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LA ORACIÓN

Bienvenidos a nuestras mañanas de


Oración
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, donde meditamos en la palabra de Dios,
que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Hoy empezaremos a estudiar sobre…
La Oración: Parte 1
Nosotros Nunca vamos a poder comprender en qué consiste la vida cristiana
hasta que comprendamos que implica una guerra espiritual. Dos reinos están
en guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡y esta batalla es por el alma
de las personas!
¿TENEMOS PARTE EN ESTA GUERRA? Sí, la tenemos. Nuestra parte es que
seamos buenos soldados para que Dios nos pueda usar en la batalla contra
Satanás.
¿QUÉ CLASE DE ARMAS USAMOS EN LA GUERRA CON SATANÁS?
Usamos armas espirituales. El arma más grande que Dios nos ha dado es la
oración. ¿Por qué? Porque la oración suelta el poder de Dios. Cuando oramos,
¡Dios actúa! Dios dice: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas
grandes y ocultas que tú no conoces (Jeremías 33:3) ESTA PROMESA NOS
LA DEJA DIOS A TODOS PARA QUE CLAMEMOS, Y EL NOS ENSEÑARA
COSAS QUE NO ENTENDEMOS.
¡TENEMOS QUE ORAR!  POR que Sin la oración sencillamente no podemos
vivir la vida cristiana. Mediante la oración es que tenemos comunión con Dios;
mediante la oración es que obtenemos las cosas que necesitamos; mediante la
oración es que intercedemos por otros y mediante la oración es que atamos el
poder de Satanás.

hoy veremos cómo Dios usa nuestras oraciones en la batalla contra Satanás;
pero, primero, consideremos algunas cosas importantes acerca de la oración.

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
ORACIÓN ES HABLAR CON DIOS.  La o<ración no es un rito o una
representación pública; es un asunto personal entre tu y Dios. El Señor Jesús
dijo: "Tú, cuando ores, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu
Padre que está en secreto". San Mateo 6:6.
El Señor Jesús nos dijo que no debemos usar "vanas repeticiones", diciendo
las mismas cosas una y otra vez.
Nuestras oraciones deben ser sinceras y del corazón con entendimiento.

¿A QUÍEN ORAMOS NOSOTROS?


NOSOTROS ORAMOS A NUESTRO PADRE CELESTIAL. Nuestro Señor Jesús
dijo:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos . . . (San
Mateo 6:9).
Jesús mismo nos enseñó a dirigirnos a Dios mirándolo en condición de nuestro
Padre.
Jesús nos enseña a ver a Dios como nuestro Padre celestial, que es una de las
relaciones humanas más cercanas.  No sólo transmite cercanía sino trae
consuelo y un sentimiento de seguridad, porque sabemos que nuestro Padre
está pendiente de nosotros y nos cuida. 

Reconocer a Dios como Padre también nos trae la conciencia de que le


debemos honra y obediencia.
[Nota: Si en nuestras vidas hemos tenido malas experiencias con nuestros
padres terrenales, es importante que procuremos sanar nuestros corazones de
esas heridas, porque eso puede afectar la manera en cómo nos relacionamos
con Dios.]

¿PUEDE TODO EL MUNDO Al ORAR tratar a Dios como a un Padre? No, sólo los
que pertenecen a la familia de Dios pueden llamarle "Padre". Porque solamente
por el espíritu santo es que tenemos libertad para llamarlo Padre.
Solamente hay una oración que Dios oirá de una persona incrédula: la oración
pidiendo perdón por los pecados. Dios siempre escucha esta oración de un
incrédulo.

DEBEMOS ORAR EN EL NOMBRE


DE nuestro JESUCRISTO
Si queremos que Dios responda
nuestras oraciones, Jesús dijo:
Todo cuanto pidiereis al Padre en mi
nombre, os lo dará (San Juan
16:23).

EL SEÑOR JESÚS ES NUESTRO


GRAN INTERCESOR en el Cielo.
Oramos al Padre en Su Nombre.
Sólo por lo que Jesús es y por lo que
Él ha hecho es que Dios oye y
responde a nuestras oraciones.
EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA
A ORAR
No solamente tenemos un
Intercesor en el Cielo, sino también tenemos un Intercesor en nuestro
corazón: El Espíritu Santo. Él nos ayuda a orar. Muchas veces no sabemos cuál
sea la voluntad de Dios en cuanto a ciertas cosas, y, por eso, no sabemos
cómo orar por ello. Pero el Espíritu Santo conoce los pensamientos de Dios y
nos ayuda a orar según la voluntad de Dios.
La Biblia dice:
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos
de pedir como conviene, no lo sabemos. . . (Romanos 8:26).
¿INFLUYE REALMENTE LA ORACIÓN EN LAS ACCIONES DE DIOS? 
Sí, influye. ¿Cómo lo sabemos? Porque Dios así lo dice.
El Señor Jesús dijo:
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré (Juan 14:14).
En este versículo, el Señor nos dice claramente que lo que Él hace depende de
nuestras peticiones.
SI PIDES. . .YO HARÉ Dios es omnipotente; Él puede hacer cualquier cosa que
quiera. Pero Dios ha elegido usar nuestras oraciones para efectuar Su obra
aquí en esta tierra. ¿Ves ahora por qué es tan importante la oración?
TRES FORMAS DE ORACIÓN
La oración no es simplemente pedir a Dios muchas cosas. Hay tres formas
principales de oración:
(1) Comunión,
(2) Petición, y
(3) Intercesión. Consideremos estas.
COMUNIÓN
Esto es compañerismo con Dios. Leemos la Palabra de Dios para que Él pueda
hablarnos; luego nos acercamos a Él en oración. Le adoramos; Le
reverenciamos, Le alabamos; Le damos gracias por Sus bendiciones; le
decirnos cuánto Le amamos.
La comunión también incluye confesión, porque no podemos comunicarnos con
Dios si hay pecados en nuestra vida que no hemos confesado.

