Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA TRICOTOMÍA DEL
HOMBRE
“La comunión íntima de Jehová es con lo que le temen, y a éstos hará conocer su
pacto”. Salmos 25:14
Introducción
Es nuestra intención y deseo que este material nos ayude a entender al hombre en sus tres dimensione
espíritu, alma y cuerpo que es la tricotomía diseñada por el creador en el humano. Es nuestro anhe
que este material sirva de apoyo espiritual para entender de que cada día debemos de morir a l
apetitos carnales para poder reflejar la imagen de Cristo en nosotros.
También conoceremos los depósitos de cada parte de la tricotomía del hombre y así obtener el domin
propio sobre nuestro corazón y nuestra mente. Este material te ayudara a entender el orden en el qu
fuimos creados y vivir una vida cristiana en victoria, entendiendo la maldad que hay en nuestro interior
así despojarnos rápidamente de todo lo que contamina el templo (que somos nosotros) y así pod
llegar a ser un vaso de honra que Dios pueda utilizar para su Reino.
Nuestro objetivo es que todo cristiano pueda ser libre espiritualmente y recibir la sanidad interior pa
poder desarrollar el propósito de Dios en la tierra de los vivientes.
Es nuestro deseo que todos los que lean este material sean edificados para su alma.
La meta nuestra en este material es que todo nuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo ocupen el orden divino, y estén llenos de las provisiones para poder
caminar en el orden Divino, y para que Cristo venga con la ayuda del Espíritu
Santo, cambie e invierta los papeles y el orden con que estábamos
funcionando.
(Romanos 8: 13-15)
En Génesis 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”
Cuando Dios creo todo lo que existe, al único ser creado que le puso espíritu fue al
hombre, todo lo que hace el espíritu hace funcionar al alma, se prenden los sensores
en el mundo etérico y el espíritu hace funcionar al alma por el poder que Dios a ha
depositado en él, el alma activa los sensores hacia el ADN y al sistema nervioso,
tendones, moléculas y entonces el cuerpo se tiene que mover, si no, es un muerto.
En Génesis 2:7 dice que cuando Dios creó al hombre sopló en su nariz, lo que
salió de Dios fue su propia esencia el espíritu humano.
Por eso es que tenemos una tremenda conexión con lo espiritual, porque en el hombre
hay un espíritu que contiene adoración, en el soplo que Dios que le dio al hombre
(entro por su nariz) va integrada la adoración, ahí la estructura del espíritu humano ya
lleva en el soplo algo importante como es la adoración.
Cuando el Creador sopló el Ruaj de Dios salió se injerto por las fosas nasales, podemos
ver por donde cabe el espíritu humano. Génesis 2:7 “Por las fosas nasales”, en cuanto
entra invade todo, prenden los sensores por dentro (el aparato nervioso, auditivo,
molecular, etc…).
El alma está oculta entre el cuerpo y el espíritu, ¿Cómo fue ese momento tan
impresionante que Dios logró fusionar dos mundos totalmente antepuestos?, ej.: El
mundo espiritual se antepone al mundo natural (material).
¿Cómo hizo el creador para fusionar el mundo espiritual por primera vez en toda su
creación?
Dios había hecho los Serafines, Querubines, los Arcángeles, Ángeles, los tronos,
y los dominios, etc… Ya los había hecho en el mundo espiritual, ellos fueron la
primera creación existente en el mundo espiritual, después vino el mundo físico
(material). Colosenses 1:16 “Porque en El fueron creadas todas las cosas, las
que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean
tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado
por medio de Él y para Él.”
Fusionó los dos mundos en uno cuando forma al hombre Adán, logra amontonar el
material genético del barro y la tierra, y luego introduce (Ruaj) el espíritu dentro.
En un ángel no fue así ni los arcángeles ni los serafines, ellos nos tienen barro ni tierra,
no tienen los elementos físicos de la tierra, por eso ellos no pueden ser atados a la
fuerza de la gravedad, por esa razón el ángel puede volar y traspasar una pared y
entrar a otra, porque no tienen un cuerpo formado de tierra, con electrones, protones,
átomos, etc…, la biblia dice hay cuerpos espirituales, físicos (materiales).
¡Seamos agradecidos de que somos la única creación de Dios que posee la naturaleza
espiritual y física de una manera impresionante!
Estos son los misterios del espíritu, alma y cuerpo, Dios puso el material para la
edificación de algo perfecto, pero el enemigo quiere entrar a tu cuerpo porque ellos no
tienen esa parte material que tú y yo tenemos, ellos necesitan de un cuerpo para
poder materializarse.
Satanás no es creador, él no tiene el poder para hacerlo, ahora él quiere adueñarse de
la parte física nuestra, y es por eso la lucha espiritual que libramos a diario.
