Está en la página 1de 1

Cultura indígena mexicana con mayor riqueza

La cultura indígena mexicana conformando la mayor riqueza autóctona, alcanza unas 15 millones
de personas distribuidas en 56 grupos diferentes. En disparidad con otros países de la región, el
idioma indígena ha sido declarado como oficial conjuntamente con el español. De esta manera
muchas de las tradiciones ancestrales se mantienen vigentes en combinación con un legado
cultural palpable. Entre las etnias más destacadas están los náhuatl, mayas, zapotecos, mixtecos,
otomíes, totonacas, tzotzil, tzeltal, mazahuas, mazatecos, huastecos y choles. Como descendientes
de las sociedades mesoamericanas, se caracterizan por las arraigadas costumbres como la siembra
del maíz, artesanías, metalurgia y una expresión religiosa combinada con el catolicismo.

El Occidente de México es una vasta y heterogénea región que comprende los Estados de
Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Colima, Nayarit y Aguascalientes que se incorporó tarde a los
principales procesos que caracterizan la civilización mesoamericana. La zona tuvo en el pasado una
gran actividad volcánica, de manera que es corriente la formación de cuencas de drenaje interno
donde se han concentrado siempre las poblaciones humanas. Las evidencias más antiguas de vida
agrícola se han detectado en Puerto Marqués (2.440-140 a.C.), Guerrero, y también existe
sedentarismo orientado a la recolección de moluscos en el Complejo Matanchén de Nayarit en el
2.000 a.C. En el 1.450 a.C. surge el Complejo Capacha en la costa de Colima, caracterizado por
unas cerámicas que se distribuyen a Jalisco, Michoacán y Nayarit. Algunas de sus formas básicas
son tecomates y jarras con asa estribo, que han servido para establecer conexiones con las
culturas del Formativo Temprano de la costa de Ecuador. En el 1.300 a.C. se construyen cámaras
subterráneas cortadas en el talpetate -ceniza volcánica- de naturaleza funeraria, iniciándose una
evolucionada tradición de enterramientos. Las cámaras son ovales y a ellas se accede mediante
escaleras, conteniendo abundantes esqueletos, muchos de ellos procedentes de deposiciones
secundarias. Más tarde, este complejo funerario se extiende a Etzatlán, El Arenal y otros sitios de
Nayarit y Colima. En ellos se depositaron excelentes trabajos en cerámica en los que se
representaban aldeas y casas de gran valor etnográfico al incluir escenas de la vida cotidiana y
ritual juegos de pelota, rituales, guerras y demás- de los pobladores de Nayarit. Por último, la
cultura Chupícuaro manifiesta otra variedad ritual en esta área tan heterogénea. Su conocimiento
se basa en la excavación de 390 enterramientos, muchos de los cuales tenían ofrendas de perros
sacrificados y un muy variado estilo de figurillas y cerámicas que tendrán una amplia distribución.

También podría gustarte