LA COMUNIÓN CON DIOS  es absolutamente esencial. Es por medio de la


comunión con Dios que llegamos a conocerle y a experimentar Su poder. La
Biblia dice:  "El pueblo que conoce a Su Dios, se esforzará, y hará".
Daniel 11:32.
PETICIÓN
Esto es pedir a Dios lo que necesitamos. Necesitamos muchas cosas.
Necesitamos fuerza para vencer la tentación. Necesitamos sabiduría.
Necesitamos poder para servir a Dios eficazmente. Necesitamos dirección
divina para hacer nuestras decisiones. Necesitamos alimento, ropa y otras
cosas necesarias.
¿DÓNDE DEBEMOS BUSCAR para obtener la provisión de lo que nos es
verdaderamente Necesario? ¡Debemos buscar en Dios! Él es nuestro Padre
celestial. Nos ama, y se deleita en que nos acerquemos a Él en busca de lo que
necesitamos. El Señor Jesús dijo: (Mateo 7:11).
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que
le pidan?
CUANDO NECESITES ALGO,  pídelo a Dios.
Continúa pidiendo. Muchas veces carecemos de cosas sencillamente porque no
las hemos pedido a Dios.
La Biblia dice: Ustedes desean las cosas pero no las consiguen. Su envidia
puede llegar hasta el extremo de matar y aun así no consiguen lo que quieren.
Por eso discuten y pelean. No consiguen lo que quieren porque no se lo
piden a Dios. (Santiago 4:2).
¿CONTESTA DIOS SIEMPRE LA ORACIÓN?
No, Dios no siempre contesta nuestras oraciones. Hay dos condiciones que
debemos cumplir si queremos que Dios conteste nuestras oraciones:

DEBEMOS ORAR CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS.


Si pedimos a Dios algo que no está de acuerdo con Su voluntad, no
nos lo dará. Debiéramos estar muy agradecidos por esto, porque no
siempre sabemos qué es lo mejor para nosotros. Un niño puede pedir a su
padre una hoja de afeitar o un cuchillo afilado, pero el padre ama a su hijo y
sabe que éstos le ocasionarán sufrimiento, así que no le concede la petición a
su hijo.

LA mejor oración que podemos elevar   a Dios es pedirle:  "Hágase Tu


voluntad en cada uno de nosotros y en la humanidad entera". Esto demuestra
que confiamos en el amor y sabiduría de Dios para cn nosotros. Podemos pedir
las cosas que deseamos, pero, en todas nuestras oraciones, debemos orar:
"Hágase Tu voluntad". San Lucas 22:42.
Jesús quiere que se haga la voluntad del Padre, no la suya
A pesar de su temor, angustia, o lo que fuera que estuviera pensando en ese
momento… A pesar de tener en un momento en su mente el pasar de esa
copa, Jesús no quiere hacer su voluntad, sino la del Padre. “Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Jesús vino a la tierra con una única finalidad: Hacer la voluntad del Padre.

Cuando oramos nosotros, ¿Realmente pedimos de acuerdo a la


voluntad de Dios, o solo pedimos para hacer nuestra propia voluntad?
¿Hemos entendido que nuestra vida es pasajera y que fuimos salvados
para honrar y obedecer a Dios?
ORACION.
Digámosle a nuestro padre celestial en esta hora: que ponemos nuestras vidas
en sus manos, que confiamos en él Y que siempre se haga su voluntad en cada
uno de nosotros, ayúdanos a dejarnos guiar por ti y que este estudio de la
oración nos ayude y nos anime a ser intercesores orando los unos por los otros
amén, amén.
Continuamos con el tema la oración en la siguiente reunión.

Bienvenidos a nuestras mañanas de


Oración, nuestro Altar Familiar.
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, donde meditamos en la palabra de Dios,
que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Seguimos estudiando la importancia de La Oración: Parte 2
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!

DEBEMOS ESTAR EN CONDICIÓN PARA ORAR.


Esto quiere decir que nuestra vida debe agradar a Dios. Dios no
contesta las oraciones de los cristianos mundanos y desobedientes.
Pero se deleita en responder a las oraciones de aquellos cuyas vidas le son
agradables.
Cuando nuestras oraciones no son contestadas, debemos preguntarnos:
¿Hay algo en mi vida que impide que Dios conteste mis oraciones?

Dios no contesta las oraciones por diversas razones y el saberlo nos


ayudará a superar esos obstáculos para hacer de nuestra oración una
oración  efectiva.
Dios no contesta las oraciones por cuatro razones que interfieren de manera
definitiva, impidiendo que sean escuchadas y aceptadas por Él, y las veremos
a continuación:
LOS GRANDES OBSTÁCULOS A LA ORACIÓN son:
(1) el egoísmo,
(2) el pecado,
(3) la falta de perdón y
(4) la incredulidad. Estas cosas dan a Satanás posición firme en nuestra vida y
Dios no oirá nuestras oraciones.

Dios no contesta las oraciones  cuando el motivo de la oración es egoísta,


con base en una actitud errada, pensando solo en nuestras propias
necesidades. Es cuando buscamos a Dios solamente como el suministro de
todo lo que queremos.
En Santiago 4:3 dice  “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en
vuestros deleites”.
 Recordemos que la oración debe ser también para glorificar a Dios con acción
de gracias y pidiendo además que se haga  su Voluntad, con una actitud de
humildad y arrepentimiento, por aquellas cosas que hacemos y no le agradan.

 Dios no contesta las oraciones cuando en mi vida estoy en condición de


pecado, y no se trata de que estemos libres de pecado, dado que sería
imposible pues somos humanos. Se trata de que estemos consintiendo el
pecado aún a sabiendas de que es malo. Porque Dios no nos condena por
pecar, pero sí por no arrepentirnos y dejarlo atrás. Aun si Dios sabe que en
nuestro corazón luchamos contra el pecado, Él nos ayuda a liberarnos de él.
En el Salmo 66:18-19 dice “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la
iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó
Dios; Atendió a la voz de mi súplica”. 
El Señor conoce los corazones y sabe cuándo intencionalmente pecamos y
cuando no. Es en esas ocasiones intencionales,  cuando Dios no contesta
nuestras oraciones porque actuamos con hipocresía, no queremos aceptar que
lo que estamos haciendo, pensando o sintiendo es malo, y aún sabiendo que el
Señor no se agrada de eso seguimos apacentando esos sentimientos o
pensamientos.
 Dios no contesta las oraciones cuando nuestra actitud hacia la sumisión
pudiera estar equivocada: Vivir en sumisión es ser obediente a su Palabra y
hacer lo que agrada a Dios. Así pues vemos como la sumisión y sujeción total
al Señorío de Cristo no es opcional sino obligatoria.
En 1 Juan 3:21-22 dice lo siguiente: “Si nuestro corazón no nos condena,
confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidiéremos la recibiremos de
él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son
agradables delante de él.”  Esto se refiere a que debemos estar en paz con
Dios, obedeciendo sus Mandamientos y actuando bajo sus principios.
Algunas personas me han preguntado qué tipo de respuestas da Dios a las
oraciones. Algunos incluso, creen que Dios dice "no". He aprendido en mi
camino de Fe, que nuestro Padre es el Señor del "Sí". Las tres respuestas que
da el Señor son:
1) "Sí";
2) "Sí, pero en otro tiempo";
3) "Te tengo algo mejor"...
Las probabilidades que Dios responda SI a nuestra Oración, aumentan
cuando obedecemos su Palabra y le agradamos con nuestra Vida.  Creo que
ese es el Secreto de la Oración. 