Dios puso en una misma creación lo tangible y lo intangible. Tangible es lo que se
toca y lo intangible es lo que no podemos tocar.
El cuerpo humano es inexplicable y en muchos aspectos lo han podido entender en
parte, ej.: En el campo neurológico, biológico hay científicos dedicados para poder
conocer el cuerpo humano, pero el espíritu humano es superior en potencia y
estructura al cuerpo físico.
El hombre y la mujer nos movemos por el espíritu de vida que está en nosotros.
¿Qué pretendía el creador al habernos formado de esta manera? Él sabía lo que hacía,
sabe lo que hace, y sabrá lo que va a ser con cada uno de nosotros. ¡Somos propiedad
exclusiva del Rey de Reyes!
El deseo de Dios para con nosotros es nuestra santificación, hemos sido santificados
según Levítico 20:7-8 “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro
Dios”. “Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico”.
¿Por qué es necesario que debamos aprender sobre este tema? Se hace necesario
para saber cómo Dios ministra nuestras vidas, saber cómo Dios quiere ministrar
nuestras almas, nuestro espíritu para que guardemos nuestros cuerpos en santidad.
En la caída del hombre en el Edén se perdió el orden en que fuimos creados porque
Dios le advirtió a Adán que el día que tomara del árbol prohibido, ciertamente moriría
y cuando Adán desobedece entró la muerte espiritual, el alma cayó con él, y algo en el
código genético entró el virus del pecado, por eso el alma tiende a las perversiones, a
la desobediencia y la vanagloria del mundo que nos llevan estar bajo ataduras y en
esclavitud del enemigo.
Por tanto, el hombre no regenerado tiene problema para poder vivir la vida que agrada
a Dios, porque cuando Adán falló, su espíritu murió en lo que concierne a la Palabra de
Dios, por ese motivo nuestra alma se desconectó de lo Divino y comenzó el hombre a
desobedecer y a vivir una vida fuera de la comunión con Dios. 1 Corintios 2:14 “Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son
locuras, y no las puede entender, porque sean de discernir espiritualmente”.
La naturaleza pecaminosa del hombre fue el resultado de su alejamiento de Dios en un
acto consciente y deliberado que produjo una violación de la Santa Ley de Dios.
Por eso se hace necesario trabajar con esta tricotomía del hombre, para que cada
parte nuestra vuelva a funcionar al diseño original que solo se consigue como dijo
Cristo a Nicodemo. Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo; desierto, te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios”.
El espíritu es la parte de nuestro ser por medio de la cual podemos comunicarnos con
Dios y entablar una amistad personal con Él, dice la biblia en Génesis 1 que “Dios creó
al hombre a su imagen y semejanza, eso significa que también nos hizo espíritu para
poder comunicarnos con Él”.
Toda la creación de Dios lleva su sello trinitario.
Dios es trino, y todo lo que Él ha creado, lleva ese sello indeleble. El hombre que fue
creado a su imagen y semejanza, no podía se excepción. Por este motivo nos dice la
palabra nos dice la Palabra de Dios que el hombre es el un ser tripartito, compuesto de
espíritu, alma y cuerpo. El cuerpo es nuestra parte que nos pone en contacto con el
mundo que nos rodea, por medio de los cinco sentidos que nos ha dotado el Creador.
Ellos son los conductos con que alimentamos el alma. El alma del hombre es donde
están asentados nuestros sentimientos, sede de la consciencia, es con lo que amamos
y odiamos, los que nos permite reír y llorar, características exclusivas del hombre de
entre todos los seres vivos.
Nuestro deseo, es ser como Jesús. En su humanidad, Él fue el hombre perfecto, Él fue
“espiritual”.
Debido a que Él fue como nosotros, totalmente hombre es espíritu, alma y cuerpo, Él
puede identificarse con nosotros en nuestras necesidades y sufrimientos humanos.
El cuerpo es la
parte fisiológica del ser humano. Porque comemos, bebemos, dormimos,
corremos. Descasamos, etc…
El alma es la parte psicológica del ser humano. Las emociones, la voluntad, el
intelecto. El alma destaca a cada ser humano de los demás seres existentes
sobre la tierra, además destaca un ser único y diferente en su género. Yo tengo
mi propia personalidad y la suya es diferente de la mía.
El espíritu es la parte invisible a la vista humana y que da indicación de fuerza
en movimiento, es el impulsor de ánimo o esencia inspiradora que nos permite
obrar en armonía.
El hombre natural y el hombre espiritual “la rivalidad de la carne y el espíritu, el
hombre carnal y el hombre espiritual, y los deseos de la carne”.
