los ceniceros sucios... combina la preocupación estilística con un tono
conversacional.
Utiliza el encabalgamiento,el hipérbaton, las reiteraciones (''Aunque sea un instante...un
instante tal vez''; ''me saltaron las lágirmas, las lágrimas...''), y no observa siempre
fielmente las reglas de puntuación pues a menudo elimina los signos introductivos de la
exclamación y de la interrogación.

Readapta a la poesía contemporánea estrofas clásicas como la sextina y la octava real,


esta búsqueda de formas métricas y estrofas nuevas se debe al interés de acercar temas
contemporáneos a la música y a lo popular, incluso a su diario Biedma llamó
''experimento'' o ''sueño''.

La voz poética se dirige con frecuencia a un ''tú'' o a un ''vosotros'', lo que construye un


diálogo que permite una visión irónica y distanciada. La visión irónica y el escepticismo
aparece por primera vez en Compañeros de viaje y va ganando más importancia a
medida que avanza su obra poética, hasta transformarse en amargura en  Poemas
Póstumos.

ESTILO
 

Intertextualidad.
          
                     ''la imitación es necesaria, es la única forma de escribir poesía.
                       Uno escribe en función de lo que ha leído''.

(Declaración de Gil de Biedma en una conferencia impartida en el Aula Magna de la


Universidad de Barcelona en 1982).

                      ''Yo he experimentado en poesía, pero en otra dirección. Creo que en


Moralidades experimento mucho pero experimento con la tradición, con la imitación.
La mitad del libro es un experimento deliberado de imitación, todos esos poemas tienen
detrás un poema al que se imita lo que pasa es que cuando uno imita deliberadamente 
la gente no lo reconoce. Pero pienso en ese libro como un libro experimental estuve
experimentando con la tradición y con los temas''.
                     
.                                      (Entrevista con Federico Campbell, 1971).

El proceso intertextual en Gil de Biedma no sólo se muestra en la adaptación a sus


poemas de citas textuales sino también a contextos culturales a través del tiempo, no
sólo se basa en la forma, en la cita textual, sino que experimenta con los contenidos, un
ejemplo lo podemos tener en el poema ''Albada'', que nos muestra el tópico medieval de
la llegada del alba que obliga a los amantes a separarse, el ''amor cortés se transforma
en transitoria  aventura de una noche'' (Gil de Biedma), adapta elementos de la
tradición manteniendo los tópicos característicos pero renovados a una clase urbana
contemporánea.

Una de las características de su obra será la introducción de versos de otros poetas,


citándolos directamente o de forma indirecta modificándolos (Auden, Eliot, Baudelaire,
Cernuda, Góngora o Antonio Machado, por ejemplo).

Un ejercicio de intertextualidad (o imitación) importante en su obra lo vemos en el


poema ''Epigrama votivo'' de Poemas póstumos que tiene como fuente explícita
la Antología Palatina'(libro VI)

y el intricado lenguaje de Góngora.

Otro ejemplo claro, el poeta escoge una cita de Propercio (''Heu quantum per se
candida forma valet!''), manteniendo el latín original, como encabezamiento de su
poema ''Himno a la juventud'', convirtiendo éste en glosa de la cita  pues no sólo apoya
la afirmación del poeta latino sino que la desarrolla literariamente, manteniendo su tono
exclamativo. Uno más, el apelativo ''hipócrita lector-mon semblabe,-mon frére!'' de
''Pandémica y Celeste'' recuerda los versos del poema ''Au lector'' de Charles Baudelaire
en Las Flores del mal. En toda su obra se pueden encontrar numerosos ejemplos.

Una de las características más acusadas de la poesía de Gil de Biedma es la utilización


de la ironía, por medio de ella el poeta toma distancia de lo que está escribiendo y lo
que nos parece que es una experiencia personal es un simulacro y llega a no hablar de sí
mismo, sino sobre sí mismo, distanciándose de lo que cuenta hasta el extremo de verse
como reflejado en un espejo.

A través de la ironía se cuestiona no sólo su actitud ante la vida, sino también su


quehacer poético y la clase social a la que pertenece, incluso intenta a veces dotar de un
aire de canción a sus poemas, o incluye frases humorísticas o máximas morales:

                                                 ''...Porque le apremia el tiempo,


                                                 y en el amor-él lo sabe-
                                                 aunque no tiene aún que dar dinero
                                                 tiene ya que dar inteligencia.''

TEMAS
  
               ''En mi poesía no hay más que dos temas: el paso del tiempo y yo''.
                                                                                          (Gil de Biedma)

El tema principal de su obra es el paso del tiempo, vinculado con el recuerdo y el


análisis de sus experiencias personales, desde la infancia a la madurez.

Al paso del tiempo se liga la amistad, la soledad y el amor que sirve como expresión del
erotismo; además los espacios urbanos están muy presentes en sus textos.

En Compañeros de viaje aparece el mundo de la infancia y la adolescencia; la amistad y


también el amor terminado. Los últimos poemas tratan del dolor y el sufrimiento en la
historia de España.

En Moralidades al recuerdo del pasado y la nostalgia por todo lo perdido, se une la


reflexión sobre el tiempo histórico, los valores de la burguesía de la época, la Guerra
Civil y la situación de España.

Poemas póstumos, en la madurez del poeta se intensifican la tristeza por el inevitable


paso del tiempo y la desilusión por lo no conseguido.

El tópico clásico del tempus fugit, está presente en toda su producción: en ''Arte


poética'', (Compañeros de viaje) nos habla del ''vértigo del tiempo, / el gran boquete
abriéndose hacia dentro del alma.''../; junto a este tema va ligado el recuerdo de la
infancia y de la amistad (''Infancia y confesiones'').

La relación de Jaime Gil de Biedma con los poetas de su generación es una relación de
amistad, de amigos que se reúnen en animadas tertulias, en ocasiones en la casa de
Carlos Barral, en otras, en un sótano del poeta barcelonés: ''un sótano más negro / que
mi reputación-y ya es decir-'' (''Contra Jaime Gil de Biedma''), todos jóvenes,
despreocupados, amantes del buen vino (aunque Jaime Gil prefiriera la ginebra y fuera
por ello tildado de snob), todos pertenecientes a familias acomodadas que buscaban la
felicidad en el placer de la conversación, que se intercambiaban lecturas y poemas y se
transmitían la poesía que se escribía o se había escrito en Europa y a ellos alude el autor
en ''En el nombre de hoy'' (Moralidades).

