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UNIDAD II

LA EVOLUCIÓN HUMANA Y SU COMPORTAMIENTO


Orientaciones para el estudio de esta unidad

En esta unidad se trata de la evolución humana, y la posición del humano en


la naturaleza, temas fundamentales dentro del campo de estudio de la
Antropología, para llegar a conocer realmente como se produce el proceso
de adaptación del hombre al medio y la adaptación de la genética de la
población. Otros temas de estudio de primates no humanos.

Desde el siglo XIX, la comunidad científica necesita una nueva visión del
mundo. Toda la cultura del momento luchaba hacia lo que Spencer, Darwin,
Wallace, Morgan, Marx y Engels propusieron una teoría que explicase el
pasado y el futuro de las formas bióticas y culturales.

Esta unidad es importante porque contiene las ideas necesarias para


entender, el papel del humano en la naturaleza y en el proceso evolutivo.

Un aspecto importante es analizar como en el proceso de la evolución, el


papel del trabajo contribuye a la transformación biológica y social de los
seres humanos.

Debes hacer un análisis reflexivo sobre la teoría de la evolución del hombre,


pues existen muchas teorías diversas y contradictorias.
OBJETIVOS DE LA UNIDAD II

Describir los diferentes planteamientos teóricos acerca del


posicionamiento del ser humano en la naturaleza.
Identificar los problemas clave de la evolución humana.
Identificar las características del ser humano.
Diferenciar la evolución física y cultural entre los australopitecos, el
Homo Erectus y el Homo Sapiens.
Determinar las repercusiones de la evolución en el comportamiento
humano.
Destacar el papel del trabajo en la transformación del hombre.

ESQUEMA DE CONTENIDO DE LA UNIDAD II

2.1 El puesto del humano en la naturaleza


2.2 Problemas clave de la evolución
2.3 El ser humano y sus características
2.4 Los austrolopitecus constructores de utensilios, el Homo Erectus y el
Homo Sapiens.
2.5 La evolución en el comportamiento humano
2.6 El papel del trabajo en la transformación del hombre
DESARROLLO DEL CONTENIDO

2.1 Puesto del humano en la naturaleza


El origen y la historia del ser humano en cuanto organismo biológico, se
hallan estrechamente vinculados a la evolución del reino animal. Los
animales son organismos móviles y pluricelulares que obtienen energía de la
ingestión de otros organismos. Considerado como estructura biológica, el
hombre comparte muchas características con el resto de los mamíferos; por
ejemplo, es más afín al gorila y al chimpancé que al pez o a las aves. Sin
embargo, el biólogo ve al hombre como el ser más complejo de la larga línea
del desarrollo de la vida sobre el planeta.

Reino Animal

Protozoos (animales unicelulares) metazoos (animales pluricelulares)


Hombre (Cordados)
Los vertebrados

Como se puede observar, la clasificación y evolución de este proceso


pueden describirse si se considera que el hombre forma parte del reino
animal que este se divide en dos categorías: protozoos (animales
unicelulares) y metazoos (animales pluricelulares, a los cuales pertenece el
hombre), cada una de las cuales se divide, a su vez, en varias ramas o
subramas.
El hombre pertenece a la rama de los cordados (animales con un eje
longitudinal que encierra un largo cordón que forma parte del sistema
nervioso) y a la subrama de los vertebrados, en los cuales el cordón tiene
una cubierta ósea.

La subrama de los vertebrados se divide en muchas clases y subclases. El


hombre es un miembro de la clase mamíferos, que se distingue, entre otros,
por poseer glándulas mamarias para amamantar a sus crías.

La clase mamíferos se divide, a su vez, en numerosos órdenes y


subórdenes. El hombre pertenece al orden de los primates y al suborden de
los antropoides, que también incluye a los simios y a los monos. Puede
preguntarse ¿qué diferencia al hombre de los restos de los animales? En el
desarrollo del tema se da respuesta a esta pregunta.

Los primates incluyen la familia de los homínidos, la cual abarca a todos los
hombres, ya sea en formas fósiles o actuales. Los homínidos están
emparentados con el grupo de los póngidos (gorilas, orangutanes y
chimpancés). Las familias se dividen en géneros. Sin embargo, existen
discrepancias sobre el número de géneros comprendidos en la familia de los
homínidos. A pesar de ello, existe general acuerdo en que todos los hombres
actuales pertenecen al género Homo.

La controversia surge principalmente sobre las formas fósiles, pues una gran
mayoría de los científicos las clasifican dentro del género Homo, mientras
otros establecen más géneros.

Finalmente, los géneros se dividen en especies. En este nivel de clasificación


también existen deferentes criterios acerca del número de especies humanas
posibles, pero a todos los hombres actuales y algunas especies extinguidas
se les clasifican, en general, en una sola especie, denominada sapiens. Las
especies, generalmente, se dividen en grupos, que por lo común están
separados geográficamente y cuyos miembros comparten una serie de
rasgos peculiares que permiten agruparlos como tales. A estos grupos se les
denomina razas.

