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tu cerebro
LAS 10 CLAVES PARA
MANTENER SU BUENA SALUD
Sumario 1
CAMBIAR TU CEREBRO ES POSIBLE (SI SABES CÓMO)
Por Rosa Casafont. Su plasticidad está demostrada. Algunas herramientas y hábitos nos
ayudan a mejorar nuestras conexiones neuronales y la salud del cerebro.
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CÓMO CONTROLAR EL CEREBRO CON LA RESPIRACIÓN
Por Claudina Navarro. Los distintos tipos de respiración tienen efectos diferentes sobre
el cerebro y podemos utilizarlo para calmarnos o activarnos.
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PROCÚRATE UN DESCANSO REPARADOR
Por Ramón Soler. Durante el sueño, tu cerebro aprovecha para seguir trabajando.
Dormir las horas necesarias resulta fundamental para la salud física y mental.
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DISFRUTA DEL SILENCIO
Por Elisabet Riera. La ausencia de ruido ambiental crea nuevas células cerebrales, mejora la
memoria, tiene un potente efecto antiestrés y beneficia a nuestro estado emocional.
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MEDITA PARA MEJORAR LA MEMORIA
Por Cristina Sáez. La ciencia ha demostrado que meditar puede modificar
el cerebro y fomentar la memoria, la empatía y la creatividad.
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MANTÉN TU CEREBRO JOVEN CON YOGA Y TAICHÍ
Por Dra. Perla Kaliman. El ejercicio físico suave y consciente es la mejor inversión
que podemos hacer para conservar las funciones del cerebro a pesar de los años.
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PON EN FORMA TU MENTE
Por Jordi A. Jauset. La neurociencia ha demostrado que el ejercicio físico, a la larga,
mejora la memoria, aleja la demencia, activa la creatividad y favorece la salud mental.
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DESCUBRE LAS PLANTAS QUE MEJORAN TU CEREBRO
Por Claudina Navarro. Existen plantas adaptógenas que ayudan a tu cerebro a concentrarse,
recordar o tomar decisiones con claridad. Con ellas no serás víctima del estrés.
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ALIMENTA TU CEREBRO: LOS NUTRIENTES IMPRESCINDIBLES
Por Ana María Oliva. Solemos procurarnos una correcta alimentación para el funcionamiento
de nuestro cuerpo, pero los desequilibrios nutricionales también afectan al cerebro.
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CONOCE LOS FÁRMACOS QUE DAÑAN TU SALUD MENTAL
Por Jorge L. Tizón. Algunos fármacos de uso habitual actúan sobre el sistema nervioso y pueden
provocar efectos no deseados como un deterioro cognitivo y emocional, ansiedad, alzhéimer.
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CAMBIAR TU
CEREBRO ES POSIBLE
(Si sabes cómo)
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Este proceso se traduce en un efecto diferente también, tanto en el cuerpo
como en la mente.
Por este motivo, la forma más sencilla de influir en nuestra mente es cambiando
previamente el cuerpo. A partir de ese momento estaremos en mejor disposición
para facilitar cambios en la forma de pensar.
Ese proceso constructivo hace posible progresar hacia nuestra máxima integración
madurativa. Nacemos con una determinación estructural concreta y, sobre esa
base, la influencia de nuestro entorno implementa modificaciones plásticas a lo lar-
go de nuestra vida, pero en determinadas estructuras cerebrales más que en otras.
• EL HIPOCAMPO Y SU PLASTICIDAD
El hipocampo –una estructura implicada en el aprendizaje, en determinados
tipos de memoria y en la neurogénesis (creación de nuevas neuronas)– tiene
una gran capacidad plástica. Se han comprobado asimismo mecanismos de
capacidad plástica en la neocorteza.
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En nuestra programación genética se incluye el mandato de la supervivencia y
ello supone que estructuras primarias (evolutivamente hablando), que forman
parte de nuestro cerebro emocional –como la amígdala, responsable de acti-
var el sistema de lucha-huida– tengan memoria emocional y cierta capacidad
plástica, pero en cambio el hipotálamo parece carecer de ella, y gracias a eso
tenemos programada nuestra capacidad para sobrevivir.
• CAPACIDAD ADAPTATIVA
La capacidad plástica que tenemos nos permite facilitarnos o complicarnos
la existencia. En nuestros circuitos, nos permite aprender y tener capacidad
de cambio, aunque ese aprendizaje y cambio que realizamos e insertamos en
nuestra memoria puede ser tanto positivo como negativo.