''Noches del mes de junio'', dedicada a Cernuda, la determinación temporal (''era en mil
novecientos me parece / cuarenta y nueve'') tiene evocaciones nostálgicas e indefinidas
''alguna vez'', ''ciertas'', ''borrosas'', de nuevo el paso del tiempo ligado a la amistad.

Pero en su obra no aparece sólo el lamento por el tiempo que fue, sino que en varios
poemas confiesa su decisión de disfrutar de la vida que le toca o invita a otros a que lo
hagan:

                                              Porque son ya seis años desde entonces,


                                              porque no hay en la tierra, todavía
                                              nada que sea tan dulce como una habitación
                                              para dos, si es tuya y mía;
                                              porque hasta el tiempo, ese pariente pobre
                                              que conoció mejores días,
                                              parece hoy partidario de la felicidad,
                                              cantemos, alegría!

                                              Y luego levantémonos más tarde,


                                              como en domingo, que la mañana plena
                                              se nos vaya en hacer el amor,

                                             mientras que tu y yo nos deseamos


                                             feliz y larga vida en común...
                                                                                    de'' Canción de
aniversario'', Moralidades.

Y en el poema ''Para Gustavo, en sus sesenta años'', después de establecer un paralelo


entre él mismo y su amigo:

''Algo de tu pasado me dijiste / que yo te devolvía, / ...no me atreví a decir que en tí veía
/ algo de mi futuro''.

termina con el deseo: ''...goza por muchos años, / sé feliz todavía''.

Aparece ya otro tema crucial de su poesía: el amor.

Alterando su vida poética, Biedma inicia un trabajo como directivo en una empresa
internacional (''Creo que mi nuevo puesto me divertirá...Con mi amor al orden y mi
amor a lo imprevisto) que si en cierto modo le aleja de su hábito poético, le permite
hacer largos viajes que tendrán reflejo en su obra.

Así el año 1956 parece clave, coincide por un lado con su primer viaje a Filipinas, se
instala temporalmente en Manila, en calidad de abogado de la Compañía Tabacalera
para realizar un informe sobre la administración general de las islas y su legislación y,
por otro, con la escritura de gran parte de los poemas que recoge Compañeros de
viaje (1959), con la redacción de su estudio sobre la poesía de Jorge Guillén que había
comenzado a escribir en La Nava de La Asunción (Segovia) aprovechando una
convalecencia por un problema pulmonar y con la escritura de su diario Retrato del
artista, de tono confesional y de alto contenido erótico.

El viaje a Filipinas influye de manera determinante en su evolución ideológica, a su


regreso intenta, sin éxito ingresar en las filas del Partido Comunista y aparecen sus
primeros textos comprometidos ''En Sueños'', ''Desde lejos'', ''Lágrima'', ''Piazza del
Popolo'', ''Aunque sea un instante'', ''El arquitrabe''... son la imagen de un autor que ha
regresado de Filipinas profundamente preocupado por los problemas sociales y por la
injusticia tan evidente en el tercer mundo; se produce el paso en el autor de la
adolescencia a la edad adulta, pero también una evolución de tipo ideológico-político.
Su contribución a la poesía social se inicia en 1956 y acaba en 1964, año en que escribe
los textos que en 1966 publicará en Moralidades; durante esa época, la guerra, la
posguerra, la esperanza de un futuro mejor la situación de las clases sociales menos
favorecidas o la necesidad del compromiso político son el eje alrededor del cual se
articulan casi todos sus poemas, la mala conciencia de clase a pesar de esbozarse
en Compañeros de viaje, se evidencia mucho más en Moralidades.

En Moralidades aparece un autor más maduro que reflexiona sobre el amor y el sexo,


predomina el tema erótico, así el autor alude a la doble vida derivada de la propia
homosexualidad en ''Albada'' o se desnuda ante el lector en ''Pandémica y Celeste''.

Pagsanján es una zona cercana a Manila (Filipinas) que toma su nombre del río que la
recorre y a ella se refiere Gil de Biedma en su poema ''Días de Pagsanján'', un reflejo
más del yo del autor relacionado con el tema del amor que no puede separarse de la
admiración por la belleza de los cuerpos jóvenes y de la tristeza que le produce el hecho
de envejecer; muchos de los poemas de Moralidades nos muestran esta variante
temática, la exaltación del amor físico y el pesimismo vital que caracteriza casi toda su
poesía. La amistad cede protagonismo al amor y al deseo y el autor se cuestiona ya su
vida y su obra.

Poemas póstumos es la confirmación del poeta que ve como su tiempo huye y se acaba
y donde asume su decadencia, encontramos en sus poemas un mayor intimismo, la
nostalgia del tiempo de juventud, una fuerte inquietud por lo que los años siguen
recordando, hasta transformarse en obsesión, y mostrando el conflicto entre la realidad y
la añoranza del pasado.

El egocentrismo que preside su obra se agiganta, el mismo autor es el protagonista de


sus poemas (''Contra Jaime Gil de Biedma'' o ''Después de la muerte de Jaime Gil de
Biedma''), junto a sus miedos, sueños y recuerdos, el autor pasa revista a su vida y se
cuestiona a través de su alter ego como será sin él su poesía y, en definitiva, su vida.

Los temas poéticos esenciales que se enlazan desde Según sentencia del tiempo (1953)
a Poemaspóstumos (1974) se desarrollan y se representan de una manera lineal de modo
que el paso del tiempo va unido a su propia experiencia. Las personas del verbo parte
de la primera persona del singular ''yo'' y deriva hacia el resto de las personas
verbales: tu-el amado-, él-el hombre sometido-, nosotros-los señoritos de
nacimiento-, vosotros-los amigos-, ellos-los recuerdos.

En definitiva viene a ser un poeta que hizo de la experiencia de su vida la protagonista


de su poesía

4.- Aspectos biográficos.


EL GRUPO DE LOS 50

Hacia la década de los años 50 comienzan a aparecer poetas nuevos que representan la
superación de la poesía social, sin dejar los temas sociales buscan una mayor
elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal.

Son poetas nacidos entre 1924 y 1938, los ''niños de la guerra'', que publican sus
primeras obras en los años 50 pero su poesía se consolida en la siguiente década, de ahí
que también se les llame promoción de los sesenta. En este contexto aparece la Escuela
de Barcelona donde debemos situar a Jaime Gil de Biedma. Aunque los autores de esta
época sigan cada uno su trayectoria personal se detectan en ellos ciertos rasgos
comunes: una preocupación fundamental por el hombre, pero huyendo de todo
tratamiento patético, dan frecuentes muestras de inconformismo frente al mundo en que
viven, pero se alejan de la poesía social que les precedió. Tratan temas comunes como
el paso del tiempo y la evocación del paraíso perdido de la infancia, el amor, el erotismo
y la amistad y la reflexión sobre la creación poética, el ''yo'' suele ser más importante
que el ''nosotros''; lo que los aunará como grupo generacional será la creación y
consolidación de una poesía de la experiencia personal, sus obras pasarán a formar parte
de lo que se conocerá como ''poesía de la experiencia'', una poesia que surge de los
acontecimientos cotidianos y concretos que forman parte de la experiencia personal del
poeta, y a partir de los cuales expresa las reflexiones y sentimientos que le producen,
será una de las líneas poéticas con más continuidad durante todo el siglo XX.