Se podría responder la pregunta sobre que diferencia al hombre del resto de


los animales. ¿Cuándo se es humano?

Analizaremos las características fundamentales de los humanos los que lo


hacen diferente, pero hay que tener en cuenta que es un tema muy
controvertido, porque existen muchos puntos de vista, sobre que es lo que es
exclusivo de los humanos y cuales características comparte con sus
antecesores.

Las características fundamentales de los seres humanos son:


Los humanos se caracterizan por poseer cualidades morfológicas y
fisiológicas muy particulares, lo que evidencia su separación respecto de
los demás animales, fundamentalmente el desarrollo del cerebro, que le
permite pensar y desarrollar el lenguaje.
La facultad básica y esencial del hombre es el uso del lenguaje,
capacidad ausente en los demás animales, incluso en los más próximos
al hombre. La posesión del lenguaje distingue al hombre del resto de los
animales, aun teniendo en cuenta la posibilidad del grito significativo de
alguna especie animal. Probablemente el lenguaje se debe al hecho de
que sólo el hombre tiene un conjunto de pautas de comportamiento
acumuladas, de las cuales carecen los animales.
Por otro lado, es evidente que el lenguaje presupone un desarrollo muy
complejo del sistema nervioso, desarrollo que fue relativamente
temprano. Posiblemente los australopitecinos carecieron de lenguaje, que
podría haber surgido ya, en la época del Homo erectus.
El comportamiento cultural ha mantenido una estrecha relación con las
características orgánicas del hombre hasta convertirse en motor de la
evolución de la especie. Es importante comprender cómo se comportó el
hombre primitivo, y a través de qué pautas se desarrolló.
La postura bípeda y el andar erecto. Existe diferentes hipótesis: entre
ellas, una alude a la "necesidad de liberación de las manos para usar
herramientas", otra al desarrollo de estructuras sociales complejas y otra
a un cambio de clima en África cuando el linaje se originó, provocando
una gran pérdida de hábitat. Otra hipótesis, conocida como "teoría del
radiador", alude a la ventaja que representa la postura bípeda frente al
cambio climático, como un modo de recibir menor irradiación solar.

Actualmente no existe una única explicación para el establecimiento del


andar bípedo y muchos investigadores abordan este problema desde
enfoques integrados que incluyen la anatomía funcional comparada y el
estudio del comportamiento medioambiental.

En el proceso evolutivo del hombre juega un papel importante el trabajo,


(aspecto que trataremos más adelante) que le permite una transformación
constante y ascendente hasta llegar al hombre actual. Transformación que
abarca desde su composición biológica, hasta los comportamientos de los
humanos en su medio ambiente.
Este análisis demuestra que el proceso de surgimiento de los seres
humanos es complejo y la información es difícil de obtener, pues sólo quedan
fósiles y restos de utensilios usados por estas especies.

Podemos concluir diciendo que el conocimiento actual acerca de los


patrones de establecimiento de los caracteres clave de nuestro linaje,
permite desterrar la popular representación de la evolución humana, en la
que una secuencia lineal de primates, con cerebros cada vez mayores, van
adoptando gradualmente la postura erguida.

2.2 Problemas clave de la evolución


El problema clave de la Antropología se viene tratando desde el epígrafe
anterior. El problema está en el ser humano y sus variaciones, tanto en sus
características biológicas, como en su comportamiento en la sociedad es
decir, en su cultura.

Se puede afirmar que son muy variados los problemas que hay que analizar,
como los problemas de evolución biológica, y los más complejos aún, cómo
se conforma la cultura en la sociedad.

Todas las especies de organismos tienen su origen en un proceso de


evolución biológica. Durante este proceso, van surgiendo nuevas especies a
causa de una serie de cambios naturales.

En los animales que se reproducen sexualmente, incluido el ser humano, el


término especie se refiere a un grupo cuyos miembros adultos se aparean de
forma regular dando lugar a una descendencia fértil, es decir, vástagos que,
a su vez, son capaces de reproducirse.
Los científicos clasifican cada especie mediante un nombre científico. En
este sistema el hombre moderno recibe el nombre de Homo sapiens.

El mecanismo del cambio evolutivo reside en los genes, las unidades básicas
hereditarias. Los genes determinan el desarrollo del cuerpo y de la conducta
de un determinado organismo durante su vida.

La información contenida en los genes puede variar durante un proceso que


es conocido como mutación. La forma en que determinados genes se
expresan, cómo afectan al cuerpo o al comportamiento de un organismo,
también puede variar. Con el transcurso del tiempo, el cambio genético
puede modificar un aspecto principal de la vida de una especie como, por
ejemplo, su alimentación, su crecimiento o sus condiciones de habitabilidad.

Los cambios genéticos pueden mejorar la capacidad de los organismos para


sobrevivir, reproducirse y, en animales, criar a su descendencia. Este
proceso se denomina adaptación.