Lo más bello de este versículo es que no deja a la imaginación la consabida


pregunta "¿qué es obedecer sus mandamientos?" o "¿qué puedo hacer para
agradar a Dios?".  Obedecer su mandato es Creer en Jesús. No significa
solamente pensar que Jesús existe... no es creer en Jesús. Es  creerle a Jesús!
Creer en Sus Palabras y ponerlas en práctica.  Y el mejor campo de práctica del
amor es el mundo real: las personas, nuestros amigos y nuestros familiares
con sus dificultades, con sus problemas, con sus limitaciones. Porque
finalmente, todos somos limitados, carentes, imperfectos...

Dios no contesta las oraciones cuando no estamos en paz con el prójimo,


porque Dios nos exige estar en paz con todos, para estar en paz con Él. Dios
quiere que perdonemos a aquellos que nos ofenden y solucionemos cualquier
malentendido con nuestros semejantes, porque es nuestra relación con los
demás la que determinará la calidad de nuestra relación con Dios.
En 1 Juan 4:20 dice:  “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su
hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto,
¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” Porque nuestra relación con
Dios solo puede medirse con base en nuestra relación con nuestros
semejantes.
No solo nuestras oraciones no son escuchadas sino que nuestra vida eterna
está en peligro de que podamos perderla mire lo que nos dice el texto en…
1 juan 3:15. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis
que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
Así que, una vez conocidas las razones por las cuales Dios no contesta
nuestras oraciones, es muy fácil superarlas y así lograr  una oración  eficaz  y
productiva en nuestra relación con Dios.
La oración no solo es el medio para pedir sino que es el medio de comunión
con Dios, es el medio por el cual buscamos entrar en la presencia de Dios, su
presencia es vital en nuestra vida como creyentes, como hijos de Dios como
iglesia de Dios, es nuestra fuente de energía, no importa que nuestros
problemas no se solucionen desde que podamos estar en la presencia de Dios
para ser renovados y fortalecidos en su amor cada día será más que suficiente
para seguir luchando en este mundo.
Sin la presencia de Dios así no tuviéramos problemas ni enfermedades seria
una vida sin sentido.

SI QUEREMOS ORACIONES CONTESTADAS DEBEMOS DESPOJARNOS DE


AQUELLO Q NOS SEPARA O DESAGRADA A DIOS Y COMENZAR UNA VIDA
GUIADA Y DEPENDIENTE DEL ESPIRITU SANTO DE DIOS.
Oremos que Dios nos resguarde de poner nuestro corazón en las cosas del
mundo. Tenemos que estar alerta ya que muchas veces nuestro corazón se
desliza en esa dirección. Y por el Espíritu pongamos freno a tal mentalidad.
Pongamos nuestra mirada en Jesús. Para El su comida y bebida era hacer la
voluntad de Dios. Servir a Dios y estar involucrado en los negocios de su Padre
era su pasión. El disfrutó de las cosas de la vida. Se le acusó de comelón y
bebedor de vino. Él no fue abstemio. Pero Él sabía que todas esas cosas eran
para refrescar su cuerpo y su espíritu para poder servir mejor a Dios.
                 Somos peregrinos y extranjeros en este mundo. Vamos camino a la
ciudad celestial. 
Orémosle a Dios pidiéndole que nos ayude a usar de las cosas de este mundo
con la moderación y el balance que debe caracterizar a los que reconocemos
que vamos camino a nuestro hogar celestial.
                 Que nos enseña la Palabra de Dios en todo esto. Nos enseña que
debemos cuidar nuestro corazón. Todas las cosas son nuestras y para nuestro
disfrute, pero no debemos dejar que ellas capturen nuestro corazón. Porque si
lo hacen producirá lucha y pelea dondequiera que estemos: sea en la iglesia,
en la familia, en el trabajo. Nos llevará a no buscar las cosas que nos acercan
a Dios que es la fuente misma de vida. Y también a que nuestras oraciones no
sean contestadas. Cuidémonos de tales engaños.

Bienvenidos a nuestras mañanas de


Oración, nuestro Altar Familiar.
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, donde meditamos en la palabra de Dios,
que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Seguimos estudiando la importancia de La Oración: Parte 3
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
Hemos venido estudiando las tres clases de oración que se deben practicar
para cubrir las áreas que debemos cuidar y pedirle a Dios que nos ayude a
cuidar …
Ya vimos la oración para entrar en comunión con Dios, ¿verdad?
Esta es muy necesaria para mantenernos unidos con Dios en el Espíritu, para
entrar en la presencia de Dios en el espíritu y tener ese encuentro real y
personal en el espíritu con Dios, así nos fortalecemos en su amor.

También vimos la oración para darle a conocer al Señor nuestras


peticiones, ¿verdad?
En esta clase de oración le damos a conocer, nuestros sueños, planes, deseos,
y los dejamos en sus manos para que nos ayude a realizarlos pero que si no es
la voluntad de él que hagamos esas cosas entonces nos ayude a entenderlo y
a hacer su voluntad primero.
También es un momento donde buscamos su presencia para entregarle
nuestros dolores, nuestras cargas, decirle lo que nos agobia, y pedimos nos
ayude a perdonar, le pedimos su sanidad, su consuelo, su fortaleza, que nos
muestre la salida a cada situación agobiante, etc.

POR ULTIMO VIENE LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN.


