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Formación de Maestros en Colombia - 1986
Formación de Maestros en Colombia - 1986
Resumen
El presente documento recoge las expectativas de una nación comprometida con la calidad de
la educación y el mejoramiento de la formación de educadores en todos los niveles. Este texto hace
un análisis de las coordenadas históricas de la formación de educadores en el país, de los nuevos
retos ofrecidos por un mundo cada vez más cambiante, del nuevo marco const itucional y legal. En
este texto se formulan todas las esperanzas y posibles estrategias que enmarquen una política de
formación de educadores que responda a este nuevo país.
• Abstract
The present document brings together the expectations of a nation commíted to the quality of
education and the improvement of teachertraining atall levéis. In this article, there is an analysis of
historie axis in the formation of educators in Colombia, the new challenge offered by a world which
is changing more and more, and the new constitutional and legal environment. Outlined in this text
are all the expectations and possible strategies that endose a teachertraining policy that is
accountable to this new country.
• Resume
Ce texte parle des expectatives d'une nation compromise avec la qualité de l'éducation et
l'amélioration de la formation des enseignants á tous les niveaux. On fait une analyse des
coordonnées hístoriques de la formation des enseignants en Colombie, des nouveaux défis offerts
par un monde qui chage de plus en plus, et du nouveau cadre constitutionnel et legal. On trouve
dans ce texte tous les espoirs ettoutes les strategies possibles qui encadrent une politique de
formation des enseignants répondant au nouveau pays.
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LINEAMIENTOS GENERALES PARA LA FORMACIÓN
DE MAESTROS EN COLOMBIA1
1 PRESENTACIÓN
En las condiciones de este mundo, en vísperas del tercer milenio, los cambios en la
vida cotidiana del ser humano son radicales. Para el sistema educativo, cuya misión es
formar las personas que vivrán sobrevivirán en ese mundo turbulento, cambiar es una
necesidad perentoria.
Los cambios drásticos y acelerados del mundo actual nos han obligado a pensar en el
futuro con una dedicación creciente año tras año. Las últimas cinco décadas nos han
mostrado cómo los desarrollos tecnológicos han modificado radicalmente el trabajo en
todos los países del globo. Es común ver que muchas plazas de trabajo desaparecen y
surgen otras nuevas que resultan ser muy diferentes a las anteriores.
Según diversos análisis socioeconómicos, el número de personas empleadas en la
industria, la agricultura o la construcción, tiende a bajar, pero, por otro lado el número de
aquellas que se emplearán en trabajos relacionados con la preservación ambiental, las
telecomunicaciones, la salud y la educación, tiende a aumentar, para tomar sólo algunos
ejemplos.
1 Este documento recogió las principales ideas que se expuestas en los pre -congresos realiza' dos en
diferentes zonas del país.
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En muchísimas empresas de producción la fuerza de trabajo humana ha sido
reemplazada por los robots, los computadores, las máquinas-herramienta automatizadas,
y, en general, por todos aquellos productos del desarrollo tecnológico que tan sólo medio
siglo atrás, aún no había forma de vislumbrar.
Todo parece indicar que las tareas rutinarias de las fábricas de finales del siglo
pasado y de la primera mitad de este, la agricultura artesanal, el trabajo de los oficinistas
dedicados a tareas repetitivas y mecánicas, van a ser reemplazadas por ocupaciones que
implican organizar, gerenciar, aconsejar, asesorar, investigar, tomar decisiones; todo ello
implica la necesidad de comprender y resolver problemas, imaginar nuevas alternativas,
crear nuevos métodos, nuevas estrategias, saber ubicar y manejar en forma eficaz y
eficiente grandes volúmenes de información.Todos estos cambios se encuentran
enmarcados dentro de un escenario caracterizado por la apertura de los mercados, la
internacionalización de la economía, la globalización de la política y la planetarización de
la cultura humana.
En las condiciones de esta nueva estructura mundial, si los nacionales de un país
quieren asegurar un buen futuro para ellos y, especialmente, para sus hijos, deben darse
cuenta de que necesitan poder seguir participando en este "cambiante juego global', en el que
los niveles de exigencia son cada día más altos 2. En otras palabras, deben darse cuenta de
que necesitan ser competitivos. La competitividad, así entendida, se fundamenta en el
conocimiento y en la capacidad de aplicarlo para resolver problemas u ofrecer nuevas
soluciones tecnológicas, en la competencia para agregar valor a los bienes y a los servicios,
en la capacidad para generar una fuerza laboral de alta calidad.