Los progenitores transmiten mutaciones genéticas adaptables a su


descendencia, y finalmente estos cambios se generalizan en una población,
un grupo de organismos de la misma especie que comparten un hábitat local
particular. Existen numerosos factores que pueden favorecer nuevas
adaptaciones, pero los cambios del entorno desempeñan a menudo un papel
importante.

Las antiguas especies de homínidos se fueron adaptando a nuevos entornos


a medida que sus genes iban mutando, modificando así su anatomía
(estructura corporal), fisiología (procesos físicos y químicos como la digestión
y comportamiento). A lo largo de grandes períodos de tiempo esta evolución
fue modificando profundamente al ser humano y a su forma de vida.

Para profundizar en el conocimiento del hombre es necesario analizar


detenidamente su evolución biológica. La clave primordial del estudio de la
evolución se centra en la herencia y en las relaciones entre los seres vivos y
su medio ambiente.

La variación es característica esencial de todas las formas vivas, así como


de algunas estructuras inorgánicas. En la mayoría de los organismos, la
variación es de dos tipos:

Primero: la causada por procesos biológicos internos.


Segundo: la producida en los organismos individuales como respuesta a
condiciones ambientales.

En el primer caso las variaciones pueden heredarse, lo que no sucede en el


segundo. En numerosos organismos las variaciones ambientales influyen
también en el comportamiento. Asimismo, la variación individual es
controlada, dirigida o limitada por procesos en los que intervienen factores
culturales. Este es, sin duda, el rasgo diferencial más acusado de la
naturaleza humana respecto al resto de las especias del mundo animal.

Los primeros estudios sobre la explicación de la variedad de las especies,


propuestos por Jean-Baptiste de Monet Lamarck (1744-1829), sostenían que
la variación era consecuencia de la presión del entorno o medio ambiente
sobre los individuos, y que producía cambios en la herencia.
Se puede afirmar que la evolución biológica del hombre tiene problemas
clave como: los cambios biológicos que se producen a través de los genes,
unidades básicas hereditarias, que determinan el desarrollo del cuerpo y de
la conducta de del hombre durante la vida.
La evolución biológica de los seres humanos, se encuentra expuesta a
constantes variaciones. La variación es característica esencial de todas
las formas vivas.

Los seres humanos sufren constantes cambios, influidos por factores


internos biológicos o por factores medioambientales, producto de procesos
de adaptación.

Existen dos formas


fundamentales de variaciones:

La primera: Las variaciones genéticas que se producen por procesos


biológicos internos en los organismos, entre los que se encuentran por
ejemplo: color del pelo, de ojos, de la piel, enfermedades hereditarias, la
capacidad intelectual. Estas características son hereditarias. La segunda:
Las variaciones por factores externos medio ambientales como puede ser el
peso. Estas características no son hereditarias.

Las variaciones genéticas son de diferentes tipos, producidos por diversos


factores, como la herencia biológica o genética.
Mecanismos de la herencia
En la época de Darwin, los científicos no conocían cómo se heredan las
características. Actualmente, el origen de la mayoría de las características
hereditarias puede ser rastreado hasta entidades persistentes llamadas
genes, codificados en moléculas lineales (ADN) del núcleo de células. El
ADN varía entre los miembros de una misma especie y también sufre
cambios, mutaciones o variaciones producidas a través de procesos, como la
recombinación genética.

Mutación
Darwin no conocía la fuente de las variaciones en los organismos
individuales, pero observó que parecían ocurrir aleatoriamente.

En trabajos posteriores se atribuyó la mayor parte de estas variaciones a la


mutación. La mutación es un cambio permanente y transmisible en material
genético (usualmente el ADN o el ARN) de una célula, que puede ser
producida por errores de copia en el material genético durante la división
molecular o por la exposición a radiación, a químicos o virus, o puede ocurrir
deliberadamente bajo el control celular durante procesos como la meiosis y
la hipermutación.

En los organismos multicelulares, las mutaciones pueden dividirse en


mutaciones germinales, que se transmiten a la descendencia, y las
mutaciones somáticas, que, cuando son accidentales, generalmente,
conducen a malformaciones o muerte de células y pueden producir cáncer.
¿Por qué son importantes las mutaciones?

Las mutaciones introducen nuevas variaciones


genéticas y son la principal fuente de evolución. En
la teoría sintética, la mutación tiene el papel de
generar diversidad genética, sobre la cual actúa la
selección natural. Las mutaciones que afectan a la eficacia biológica del
portador, y por tanto son objeto de la selección natural, pueden ser
deletéreas (negativas) o beneficiosas. Las mutaciones beneficiosas son las
menos frecuentes, aunque se conocen muchos ejemplos que afectan a
rasgos variadísimos, como la resistencia a enfermedades o a estrés, la
longevidad, el tamaño, la capacidad para metabolizar nuevas sustancias, una
cicatrización eficiente de las heridas, etc. La mayor parte de las mutaciones y
conmutaciones son neutras; no afectan las oportunidades de supervivencia y
reproducción de los organismos, y se acumulan con el tiempo a una
velocidad más o menos constante.

