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LA BELLA RADIANTE: TAN PEQUEÑA PERO TAN GIGANTE

Era un 16 de marzo, un día común y corriente. Me levanté de la cama, observé como la luz
atravesaba mi ventana, y oí el canto de las aves, sentí una paz que llenó mi cuerpo por
completo.
El sonido de la naturaleza fue mi lugar de relajación, por un instante cerré los ojos y todo
mi cuerpo se quedó sin movimiento, me dejé llevar por aquel canto armonioso.
Estuve en un punto de paz total, abrí mis ojos y era el sol iluminando todo mi rostro.
Me alejé un poco de la luz solar, me dirigí a la sala, agarré mi celular y ví un mensaje de mi
mamá, un mensaje que cambiaría mis días, fue ese mensaje que siempre quise recibir,
¡tendría una mascota nueva!
Eran las 2:00 de la tarde y mi mente empezó a imaginar como iba a ser esa compañía, como
iba a cambiar mi estado de ánimo, ya que ciertamente iba a ser parte de mí y de mi diario
vivir.
Se llegaron las 5:00 de la tarde y recibí una llamada; era mi mamá de nuevo, dándome la
gran noticia que la mascota venía en camino. Sin más preámbulos, sonó el timbre de mi
apartamento y abrí la puerta, fue una gran sorpresa recibir al nuevo miembro de la familia.
Me conmoví de una manera impresionante, la emoción se apoderó de mí en ese momento.
Las lágrimas de alegría se deslizaron por mis mejillas, llegando hasta el suelo.
Me sentí tan feliz y desde ahí supe que mi corazón iba a estar lleno de amor.
Lo que más me cautivo de ella fueron sus ojos grandes y negros, su mirada tan tierna y
dulce, y su tamaño tan diminuto, tan parecida a un peluche.
Fue así como se me ocurrió un nombre muy peculiar, la naturaleza fue el centro de esta
gran idea. Bella sería como el rayito de sol, esa iluminación que llegaría a mi vida, dejando
atrás todos los momentos tristes y oscuros.
Al transcurrir el tiempo, se fue acomodando en nuestro hogar, a nuestra manera de vivir. Le
dimos el más grande cariño desde un comienzo.
Por desgracia la pandemia llegó a nuestro país y fue así como nos tocó viajar con Bella,
dejando el ambiente universitario, nuestros amigos y nuestro hogar.
Ese mismo fin de semana Bella conoció San Gil, un pueblo que es muy turístico y acogedor
para cada persona que llega a conocerlo. Nos dirigimos hacia nuestra casa, la cual ha sido
mi refugio desde que nací.
La casa es muy grande y confortable, sabía que Bella iba a estar bien en esta gran
construcción.
Lo más importante es que tanto ella como yo íbamos a estar llenas de cariño y muy bien
acompañadas; mi casa es como un oasis en el desierto en medio de esta pandemia.
Durante esta cuarentena los días han pasado muy lentos, pero la compañía de Bella ha sido
muy fundamental para este encierro, que se vuelve cada vez más difícil; puesto que no
estaba acostumbrada a estar encerrada tanto tiempo y angustiada por los grandes riesgos
que hay en el mundo exterior.
El día de hoy 7 de mayo, sentada en mi cama, puedo decir que me siento muy afortunada de
tener una gran compañía como lo es mi familia y Bella.
Y estar en esta fuerte crisis mundial me ayudó a entender que Bella puede ser pequeña en
cuerpo, pero su alma y presencia la hace más grande que todo.

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