Diversos estudios han mostrado que la calidad de la educación básica no es buena.
Por un lado, los resultados obtenidos por los estudiantes en diversas pruebas no son los
que socialmente se esperan cuando se tiene en mente el desarrollo del país y las exigencias
de la vida actual; por otro, la calidad de los docentes, la calidad de los programas, de los
textos y del material de apoyo tampoco es buena. Es natural pensar que debe existir una
relación de causalidad entre los resultados pobres de los estudiantes y los factores que
hemos anotado.
Y en la literatura especializada son innumerables los casos reportados de estudiantes
que han adquirido la habilidad de enunciar principios pero que no son capaces de
aplicarlos; que ejecutan adecuadamente una operación matemá
2 Ver el informe conjunto de la Misión de Ciencia Educación y Desarrollo titulado "Colombia: al filo de la
oportunidad" en el aparte dedicado a "Gestión, aprendizaje y competitividad".
156
tica pero que no entienden el sentido de ella ni son capaces de interpretar el resultado
obtenido cuando la ejecutan; que conocen la definición de un concepto pero que no lo
pueden aplicar en la interpretación de un determinado estado de cosas.
A pesar de que es bien difícil hacer predicciones precisas y certeras acerca del futuro,
y en especial del futuro laboral de las nuevas generaciones, no es arriesgado afirmar que
debemos educar para el cambio. Los días en que un individuo nacía y moría en la misma casa, o
ingresaba a trabajar en una empresa, se capacitaba en ella y se desempeñaba en el mismo
trabajo hasta el día de su jubilación, pertenecen a un pasado cada vez más remoto.
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duda que el conocimiento se sitúa al mismo nivel que el capital y el trabajo como factores
esenciales en la producción de riquezas.
En Colombia son muchos los acontecimientos que pueden ser interpretados como
señales claras, inequívocas, de que un proceso de cambio radical se ha iniciado: la
Constitución Política de 1991, la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo y la
promulgación de la Ley 115 de 1994 y el Plan Decenal de Educación son tal vez los
ejemplos más importantes.
158
mental es mejorar la calidad de la educación" ( El Salto Educativo, Conpes, 1994).
Cuando se habla de calidad de la educación, se hace referencia al "conjunto de
características a partir de las cuales se pueden valorar las relaciones, los procesos y los
resultados. La calidad tiene que ver con el campo de las necesidades, los intereses y
aspiraciones del individuo y de la sociedad y con las esferas del valor, de la normatividad y
de los fines". "Es importante advertir que la calidad de la educación se concreta en la
conformación y organización misma del sistema educativo, el grado de formación y
capacitación de los maestros, el número de profesionales que formalmente tienen a su
cargo los servicios educativos, el grado de participación de los padres de familia y de la
comunidad, la disponibilidad de planta física adecuada, de textos y materiales, no sólo
para el niño sino para los distintos agentes educativos, los procesos de investigación, la
definición de los objetivos y la selección y organización de los contenidos del currícu-lo".
(El Proceso Curricular, MEN. 1990).
La Ley 115, en su artículo 4o., establece que el estado debe atender en forma
permanente la cualificación y formación de los educadores, la promoción docente, los
recursos y métodos educativos y la innovación e investigación educativa, entre otros
factores que favorecen la calidad y el mejoramiento de la educación.
De igual manera la política educativa plasmada en el Plan Decenal de Educación
propone reformar los modelos vigentes de formación de maestros, como una condición
indispensable para mejorar la calidad de la educación.
En lo referente a las Escuelas Normales, la Ley General de Educación (Artículos. 112 y
216) y su Decreto Reglamentario, 2903 de 1994 (y su modificación establecida en el decreto
968 del 9 de junio de 1995), dispusieron su reestructuración. Las Normales Superiores,
deberán establecer un convenio con una facultad de educación, articulando el sistema de
formación de manera que exista continuidad, coherencia y respaldo entre los diferentes
ciclos. Ello implica un esfuerzo en los procesos de reflexión y análisis de las instituciones
sobre su quehacer, de tal forma que mediante la investigación se fortalezcan dentro de un
nuevo planteamiento.
Las Facultades de Educación se regirán por lo establecido en la Ley 30 de 1992 y la Ley
115 de 1994, las cuales les exigen un replanteamiento frente a la formación integral del
educador, el fortalecimiento de la investigación pedagógica y educativa y la constitución de
comunidades académicas en este campo.