LA GAUCHE DIVINE

La sociedad española se fue transformando progresivamente durante los últimos años


del franquismo.

En 1969, en un artículo en el periódico Telexpress, Joan de Segarra empleó por primera


vez el término gauche divine (izquierda divina) para denominar a un grupo de
arquitectos, escritores, fotógrafos, cantantes, poetas, empresarios, editores,...afines por
su oposición al régimen  y también por su interés por la cultura que se estaba
desarrollando fuera de nuestras fronteras. La gauche divine, que las crónicas relacionan
inevitablemente con la discoteca Bocaccio de Barcelona, no era un grupo organizado ni
un movimiento con voluntad de notoriedad pública, era más un cenáculo, un club sin
estatutos, que se ocupó activamente de acabar con el franquismo, sobre todo cultural y
vitalmente. Gil de  Biedma formaba parte de la gauche divine igual que muchos de sus
amigos: Juan Marsé, Ana María Moix, Beatriz de Moura, Gabriel Ferrater,
Colita,...Alcohol y tertulia fueron dos elementos omnipresentes en ese reducidísimo
espacio de libertad que, para unos pocos, supuso la gauche divine.

Unas declaraciones de Rosa Regás nos dan la clave para entender el carácter del grupo:

''Si alguna cosa tienen en común los componentes de la llamada gauche divine (...) es,
muy especialmente, el interés cultural y político por todo aquello que se estaba
tramando en nuestra ciudad, en nuestro país y en todo el mundo, el entusiasmo por el
trabajo que habíamos escogido, la necesidad de entender la libertad como un derecho
personal, el compromiso político en general desvinculado de la militancia y, en fin, el
sentido del humor, la adicción a la carcajada y el ansia de recuperar la diversión que,
hasta entonces, se nos había escamoteado. Y, sobre todo, el infinito amor a la
transgresión, por insignificante que fuera, que nos proporcionó grandes placeres y nos
convirtió en indiferentes y desdeñosos ante los juicios morales que nos dedicaban los
moralistas de aquella sociedad mojigata y que, a veces, aún nos siguen dedicando sus
herederos.''

La gauche divine también reunió a los compañeros generacionales de Gil de Biedma en


lo poético, la llamada Escuela de Barcelona, Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José
Agustín Goytisolo formaban el núcleo barcelonés de la generación del 50 que mantenía
una estrecha relación, poética y de amistad, con sus coetáneos de otros lugares de
España (en Madrid, por ejemplo, Claudio Rodríguez, Francisco Brines, Ángel
González, José Ángel Valente y José Caballero Bonald).

Si bien es cierto que Gil de Biedma siguió a sus contemporáneos en la aventura de la


poesía como comunicación, también lo es que fue un compañero de viaje poco
disciplinado; en sus poemas de entonces no se propone mudar el yo por una colectividad
a la cual el poeta es ajeno: testigo de su tiempo, va de la poesía civil a la confesión
íntima, del compromiso político a la ironía. No escribe en nombre de una clase que
desconoce, se ríe de la propia:

  a vosotros pecadores
                               como yo, que me avergüenzo

                               de los palos que no me han dado,

                               señoritos de nacimiento
                               por mala conciencia escritores

                               de poesía social,

                               dedico también un recuerdo,


                               y a a la afición en general.
Entre Según sentencia del tiempo y Moralidades hay un lapso de historia en el que las
gabardinas y las faldas largas son sustituidas por los jeans y las minifaldas. Son los años
de la entrada de España en la ONU y de las huelgas universitarias que enfrentaron a los
hijos de la pequeña burguesía con el régimen imperante. Aparecen voces como las de
Raimon, Serrat y Lluis Llach y las primeras huelgas obreras. Si en estos tiempos la
censura oficial no cede, la autocensura sí. La voz de Gil de Biedma se escucha cada vez
más profunda, más radical; no se propone como otros cambiar la vida, sus poemas,
mostrando influencias de la poesía medieval, se parecen más a una representación
íntima que adquiere valor general, se trata más de una moraleja  que de un dictado de
normas morales; el autor viene a ser el juglar, no el inquisidor, un testigo crítico y un
protagonista, no una conciencia moral portadora de la verdad.

A la relectura que sus compañeros de generación hacían de la poesía social de la


generación anterior -Gabriel Celaya, José Hierro o Blas de Otero- de la que se
diferenciaban por rasgos como el tratamiento de la palabra como material estético, la
consideración del poema como experiencia y como actitud moral en la línea de la
tradición inglesa y la conexión con el europeísmo de la generación del 27, Jaime Gil de
Biedma incorporó en su obra una serie de tratos diferenciales, como la peculiar
intensidad de su tono y  su asimilación de una tradición cultural más amplia que la
hispánica. Sus orígenes casi aristocráticos, con un bisabuelo francés, un abuelo senador
conservador, y otro ministro de varios gobiernos liberales antes de la guerra, le
facilitaron una basta cultura y la posibilidad de leer a poetas que admiraba en sus
lenguas originales tras largas estancias en Francia e Inglaterra (su segunda patria
cultural). Trabajó muchos años como consejero y secretario general en la Compañía de
Tabacos de Filipinas (''esa compañía tuya de Joseph Conrad'', solía decirle García
Márquez) que le conectaba también al extranjero y le hacía pasar muchos meses en
Manila.

Su obra se ve influenciada por la poesía anglosajona, los simbolistas franceses


(concretamente Baudelaire), la literatura medieval y por un autor hacia el que siente una
gran afinidad poética: Cernuda.

Gil de Biedma aprendió de Luis Cernuda el gusto por los poetas ingleses románticos y
de otros de nuestro siglo. Gracias a Cernuda y a un libro muy citado por todos The
Poetry of Experience  de Robert Langbaum, poetas de la llamada ''poesía de la
experiencia'' han hallado el fondo teórico y los modelos ansiosamente buscados para
crear un tipo de lírica novedosa y original.

