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Articulo

La maldad o el bien: dos características inherentes en el ser humano.

Profesora
Diana Maria Velandia Hernandez
NRC: 13196

Presentado por
Solvey Patricia Garcia Garcia
ID: 641403

Corporacion Universitaria Minuto de Dios


Virtual y a distancia
Resolucion de conflictos
San José de Cúcuta
2020
La maldad o el bien: dos características inherentes en el ser humano.

La lectura del texto Efecto Lucifer del Dr. Philip Zimbardo. Tiene como objetivo
identificar los aspectos más relevantes que interfieren en la transformación del
pensamiento humano, dicha transformación está dada por la concepción que el mal ha
estado presente en la historia de la humanidad desde sus inicios y se puede dar en
cualquier acto cotidiano que se realice en la vida pese a las diferentes causas sociales
que pueden concebirse en el pensamiento del ser humano. El bien y el mal son dos
conceptos que han existido desde el principio de los tiempos, y por lo tanto ha
pertenecido al hombre y que por ello cada ser humano tiene dentro de sí un lado oscuro
que fácilmente es capaz de conducirlo al mal, pero que también en él se presenta un lado
lleno de bondad que contrarresta las actitudes negativas que lo llevan a actuar de esa
forma.

Pero esto es un proceso de cambio en el cual una persona buena se deja


influenciar por factores externos y dónde es capaz de cometer hechos inhumanos; es allí
el mal parte de un contexto de situaciones sociales y de mecanismos psicológicos
relacionados con el momento que estamos viviendo, si las personas que realizan actos de
violencia inician desde una visión de lo que para ellos es correcto, es decir que por más
arrebatado y desmesurado que resulte su hecho esté tiene una justificación bien sea por
su situación personal o ya que piense que es bien visto por la sociedad. Sin embargo,
ninguna violencia es justificada. Pueda que, en un momento dado las diferentes
circunstancias sociales de una persona lo haga sentir en la obligación o en la necesidad
de cruzar la línea entre el bien y el mal. Sin embargo, la moral tiene que ir por encima de
todo, porque más allá de la desesperación de una persona deben estar presente la razón y
la integridad.

La idea de que un abismo irrecuperable separa a las personas buenas de las malas
es fortificante por dos razones. La primera es que crea una lógica binaria que prioriza el
mal y crea un obstáculo muy frágil entre el bien y el mal que puede ser traspasado; se
puede transformar el carácter de acuerdo con la situación anteponiendo el discernimiento
humano como la característica que puede llevarlo a manejar o no el conflicto planteado,
ya que este último siempre estará presente en un mundo en donde el que tiene más es el
que puede.

Pero no todo está perdido, una persona puede llegar a cambiar su forma de actuar
frente a los demás, dejando a un lado sus valores y códigos morales solo por el simple
hecho de ser aceptado ante la sociedad, pero también puede mostrar su peor faceta en la
que esté cargado de agresividad, miedo, enojo, confusión, debilidad, sentimientos de
odio, de resentimientos, esto lleva a la persona a sufrir trastornos graves de carácter
emocional y conductual. El gusto de algunos por la sensación de dominio es infinito por
ejemplo las instituciones políticas o militares pueden llegar a cometer actos de violencia
los cuales serían ordenados y obviamente justificados por sus superiores.

La mayoría de las personas perciben el mal como una entidad, como una
cualidad inherente a algunas personas y no a otras, es por esto por lo que las personas
viven en constantes conflictos por temas sencillos y centrales, pero su falta de empatía
comunicación hace las relaciones se conviertan en un espacio de conflictos y ligeras
problemáticas que conllevan a una sociedad a la absoluta oscuridad y por ende a una
guerra sin sentidos; se debe tener presente que el factor ambiental también influye en el
cómo pensar, como actuar en el ser humano. Los factores situacionales, los contextos
sociales y la presión psicológica pueden hacer surgir en nosotros la maldad, el poner
límites podría llegar a equilibrar la fuerza de determinación e integridad que tiene el
individuo y motivarlo a salir de estas circunstancias arbitrarias, esto con el fin de no
olvidar quienes somos y recordar que nuestros actos reflejan nuestros valores.

Sin embargo, los acontecimientos sociales son una oscuridad absoluta de nuestro
interior, son esos pensamientos infernales que invaden nuestro ser y nuestra mente los
cuales, generan en nosotros un ambiente interpersonal negativo y oscuro que atormenta
nuestras conexiones sociales y personales.

La influencia social mal utilizada y no deseada es la que vuelve al individuo un


ser vulnerable y susceptible a cometer actos inhumanos o violentos que no solo afectan
personal y psicológicamente a las personas que conforman su círculo social; estos
comportamientos se pueden mejorar teniendo como base o recordando los principios
éticos y morales que hacen de la persona un ser racional que se interesa no sólo por su
bienestar, sino por el bienestar de la sociedad en común.

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