159
2. UNA RECONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA DEL MAESTRO Y SU FORMACIÓN.
El maestro era un maestro viajero o un maestro a domicilio que ofrecía sus enseñanzas a
cambio de alojamiento y alimentación. Sólo hasta el 16 de septiembre de 1767 nace
propiamente el oficio de maestro vinculado a una institución, cuando se funda la
ESCUELA DE SAN CARLOS y se nombra a Don Miguel Bonel como el primer maestro de
la misma3. El surgimiento de esta figura que articula la especificidad del saber con la
práctica pedagógica, permite situarse en una perspectiva desde la cual pensar la formación
del maestro y su relación con la escuela, institución que define la enseñanza como su
oficio.
3 MARTÍNEZ BOOM, Alberto y otros (1989). Crónica del desarraigo, historia del
maestro en Colombia. Santafé de Bogotá. Magisterio, pp 47.
160
El proceso de institucionalización de nuestro país, coexistió con el proceso de
edificación del sistema de Instrucción Pública. Los esfuerzos que se realizaron encontraron
muchos obstáculos y conflictos, en razón de la luchas ideológicas y partidistas que
rodearon la construcción de este primer sistema republicano.
Surge así la institución responsable de la formación de maestros, ella legitima su
proceso de formación desde la ley, la tradición cultural y un método. Define una condición
de posibilidad para aclarar la naturaleza misma de la normal. En estas instituciones no
sólo se formaban "enseñantes de en ellas circulaba un saber del cual ahora solo hallamos
vestigios en una precaria acumulación y que se puede potenciar para recontextualizar un
saber sobre la enseñanza, la formación, el aprendizaje, la educación, la instrucción y sus
relaciones con la sociedad, las ciencias, la tecnología y la cultura.
Por esa misma época, el maestro de escuela José María Triana, estableció una
distancia crítica importante con el manual lancasteriano al separarlo de su aplicación y ello
permite inferir que en ese gesto crítico y reflexivo se inicia el desenvolvimiento del saber
pedagógico en nuestra cultura, como saber diferencial y relacional Crítico en cuanto se
distancia de las adaptaciones meramente prescriptivas.
En 1844, con la reforma de Mariano Ospina Rodríguez, la escuela normal cobra mayor
importancia al lograr diferenciarse de la escuela parroquial, especializarse en formar
maestros y en difundir un saber sobre la enseñanza, especialmente porque en aquella
época se redactó el primer programa de pedagogía que se enseñó en el país. Así mismo, la
escuela normal inició su proceso de contrastación de sus acciones e interacciones en la
institución que se llamó Anexa. Esta relación íntima entre la normal y la anexa,
especialmente en su posibilidad de contrastar el saber que circula en la normal con el
hacer de los maestros en formación, se diluyó hasta quedar reducida a una repetición
informe.
Las escuelas normales alcanzan su mayor esplendor en 1870, cuando el movimiento
instruccionista convirtió la formación de maestros en un propósito nacional, donde
confluyeron la pedagogía pestalozziana y el movimiento nacional por la instrucción
pública, movimiento conformado por liberales radicales, conservadores progresistas y
algunos obispos católicos. En esta época el saber pedagógico, como regulador de la
formación de maestros, alcanza sus mayores logros.
Bajo la Regeneración que inspiró la constitución de 1886, la moral y la disciplina
militar se constituyen en el eje regulador de la función del maestro y, por ende de su
formación.
161
En los momentos de afirmación de las Normales, como fueron la reforma Ospina y la
reforma Instruccionista, la calidad de la educación impartida en las escuelas mejoró y
cuando las Normales se descompusieron la calidad en las escuelas desmejoró. Esta
relación entre formación de maestros y calidad de la educación que se manifestó en el
siglo pasado, se da como una constante histórica hasta el día de hoy.
Para comienzos del presente siglo, el modelo biológico orienta los procesos de
formación del maestro con su perspectiva higienista y dietética, en especial el proceso de
mejoramiento racial. El saber médico y el sicológico se vuelven hegemónicos en la
formación de maestros, este dominio se expresa en las pedagogías fundadas en el modelo
biológico del estímulo-respuesta y la recepción de la escuela nueva de Dewey, Montessori,
Decroly.