VERSICULOS CLAVE: Romanos 8:1-27
CITAS BIBLICAS: Gálatas 3:3 Gálatas 6:7-8 1 Corintios 2:14-15
Carne “Sarx” es aquel virus del pecado del mundo de concupiscencia, de inmundicia,
de malos pensamientos que están aquí dentro y es con lo que luchamos a diario.
Gálatas 5:19-21: “Y manifiestan son las obras dela carne, que son adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, distenciones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes,
que los que practican tales cosas no heredaran el reino de Dios”.
El texto comienza con la declaración: “Y manifiestas son las obras de la carne…” (v.
19). El apóstol Pablo mediante la guía del Espíritu Santo, pone en una lista como la
carne obra contra nosotros y lucha contra el espíritu regenerado del hombre.
¿Cómo se puede ser libre de la carne? El apóstol Pablo en (2 Timoteo 2:26) tenía la
intención de hacer una serie de advertencias a todos los hombres de que vivir
descuidada y carnalmente significa entrar en el territorio de Satanás. Los creyentes
que viven carnalmente pueden indudablemente llegar a un estado de esclavitud con
Satanás, donde vivan de acuerdo con la voluntad de Satanás en lugar de voluntad de
Dios.
Hay tres pasos a la victoria sobre la carne, expuestos en (Gálatas 5)
Descripción de la tricotomía
CUERPO: Viene del griego “Soma”, es la parte física del hombre. Es la parte material
del ser humano que lo pone en contacto con el mundo físico. El cuerpo es la naturaleza
material, terrenal del hombre “Pues polvo eres, y al polvo volverás. (Génesis 3:13), la
biblia revela que le cuerpo del hombre será redimido, esa redención, según el plan
divino de Gracia, viene a través de la cruz del calvario.
CUEPO: “Soma”, es esa parte del hombre que está consciente de las reacciones con el
mundo exterior.
Las “habitaciones” o funciones del cuerpo son:
Recepción: es la información que es recibida del mundo por vía de los sentidos
(ojos, oídos, el tacto, etc…).
Reacción: el cuerpo reacciona a través del sistema motor (muscular) por medio
de las palabras y acciones.
El cuerpo del Señor Jesús en la tierra fue el templo de Dios (Juan 2:21) hoy el
cuerpo del cristiano también lo es (1 Corintios 6:19). Uno de los mayores
pecados (la fornicación) se asocia con el cuerpo, porque significa tomar un
miembro de Cristo y hacerlo miembro de una ramera (1 Corintios 6:15). El
cuerpo tiene necesidades, las cuales deben de ser suplidas; no obstante, esto
no significa gratificar el cuerpo. Si el cuerpo es complacido cada vez, se volverá
un amo con más exigencias y dejará de ser un siervo. El alma también se verá
envuelta en sus apetitos y caerá en la búsqueda de placer.
La consagración del cristiano ha de comenzar por el cuerpo, el cual es
presentado como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Luego, el
entendimiento, el alma, es renovada, y la voluntad de Dios puede ser
comprobada en el espíritu (Romanos 12).
En 1 de Corintios 6:13 “El cuerpo es para el señor y el señor para el cuerpo”. El
cuerpo ha de servir como instrumento de justicia (el señor es para el cuerpo)
significa que el Señor no solo salva el espíritu y alma, sino, el de cuerpo de
enfermedades y plagas. Si el cristiano acepta que el cuerpo es para el señor, y
consagra para El, el Señor va a conceder vida y poder a su cuerpo.
Un cuerpo sano no es para lo deseos carnales, sino para Dios (1 Tesalonicenses
5:23).
El cuerpo necesita:
Atención
Estímulo
Percepción
Motivación
No debemos olvidar que nuestro cuerpo es el Templo de Dios, es nuestro deber como
cristianos, cuidarlo en el sentido espiritual y físico.
Debemos reconocer el privilegio que nos ha sido otorgado como ser tripartito de que
el mismo Dios Creador y Formador del universo se propuso habitar no en templo
hecho de manos de hombres como en la antigüedad, sino, que nos ha elegido como
templo de su Espíritu Santo.
El hombre tiene una voluntad soberana para escoger hacer lo bueno o lo malo.
El hombre decide servir a Dios o al enemigo. Con la voluntad se va formando
según lo que piensa y según su vivencia en el ambiente donde se desarrolla
emocional y culturalmente. Todo esto determina lo que el hombre será.
El hombre no regenerado en su voluntad siempre se inclinará a pecar contra
Dios. Ej.: La desobediencia es un acto de nuestra propia voluntad.