Por tanto, aunque esa cualidad es fundamental, la gran oportunidad de que dispo-
nemos como humanos es la capacidad para dirigir el cambio en un sentido u otro.
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Si bien inicialmente es la “emoción” la que dirige la atención, podemos re-
conducirla hacia otra observación, que emerja como más relevante, gracias
a la corteza prefrontal, situada detrás de la frente e integrada en los lóbulos
frontales encargados de procesar la información de alto nivel y últimos res-
ponsables de nuestra conducta.
Para hacerse una idea, en los primeros dos años de nuestra vida somos capa-
ces de crear, y no casualmente, hasta dos millones de sinapsis por segundo. Y
aunque la plasticidad disminuye con la edad, no desaparece y tenemos po-
sibilidad de estimularla. Dirigir “nuestra atención” es crucial para potenciar
la capacidad plástica, sin olvidar, además, que la intensidad emocional de la
experiencia atencional influye en el proceso.
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Es un mecanismo orgánico en el que participa “nuestro creador dinámico”,
el hipocampo, que cuenta con una importante capacidad plástica y que está
relacionado con el aprendizaje, con la capacidad para crear nuevas neuronas
y con diferentes tipos de memoria:
Existe también una correlación directa entre ejercicio y aumento de BDNF con
la capacidad de aprender a corto plazo, y del incremento de dopamina y adre-
nalina, dos neurotransmisores, con la mejora del aprendizaje a medio y largo
plazo. Estos resultados se han hallado en niños, adolescentes y en adultos.
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Todo ello representa una gran oportunidad para fomentar y facilitarnos estí-
mulos apropiados para mantener nuestras estructuras activas, seamos niños,
adultos o ancianos. Podemos responsabilizarnos más de nuestro cerebro.
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CÓMO CONTROLAR
EL CEREBRO CON LA
RESPIRACIÓN
Investigadores liderados por José Luis Herrero, del Instituto Feinstein para la
Investigación Médica de Nueva York, han demostrado cómo los diferentes tipos
de respiración influyen sobre el funcionamiento de distintas zonas del cerebro.
Según los científicos, los ritmos respiratorios son un principio organizador de
las oscilaciones eléctricas que tienen lugar en la corteza del cerebro.
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Los investigadores pidieron a los pacientes que respiraran lenta y profunda-
mente, que sostuvieran la respiración antes de la espiración o que respiraran
aceleradamente. Los científicos registraron el efecto de las diferentes respira-
ciones sobre la actividad neuronal en varias zonas del cerebro.
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PROCÚRATE
UN DESCANSO
REPARADOR
De hecho, tiene tal importancia para nuestra salud física y mental que una
tortura practicada por los regímenes dictatoriales es la privación de sueño
(usando potentes focos y música a alto volumen), ya que se ha comprobado
que no dormir durante varios días puede provocar graves trastornos menta-
les y físicos, pudiendo incluso causar la muerte.
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Actividad emocional y empatía. Algunos investigadores opinan que mientras
soñamos, entrenamos innumerables situaciones con un amplio abanico de
emociones. Esto favorecería la empatía, la conexión con los demás y, en defini-
tiva, la cohesión social.
Por todo ello, para mantener la buena salud mental y proteger el cerebro,
conviene procurarse un sueño reparador: evita hacer ejercicio justo antes de
acostarte, apaga las pantallas horas antes de irte a la cama, duerme en una
habitación fresca y procura la última comida del día sea ligera.
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DISFRUTA
DEL SILENCIO
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El silencio es un bien cada vez más preciado. Tanto que se ha convertido en un
atractivo turístico que se equipara al de otros recursos más convencionales,
como las posibilidades de ocio o la oferta gastronómica.
Pero lo más asombroso es que sus efectos no son solo preventivos, sino que
estar expuesto al silencio puede revertir ciertas enfermedades, especialmen-
te las que afectan al cerebro.
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El doctor Luciano Bernardi realizó en 2006 un estudio de los efectos fisioló-
gicos de la música. Analizaba la respuesta de dos docenas de participantes
a seis piezas de música y halló que los impactos podían leerse directamente
como cambios en la presión sanguínea, presencia de dióxido de carbono en
sangre e irrigación en el cerebro.
Con casi todos los tipos de música se experimentaban estos efectos, pare-
cidos a los de la excitación, lo que no es de extrañar debido a que escuchar
música requiere estar alerta y atento. Hasta aquí, todo bastante previsible.
