Una encuesta consagró también a "El Ciudadano" como el mejor film
y a Marlon Brando y Catherine Hepburn como los más grandes intérpretes en la historia del cine por un centenar de directores y productores del mundo entero, convocados en una encuesta por una publicación británica especializada. ¿Cuáles fueron los mejores tres films en los cien años de historia del cine?
1°. El Ciudadano, de Alfred Hitchcock
2°. El Padrino, de Francis Coppola 3°. Las reglas del juego, de Jean Renoir
La encuesta, en la que votaron cineastas consagrados, de una
nómina ecléctica que fue desde Roman Polanski a Billy Wilder, fue organizada para festejar el siglo del nacimiento del cine por la revista TIME OUT.
Pese a que los vencedores son todos clásicos, la difusión de los
resultados actualiza la conceptualización general sobre los mejores según el propio ambiente cinematográfico. Ha habido en los últimos treinta años varios sondeos similares, algunos afectados por el origen del interés de la entidad o grupo convocantes, pero en este caso la diversidad de nacionalidades y tendencias de los convocantes parece haberles dado a los resultados vistos de universalidad. El reconocimiento a Hitchcock, el genio del suspenso, llega cuando faltan cuatro años para que en Inglaterra se conmemore los cien años de su nacimiento y quince años de su muerte.
El cine de este inglés que se hizo famoso internacionalmente desde
Hollywood ha sido lenta pero constantemente valorizado en las ultimas tres décadas, por lo que no sorprende que haya quedado delante en la votación de nombres "históricos" del cine europeo de autor, del nivel de Ingmar Bergman, Luis Buñuel o Federico Fellini.
Empezó su carrera en ese período, pero fue creciendo con el sonoro
hasta niveles geniales. El realizador filmó en Gran Bretaña hasta 1938 y luego se radicó en EE.UU. contratado por David O. Selznick. Allí quedó claro que, además de su capacidad para retratar la maldad física y psicológica, Hitchcock poseía un dominio absoluto sobre la técnica del suspenso, de la trama policíaca y romántica.
Archivo Auxiliar del TP Nº 3
La historia de dibujo animado Los dibujos argentinos
Creada por Max y Dave Fleicher e inspirada en la cantante Helen
Kane, Betty Boop era la perfecta caricatura de todas las divas plenas de erotismo y encanto que pululaban en las películas norteamericanas a fines de la década del veinte. Pero Helen Kane, la cantante de un night club de Nueva York, de la que los Flesicher tomaron una canción que distinguía a su personaje, se declaró acérrima enemiga de la dulce Betty Boop y demandó a los Fleisher acusándolos de plagio. Del escandalete, la Boop reultó favorecida: ganó popularidad pero sus audaces escotes, cortas polleras, sus constantes escapadas de hombres que pretendían atacarla y su cimbreante cuerpo, despertaron a la cesura que le disparó sus dardos, De ellos, no pudo escapar ni siquiera su simpático acompañante, el perrito Bimbo.
Paturuzú, el primer dibujo argentino
Argentino de pura cepa y buenazo como el que más, el indio Patoruzú
irrumpió en el mundo de la historieta el 17 de octubre de 1928, en el suplemto del porteño diario Crítica. Por entonces su nombre era casi un trabalenguas: Curugua Curugua Güigua. Su popularidad no se hizo esperar demasiado y pronto tuvo su propia revista de historietas y también su dibujo animado, el que se estrenó como complemtneo de la Guerra Gaucha, el 20 de noviembre de 1942, bajo el título de Upa en apuros.
El argumento era simple (un gitano secuestraba a Upa y el indio se
trenzaba a golpes con él) y había hallazgos de animación: quien quisiera éste no notaría ningun diferncia. A tal punto llegó la sutileza estilística que los mismiísimos estudios Disney estuvieron intersados con trabar alianza comercial con la empresa de Dante Quinterno, productora del divujo. Aquellos timpos no sabían de efectos estpeciales pero sí de mucha pasión y amor por el trabajo. Sólo así pudo conseguirse este inmejorable resultado, y de ello pueden dar fe los hacedores directos de la obra, como los dibujantes Oscar Blotta (padre) y Ferro, quienes junto a Tulio Lovato, al pintor alemán Gustavo Goldschmidt y a Mirco Repetto se encargaron de dar forma a Upa en apuros. Trabajamos a sol y a sombra - recuerda ahora Blotta - y cuando terminábamos de dibujar nos quedábamos prácticamente ciegos. No podíamos fallar, porque como estábamos en plena guerra mundial escaseaba el celuloide y no había material de repuesto. Para tener idea del esfuerzo aquí van algunos datos acerca de Upa en apuros: se hicieron más de 30.000 dibujos y doscientos cincuenta mil bocetos a lápiz, se consumieron 1.500 kilos de pinturas, y se gastaron unos trescientos kilos de celuloide y 5.000 metros de película, de lls cuales llegaron a utilizarse unos 880 .
Archivo Auxiliar del TP Nº 3
Por los problemas económicos que nos tuvieron jaqueados durante tanto tiempo, en la Argentina no hubo contiunidad inmediata para el dibujo animado, después de Upa en apuros. Se debió esperar hasta comienzos de la década del 70, cuando llegó Mil intentos y un invento, de García Ferré, quien más tarde alcanzaría fama y cotización internacional con Trapito e Ico, el caballito Valiente.