Además de Luis Cernuda otros autores que tuvieron una especial influencia en nuestro
poeta fueron César Vallejo, Antonio Machado y, entre los extranjeros, T.S.Eliot y
W.H.Auden.
El mismo Gil de Biedma señaló lo mucho que sus poemas le deben a la lectura y estudio
profundo de otros poetas anteriores: ''experimento con la tradición y con la imitación'' y
casi todos sus poemas mejor estructurados tienen a la base un experimento deliberado
de imitaciones, confesando en una entrevista al final de su vida, las fuentes de sus
poemas, donde se incluía a Rilke y otros autores del romanticismo inglés y alemán, y
que relacionaba con su propia experiencia.

En una  entrevista con Federico Campbell, publicada en 1971, en el volumen titulado


Infame Turba, nuestro poeta aseguraba que ''la cultura clásica tiene mucha importancia
para mí'' y también añadía ''de los 19 a 25 años, me eduqué en la poesía del Siglo de
Oro, en el simbolismo francés y, sobre todo, en Baudelaire y los poetas españoles del
27''.

En la obra de Gil de Biedma, como en Luis Cernuda, se han reconocido motivos


presentes en  Las flores del mal, ambos declararon haber leído a Baudelaire en su
idioma original. Cabe destacar las coincidencias entre Gil de Biedma y Baudelaire:
moralismo radical, densidad del tema metropolitano e innovaciones en la construccción
de una lengua poética (además de que Biedma incluso colaboró con Martínez Sarrión en
la traducción de Las  flores del mal).

La influencia de otras literaturas fue una tendencia de gran parte de su generación


poética, causada por las circunstancias históricas en una juventud que vivió una
separación brutal de sus predecesores poéticos de la cultura republicana del 27 y por sus
estancias en el extranjero como le sucedió a Gil de Biedma como estudiante en Oxford
en 1953. Allí nació su amor por la poesía anglosajona y concretamente por Eliot, en
1955 el poeta barcelonés llegó incluso a traducir un libro suyo, Función de la poesía y
función de la crítica que completó con un estudio en el cual se esforzó por demostrar la
postura de Eliot en la gran polémica que entonces se suscitaba en el panorama literario
español, el debate en torno a la poesía como comunicación o como conocimiento, y de
donde se demuestra  la gran identificación que tenía con este autor.

  

           ''La necesidad de innovar auténticamente obliga al escitor a no innovar


demasiado y a ligarse a los modelos y a los escritores con respecto a los cuales quiere
innovar; en tanto que se opone a ellos, depende de ellos. Por eso, remontarse en el
pasado-más allá de la tradición inmediata-es quizá el medio más sutil y eficaz para
innovar''

Cita de Biedma en la que resuenan los ecos de T.S.Eliot, en sus reflexiones en torno a la
tradición poética.

Eliot fue también un admirador y un estudioso de la poesía francesa y de Baudelaire.

En sus obras tiene también gran influencia la tradicción clásica (Platón, Catulo...),
aparecen textos clásicos citados como epígrafes de poemas, testimonios expresos en
cartas, en su diario y en conferencias y entrevistas, así como evocaciones, imitaciones y
referencias a la cultura clásica.

Un hecho que marcó su vida fue su condición de homosexual, y su inclinación hacia la


vida bohemia y la noche en el seno de una sociedad represora como la franquista. El
exceso de alcohol y una vida sin límites llevaron al poeta a situaciones muy
complicadas (ejecutivo de día y explorador de los bajos fondos de noche), llegando a
intentar suicidarse en dos ocasiones. Él mismo aseguró que le gustaría tener setenta y
cinco años por la mañana, treinta y cinco por la tarde y veinte por la noche.

Pocas amistades femeninas se le conocieron: Mené Rocha, culta, inquietante,


independiente, de la que fue inseparable en uno de sus viajes a Filipinas, Natacha
Seseña o Isabel Gil Moreno de Mora, a quien dedicó el poema ''A una dama muy joven,
separada'', y con la que incluso pensó en casarse.

El hecho de ser homosexual también se refleja en su poesía, sobre todo por la ausencia
de femenino, además de que el autor relata en la versión póstuma de su diario sus
múltiples aventuras amorosas en Filipinas, y manifiesta una afinidad esencial con la
Grecia antigua (Roma clásica y Grecia antigua, un marco ideal para el desarrollo de la
homosexualidad).

Gil de Biedma sostuvo que sólo había escrito un poema de amor (Pandémica y Celeste),
y que los demás son poemas sobre la experiencia amorosa:

 ''un diálogo entre la historia amorosa, o entre la escena amorosa que retrata,

                           y mi conciencia, es decir, yo''

Evolución poética.

''UNO NO ESCRIBE IGUAL EN LOS DIFERENTES MOMENTOS

DE SU VIDA, IGUAL QUE UNO NO ESCRIBE POR LAS MISMAS RAZONES''

Los poemas de Gil de Biedma evolucionan desde el mundo de la infancia y de


la adolescencia (''Infancia y confesiones'',''Arte poética'' o ''Idilio en el café''), de una
crónica desencantada de la vida burguesa, amarga, burlona y nostálgica (''Barcelona ja
no es bona''), pasando por una etapa donde lo íntimo acaba por dominar y la amistad
inspira poemas entrañables (''En el nombre de hoy'',''Después de la noticia de su
muerte''), el amor muestra su cara erótica (''Albada''), amores furtivos y amores sublimes
(''Canción de aniversario'', ''Pandémica y Celeste'') y donde el paso del tiempo (''No
volveré a ser joven'') y  el desgaste vital da paso al desencanto (''Contra Jaime Gil de
Biedma'' o ''Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma''):

''Al fin y al cabo, un libro de poemas no viene a ser otra cosa que la historia 
                                 de un hombre que es su autor,...''.
Poeta y personaje: nacimiento, identificación y muerte.

La poesía de Gil de Biedma es el resultado de la invención de una identidad, el


hombre convertido en sus palabras, para ello el hombre crea su propia identidad, la
desarrolla y se identifica con ella y al final es el propio poeta quien mata a su personaje
creado.

Así, por el año 1956, en la obra del poeta encontramos los indicios de la
imaginación de la propia identidad, según el propio poeta en ''Idilio en el café'' se
encuentra el germen de lo que más tarde vendría a ser el personaje de Jaime Gil de
Biedma.

Gil de Biedma estaba convencido de que el arte de escribir poesía era algo que
se podría llegar a dominar por medio de la reflexión y el estudio. Para él la experiencia
no es la enumeración de algo que le haya pasado al poeta en tal o cual momento de su
vida, la experiencia es algo que el mismo poema crea, una experiencia que consiste en
el esfuerzo del poeta por descubrirle una significación, tiene entonces que distanciarse
de ella, mirarla como una figura ajena a la que ir modelando como si de la invención de
un personaje, novelesco o teatral se tratase, y una consecuencia de ello es la ironía con
que se expresa.

