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Indicadores Urbanos PDF
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indicadores urbanos.
José Antonio Alvarez Lobato
El Colegio Mexiquense,
METROSUM, Observatorio Metropolitano de Toluca
En un mundo cada vez más globalizado, las ciudades se han convertido irremediablemente
en puntos de concentración de la actividad económica: inversiones, producción, comercio,
servicios, consumo. En la ciudad se toman las decisiones que afectan a millones de
personas. Las ciudades contemporáneas son el motor del desarrollo económico y social de
los países y sus regiones. El acelerado proceso de urbanización característico de las
ciudades mexicanas, trae consigo fuertes problemas sociales, como un intenso crecimiento
demográfico, altos niveles de pobreza, tráfico y congestión, y deterioro ambiental, sólo por
mencionar algunos.
UN-Habitat, el programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ha sido una
organización pionera en la construcción y recopilación de indicadores urbanos. Ya en 1991,
tenía el programa de indicadores de vivienda y en 1993, amplió su interés a otros temas
urbanos.
En 1996 el Gobierno de México, junto con mucho otros gobiernos de países en desarrollo,
firmó el documento conocido como la “Agenda Habitat”, producto de la Cumbre de las
Ciudades convocada por la UN-Habitat, donde se acordó garantizar una vivienda adecuada
para todos y lograr que los asentamientos humanos fueran más seguros, salubres,
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habitables, equitativos, sostenibles y productivos (UN-Habitat 2003). Un año después, en
1997, UN-Habitat lanzó la iniciativa para la integración del Observatorio Urbano Global
(GUO-Net), como una red mundial de información y fortalecimiento de capacidades locales
que permitiera darle seguimiento a los avances de la “Agenda Habitat”. En 1999 la GUO Net
alcanzó la cifra récord de 237 ciudades monitoreadas sistemáticamente. De acuerdo a
López Moreno (2005) y a las estadísticas manejadas por UN-Habitat, (2004), actualmente
(segundo semestre 2007) se contabilizan 110 observatorios urbanos locales y 24
observatorios urbanos nacionales.
En el año 2000, nuestro país se adhirió a la “Declaración del Milenio”, siendo la Secretaría
de Desarrollo Social (SEDESOL) el enlace del gobierno mexicano con UN-Habitat y la
responsable de garantizar el cumplimiento de los compromisos contraídos, especialmente
los relacionados con la llamada “Meta 11” de la Declaración del Milenio, que indica que para
el año 2020 se deberán mejorar sustancialmente las condiciones de vida de por lo menos
100 millones de habitantes de asentamientos precarios (UN-Habitat 2003). En México,
mediante un acuerdo formal celebrado en noviembre de 2003 entre la SEDESOL y
UN-Habitat, nuestro país se comprometió a incorporarse a la red GUO-Net como uno de los
elementos para la instrumentación de la Agenda Habitat para la superación de la pobreza
urbana. Desde entonces la SEDESOL está promoviendo la conformación de una Red
Nacional de Observatorios Urbanos Locales (Red OUL) que forme parte del Observatorio
Urbano Global (GUO-Net) (SEDESOL, 2005).
Actualmente, la Red OUL incluye 38 observatorios de las principales ciudades del país y 4
observatorios estatales (número que se incrementa día a día, SEDESOL 2007) con el
objetivo de generar información clave para el análisis, monitoreo y toma de decisiones en
materia de planeación urbana y desarrollo local (SEDESOL, 2005). El diseño de los
observatorios de la Red OUL especifica tres componentes básicos: i. un sistema de
indicadores estratégicos sobre la ciudad; ii. un sistema de información, que mantenga
disponibles los indicadores de manera que puedan apoyar cotidianamente la toma de
decisiones de política urbana; y, iii. un componente de gestión, que promueva a los
observatorios como espacios plurales de análisis y reflexión sobre la ciudad, donde
converjan activamente los diferentes sectores públicos, privados y sociales.
