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VI Curso Internacional Teórico-Práctico de Patología de Rodilla. Prevención de la Lesión del LCA Dr.

Zósimo San Román

Prevención de la Lesión de LCA.

Dr. Zósimo San Román Cortés

El enfoque que tenemos sobre la Prevención de Lesiones está influenciado por nuestras
condiciones de trabajo. Formamos parte, como preparador físico de fútbol, de un mismo
cuerpo técnico, dirigido por Sergio Kresic, desde hace 13 temporadas, con un rango de
estancia en los clubes entre 5 meses a 2 temporadas. La densidad competitiva es
prácticamente de un partido a la semana. En la mayoría de las ocasiones los objetivos de
los clubes son la permanencia en la categoría, cuando se trata de 1ª Div., y el ascenso
cuando es de 2ª Div.

Nuestro Plan de Prevención de Lesiones está basado en la, ya clásica, Secuencia de la


Prevención de Van Mechelen y cols (1.992):
1º.- Establecer la Magnitud del Problema (número, incidencia, severidad y
consecuencias de las lesiones.
2º.- Identificar los factores de riesgo y los mecanismos que hacen que se originen las
lesiones.
3º- Introducir medidas para reducir el problema.
4º.- Evaluar el efecto de las medidas, repitiendo de nuevo el primer paso.

En realidad, más que prevenir las lesiones de LCA de una forma aislada, lo que
venimos haciendo es establecer un plan global en el que determinadas medidas tienen
una influencia directa en su prevención aunque no estén planteadas como objetivo
principal. Por otra parte, con futbolistas que lo requieren, por estar predispuestos o ser
susceptibles a determinadas lesiones, sí que planteamos medidas de prevención en
concreto, incluyéndose, como es obvio, las lesiones de rodilla.

Para establecer la magnitud del problema, se registra individualmente todo lo


concerniente a las cargas de entrenamiento, competición y las lesiones de los
componentes de la plantilla en que estamos trabajando, en colaboración con el cuerpo
médico. Después se buscan referencias comparativas en la literatura científica sobre
epidemiología y etiología en el fútbol, para saber si estamos dentro de la normalidad.
Esto tiene una gran dificultad, sobre todo por la disparidad de poblaciones (con grandes
diferencias relacionadas con los factores de riesgo) y metodologías utilizadas en este
tipo de investigaciones. Los autores de más prestigio en este ámbito han publicado
recientemente un trabajo que esperamos sea de gran utilidad, por tratar de unificar
criterios metodológicos. [Fuller, Ekstrand, Junge, Andersen, Bahr, Dvorak, Hägglund
McCrory y Meeuwisse “Consensus statement on injury definitions and data collection
procedures in studies of football (soccer) injuries” (2006). Br J Sports Med 2006;
40:193–201]

En la 2ª fase, para establecer los Factores de Riesgo (FR) que influyen en las lesiones y
los mecanismos que las originan seguimos, con algunas modificaciones propias, el
modelo multifactorial de riesgo de Meeuwisse (1994) y las revisiones y descripciones
biomecánicas de Bahr y Krosshaug (2005).

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Las lesiones anteriores son el factor más importante y más ampliamente descrito
[Dvorak y cols. (2000), Hawkins y cols. (2001), Walden y cols. (2006), Hägglund y
cols. (2005 y 2006). Creemos interesante hacer referencia a que este último, sobre
lesiones de LCA en futbolistas de 1ª Div sueca, describe los déficits bilaterales
propioceptivos después de una lesión unilateral].

De esta forma, nada más llegar a cualquier club, lo primero que hacemos es recabar,
del cuerpo médico, esta información junto con la referida a las particularidades
anatómicas de cada futbolista (alineaciones e inestabilidades articulares,
descompensaciones musculares, etc.) y a cualquier factor de riesgo que nos facilite la
inmediata puesta en práctica de las medidas idóneas de prevención.