La mayoría de los biólogos creen que la adaptación ocurre


fundamentalmente por etapas, mediante la acumulación, por selección
natural, de variaciones genéticas ventajosas de efecto relativamente
pequeño. Las macromutaciones, por el contrario, producen efectos drásticos,
fuera del rango de variación normal de la especie. Se ha propuesto que quizá
hayan sido responsables de ciertos rasgos adaptativos o de la aparición de
novedades evolutivas, aunque, dado que las mutaciones suelen tener
efectos muy nocivos o letales, esta vía se considera actualmente poco
frecuente.
Recombinación genética

La recombinación genética es el proceso mediante


el cual la información genética se redistribuye por
transposición de fragmentos de ADN entre dos
cromosomas, durante la miosis, y más raramente en
la mitosis. Los efectos son similares a los de las
mutaciones, es decir, si los cambios no son deletéreos se transmiten a la
descendencia y contribuyen a la diversidad dentro de cada especie.

Variaciones en la expresión de los genes, involucrados en la herencia.


Existen formas de variación hereditaria que no están basadas en cambios de
la información genética. El proceso que produce estas variaciones deja
intacta la información genética y es, con frecuencia, reversible.

Este proceso es llamado herencia hepigénica que resulta de la transmisión


de secuencias de información no-ADN a través de la miosis y mitosis, y
puede incluir fenómenos como la mutilación del ADN o herencia estructural.

Se sigue investigando si estos mecanismos permiten la producción de


variaciones específicas beneficiosas en respuesta a señales ambientales.

De ser éste el caso, algunas instancias de la evolución podrían ocurrir fuera


del cuadro típicamente darwiniano, que evitaría cualquier conexión entre las
señales ambientales y la producción de variaciones hereditarias, aunque
recordando que indirectamente en el origen del proceso en si mismo,
estarían involucrados genes, como por ejemplo los genes de la enzimas
ADN.
Para llegar a conocer a los hombres, es necesario analizar las relaciones
humanas que se establecen, es decir profundizar en su cultura. (Cultura vista
como las formas de vidas y las creaciones realizadas por las diferentes
sociedades)

La Antropología se encarga del estudio de cómo las diferentes sociedades


dan sentido a los actos individuales y colectivos, de desentrañar, en las
palabras de Levi- Strauss (1970), sus “estilos” y “misterios” y su
“autenticidad”.

Es decir, que es necesario reconocer que existen diferentes culturas, por


tanto variadas formas del comportamiento humano, en las que influyen las
condiciones medioambientales, tradiciones, herencias, hábitos de vida y
aprendizajes de la cultura.

La esencia para entender a los hombres está en la idea de que el hombre es


plural y siempre se relaciona socialmente. Es necesario admitir su
multiplicidad fenoménica, reconociendo sus diferencias culturales sin
imposiciones ni intervenciones.

Otro problema clave de la evolución, es entender la diversidad humana tanto


desde el punto de vista biológico como cultural, y la cultural como algo
cambiante y variado, es decir, el hombre como ser biológico, pero además
como un ser social que desarrolla su vida en una sociedad y en un entorno
determinado.
2.3 El ser humano y sus características

Es indudable que los humanos se


caracterizan por poseer cualidades
morfológicas y fisiológicas muy
particulares, lo que se evidencia en su
comportamiento, diferente de los demás
animales.

Sin embargo, algunos de los rasgos de ese comportamiento también se


encuentran, aunque de forma rudimentaria, en ciertos animales, si bien en el
hombre están más desarrollados y, además, organizados en pautas de
comportamiento exclusivas de la especie humana.
El comportamiento cultural ha mantenido una estrecha relación con las
características orgánicas del hombre hasta convertirse en motor de la
evolución de la especie. Es importante comprender cómo se comportó el
hombre primitivo, y a través de qué pautas se desarrolló.

Los testimonios del comportamiento del hombre primitivo son, en general,


indirectos. Se obtienen a través del estudio del medio ambiente en que
vivieron en donde se han hallado restos materiales, y en las limitaciones que
les eran impuestas por su estructura biológica.

Otra de las características que permiten elaborar hipótesis sobre el


comportamiento de los primeros hombres, consiste en el estudio de los
grupos humanos modernos que aún viven en condiciones similares en
lugares recónditos del planeta.
Otra vía de estudio de los hábitos y costumbres de nuestros lejanos
ancestros es el análisis de las especies más parecidas en muchos aspectos
a los primitivos humanos: la de los simios antropoides (el chimpancé y el
gorila, principalmente). La línea de los póngidos, a la que pertenecen estos
animales, se separó de la línea de los animales, y de la línea de los
homínidos, hace aproximadamente 4 millones de años, pero su cerebro era
relativamente pequeño. El grado de similitud con el hombre es, desde luego,
difícil de precisar y sigue siendo objeto de controversia y polémica.