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La metodología UN-Habitat, adaptada por SEDESOL para el contexto mexicano, incluye 42
indicadores (20 indicadores clave o principales, 13 indicadores extensivos y 9 listas de datos
cualitativos), en temas como vivienda, desarrollo social, medio ambiente, desarrollo
económico y gobernancia (Cuadro 1):
Cuadro 1
Indicadores UN-Habitat/Sedesol
Vivienda
Proporción de ocupantes de viviendas consideradas durables, es decir,
construidas en áreas sin riesgos y con una estructura permanente y lo
Estructuras durables
suficientemente adecuada como para proteger a sus habitantes de inclemencias
del tiempo tales como la lluvia, el calor, el frío y la humedad
Hacinamiento Proporción de ocupantes de viviendas con más de tres personas por habitación
Nivel al que la tenencia segura esta garantizada para ocupantes de viviendas e
Tenencia segura
individuos medido por preguntas sobre el marco legal relativo al desalojo
Proporción de la población que usa cualquiera de las siguientes formas de
Acceso a agua segura suministro de agua para beber: Agua entubada, toma pública, pozos protegidos,
corrientes protegidas o agua de lluvia
Acceso a instalaciones sanitarias Proporción de la población con acceso a instalaciones sanitarias adecuadas
adecuadas
Porcentaje de ocupantes de viviendas conectadas a los siguientes servicios: a)
Conexiones a servicios
agua entubada; b) drenaje; c) electricidad; d) teléfono
La razón entre la mediana del precio de la vivienda y la mediana del ingreso anual
Relación precio de la vivienda-ingreso
doméstico
La razón entre la mediana de la renta anual de una vivienda y la mediana del
Relación renta de la vivienda-ingreso
ingreso anual doméstico
Porcentaje de viviendas que cumple con el reglamento de construcción y la
Vivienda autorizada
normatividad urbana (nomenclatura y normas de ordenamiento)
Desalojos de familias encabezadas Número de desalojos de familias encabezadas por mujeres en el último año
por mujeres
Desalojos de familias encabezadas Número de desalojos de familias encabezadas por hombres en el último año
por hombres
Relación entre la mediana del precio de un metro cuadrado de tierra altamente
desarrollada, desarrollada y en breña, y la mediana del ingreso doméstico
mensual. Tierra altamente desarrollada: se refiere a los terrenos servidos al
Relación precio de la tierra-ingreso menos con vialidades, agua, electricidad y posiblemente drenaje. Tierra
desarrollada: se refiere a los terrenos servidos solamente con vialidades. Tierra en
breza: se refiere a los terrenos sin servicios o no contemplados en los planes de
desarrollo urbano
El derecho a la vivienda adecuada en la Constitución o Legislación Nacional para
Derecho a vivienda adecuada
todos los ciudadanos
Nivel de desarrollo del sistema de financiamiento a la vivienda, medido por
Financiamiento para la vivienda
distintas preguntas
Desarrollo Social
Probabilidad, expresada como una tasa por cada 1,000 nacidos vivos, de que un
Mortalidad en menores de 5 años
niño o niña nacidos en un año específico mueran antes de cumplir los cinco años
Numero de homicidios reportados anualmente por sexo por cada 10,000
Homicidios
habitantes
Hogares pobres encabezados por un Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
hombre por debajo del nivel I de pobreza definida a nivel nacional o local
Hogares pobres encabezados por Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
una mujer por debajo del nivel I de pobreza definida a nivel nacional o local
Hogares pobres encabezados por un Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
hombre por debajo del nivel II de pobreza definida a nivel nacional o local
Hogares pobres encabezados por Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
una mujer por debajo del nivel II de pobreza definida a nivel nacional o local
Hogares pobres encabezados por un Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
hombre por debajo del nivel III de pobreza definida a nivel nacional o local
Hogares pobres encabezados por una Porcentaje de hogares encabezados por hombres situados por debajo de la línea
mujer por debajo del nivel III de pobreza definida a nivel nacional o local
Porcentaje de la población, por sexo, de 15 o más años de edad que puede leer y
Tasa de alfabetismo Masculino escribir, y es capaz de comprender un enunciado simple y corto sobre una
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situación cotidiana
Porcentaje de la población, por sexo, de 15 o más años de edad que puede leer y
Tasa de alfabetismo Femenino escribir, y es capaz de comprender un enunciado simple y corto sobre una
situación cotidiana
Porcentaje de mujeres embarazadas con edades entre los 15 y los 49 años cuyas
Prevalencia del VIH
muestras de sangre resultaron positivas en una prueba de VIH