¿Por qué muchas veces nos cuesta dejar algo si somos dueños de nuestra
propia voluntad? Porque la mente renovada envía constantemente
pensamientos a las emociones que no están sujetas al espíritu, entonces la
mente y las emociones tratan de seducir la voluntad humana. (Juan 4:34).
“Jesús le dijo: mi comida es que hagas la voluntad del que me envió y que acabe
su obra.”
Decisión
Intención
Propósito
Elección
Deseo
Es allí en la voluntad donde cada uno de ellos se originan. Hacer siempre lo que
queremos es la esencia de la rebelión. Cuando un creyente no renueva su voluntad
siempre va a querer satisfacer los deseos de la carne.
La obediencia del cristiano a Dios debe ser incondicional no obstante esto no implica
que no tenga más su voluntad. Dios no quiere obediencia ciega, sino, que su voluntad
sea hecha en su plena conciencia.
Mediante su voluntad renovada el creyente tiene que alcanzar el dominio propio y
controlar su espíritu, su alma y aun su cuerpo. Solo así podrá andar siempre en el
espíritu (1 Corintios 14:14-15) (Efesios 4:23) (Hebreos 4:12).
2. Las emociones: proviene del vocablo latino “emovere” que significa sacudir
o agitar. Designa un estado afectivo que se caracteriza por ira. Acompañado
por ciertas alteraciones corporales, por ejemplo: ante la emoción de
venganza el organismo reacciona con el rubor; ante la desconfianza
fruncimos el ceño.
Las emociones: son sensaciones que nos invaden, son hechos brutos e
incontrolables. Son conductas expresivas. Todos los seres humanos
tenemos las mismas emociones básicas (como la tristeza, la alegría, el
miedo, las cuales surgen como respuestas a situaciones y experiencias
vividas). (2 Corintios 4:16) (Marcos 7:15-16).
También hay emociones de odio, celos, venganza, ira, confusión. Las
personas que viven motivadas por sus sentimientos restaran valor e
importancia todos los principios bíblicos (Santiago 1:6).
Es imposible que el ascenso y el descenso de las emociones no solo
descalifican a un creyente para andar en el espíritu, sino, que también lo
empujaran a andar en la carne. Cuando el espíritu comienza a dirigir la vida
del creyente, las emociones se controlarán con consecuencia. El silencio
total de las emociones es una condición para podernos comunicar en el
espíritu.
Serán un obstáculo para nuestra fe: si nos dejamos guiar por las emociones
será muy difícil creer en la palabra de Dios. “los creyentes debemos caminar
por convicción y no por emoción”. Las heridas emocionales impiden entregarse
al cuerpo de Cristo efectivamente y convivir en amor sin temor a ser
rechazados.
3. Espíritu: La palabra espíritu viene del griego “Pneuma” y del hebreo Ruaj y
representa la sustancia espiritual del hombre.
El espíritu del hombre es el lugar en que establecemos toda comunión con Dios
(Romanos 8:16) (1 Corintios 14:14).
Espíritu: es el hombre interior, es la parte inmaterial o invisible del ser humano; es la
naturaleza espiritual del hombre la que le da capacidad de comunicarse con Dios.
Espíritu (Pneuma) es aquella parte del hombre que está consciente de Dios. Es la parte
más elevada del hombre, marca la individualidad consciente, y así distingue al hombre
de la creación.
2. Intuición: es el testimonio interior por medio del cual el Espíritu Santo nos guía
y nos habla. Es el conocimiento inmediato de una verdad sin la participación del
razonamiento (Romanos 8:14-16). Si usted vive por razonamiento todo va a ser
imposible, porque nunca va a conocer lo de Dios, porque aquí se vive y se
camina por Fe. (2 Corintios 1:2).
3. Consciencia: es el medio que nos permite distinguir entre el bien y el mal. Nos
redarguye cuando pecamos, el Espíritu Santo nos redarguye en nuestra
consciencia y nos da discernimiento. La voz más sueva que podemos escuchar
es la voz de la consciencia. La consciencia es el instrumento que Dios utiliza
para guiarnos y para que podamos escoger correctamente. (Romanos 9:1).
El tabernáculo de Dios en La Tricotomía del hombre
Desde el Génesis La Biblia nos revela que el hombre fue creado como una trinidad y al
mismo tiempo nos dice que fue creado a la imagen de Dios. (Génesis 1:26).
Cuando estudiamos el tabernáculo, vemos de nuevo la idea o concepto de la trinidad:
ATRIO (CUERPO)
LUGAR (ALMA)
LUGAR SANTÍSIMO (ESPÍRITU)
El hombre como templo de Dios
Para entender la razón del tabernáculo en los tiempos de Moisés, tenemos que
discernir cuál era el deseo de Dios en la construcción del templo. Fue por voluntad
Divina y no por lo hombres, Dios quería habitar en medio de su pueblo.