En 1932 se fundó la facultad de Educación de la Universidad Nacional en Santafé de
Bogotá, que marca en el país la iniciación de las tentativas por implantar una pedagogía
experimental Se introducen cambios radicales en la formación de los maestros siendo el
más importante la introducción de registros documentales que dieran cuenta objetiva de la
relación maestro - alumno.
La fundación de la Normal Superior en 1936 introdujo las ciencias de la educación a
la formación de maestros, y aunque abrió espacios para la apropiación del movimiento de
escuela nueva, no aportó mucho al desarrollo de la pedagogía en nuestra cultura. Significó
demasiado para las ciencias sociales y humanas.
La apropiación y adecuación de la escuela nueva no parte de una reflexión
pedagógica autónoma sino como estrategia que buscaba aliviar los males sociales que
aquejaban al país y que el maestro debía remediar.
La apropiación de la escuela nueva se vio sustituida por un desplazamiento desde
una perspectiva biológica, médica y sicológica del eje de la concepción del maestro y su
formación a una perspectiva de optimización del tiempo y contenidos mediante procesos
administrativos inspirados en procesos instruccionales de origen empresarial y militar,
esto en el país se concretó en la tecnología educativa y la reforma curricular. En el campo
de la pedagogía el saber cambia bruscamente de una perspectiva biológica, médica y
sicológica a una cuyos modelos son estadísticos y probabilísticos. Estos desplazamientos
aquí evidenciados hacen que languidezca la formación de maestros, de esta manera, las
instituciones formadoras de maestros no alcanzan a vincularse a la realidad nacional y no
logra la estabilidad para asimilar las diferentes crisis de la pedagogía y de las ciencias de
la educación en su relación con la ciencia, la tecnología y la cultura.
162
A partir de mediados del siglo XX, las instituciones formadoras de maestros han
vivido una permanente crisis que evidencia su inadecuación a las necesidades y
transformaciones de la sociedad. Estas inadecuaciones se evidencian igualmente en el
atraso científico y tecnológico que impide generar avances en el campo de las didáctica s.
Este panorama permite enmarcar las políticas del Estado para adecuar la formación de
maestros al diagnóstico de la situación social, y tomar una serie de medidas y acciones
tendientes a mejorar la calidad de la formación de maestros en el marco de la apropiación
del paradigma curricular. Podemos enumerar las siguientes:
La creación del Instituto Colombiano de Pedagogía (ICOLPE) en 1968, adscrito a la
Universidad Pedagógica Nacional, bajo cuya responsabilidad quedaron los seis
centros regionales de capacitación e investigación educativa en perspectiva curricular
para el mejoramiento de la calidad de la educación.
La organización del Centro Nacional de Perfeccionamiento Docente (CENAPER) en
1970, que tenía como objetivo realizar cursos y reuniones especializadas para el
personal docente y técnico vinculado a la educación, cuyo fin era garantizar su
capacitación, actualización y perfeccionamiento con alta calidad.
La reestructuración del Ministerio de Educación en 1976, que creó una dependencia
específicamente para la capacitación, actualización y perfeccionamiento docente a
través de los centros experimentales pilotos (CEP), y la profesionalización de maestros
en ejercicio sin título docente mediante las escuelas normales.
La evaluación de las escuelas normales del país, llevada a cabo por el Ministerio de
Educación Nacional con el apoyo del PNUD - UNESCO en 1978. De allí se derivó la
estrategia de las normales demostrativas cuyo propósito fue mejorar la calidad de la
formación de maestros en instituciones pilotos.
La expedición del Decreto-Ley 2277 de 1979 (Estatuto docente) en el que se crea un
sistema nacional de capacitación bajo la responsabilidad de los CEP's, las secretarías
de educación, las facultades de educación y las escuelas normales. Este hace
obligatoria la actualización de los docentes para ascender en el escalafón y se
establece la obligatoriedad del título docente para el ingreso en ese escalafón, salvo
casos aceptados por razones expuestas en el mismo decreto-ley.
Como antecedentes inmediatos a la tarea de reestructuración de las normales y al
necesario replanteamiento de la formación de maestros en los niveles
163
inicial, permanente y especializado, cabe mencionar las siguientes acciones significativas:
164
No obstante la crisis en la formación de maestros y la situación actual de apertura
hacia un futuro del cual sólo conocemos algunos elementos, hay buenas razones para estar
optimistas. Este optimismo está fundado en tres factores que abren posibilidades
importantes para la implantación fructífera de experiencias y saberes en la formación de
maestros. Estos tres factores son: El movimiento pedagógico de los maestros, las
producciones que se han generado en materia pedagógica y educativa en nuestro país y la
expedición del la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994).