Después hay un análisis continuo de los FR (ya que algunos varían constantemente),
de la posible relación entre ellos y del mecanismo de cada lesión. A este respecto y con
relación a las lesiones del LCA, profundizamos un poco más que en la tradicional
clasificación: contacto y no contacto, relacionando las entradas del oponente y su
influencia en los mecanismos de contacto directo o indirecto, e incluso cuando no llegue
a existir contacto, su relación con desequilibrios y caídas posteriores.

Únicamente basándonos en lo anterior podremos introducir medidas para reducir el


problema. Estas medidas las estructuramos en Programas.

En la actualidad los programas sobre prevención en general están basados en ejercicios


coordinativos y de propiocepción y están dirigidos al fútbol femenino o al fútbol base.
Han obtenido excelentes resultados en esas poblaciones. [“Pep Program” (Madelbaum y
cols. 2005), Entrenamiento Neuromuscular y Propioceptivo. (Knobloch y cols. 2005),
“Los 11” (Junge y cols. 2002)].

Estos programas nos pueden aportar ideas válidas para nuestro fútbol profesional. No
obstante, es necesario definir los planes de prevención, relacionándolos en concreto con
la plantilla en la que trabajamos y los futbolistas que la componen. Más que una serie de
ejercicios físicos, entendemos que el Programa de Prevención de Lesiones debe tener
una concepción más amplia, por considerar todas las medidas relativas a la prevención.

En relación con el entrenamiento, establecemos cuatro niveles, tres enteramente para la


prevención y el cuarto para los futbolistas lesionados.

Nivel I: Sesiones de Entrenamientos (S.E.) con todos los componentes de la Plantilla


como Grupo Principal de Trabajo.

Vamos a exponer algunas de las medidas de nuestro trabajo más relacionadas con la
prevención de lesiones del LCA. Los ejemplos de las tareas que vamos a presentar
tienen otros objetivos además de la prevención, siendo esta en unos casos una
consecuencia de las tareas que se realizan y en otros el objetivo principal planteado.

Como curiosidad y aunque pueda parecer que no hay una gran relación, los viajes son
un factor de fatiga y por lo tanto de riesgo. Un equipo de 2ª Div. A se puede pasar 250
h. en una temporada en el autobús, a esto hay que sumar el tiempo de las paradas [el
volumen total de entrenamiento por temporada para el “Grupo Plantilla”, está entre 350
– 400 horas (San Román 2003)]. Ocho horas de vuelta después del partido en posturas

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incómodas, hacen que nosotros tengamos en cuenta esto para planificar los
entrenamientos sin intensidad, si los realizamos al día siguiente.

Ya con una relación más directa, utilizamos el calentamiento de 2 sesiones del


microciclo semanal para trabajar específicamente la propiocepción, con una progresión
en la que, dependiendo del ejercicio, se utilizará el balón, y que va desde ejercicios
sencillos de equilibrio hasta saltos con desequilibrios en el aire, giros, e incertidumbre
por no saber hacia donde se produce el desequilibrio y la posterior aceleración. En la
citada progresión tienen especial importancia los ejercicios con incertidumbre, las
impulsiones y los apoyos en la toma de contacto después de los saltos.

Dentro del modelo de “periodización” que seguimos, en 2 sesiones de entrenamiento


durante la semana, nunca en la 1ª después del día de descanso se realizan tareas de
máxima intensidad neuromuscular (sincronización y coordinación intermuscular).

Creemos que para poder ir durante el partido al máximo, hay que hacer que el
organismo vaya a su máximo por lo menos 2 veces durante la semana. Además de
alguna tarea de entrenamiento específica con balón en la que también la intensidad
será máxima, este trabajo lo hacemos sin balón, ya que pretendemos que ese
condicionante no influya en esta clase de ejercicios.

En la primera de esas 2 sesiones se realizan tareas cuyos objetivos son la velocidad o la


fuerza explosiva. En la segunda sesión, normalmente el día anterior al partido,
velocidad de reacción (Fig.4).

