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Al m i e n m de su comentario a los S e g d m Amliticm de

Aristdtelw, santa Tomás explica admirablemente la finaiidad


y el tema de la ldgica. Analicemos detenidamente lo que dice.
A diferencia de los animales que obran p r instinto na-
tural, el hombre dirige sus actos por medio de la r a z h . Para
llevar a cabo sus actos con urden y facilidad, ha inventado
las artes. Un arte, en efecto, a esncilbmente una ordena~i6n
aertada de la raz61-1,Con miras a que las actm humanos d-
mcen la finalidad que les es propia por medios determinados.
«Nihil enim d i u d ars esse videtur quam c m a ordinatia satio-
nis, quomode per determinata media ad debitum finem actus
humani pemnianiw { A d . Pust. Proem., n." 1).
La r a z h no 9610 dinge los actm de las dernb facultades,
sino que además es capaz d e dirigir sus propios actos porque
puede r e ñ e x i m sobre sí misma. La caractm'stica prqia
de las f u n c i m i n t d e w l e s consiste, efectivarmte, en pocler
reflexionar sobre si mismas: la inteligencia piensa que piensa,
y h razón a su vea piede razmar sobre sus propios razona-
mientos. Así como, razonando sobre lm actos & h mano, se
ha inventado el arte de construir y las &r& artes mechicas
por las q k d hombre pude efectuar aralenada y fácilmente
los actus de este @rrero, así también se necesita un arte deter-
minado para dirigir el acto mismo de la razón, a saber, un
arte por cuyo medio el h o m p~a z d a en el acto mismo de Ia
razón de una manera ordenada, f6cil y a m d a :
Lógica

#Si igitur cx hoc quod ratio de actu rnanus raticcinatur,


adinvenia esl axs aedificatmis ve1 fabrilis per quas horno fa-
ciEiter et ~rdinate huiusmodi actus exercere ptest, eadern
ratione m qaaedam necessaria est quae sit directiva ipsius
actus ratisnis, per quam scilicet h m in i p actu ratimis
ordinate, faciliter et sine errore prmedatn (Anai. Pmt., n." 1).
Este arte es la lbgicq O Crepfcia rucimai, uhaec ars est
l a c a , id est rationalis scientias. La lógica es racional, no
$610 p q u e -de de la razón, caractedstica m ú n de t d a s
las artm y de todas las cieucias, sino también pwque tiene e1
acto misma de 1a razOn -O materia propia de su estudio.
d o n mlum rationalis est ex h o q~ u d est sxundurn rationem
(quod est cmnibus artibus cwnmune) s d etiam ex hoc quod est
circa ipsum aclum rationis sicut cima p@am materiam~,
La lbgica es,pues, el arte de las artes, m$ artium, ya que
uirige el acto de la s&n del que prmden t d a s las artes.

Este texto de santo Tomás es de una claridad meridiana,


por 10 que sblo vamm a cme~ttarlol en dos o tres de sus puntos.
Ante todo, dekmos tener en cuenta que no estarnos ante
una definicibn de la lkica. Sin duda alguna, sí lo es m sentido
ampIio, ya que se nos -di= de ella que es el arta qua dirige el
acto de la razoli. Pero* en sentido estricto, no ose trata do la
cMniC;óa de la lógica, pesto que todo arte, cano toda cien-
cia y toda facultad, viene espificsida por su objeto. Ahora
bien, aqui sólo se nos habla de su finalidad y la materia de
que trata. Su finalidad: razonar ccwtectamnte; la materia
de que trata, o como se dice en téminos escdásticm, su ma-
teria circa quamn: d razonamiento. Falta, pues, d elemento
esencial de la definicih: e1 objeto f d ,
En segunda lugar, dekmos subrayar el hecho de que santo
Tomas emplea indiferentemente los téminos arte y ciencia.
0,más exactamente, tras haber presentada la lógica romo un
arte. cwcluye diciendo que es una ciencia. Algunos han vista
La lógica