El movimiento pedagógico planteó, en el seno del movimiento sindical y su
comunicación con los intelectuales dedicados a los problemas de la pedagogía y educación,
cambios tendientes a mejorar la posición social del maestro en la sociedad, la creación de
grupos autónomos de experimentación pedagógica, la lucha por el estatuto intelectual y
profesional del maestro, la vinculación de las comunidades científicas y disciplinarias al
trabajo con maestros y el diálogo de los grupos de investigadores del sector.
Respondiendo a las necesidades del país y a partir de la Ley General de Educación, los
maestros deben ser formados para el ejercicio de la autonomía intelectual y moral y en
relación con el saber pedagógico abierto a las más variadas experiencias didácticas y
pedagógicas en el marco de una actitud crítica, creativa e investigativa.
165
respeto mutuo entre los ciudadanos hagan posible la construcción de la libertad y la
democracia.
A esta altura de la cuestión las preguntas son: ¿Cómo, a quién, por qué, para qué
enseña el maestro?, es decir preguntas referidas al hacer metódico, al alumno y a fuentes
externas.
Si pasamos del hacer al ser del maestro, del método al concepto, y del alumno al
maestro, las preguntas cambian sustancialmente. Ya no se pregunta por el ¿ cómo se
enseña? sino ¿cuál es el maestro que el maestro necesita?, ¿cuál es el maestro que el
maestro necesita para reproducirse, para mantenerse como maestro. Del conocimiento del
alumno nos trasladamos al saber del maestro sobre sí mismo, contenido en la expresión
"maestro de maestros". Conocimiento de sí mismo entendido como el espacio en que el
maestro puede tomar posición para hablar y escribir sobre su experiencia, los conceptos de
su saber y las fuentes externas, y desde ellos ubicarse frente a la ciencia, la cultura, la
sociedad y la infancia.
En primer lugar hemos de señalar que el maestro de maestros debe poser una
capacidad de comprensión de lo otro, de lo diferente, que entienda que su relación con el
otro consiste en querer comprenderle, pero esta relación desborda la comprensión, porque
el conocimiento del otro exige curiosidad, simpatía, amor, maneras de ser distintas de la
contemplación impasible. La comprensión lo sitúa en un espacio abierto para recepcionar
desde el saber sobre sí mismo la vocacionalidad, las prácticas, las ciencias por enseñar, las
didácticas, la conexión con la cultura regional y las etnias.
166
Tal comprensión, en relación con los sujetos, no agota la singularidad del alumno en el
maestro, ni la de maestro en el alumno, también la comprensión en relación a lo público y
cultural, moldea estas instancias hasta convertirlas en objeto de enseñanza.
Lo anterior nos plantea dos posibilidades de existencia del maestro, por un lado la
constitución del oficio de enseñante, surgida del cruce entre las didácticas y las disciplinas
con las cuales se relaciona por razones de su enseñanza, y el de maestro de maestros,
definido por su condición de pedagogo a partir de la apropiación, difusión y construcción
del saber pedagógico. Esto nos indica la situación de doble pertenencia del maestro tanto
al campo pedagógico, como a las comunidades científicas.
Las dos posibilidades de existencia del maestro pueden formularse desde una
perspectiva centrada en la relación del saber pedagógico y las disciplinas, ciencias, teorías,
conceptos, métodos, etc. El maestro de maestros es el especialista en pedagogía e
interdisciplinariedades, se diferencia del enseñante en que este tiene un contacto con las
disciplinas a través de las didácticas, y el maestro de maestros lo hace con la
intermediación de un saber sobre el saber de la enseñanza, esta es una relación siempre
intermediada por el saber pedagógico, y esto con el fin de establecer las coordenadas
mínimas para la recepción de cualquier aporte de las diversas disciplinas, ciencias, teorías,
conceptos, métodos. Las coordenadas mínimas de recepción, definen cómo estos aportes
afectan los conceptos claves del saber pedagógico - educación, formación, enseñanza,
aprendizaje e instrucción -, los diversos proyectos de reconfiguración de ese saber desde
perspectivas epistemológicas, hermenéuticas, experimentales e históricas o promueve el
surgimiento de nuevos conceptos o de nuevos proyectos reconfiguradores. Tales
coordenadas mínimas para la recepción de esos aportes actúan como criterios de
validación y juzgamiento de los conceptos, teorías y métodos que ingresan al campo
pedagógico y se busca con esto diferenciar entre lo pedagógico, lo didáctico, lo educativo,
lo formativo, lo instructivo y todo aquello que va dirigido a la práctica, a la construcción
de un campo de aplicación, entendido como campo de apropiación de estos conceptos,
teorías y experimentaciones en el proceso de formación de maestros y la constitución de su
oficio.
