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Las celuilitis preseptal y orbitaria se diferencian por el hecho de que la infección sea anterior o

posterior al tabique orbitario.


La celulitis orbitaria habitualmente es causada por la propagación por contigüidad de una sinusitis
etmoidal o frontal, mientras que la celulitis preseptal generalmente es causada por la propagación
por contigüidad de traumatismos faciales o palpebrales locales, picaduras de insectos o mordeduras
de animales, conjuntivitis, y chalazión

Etiología
La celulitis preseptal generalmente se debe a la extensión de infecciones contiguas producidas por
traumatismos faciales o palpebrales, picaduras de insectos o mordeduras de animales, conjuntivitis,
chalazión o sinusitis.

La celulitis orbitaria casi siempre se origina por la propagación de infecciones de los senos
adyacentes, sobre todo el etmoidal; más raramente, se debe a una infección directa por
traumatismos locales (p. ej., picaduras de insectos o mordeduras de animales, lesiones palpebrales
penetrantes), a diseminación de infecciones faciales o dentales contiguas o a diseminación
hematógena.

Los patógenos varían según la etiología y la edad. El Streptococcus pneumoniae es el germen más
frecuente en los casos asociados a sinusitis, mientras que el Staphylococcus aureus y el S.
pyogenespredominan en las infecciones secundarias a traumatismos locales. La infección
por Haemophilus influenzae de tipo B, frecuente hace años, en la actualidad es menos habitual a
causa de las vacunaciones amplias. Los hongos son patógenos infrecuentes que causan celulitis
orbitarias en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos. La infección en niños < 9 años suele deberse
a un único germen aerobio; con la edad creciente, particularmente en > 15 años, la infección
normalmente es polimicrobiana con infecciones mixtas con gérmenes aerobios y anaerobios
(Bacteroides, Peptostreptococcus).

Los agentes más frecuentemente relacionados con este cuadro son el Stafiloccoco aureus y el
Streptoccoco pneumoniae. En los casos secundarios a sinusitis, puede existir presencia de
Haemofilus influenzae u otros agentes. Puede ser causada secundariamente a alguna puerta de
entrada local, como por ejemplo la picadura de un insecto o secundario a algún traumatismo en la
región, además, también puede ocurrir debido a diseminación desde un foco contiguo, tal como se
observa en las sinusitis o en las dacriocistitis.

Fisiopatología
Como la celulitis orbitaria se origina a partir de grandes focos adyacentes de infección fulminante (p.
ej., sinusitis) separados sólo por una fina barrera ósea, las infecciones orbitarias pueden ser
extensas y graves. Pueden acumularse colecciones purulentas subperiósticas, a veces de gran
tamaño; se denominan abscesos subperiósticos, pero inicialmente muchos pueden ser estériles.

Celulitis preseptal y orbitaria


Las complicaciones incluyen pérdida de visión (3 al 11%) por retinopatía y neuropatía óptica
isquémica a causa del aumento de presión intraorbitaria; restricción de los movimientos oculares
(oftalmoplejía) secundaria a la inflamación de partes blandas de la órbita; y secuelas intracraneanas
por propagación de la infección al sistema nervioso central, como trombosis del seno cavernoso,
meningitis y absceso cerebral.

Signos y síntomas
Los signos y síntomas de la celulitis preseptal son dolor a la palpación, edema, calor, enrojecimiento
o cambio de color (violáceo en la infección por H. influenzae) del párpado y a veces fiebre. Los
pacientes pueden ser incapaces de abrir el ojo a causa del edema palpebral. La hinchazón y el
malestar pueden hacer que sea difícil examinar el ojo, pero cuando se logra, el examen muestra que
la agudeza visual no se ve afectada, el movimiento ocular está intacto, y el globo ocular no es
empujado hacia adelante (exoftalmía)

Los signos y síntomas de la celulitis orbitaria incluyen edema y enrojecimiento palpebral y de los
tejidos blandos circundantes, hiperemia conjuntival y quemosis, disminución de la motilidad ocular,
dolor con los movimientos oculares, disminución de la agudeza visual y exoftalmía causada por
edema orbitario. A menudo, existen también signos de la infección primaria (p. ej., secreción nasal y
sangrado por sinusitis, dolor periodontal y edema con absceso). Habitualmente aparece fiebre. La
presencia de cefalea y somnolencia deben hacer sospechar una meningitis asociada. Pueden faltar
algunos o todos estos hallazgos en las fases precoces de la infección.
Los abscesos subperiósticos, cuando son suficientemente grandes, pueden contribuir a los síntomas
de la celulitis orbitaria con hinchazón y enrojecimiento del párpado, disminución de la movilidad
ocular, exoftalmía y reducción de la agudeza visual.
La celulitis periorbitaria debe diferenciarse principalmente de la celulitis orbitaria, debido a que la
segunda requiere un manejo hospitalizado con tratamiento antibiótico endovenoso y, en algunos
casos, drenaje quirúrgico. En general, los pacientes con celulitis periorbitaria presentan una lesión
eritematosa con bordes difusos, con aumento de la temperatura local, fiebre, dolor e inyección
conjuntival con epífora. En contraste con una celulitis orbitaria, no tiene compromiso ocular
(indemnidad de los movimientos oculares, ausencia de dolor y sin compromiso de la agudeza visual).
Celulitis periorbitaria o preseptal
Afecta las partes blandas anteriores al septum orbitario, se caracterizan por edema palpebral, que
cierra la hendidura palpebral sin compromiso de la agudeza visual, de los reflejos pupilares y la
musculatura ocular. Es más frecuente en los niños menores de 5 años y puede ocurrir secundaria a
infecciones de estructuras adyacentes (dacriocistitis, chalazión) en que la existencia de una puerta
de entrada orienta hacia infección por Staphylococcus aureus , o sin la evidencia de puerta de
entrada como ocurre por extensión de procesos infecciosos periorbitarios (sinusitis, etmoiditis) en
cuyo caso deben ser considerados otros microorganismos como Streptococcus pneumoniae ,
Haemophilus influenzae, y Streptococcus pyogenes.
Celulitis orbitaria
En ella están afectados los tejidos posteriores al septum orbitario, se caracteriza por edema
palpebral, proptosis, quemosis, limitación a la movilización del globo ocular, dolor y puede existir
disminución de la agudeza visual. Manifestaciones sistémicas como fiebre y astenia suelen
acompañar este cuadro. La mayoría se produce por infección que se extiende a la órbita desde
estructuras vecinas (senos paranasales). Los microorganismos que con más frecuencia producen
este cuadro son Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, y Streptococcus pyogenes.
Con menos frecuencia puede existir participación de microorganismos anarobios de la flora
orofaríngea.
Las complicaciones son más frecuentes en estos procesos de ellas a destacar el absceso
subperióstico, el orbitario y la trombosis del seno cavernoso.