La cual veremos hoy vayamos a…
Mateo 5:44 Jesús dijo: Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid
a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que
os ultrajan y os persiguen;
Debemos orara para que Dios ayude a aquellos que nos hacen mal, porque
esto es señal de la amargura en que viven, están atados bajo el dominio de la
fuerzas del mal, y son instrumentos de satanás, y no pueden perdonar las
fallas que hayamos tenido, o simplemente en su egoísmo por buscar su propio
bienestar no les importa llevarse a cualquiera por delante con tal de cumplir
sus propósitos.
Y en 1 Timoteo 2:1-3 dice. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,
oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los
reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador,
Como estos textos hay muchos que nos guían en la oración intercesora, nos
dicen las cosas por las que debemos pedir.
en la victoria del Calvario.
¡NO TE DES POR VENCIDO!
Lo importante para tener éxito en la oración es la perseverancia. Esto quiere
decir,  NO TE DES POR VENCIDO.  Sigue En esta práctica oramos por
otros. La comunión y la petición sirven principalmente para suplir lo que
necesitamos a nivel personal, pero la intercesión se extiende para ayudar a
otros.
Oramos por nuestros amigos y familiares que no son salvos; Oramos por los
que predican el evangelio; Oramos por nuestros gobernadores; Oramos por los
enfermos, por los presos, oramos por los que son adictos a diferentes clases
de vicios, etc.
Esta forma de Oración ayuda a Dios en Su gran plan de amor para que los
hombres vuelvan a Él.
Por cuanto Dios no hará nada que no le pidamos, porque él nos respeta el don
que nos dio de libre albedrío, es decir la libertad de tomar decisiones, y
muchas de las personas que viven en el pecado o que han caído nuevamente
en el pecado están atadas e impedidas para reconocer su condición y el peligro
de perdición, y por lo tanto no pueden pedir por sus propias vidas, no pueden
reconocer que necesitan ayuda Divina, y no pueden clamar a Dios por su
ayuda.

UNA FORMA DE INTERCESIÓN es la oración de combate. Esta es la oración


contra Satanás.
COMBATE CONTRA SATANÁS
Cuando hemos aprendido a mantener comunión con Dios por medio de la
oración y la lectura de Su Palabra, entonces Dios puede usarnos en la batalla
contra Satanás. Ahora repasemos algunas realidades respecto a la guerra de y
Satanás contra Dios.

PRIMERO, Dios creó esta tierra. Le pertenece a Él. La Biblia dice:


De Jehová es la tierra y su plenitud (Salmo 24:1).

SEGUNDO, Dios dio el dominio sobre esta tierra al hombre. Dios dio a Adán el
dominio sobre toda la tierra.
TERCERO, Adán se rebeló contra Dios. Obedeció a Satanás y cayó bajo el
poder de éste. Por ello, Adán perdió el dominio sobre la tierra, y Satanás lo
tomó. Fue por medio del pecado que Satanás obtuvo el dominio del mundo.
CUARTO, Dios quería recuperar al hombre para Sí y quería hacerlo por medio
de un hombre. De modo que Dios envió a Su Hijo, el Señor Jesucristo al
mundo como Su segundo Hombre no creado sino engendrado por su Espíritu,
para salvarnos de la inclinación al pecado.
QUINTO, se libró una gran batalla encarnizada entre Satanás y el Señor
Jesucristo. El Señor Jesús fue tentado como jamás fue tentado hombre alguno,
pero salió victorioso sobre todas las tentaciones de Satanás. Finalmente, en
desesperación, Satanás incitó a la gente para que crucificaran al Señor Jesús.
Cuando el Señor Jesús yacía en el sepulcro, Satanás creyó que había ganado la
victoria. Pero, al tercer día, el Señor Jesús resucitó, vencedor sobre todos los
poderes de las tinieblas. Desde ese momento Satanás supo que había sido
vencido.
AL SEÑOR JESÚS LE FUE DADA TODA AUTORIDAD EN EL CIELO Y EN LA
TIERRA.  Satanás y sus poderes de las tinieblas fueron destituidos de su
autoridad. El Señor Jesús volvió al cielo, donde está sentado a la diestra del
Padre  "sobre todo principado y autoridad y poder y señorío".
¡SATANÁS ESTÁ VENCIDO!
Lo importante que debemos recordar en nuestra guerra contra Satanás es
esta: ¡SATANÁS ESTÁ VENCIDO!  No tenemos que vencer a Satanás; Cristo
ya lo ha vencido en el Calvario.
Aunque Satanás esté vencido, todavía no ha sido lanzado al lago de fuego. Por
ahora, está libre, y trabajando tan duro como siempre para retener a los
incrédulos en su reino, y para enredar nuevamente en su red a los salvados.

COMO SIERVOS DE DIOS,  tú y yo debemos proclamar el evangelio a los


incrédulos y librarlos del poder de Satanás, por medio de la oración.
El Señor Jesús dijo que, si quieres sacar bienes de la casa de un hombre
fuerte, primero tienes que atar al hombre fuerte. Marcos 3:27.
Satanás es el "hombre fuerte", y sus "bienes" son la gente que él mantiene
bajo su poder. Si hemos de librar a la gente del poder de Satanás, primero
debemos "atar" su poder.

¿CÓMO "ATAMOS" EL PODER DE SATANÁS? 


Atamos el poder de Satanás proclamando la victoria de Cristo en el Calvario.
¿Cómo hacemos que la victoria de Cristo sea nuestra victoria? Hacemos
nuestra su victoria,  ¡PROCLAMÁNDOLA!
CRISTO PAGÓ POR TUS PECADOS en la cruz, pero tú no fuiste salvo sino hasta
que tú lo proclamaste. De la misma manera debes proclamar la victoria de
Cristo sobre Satanás. Puedes hacer esto orando:
"Todo lo que significa el Calvario, Señor, ¡toda la gran victoria del Calvario la
recibo y la aplico a mi vida"! tú me compraste a precio de sangre preciosa, mi
vida te pertenece sálvame del dominio de satanás.

CUANDO DICES  esta oración, estás diciendo: “Señor, yo no puedo resolver


esta situación, pero Tú sí puedes. Tú eres victorioso sobre todo el poder de
Satanás, y yo ahora clamo por Tu victoria en este asunto". Mientras hagamos
nuestra la victoria del Calvario, Cristo atará el poder de Satanás.
Lo podemos declarar a favor de las personas por las cuales estamos
intercediendo.
USA EL ARMA QUE DIOS TE HA DADO
DIOS TE HA DADO UN ARMA PODEROSA para usar contra Satanás, pero un
arma es inútil si no la usas. Así que toma la victoria del Calvario.
Supongamos que Satanás ataca tu hogar. Hay palabras duras y sentimientos
amargos que hemos recibido de ellos.
¿Qué debes hacer? ¡Proclama la victoria del Calvario! Cristo te dice, "Ata al
hombre fuerte, Satanás, en Mi nombre".
A menudo, cuando tenemos problemas, tratamos de entendernos con la gente
que creemos está causando los problemas, pero la Biblia nos dice que la
verdadera dificultad está en los poderes de las tinieblas que agitan estos
asuntos.
El apóstol Pablo dijo:
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios
6:12).

