Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
sobre en qué consiste el derecho a la ciudad, así como sobre quiénes pueden ejercer
dicho derecho. Para algunos de sus impulsores, tanto en la academia como en los
establece lo siguiente:
1
Becaria del Programa de Becas Posdoctorales en la UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales,
UNAM. El argumento desarrollado en este artículo fue originalmente presentado en la segunda jornada
por el derecho a la ciudad que se llevó a cabo en CIESAS-México el 31 de enero de 2013, así como en
un artículo de opinión publicado en la Revista DFnsor (Vol. 11, #3). Agradezco a Claudia Zamorano y
Carmen Icazuriaga por sus comentarios y sugerencias.
1
Más adelante se afirma que para llegar a la propuesta del carácter colectivo del
humano colectivo (universal e inalienable), inherente a todos los que habitan la Ciudad
compartir problemas comunes.2 Sin embargo, un poco más adelante la Carta enumera
pugna constante. Es por ello que el todos arriba mencionado, o en otras palabras, la
pasar por alto el carácter disputado no sólo de cómo debe ser la ciudad sino de
2
La Carta hace referencia a los derechos humanos como derechos universales que son “inherentes a la
naturaleza humana” y sin cuyo ejercicio “no es posible vivir con la dignidad que corresponde a toda
persona y comunidad por igual” (2010: 7).
2
torno a su producción, en el presente artículo propongo un análisis crítico de la idea de
fuerza del concepto del derecho a la ciudad, como la conceptualización del nosotros
urbano que puede ejercer dicho derecho, deben de ser entendidos a la luz de un
del sentido común neoliberal que hoy domina la esfera pública (Goldstein, 2007).
discusión más amplia sobre el neoliberalismo en donde este último es abordado como
3
Para desarrollar este argumento presento un breve esbozo del concepto del
que este concepto ha sido retomado como bandera de lucha en contra de la llamada
ciudad neoliberal. Sugiero que a las discusiones sobre el “urbanismo neoliberal” habría
que añadir una reflexión más amplia que nos permita entender cómo el concepto del
“rescate” del centro histórico de la Ciudad de México para analizar la manera en que el
la ciudad.
producción capitalista del espacio, misma que negaba el derecho a la ciudad a amplios
4
establecidos de toma de decisiones. Involucraba por el contrario una movilización
política orientada a transformar los procesos sociales que dan forma tanto a la ciudad
inalienable sino como una serie de “derechos” sociales, contingentes y situados, que
llamado “urbanismo neoliberal”. Este último término ha sido acuñado por diversos
autores para señalar una serie de procesos implementados en la ciudad a partir de las
la economía de servicios, así como una creciente participación del capital privado en
así como al aumento de su presencia en el ámbito del control policial, con políticas de
“tolerancia cero” que tienden a criminalizar la pobreza urbana (Smith, 2002, Wacqant,
2001).
5
analítico delineado arriba y al mismo tiempo lo sitúa en el debate de los derechos
los enclaves de lujo que se mantienen bajo vigilancia constante, los asentamientos
ilegales y las zonas marginales de las ciudades no sólo carecen de servicios básicos
sino que viven azotadas por la violencia. Harvey argumenta que en este contexto el
desposesión de las masas urbanas de este derecho, así como la erosión de formas
De este modo, Harvey ubica el derecho a la ciudad dentro del discurso de los
derechos humanos—lo llama “otro tipo de derecho humano”—y al mismo tiempo crítica
a este discurso por no desafiar “las lógicas de mercado liberales y neoliberales o los
los derechos y proponer, como hacía Lefebvre, que el derecho a la ciudad implica una
transformación radical de las formas de producir el espacio urbano. Sin embargo, más
democrático” sobre la producción del espacio (Ibid: 37), lo cual puede ser equiparado a
6
pensar dicho derecho como una forma de participación ciudadana (Kuymulu 2013:
927). El texto de Harvey exhibe entonces una tensión entre una definición del derecho
a la ciudad como un proceso de transformación radical del espacio, por un lado, y como
resuena en el discurso de los movimientos sociales), quiero sugerir que su abordaje del
neoliberalismo pasa por alto la manera en que las dinámicas espaciales que discute
van de la mano de una nueva fetichización del lenguaje de los derechos y de los
son movilizados tanto por proyectos urbanos neoliberales como por la crítica a los
mismos. Como afirma Mehmet Baris Kuymulu: “parecería que es imposible articular
aún cuando muchos de los proyectos movilizados en torno a estas nociones tienen
7
la sociología política algunos académicos como Nikolas Rose han abordado al
más amplia, como un cambio en las relaciones estado-sociedad caracterizado por una
robusto encargado de garantizar los derechos sociales de sus ciudadanos, así como
las formas de solidaridad social que eran base del estado de bienestar, son vistos
como obsoletos (Rose, 1999). Asimismo, desde la antropología política algunos autores
involucra la fetichización del ciudadano como actor central del proceso democrático, así
desarrollo personales.