Diagnóstico
Principalmente, evaluación clínica
TC o RM cuando existe la posibilidad de una celulitis orbitaria

El diagnóstico es sobre todo clínico. Otros trastornos que deben considerarse incluyen traumatismo,
picaduras de insectos o mordeduras de animales sin celulitis, cuerpos extraños retenidos, reacciones
alérgicas, tumores y seudotumor orbitario inflamatorio.
El edema palpebral puede obligar a usar separadores para explorar el globo ocular, y los signos
iniciales de infección complicada pueden ser sutiles. Debe consultarse a un oftalmólogo si se
sospecha una celulitis orbitaria.
A menudo, puede distinguirse clínicamente entre la celulitis preseptal y la orbitaria. Es más probable
la celulitis preseptal si los hallazgos oculares son normales, con excepción del edema del párpado.
La presencia de un nido local de infección de la piel hace incluso más probable este tipo de celulitis
Si los hallazgos son equívocos, la exploración es difícil (como en los niños pequeños) o existe
secreción nasal (que sugiere sinusitis), debe realizarse una TC o una RM para descartar la celulitis
orbitaria, el tumor y el seudotumor. La RM es mejor que la TC cuando se sospecha una trombosis
del seno cavernoso.
La dirección del exoftalmos puede servir de indicio para localizar la infección; así, la extensión desde
el seno frontal desplaza el globo ocular hacia abajo y afuera y la extensión desde los senos
etmoidales desplaza el globo lateralmente y hacia afuera.
A menudo se realizan hemocultivos (en condiciones ideales, antes de empezar los antibióticos) a los
pacientes con celulitis orbitaria, aunque solo son positivos en menos del 33%. Si se sospecha
meningitis, se realiza una punción lumbar. Si se sospecha un origen sinusal, se realizan cultivos del
líquido de los senos paranasales. No son particularmente útiles otras pruebas de laboratorio.

Tratamiento
Antibióticos
Celulitis preseptal
El tratamiento inicial debe ir dirigido contra los patógenos de la sinusitis (S. pneumoniae,H.
influenzae no tipificable,S. aureus,Moraxella catarrhalis); sin embargo, en regiones con prevalencia
de S. aureus resistente a la meticilina, los médicos deben agregar los antibióticos apropiados (p. ej.,
clindamicina, trimetoprim/sulfametoxazol o doxicilina para el tratamiento oral y vancomicina para el
paciente internado). En pacientes con heridas contaminadas, hay que considerar una posible
infección por gramnegativos.
El tratamiento ambulatorio es una opción cuando se ha descartado definitivamente la celulitis
orbitaria; los niños no deben tener signos de infección sistémica y deben estar al cuidado de padres
o tutores responsables. Los pacientes deben ser controlados cuidadosamente por un oftalmólogo.
Las opciones de tratamiento ambulatorio incluyen amoxicilina/clavulánico 30 mg/kg VO cada 8 horas
(en niños menores de 12 años) o 500 mg VO 3 veces al día o 875 mg VO 2 veces al día (en adultos)
durante 10 días.
En pacientes hospitalizados, un posible régimen sería el de ampicilina/sulbactam 50 mg/kg IV cada 6
horas (en niños) o 1,5-3 g IV cada 6 horas (en adultos) (máxima dosis de ampicilina 8 g/día) durante
7 días.

Celulitis orbitaria
Los pacientes con celulitis orbitaria deben ser ingresados y tratados con antibióticos en dosis para
meningitis (ver Dosificaciones de antibióticos IV comunes para las meningitis bacterianas agudas*.)
Cuando existe una sinusitis, puede optarse por una cefalosporina de segunda o tercera generación,
como cefotaxima en dosis de 50 mg/kg IV cada 6 horas (en niños < 12 años) o 1 a 2 g IV cada 6
horas (en adultos) durante 14 días; otras opciones serían imipenem, ceftriaxona o
piperacilina/tazobactam. Si la celulitis se asocia a traumatismos o cuerpos extraños, el tratamiento
debe cubrir las bacterias grampositivas (vancomicina 1 g IV cada 12 horas) y gramnegativas (p. ej.,
ertapenem 100 mg IV 1 vez al día) y prolongarse durante 7 a 10 días o hasta que haya mejoría
clínica.

Está indicada la cirugía para descomprimir la órbita, drenar un absceso, abrir los senos infectados o
una combinación de estos procedimientos en cualquiera de las siguientes circunstancias:
 Hay riesgo para la visión.
 Se sospecha supuración o cuerpo extraño.
 Las imágenes muestran abscesos subperiósticos grandes u orbitarios.
 La infección no responde a los antibióticos.

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