¿CÓMO TRATAMOS CON LOS PODERES  de las tinieblas? Los tratamos


proclamando la victoria de Cristo en el Calvario, clamar por su ayuda para ser
salvos de esa amargura, dolor, resentimiento, y nos ayude a perdonar para ser
sanos del dolor causado por las heridas recibidas por esa situación.
"Todo el gran poder del Calvario proclamo en esta hora y declaro Victoria en el
nombre de Jesucristo a favor de las personas por las cuales estamos
intercediendo".
ORA POR TODAS LAS COSAS
Cuando comprendas que estamos en guerra contra Satanás, orarás por todas
las cosas. Esto es lo más grande que puedes hacer para servir a Dios, y en
ayuda a salvar a otros.
ORA ACERCA DE LOS PROBLEMAS en tu hogar y en tu iglesia. Ora por los
hermanos en la fe. Ora por tus amigos y familiares incrédulos.
Ora por los que están predicando el evangelio. Ora en el nombre de Jesucristo.
Ora fervientemente. Ora con fe. Ora confiando orando hasta que te llegue la
respuesta, o hasta que veas que Dios tomo el control.

REQUIERE TIEMPO para que Dios trate con las voluntades humanas.


Requiere tiempo para cambiar situaciones. Dios quiere que perseveremos en la
oración, haciendo nuestra la victoria del Calvario. El Señor Jesús dijo: "Es
necesario orar siempre, y no desmayar".
Recuerda la promesa de Dios: SI PIDES. . .YO HARÉ Solo pide con sabiduría
pide para el beneficio de tu alma.
Orad siempre sin desmayar san Lucas 18:1.
Ser constantes en la oración Romanos 12:12.
Orando en todo tiempo. Efesios 6:18.
Perseverad en la oración, colosenses 4:2.
Orad sin cesar 1ª Tesalonicenses 5:17.
Velad en oración 1ª Pedro 4:7.

Bienvenidos a nuestras mañanas de


Oración, nuestro Altar Familiar.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION. Parte 4
Hemos venido estudiando las tres clases de oración que se deben practicar
para cubrir las áreas que debemos cuidar y pedirle a Dios que nos ayude a
cuidar…
La oración no es simplemente pedir a Dios muchas cosas. Hay tres formas
principales de oración como hemos venido aprendiendo:
(1) entrar en Comunión,
(2) Petición, e
(3) Intercesión.
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
A veces cuando nos sentimos mal, pensamos en que necesitamos mucho a
Dios; así mismo, cuando empezamos nuestro proceso de búsqueda de Dios, es
usual que queramos orar a Dios y hablar con Él, pero  cuando estamos
comenzando nuestra relación con Dios NO SABEMOS CÓMO ORAR, ni qué
decirle.
En ocasiones incluso vemos que las demás personas a nuestro alrededor oran
de forma impactante y pensamos que nosotros no podemos hacer lo mismo.
Eso mismo les pasó a los discípulos de Jesucristo, como lo narra la Biblia en el
evangelio de LUCAS 11 – JESÚS ENSEÑA Y ADVIERTE.
A. La enseñanza sobre la oración.
1. (Lucas 11:1) Una petición de los discípulos:  Señor, enséñanos a orar.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus
discípulos.

a.  Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar: Jesús oró como era su
costumbre, pero una petición llegó cuando terminó– los discípulos
permitieron que Jesús terminara de orar. Se quedaron allí y lo vio, bebiendo
en el poder de su oración, hasta que se terminó.
b. Señor, enséñanos a orar: Había algo acerca de ver a Jesús orar que les
despertó el deseo de aprender a orar como Jesús oró. Había algo magnético
sobre la vida de oración de Jesús, y en la forma como Él oró, mostró algo de
su relación con Dios como Padre.
- Aún como los discípulos, necesitamos a Jesús para que nos enseñe a orar. La
oración es tan simple que el niño más pequeño puede orar, pero es tan
grandiosa que el hombre por más que Dios le haya dotado de poder y
creatividad, y razonamiento, no puede decir que realmente han dominado la
oración.
- “Es en la oración que las promesas esperan su cumplimiento, el reino de su
venida, la gloria de Dios por su revelación completa… Jesús nunca enseñó a
sus discípulos a predicar, sólo cómo orar. No habló mucho de lo que se
necesitaba para predicar bien, pero gran parte de la oración si la enseño.

Para saber cómo hablar con Dios es más que saber hablar al hombre. No el
poder con los hombres, pero el poder de Dios es lo primero”.
c. Señor, enséñanos a orar: Más directamente, su solicitud no fue para
aprender  a como orar, sino  para orar. Nuestra mayor dificultad no está en el
dominio de una técnica específica o enfoque en la oración (aunque eso puede
ser bueno y útil); nuestra mayor necesidad es simplemente
para  orar  y orar más y más, encontrar deleite en la oración de comunión con
nuestro Dios, nuestro Padre Celestial, poder intimar con él en el Espíritu.

En 1 Tesalonicenses 5:17 Pablo alienta a los Tesalonicenses a  “orad sin


cesar.” 
¿A qué se refería Pablo con esta exhortación? ¿Cómo podemos orar
continuamente día y noche? Si tenemos que dedicarnos a nuestras vidas
diarias, a trabajar, a comer y a pasar tiempo con familiares y amigos, ¿Acaso
Pablo  pensaba que pasaríamos todo el tiempo arrodillados en oración, incluso
en la noche cuando necesitamos dormir?
En Mateo 6:6, Jesús le dijo a la gente cómo orar:  “Mas tú, cuando ores, entra
en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
¿Puedes orar sin cesar durante todos los días de tu vida?
Mi lugar de oración también puede estar en el aposento de mi corazón y en
mis pensamientos.
La pregunta es dónde están mis pensamientos mientras hago las diferentes
cosas durante el día. En Efesios 4:17, Pablo escribe acerca de aquellos que
andan “en la vanidad de su mente.” 
Eso significa que no tienen control sobre sus pensamientos. Simplemente
están dispersos y ocupados en las cosas de la tierra las cuales no tienen
ningún valor eterno. Este es el estado natural del hombre: centrarse en lo
terrenal – en las cosas visibles, y aun a pesar que dedican tiempo a la oración
sus pensamientos en cuanto la lo terrenal no les permite conectarse
espiritualmente porque en sus pensamientos no cesa de darle vuelta a muchas
cosas por las que están pasando o proyectos que están buscando lograr.

A usted no le a pasado que cuando está orando, o cantando de repente se le


vienen pensamientos los cuales absorben su atención y se desconecta de la
comunión que está llevando y se inclina a prestarle a tención al pensamiento
que entro en tu mente, y de esta manera es interrumpida el propósito de
entrar en comunión con el Espíritu de Dios para ser guiados reconfortados en
la presencia de Dios.