Pero lo que Bernardi no se esperaba eran los drásticos efectos que midió en
los intervalos entre canción y canción, en los cortes de silencio. De hecho, las
pausas de dos minutos se mostraron mucho más relajantes fisiológicamente
que cualquiera de las músicas “relajantes”.
La conclusión fue que el silencio tiene igual peso y efecto sobre el cerebro que
el sonido. Esto abrió la puerta a investigaciones centradas en el silencio, de un
modo similar a las que hasta entonces se habían hecho sobre el ruido.
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Esperaba que los sonidos de las crías de ratón, como forma de comunica-
ción, aceleraran el desarrollo de nuevas células cerebrales. Pero resultó que,
aunque todos los sonidos tenían efectos neurológicos a corto plazo, ninguno
tenía un efecto duradero.
Sin embargo, y para sorpresa de Kirste, dos horas de silencio al día provoca-
ron en los ratones un desarrollo celular en el hipocampo, la zona del cerebro
relacionada con la memoria e involucrada en los sentidos.
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do en información interior. Todo este tipo de operaciones de transformación
y archivo se realiza sin tregua y requiere mucha más energía que efectuar
cualquier operación matemática o trabajo mental consciente.
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MEDITA PARA
MEJORAR LA MEMORIA
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Desde hace siglos, se practica la meditación para sosegarse, reducir la ansie-
dad y el estrés, y mantener la claridad necesaria para enfrentarse a la vida.
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• MÁS MATERIA GRIS
Tras las ocho semanas que duró el programa, los neurocientíficos volvieron a
tomar imágenes de sus cerebros. Las conclusiones fueron reveladoras:
Más materia gris en la región del hipocampo: Tal y como sospechaban, descu-
brieron que se había producido un incremento de la densidad de materia gris
en el hipocampo, una región del cerebro con forma de caballito de mar vincu-
lada directamente con el aprendizaje y la memoria.
Que se produzcan todos estos cambios físicos en el cerebro tiene que ver con
una propiedad única de los seres humanos: la plasticidad cerebral, la posibi-
lidad de moldear nuestras neuronas y sinapsis a lo largo de toda la vida. Esta
propiedad hace que sea posible que aprendamos cosas nuevas. Y ahora sabe-
mos que meditar potencia esa propiedad.
Pero el estudio liderado por Sara Lazar no es el primero que indaga acerca de
las relaciones beneficiosas entre meditación y cerebro.
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Richard Davidson, director del Laboratorio de Neurociencia afectiva de la
Universidad de Wisconsin, trabaja junto al Dalai Lama desde 1992 y ha es-
tudiado los cerebros de monjes budistas tibetanos usando gorros equipados
con sensores eléctricos que registran la actividad de las neuronas.
Es así como Davidson ha descubierto que los cerebros de los monjes generan
poderosísimas ondas gamma, perfectamente sincronizadas, que están rela-
cionadas con la autoconciencia.
Vieron que aquellas que practicaban meditación desde hacía tiempo habían desarro-
llado una red neuronal que propiciaba una mayor conciencia de uno y del presente.
Con un ejercicio tan simple como poner una piedra en la barriga de los niños
(a partir de cuatro años), tendidos boca arriba, y enseñarles a llevar toda su
atención a la respiración a medida que la piedra sube y baja, se ha visto que
mejora su atención en clase y que desarrolla su creatividad.
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campo, se ha visto que al meditar baja el nivel de cortisol en la saliva, lo que, a
su vez, reduce el estrés.
“El cortisol, cuando pasa la barrera craneoencefálica, es neurotóxico, quema
las terminaciones neuronales, por lo que disminuye la capacidad de aprender
y de encontrar soluciones nuevas a problemas”, apunta.
Tener cortisol en la sangre durante mucho tiempo hace que el cerebro sea
menos capaz de solventar problemas y merma, en definitiva, la inteligencia.
Martín llevó a cabo un estudio con la Universidad del País Vasco y el Colegio
de Médicos de Vizcaya sobre los beneficios de meditar para los pacientes que
sufren hipertensión arterial.
El monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh, uno de los maestros más respe-
tados en Occidente, lleva el mindfulness a la vida cotidiana a través de ejerci-
cios de atención plena a las sensaciones.
· Cerrar los ojos. Un ejercicio que se puede hacer en casa o en el trabajo es,
durante breves momentos del día, cerrar los ojos en una posición cómoda y
preguntarse: ¿Cómo estoy? ¿Qué estoy sintiendo en este momento? Hay que
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responder a partir de las sensaciones. Se realiza un escáner de cómo está el
cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la cabeza. ¿Qué se siente? ¿Dolor?