Vemos entonces como el lenguaje liberal de los derechos y los discursos sobre
la democracia, la ciudadanía y la sociedad civil no son externos sino que participan del
8
la Ciudad de México las transformaciones espaciales asociadas con formas del
los discursos y en las subjetividades políticas, mismas que aparecen permeadas por el
“informal”, sobre todo el vendedor ambulante, como una figura que materializa las
estado hacia la sociedad (Aitken, Craske, Jones & Stransfield 1996, Rose 1999). La
contexto de crisis y cambios estructurales que caracterizó a la década de los 80, esta
tuvo un repunte económico a partir de los años 90, este se dio en torno a la economía
9
donde la industria de los servicios se convirtió en la actividad económica central,
caracterizadas tanto por políticas fiscales como por un entorno jurídico favorables a los
desarrollo urbano (Becker &Muller, 2013: 80). Por otro lado, algunos autores han
llamadas “informales” en las calles de la ciudad, entre las que destacan los vendedores
2011).
3
La ciudad concentraba en 2004 el 76% del total del valor agregado nacional en el rubro de los servicios
(las tres delegaciones centrales de la ciudad, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Benito Juárez,
concentraban el 55% de dicho valor agregado nacional), así como la mayoría de las sedes corporativas
de las empresas nacionales e internacionales que operaban en el país (93% de las quinientas empresas
más importantes tenían sus sedes en el Distrito Federa en 2003) (Panreiter, 2011: 2)
4
Neil Brenner y Nik Theodore (2002) han propuesto estudiar las geografías del “neoliberalismo
realmente existente”, es decir, han argumentado que el urbanismo neoliberal debe ser entendido no
como un proceso político o económico unificado, sino como una serie de fenómenos dispares insertos
en contextos y configuraciones políticas locales que impactan al espacio y a sus habitantes de maneras
particulares.
10
Recordemos en primer lugar que el neoliberalismo vino a sustituir, gradualmente, a la
horizonte político de la ciudadanía social del siglo 20. En ese contexto el estado se
erigía como árbitro social y enarbolaba la promesa de justicia social y bienestar para
todos. Si bien es indudable que hubo amplios sectores urbanos que quedaron fuera de
cierto que hubo mecanismos de inclusión del los sectores populares a las estructuras
corporativas del régimen (Davis, 1994). En otras palabras los sectores populares
tuvieron acceso a lo que Claudio Lomnitz ha llamado una ciudadanía social masificada
(Lomnitz, 2001).
discurso público como en el habla cotidiana los sujetos que diariamente laboran en las
11
contemporáneo. El punto clave es que el “informal” es en parte producto del “urbanismo
neoliberal” y al mismo tiempo representado como un residuo del pasado, esto último
“rescate” del centro histórico de la Ciudad de México para analizar cómo en nombre de
deja fuera a amplios sectores de la población, en específico a los “informales”, sino que
aclarar que el derecho a la ciudad no ha sido un tema explícito en dicho proyecto. Sin
embargo resulta un caso pertinente para reflexionar sobre la centralidad del lenguaje
derecho a la ciudad.
sido objeto de un proyecto de “rescate” (según el término utilizado por diversos actores
locales). Impulsado originalmente por el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Andrés Manuel López Obrador y por el empresario Carlos Slim, este proyecto ha
sectores sociales, especialmente las clases medias y altas que lo habían abandonado,
12
seguridad pública basado, entre otros modelos, en el enfoque de la “tolerancia cero”
iniciado en Nueva York por el exalcalde Rudolph Giuliani. También se han creado
Como han argumentado varios autores, el rescate del centro histórico está
vulnerables (Becker & Muller 2013). Al mismo tiempo este proyecto participa de la
del lenguaje de los derechos, que he venido discutiendo a lo largo del artículo. Como
5
El proyecto de “rescate” ha tenido varias etapas. La primera se llevó a cabo entre el 2002 y el 2006
durante la administración de Andrés Manuel López Obrador. El Fidecomiso Centro Histórico, el
organismo público encargado de implementar el proyecto, durante esta etapa con la Fundación del
Centro Histórico, organismo no lucrativo creado por Carlos Slim en los trabajos de remodelación. Estos
incluyeron el remozamiento de 34 manzanas entre el Zócalo y la Alameda Central, así como de algunas
calles aledañas al Palacio Nacional. Al sustituir a Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno
a principios de 2007 Marcelo Ebrard creó la Autoridad del Centro Histórico (ACH), órgano que se ha
encargado de ampliar y extender los alcances del proyecto de rescate del centro histórico, mismos que
continúan en la actualidad. Para mayor información sobre el proyecto de “rescate” en sus diferentes
etapas, ver: (Becker &Muller, 2013, Crossa, 2009, Leal Martínez, 2007, Leal Martínez, 2011, Meneses
Reyes, 2011, Silva Londoño)
13
Esta no es la primera ocasión en que este vasto y heterogéneo espacio, tal vez
uno de los lugares más emblemáticos de toda la ciudad, ha sido intervenido con base
reconocidos urbanistas en el año 2000 y que sirvió de base para el actual proyecto de
rescate, asevera que a partir de la década de los 70 del siglo pasado “la dinámica
socio-espacial” del centro histórico estuvo marcada por “el despoblamiento, el deterioro
físico y la pérdida de varias de sus funciones centrales” (2000: 6). Entre los principales
más graves del espacio urbano. Enfatizando el carácter patrimonial del centro histórico
afirma que ante los vastos problemas que lo aquejan el reto es:
…lograr que el gran peso que este espacio representa para la identidad nacional
sirva como uno de los motores para la (re)construcción o refundación de la
metrópoli del nuevo milenio, y no esté destinada a ser el museo de la historia de
una ciudad sin proyecto colectivo (Ibid.: 8).