Compañeros de viaje narra la historia de un despertar, la amistad es un tema que


destaca en sus poemas

en contraste con la soledad de su adolescencia; no es poesía social, aún


compartiendo las inquietudes políticas y sociales de los poetas precedentes, es una
crónica desecantada de la vida burguesa, amarga burlona y nostálgica y los diversos
intentos que el poeta recorre para llegar a decir lo que realmente se propone, por
adquirir el tono adecuado.

La infancia y el resentimiento social contra la clase burguesa en que nació es


uno de los temas que trata nuestro autor y podemos encontrarlo en  varios de sus
poemas: ''Infancia y confesiones'' de Compañeros de viaje (1959), ''Intento formular mi
experiencia de la guerra'' (Moralidades) o ''Barcelona Ja no es Bona''
de Moralidades (1966).

Jaime Gil de Biedma nace en 1929 en Barcelona en el seno de una familia


castellana de la alta burguesía, de ideología monárquica y consevadora. Durante los
años de la guerra, los Gil de Biedma dejan la casa condal para trasladarse a su casa de
campo en La Nava de la Asunción (Segovia) y esos años vividos en los parajes
castellanos aparecen reflejados e idealizados en su obra; como niño vive esta etapa de su
vida aislado de dificultades y penurias y esto es lo que provoca en el yo adulto su
necesidad de justificación, presenta por un lado la visión de una etapa feliz e idílica y
por otro el engaño de haber vivido en un ambiente de irrealidad y ese contraste hará que
el empleo de la ironía e incluso el sarcasmo desempeñe un papel esencial en sus escritos
sobre la infancia.

En ''Infancia y Confesiones'' habla el sujeto lírico en primera persona, un ''yo''


que deja claro la expresión de la intimidad, de la interioridad, haciéndolo además en un
tono en que se unen confesión y meditación. El poema es claro desde el título, desde la
madurez recuerda sus años infantiles. Pero la rememoración de la niñez no viene dada
sólo por la melancolía de un pasado feliz que contrasta con la realidad presente, sino por
la mala conciencia de haber pasado este periodo traumático para la historia de España
en la ignorancia.

En la estrofa final aparecen dos rasgos de la personalidad adulta del sujeto


poético ''La costumbre de dar calor'' y la imposible ''propensión al mito'' (''el mito es una
especie de abreviatura universal de la experiencia; una explicación de lo que somos en
términos de lo que no hemos sido y ya no seremos nunca .A los cuarenta años puede
verse'', Gil de Biedma).

''Intento formular mi experiencia de la guerra'' va más allá todavía y desde el


plano confesional el autor admite: ''fueron posiblemente los años más felices de mi
vida'', es el testimonio de una infancia durante la guerra de una familia acomodada, al
igual que les sucedió a otros compañeros de generación.

La vergüenza y la mala conciencia no son sentimientos exclusivos del poeta, así


se puede apreciar en la dedicatoria final del poema ''En el nombre de hoy''
de Moralidades (1966), donde Gil de Biedma apela a sus ''compañeros de viaje'' y
donde también se advierte una crítica a la sociedad burguesa (''los señoritos de
nacimiento'').

Ese resentimiento de clase, de los modos de vida de un sector de la población


durante la guerra civil se afianza en ''Barcelona ja no es bona'' (este resentimiento /
contra la clase en que nací), que aunque no es un poema de infancia propiamente dicho
evoca la imagen de su madre embarazada de él.

La identificación del poeta y el poema, o lo que es lo mismo, el poeta convertido


en sus palabras se da algunos años más tarde, el personaje que se estaba urdiendo desde
1956 se incorpora lentamente en el poeta y se elimina la distancia entre el poeta y el
personaje poético. El poeta se identifica con su personaje en ''Ribera de los alisos'' y
en ''Pandémica y Celeste''. Asume la realidad de su propia extracción social y a la vez la
critica como en ''Barcelona ja no és bona'', reflexiona acerca de las contradicciones
mismas del deseo ,en ''Canción de aniversario'' con una indiferencia absoluta hacia los
sentimientos convencionales, al evocar ''las vergonzosas noches del amor sin deseo / y
de deseo sin amor, / que ni en seis siglos de dormir a solas / las pagaríamos''; en
''Albada'' resalta el pretexto que el deseo ofrece para escapar del aburrimiento de la
rutina cotidiana y en poemas como ''Mañana de ayer, de hoy'' ofrece evocaciones, muy
breves y muy intensas del momento vivido, ilustrando la dificultad de mantener
cualquier relación amorosa a lo largo del tiempo porque el tiempo siempre se ocupa de
transformar al ser amado. Asistimos a un conflicto entre la abundancia de relaciones
amoroso-eróticas y la necesidad del poeta que busca el dulce amor; su identificación
total llega con ''Pandémica y Celeste'', una de sus grandes piezas en la que escribe ''Para
saber de amor, para aprenderle, / haber estado solo es necesario. Y es necesario en
cuatrocientas noches-con cuatrocientos cuerpos diferentes- / haber hecho el amor. Que
sus misterios / como dijo el poeta son del alma, / pero un cuerpo es el libro en que se
leen'', el autor se refleja en su poema y encontramos un amor que tiene dos caras: la
primera Pandémica, amor furtivo y corporal y la segunda Celeste, amor etéreo y
sublime, sufre el enfrentamiento entre la historia amoroso-erótica y su propia
conciencia, duda entre aceptarse y juzgarse, de ahí la tendencia de hablar consigo
mismo, con sus ''yo'', como una forma de hablar con los otros.

El tema del amor tiene un papel  decisivo en su obra y así lo reconoce ya en ''En
el nombre de hoy'', en que refiriéndose al amor afirma ''para tí sol de los días / y
noches,maravilloso / gran premio de mi vida''; pero para profundizar en la naturaleza y
género de ese amor es imprescindible entender su poema ''Pandémica y Celeste'' en el
que desarrolla su teoría amorosa, el título se refiere a las dos Afroditas que Platón
menciona

en El Banquete, Pandémica diosa del amor erótico y Celeste diosa del amor
espiritual. Gil de Biedma intenta conciliar las dos, fidelidad-promiscuidad, amor
platónico-amor físico, en su propia concepción del amor y lo aclara en la segunda
estrofa: ''Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo / quien me tira del
cuerpo hacia otros cuerpos / a ser posible jóvenes / yo persigo también el dulce amor'',
pero para llegar a él ''es necesario en cuatrocientas noches-con cuatrocientos cuerpos
diferentes- / haber hecho el amor'',así el dulce amor tiene también un alto componente
sexual.