en este hecho un problema JeIicada: la Iagica, jes una ciencia


0 un arte? A nuestro juicio, no existe ningtin problema. Baste
recordar que para santo Tmás las artes, o mAs literalmente las
técnicas, son ciencias. En efecto, la primera división de las
ciencias se efectiia de acue~dom SU fin. AqudIas cuyo fin es
conocer reciba el calificativo de tedricns; aquellas cuyo firi
as obrar. e1 de ciendas prácticm, y aquellas a q w fin es hacer
algo. d de atncias poiLfIcas, ~sjentiuefactivac, o artes. Así
pira, la lbgica es un arte y, consiguientemente, una ciencia.
Cm r a z h se da, pues, el firrtlbre de Org~non(instrumento)
a 1 ~ escritrw
s Ibgicos de knst61eles. Tarnbibn c m ranjn, Ar-
nardo e n a M la lógica que escribi6 para' im alumnos de Por t-
Royal c m el título E? arie de pensar. Porque la lógica, aAade
santa TomBs, no S cultiva por sí misma, slno por la ayuda
que aporta a las demk ciencias; no es una prte de la filoso-
fía espsculativa, sino sencilfamente un complemento que Fresta
a la es~culacibnsus instrumentos:
uscientiae specufativae sunt de illis q u m m w i t i o quae-
ritur popter seipsa. Res autem de quibus est logia non quaerun-
tur ad cognoscmdum pr@m ssipsas, sed ut adminicuIum
quddarn ad alias scientias. Et ideo logia non continetur sub
speculativa philosophia quasi principhs pars, sed quiddam
reductum ad philmop'hiam spcclilativarn, prmt rninistrat spe-
culatimi sua instnimenta, scllicet, syllogismos et ckhitiones et
alia huiusmodi, quibus in scientiis spulativis indigemus. Unde
secundum Betium non est tam sciatia quam scientiae ins-
trwmentumn (Tritr., v, 1 ad 21.

Asi pues, la 1@ca es una ciencia p q u e es un arte. En esto.


no hay problema. EI problema surge en otra parte. Si Ia lirgica
un arte, debe hacer o fabricar algo. ¿Qué? Ni casas ni mue-
bles, claro esti. ya que ncr es wi arte mecbnica. Cmstniye
definicisnes. prapolsiciones, &loa;~mos,hecho Cste que justifica
el apelativo de arte. Es una de las artes -liberales que la edad
Lógica

media, un tanto arbitrariamente, ~educiaa siete, el número


perfecta gramática, ret6rica y dialkrica (es decir, lógica), que
constituían el rrivium, y arit&tica, mfisica, g m e t r í a y astre
nomía, que ccnstituían el quudrivium.
Santo Tcmás amas habla de las artes liberal@, induda-
blemente pwque su noci6n y nomenclatura son primordialmente
empíricas y R O racimales, y no caben fAcilmente en el marco
aristot&lico.NO obstante, Ias asimila afirmando que, incluso
en la matemática, existe una parte de arte, en la medida m
que la aritmética construye números y la geometría figuras.
Emplaza la lógca a este mismo nivel, porque construye de
gismcs:
cHae [septem artes liberalal intes caeteras scimtias artes
iicuntur quia, non sulum habent cognitimem, sed opus d i q u d ,
quod est immsdiate o p s raticmis, ut canstnictimem. syIlogis
mum vd orationem formase, numerare, mmsurare, melodias
f armare, et cursus sidenim coanputarm (Trin., v, 1 ad 31.
Tai vez se minimice aqui un tanto Ia fun¢i&n rectora de la
lbgica, ya que su finalidad <;onsiste ciertamente en constmir
sflcgisrnos, mientras que la de la matemática no es evidente-
mente la de construir nSirneros y figuras. Pero, en fin, prprescin-
damos de ello.
El hecho de que la Iógrca sea una de las siete artes liberales,
vuelve a plantear inmediatamente el problema. Las artes l i b
rala se aracterizan, efectivamente, por estar ardenadas aI
c ~ n c c i d a t o ,aad Aendurn md-inantum (Meta., r, 3: n." 59).
¿Habrernm de admitir que, cn d h i t i v a , también m es--
lativas? A este respecto no hay duda posible, y d mimo santo
T d utiliza la exprmi6n arte espculutiva (ST,H-& 47,Z ad 31,
psfatamente justjfjwda, sobre: todo tocante a la lógim, ya
que ésta tiene por fin la cmfrucci6n de silogkmm, y el silo-
@m,a su vez, tiene por fin la cienda.
Finalmente. debemos referir las arta especuhtivas a Ia
actividad esper?ulativa del. espiritu, y no a su actividad prác-
tica, de modo que el nombre de arte sóIo ie conviene por
wctensih, o, cmio dice santo Tomás rnuy prudentemente, <cFr
quamdam similitudinem~:
~Etiamin iMs spewlabfibus est aliguid per modum wius-
dam operis: puta constructio sylIogismi aut oratimis mgruae,
aut o p s numerandi vel mensurandi. Et i b quicumque ad
huiusmdi opera ra timis habitus speculativi odinantur, dicun.
tur p quamdam similitudinem a-. scilicet liberala, ad
diffmentiarn illarum artiurn quae ordinantur ad opera per m-
pus aercita, quae siant qudammodo semiles, ín quantum
corpus semiliter subdim animae, et horno mundum animam
est liber. Ulae vero scientiae quae ad nuIIum huiusmodi opus
ordinantur, aimpliciter scientiae dicuntur, non autem artesa
IST, r-u. 47, 3 ad 33.
H e aquí una conclusi6n prActi-te imprevisible a partir
del texto del ccmentario a los Segundos Adificos. Dicha
ccnclusibn se impone ciertamente. en el de )as matemdti-
cas, que son esencialmente teoricas. Tal vez impwnga tambih
en el caso de las demis arta librales, pera no vamm a dilu-
cidar aquí este problema. Se impone también, a nuestro juicio,
en el caso de la 10gica. Por ser el fin de esta última dirigir
la actividad de la razbn, es un arte, en d sentido propio de la
al abra, e incluso el arte p excelencia, ms arriurn.