Se pueden analizar los hábitos y costumbres fundamentales de los


antepasados del hombre para sacar conclusiones sobre sus semejanzas y
diferencias con el hombre actual.

Principales costumbres de los antepasados del hombre.

Alimentación: Los simios eran animales selváticos que se


alimentaban por lo general, de vegetales. Vivieron posiblemente
durante mucho tiempo en praderas, y eran omnívoros.
Trabajo: Los babuinos utilizan objetos como piedras, que lanzan para
defenderse. No elaboraran los instrumentos de trabajo.
Australopithecus fueron los primeros que elaboraron diferentes
instrumentos.
Lenguaje: Capacidad ausente en los demás animales, incluso los
más cercanos al hombre. Es posible que surgiera en época del Homo
erectus.
Organización: Bandas de primates y sus crías. Puede afirmarse que
en la mayoría de las bandas de primates existe cierta estructura de
jerarquía o dominación, que es ejercida por los machos. La banda
coopera en la defensa cuando es amenazada por animales.
Sexo: Los primates sólo se aparean periódicamente, durante los
ciclos de celo de las hembras. En el Homo sapiens, por el contrario, la
atracción de los sexos es constante. Los hijos dependen durante más
tiempo de los padres, y las hembras y las crías no realizan actividades
cazadoras,

Como se puede observar las características de estos grupos que


antecedieron al hombre son, aún, muy rudimentarias. Tiene que ocurrir un
proceso largo en el que se desarrolla las estructura biológica, aunque la
lucha por la transformación del medio es lo que le permitirá llegar al humano
actual. El leguaje juega un papel fundamental en este proceso.
Finalmente, podemos añadir que el ser humano, como producto de un
complejo proceso evolutivo que ha pasado por sucesivas adaptaciones a
condiciones ambientales diversas, es un organismo más en la naturaleza,
con la particularidad de que es el único que posee la facultad de apercibirse
de su propia existencia y además, es consciente de esa realidad.

En cualquier caso, son obvias ciertas características en el ser humano:


capacidad de autopercepción, análisis de la propia personalidad, capacidad
simbolizadora, elaboración del pensamiento abstracto y conceptual, etcétera.

2.4 Los australopithecus constructores de utensilios. El Homo Erectus


y el Homo Sapiens.
La evolución del hombre, no es un proceso sencillo como se ha querido ver.
Se producen muchos cambios y transformaciones, por la propia actividad de
trabajo de estas especies. Además de entrecruzamientos que son difíciles de
conocer por el tiempo que ha transcurrido, sólo se tienen nociones por los
fósiles encontrados y los restos de utensilios que la arqueología investiga.
Los primeros homínidos y el largo camino hacia el hombre: Diversas
fueron las especies que unieron al hombre actual con los primeros
homínidos.

Las especies que representaron verdaderos saltos evolutivos, es decir,


verdaderos momentos de cambio, fueron las siguientes:

Australopithecus: fue el primer homínido bípedo (caminaba en


dos patas y podía correr en terreno llano). Poseía mandíbulas
poderosas y fuertes molares. Su cerebro tenía un volumen inferior
a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que el andar
erguido se produjo mucho antes que la expansión del cerebro.
El primer australopithecus fue encontrado en la década de 1960 en
África oriental.

Homo habilis: coexistiendo con el australopithecus apareció esta especie de


homínidos. Tenían un cerebro más grande, alrededor de 700 centímetros
cúbicos. Su característica más importante fue el cambio en su forma de
alimentación: ya no sólo comían frutas y vegetales sino también animales.
Actualmente los investigadores no están de acuerdo sobre si el homo habilis
cazaba intencionalmente y fabricaba utensilios para hacerlo.

Homo erectus: algunos lo consideraron el representante directo del hombre,


pero hoy se sabe que muchos austratopithecus anteriores poseían rasgos
semejantes. Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente
por la superficie del planeta, llegando hasta el sudeste y este de Asia.
Poseían un cerebro mayor que el del homo habilis: alrededor de 800
centímetros cúbicos.
Este grupo desarrolla dos actividades que van a ser fundamentales:
Primero: Fabricaban instrumentos de trabajo como el hacha de mano, que
es la herramienta más representativa de este grupo. Segundo: Conocían el
fuego. Utilizar el fuego puede haber sido la clave del éxito de esta especie,
ya que les permitió solucionar el problema de proveerse de calor en los
climas más fríos de las nuevas regiones que ocupaban.

El primer homo erectus fue encontrado en Java (Oceanía) a fines del siglo
pasado. El hallazgo de restos de homínidos de esta especie en las cavernas
de Pekín, permitió la reconstrucción de algunos aspectos de su vida.