Ejemplos de tareas de fuerza explosiva serían los multisaltos, desplazamientos y


aceleraciones (Fig.1,2 y 3). Se alternan las alturas de las vallas, que mayoritariamente
son bajas -20-30 cm.-, como mucho de 50 cm. con distinta implicación de la flexión de
rodillas. Impulsos y recepciones con las 2 piernas, con cambios de 2 a 1 y viceversa; si
es con una, no más de 3 saltos seguidos).

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Pocos saltos en cada repetición, (5-6 de distintas alturas), pocas repeticiones, variadas
y total recuperación.

Siempre con uno o varios componentes de Cambios de Dirección, Giros,


Aceleraciones y Desaceleraciones.

Aunque estos sean mecanismos habituales de lesiones de LCA (Griffin y cols. 2.006),
estamos convencidos de que hay que entrenar este tipo de situaciones para prevenirlas
siempre en su momento y en su medida.

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Durante estas tareas, se requiere una total focalización de la atención en la tarea y una
técnica correcta de ejecución. Tomas de contacto en el suelo orientadas (girar siempre
que sea posible en el aire para orientar los apoyos en posteriores saltos o en la
aceleración sin pivotar. En el último salto de cada repetición: reaccionar discriminando
(con la toma de decisión a ser posible durante la fase aérea del salto) y acelerar.

Seguimos el principio de La Especificidad del Entrenamiento utilizando tareas con


balón y oposición de contrarios (73,5 % ± 3 de media por temporada del total del
trabajo en nuestras plantillas). Además de entender que de esta forma se consigue un
mayor rendimiento, nuestra hipótesis es que entrenando de esta manera, con una alta
intensidad, la debida motivación y una activación óptima, posiblemente se originen
más lesiones entrenando, pero se va a conseguir tener menos durante los partidos y en
total (San Román 2003). La proporción de las lesiones durante esta temporada de LCA
en la 1ª Div. en España es de casi 4 durante los partidos y 1 en entrenamientos.

Nivel II: S.E. complementarias con un grupo mayoritario de futbolistas (entre 12 y


18). Las tareas y los objetivos de estos entrenamientos son individuales, dependiendo
del futbolista: mejora de la Condición Física y/o prevención de lesiones. Suelen ser 2 y
que se realizan, dependiendo de lo que se haga con el “Grupo Plantilla” antes o después
de la sesión principal. Lo habitual es realizarlas antes del 1er. entrenamiento, después
del día de descanso y el día semanal de entrenamiento con objetivo regenerador.

Un ejemplo de organización de estas sesiones serían los circuitos, cambiando los


ejercicios, según en qué postas y para qué jugadores, con objeto de individualizar el
trabajo.

Lo más relacionado con la rodilla: ½ sentadilla (Fig.5), utilización del tirante


musculador (Fig.6) [Da Silva y cols. 2004 y 2005], y la importancia que últimamente
estamos dando al trabajo excéntrico de los isquiotibiales para prevenir sus lesiones y
como musculatura protectora de la rodilla:
- utilización de la máquina “curl de bíceps femoral” solamente para aguantar la
caída de la carga trabajando de esta forma en “excéntrico” (antes el compañero
levanta la carga con las manos para no trabajar “concéntrico” o se flexionan las
dos rodillas a la vez, para que el trabajo concéntrico sea menor - Fig.7a.-,
“aguantando” la extensión con una sola pierna para trabajar en excéntrico -
Fig.7b.-). Ejercicio “Nórdico” -Fig.8- (Mjølsnes 2004) por su facilidad de
realización. Aunque no hemos llegado a disponer de ellas, creemos que el
trabajo en “máquinas yo-yo” para cuádriceps e isquiotibiales (Askling y cols.
2003), también puede ser de gran utilidad.