Para definir la Mgica. es indispensable determinar su ob


jeto. únicamente su objeto la especificará y distinguirá de las
disciplinas conexas. la psicología, de una parte. y, de otra, la
metafísica.
Pcdemos afirmar, evidentemente, que el objeto de la lógica
Lógica

cs dirigir la raz6n; pro. en este mso, al vmblo objeto tiene


el eentido d e fin. Tambien podemas decir que el objeto de ia
logica es el acto de la razbi; pero el vocab10 es. tomado a h m
t ~ dirigir, o de materia pm ordenar. El
en el sentida de ~ u j e psr
cbjetcl de una ciencia, en sentido estricto, es el objeto fonmoI,
a sabzr, 10 que dicha ciencia considera per se primo, en primer
lugar y en si mismo, o tambitn el aspecto bajo cuyo hngulo
considera t& lo que abarca su mirada.
h lbgica time p r finalidad dirigir d acto de la razón,
a saber, el ramnmiento, Ferol su objeta es d conjunto de las
relacionss que el espíritu establece en su pem-amienlo entre
lm c ~ s mque piensa. En esto ccnsiste precisamente el razo-
narnientc: vincular nuestros pensamientcxc de modo que uno
resulte necesariamente de otro.
Esta indicacih deberfa bastar. Pasemos, sin embargo, a
examinar algunos detalles.