Encontramos estas tres razones por lo que Dios ordeno a Moisés que edificara el
tabernáculo:
1. Para cumplir el anhelo del corazón de un Dios Santo.
2. Para reestablecer con su pueblo la comunión que se había perdido desde que
Adán y Eva pecaron. (Éxodo 25:8) “Y harán un santuario para mí, y habitare en
medio de ellos”.
Lo primero que debemos hacer para una vida de comunión con Dios es entrar
por la puerta que es “Cristo Jesús”.
De la puerta se guía
el altar de bronce.
En el altar de bronce se llevaba a cabo los sacrificios por el pecado. (Éxodo
27:1-8). La palabra para altar significa “el lugar de matanza”. Sobre este altar
las cinco ofrendas levíticas eran sacrificadas como los sacrificios de la tarde y de
la mañana.
Este altar fue encendido por el fuego que el mismo Dios envió desde el cielo. El
deber de los sacerdotes era mantenerlo prendido, no dejarlo apagar.
2. La fuente de bronce
Hecha de los espejos de las mujeres judías (Éxodo 30:17-21), encontraba entre
el altar del holocausto y el lugar Santo. El propósito de la fuente de bronce era
para que los sacerdotes se lavaran y se limpiaran. Este fuente o lavamiento
tiene una doble aplicación espiritual:
El atrio representando nuestro cuerpo nos revela la condición y el orden para poder
ser santificados y convertir nuestro cuerpo en un templo donde habite la presencia del
Dios viviente.
EL LUGAR SANTO (ALMA): sus dimensiones son más pequeñas que las del atrio, pero
tiene una particularidad, al igual que el lugar santísimo, ambas tienen techo, aunque
el lugar santo es más pequeño y no es visible al ojo de los humanos, su contenido es de
incalculable valor eterno.
El lugar santo tenía tres elementos distintivos: candelero de oro, mesa de los panes de
la proposición y el altar de oro. El lugar santo representa nuestras almas.
1. Candelero de oro
El candelero totalmente de oro puro era el mueble más precioso del lugar
santo, labrado a golpes de martillo, nos recuerda primordialmente al Señor
Jesús, quien sufrió la cruz.
El ser todo de oro habla de su valor, así es Espíritu Santo en nosotros debemos
valorarlo.
El combustible para alumbrado era de aceite puro de olivas machacadas
(Éxodo 27:20-21). Cada lámpara estaba llena de aceite, esto significa la unción
del Espíritu Santo en nosotros.
Tenemos que machacar la carne para que salga aceite. El Espíritu Santo
debería ser la única luz de nuestras almas, sin esa luz no podemos ver los
demás utensilios preciosos del lugar santo.
Un creyente lleno de la luz de Espíritu Santo puede ver, no solo lo que hay en su
propia alma, sino, lo más importante, puede ver lo que Dios quiere que haya en
su propia alma, el que no ha conocido a Jesucristo anda en tinieblas, no hay luz
en su alma, y por lo tanto no puede ver su propia inmundicia.
El hombre no redimido anda con la luz de sus ojos físicos, es decir, anda con la
luz de sus atrios porque no tiene alternativas. La luz del atrio es luz solar, es
decir, la misma que alumbra a los cuerpos físicos, ya que el atrio no tiene techo.
La luz atrial es terrenal, es una luz pasajera, que dura pocas horas, es temporal
y desaparece en la noche, y es por ello que el hombre no redimido se angustia y
desespera cuando la noche llega a su vida, pues no tiene otra luz en quien
confiar.
La luz del lugar santo nos guía en las tinieblas de la noche, y es por eso que
para el cristiano cuando somos atacados por la oscuridad podemos alumbrar,
SOMOS DEL DIA (1 Tesalonicenses 5:4-11).
2. La mesa y los panes (Éxodo 25:23-30)
[La acacia: fue utilizada para todo el mobiliario del tabernáculo, fue voluntad de
Dios. Se ha llegado a considerar la acacia como una madera incorruptible.
Algunos especialistas en madera dicen que la madera de acacia es la mejor,
aguanta sin tratamiento alguno los cambios y temperaturas extremas; el fuego,
la humedad, los hongos y las termitas.
La acacia nos habla de la carne incorruptible de Cristo y al ser revestida de oro
nos hablan de Divinidad representando a Jesucristo.]
La mesa tenia también una cornisa de oro alrededor y cuatro anillos por donde
pasaban las barras para su traslado. Sobre esta mese de colocaban 12 panes de
flor de harina (la harina más fina) estos panes eran cambiados cada sábado por
el sacerdote en el día de reposo (Levítico 24:5-9). Los sacerdotes se comían el
pan de la semana en el lugar santo.