Un ejemplo de ese dulce amor lo localizamos también en ''Idilio en el café''


donde junto a la temporalidad de la existencia (''Ahora me pregunto si es que toda la
vida / hemos estado aquí'') y personas que parecen de mentira (''hombres en
pijama'',''rostros vagos'') el sujeto poético se siente vivo (''nosotros vivientes''), y el amor
ocupa un lugar superior por encima de la mediocre vaguedad del mundo (''Queda
espacio arriba, más arriba, mucho más que las luces / que iluminan a ráfagas tus ojos
agrandados'').

En otras composiciones en que está presente ese dulce amor ''Canción de


aniversario'' las referencias eróticas son inevitables (''Que la mañana plena / se nos vaya
en hacer otra vez el amor'') y en el que pretende justificar el momento del sexto
aniversario con una aceptación del amor eterno, ideal en el que ha perdido la fe, pero se
engaña conscientemente por unos momentos (''Pero un poco de sueño, no más, un si es
no es / por esta vez, callándonos / el resto de la historia, y un instante / -mientras tu y yo
nos deseamos /feliz y larga vida en común-, estoy seguro / que no puede hacer daño'').

Por otra parte están aquellos poemas en que la Afrodita Pandémica es la reina de
la sensualidad, ''Días de Pagsanjan'' evoca un recuerdo que aún perdura, una escena
amorosa como un sueño inmortal (''como los sueños, más allá de la idea del tiempo, /
hechos sueño, de sueño os llevo, / días de Pagsanjan), ''el calor'', ''la espesura'', el río,
simbólicamente en forma de serpiente, incitante al pecado y que invita a introducirse en
las frescas aguas, los amantes ''relucientes'', ''mojados'', todo contribuye a ese exotismo
sensual y concluye con una referencia corporal ''los cuerpos de los dos'', algo que se
venía sugiriendo a lo largo de todo el poema.

En otros poemas las referencias al amor físico conllevan también un cambio de


ambientación en el que la noche, el alcohol o los prostíbulos cobran protagonismo es el
caso de ''Loca'' donde el conflicto amoroso se muestra con un alto contenido sexual, y
este mismo ambiente lo vemos tambíen en poemas como ''Contra Jaime Gilde Biedma''
(''Te acompañan las barras de los bares / últimos de la noche, los chulos, las floristas, las
calles muertas de la madrugada / y los ascensores de luz amarilla / cuando llegas,
borracho.''), es una ambientación nocturna, deprimida, donde predomina la
promiscuidad y el erotismo.

De este intimismo que domina su obra, de esta identificación total con su


personaje pasamos a su destrucción y a su muerte. El autor al acercarse a los cuarenta
años y darse cuenta que no iba a ser etenamente joven sufre una crisis de madurez que
se refleja en sus composiciones, la mortalidad muestra su cara inevitable y la crisis vital
se extiende con el poema ''Contra Jaime Gil de Biedma'' para acabar con ''Después de la
muerte de Jaime Gil de Biedma'' donde el autor mata a su personaje poético (hablamos
de los años 1965-66).

En ''Contra JaimeGil de Biedma'' intenta separarse de su personaje increpándole


y reprochándole el pasado,( ...cuando llegas, borracho, / y te paras a verte en el espejo /
la cara destruida, / con ojos todavía violentos / que no quieres cerrar. Y si te increpo / te
ríes, / me recuerdas el pasado / y dices que envejezco...) inventada una identidad vuelve
sobre ella, duda entre reconocerse y aceptarse, para darse cuenta luego que personaje y
poeta viven en el mismo cuerpo, teniendo lugar un apasionante juego de mentiras,
desdoblamientos y reflejos mutuos, ambos personajes, increpante e increpado se
muestran en una relación de amor-odio, de la conciencia del que habla, del poeta (A
duras penas te llevaré a la cama, / como quien va al infierno / para dormir contigo. /
Muriendo a cada paso de impotencia, / tropezando con muebles / a tientas cruzaremos el
piso / torpemente abrazados, vacilando / de alcohol y de sollozos reprimidos, / Oh
innoble servidumbre de amar seres humanos, / y la más innoble / que es amarse así
mismo!).

En ''Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma'' otra vez dos personas se


citan en el interior del poema y una vez identificados, personaje y poeta apuestan por su
salvación tras la clara conciencia de lo que han perdido (Yo me salvé escribiendo /
después de la muerte de Jaime Gil de Biedma, / de los dos, eras tú quien mejor
escribía. / Ahora sé hasta que punto tuyos eran / el deseo de ensueño y la ironía / la
sordina romántica que late en los poemas / míos que yo prefiero, por ejemplo
en Pandémica..., / A veces me pregunto / como será sin ti mi poesía. / Acaso fui yo
quien te enseñó / Quien te enseñó a vengarte de mis sueños, / por cobardía,
corrompiéndolos./), el poeta mata a su personaje y el hombre reacciona ''como si
hubiese sido un hecho cierto'', para que el hombre viviera tuvo que darse la muerte de su
personaje poético. Parece que la decisión de redactar este poema fue resultado directo
de la depresión en que el poeta se había sumergido. Angustiado por la idea de que podía
incluso llegar a suicidarse, el poeta decidió que una forma de quitarse este miedo de
encima consistía en escribir como si efectivamente se hubiese muerto. La muerte del
personaje explica el título de esta colección Poemas póstumos.

A partir de aquí escribe mucho menos y de manera esporádica.

Posteriormente a partir de 1967 Gil de Biedma escribe, entre otros pocos


poemas ''No volveré a ser joven'', el paso de los años exige un ajuste de su vida, tanto
para el autor como para su personaje, en este poema nos muestra el reconocimiento de
la falsedad de la vida ilusoria y una aceptación de la realidad. En la juventud siempre se
espera la gloria de los años adultos y la expectación de ''marcharme entre aplausos'',
pero con la madurez viene una  realización de la seriedad de la vida. Con el tiempo lo
ilusorio se convierte en ''la verdad'', el ''envejecer'', '' morir'' que sólo aparecía como
''dimensiones del teatro'' o realidades ficticias vienen a ser ''el único argumento de la
obra''.

Si la muerte del personaje ayuda al poeta a liberarse de su angustia también le


crea un problema, ¿cómo escribir en adelante?, el autor resuelve imaginarse como un
hombre ya viejo y a este impulso corresponden  ''De senectute'' o ''De vita beata''.