Podemos concluir, entonces, que el maestro está remitido esencialmente en su
formación a la pedagogía como saber que lo define y le da identidad. En el caso del
maestro de maestro este saber intermedia su relación con otras disciplinas, ciencias,
conceptos y métodos, en el caso del enseñante su práctica está determinada por el
incesante cruce de estas disciplinas, ciencias, teorías, conceptos y métodos con la
pedagogía. Por ello el maestro debe ser formado en
167
relación con el campo pedagógico y las comunidades científicas con las que está vinculado
por razón de su enseñanza.
Este saber sobre sí mismo permite afrontar mejor las interdisciplinariedades que se
abren en torno a la formación del maestro y permite encontrar un referente para la
formulación de políticas para la formación inicial, de pregrado, avanzada, permanente, en
servicio, y construcción de comunidades de saberes entre los maestros.
168
4. UTOPÍAS SOBRE EL NUEVO MAESTRO QUE REQUIERE
COLOMBIA. 4
Se requiere señalar que quien enseña a sumar, restar, multiplicar y dividir a los niños
de los primeros años de escolaridad, debe tener una visión amplia de la matemática que le
permita situar la aritmética dentro de un contexto significativo y, desde él ser creativo para
idear y evaluar diversas estrategias didácticas en busca de una enseñanza de calidad. La
enseñanza actual en este terreno no ha producido resultados satisfactorios; muchos
estudios muestran cómo los niños aprenden a aplicar los algoritmos utilizados
culturaímente para ejecutar estas operaciones, pero no son capaces de resolver problemas
que impliquen
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efectuar estas mismas operaciones, incluso con las mismas cifras. Resultados muy similares
se encuentran para las demás áreas, que ameritan también para ellas la misma integralidad
y globalidad.
La segunda razón es que los conceptos y las teorías que en el pasado fueron
consideradas como verdaderas y que hoy en día se consideran falsas, equivocadas o
anacrónicas, coinciden a menudo con las concepciones ingenuas que el estudiante tiene en
el momento en el que su profesor le trata de enseñar "la verdad". Los experimentos que a lo
largo de la historia se han utilizado para poner a prueba las teorías, o los utensilios con los
cuales se elaboraban las obras de arte o los instrumentos musicales utilizados en las
diferentes épocas, para tomar algunos ejemplos, son muy ilustrativos del carácter evolutivo
de la cultura humana y de sus productos. Estas ilustraciones nos proveen muy buenas ideas
para planear actividades de laboratorio, para organizar debates y muchas otras estrategias
didácticas. Volveremos sobre este tema cuando tratemos el tema del diálogo socrático.
170
Si el profesor ya ha abandonado una posición dogmática, como todos tendrán que
haberlo hecho en un futuro muy cercano, necesitará instrumentos intelectuales fuertes para
afrontar con éxito las preguntas de sus estudiantes. En ellos son comunes preguntas tales
como "¿cómo podemos saber que los átomos existen si no se ven? ¿cómo se puede decir que
los hombres del paleolítico eran nómadas si nadie los vio? Estas preguntas no son fáciles
de resolver si no se cuenta con una sólida fundamenídcíón epistemológica. Sin ella, el
educador, no solamente no le podrá responder a sus alumnos, sino que, más grave aún, no
se las ha podido responder a él mismo. El maestro, sin duda alguna, también se las ha
planteado porque estas preguntas son connaturales del ser humano.
Un educador sin claridad sobre su área, como es apenas natural pensar,, no puede
enseñar con claridad
4.1 .3. El maestro debe poder relacionar su disciplina con las demás y éstas con la vida.
No es posible tener una idea clara de la historia sin entender los aspectos
fundamentales de la economía, la geografía, la arqueología, la antropología, la sociología,
la psicología y la física.
A manera de ejemplo: es más fácil tener una empatia histórica con los hombres del
paleolítico si se conocen algunos estudios de psicología comparada de los primates que, sin
duda, nos pueden dar claves importantes para reconstruir su comportamiento y entenderlo;
por otro lado, es también más fácil tener esta empatia si se conocen los principios físicos
que se encuentran en la base de los instrumentos que ellos fabricaban.