Pero ¿Y si elijo invertir mis pensamientos en orar por entrar en la presencia de


Dios, y pensar en cómo puedo usar mi tiempo para bendecir en lugar de
gastarlo todo en mí mismo? Para esto Se requiere entrenamiento y un
esfuerzo consciente para trabajar con mis pensamientos de modo que los
pueda poner en las cosas celestiales, y esto puedo hacerlo incluso en el día a
día cuando tengo tiempo para pensar, en los momentos antes de empezar una
tarea.
En Romanos 8:26 Pablo escribe: ”Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” 
Cuando tengo el Espíritu Santo viviendo en mí, también tengo una necesidad
constante de ser transformado de la forma en que nací.

Por ejemplo, quizás veo en mi trato con las personas que soy naturalmente
estricto con ellos, pero mi deseo es que cuando hable, en lugar de palabras
duras, la bondad y el amor puedan manifestarse. Así que a medida que avanzó
en mi día y veo cómo soy con las personas, siento dentro de mí un constante
pensamiento que dice: “Por favor libérame de mi naturaleza pecaminosa,
ayúdame a vencer para que pueda ser una bendición para los demás.” 
Entonces también puedo tener ese gemido interior junto con el Espíritu Santo,
el cual también ora por mí. Incluso cuando estoy durmiendo, el Espíritu
continúa intercediendo por mí, porque conoce el anhelo de mi corazón.
Está escrito que Jesús ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas a
Aquel que lo podía librar de la muerte y que fue oído a causa de su temor
reverente. (Hebreos 5: 7) Cuando tengo este temor de Dios entiendo el valor
y la seriedad de la vida, y siento que Dios está cerca y que Él escucha mis
pensamientos y mis oraciones, y responderá a esa necesidad en mi corazón.
Nuestro Señor Jesús para enseñarnos a orar, usó como ejemplo una oración
que hoy se conoce como: “Padre Nuestro”.   Irónicamente, hoy se usa como
una oración para ser repetida de memoria, a pesar que Jesús nos instruyó que
no usáramos vanas repeticiones   (Mat. 6:7-8).   El “Padre Nuestro”
Lo encontramos escrito en MATEO 6:9-15.
Pero no es para recitar estas palabras de memoria, sino para que nos sirva de
inspiración y ejemplo de cómo acercarnos en oración a nuestro Padre Celestial.

En la próxima reunión iremos leyendo cada frase de esta oración para


descubrir lo que Jesús nos estaba enseñando…
Ahora démosle gracias a Dios por este momento y por su palabra que cobre
vida en nosotros.

ORACIÓN.
¡Alabado sea tu nombre, oh Dios! Anhelo que mi corazón reconozca siempre tu
grandeza y tu excelencia. Ayúdame a estar siempre agradecida por quién eres
y por todo lo que has hecho por mí. Gracias por todas las bendiciones y por
este nuevo día de vida. Tú eres mi Señor, eres bueno y tu amor leal dura para
siempre. Amén, y amén.

Bienvenidos a nuestro Altar


Familiar.
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, que es
nuestro Altar Familiar, donde meditamos en la palabra de Dios, que es el
alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día, también ponemos la iglesia del Señor en manos de
Dios y a los amigos, a la humanidad entera que las misericordias de Dios sean
sobre todos en este hermoso día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Hoy vamos a continuar estudiando la importancia de…
LA ORACION. Parte 5
Hemos venido estudiando las tres clases de oración que se deben practicar
para cubrir las áreas que debemos cuidar en nuestra vida y pedirle a Dios que
nos ayude a cuidar…
La oración no es simplemente pedir a Dios muchas cosas. Hay tres formas
principales de oración como hemos venido aprendiendo:
(1) entrar en Comunión,
(2) Petición, e
(3) Intercesión.
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
A continuación vamos a analizar cada frase escrita en esta oración para
entender realmente qué es lo que el señor Jesús nos pidió que hiciéramos al
orar, pues como Él mismo dijo en su palabra: “Y orando, no uséis vanas
repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán
oídos.  No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de
qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis…” Mateo 6: 7-8.
Acompáñenme desde sus casas abriendo la Biblia en Lucas 11:2-4.
Dice la oración textualmente así: Cuando oréis, decid: “Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.  El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.  Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, más
líbranos del mal”
Aunque si te pones a pensar bien, no son muchas las ocasiones en que te has
detenido a pensar realmente lo que es esta oración, y que se convierte en una
guía para hablar con Dios.
Entonces empecemos por la primera frase:

a.  “Padre nuestro que estás en los cielos” (mt.6:9)


En tu oración empieza por glorificar, alabar, exaltar a Dios y darle el lugar que
sólo Él se merece, el lugar de honor como Padre, sólo Dios es digno de estar
por encima de cualquier pensamiento y su grandeza está sobre todo lo que
existe.
Jesús nos enseña a ver a Dios como nuestro Padre celestial que es una de las
relaciones humanas más cercanas.  No sólo transmite cercanía sino trae
consuelo y un sentimiento de seguridad, porque sabemos que nuestro Padre
está pendiente de nosotros y nos cuida. 
Isaías dijo en el capítulo 64: y verso 8), Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro
padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos
somos todos nosotros.
Reconocer a Dios como Padre también nos trae la conciencia de que le
debemos honra y obediencia, Mal. 2:10; dice ¿Acaso no tenemos todos el
mismo padre? ¿No nos creó a todos el mismo Dios? Entonces, ¿por qué hay
quienes engañan a sus hermanos? Al hacerlo rompen el pacto que Dios hizo
con nuestros antepasados.
[Si en nuestras vidas hemos tenido malas experiencias con nuestros padres
terrenales, es importante que procuremos pedir a Dios que nos sane nuestro
corazón de esas heridas, porque eso puede afectar nuestra relación con Dios.]

Acercarnos a nuestro Dios en condición de hijos despierta en nosotros


alabanza a él por lo que él es nuestro Padre.
Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra; adoren al Señor con
regocijo.
Preséntense ante él con cánticos de júbilo.
Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos.
Somos su pueblo, ovejas de su prado. (Salmo 100:1-3)
¡Dios es digno de alabanza en todo momento!
Alabar a Dios no es simplemente cantar sino admirar, tener el corazón
rebosante de gratitud y conmovido por la bondad del Señor. Esto implica decir
cosas buenas («bendecir»), hablar con sinceridad sobre lo que se siente por
Dios reconociendo la bondad y el señorío de Jesucristo.

