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“EL PODEROSO Y UN SUEÑO HECHO REALIDAD”

Yo tenía 18 años la primera vez que tuve que salir fuera de mi pueblo para
venir a Latacunga.

Hoy ya ha pasado 5 años viviendo lejos de mi familia, todo por realizarme


profesionalmente... Esta aventura de vida empezó con una pregunta de mamá
inmediatamente de haber terminado la secundaria, ella me dijo: ¿Hijo mío tu
deseas trabajar y estudiar a distancia o elijes ir a una universidad de manera
presencial? Y pues ya me ven luchando por un sueño.

Mi más grande anhelo es tener un equipo de carreras con mis amigos. En


septiembre del año 2019 un amigo de la Universidad me dijo! –El 12 y 13 de
diciembre va a haber una carrera de kartings entre Universidades en la Ciudad
de Riobamba, hagamos un equipo. – Yo no dudé ni por un segundo en responder
que sí.

Pero… Había un problema yo no contaba con suficiente dinero. Pero no


era problema, porque era mi oportunidad de cumplir un sueño que tanto había
deseado.

¡Tenía 3 meses para la carrera!

La Universidad nos ayudó con partes principales del karting: chasis, ejes,
asiento, motor… Nuestro reto era prepararlo, dejarlo a punto para la carrera.

Yo trabajaba por las tardes en un taller para obtener dinero y aportar


económicamente a los gastos del carrito, no contaba con tiempo para ayudar en
su construcción.

Mis amigos siempre me dijeron que puedo ayudar cuando pueda es así
que los fines de semana fueron suficiente para ayudar en su construcción.

Ya cerca de la fecha de la carrera surgieron problemas con el karting, su


motor necesitaba una reparación, Richard que es el líder del equipo – ¡Exclamó!
-¿Acaso eso será impedimento para ir a la carrera? -Entonces recordé una frase
que un día me dijo mi tía “No te rindas ni desmalles, lucha por tus sueños”.

Ese problema en el motor no sería un obstáculo, fue entonces que de


inmediato hicimos una reunión para buscar sus repuestos.

Ya solo faltaba dos semanas para la carrera, contábamos con todas las
piezas del motor para su reparación, era suficiente tiempo para armarlo, pero
todos temíamos que después de eso al ir a las pruebas, surjan más
inconvenientes.

Se tornó difícil después de varias complicaciones, pero adivinen ¡qué!


Llegó el día de ir a la carrera, todos del equipo madrugamos para
encontrarnos muy temprano en la Universidad que sería el punto de partida a
Riobamba, allá tendríamos que estar a las ocho de la mañana para la
Inauguración.

La Universidad nos ayudó a transportar el karting mientras el equipo y


yo viajamos en una camioneta. –Todos nerviosos pero a la vez felices por ir a
competir contra diferentes Universidades para medir nuestros conocimientos y
lo más importante pasarla bien con este deporte automotriz.

Por fin llegué con mis amigos a Riobamba, ingresamos a la Escuela


Politécnica del Chimborazo a conseguir un Stand para el equipo. Yo tenía
demasiada hambre y un hombre sin comer no piensa – ¡Comenté! -Todos rieron
a carcajadas… Pero apoyaron la noción de ir a tomar un desayuno para empezar
la competencia.

Antes de empezar se debe inscribir el equipo. Yo era el Jefe de mecánicos


responsable de todo lo que le puede ocurrir a mi piloto Bolívar dentro de la pista
de carrera o fuera de ella. La inauguración se dio a las nueve de la mañana, donde
dieron a conocer que varias Universidades del país estaban en esa competencia,
con aproximadamente 125 kartings de varias categorías. –Yo temblaba de miedo
pero sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo.

Los organizadores del evento tuvieron varios problemas al principio para


clasificar y organizar los kartings a sus respectivas categorías. –Eso nos molestó
mucho a varios de los equipos participantes.

Eran las once de la mañana. – ¡Enciendan los motores! –Se escuchó en los
altavoces. Mientras iban dando el orden de las categorías a la pista para las dos
vueltas de reconocimiento de esta.

Llegó el momento me dijo Bolívar. Preparó el karting, un llamado y


estábamos listos en la puerta de entrada en la pista, la clave era no forzar el motor
del karting, era solo dos vueltas de reconocimiento de la pista.