Porcentaje de población femenina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación preescolar primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población masculina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación preescolar primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población femenina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación primaria primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población masculina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación primaria primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población femenina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación secundaria primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población masculina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación secundaria primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población femenina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación media primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
superior
Porcentaje de población masculina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación media primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
superior
Porcentaje de población femenina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación superior primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Porcentaje de población masculina Porcentaje de hombres y mujeres matriculados en los niveles de enseñanza
matriculada en educación superior primario, secundario y terciario en escuelas públicas y privadas
Mujeres en el gabinete local Proporción de mujeres electas o nominadas para formar parte del gabinete local
Violencia urbana Políticas existentes y nivel de aplicación para combatir la violencia urbana
Proporción de mujeres que tiene una posición de liderazgo en las autoridades
Inclusión de género
locales
Manejo del ambiente
Tasa de crecimiento medio anual de Tasa de crecimiento medio anual de la población en las áreas urbanas nacionales
la población total durante los últimos cinco años
Tasa de crecimiento medio anual de Tasa de crecimiento medio anual de la población en las áreas urbanas nacionales
la población masculina durante los últimos cinco años
Tasa de crecimiento medio anual de Tasa de crecimiento medio anual de la población en las áreas urbanas nacionales
la población femenina durante los últimos cinco años
Asentamientos planeados Planeación urbana para responder a las necesidades de la población
Mediana del precio pagado por 1,000 litros de agua, en la época del año en que el
Precio del agua
agua es más cara
Porcentaje del agua residual que es sometida a alguna forma de tratamiento
Aguas residuales tratadas
(primario, secundario y terciario)
Porcentaje de residuos sólidos Porcentaje de desechos sólidos: a) dispuestos en rellenos sanitarios; b)
dispuestos en relleno sanitario incinerados y quemados a cielo abierto; c) dispuestos en tiradero a cielo abierto;
diariamente e) reciclados; g) sometidos a otro tratamiento
Porcentaje de residuos sólidos Porcentaje de desechos sólidos: a) dispuestos en rellenos sanitarios; b)
incinerado o quemado a cielo abierto incinerados y quemados a cielo abierto; c) dispuestos en tiradero a cielo abierto;
diariamente e) reciclados; g) sometidos a otro tratamiento
Porcentaje de residuos sólidos Porcentaje de desechos sólidos: a) dispuestos en rellenos sanitarios; b)
dispuesto en tiraderos a cielo abierto incinerados y quemados a cielo abierto; c) dispuestos en tiradero a cielo abierto;
diariamente e) reciclados; g) sometidos a otro tratamiento
Porcentaje de desechos sólidos: a) dispuestos en rellenos sanitarios; b)
Porcentaje de residuos sólidos
incinerados y quemados a cielo abierto; c) dispuestos en tiradero a cielo abierto;
reciclados diariamente
e) reciclados; g) sometidos a otro tratamiento
Porcentaje de residuos sólidos Porcentaje de desechos sólidos: a) dispuestos en rellenos sanitarios; b)
sometidos a otro tratamiento incinerados y quemados a cielo abierto; c) dispuestos en tiradero a cielo abierto;
diariamente e) reciclados; g) sometidos a otro tratamiento
Tiempo promedio en minutos, requerido por un viaje hacia o desde el lugar de
Tiempo de traslado trabajo. Este indicador es el promedio del tiempo registrado en todos los modos de
transporte disponibles
Consumo promedio de agua en litros por día por persona para todos los usos
Consumo de agua
domésticos (se excluye el uso industrial)
Recolección regular de desechos Proporción de hogares que disponen del servicio de recolección de residuos
sólidos sólidos semanalmente
Proporción de viviendas construidas en sitios con riesgos (por cada 100,000
Viviendas en lugares de riesgo
viviendas)
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Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: automóvil privado
automóvil particular
Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: tren, tranvía o similares (metro, tren
tren, tranvía o similares (metro, tren ligero, etc.) autobús o microbús
ligero, etc.)
Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: autobús
autobús
Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: microbús
microbús
Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: motocicleta
motocicleta
Porcentaje de viajes efectuados en Porcentaje de viajes al trabajo realizados en: bicicleta
bicicleta
Instrumentos para la prevención y Nivel que la prevención de desastres esta garantizado y existencia de
mitigación de desastres instrumentos de mitigación disponibles y en operación
Planes ambientales locales Nivel de cumplimiento y ejecución de los planes ambientales locales
Desarrollo económico
Porcentaje de la población empleada, hombres y mujeres, cuya actividad es parte
Empelo informal
del sector informal
Producto total de la ciudad según se define en los procedimientos contables
Producto bruto de la ciudad
nacionales
Proporción promedio de desempleados, hombres y mujeres, como una fracción de
Desempleo
la fuerza laboral formal
Gobernancia
Total de ingresos anuales de los gobiernos locales provenientes de todas las
Ingresos de gobiernos locales fuentes, tanto de capital como recurrentes, por habitante promediado en los
últimos tres años
Porcentaje de electores votantes Porcentaje de población adulta por sexo que votó en las últimas elecciones locales
femeninos
Porcentaje de electores votantes Porcentaje de población adulta por sexo que votó en las últimas elecciones locales
masculinos
Número de organizaciones sin fines lucrativos, incluyendo ONG, organizaciones
Asociaciones de ciudadanos políticas o sociales registradas o establecidos en la ciudad, por cada 10,000
habitantes
Descentralización Nivel del proceso de descentralización
Nivel de participación ciudadana en la planeación y ejecución de acciones de
Participación ciudadana
desarrollo urbano
Transparencia y rendición de cuentas Nivel de transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos locales
Los indicadores UN-Habitat, no son los únicos sistemas de indicadores urbanos, varias
ciudades del mundo e incluso del país (el caso de la ciudad de México, por ejemplo) han
construido observatorios urbanos con sus propias visiones y metodologías. Pero la virtud de
la metodología propuesta a los miembros de la Red OUL, es poder comparar a las diversas
ciudades del país en un contexto internacional; ha sido, sin duda, un punto de referencia
obligado para todos aquellos interesados en construir observatorios urbanos; el objetivo está
claro (monitorear los esfuerzos para el abatimiento de la pobreza urbana) y los consensos y
los compromisos establecidos. Sin embargo no está exento de retos: el conjunto de
indicadores y las metodologías de estimación que elaboró UN-Habitat son un planteamiento
genérico orientado a países con características y prioridades diferentes a las de México,
SEDESOL tuvo que adaptarlos al contexto nacional, pero sin perder su comparabilidad
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internacional, tarea nada fácil, pero que requiere continuarse y acercarse a las
especificidades de cada ciudad y región.
En cualquier caso el indicador representa una información compleja que no puede ser
medida directamente y es diferente a la recolección de datos o al ejercicio estadístico
(aunque requiere de ellos). Ciertamente puede ser una cifra (generalmente tasas o razones)
pero que permite hacer comparaciones en tiempo y espacio además de las implicaciones
que pueden tener en términos normativos y de política.
Más allá del indicador se encuentra el índice que combina indicadores para dar una medida
de un fenómeno completo. El indicador como modelo simplifica un objeto complejo en unos
cuantos números que pueden ser fácilmente entendidos por los tomadores de decisiones y
el ciudadano.
