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El Perfil del Hijo pt 8

El Tema:
“¡Peligros!, Ocio A La Vista”

El tema central:

La pobreza suele ser el resultado de una mala administración del ocio.

El ocio pertenece a las cosas que Dios nos dio a administrar.

Hay un principio de la vida espiritual que recita así:

UN PECADO TIENE COMO BASE SIEMPRE, UN DESEO LEGITIMO DADO


POR DIOS QUE SE EXCEDIÓ EN LOS LÍMITES”

Si pudiéramos interactuar entre nosotros, como lo hacemos con los alumnos


en nuestras clases podríamos probar este principio.

Todo pecado condenado por Dios nace en un deseo legítimo que no se pudo
gobernar. (será tema para otra oportunidad)

El ocio hace que todas las lecciones anteriores no puedan verse en nosotros
como una realidad de vida.

Aunque tengamos todo el día ocupado, no deberíamos confundir, tiempo


ocupado con trabajo y con el trabajador.

Puede que para lo natural sea trabajo, pero es ocio para Dios si ese trabajo
lo único que hace es suplir las necesidades económicas y materiales del
hombre y no suple la razón eterna de nuestra existencia.

Hay que reflexionar en el espíritu, cambiar los estándares de vida cuando


hemos invertido dinero y tiempo, pero criamos a los hijos igual que los
naturales, sin hacer nada excepcional.

Dios nos dispensa en el tiempo, Dios se hace presente en el hombre a través


del tiempo de vida.

Cuando Dios nos da tiempo es una dosis de Dios mismo, Él se está


dispensando en forma de gracia.

Si esto no se ve así hablamos de dos evangelios diferentes.


No necesito demasiadas cosas para darle gracias a Dios, las personas a
veces no valoramos que cada minuto de vida es Dios dispensado en el
hombre, porque Dios es vida y no mantiene vivo a nadie injustamente; todos
los que están vivos tienen un acto de justicia delante de Dios así que lo que
hace a las personas valorables es que tienen la vida de Dios.

Dentro de ese marco de la vida dispensada, es que tenemos temor de Dios o


deberíamos de cultivar temor a Dios.

Es por eso por lo que cuando los padres no sabemos darles tiempo a
nuestros hijos, queremos resolver el tiempo que no le dimos con regalos,
entonces a los ojos de Dios, lo que Dios nos dio en tiempo nosotros lo
maldecimos con algo natural.

Puedes tener un hijo, una esposa o esposo con todas las comodidades y
todos los regalos, pero cuando la vida pasa lo que no se dio en el tiempo no
se dará más, y no es dramatismo sino decir que el tiempo que decimos que
le damos al Señor es verdad si su nombre no es glorificado.

Hay que tener mucha indicación de Dios para dejar este tiempo de
congregarnos por alguna otra actividad que nos surja; el problema de
nuestra generación que tiene 30, 40 años, es que cualquier cosa nos saca
de los momentos eternos, las cosas más insólitas. Eso se paga, no es Dios
vengándose, sino que faltó la semilla del tiempo invertida en el campo
correcto.

Los creyentes no podemos resolver con ofrendas ni con dadivosidad


material; asuntos que solo se resuelven con tiempo.

No tendremos más revelación por tener empatía con alguien, sino que el
evangelio demanda tiempo, mucho tiempo, demasiado tiempo.

El que ama verdaderamente, está obligado a hacer cosas; la obligación es


un fruto del amor; pero si obligamos a hacer cosas sin amor no es amor;
pero el que ama se obliga. El que ama a su esposa/o está obligado a ser fiel,
el que ama a Dios tiene la obligación impuesta, porque el ADN del amor es
la obligación, no se puede obligar sin amor, porque eso es religión, pero el
que ama está obligado.

No nos merecíamos nada, pero Él estaba obligado por su amor, enviar a su


hijo.

Estamos obligados a todo lo que amamos, si queremos saber dónde está


depositado nuestro amor, veamos cuáles son nuestras obligaciones, lo que
nos quita la alegría, el tiempo.
Estoy obligado con las personas que amo y me debo de dispensar a ellos en
función del tiempo. Sin amores hay violación y para hacer el amor en todos
los niveles hay que tomarse tiempo, no puede ser un acto de la bestialidad
humana.

El tiempo debe ser invertido en la naturaleza de Dios para sacar al hombre


del engaño que porta desde el Edén.

Recuerda que no ser ocioso es invertir el tiempo en aquello para lo que Dios
nos hizo nacer.

Paz a ustedes.

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