Se bajó la bandera de inicio. –Todos gritábamos deseando suerte a nuestro


piloto en su reconocimiento. -Yo estaba emocionado se escuchaban los motores
dando su potencia en la pista.

Bolívar terminó la vuelta de reconocimiento, llegaba alegre al Stand del


equipo –El karting está funcionando excelente dijo Richard. Yo hice revisiones en
caso de alguna fuga de líquidos, ruedas en buen estado… ¡Todo estaba perfecto!

Demás equipos de la Universidad también participaron en otras categorías


-Hay un karting que no enciende dijeron mis compañeros, corrimos a ver que
sucedía, pues aquel equipo no preparó su motor menos lo probó antes de ir a la
competencia. Yo tuve miedo, pues habíamos tenido problemas andes de la
carrera – ¡Ah! Seamos positivos, cuidemos el Karting y terminemos la carrera.
Reuní al equipo después de ver la falla en el karting de aquellos
compañeros. –Terminar la carrera, llegar a la meta en cada circuito y
principalmente pasarla bien tiene que ser nuestro objetivo –les dije.

Era la una de la tarde, se acercaba la carrera para tomar posición en nuestra


categoría. Richard realizó una inspección más del Karting, -Todo está perfecto
-dijo él-. Listos para la salida Bolívar tomó posición. Los organizadores mediante
el micrófono pidieron comportamiento deportivo en la pista, sabían que los
pilotos iban con todo a demostrar el poder de sus motores.

Bajó la bandera de partida –Se escuchó el rugido de los karting saliendo a


toda velocidad –Corrí a una curva, necesitaba ver el desempeño del Karting. De
pronto en la segunda vuelta en la primera curva de la pista se escuchó –Crash!!!

Un Karting había perdido pista, corrí de inmediato, pues Bolívar no


regresó de su segunda vuelta. Era él, lo vi arrinconado a un lado de la pista
desesperado. No había nada que hacer en ese momento, el carrito había perdido
un neumático.

Una vez terminado el circuido corrimos a sacar el karting, pues estábamos


asustados temíamos lo peor, haciendo un análisis de los daños, encontré: un
neumático reventado, la barra de dirección izquierda la habíamos perdido, estaba
rota, además el brazo de dirección se encontraba torcido debido al fuerte impacto
contra el muro en la pista.

Eran las tres y cuarenta, Anunciaron que en 20 minutos era la carrera de


clasificación de nuestra categoría, no contábamos con los repuestos para el
karting, mucho menos tiempo para las reparaciones necesarias. – ¡Hay que
improvisar les dije!-. Envié de inmediato a dos amigos a hacer reparar la rueda
reventada, otros dos a conseguir la barra de dirección. Bolívar, Richard y yo nos
encargamos de desarmar las piezas dañadas, y lo más complicado enderezar el
brazo de la dirección doblado. No perdimos tiempo, un martillo y en concreto
del piso serviría para enderezar el brazo.

Faltando un minuto logramos tener listo al karting para la carrera de


clasificación, pero las reparaciones que hicimos no eran confiables para presionar
al carrito, solo esperamos que sean necesarias para terminar la carrera y lograr
entrar a la clasificación.

Empezó la carrera, el karting empezó último de los ocho en la pista. Tenía


que llegar por lo menos en quinto lugar para entrar a la clasificación del siguiente
día. Bolívar lo estaba logrando se encontraba en cuarta posición y el tercer
corredor lo tenía de frente, hasta que en la última curva. Alguien lo empujó por
detrás haciendo que choque la rueda trasera contra el muro otra vez, y se dobló
el eje trasero. Bolívar a pesar de ese inconveniente logró terminar la vuelta. Pero
ya no teníamos esa emoción de haber clasificado a las carrera del siguiente día,
pues el terminó último. -Parecía que nuestra carrera ahí ya había terminado…
Eran las cuatro y treinta de la tarde, todos desanimados con expresión de
tristeza en nuestro rostro, nos sentamos a hablar de lo que pasó, pero yo no podía
dejar que nos rindiéramos. -¿Por qué estamos tristes? –Les dije- ¡Todavía no ha
terminado la carrera! Yo recuerdo que empezaron ocho kartings a pesar de
empezar últimos teníamos un buen puesto, y yo observé que algunos de esos
corredores no lograron terminar la carrera, sus coches se iban dañando, tal vez y
si clasificamos, no debemos rendirnos.