Newton (2001) define tres tipos de indicadores que se pueden utilizar para la medición de
políticas:
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· Indicadores de necesidades que miden las carencias de grupos objetivo y que tienen
como propósito la disposición de recursos para revertir esas carencias (por ejemplo
pobreza)
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monitorear; debe ser específico, vinculado con los fenómenos sobre los que se pretende
actuar; explícito, de tal manera que su nombre sea suficiente para entender si se trata de un
valor absoluto o relativo, tasa, etc.; disponible para un período de tiempo amplio; comparable
con otras regiones o administraciones; relevante y oportuno para la aplicación de políticas;
claro y de fácil comprensión para los actores involucrados; exacto en cuanto a su aplicación
metodológica; factible en cuanto a su costo e información para su construcción (Mondragón,
2002).
Aún existe el debate sobre proceso de formulación de indicadores urbanos, si éstos deben
ser desarrollados con la participación amplia de todos los actores, buscando consensos y
estableciendo problemas y prioridades de común acuerdo, o bien éstos deben ser
formulados con sólidas bases conceptuales y metodológicas que garanticen su objetividad,
estabilidad y credibilidad. Esto es claro, por ejemplo en la Red OUL, donde los observatorios
acogidos en instituciones académicas suelen ser más críticos sobre aspectos metodológicos
en algunos indicadores ya preestablecidos.
Una manera de caracterizar a los indicadores es respondiendo a preguntas claves como por
ejemplo ¿para quién son los indicadores?, ¿para qué se usan?, ¿con qué perspectiva
urbana han sido desarrollados?, ¿cuál es su ámbito? ¿cuál es el contexto político y
organizacional dentro del cual fueron desarrollados?, ¿son significativos?, ¿se vinculan
claramente con el objetivo o meta para el que fueron diseñados?, ¿son relevantes para el
desarrollo de la ciudad o la región?, ¿son útiles para tomar decisiones de política?
En los últimos años, en nuestro país, parece existir un deseo insaciable por establecer
observatorios y desarrollar indicadores; toda dependencia gubernamental desea construir su
propio sistema con información social, económica, política, medioambiental, etc. generando
lo que hemos definido como “infohastío”. Los Observatorios Urbanos Locales tipo
Un-Habitat-SEDESOL son sólo un caso, pero los ejemplos en el país son numerosos. Esta
proliferación de sistemas de indicadores en prácticamente cada sector de la vida nacional,
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patrocinados por gobiernos de los tres niveles, fundaciones privadas y organizaciones
públicas, ONGs, instituciones académicas y diversas asociaciones civiles, a menudo
manejan indicadores urbanos similares, pero con metodologías diferentes, lo que genera
confusión, pérdida de credibilidad, hartazgo de los proveedores de la información, duplicidad
de esfuerzos y en no pocas ocasiones manipulación política de la información. Iracheta
(2005) lo define bien al decir que “existe sobre-oferta de información, provocando una
‘censura’ por exceso. Esto ocurre cuando existe mucha información sobre un fenómeno,
proveniente de diversas fuentes –no siempre coincidentes y en ocasiones contradictorias-;
en estos casos, el proceso de selección y priorización, se convierte en sí en una actividad
relevante que exige de estudios, tiempo y recursos para saber apenas, qué parte de la
información es realmente útil para los propósitos del trabajo.”
De cualquier manera la frase atribuible a Peter Newton, de que “no se puede medir
adecuadamente lo que no se entiende y no se puede mejorar lo que no se mide” sigue
siendo válido hoy. Los buenos indicadores urbanos no son piezas de información abstracta.
Son datos de la realidad que sintetizan información clave para hacer comprensibles diversas
situaciones y tendencias de las ciudades. Permiten medir, de manera cualitativa o
cuantitativa, la intensidad de un fenómeno o la gravedad de un problema, y evaluar los
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avances hacia determinados objetivos y metas. Los indicadores urbanos facilitan valorar las
estrategias en curso en función de la posibilidad de alcanzar objetivos previstos, así como
anticipar riesgos y aprovechar oportunidades tanto para la ciudad en su conjunto, como para
los diferentes elementos que la componen (Galster et al., 2005).