''De senectute'' expresa ya en el primer verso el sentimiento de estar viviendo


después de su tiempo ''No es el mío este tiempo''. Aunque se identifica con el sonido del
''latir de pájaros / afuera en el jardín'' el significado de ello ''no dice ya lo mismo''. La
llegada de la mañana, ''Me despierto'', no trae la gloria de un nuevo día sino un gran
temor ''es que amanece''. Sus años avanzados le encuentran sin ''ni un momento feliz. Ni
un arrepentimiento'', el poeta tiene que apelar a Dios para lograr ''la force'' y
el ''courage'' de continuar. Se repite el epígrafe que sirve como eje del poema ''Ya  nada
temo más que mis cuidados'', es el temor de sus cuidados lo que define sus días  y los
marca en contraste con el fervor de sus días juveniles. El verso final resume la
desesperación de su estado ''De la vida me acuerdo pero dónde está''.

Su poesía vino a cubrir una necesidad de equilibrio interno, una vez el poeta se
convierte en el personaje por él creado, debido a que no requiere ya de imaginación para
inventarse, deja de tener interés el ejercicio de la poesía, al mismo tiempo que se da
cuenta de que la invención del personaje no sirve para nada en cuanto a aprecio y estima
de sí mismo, el poeta perdida la fe en la poesía como actividad que ayuda a uno a
construirse y a llegar a ser da muerte al personaje para sobrevivir como hombre
despojado de toda literatura.

8.- Referencias culturales y literarias.

Gil de Biedma acostumbra descubrir su vida contando a través de sus escritos


aspectos de su intimidad, detallando los lugares que frecuentaba, descubriendo algunos
de sus sentimientos o comentando las reuniones con sus amigos. En su obra podemos
encontrar alusiones a la cultura clásica, a personajes y autores conocidos y a lugares
donde pasó momentos de su vida.

Veamos algunos ejemplos.

 INFANCIA Y CONFESIONES

 El poema está dedicado a Juan Goytisolo y es uno de sus poemas más conocidos.

Gil de biedma estudió derecho en Barcelona, donde, junto a Fabián Estapé, Juan
Goytisolo, Barral y  Manuel Sacristán se despertará definitivamente al mundo de la
cultura y la militancia en la izquierda (a esos nuevos amigos se refiere cuando dice: ''
algunos años antes/ de conoceros y /recién llegado a la ciudad, '').

El poeta recuerda, desde la madurez, sus años infantiles, los años de su ''pequeño
reino afortunado'' y lo hace con cierta vergüenza de clase, como lamentando de alguna
forma su riqueza: “Mi familia/ era bastante rica y yo estudiante”; “todo ligeramente
egoísta y caduco”; “Yo nací /(perdonadme) en la edad de la pérgola y el tenis”. Es la
infancia de un privilegiado que reconoce que “algo sordo perduraba a lo lejos”, “las
historias penosas”, las “caras tristes”, “los sótanos sombríos” de una España que huele
aún a guerra civil, a pobreza, a miseria y a miedo.

En el poema se rinde un homenaje a Antonio Machado pues los recuerdos del


poeta adoptan la forma del Retrato de  Machado en Campos de Castilla (Mi infancia son
recuerdos de un patio de Sevilla, /y un huerto claro donde madura el limonero).

AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

En el mismo título del poema se evocan ya otros tiempos y otras aspiraciones


culturales, sin nombrar expresamente la ciudad inglesa se nos deja traslucir su origen al
hablarnos de una ''vieja ciudad / llena de niños góticos/...donde'' se bebe cerveza en
lugares sagrados / por el uso del tiempo'', ''allí precisamente viví los meses últimos / en
mi vida de joven y sin trabajo / y con algún dinero''; nos habla de su estancia en Oxford,
en Inglaterra y proclama que el tema principal de su poesía será su propia persona.
                                         Pero esa es otra historia,
                                         voy a hablaros del producto acabado,
                                         o sea:  yo
                                         tal y como he sido en aquel tiempo.

EN EL NOMBRE DE HOY

''Los pecadores'', ''los señoritos de nacimiento'', los escritores de mala conciencia


son una parte de ''los amigos / compañeros de viaje'' a quienes se dirige el poema y les
identifica claramente son sus amigos, sus compañeros de generación, son los que
comparten sus mismos ideales, Carlos Barral, Ángel Valente, Alfonso Costafreda, José
María Castellet, Gabriel Ferrater, José Caballero Bonald, José Agustín Goytisolo,...

El poeta muestra el resentimiento que supone para muchos de los autores de esta
generación pertenecer a una clase social que rechazan.

BARCELONA JA NO ÉS BONA, O MI PASEO SOLITARIO EN PRIMAVERA

Barcelona es el espacio geográfico que se intuye tras muchos de los poemas de


Jaime Gil de Biedma y que se cita claramente en otros como en este.

En un paseo por la montaña de Montjüic la voz poética del autor rememora el


pasado cuando aún estaba en el vientre de su madre, hace alusión a la Exposición
Mundial celebrada en Barcelona en 1929 y a las transformaciones de las estructuras
económicas y sociales que ha sufrido la ciudad así como al ascenso de las capas
emigrantes recién llegadas por la bonanza económica.

Un poema que por sí solo escenifica un capítulo de la historia de Barcelona y


donde Gil de Biedma vuelve a mostrarnos el resentimiento contra la clase social
burguesa donde había nacido (este resentimiento / contra la clase en que nací,). El
poema fue dedicado a Fabián Estapé; cuando se conocieron en Barcelona, Estapé era un
joven profesor auxiliar y le introdujo en la economía política y también en la literatura y
en la filosofía.
 A UNA DAMA MUY JOVEN, SEPARADA

Isabel Gil Moreno de Mora es la ''- Isabel, niña Isabel -'' del poema de Gil de
Biedma.

Parece que Isabel fue el único amor heterosexual del poeta. Pertenecía a la alta
burguesía catalana y entroncaba con la que fue reina Fabiola de Bélgica. Se casó en el
año 1958, pero su matrimonio fue un desastre, de él nacieron dos hijos y poco después
se separó. En aquella época una mujer separada era muy mal vista. Diseñadora de joyas
y amiga de la gran fotógrafa Colita fue una de las musas imprescindibles de la gauche
divine. Sus amigos la apodaban Bel, murió en una riada donde su coche fue arrastrado
por las lluvias, Gil de Biedma no asistió a su entierro pues al enterarse de su muerte
tuvo un intento de suicidio.