Inmediatamente envié a Bolívar a consultar con los organizadores.

¡El venía emocionado! Se notaba en sus ojos. ¡Clasifiqué último


muchachos!! –Exclamó- el equipo sigue a la final.

No duró mucho nuestra felicidad pues no teníamos un eje para


reemplazar. Y era un trabajo duro y demoroso de hacer. ¿Bolívar tú quieres
correr? Él sin pensar me dijo sí, Yo hablé con el equipo. Tenemos una
oportunidad y mucho trabajo, Bolívar si quiere terminar la carrera y yo también
y necesito que lo apoyemos, hay el Karting de los compañeros que no pudieron
participar desde el principio, pidamos el eje de su carro, no es el mismo pero
somos Automotrices y nos las vamos a ingeniar para adaptarlo. ¡Así que manos
a la obra! – les dije-

Eran las cinco de la tarde pedimos lugar en un taller de la Universidad


para realizar la reparación, ¡Un mecánico sin comer no piensa, mucho menos
trabaja! -les dije-. Todos en risas recordábamos nuestro trágico día lleno de
adrenalina mientras comíamos una hamburguesa para retomar fuerzas.

El cambio del eje no fue nada fácil, nos tomó hasta las 11.30 de la noche
lograr realizar el cambio con adaptaciones improvisadas del otro karting, incluso
reparamos el daño que tuvimos al inicio de la carrera. Les dije llamémoslo
Frankenstein, porque el karting ya no era sino una unión de partes de diferentes
otros coches.

Lo encendimos, Bolívar hizo las pruebas de manejo y ahí estaba listo de


nuevo para la final. Sentimos un aire de esperanza nuevamente.

Mejor llamémoslo el poderoso –dijo Richard- Todos con alegría nos


despedimos hasta el siguiente día que era la gran final. Debíamos descansar para
estar listos…

Ocho de la mañana del 13 de diciembre estábamos todo el equipo listos y


con energías nuevas para la final. Calentamos motores, hicimos nuevas pruebas
de manejo y del motor para no tener fallas en la carrera. – ¡Todo está perfecto!-
dijo Richard- La gran final empieza diez de la mañana – ¡dijeron!...
Llegó la hora de dar todo en la pista. Reuní una última vez al equipo, Hoy
vamos a dar todo, cualquiera que sea el resultado será de satisfacción hacia
nosotros, porque hicimos hasta lo imposible para llegar hasta la final así que

-¡dos padres nuestro y acorres les dije!

La alegría y satisfacción se notaba en el equipo.

Finalmente llegó la hora de partida a la gran Final. Una vez más Bolívar y
el poderoso arrancaban en último lugar. Tenía cinco vueltas en la pista para
conseguir podio.

¡Empezó la carrera!

Todos los pilotos querían ganar, pero nosotros necesitábamos terminar la


carrera nada más para solo disfrutarla, por nuestro trabajo como equipo.

Bolívar en su cuarta vuelta ya estaba en cuarto lugar, Yo estaba


emocionado el poderoso había resistido no podía pedir más. Llegaba la última
vuelta en pista ya no había esperanza de tener un puesto en el podio.

-De pronto- Mi madre, me llamó a mi celular y me dijo hijo te felicito a ti


y a tu equipo, ya verás que serán los ganadores por haber luchado tanto en esa
carrera tranquilo.

La carrera terminó estábamos felices de haber terminado la carrera y


cumplir con nuestro sueño a pesar de no tomar podio, - de pronto – anuncian que
un karting se había descompuesto y no había terminado la carrera.

¿Adivinen qué? –Dijo Bolívar-

¡Somos terceros, tenemos podio ganamos!

Mensaje.

“Lucha por tus sueños la vida te va a poner obstáculos siempre, pero que
eso no te impida seguir adelante, habrá gente que te apoye a cumplir tus metas
solo no dejes de intentar para poder ganar.”

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