¿Entumecimiento? ¿Placer?
Pero la podemos guiar. “Podemos amistarnos con ella, crear otro tipo de rela-
ción que no sea ni la de dejarse llevar ni tampoco la de intentar controlarla. Se
trata de abrir más campo para ver cómo funciona y cómo vamos a responder a
cada situación de la vida”, dice la psicóloga Constanza González.
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el estrés. Se desarrolló en los años 80, en el centro médico de la Universidad
de Massachusetts y desde entonces se ha convertido en un referente en psi-
cología y medicina por su forma holística de tratar la mente y el cuerpo.
“Se trata de una intervención psicoeducativa, que tiene como objetivo reducir
el malestar psicológico –asegura Andrés Martín–. Se centra en las interaccio-
nes entre mente, cuerpo y comportamiento, y en la forma en que los factores
sociales, mentales, espirituales, emocionales y de comportamiento afectan
a la salud». Este tipo de meditación no es otra cosa que una forma de prestar
atención a lo que está ocurriendo, de conectar con el presente, suspendiendo
los juicios de la razón.
“Lo que de verdad importa no pasa cuando meditas, sino después, cuando
vuelves y comienzas a resolver cosas –puntualiza la psicóloga Constanza
González –. Se trata de detenerse para poder actuar y no continuar con la mis-
ma inercia que hace sufrir. Es tomarse el tiempo para abrir nuevos espacios y
decidir actuar en lugar de reaccionar”.
“Con cada respiración notamos que estamos vivos –señala Andrés Martín–.
Y eso es muy importante porque nos genera calma y tranquilidad. Nos aporta
cierto descanso. Uno le deja de dar vueltas a aquello que le preocupa y presta
atención solo a la respiración, que no tiene carga emocional”.
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mismo, la capacidad de empatía se ve beneficiada, puesto que cuando somos
capaces de calmar la mente, estamos más en contacto con nosotros mismos y
con el otro.
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MANTÉN TU
CEREBRO JOVEN
CON YOGA Y TAICHÍ
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No hay duda de que el envejecimiento es el principal factor de riesgo del
deterioro cognitivo y del alzhéimer.
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Otro estudio examinó los efectos de un programa de yoga de 6 meses para
personas de entre 69 y 81 años. Mediante la resonancia magnética, observa-
ron que el yoga provocaba un aumento del volumen del hipocampo, clave para
la memoria y que sufre atrofia progresiva en el alzhéimer.
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PON EN FORMA
TU MENTE
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La neurociencia ha confirmado los grandes beneficios del ejercicio físico
(adaptado a la edad y el estilo de vida personal) sobre la salud. Pero, ¿cuál
es la excelencia del ejercicio físico? Posiblemente, que sus beneficios no
son exclusivos para el correcto funcionamiento de nuestro organismo (sis-
tema cardiovascular, articulaciones y músculos) sino, entre otros, también
para la mente, ya que contribuye a mejorar la atención y la memoria.
Los beneficios del ejercicio físico para la memoria son tales que incluso
hay una corriente, la neuroeducación, que propone programar actividades
físicas en los colegios a partir de media mañana para facilitar la memori-
zación de los conocimientos trabajados durante las primeras horas. Así de
simple. La neurociencia explica el porqué de esta relación.
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nesis o creación de nuevas neuronas en el hipocampo, área fundamental para
la memoria (Pereira et al. 2007), contribuyendo, en definitiva, a una mejor
funcionamiento cerebral.
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• TU MENTE SE VUELVE MÁS CREATIVA SI HACES DEPORTE
No solo mejora tu memoria cuando haces ejercicio: tu creatividad también
sale beneficiada. ¿Estás trabajando en tu proyecto fin de grado (TFG) o de
máster (TFG) y te has encasillad@? No le des más vueltas. Ponte unas zapati-
llas de deporte y, sin pensar en nada en particular, date unas vueltas. Te sor-
prenderás de las ideas que llegarán a tu mente ayudándote a seguir adelante
con el proyecto.
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No lo dudes, incorpora la actividad física en tu rutina diaria. “Corra unos
cuantos kilómetros en la cinta y no mejorará su depresión sino que vivirá más
años”, suelen aconsejar los científicos al respecto. Tu cuerpo y tu cerebro os lo
agradecerán.
Sin darte cuenta te estarás moviendo y tus músculos secretarán todas esas
moléculas tan beneficiosas para la salud.