Homo sapiens: vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos


arqueológicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta
especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados,
cambios en las formas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido,
aumento en el tamaño de las poblaciones, manifestaciones rituales y
artísticas. El representante del homo sapiens más antiguo es el hombre de
Neanderthal (Alemania), y en tiempos más modernos, el hombre de
CroMagnon (Francia)

Homo sapiens sapiens: Sus características físicas son las mismas que las
del hombre actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1400
centímetros cúbicos. Se cree que apareció en Europa hace alrededor de
40.000 años. El homo sapiens sapiens es el que protagonizó, a partir del
año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la organización económica y
social, como las primeras formas de agricultura, la domesticación de
animales, y la vida en ciudades.
Como puede observarse en todos estos grupos de homo, es fundamental el
trabajo para su desarrollo físico y cultural. Su evolución se debe en gran
medida a las transformaciones adquiridas a través del trabajo.

2.5 La evolución en el comportamiento humano


La historia de la evolución humana se ocupa tanto del desarrollo de la
conducta cultural como de los cambios en el aspecto físico. El término
cultura, en antropología, se refiere tradicionalmente al conjunto de rasgos
distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que
caracterizan a una sociedad o grupo social humano, e incluye elementos
como la tecnología, el lenguaje y el arte.
El comportamiento cultural humano depende de la transferencia social de
información de una generación a la siguiente, lo que a su vez depende de un
sistema sofisticado de comunicación como el lenguaje, y de las actividades
que se desarrollan en la sociedad en la que cada individuo aporta sus
propias vivencias que luego utiliza el colectivo social.

Con frecuencia se ha utilizado el término cultura para distinguir el


comportamiento humano del de otros animales. Sin embargo, algunos
animales no humanos también parece que tienen formas de comportamiento
cultural aprendido. Así, por ejemplo, grupos de chimpancés utilizan diferentes
técnicas para capturar termitas con palos.

Asimismo, en algunas regiones los chimpancés utilizan piedras o trozos de


madera para partir nueces, pero chimpancés de otras regiones no practican
este comportamiento, aunque tengan bosques con árboles similares y
dispongan de materiales para fabricar utensilios.
Estas diferencias regionales se parecen a las tradiciones que el hombre pasa
de generación en generación. Las costumbres son un aspecto fundamental
de la cultura y los paleoantropólogos asumen que los homínidos primitivos
también tenían algún tipo de tradiciones.

Surge una interrogante necesaria ¿Qué es lo que caracteriza la cultura de los


humanos?

Los humanos modernos por su cultura, se diferencian del resto de los


animales en:

a) La capacidad de enseñarse de forma activa unos a otros y de


transmitir y acumular grandes cantidades de conocimientos. El hombre
precisa un periodo excepcionalmente largo de aprendizaje antes de llegar a
adulto.
b) El lenguaje en todas sus formas hablado, por signos o escrito
proporciona un medio de comunicación de enormes cantidades de
información, muy superior a lo que cualquier animal parece poder transmitir a
través de gestos y vocalizaciones.
c) La forma de asociarse, y vivir en comunidad o sociedad, las relaciones
humanas que se desarrollan entre los hombres y que se transmite de
generación en generación.
d) Postura bípeda y el andar erecto: Existen diversas hipótesis para
explicar el origen de la postura bípeda y el andar erecto. Entre ellas, una
alude a la "necesidad de liberación de las manos para usar herramientas",
otra al desarrollo de estructuras sociales complejas y una tercera teoría a un
cambio de clima en África cuando el linaje se originó, provocando una gran
pérdida de hábitat. Otra hipótesis, conocida como "teoría del radiador", alude
a la ventaja que representa la postura bípeda frente al cambio climático,
como un modo de recibir menor irradiación solar.

Actualmente no existe una única explicación para el establecimiento del


andar bípedo y muchos investigadores abordan este problema desde
enfoques integrados que incluyen la anatomía funcional comparada, así
como las necesidades propias para su supervivencia.
Puede surgir otra pregunta ¿cómo se puede conocer el desarrollo cultural de
los antepasados del hombre?

Los científicos han seguido la evolución de la conducta cultural humana a


través del estudio de restos arqueológicos como utensilios o residuos
carbonizados de alimentos cocinados.

Estos objetos muestran que durante gran parte de la evolución humana la


cultura se ha desarrollado con lentitud. Durante el paleolítico, o edad de
piedra, las técnicas básicas para fabricar utensilios de piedra variaron muy
poco durante periodos de más de un millón de años.

Los fósiles humanos también proporcionan información sobre la forma de


evolución de la cultura y los efectos que ha tenido en la vida humana. Así,
por ejemplo, durante los últimos 30.000 años la anatomía del ser humano
sólo ha experimentado un cambio importante: los huesos del esqueleto se
han reducido mucho en cuanto a tamaño y espesor.