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Se ha cuestionado el ejercicio de cuádriceps con tirante musculador por el estrés al que


se somete a la articulación de la rodilla. Teniendo en cuenta que, sin ir más lejos, la
temporada pasada hemos trabajado con futbolistas que nunca durante su carrera habían
trabajado de una forma tan concreta excéntricamente, sobre todo los isquiotibiales, este
tipo de trabajo se debe realizar con las debidas precauciones, con cargas para cada
futbolista, correcta ejecución técnica y empezar con muy poca carga y poco número de
repeticiones y series.

Nivel III: S.E. para futbolistas con Factores de Riesgo importantes en sesiones
absolutamente individualizadas, con una gran continuidad; se realizan prácticamente a
diario. Es normal que con este tipo de futbolistas se tengan precauciones respecto a las
cargas que soporta la totalidad de la plantilla. En este nivel, aún más si cabe, la
coordinación con el Cuerpo Médico es imprescindible.

Los FR en estos futbolistas obligan a que algunas de tareas que se realizan en los
niveles I y II o no se hagan o se realicen con variaciones. En este nivel es muy
habitual el trabajo contra-resistencia manual (Fig.9). Preferimos ejercicios de cadena
cinética cerrada (Fig.10) a los cadena cinética abierta -Fig.11- (Tous 1999) y respecto a
la propiocepción nos gusta el trabajo con botas con distintos tipos y longitudes de tacos
y en el césped (-Fig.12- ver ejemplos del NI), más que los tradicionales de
propiocepción que se llevan a la práctica en superficies inestables (Fig.13).

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En la actualidad existe una polémica sobre la posibilidad de que las botas sean un FR,
Orchard (2002) relaciona este extremo con las superficies del terreno de juego.

Nosotros creemos que cuanta más estabilidad faciliten los tacos de la bota, (por su
longitud, material, forma geométrica y distribución en la suela) más posibilidades hay
en que, por ejemplo: con la rodilla derecha flexionada en valgo, ante una rotación
externa, al intentar un giro rápido hacia la derecha, los tacos se queden clavados
originándose la lesión de LCA. Si los tacos no proporcionan esa estabilidad, necesaria
para que permita el giro y la impulsión rápida, y provocan que se resbale, hay más
posibilidades de que pueda ocurrir otro tipo de lesión (tal vez en los adductores) que la

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de LCA. El problema reside en que la estabilidad es imprescindible para ejecutar giros y


cambios de dirección a la máxima velocidad con lo que se necesitan tacos que la
proporcionen.

En la 4ª fase de la “Secuencia de la Prevención”: la evaluación del efecto de las


medidas y programas tiene algunas particularidades para los preparadores físicos de
fútbol. En las plantillas en las que trabajamos, es imposible evaluar desde la perspectiva
científica con grupos de control y experimental. Por otra parte, si se tiene constancia
científica y se cree que se puede mejorar con un trabajo se lleva a la práctica, dando, en
cualquier caso, la máxima importancia a la casuística de cada lesión.

Refiriéndonos a la problemática actual del LCA y siguiendo también la Secuencia de


prevención de Van Mechelen y cols (1.992), tenemos gran curiosidad por saber qué está
ocurriendo en otras ligas del máximo nivel para tener un dato más sobre la magnitud del
problema de nuestra 1ª Div., ya que en 2ª Div. A no parece existir.

La Asociación Española de Médicos de Fútbol está estudiando los casos y


próximamente divulgará sus estudios. Existe tal cantidad de variables que resulta muy
difícil establecer posibles relaciones, si es que existen. Nuestra conclusión es que
solamente los médicos y preparadores físicos de los equipos que han tenido la desgracia
de padecer estas lesiones, junto con los cirujanos que las han intervenido, tienen y
pueden aportar la información necesaria para que sea posible saber si hay nuevos FR o
se han modificado los ya conocidos (lesiones anteriores, descompensación
cuádriceps/isquiotibiales, anatómicos, fatiga, psicológicos, entrenamiento, competición,
botas, superficies, etc.). Esta información, junto con los mecanismos que las
ocasionaron, es imprescindible para poner en práctica las medidas de prevención.

Dr. Zósimo San Román Cortés


zosimoavila@yahoo.es

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