El pan nos habla de la palabra de Dios que nos hace estar continuamente en la
presencia y bajo su mirada en el lugar santo es que tenemos comunión con
Dios, este elemento representa a Jesús como el pan de vida (Juan 6:35).
3. Altar del incienso de oro (Éxodo 30:1-10)
Nos habla de intercesión de Cristo y la nuestra. La vida de Jesús fue una vida de
oración permanente, Él siempre se retiraba a sola para hablar con el Padre.
Debemos de aplicar cada uno de estas partes del lugar santo en nuestras almas para
poder alcanzar la estatura del varón perfecto.
LUGAR SANTÍSIMO (ESPÍRITU):
El lugar santísimo es todo lo opuesto a un lugar común si el que habita en ese recinto
es santo por excelencia, quiere decir que nada profano puede tener comunión con él.
El lugar santísimo representa al espíritu del hombre como era en el principio. Es aquí
donde radica la verdadera vida que proviene de Dios.
Fue en el lugar santísimo donde Adán rompió su comunión con Dios. Fue aquí donde el
velo se cerró y la raza humana perdió su relación espiritual con su creador.
Ante de la caída, Adán tenida una íntima comunión con Dios a través de su espíritu. El
corazón de Adán era conforme al corazón de Dios, y por lo tanto no había ninguna
discrepancia entre la voluntad del hombre y la voluntad de Dios.
Adán perdió lo que había en el lugar santísimo, es decir, el arca del pacto que contenía
las tablas de la Ley, la vara de Aarón y el maná.
Antes de la entrada al lugar santísimo había un velo que simbolizaba la separación
entre Dios y los hombres por el pecado. La rasgadura del velo no fue hecha por
recursos humanos. (Mateo 27:51). Cristo rasgó el velo completamente (Juan 14:6)
(Efesios 2:18).
El velo partido simboliza la posibilidad que tiene cada creyente no solo el sumo
sacerdote de acercarse a Dios por medio del sacrificio de Jesús, nuestro gran sumo
sacerdote, una vez y para siempre.
El lugar santísimo era una estancia que se caracterizaba por la perfección, era donde
se manifestaba la presencia de Dios.
El arca del pacto es una figura de Jesucristo como el Hijo de Dios perfecto y al mismo
tiempo Hombre Perfecto.
El arca del pacto es el objeto es el objeto de mayor importancia en todo el tabernáculo.
El arca debía estar siempre preparada para su traslado, el arca muestra
tipológicamente a Cristo en doble naturaleza: CELESTIAL “oro” y la HUMANA
“madera”.
El arca era el centro del campamento de Israel. Dios hablaba en medio de su pueblo y
su presencia se manifestaba en ella. (Éxodo 25:8 y 29:45).
I. Las
tablas de la Ley: fue entregada por Dios a Moisés escrita por su dedo. Ésta fue
entregada a Moisés para que rigiera al pueblo y lo enseñara bajo las
instrucciones que Dios le había dado (Torah). La tabla de la Ley habla de Jesús
como la fuente de la Ley, la Palabra de Dios hecha carne. (Hechos 3:22)
(Hebreos 1:2). Las tablas de la Ley nos hablan de la naturaleza de Dios, también
nos habla de su amor, su misericordia que es para aquellos que se arrepienten
y obedecen.
Esta vara muerta que produjo vida, habla del poder de la resurrección de
Cristo. Y así mismo del ministerio aprobado que produce flores y frutos.
Queremos que el Espíritu Santo vivifique nuestros cuerpos mortales y haga que
experimentemos el poder de su resurrección. Esta experiencia está simbolizada
en el tabernáculo por medio de la vara de Aarón que reverdeció.
III. La urna de oro contenía el maná: es el símbolo de la vida que proviene de Dios.
Al perder Adán su comunión con Dios el hombre comenzó a morir
biológicamente. Todo lo que Adán perdió ha sido restaurado gracias al segundo
Adán “Jesucristo” (1 Corintios 1:45).
La urna de oro contenía una porción de maná (Éxodo 16:32-34). El maná era
una sustancia en forma de grano. (Éxodo 16:31). La biblia describe el sabor del
maná como semillas de culantro blanco y hojuelas hechas con miel. Su saber
era como de aceite nuevo hablándonos de la unción del Espíritu Santo.
Hay una promesa dada a los vencedores (Apocalipsis 2:17) “Al que venciere
daré a comer del maná escondido”. Por lo tanto, también esta urna de oro con
maná representa las verdades ocultas de la palabra de Dios que solamente
pueden ser reveladas a aquellos que pasan por detrás del velo.