Cuando decimos que el educador debe saber lo que enseña nos estamos refiriendo, en
parte, a su capacidad de tener un conocimiento amplio a la vez que profundo de lo que
enseña. En las circunstancias actuales no podemos conformarnos con un conocimiento
puntual así éste sea minucioso (como por ejemplo, saber en forma detallada los
acontecimientos que tuvieron lugar en la guerra de independencia o enumerar los
elementos de la tabla periódica con sus respectivos números atómicos). Nuestro mundo
actual nos exige un conocimiento intensivo y universal.
171
conocimientos (se da por supuesto que ellos son verdades eternas); y a la hora de la
evaluación el maestro "pide cuentas" para determinar qué tanto de lo que consignó aún se
mantiene en el estudiante.
El primer elemento que el educador debe tener en cuenta, si quiere que sus
afirmaciones sean inteligibles para sus estudiantes, es conocer su forma de pensar, sentir y
actuar.
La argumentación del profesor, sus preguntas, las expectativas sobre sus estudiantes,
el vocabulario que usa debe ser adecuado al momento evolutivo del niño.
Si el educador quiere que sus afirmaciones sean inteligibles para sus estudiantes debe
conocer y entender sus saberes previos que a menudo,
172
producen grandes interferencias en la comunicación profesor-estudiante: para retomar el
ejemplo anterior, el estudiante no puede entender que la aceleración debida a la gravedad
sea aproximadamente la misma en cualquier punto cercano a la superficie terrestre y para
cualquier cuerpo, porque él está convencido de que para los cuerpos pesados, ésta es mayor.
Cuando se tiene información sobre esos saberes previos, el profesor podrá establecer
un diálogo con el estudiante y, crear una verdadera relación pedagógica.
4.23. El maestro deberá conocer el contexto emocional, cultural, social y familiar de sus estudiantes.
El saber enseñar tiene un nuevo sentido. Hasta el momento, en los diversos programas
para formación de maestros, ha primado la idea de que se puede enseñar a enseñar sin
preocuparse qué es lo que se va a enseñar.
Es claro entonces que las competencias que debe desarrollar un profesor de física son
bien diferentes de las que debe desarrollar un profesor de historia. No se puede entonces
seguir hablando de la didáctica en general, sin ligar el
173
problema de la didáctica con la epistemología del área del conocimiento del cual se trata
y con la psicología del estudiante a quien le queremos enseñar.
43.2. El maestro debe conjugar todos los elementos anteriores en un diálogo socrático
.que active el proceso de desarrollo de sus estudiantes.
En este diálogo socrático, es necesario entender en forma rápida las confusiones del
estudiante, sus conceptos mal definidos, lo que él cree que es una ley, sin serlo. Para ello
es de gran utilidad un buen conocimiento de la historia de la disciplina que se enseña
porque estas confusiones, estas "falsas leyes", tienen una gran probabilidad de encontrar
versiones muy similares en los debates de la comunidad científica que forjaron los
desarrollos que tienen como resultado el estado actual de la disciplina.
174
Para expresarlo en pocas palabras es, en el momento del diálogo socrático, que el
maestro debe poder articular todos sus conocimientos y habilidades para ofrecer las
condiciones óptimas para que el estudiante se autoconstituya en un ser humano integral.
4.6. EL MAESTRO DEBE ESTAR SIEMPRE ACTUALIZADO EN PEDAGOGÍA Y EN LOS SABERES QUE
ENSEÑA.
175
Esta actividad constructora es importante porque el conocimiento pedagógico se
produce fundamentalmente en un ambiente de relación educativa, en la cual el maestro
tiene una posición privilegiada. Otras disciplinas pueden aportar a la construcción de
conocimiento pedagógico y otros saberes, en diálogo con el profesional de la pedagogía
176
5.1.1. Las Instituciones Formadoras de Maestros serán de la mejor calidad.
En todas las culturas existen prácticas formativas para asegurar que el conocimiento
culturalmente construido sea un patrimonio que pase de generación en generación. Cuando
enseñamos, tendemos a reproducir aquellos esquemas con los que nos enseñaron. Los
maestros no son una excepción: el maestro tiende a enseñar como le enseñaron y no como le
enseñaron a enseñar.
