Incrustado en el más oscuro silencio Sólo susurraba mi triste lamento, Hablabas de aquellos vívidos fantasmas Anhelabas tanto llegar a su encuentro…
Yo, me consumía viva en tus palabras
Tú, victorioso, danzabas entre el fuego
Mi dolor se convertía en vino tinto
Bebías, bebías ebrio y deseoso Acompañaban tu trago venenoso Acordes, tan débiles, y nostálgicos, Que heridos, rompían el silencio a gritos
Se consumía mi pecho en tu mirada
Tú, victorioso, danzabas entre el fuego
Mientras las tonadas de este aciago vals
Armonizaban tu fúnebre atavío, Tu risa fútil adornaba el vacío En el que me perdía una vez más, Lentamente perdía mi voluntad…
En ese éxtasis me consumía viva,
Tú, victorioso, danzabas entre el fuego
Tus labios cantaban, me hipnotizaban
Narcotizada de tu aliento ávido Presa, cautiva de ese canto férvido Confundida, rendida, a ti me acercaba En una mezcla de dolor y pasión,
Presa de tu elíxir a ti me entregaba
Tú, victorioso, danzabas entre el fuego
Tu más cínica sonrisa me abrazaba
En contra de mi voluntad, me rendía, Lentamente hacia tu danza me dirigías Tu danza, ritual en el cual te entregabas, Tus fantasmas, te deseaban con fervor,
Mi sacrificio era la ofrenda en su honor
Ciego de pasión, triunfante me ofrecías Tú, sometido, ante el fuego te sumías.