14
construido a la vez como un espacio patrimonial y como un espacio problema. El
“corazón simbólico de la nación” aparece así como un lugar “”vacío” (que ha perdido a
sus habitantes) y como un lugar “tomado” (algunos dicen “secuestrado”) por la basura,
informalidad. Es por ello que debe ser rescatado para todos los mexicanos.
2006 y mayo de 2007, me encontré con que el discurso del rescate era (re)producido
por los más diversos actores, desde funcionarios públicos e inversionistas, hasta
hablaban del centro histórico como “una muestra muy importante de lo que es México”
convirtiendo en una zona abandonada,” según las palabras de un joven que trabajaba
rescate representaban a los vendedores ambulantes como los principales culpables del
deterioro del centro histórico. Hablaban de ellos como una “plaga” en reproducción
común.
15
En contraposición a la figura del “informal”, en el discurso del rescate aparecía
2001:
recuperación. Aparecía también como un actor dotado de una autoridad moral que
contraste con otros actores colectivos de los que el centro tendría que ser recuperado,
patrimonial para todos. Sin embargo, la figura de la sociedad civil dejaba fuera a los
6
Una lógica similar permea el más reciente debate sobre la instalación de parquímetros en algunas
colonias de la ciudad central. En estas discusiones los franeleros aparecen como responsables de la
falta de espacios de estacionamiento y del caos vial en la ciudad. Al igual de que a los comerciantes
ambulantes, se acusa a los franeleros de privatizar y lucrar con un bien público, la calle.
16
En las discusiones sobre el comercio ambulante en las calles del centro histórico
lenguaje de los derechos (en este caso el derecho al libre tránsito, el derecho a la
responsables.
Conclusión
una reflexión crítica sobre la manera en que visiones de la ciudad y de los problemas
urbanos que podrían ser pensadas como discordantes se pueden articular en torno al
concepto del derecho a la ciudad. Si bien este es enarbolado como bandera de lucha
por movimientos sociales a lo largo del mundo que buscan combatir los procesos
urbanos que convierten a la ciudad en una mercancía sólo accesible para algunos,
Hábitat que la insertan claramente dentro del lenguaje liberal de los derechos. Este
lenguaje borra del discurso público las referencias al carácter de clase del urbanismo
neoliberal y de la exclusión que conlleva. En este contexto, otras demandas, así como
17
Propuse que para abordar esta aparente contradicción es necesario
responsabilidad individual. Con base en el caso del “rescate” del centro histórico de la
usos apropiados del espacio, así como a sus habitantes legítimos. Ese “nosotros”
nosotros de la ciudad, así como de cuáles son sus características y sus derechos, lejos
18
BIBLIOGRAFIA
BECKER, A. & MULLER, M.-M. (2013). "The Securitization of Urban Space and the
''Rescue'' of Downtown Mexico City : Vision and Practice" En Latin American
Perspectives, 40, 77-94.
HARVEY, D. (2008). "The Right to the City" En New Left Review, 53, 23-29.
LEAL MARTÍNEZ, A. (2011). "No tires basura y no ensucies a propósito: Las geografías
afectivas del espacio público". En: LÓPEZ BELTRÁN, C. (ed.) El retorno de los
comunes. Mexico: Conaculta/Fractal.
19
LOMNITZ, C. (2001). "Modes of Mexican Citizenship". Deep Mexico, Silent Mexico:
An Anthropology of Nationalism. Minneapolis: University of Minnesota Press.
20