La alabanza no es por tener una vida estable y sin problemas sino la respuesta
de un corazón que ama a Dios a pesar de las dificultades.
Si todavía no tienes el hábito de alabar a Dios en todo tiempo, recuerda
Formamos parte de su pueblo y él cuida de nosotros.
Reflexionemos sobre eso y respondamos de corazón poniendo en práctica la
actitud de alabar a nuestro Dios.
Dispongamos nuestro corazón para alabar, reconozcamos al Señor en nuestra
vida y tomemos tiempo para que la alabanza brote de nuestra alma.
Miremos a nuestro alrededor y pensemos en todo lo que tenemos. ¡Alabamos a
Dios por sus misericordias cada día!
Dejemos la murmuración y la antipatía. La alabanza nos hará ser más
agradecidos y agradables a Dios y a todos los que nos rodean.
El reclamo no trae ningún beneficio, así que cambiemos de actitud. Alabemos
a Dios con alegría y con agradecimiento.

Lee en tu casa el Salmo 100. En el versículo 5 Porque el SEÑOR es bueno;


 su fiel amor es para siempre, de generación en generación.
Vemos por qué debemos alabar a Dios.
Transmite a otros gentileza, confianza y alegría. Los que alabamos a Dios
trasmitimos nuestra fe, amor y esperanza.
Haz de la lectura bíblica, la oración y la alabanza los motores que te motiven
cada día. Definitivamente nuestro día será más bendecido y feliz para orar:

PERO ES NECESARIO TENER UN ORDEN EN NUESTRA ORACIÓN DE DEVOCIONAL


O COMUNIÓN CON DIOS A SOLAS, EN FAMILIA, O CONGREGACIONAL.
Si queremos tener un momento de calidad en nuestro tiempo de comunión con
Dios, bien sea a solas, en familia, o congregacional.
Siempre nos corresponde llevar acabo un orden de pasos para lograr
realmente una buena unidad con Dios, para lograr intimar con el Espíritu,
lograr que nuestro espíritu y el Espíritu de Dios sean uno, si nos saltamos
alguno de estos pasos por la falta de tiempo nos iremos empobreciendo y
debilitando espiritualmente.
La oración como hemos aprendido no solamente es el arma de guerra que nos
dejó nuestro Señor Jesucristo para combatir los ataques de Satanás,
recordemos que la oración se divide en tres partes; primero: gratitud,
adoración, alabanza, comunión, segundo: petición personal, entregar nuestras
cargas; tercero: intercepción por los que nos rodean, por eso Cristo nos
enseñó en la oración modelo como iniciar.

Él dijo Padre nuestro… Lucas 11:2.


Inicia con agradecimiento es a tu Padre Celestial al que te estas acercando,
adórale cántale uno o dos cantos donde le expreses tu amor por él, tu
necesidad de él de su presencia, de su amor, su dirección…. Etc.
Tiempo disponible para esta parte es de 5 ª10 minutos según sea necesario
da libertad al Espíritu Santo para que fluya en ti)
Dediquemos unos minutos para interceder por toda la familia y familiares, por
el pueblo de Dios a nivel general, por la humanidad entera, como nos dice. “
1ª Timoteo 2:1-5.
Si estamos en familia o en la congregación Orar juntos por las
necesidades de la familia, de nuestros amigos vecinos, de la iglesia dar pasó a
que cada integrante de la familia o hermano exprese su necesidad. “Tiempo
disponible para esta parte es de 5 minutos”
Entonar un himno. “Limitarnos solamente a entonar el himno para no
extendernos en tiempo” “5 minutos aproximados”
Entonar coros “tres cantos “ “10 minutos”
Pasamos a la ofrenda. En caso de ser en familia la ofrenda es espiritual. “Aquí
damos paso a los niños y adolescentes para que presenten su ofrenda a Dios,
bien puede ser un versículo, como puede ser un especial” compartiendo lo que
aprendió por medio de ese texto bíblico, de esta manera los iremos ejercitando
en el análisis del texto, buscando el mensaje del versículo, para que puedan en
crecer en el entendimiento de lo que les dice Dios a través del texto.
“10 minutos”
Cuando estamos en la congregación oramos por la ofrenda material,
cantar la canción de la ofrenda, y dar anuncios.
Paso a la enseñanza oramos por la persona encargada.
Meditemos uno o dos versículos, “busca el mensaje que Dios te quiere dar
en este día.
Pone en oración la reunión de culto o devocional según sea el caso, a solas,
en familia o congregacional. (Tiempo disponible para esta parte es de 15
minutos)
“El tiempo utilizado para la reflexión en caso que sea en familia es de 15
minuto, si es en la congregación 30 a 45 minutos.
La oración abre puertas, y caminos, pasa tu tiempo a solas con Dios, en familia
con Dios. Ten fe por lo que estas orando, cree que va a suceder y así será.
Si oras con ilusión, con fe y con fuerza, si oras con lealtad, tus palabras serán
oídas y tus ruegos escuchados.
Ora para que tus ojos puedan ver lo mejor de la vida, tu corazón pueda
perdonar todas las ofensas, tu mente pueda olvidar las malas experiencias y
para que tu alma nunca pierda la fe y confianza en Dios.
Siempre ten presente que: "Cuando las oraciones suben, las bendiciones
bajan"  y que  "La oración es nuestra mejor arma. Es la llave del corazón de
Dios."
Se nos a terminado el tiempo Dios los bendiga.

Bienvenidos a nuestro Altar


Familiar.
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, donde
meditamos en la palabra de Dios, que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION. Parte 6

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Bienvenidos a nuestro Altar
Familiar.
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, donde
meditamos en la palabra de Dios, que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION. Parte 7
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.» Efesios 6:12.

Hay un mundo espiritual invisible que muchos ignoran pero que es


determinante en nuestra vida y relaciones con los demás. Generalmente
cuando tenemos conflictos con alguna persona, tenemos la perspectiva de que
es la persona en sí la que nos está atacando, cuando en el trasfondo de las
luchas humanas, está la influencia de seres espirituales, ángeles caídos y
demonios, que si no estamos en Cristo, vienen a matarnos, a robarnos la
esperanza de vida y a destruirnos espiritualmente.

En los libros del evangelio está escrito, como nuestro Señor Jesucristo
desenmascaró a Satanás y a estos seres, y en su gran poder y amor liberó a
muchas personas. Por lo tanto, la lucha no es en contra de la suegra, ni mis
padres, ni mis hermanos, ni tampoco de los que nos persiguen o calumnian; la
guerra es espiritual y se triunfa con las armas que El Señor nos brindó en la
cruz. Cuando tengamos un conflicto con alguna persona, lo primero que
debemos hacer es orar por ella, bendecirla, clamar a Dios por ella, y actuar en
sabiduría y amor para solucionar el conflicto, como nos aconseja la palabra de
Dios en Mateo 5:44.