En termines t h i c o s , las relañmes pensadas se llaman


ser de razón de segunda intmcidn, errr rationis secuncioe inten-
rionis. Esto exige una explicación.
;Qué es el seser de razbn? No hay que prestar aquí una
jmportan& y exactitud excesivas al vtxabl~raz6n: tambiin
servirfan las palabras inteligencia, pensamiento .o espiritu. No
cabe dada que la lwca tiene por objeto el ser de razón porque
su materia es la r u 6 n . Pero el ser de raz6n no es wi abdutu
el ser de la razbn como fadtad. Se trata de lo que existe
lrniwmente en el pensamiento, como objeto de wsarniento.
Un texto de santo Ta- esclarecerii tal vez este punto.
Opone eI «ser de razlinn al etser de naturalezas. Et ser de na-
turaleza es lo que existe o puede existir «en si#, como ditíamos
actualmente. es d ~ i s ,indepcndientemqte de nuestro pensa-
miento. El ser de r a z h es Io que no puede existir en si, sino
Unicamente en nuestro espiritu, idealmente, decimos. ya que
resulta de su aczo de pensar. A
crEns est duplex: ens sciUcer: rationis et ens natrrrae. Ens
autem ratianic dicitur proprie de illis inrentimibus quae ratio
adinvenit in rebus consideratis;, sicut intentio generis, sp~cie-i,
et similium, quae quidem nm iaveniuntur in renirn natura,
sed ccnsideratíonem rationis consquuntur. Et huiusmdi, sci-
licet ens rationis, est proprie subiectum logimen {Meta., IV,
4; nP 574).
No hablmc~s-por ahora del término infemio, dificilmente
traducible. cGmo no sea por el témino inwnci&, que cier-
tamente na eoclarece macho el significado. Digamw finalmente
que el ser de r a z h no se ericuentra en la naturaleza de las
c o w . sino que sigue a la mnsidmci6n de la r a z a claro estd
que también pcdemm d m i que la razón encuentra el ser de ra-
zim en las cosas que considera, p r o en cuanto lm considera.
Ejemplw: laa nociones de genero y da especie. El $ne~o, la
e s p i e , ¿no existen? No, Sblo existen los individaw. Es el
espintu el que forja un género cuando compra a Ilw individuos
entre sí y retiene exclusivamente lm caracteres que les son
comunes. E1 gknero tendrá un fundamem en la realidad, pao.
de por sí, no existe realmente, sino que Unicamente posee un
ser ideal.
Hay, sin embargo. dm clases de seres de razón: las nega-
cima y privaciones, par una parte, y, por otra. ciertas relacie
nes (cf. Ver., 21, 1).
Negaciones y privaciones van juntas, pmqus una priva-
ción es una especie de negacibn: la negacih de una prfecci6n
que un sujeto deberia poseer por naturaleza. Un caballo no
tiene alas: simple negación, o ~ u s e ~ un a ; $jaro no tiene
alas: privación, o defecto. Abara bien, es verdad que 10
negativo esth presente en las cwaa ser ciego w una mfermedad
terriblemente real, Pero no es un ser, sino, al revh, una carencia
o indigencia de ser. Pero todo 10 negativo se convierte en un
ser de saz611en el preciso momento en que es pmn& como
un ser, positivamente, Por ejemplo, cuando una pnvacibn es
pensada ccmo sujeto de una prqmsición: d a ceguera & una
e n f e r d d . ~Santo Tmás, a1 clasificar Im varios modm de
ser, sitda al nivel mAs bajo las negaciones, que d a tienm ser
en e1 pensarnienlo: a'Unurn mq u d e& debilisshum. est
tantun in ratim, scilicet negatio et privatia, quam dicimns
in ratime esse quia ratio de eis negotiatur qriasi de qG~busdam
entibus, dum de eis affrrmat vd negat aliquids (Mera., rv,
1; nP 540).
Ciertas dacimes m tambien :esde raz6-n. No todas,
p q u e hay relacima redes, como la relacih del efecto a la
cama y, general, la dependencia. Perol oiras únicamente
existm en el pensamiento y reciben e1 nombre de relaciones
de razim. Tal es el caso de la relación que resulta de una
~omparaciónhecha par el espiritu entre las c m que considera,
como, por ejemplo*la relacih de género a espie.
«Ea quae dicuntur ad aliquid, significaní m d u m p
priam rationem wlum respctvm ad aliud. Qui quidem sespec-
tus aIiquando at in i p a natum re-, utpote quando aliquae
res, serundum szlam naturam, ad lnvicem ordinatae sunt, et
invicm inclinatimem babenc. Et huiusmdi relatimis W e t
eEe redes. Aliquando m mpxtus significatus p r a quae
dicuntur ad aliquid, est mtum jn i p ~ aapprehensime ratimis
cmferends unum alteri; et tunc est relatio ratimis tantum. Si-
cut cum ccmprat ratio hominem animali ut s p i e s ad genusn
(ST,r, 28. 1).
Otro ejmp1o de relacih: la identidad de una cosa consigo
misma, ya que esta relacibn resulta da un desdoblamiento
operado p r e1 espíritu: arRelatio quae im'ptaatur ~r hoc
nomen idem est relatio ratimis tanturn, si accipiatur simpliciter
idem; quia huiusrnodi relatio non poltest consistere nisi in quo-
dam wdine. quem ratio adinvenit allcuius ad seipsum, senrndurn
eius duas considerationess (ST,1, 28, 1 ad 2).
Advirtamos de paso que el gknero y la especie son seres de
raztjn, pero ~recisamentepor ser relaciones de razbn. Su ca-
r8cter relaciona1 esta djsimuIado p r sri nombre; que es un
sustantixo. Y , sin ernmo, la cosa esl& perfectamente clara:
el gbnem es una clase superior a las m *, es decir, más
extenw y la especie: es una clase inferior al género. En ambos
casos, el sustantivo designa una rdadh, y dicha relación re-
culta ta una cmpaPaci6n.