Las innovaciones en la fabricación y el uso de utensilios y en la obtención de


alimentos como resultado de la evolución cultural, pueden haber llevado a
formas de vida más eficaces y que requieren un esfuerzo físico menor, lo que
habría dado lugar a cambios en la estructura ósea.
La cultura ha desempeñado un papel fundamental en la evolución del Homo
sapiens. En los últimos 60.000 años el ser humano ha emigrado para
colonizar casi todas las regiones deshabitadas del mundo como, por ejemplo,
pequeños archipiélagos o los continentes de Australia y América. Estas
migraciones dependieron del desarrollo de aspectos como el transporte, los
utensilios de caza y pesca, los refugios y la indumentaria. En los últimos
30.000 años la evolución cultural se aceleró de forma sorprendente.

En el registro arqueológico este cambio se observa en la rápida expansión


de los diferentes tipos de utensilios de piedra y de las técnicas de su
fabricación o en las obras de arte y en los indicios de evolución religiosa
como, por ejemplo, los enterramientos.

Hace 10.000 años el ser humano comenzó por primera vez a recolectar y
cultivar granos y a domesticar animales, cambio fundamental en la relación
ecológica entre el ser humano y otros seres vivos de la tierra.

El desarrollo de la agricultura proporcionó al hombre mayor cantidad de


alimentos y mayor estabilidad en su abastecimiento, permitiendo así la
aparición de las primeras civilizaciones. Actualmente, la cultura y
particularmente la tecnología dominan la vida humana.

Los paleoantropólogos y los arqueólogos han estudiado los aspectos más


significativos de la evolución de la conducta cultural humana como, por
ejemplo, la evolución de la vida social, la subsistencia (adquisición y
producción de alimentos), la fabricación y el uso de herramientas, la
adaptación al medioambiente, el pensamiento simbólico y su expresión a
través del lenguaje, el arte y la religión y el desarrollo de la agricultura y la
aparición de las civilizaciones.
En todo el proceso evolutivo, ha sido importante el accionar de los humanos
en el proceso de desarrollar aprendizajes que le permitieron transformar el
medio para poder sobrevivir en condiciones muy adversas, unirse en grupos
e ir formando clanes familias, que con el paso del tiempo constituyen las
sociedades modernas actuales.

2.6 Papel del trabajo en la transformación del hombre.


El hombre en su largo proceso evolutivo, tuvo necesidad de alimentarse,
protegerse de otros animales y adaptarse al medio, por lo que se vio
obligado a desarrollar sus diferentes órganos, para poder subsistir en un
medio que le era hostil. En cada fase de su evolución el hombre iba logrando
dominar la naturaleza. Con el desarrollo de la mano por el trabajo, va
ampliando su horizonte, lo que le permite descubrir constantemente en los
objetos nuevas propiedades hasta entonces desconocidas, permitiéndole
modificarlos y adaptarlos a sus necesidades.

Por otra parte, la propia actividad del trabajo facilita unirse para obtener más
comida y mostrar las ventajas de la ayuda mutua, lo que contribuyó a unir
más a los miembros de un grupo, en lo que sería el germen de la sociedad
actual. Estos grupos unidos por el trabajo, en un momento determinado
tuvieron la necesidad de decirse algo unos a otros, por lo que desarrollaron
el órgano de la laringe, que permitió la comunicación entre ellos. Por otro
lado, es evidente que el lenguaje presupone un desarrollo muy complejo del
sistema nervioso, aspecto este que hace al hombre superior a los demás
animales.
El trabajo le permite la elaboración y transformación de
instrumentos, que ya existieron desde el hombre
prehistórico, y que se conocen hoy por los restos
arqueológicos encontrados en el proceso de estudio de la
evolución humana.
En el largo proceso de adaptaciones de los primates, se
encuentran la mano y el brazo. Los primeros mamíferos
cuadrúpedos tenían cinco dígitos separados en cada mano y en cada pie.
En el curso de la evolución, diferentes presiones selectivas fueron
favoreciendo una mayor eficiencia para correr, excavar y capturar la presa lo
que llevó al desarrollo de pezuñas y garras en la mayoría de los mamíferos.
Los primates modernos, con pocas excepciones, tienen un pulgar divergente,
que puede ser oponible al dedo índice y que incrementa la facultad de asir y
la destreza manual.

En el curso del desarrollo del linaje, se observa entre los primates una
tendencia evolutiva hacia una capacidad de manipulación más delicada.
Entre los mamíferos, los primates pueden torcer el hueso radio por encima
del cúbito, lo que les confiere gran flexibilidad, a diferencia de los mamíferos
y reptiles primitivos. La capacidad para caminar en dos pies y no en cuatro
es un rasgo que caracteriza a los humanos. Otra de las ideas centrales que
surge de la actual evidencia fósil, es que la marcha bípeda fue el carácter
que nos puso en el camino hacia la humanidad, y no nuestra inteligencia
superior.

