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Hola buenas tardes queridas familias, esperamos junto al Señor que se encuentren muy bien,

vamos a comenzar a conocer otros encuentros que son muy necesarios en el camino que han
emprendido junto a sus hijos, dejaremos los encuentro de Examen de conciencia para el próximo
año así podrán estar bien preparados para su confesión.

Esta semana vamos a ver con mucho cariño la Vida y el Gran amor que San Francisco de Asís
demostró hacia el Señor. Además se acerca el día de su santo, el 4 de Octubre y sin olvidar que las
Hermanas de Santa Clara son Franciscanas.

El verdadero nombre de San Francisco era Giovanni, sus padres tenían buena situación
económica por lo cual Francisco no paso necesidades, pero si desde joven supo lo que era dar
cuando un hombre pobre le pedía en el nombre del Dios. Estuvo preso un año ya que había una
guerra en la ciudad donde vivía, al salir se enfermo y luego se unió al ejercito, mientras iba a la
guerra nuevamente enfermo y es ahí donde escucho una voz celestial que le decía que regresara
a Asís, *que sirviera al amo y no al siervo*. Ante la sorpresa de su familia él regreso y la gente que
lo conocía se burlaba de él. Muchos le decían que estaba enamorado y al preguntarle, él
contestaba que sí, pero nadie sabía de quien estaba enamorado.

Una tarde se le acercó un leproso a pedir limosna y Francisco en vez de huir se acerco, y es en ese
momento que Francisco comprende que era el momento de dar el gran paso hacia el amor de
Dios. Desde entonces se dedico a los más pobres a ayudar sin condición a pesar de que su padre
se le opuso, como decimos nosotros lo coloco entre la espada y la pared, le dijo que perdería toda
su herencia si seguía ese camino, pero el amor a Dios era más fuerte, renuncio a todo por seguir el
evangelio de Jesucristo y ayudar al más necesitado hasta el punto de despojarse de sus propias
vestiduras para dar al más pobre.

Mientras oraba en la ruinas de la Iglesia de San Damián el Señor le susurro que reconstruyera su
iglesia y así lo hizo, no fue fácil ya que le costó mucho recaudar dinero para ello, en su pueblo se
burlaban de él, ya que de haber sido un hombre rico ahora pedía limosna. No fue fácil pero lo
logro y es ahí donde forma la Orden de los Hermanos Menores, fue el primer nombre que
tuvieron, actualmente la conocemos como Los Franciscanos. Podríamos decir muchas más cosas
de su vida, pero creo que lo más importante es quedarse con lo que Francisco nos enseño y que
debe quedar en nuestro corazón, así como él hizo sus votos de obediencia también así nosotros
los franciscanos tratamos día a día de vivir el evangelio según San Francisco, con sencillez, entrega
y humildad.

La entrega de San Francisco hacia Dios nos deja una gran enseñanza de vivir con humildad él tuvo
un corazón alegre y humilde supo dejar no solo el dinero de su familia, sino también supo aceptar
la voluntad de Dios en su vida, fue capaz de ver la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre, y
una de las cosas que le maravillo fue la grandeza de Dios en la naturaleza, por eso fue tan bueno
con todos los animalitos, nosotros lo conocemos con el protector de los animales, pero San
Francisco contagiaba a los demás con su amor por Cristo, predicar a Dios con el ejemplo y con la
palabra. Vivió su vida ofreciendo Sacrificios a Dios, nos enseña el valor del sacrificio, debemos dar
sin mirar a quien, dar sin pedir o esperar nada a cambio.

Santa Clara es un vivo ejemplo de conversión realizado por San Francisco, de ser una muchacha de
buena familia al conocer el gran amor que sentía Francisco por Dios y al escucharlo a él como
enseñaba, como sufría, como ayudaba al más necesitado, ella también sintió el llamado de Dios y
es así como nace la congregación de las Hermanas Clarisas.

San Francisco nos enseña a vivir con sencillez y con mucho amor a Dios, lo más importante para él
era estar cerca de Dios, su vida de oración fue profunda y primordial para su vida, nos enseña a
vivir cerca de Dios y no de lo material, para amar a Dios no se necesita nada material solo se
necesita que mi corazón se entregue al Señor, sentir su presencia, sentir que me quiere, que me
cuida, que esta ahí a mi lado, que nunca me soltara de la mano, que a pesar de las distintas
pruebas que tenga mi caminar Dios está conmigo y el mejor camino para estar y sentir la presencia
de Dios es la oración. Los invito a orar al Señor, no solo cuando lo necesito sino siempre, en cada
lugar que estoy esta Dios junto a mí, solo tengo que darme cuenta que está en mi corazón, el amor
de Dios es tan grande que siempre me espera, él no se cansa solo me espera.

Hay un signo que todos los franciscanos llevamos en nuestro cuello y sobre todo en nuestro
corazón la TAU, una pequeña cruz

Si ustedes se fijan no tiene la parte de arriba, porque la parte de arriba soy yo, es mi compromiso
de vivir el evangelio con sencillez, obediencia y humildad.

Dios los bendiga a todos siempre y el gran amor de San Francisco los proteja a cada uno de
ustedes.

Los queremos mucho y están siempre presentes en nuestra oración.

Paz y Bien.

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