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Desde cuando los seres humanos están en el mundo e iniciaron a planificar acciones
orientadas a objetivos tuvieron que hacer cuentas con la Lógica. Todos nosotros,
conscientemente o no, utilizamos lógicas de pensamiento y de acción cada vez que queremos
alcanzar un objetivo determinado.
Desde entonces y por otros dos milenios y algunos siglos, el pensamiento occidental fue
dominado por la “diosa razón”, el racionalismo del cual la lógica aristotélica fue la principal
bisagra. De hecho, todavía hoy en día en la filosofía académica se hace referencia a las lógicas
tradicionales y racionales como el punto de referencia esencial del pensamiento y de la
planificación de acciones, dejando una vez más afuera de este contexto las lógicas de tipo no
lineal, no ordinarias. El hecho curioso es que si vamos a analizar las constantes dinámicas (que
cada uno de nosotros vive consigo mismo, los otros y el mundo) nos damos cuenta que lo que
sirve y actúa como patrón no es la razón ni la racionalidad sino la contradicción, la paradoja y
la creencia. Es decir: todo lo que es definido como ambivalencia lógica.
Pocos son los autores que a lo largo de los siglos se ocuparon de la lógica de la ambivalencia
aunque estas se encuentran en la base de las interacciones más frecuentes entre los seres
humanos. Así como quien durante siglos se ocupó de poner en práctica estrategias vencedoras
ha ido siempre más allá de los límites impuestos por la rígida lógica formal.
La lógica estratégica -se caracteriza por ser un modelo de planificación de acciones construido
sobre la base de los objetivos a alcanzar y de los problemas a resolver, en lugar de respetar la
teoría de referencia- ha contemplado siempre; los fenómenos de las ambivalencias lógicas y ha
utilizado las paradojas, las contradicciones, las profecías y los auto-engaños como
instrumentos operativos efectivos. Solo hasta cerca de la mitad del siglo pasado algunos
eruditos se ocuparon de poner atención en esta forma de lógica, que siendo así de influyente
en la vida de los seres humanos, había sido excluida de los estudios académicos. La Escuela de
Palo Alto tiene sin lugar a dudas el mérito de haber demostrado: la efectiva importancia de las
dinámicas no lineares, “la causalidad circular” que remplaza a “la causalidad linear”; así como,
la paradoja comunicativa y las profecías que se auto-realizan; como los elementos
constitutivos de numerosas e importantes relaciones entre los seres humanos y su realidad.
Giorgio Nardone, como el alumno directo del más destacado de los “Maestros” de la Escuela
de Palo Alto (Paul Watzlawick), no solo se ha apropiado de esta tradición de estudios, sino que
también, a través de su trabajo y sus formulaciones, ha evolucionado hacia los modelos de la
lógica no ordinaria. A él se debe, de hecho, la estructuración de un modelo teórico aplicativo
de la lógica de la ambivalencia subdividida en: auto-engaños, paradojas, contradicciones y
creencias que a su vez se articulan en 13 diferentes dinámicas de lógica no lineal. Todo esto
dentro de un modelo de lógica estratégica que permite, dado un problema, de construir la
efectiva solución en tiempos rápidos, por el hecho de recurrir a estratagemas lógicos no
ordinarios. Esto ya sucedía en el antiguo mundo helénico así como en el chino y que, a pesar
de los alcances de la lógica aristotélica, ha continuado a ocurrir en la historia de la humanidad
en las obras de los artistas, científicos, líderes y manager.
Gracias a todo esto, lo que era inicialmente un enfoque artístico, se convirtió con los años en
una real técnica de Problem Solving, en cuanto a modelos de solución estratégica puestos en
práctica para las diferentes clases de problemas. Ha evolucionado volviéndose no solo
siempre más eficaces y eficientes en virtud de progresiva afinación, sino también replicable,
trasmisible y predictible en sus efectos.
“El secreto es que no hay secretos”, la intervención creativa no es el guiño del genio, sino el
análisis de un problema que permite verlo en perspectiva no-ordinaria. “La casualidad“, como
nos lo enseña Alexander Fleming, “ayuda solamente a las mentes preparadas”.
se aplican;
se miden los efectos;