Lecciones valiosas
La oración atrial
El Atrio es el lugar más grande en cuanto a dimensiones físicas se refiere. Esto nos
habla, que es en esta dimensión de oración donde lamentablemente la mayoría de los
cristianos nos encontramos.
En el Atrio soplan muchos vientos, ya que es un lugar sin techo. Nuestras oraciones
atriales son aquellas que continuamente son interrumpidas por pensamientos que
vienen del exterior. Estos pensamientos pueden provenir de entidades espirituales de
maldad (demonios) que viven según la Biblia en “los aires” (Efesios 2:2; 6:12) o de
nosotros mismos cuando tenemos una mente indisciplinada.
que nos agobia. El Atrio es un lugar de arrepentimiento ante los pies de la cruz (el altar
de bronce) según Mateo 5:23, pero también es un lugar de sacrificios de alabanzas
(Salmo 107:22); sacrificios que son agradables a Dios (Salmo 119:108). Fruto de labios
que confiesen su nombre (Hebreos 13:15). Al publicar nuestra alabanza se esparcen los
enemigos de Dios (entidades espirituales de maldad) según el Salmo 68:1, y se
despejan los aires del Atrio. El enemigo huye ante nuestras alabanzas sinceras. La
alabanza prepara nuestro corazón para una mayor intimidad con Dios. La Biblia dice:
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle,
bendecid su nombre” (Salmo 100:4). El que sacrifica alabanza honra a Dios (Salmo
50:23).
La Biblia no dice que debemos “sentir” alabar a Dios. Simplemente nos “ordena”
hacerlo. “Presentad sacrificios y alabanzas en la casa del Señor” (2 Crónicas 29:31).
Una de las revelaciones que más me ha bendecido es conocer, que cuando yo alabo a
Dios, no necesariamente tengo que “sentir” hacerlo. Antes pensaba que alabar a Dios
sin sentir hacerlo era como una hipocresía, pero Dios me reveló que cuando yo lo
alabo, lo que hago es publicar lo que Él es, su grandeza, su poder, su verdad, y nada de
esto tiene que ver con lo que yo sienta o no. Así que comencé a obedecerle en ésta
área, y después de estarle alabando por varios minutos (cantando o diciendo todo lo
que la Biblia dice acerca de lo que Él es) empecé a “sentir” las ganas de continuar
haciéndolo. Si obedecemos a Dios y le ofrecemos sacrificios de alabanza
comenzaremos a ver su gloria, aunque el diablo nos diga que somos unos hipócritas.
Como hemos visto los sacrificios se hacen en el Atrio y sobre todo en el altar de
bronce. Muchos de nosotros llegamos sólo hasta acá. No avanzamos más allá. Nos
conformamos con una oración atrial. En los atrios es muy difícil oír la voz de Dios.
Recordemos que Dios se escucha en “el viento apacible” (1 Reyes 19:12y 13).
Si bien nuestra oración comienza en el Atrio, nunca debe quedarse en este lugar, hay
que avanzar al Lugar Santo donde no soplen vientos adversos, pues es sólo en la
intimidad con Dios cuando podemos oír su voz. Cuando comenzamos a sacrificar
alabanzas a Dios, se comienzan a despejar los aires de toda influencia maligna y
nuestros pensamientos se dirigen sin obstáculos hacia Dios, y es entonces que nuestro
corazón comienza a sentir la presencia de Dios. Pero sentir la presencia de Dios es
apenas el principio de nuestra oración, y lamentablemente es aquí donde muchos de
nosotros dejamos de orar, cuando en realidad apenas hemos comenzado.
Cuando comenzamos a sentir la presencia de Dios, es que el Espíritu Santo nos está
tocando para despertar nuestro espíritu. En el altar de bronce como símbolo de la cruz
del calvario es donde se inicia nuestra oración. Es aquí donde nace el verdadero
arrepentimiento y la humildad necesaria para continuar. Es a los pies de la cruz donde
somos librados de nuestras cargas, donde recibimos consuelo y donde llevamos
cautivo todo pensamiento a Cristo Jesús. Es aquí donde pagamos el precio para poder
avanzar en nuestra oración. Es en el altar de bronce donde nosotros le ministramos a
Dios y donde El “comienza” a ministrarnos a nosotros una vez que nuestro sacrificio es
aceptado. Es entonces cuando el Espíritu Santo nos conduce a la fuente de bronce o
lavatorio para que nos examinemos delante de Dios. En el lavatorio no solo somos
examinados, sino (lo más importante) somos lavados por la Palabra de Dios. Es aquí
donde el Espíritu Santo pone en nuestra mente la Palabra de Dios adecuada para
nosotros. De ahí la importancia de conocer la Palabra de Dios. El creyente debe
conocer la Biblia porque es la materia prima que el Espíritu Santo usa para revelar
nuestra condición delante de Dios y para recibir respuestas a nuestras oraciones.