Por lo tanto, los buenos indicadores urbanos deben ofrecer información clave que posibilite
medir impactos, identificar prioridades, comparar a la ciudad consigo misma a lo largo del
tiempo o con otras ciudades (con las que incluso puede estar en competencia directa), y
permitir a los tomadores de decisiones reaccionar con oportunidad para reforzar o corregir
las estrategias y acciones de política urbana y desarrollo local (Auclair, 2002).
La Zona Metropolitana de Toluca (ZMT) es una de las más importantes y de más rápido
crecimiento del país. De 1990 a 2005, creció en 564 mil habitantes, esto es, 53.9% en sólo
15 años. (INEGI, 2000), Este incremento demográfico se ha visto acompañado por un
vertiginoso crecimiento de las actividades económicas urbanas que está transformando
radicalmente a la ciudad. Pero simultáneamente, el desarrollo urbano ha sido caótico y
desigual en diversas zonas de la ciudad, y está generando enormes problemas de
congestión, de mezcla inadecuada de usos del suelo, de contaminación, de pobreza urbana,
de segregación socio-espacial y de inflación inmobiliaria, entre otros.
Los indicadores adicionales que en el seno de metrosum se consideran clave para ciudades
con las características de la ZMT, se seleccionaron porque:
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iii. facilitan realizar evaluaciones ex-ante y ex-post de las políticas metropolitanas de
desarrollo local;
Módulo I: Lo económico
i. Competitividad.
Las ciudades no funcionan en el vacío sino que compiten agresivamente con otras ciudades
por atraer inversiones, empleos y oportunidades de desarrollo (Sobrino, 2003; 2004, 2005;
Urban Studies, 1999).
Cuadro 2
Propuesta de Indicadores
i. Competitividad
Modulo I
ii. Evolución de los salarios
Lo económico
iii.Inflación metropolitana
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viii. Justicia distributiva
ix.Segregación metropolitana
x. Desigualdad
xi.Educación, ciencia y tecnología
xii. Acceso a Internet y a nuevas tecnologías de información y
comunicación
xiii. Violencia contra niños, mujeres y personas de la tercera edad
Las ciudades mexicanas como la ZMT deberían contar con datos sobre estos ocho factores
clave y construir una medida de competitividad que permitiera observar su evolución y hacer
comparaciones interurbanas.
La evolución de los salarios resulta clave para estimar los ingresos monetarios de la
población y es un indicador básico de bienestar urbano (Freije, et al., 2004; Cabrero, et al.,
2003). Esto se podría calcular monitoreando la evolución de los salarios que otorgan
empleadores clave en la ZMT.
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analizar las diferencias intra-metropolitanas y su impacto en la calidad de vida de la
población
El módulo de indicadores sociales no sólo requiere reforzarse en diversos temas, sino darle
un cambio de enfoque que incorpore verdaderamente la variable espacial. En otras palabras,
se necesita generar indicadores socioespaciales sobre accesibilidad a servicios clave,
justicia distributiva, segregación, desigualdad, distribución de servicios públicos, violencia
contra los más vulnerables, y acceso a nuevas tecnologías.
Uno de los componentes más importantes del costo de recibir servicios públicos y algunos
servicios privados es el costo de acceso (McLafferty, 1982; Knox y Pinch, 2000). Cuando la
ciudad crece a una velocidad tan acelerada como la ZMT, los costos de acceso cambian con
la misma rapidez, afectando sobre todo a la población de menores recursos. Para lograr una
ciudad más justa y equitativa sería importante monitorear la accesibilidad de diferentes
grupos de población objetivo, a servicios que les son fundamentales. Por ejemplo, la
accesibilidad de los niños y jóvenes más pobres a los servicios educativos, la accesibilidad
de la población de escasos recursos en edad de trabajar a los empleos, la accesibilidad de
los mayores de 65 años a los servicios de salud o la de las madres (especialmente las que
son jefas de familia) a guarderías. Pero también la accesibilidad a centros de abasto, a
áreas verdes, a centros de recreación o a servicios de trámites gubernamentales
fundamentales, entre otros. Es indudable que una ciudad que ofrece servicios accesibles
ofrece mejor calidad de vida a su población, y viceversa. En la ZMT ya se han aplicado
recientemente diversos métodos para evaluar la accesibilidad de servicios privados y
públicos (Garrocho, Chávez y Álvarez, 2003; Garrocho y Campos, 2006) y metrosum está
incorporando estos métodos de medición, así como los resultados obtenidos.