Digamo. ah- que la lógica no time por ob& el ser de


r a a h m t d a su amplitud, sino únicamente el ser de raAn
de se#& iwencidrr.
EL término intención no a tomado aquí m sentido m&l.
m m m e n t o del acto voi1untarto que se propone lograr un
vbjetivo, pero que es anterior a la d&On y .a la ejecuci6n;
por ejmplo: tener la intencidn de hacer algo. Designa e! acto
de inteligencia que mira a un objeto. A h m bien, el primer
mwimicnto de la inteligencia se dirige a las cmas reales para
canocerIas; se trata de Ia primera intewcik que es directa. La
segur& inrenridn es la reflexiOn por la que la inteligencia
c o n a su actc, Ia m m a m o pienza las rosas, y todo 1s
que multa de su modo de pmr.
lrPnma inteliecta sunt res extra animam, h quae primo in-
tellectus uitelligenda fertur, Secunda autem intellecta dicuntur
ináentimes msequentes m d u m intelligendi: hoc enim secun-
do inte1Ictus intdligit in quanturn r d d tur supra seipsum.
intelligens se intelligere et modurn quo uitelligic>,(PN., 7, 9).
A partir de aquí, las c m se compiican. En primer lugar,
eI término intención se: extiende a menudo del acto a Im objetos
almmdos por dicho acto. Se trata & una manera abreviada
de hablar. Se dir8, por ejemplo, que la emcia ethombrea ea
una primera intenciún, pw ser el objeto de una tal intenci6n;
se dirá que el ghmo o la especie san segundas intenciones,
porque san el objeto de segundas intenciones. Pero el término
segunda intencibn se restringe generalmente, a su uso, a las
propidades que tienen las m a s ea el ~ensamiento,porque
Lógica

son pensadas y en cuanto s m ~ensadas.Es la que hace


santo Tomh en los dos textos anteriwrnenre citados, cuando
habla de las intenciones squas ratio advenit jn rebus considera-
tis sicut intentio generism, o de las intenciones aconsequentes
m d u m intelligendi*.
Admitiendo simulthneamente !a ampliación de sentido para
el tbrmino intenci6n, y la sestriccih de %mido para el de
segunda intencibn, tenemos el objeto de la IMca.
Algunos seres de razbn, la mayoría incluso, s m primeras
intenciones, Todas las negaciona y privaciones son de esta
índole. La ceguera, por ejemplo, es una primera intmci6n
aunque sea un ser de razbn. Otra tanto cabe decir de Ciertas
relaciones de raziin. Hemos visto, por ejemfno, que b identidad
(de una cosa consigo mísml es una relacih de r a z h . Nada
impide pensar que: ala moneda es una moneda, la guerra
es la g u e r m sea una primera intencibn, ya que el espiritu no
seflexima sobre las propiedades que la fdenttidad adquiere por
el mero hecho de ser pensada.
Las segundas intenciones no son a s que: una parte o una
clase de relaciones m6n: aquellas que vinculan entre si
los objetos de psamEmto desde el momento m que son pen-
sad& El género y h especie, p r ejemplo, no s61o son seres
de m&, sino tambien seres de r a z h de segunda iniencik,
más brevemente, diremos que m segundas intenciones. Otro
tanto cabe decir de un concepto cudquiera. umio la funcibn
del sujeto o de1 predicado en una propmicih. Y k mismo
ocurre en una proposición r a p t o al papd de h mayor, de
Fa menor o de la conclusiOn inherente a un razonamiento.