En el largo proceso evolutivo del hombre, el trabajo fue un factor


determinante, pues le permitió a los antepasados del hombre sobrevivir en
condiciones naturales difíciles, proveerse de alimentos y abrigo, desarrollar
órganos biológicos fundamentales, como la laringe para desarrollar el
lenguaje, el cerebro para pensar y elaborar instrumentos de trabajo cada vez
más complejos y la marcha bípeda que le ofrece más posibilidades de
utilización de las manos y hace más eficiente su alimentación.

El trabajo es también un factor importante para la asociación de los grupos


para el trabajo cooperativo que le ofrece mayores beneficios, y será
precisamente el germen para la posterior conformación de la sociedad.

RESUMEN DE LA UNIDAD II

La evolución humana y su comportamiento

El hombre forma parte del reino animal, pertenece al grupo de los metazoos
animales pluricelulares, cada una de las cuales se divide, a su vez, en varias
ramas o subramas. Se distingue del resto de los animales por la capacidad
de pensar.

Los humanos se caracterizan por poseer cualidades morfológicas y


fisiológicas muy particulares, lo que evidencia su separación respecto de los
demás animales, fundamentalmente el desarrollo del cerebro, que le permite
pensar y desarrollar el lenguaje.

El ADN varía entre los miembros de una misma especie y también sufre
cambios, mutaciones, o variaciones producidas a través de procesos como la
recombinación genética. Las características fundamentales de los seres
humanos son: capacidad de autopercepción, análisis de la propia
personalidad, capacidad simbolizadora, elaboración del pensamiento
abstracto y conceptual y desarrollo cultural.

El Homo Eructus: Se destaca por desarrollar dos


actividades que van a ser fundamentales:
fabricaban instrumentos de trabajo, como el hacha
de mano y conocían el fuego.

El Homo Sapiens Sapiens: La característica de estos grupos de homo es el


trabajo fundamental para su desarrollo físico y cultural. Su evolución se debe
en gran medida a las transformaciones que se producen a través del trabajo.

La evolución influye en el comportamiento humano. El proceso de adaptación


al medio como resultado de la evolución de la cultura, produjo importantes
cambios biológicos y culturales en el hombre.

El trabajo juega un papel fundamental en el largo proceso evolutivo del


hombre, que le permitió las transformaciones físicas necesarias para
adaptarse al medio ambiente.
ACTIVIDADES DE LA UNIDAD II

1. Sobre la evolución del hombre. Analice y responda:

A) Cuáles considera usted que son los problemas clave de la evolución.


B) Cuántos tipos de variaciones se pueden producir. Argumente.

2. Apoyándose en el cuadro donde se señalan las actividades


fundamentales de los antepasados del hombre, indique las diferencias
entre las costumbres de los humanos y sus antepasados en cuanto a
alimentación, lenguaje, sexo, vida social y trabajo.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN UNIDAD II

I. De las siguientes propuestas seleccione las que considere más


adecuadas.

A) El puesto del humano en la naturaleza está determinado por:


_________Condiciones medioambientales
_________Condiciones económicas
_________Capacidad de pensar

B) Las variaciones genéticas pueden ocurrir por.


_________Factores biológicos internos y externos
_________Falta de interés de las personas
_________ Por políticas gubernamentales

C) El Homo Erectus se caracteriza por:


_________Poco desarrollo físico
_________Elaboración de instrumentos de trabajo
_________Alto grado de organización social

D) La evolución influye en el comportamiento humano.


_________Ayuda al desarrollo político
_________Pone barreras en su desarrollo
_________Facilita el desarrollo biológico de los humanos
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA DE LA UNIDAD II

1. Biología - Curtis y Barnes 6° Edición España/monografías .com. Trabajo


10
2. Bohannan Paul y Glazer, Mark: Antropología, segunda edición Editora
Félix Varela, La Habana, 2005
3. Darwin Charles: El Origen de las Especies. Zulueta Antonio (Trad.) 1era
edición 2 reimp .Edición Alianza. Ed SA 2007.
4. Linton,Ralph ): El estudio del hombre. Fondo de Cultura Económica,
México (1972):
5. Marshall, Sahlins: Evolución y Cultura. Universidad de Michigan, 1960
6. Marx, Carlos: El capital crítica de la economía política tomo II, Editorial
Ciencias Sociales, La Habana 1973.
7. Marx, Carlos y Federico Engels: El papel del Trabajo en la transformación
del mono en hombre (OE en tres tomo, tomo III (Págs.66-79) Editorial
Progreso, Moscú, 1981.
8. Merleau-Ponty, M: La estructura del comportamiento, Editorial
Hachette, Buenos Aires, 1976
9. Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-200 Microsoft Corporation.
Monografias. Com.
10. Milner, Richard: Fagramento de Diccionario de la evolución. Barcelona,
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11. Sahlins, Marshall D: Ev
12. Solución específica y general en Antropología lecturas. 2da editora Félix
Varela. Págs. 371-375. La Habana. Cuba 2002
13. Lloverás, José Ramón: La Antropología como ciencia, Editorial
Anagrama, España, 1975

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