 ''- Fue una de los seres humanos más hermosos que he conocido nunca ¿Tú te
has detenido a contemplar largamente a un cisne? Con ese bulto encima del pico y ese
cuello tan desmesurado están a un paso de ser monstruosos, pero se detienen a tiempo.
Bueno, la nariz de Bel era como el pico de un cisne, se detenía en el momento justo.
Recuerdo perfectamente el día que me enamoré de Bel. Vino a mi casa a buscarme
para ir a cenar; le preparé una copa y la dejé en la biblioteca mientras yo me
cambiaba. Cuando regresé, tenía entre sus manos una porcelana holandesa que me
había regalado mi madre y estaba llorando. Bel era una mujer hermosísima,
traspasada de impulso, de fuerza, con un aura trágica y, también con una parte de
payaso que estaba siempre presente. Salíamos juntos a cenar y, para jugar, nos
vestíamos cada día de vizcondes. Una noche se vistió de vizcondesa húngara y estaba
espléndida, ornada de plumas, descendiendo por la escalinata del restaurante. Pero a
la mitad tropezó, y el resto de los peldaños los bajó de culo. Así era Bel.''

PARA GUSTAVO, EN SUS SESENTA AÑOS

Gustavo Durán  fue un compositor, militar republicano, espía diplomático y


escritor español perteneciente a la Generación del 27 y padre de la poetisa Jane Durán.

Fue íntimo amigo de Lorca, entre otros intelectuales de la época.

Rubio, de bellos ojos azules, seductor, expresándose en inglés, francés italiano o


alemán y con unas relaciones personales de primer nivel social, Buñuel le define:

''Gustavo era el único homosexual de verdad''

A comienzos de la década de los 60 Durán será destinado a Atenas para dirigir el


programa de desarrollo de la ONU en Grecia y allí conocerá a Jaime Gil de Biedma el
cual le dedicará el poema ''Para Gustavo, en sus sesenta años'', poema en el que el autor
traza paralelismos entre las vidas de ambos.

NOCHES DEL MES DE JUNIO

La dedicatoria es clara a Luis Cernuda, una de sus influencias poéticas y con


quien Gil de Biedma mantuvo correspondencia. El poema nos muestra la soledad
adolescente de un joven lleno de temores quizá relacionados con su homosexualidad, la
misma sensación de soledad que se manifestaba en ''Ampliación de estudios''.

DESPUÉS DE LA NOTICIA DE SU MUERTE

Otro poema  dedicado a Cernuda.

La pena por la muerte del amigo se expresa entre la realidad que le causa
desolación y la quimera que es el deseo y que sólo puede salvarse en la creación poética
(la quimera, animal mitológico, mitad león y cabra, mitad serpiente y dragón nos remite
también a un conflicto de identidad, síntoma del desacuerdo entre dos figuras que
habitan un mismo cuerpo).

Esa  ''desolación de la quimera'' es una afirmación del poeta que cree en el


secreto de la Quimera: ilusión, utopía, hacer posible lo imposible, hacer posible el
deseo.

''Desolación de la Quimera'' es uno de los poemarios de Luis Cernuda y


''Después de la noticia de su muerte'' es el poema que escribió Gil de Biedma tras la
muerte de Luis Cernuda.

CONVERSACIÓN

El título parece un  eco del verso de Quevedo:   Retirado en la paz de estos


desiertos / con pocos, pero doctos libros juntos / vivo en conversación con los difuntos /
y escucho con mis ojos a los muertos.

Biedma describe la visita del fantasma de una mujer, la ''Amada mía'', alude al
insomnio del poeta en soledad y al remordimiento que le causa el recuerdo de la
relación. Los críticos han dado interpretaciones distintas a la mujer fantasma, una que
fuese una amante del poeta ya difunta (Isabel Gil Moreno de Mora) y otra que, dada su
homosexualidad, fuese una figura alegórica de la Juventud, el pasado, el Deseo Sensual
o la Belleza Juvenil.

 PIAZZA DEL POPOLO

María Zambrano, filósofa y ensayista, colaboró en la defensa de la República


hasta su salida hacia el exilio  junto con su familia, ella fue la fuente que inspiró este
poema a Gil de Biedma que es una muestra de su poesía social, donde el autor nos
muestra su simpatía por las consignas comunistas.
Cena con María Zambrano en una trattoria cerca de su casa, anoche. Habló de
nuestra guerra, del éxodo final, de su emoción al escuchar el otro día la Internacional
cantada por una multitud en la Piazza delPopolo, con tal viveza, con tanta intensidad
que me sentí dignificado, exaltado a una alturasignificativa, purificado de todo deseo
trivial. Cuando la dejé, fui a sentarme en la terraza de Rosati y escribí veinte versos, el
monstruo de un poema que me gustaría escribir, contando lo que ella me contó. No
logré dar con el tono. Anduve luego durante más de una hora.

Y eso ha sido lo mejor de Roma.

Texto de Jaime Gil de Biedma.

En la Piazza del Popolo, ya mayorcita, pero viviendo mi hermana, apareció


Diego de Mesa con alguien más: era Jaime Gil de Biedma, que venía desde la
provincia de Segovia de un pueblo, Navas de la Asunción. (...) Me encantaba su amor
al «nosotros», la falta de soledad al salir a la plaza y luego se empeñó Jaime Gil de
Biedma que el poema «Piazza del Popolo» era mío porque lo había escrito él bajo mi
influencia.

En muchos de los poemas de Gil de Biedma hay también alusiones a cultura


clásica.

Que palabras latinas aparezcan en el título, dentro del contenido lírico o como
cita previa al texto o inserta en él indica la importancia que tienen para una comprensión
culta del poema, al mismo tiempo que no es extraño en nuestro poeta encontrar
expresiones en catalán, inglés o francés sin que ello conlleve que no se pueda llegar a
entender. Pero de lo que sí nos da muestra es de la basta cultura que poseía su autor.

De Senectute, De vita beata, son palabras latinas pero reconocibles por su


proximidad fonética a la lengua española.

DE SENECTUTE

Dos de los últimos poemas que escribió Gil de Biedma cierran Poemas


póstumos: ''De senectute'' y ''De vita beata'', son intimaciones sobre los momentos
finales de su vida. Sin la llegada de la muerte y carente de la fuerza para actuar, el poeta
existe entre un ser sin un vivir.

''ya nada temo más que mis cuidados'', este verso es adaptado del de Góngora:
''Y nada temí más que mis cuidados'' y sirve como eje del poema, el temor de sus
cuidados define sus días en contraste con el fervor de sus días juveniles, el verso final
resume la desesperación de su estado: ''De la vida me acuerdo, pero donde está.'' , en
este final nos recuerda los versos medievales del ubi sunt (donde está),manriqueño.

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