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de los servicios públicos básicos para la población más vulnerable a la enfermedad y en
mayor y casi permanente necesidad (Tuirán, 1999); y, c). que la utilización de los servicios
de salud por parte de la población de la tercera edad, especialmente, tenga un fuerte
componente socioespacial (Meade y Earickson, 2005). Por esto, en la ZMT es necesario
monitorear permanentemente la dotación de servicios (si es suficiente o no), su distribución
socioespacial (para estimar su accesibilidad y utilización) y su nivel de calidad (para valorar
su eficacia). Ya existen ejemplos de evaluación de estos aspectos en la ZMT realizados por
algunos de los participantes en la construcción de metrosum y se están integrando a la base
de datos del observatorio (Garrocho, 1995; Garrocho y Campos, 2005).
Es muy diferente contar oficialmente con la provisión de un servicio público, que contar con
servicios públicos cuya calidad satisface las expectativas de los usuarios (García, 2003).
Sería deseable que metrosum incluyera la evaluación que hacen los usuarios de los
servicios que reciben. Desde seguridad hasta educación y salud; desde alumbrado hasta
limpieza, vialidades y transporte; desde servicios judiciales hasta los del registro público,
catastro o notarías, por mencionar algunos.
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socioespacial de los recursos públicos y cuáles son las alternativas para lograr una
distribución más justa de los recursos (Werna, 2000; DPU, 2001). La geografía urbana
ofrece diversas técnicas para medir la justicia distributiva, desde indicadores de accesibilidad
y utilización hasta índices como el de Gini, el de disimilaridad o la Curva de Lorenz (Goodall,
2003).
x. Desigualdad
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permiten tener una visión detallada de las diferentes partes de la ciudad ni hacer
comparaciones intraurbanas. Las diferencias intra-ciudad son necesarias para identificar los
diversos niveles de pobreza y prosperidad que coexisten en la ciudad (Auclair, 2002).
Ya es un lugar común hablar del siglo XXI como el siglo de la sociedad del conocimiento. Sin
embargo, en la ZMT no está ampliamente disponible el perfil educativo de la población.
Particularmente aspectos más refinados, como la tasa de permanencia en el sistema de
educación de hombres y mujeres, el índice de graduación por nivel educativo, la proporción
de egresados por tipo de carrera, la dotación, pertinencia y calidad de la educación que se
ofrece en la zona metropolitana, la productividad científica de los centros especializados
localizados en la ZMT y su vinculación con los sectores productivos, la concentración de
científicos, o los apoyos a la investigación, la cultura y las artes, por mencionar algunos
aspectos. Todos estos son temas clave que definen la calidad del capital humano y el futuro
metropolitano (Bazdresch, 2004; Torres, 2004; Aguirre, 2004).
Los indicadores de violencia deberían desglosarse para permitir evaluar la violencia contra
los grupos más vulnerables de la sociedad (Del Olmo, 2000; Monárrez, 2002). En los medios
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de comunicación de México se ha instalado de manera primigenia la violencia contra
mujeres en algunas ciudades del país (el ejemplo por excelencia es Ciudad Juárez), pero no
se sabe con certeza si la violencia contra mujeres en la ZMT es similar o no a la que ocurre
en esa o en otras ciudades ni cómo está evolucionando. En el conciente colectivo se sabe
que en todas partes existe la violencia contra los grupos más débiles de la sociedad, pero no
tenemos datos certeros de su magnitud ni de su evolución en la ZMT.