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PLANTAS QUE
MEJORAN EL
FUNCIONAMIENTO
DE TU CEREBRO
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Sabes lo que tienes que hacer para mejorar tu salud física: comer alimentos
naturales enteros y limpios, hacer ejercicio para poner en forma los sistemas
cardiovascular y respiratorio, y cuidar los pensamientos y las emociones.
Pero llevar a cabo estas medidas exige que el cerebro se sienta capaz de controlar
las diferentes situaciones para tomar las decisiones correctas. La serenidad es un
buen camino. Además existen plantas medicinales que tienen un efecto adaptó-
geno: es decir, ayudan al cerebro a superar las circunstancias estresantes.
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De hecho, se ha demostrado que promueve la formación de dendritas trans-
misoras de mensajes entre neuronas e imita al neurotransmisor GABA, un
poderoso calmante en el cerebro.
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· El ginseng siberiano acelera tus procesos
cerebrales
El ginseng siberiano (Eleutherococcus senti-
cosus) acelera los procesos cerebrales, lo que
mejora nuestro tiempo de reacción y produce
otros beneficios mentales y físicos.
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ALIMENTA TU
CEREBRO: EL ABC DE
LOS NUTRIENTES
IMPRESCINDIBLES
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El cerebro necesita recibir los nutrientes adecuados para que pueda hacer sus
funciones de forma óptima. Una alimentación desequilibrada produce sustan-
cias tóxicas que pueden envenenar la sangre y también afectar a nuestra me-
moria y nuestra lucidez mental. Una dieta rica en vitaminas para el cerebro es
muy importante.
· VITAMINA A. Entre las más importantes para nuestro cerebro está la vitami-
na A, un poderoso antioxidante que ha demostrado ser muy útil para mejorar la
memoria y proteger las células del cerebro a largo plazo. La encontrarás en zana-
horias, calabazas, melón, mango y papaya.
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· VITAMINA B. Las vitaminas del grupo B se consideran especialmente importan-
tes para una buena salud del cerebro. Cada una de ellas tiene un papel decisivo en
la conservación de las funciones cerebrales y en la agudeza mental.
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estados de ánimo. También parece mejorar la memoria y las funciones cognitivas.
Se encuentra en las naranjas, las fresas, el brócoli, las espinacas y el pomelo.
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El magnesio se conoce como el mineral milagroso. Es necesario para que las
vitaminas del grupo B se transformen en su forma activa. Los niveles de magnesio
y calcio son los que regulan el funcionamiento de las neuronas. La deficiencia en
cualquiera de ellos puede producir problemas neurológicos. Lo encontrarás en las
semillas de calabaza, el cacao en polvo, almendras o anacardos.
El papel real del zinc en la salud del cerebro no está aún definido. Sin embargo,
está demostrado que su deficiencia está asociada a distintos trastornos neuro-
lógicos y psicológicos como la enfermedad de Parkinson o de Alzheimer. El de
origen vegetal lo encontrarás en la calabaza y las pipas de calabaza.
· Vegetales de hoja verde. El kale, las espinacas, las coles, el brócoli... son ricos en
nutrientes para el cerebro, como la vitamina K, la luteína, el folato y los betacaro-
tenos. Las investigaciones sugieren que el consumo habitual de estos alimentos
de hoja verde puede ayudar a ralentizar el deterioro cognitivo.
· Té y café. La cafeína parece ser más que una dosis de energía por la mañana, ya
que un estudio publicado en Journal of Nutrition mostró que las personas que la
consumen presentan mejores funciones mentales.
· Bayas. Los flavonoides de estos frutos, que son los pigmentos que le dan el color
brillante, también mejoran la memoria. En concreto, las publicaciones en los An-
nals of Neurology muestran que las personas que consumen dos o más raciones de
fresas y arándanos a la semana presentaban menos pérdida de memoria al cabo
de 2 años y medio que los que no los toman habitualmente.
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• OTROS INGREDIENTES QUE INFLUYEN EN LA MEMORIA
Algunos alimentos pueden afectar a la mente de un modo particular: mejorando o
empeorando nuestra memoria.
Este mismo artículo destaca, no obstante, que así como las grasas trans son las
malas de la película, las mono y poliinsaturadas son las campeonas para preservar
la memoria. En concreto, se ha comprobado que la ingesta de ácidos grasos ome-
ga 3 –un tipo de grasa saludable– se relaciona con menores niveles en sangre de
beta-amiloides (la proteína que forma placas que dañan el cerebro de los enfermos
de alzhéimer). Las semillas de lino, el aguacate y las nueces son fuentes vegetales de
omega 3.