La oración es como la respiración del alma. Cuando nuestro cuerpo físico inspira
oxígeno está tomando vida. Cuando espiramos o exhalamos estamos botando bióxido
de carbono que es muerte. De modo que cuando confesamos nuestros pecados
delante de Dios estamos botando el veneno que nos mata, pero cuando pronunciamos
la Palabra de Dios estamos tomando vida, ya que la Biblia dice que su Palabra es
Espíritu y es Vida (Juan 5:24). Las aguas del lavatorio nos hacen ver nuestra condición.
El Hecho de ver nuestra condición nos mueve a la confesión de pecados y al
arrepentimiento. Al confesar nuestro pecado estamos botando lo que nos mata en la
oración. Una vez que botamos lo que nos mata, nos sumergimos en las aguas de su
Palabra para nuestra limpieza. A partir de este momento nuestros pensamientos se
van estrechando y los pensamientos de Dios se van ensanchando, para así pasar a otro
nivel o dimensión en nuestra oración: La oración en el Lugar Santo.
La oración Santa
Este es un nivel de oración mucho más elevado que la oración atrial. El lugar Santo
tiene menores dimensiones que el Atrio, y esto implica que no son muchos los
cristianos que se mantienen en este nivel de oración. Al Lugar Santo no pueden llegar
pensamientos ajenos a los pensamientos de Dios porque es un lugar con cubierta.
Satanás no puede tener acceso al Lugar Santo porque en el Lugar Santo está el
candelero de oro encendido y él no resiste la luz del candelero (la plenitud del Espíritu
Santo) porque él es de las tinieblas y no de la luz.
“Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad”. Nuestras necesidades ya Dios las
conoce. Él ya las escuchó en el Atrio. Serían vanas repeticiones volverlas a hacer en el
Lugar Santo. En el Lugar Santo no oramos por cosas atriales o necesidades de la carne.
Aquí se ora por necesidades espirituales más profundas, bien sea nuestras o de otros.
Aquí las cargas espirituales de otros las sentimos como si fueran nuestras ya que es
Dios mismo quien nos las pone sobre nosotros y somos verdaderos intercesores
espirituales y libertadores de aquellos que no han alcanzado aún la gracia y el
conocimiento de Dios. Es en el Lugar Santo donde recibimos instrucciones precisas en
cuanto a situaciones específicas.
El eterno Hijo de Dios durante nuestra oración se vuelve por así decirlo hijo de
hombre, a fin de que nosotros los hijos de los hombres lleguemos a orar como Hijos de
Dios a través de Él. Este es un misterio maravilloso que Él me ha revelado y que deseo
compartir tal y como Él me ha dicho: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy
en el Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros” (Juan 14:20).
El tercer cielo viene a representar el Lugar Santísimo, donde el hombre había perdido
su comunión con Dios. Lo que Pablo quiere decir es que él fue arrebatado por Dios al
tercer cielo mientras se encontraba en oración. La misma experiencia la tuvo el apóstol
Juan en la isla de Patmos (Apocalipsis 1:10-19). Aquí Juan dice que él estaba en el
Espíritu, es decir que oraba en el Lugar Santo.
Lo que la Biblia nos revela es que Dios mismo es capaz de hacernos entrar a su propia
presencia (El Lugar Santísimo) cuando estamos orando en el Lugar Santo. Esta
experiencia no necesariamente fue exclusiva para Pablo y Juan, pues puede ocurrir a
cualquier creyente que se mantenga en oración en el Lugar Santo. Cuando estamos en
oración en el Lugar Santo y Dios nos hace pasar a su misma presencia prácticamente es
imposible mantenerse en pie debido al peso de la gloria de Dios. En el Lugar Santísimo
nuestros labios enmudecen y solo Dios habla. El profeta Isaías ante tal experiencia
dice: “Ay de mí, que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:5). La visión que describe Isaías en todo el capítulo 6,
es una experiencia profética de lo que hoy día podemos experimentar si
permanecemos en el Lugar Santo durante la oración.
Sólo con la ayuda del Espíritu Santo es que algunas de estas revelaciones pueden llegar
a ser comprendidas para el cristiano espiritual, y solo los que son espirituales las
comprenderían cuando él tratara de trasmitírselas (1 Corintios 2: 14-16). En este texto
de 1 Corintios 2: 14-16 dice la Palabra de Dios que para la mente natural las
revelaciones espirituales son “locura”.
Finalmente, quiero dejarles una porción de la escritura que está en 1 Corintios 13:
12…” Si bien ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a
cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”.
Conclusión