D e todo lo dicha se deduce que la Iwca es una ciencia


original. distinta de la picdogia y de la metafísica.
En relaci6n a la primera, puede 1Iamarnos a engaño e1 h e
cho de que la 1%- y la psicología sean ciencias reflejas. Pero
está claro que la psiwlogia se ocupa no s61o del pnsamiento,
La lógica

sino de muchas mls cosas,siendo el pensamiento tan s610 una


de las funciona fPsiquicas dd h m b r ~E
.n tal iraso, si la lkica
se confundiera con la psicología, la mfusibn alcanzaria úni-
camente a uno de los capítulols de esta ultima: la psicol@a
de la inteligencia.
Peso- inctnso en este dominio reducidu que les es comfin,
sus puntos de vista difieren, 10 que equivale a decir que la
reflexih se mienta de un modo diferente en una y otra &
ciplina. La psicologia considera los aci'es inteiecrunles, c o n o
toda ciencia natural, exprimental a racional, considera su
objeto: Im observa, define su naturaleza, determina sus leyes.
y las explica pur sus causas. La lógica, en cambio, no consi-
dera los actos intelectuales, al menos no como la cosa mhs
imptante ni por si mismos. Tiene por objeto, como ya hemos
visto, el ser pensado en cuanta ral, m decir, las ccsas pensadas,
con las relaciones que poseen en d pensamiento.

RWO de la distincibn entre ldgica y mtafisica, puede


IIarnarnos a engaiío el hecho de que ambas ciencias tengan Idtn-
rica extensibn, a saber, t& la extensión del ser, ya que todo lo
que es puede ser pensado. Santo Tomás lo explica a continua-
ci6n del texto citado mas arriba acerca del ser de naturaleza
y el ser de d n :
aKuiusmdi aurem intendoncs intelligibiles en tibus naturac
aequiprantur, e a quod omnia mtia naturae sub cmsjderatime
raticmis cadunt. Et ideo subiectum logicae ad omnia se exten-
dit, de quibus ens naturae padicatur. Un& concludit IAristo-
teles] qucd subeclurn logicae aequiparatur subiecto philosophiac
[primael quod est ens naturae3 (Meta., 4;n." 574).
Tdentificar la 16gica y la metafísica, ccmo hace Hegel, equi-
vale a profesar el idealismo, porque es s u p n e r que no hay
otra forma de ser que el ser ~ n s a d oEn . una frlasoffa realista
mmo la de santo TomAs, ce admitir& mectamente que la
l & i a es mextensivu a la metafísica, pero se mantendrk firme-
Lógica

mente la distincibn entre el ser mI y el ser penado, y, consi-


guientmente, la d i s k c i h entre las disciplinas que tienen,
respectivamente, las dos clases de ser como objetol. La 16gica
considera las cosas en cuanto ~ a d a s y, la metafísica en
cuanto seres: «Logfcus considmat res secundurn q u d sunt
in ratione... Sed philmqhus p m u s considerat de rebus secun-
dum quod sunt entim (Meta., m, 13; nP 1576).
De ahí se deduce, por ejemplo, que d 16gico no considera
la existencia de las cosas, sino la manera de atribuir nria cogs
a otra: uLqicus msiderat m d u m praedimdi, et non mis-
tentiam rei» (Meta,. vrr, 17; nP 16581.
Tampoco considera la Nbilidad o la imposibilidad reales
inherentes a la naturaleza de las cosas, sino Ea pmibilidad o
impasibilidad logicas que son apliables a las proposicimes
según que el predicado repugne o no al sujetcp; «In logici~i,
dicimus diqua esss possibilia ct irnpibilia, non propter ali-
quam potentiarn, sed propter habitudinem praedicati ad cub-
iemrn, quod quandoque est repugnan5 subietq sicut in im-
pibilibus, quandoque ver0 non, sicut in psibilibum
(Mera., m, 1: no 1775L Dicho de otra m& en lógica, la
imposibilidad x reduce a la mtradicci6n, y la pibilidad
a la n~mtradiccibn,entre los términos de una propmici6n.

Aunque la 16gica sea distinta de la picollogia, no puede


prescindir de algunas comprobaciones dementales relativas
a la actividad intelectual del hombre. Digamos que su punto de
prtida arranca de la psicología. Esto es verdad para cada una
de sus partes y tambibn, y en primer lugar, para su divisi611
en diferentes partes. Por ser su finalidad dirigir la razbn. se

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