En general, fruta, vegetales, granos enteros, cereales integrales, frutos secos... me-
joran la salud de los vasos sanguíneos en general y los del cerebro en particular.
Pero no hay que olvidar que el cerebro es el órgano físico desde el que se pro-
cesan esas emociones (allí se originan los neuropéptidos que luego viajan por la
sangre recorriendo todo nuestro cuerpo) y también es donde se procesan los
pensamientos. Por eso es importante cómo lo alimentamos.
Por ejemplo, hay emociones que nacen en el cerebro y dependen en buena parte
del tracto gastrointestinal, en el que hay cientos de millones de neuronas. Las
funciones de todas esas neuronas (y la producción de determinados neurotrans-
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misores) se ven influenciadas por el microbioma, es decir, por la flora de bacterias
amigas del intestino.
Por ello, las personas que toman probióticos (alimentos fermentados, como el
miso o el chucrut, ricos en bacterias buenas) tienen menores niveles de estrés
y mejor funcionamiento mental. Así pues, el sistema digestivo afecta a cómo
el cerebro procesa nuestras emociones.
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FÁRMACOS QUE
AFECTAN A TU
SALUD MENTAL
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Cuanto más medicalizada está una sociedad, más enferma. Hay estudios que
indican que la tercera parte de las enfermedades están relacionadas con el uso
inadecuado de la medicación que tomamos específicamente y de forma muy
protocolizada para algunas dolencias..
Entre estos daños en la salud está el deterioro cognitivo y emocional que produ-
cen algunos psicofármacos.
Pero no son los únicos medicamentos con efectos colaterales en el cerebro, mu-
chas otras medicinas a las que recurrimos habitualmente pueden provocar ansie-
dad, estrés, pérdida de memoria y de concentración, alteraciones del ánimo y de
cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.
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Especialmente delicado es el impacto de los antibióticos en la microbiota. Su uso
excesivo puede aumentar nuestro nivel de estrés y, consecuentemente, alterar
nuestra conducta.
Las benzodiacepinas. Son los fármacos más usados para la ansiedad, pueden pre-
disponerte a sufrir desagradables “rebotes” de ira, angustia, irritabilidad, dificul-
tades de memoria...
Ansiedad. Suele darse por factores externos relacionales, pero también existe una
de tipo “endógeno” (por causas internas) que tiene que ver con las alteraciones
del sistema nervioso. Si el medicamento actúa sobre cualquiera de sus asientos
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neurofisiológicos, el cerebro puede hacerte responder como si estuviese expuesto
a estrés. Así, los antiasmáticos causan temblores y nerviosismo. Y los fármacos uti-
lizados en la quimioterapia y los inmunosupresores (se recetan en caso de realizar
un trasplante de órganos para evitar el rechazo) son potenciadores habituales del
estrés. También se han observado casos de ansiedad tras el consumo continuado de
antibacterianos y de algunos medicamentos para el corazón.
Pérdida o disminución gradual de los reflejos. Suele estar relacionada con el uso
de muchos medicamentos: ansiolíticos, analgésicos, hipnóticos, antihistamínicos,
antidepresivos, antimigrañosos, antianginosos, estatinas, opioides, antiasmáticos
y antihipertensivos.
4. FAVORECEN LA DEPRESIÓN
Hay muchos medicamentos que se sospecha que favorecen la depresión. Entre
ellos se encuentran los que se usan para controlar las náuseas y el vértigo (an-
tieméticos y cinaricina), los anticonvulsivos, los broncodilatadores, ciertos anti-
inflamatorios, los antitiroideos, los corticoides y, en algunas mujeres, los anticon-
ceptivos orales. A esta larga lista se añade, según los últimos estudios, el adverso
efecto de las estaninas, los antiasmáticos, de los medicamentos para controlar la
hipertensión y hasta de los que combaten la calvicie.
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afectan a los niveles de acetilcolina, una sustancia fundamental para el correcto
funcionamiento de la memoria.
Pérdida de memoria activa. Del mismo modo, los ansiolíticos, los antiácidos y los
antihipertensivos actúan sobre el sistema nervioso central y pueden reducir la
capacidad de memoria a corto plazo.
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Junto al Ritalín, las benzodiazepinas suelen usarse como sustitutos de drogas
ilegales. Otra tendencia en alza es consumir estos medicamentos a través de po-
sologías no indicadas: esnifando, fumando, inyectándose o ingiriendo auténticas
sobredosis.
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CRÉDITOS
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