Al crear ambientes de aprendizaje significativos en la formación del maestro, éste, al
reproducir los esquemas en los cuales fue formado, ofrecerá una educación de buena
calidad.
Para lograr esta transformación, es necesario hacer énfasis en la formación del maestro,
considerardo que esta formación es un proceso que comienza con la educación primaria y se
prolonga durante toda su vida.
Lo anterior realza con fuerza la importancia de las Normales Superiores: son una
opción para lograr que la formación del maestro sea un proceso que comience bien y
prosiga así hasta los más altos niveles posibles.
177
tre la escuela y la comunidad y a partir de ella el maestro pueda moldear el saber previo en
objetos de enseñanza, métodos y contenidos.
Las relaciones con la comunidad exigen una territorialización del maestro de tal
manera que reconozca las prácticas y los saberes existentes en una determinada región. En
muchas regiones de Colombia los maestros no echan raíces debido a que esos saberes
previos configurados por el lenguaje - cultura, mundo de la vida, cosmovisión - no son
compartidos por el maestro con la comunidad y territorio que habita. La solución para este
problema es que las instituciones formadoras de maestros acojan en su seno las
especificidades culturales de la región al formar maestros que generen sentido de
identidad y pertenencia en las regiones donde se desempeñan.
Los saberes que informan al maestro y las instituciones que lo sustentan, le dan su
lugar en la vida pública. Su vida pública se define por el deber que tiene de garantizar la
realización de la enseñanza, la formación, el aprendizaje y la educación en la sociedad, de
donde se deriva que su acción está sometida al control y crítica de la opinión pública.
178
5.2 PROPUESTA CURRICULAR PARA LA FORMACIÓN DE MAESTROS.
179
gías del conocimiento, o sea, aquellas que articulan las dinámicas del desarrollo cognitivo,
con las dinámicas del desarrollo científico y conceptual. Por eso se requiere una fuerte
formación del maestro en epistemologías regionales, en historia y filosofía de la ciencia.
180
Dentro de este contexto la dicotomía teoría-práctica como elementos o momentos separables no
tienen sentido y mucho menos tiene sentido suponer un orden secuencial entre ellos: primero se
entiende y luego se aplica
Estos proyectos podrán ser de diversas duraciones: proyectos cortos para ser desarrollados en
una o unas pocas sesiones; proyectos a mediano plazo para ser desarrollados en uno o dos semestres;
proyectos a largo plazo para ser desarrollados en varios años.
53.2. Aregurar una articulación en el proyecto educativo institucional entre la Normal Superior y
la Facultad de Educación.
Como se ha señalado, la formación del docente se concibe como un proceso continuo que se
inicia en la educación primaria y va, por lo menos hasta el grado trece.; puede, sin embargo
prolongarse, según el proyecto de vida del alumno, hasta alcanzar el nivel de la licenciatura, de la
especialización, el magister
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o el doctorado. Se propone entonces, para poder lograr una continuidad en el proceso, que las
Normales Superiores, establezcan un convenio con una facultad de educación, articulándose en un
sólo sistema de formación coherente
En orden a constituir una comunidad científica capaz de producir conocimiento pedagógico, los
proyectos de investigación no deben convertirse en proyectos puntuales desligados los unos de los
otros. Se propone que todos ellos se articulen en torno a un proyecto nacional de investigación-
acción que se construiría colectivamente estableciendo una estrecha comunicación entre las diversas
instituciones formadoras de docentes. Ella podría establecerse por diversas vías: publicaciones
periódicas tales como boletines, revistas, reportes científicos; la constitución de redes de información
a través de internet; la celebración de simposios, congresos, conferencias o talleres en diversos
momentos del año y en diferentes sitios del país y cualquier otra forma de comunicación que resulte
eficaz.
Este sistema de comunicación entre los maestros y futuros maestros constituiría lo que podría
llamarse el "Seminario Nacional de Práctica Pedagógica".
Las discusiones, las publicaciones, los simposios y congresos que conforman este Seminario
Nacional, señalarían los caminos posibles que la formación y actualización docente seguirían en
forma unificada y coherente, y, lo que es más importante, estos caminos serían construidos
colectivamente. Como es natural pensar, los resultados obtenidos gracias a ellos, serían también
criticados en el seno de esta misma comunidad científica. Toda esta actividad de construcción y
crítica será el centro de todo el proceso de formación de docentes.
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5.4.2 Formar maestros para asumir los nuevos retos que plantea la situación del país,
nuevos saberes.
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