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igual que los de gasolina, son desconocidos para los planificadores de las ciudades
mexicanas (GEM, 2002; Alejandre, 2000; SEMARNAP, 1997)
El crecimiento tan acelerado de la ZMT ha implicado la ocupación de suelo no apto para las
actividades urbanas, lo que está generando importantes costos económicos para construir
infraestructura de remediación y elevados costos sociales en términos de bienestar y
exposición al riesgo de la población. Adicionalmente, son numerosas las áreas de la ZMT
que no logran regenerarse al menos con la misma velocidad con la que se deterioran
(García Coll, 2003).
Los administradores de una zona metropolitana de tan rápido crecimiento y expansión como
la del Valle Toluca requieren información oportuna que les permita orientar su crecimiento
hacia las zonas más aptas. Esto implica tener claros los tipos de suelo, las condiciones de
vulnerabilidad a riesgos naturales, la disponibilidad de infraestructura y equipamiento y la
disponibilidad de agua, entre otras consideraciones (García Coll, 2003). Esto debería
orientar la adquisición de reservas territoriales y derechos de vía que permitieran orientar el
desarrollo metropolitano, incidir en el mercado del suelo y prever las necesidades de
vialidades a escala metropolitana y regional. Un indicador experimental que se está
adicionando a metrosum es el porcentaje de población metropolitana que se localiza en
áreas no aptas para el desarrollo urbano. Una vez definidas las áreas no aptas, el indicador
se podría calcular relativamente rápido con el apoyo de herramientas en ambiente SIG.
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entre otros) y de red (transporte y vialidades principalmente) Es sabido que densidades de
población demasiado bajas elevan los costos de ofrecer infraestructura y alargan los viajes
en la ciudad; pero también que densidades de población demasiado altas generan altos
costos de congestión e impactan negativamente la calidad de vida de los residentes
(O´Sullivan, 2006). Adicionalmente, sería útil conocer la densidad de grupos particulares de
población, para dar respuestas adecuadas de políticas públicas focalizadas. Por ejemplo, en
la ZMT la población mayor de 65 años tiende a aglomerarse en el centro histórico de la
ciudad, mientras que la población menor de 65 años se localiza de manera dispersa en la
periferia de la zona metropolitana. Evidentemente, las respuestas de planeación en uno y
otro caso deberán ser diferentes (Garrocho y Campos, 2006).
En la ZMT existen algunas zonas muy focalizadas de atracción turística. La más importante
es la ciudad típica de Metepec y, en un lejano segundo lugar, el centro histórico de Toluca.
La imagen y el diseño urbano de estas partes de la ZMT deberían preservarse a toda costa
porque constituyen el escaso capital urbanístico de la ciudad. Existen pocos estudios al
respecto, pero un indicador muy grueso para monitorear esto podría ser la inversión en
mejoramiento de la imagen urbana de la ciudad (GEM, 2003; García Coll, 2003).
Conclusiones
Las ciudades mexicanas, como Toluca, requieren de incorporar nuevos indicadores urbanos
que permitan monitorear las características particulares de la ciudad y las instrumentaciones
de políticas públicas y estrategias, complementando los indicadores del combate a la
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pobreza urbana y abordando otros temas y políticas que son relevantes para el desarrollo
futuro de la ciudad.
Es necesario contar con datos primarios de calidad, recopilados por las propias instancias
locales, que permitan construir indicadores específicos y mantenerlos a lo largo del tiempo, y
a escalas intraurbanas. Construir indicadores conseguidos a través de censos y encuestas
nacionales, si bien son de gran utilidad, debido a su generalidad, periodicidad y solidez
metodológica, pueden enriquecerse con información concreta y confiable de fuentes
distintas. La disponibilidad de buenos datos sigue siendo fundamental para construir buenos
indicadores, la máxima sistémica de que “si basura entra, basura sale” sigue siendo válido,
no tiene caso tener un buen modelo de indicador si la información para construirlo es mala o
no se encuentra.
Bibliografía
Álvarez, José .Antonio., Chávez, Tania y Garrocho, Carlos. (2007) “El observatorio
Metropolitano de Toluca: lecciones, propuestas y desafíos” en Economía Sociedad y
Terriorio, vol. 7, núm 25. México. El Colegio Mexiquense, pp 157-214.
20
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