Bueno continuemos analizando la oración modelo que nos dejó Jesucristo, para
acercarnos a Dios como Padre.
Aunque si te pones a pensar bien, no son muchas las ocasiones en que te has
detenido a pensar realmente lo que es esta oración, y que se convierte en una
guía para hablar con Dios.
A continuación vamos a analizar la frase « P a d r e n u e s t r o q u e e s t á s
e n el c i e l o »

¿Qué significa que el Padre está en el cielo?


Bueno en oración que Jesús nos enseñó, lo primero que se dice de “nuestro
Padre”, antes de pedirle nada, es que está en el cielo. Sin duda, esto indica
que Dios está más allá de todos los esfuerzos humanos, de todas nuestras
intuiciones, de todos nuestros deseos, por muy sublimes que sean. La realidad
de Dios sobrepasa todo lo que el hombre puede alcanzar.

Y, sin embargo, nuestro Dios que está en el cielo penetra los abismos. Dios
nunca mira hacia arriba, porque no hay nada por encima de él; tampoco mira
a su alrededor, porque nada le iguala. Necesariamente tiene que mirar hacia
abajo, y cuanto más abajo está uno, mejor le ve Dios.
La frase “que estás en los cielos” indica la cercanía de Dios hacia nosotros,
su prontitud para escuchar.
“estar en los cielos”, simboliza también “estar en los santos, en los cuales
habita Dios”.
Teniendo como referencia el salmo 118 (“los cielos proclaman la gloria de
Dios”),
“los santos son denominados cielos”. En efecto, quienes proclaman la
gloria de Dios son los santos.
Dios está en los cielos, es decir, en aquellos que han hecho de su vida una
vida conforme a la de Dios, una vida celestial. El todopoderoso, el que nada ni
nadie puede retener, el Señor de la gloria, se hace presente en la persona
justa. El cielo, más que un lugar, es una manera de ser, una actitud.
En los que se comportan divinamente, allí está Dios.
Es alguien cercano, íntimo; de él se dice que está en los cielos, es decir, en los
santos, a los cuales se les llama cielos”.
 ¿Por qué podemos acercarnos al Padre con plena confianza?
Lo podemos hacer porque Jesús, nuestro Redentor, nos entra en la presencia
del Padre, y su Espíritu hace de nosotros unos hijos de Dios. Por ello, podemos
rezar el  Padre nuestro con confianza sencilla y filial, gozosa seguridad y
humilde audacia, con la certeza de ser amados y escuchados.
¿Por qué decimos Padre «nuestro»?
La palabra «Nuestro» expresa una relación con Dios totalmente nueva.
Cuando oramos al Padre, lo adoramos y lo glorificamos por medio del Hijo. En
Cristo, nosotros somos  su pueblo, y Él es nuestro  Dios, ahora y por siempre.
Decimos, de hecho, Padre «nuestro», porque la Iglesia de Cristo es la
comunión de una multitud de hermanos, que tienen «un solo corazón y una
sola alma» (Hch  4, 32).

 ¿Con qué espíritu de comunión y de misión nos dirigimos a Dios como


Padre «nuestro»?
Ya que Dios es nuestro  Padre esto indica que  es un bien común de todos
nosotros los bautizados, sentimos una urgencia a participar en la oración de
por la unidad de todos nosotros como discípulos de Jesús. Oramos todos y en
favor de todos para mantenernos unidos, a fin de que todos conozcamos al
único y verdadero Dios y nos reunamos como uno solo.

ii. Cuando tratamos de impresionar a Dios con nuestras muchas palabras,


negamos que Dios es un Padre amoroso, y que es santo. Deberíamos seguir el
consejo de Eclesiastés 5:2. Que nos dice: Dios está en el cielo, y tú sobre la
tierra, por lo que deja que tus palabras sean pocas.

b.  Padre nuestro que estás en los cielos: La oración modelo nos enseña
que nos acerquemos a Dios como un  Padre amoroso que esta en los
cielos. Se reconoce que oramos a nuestro Padre, quien viene con un título
privilegiado, quien demuestra una relación privilegiada. Era muy raro que los
Judíos de ese tiempo llamaran a Dios ”  Padre  ” porque eso se consideraba
demasiado íntimo.
i. “No hay ninguna evidencia de que alguien antes de Jesús utilizara este
término para dirigirse a Dios. ”
ii. Es cierto que Dios es el poderoso soberano del universo, que crea, gobierna,
y juzgará todas las cosas – pero también es para nosotros un  Padre.
iii. Él es nuestro  Padre, nuestro  Padre que está en los cielos. Cuando decimos
“en el cielo” recordamos la santidad y la gloria de Dios. Decir que Dios está en
el cielo, con esto estamos diciendo que:
· Él es un Dios de majestad y señorío:  Jehová Dios de nuestros padres, ¿no
eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las
naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te
resista?(2 Crónicas 20:6)
· Él es un Dios de poder y fuerza: Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho. Salmos 115:3.
· Él ve todo: Jehová está en su santo templo;
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. (Salmo 11:4)
iv. Esta es una oración centrada en la  comunidad, Jesús dijo: “Padre nuestro”
y no dijo ” mi Padre “.

ORACIÓN.
Padre Celestial ayúdame a recordar que no importa cuán oscura sea la noche.
Tu eres la luz de mi vida, nunca te apagas y siempre me das un nuevo
amanecer.
Señor Jesús en tus manos pongo mi vida, mis metas, y mis ilusiones, guíame
hoy y siempre, llena mis días de bendiciones y aléjame de todo mal. Amén.
Bienvenidos a nuestro Altar
Familiar. Parte 8
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, donde
meditamos en la palabra de Dios, que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION.
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
Mateo 6:9. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
 ¿Qué significa la expresión «que estás en el cielo»?
La expresión bíblica «cielo» no indica un lugar sino un modo de ser: Dios está
más allá y por encima de todo; la expresión señala la majestad, la santidad de
Dios, y también su presencia en el corazón de los justos. El cielo, o la Casa del
Padre, constituyen la verdadera patria hacia la que enfocamos nuestra
esperanza, mientras nos encontramos aún en la tierra.
¿Qué es el cielo?
La palabra  cielo se usa en la Biblia para referirse básicamente a
1) los cielos físicos,
2) los cielos espirituales y
3) una posición elevada o superior.
El contexto nos ayuda a saber el sentido correcto. *
Los cielos físicos.  Cuando la Biblia habla de los cielos, en ocasiones se
refiere a la atmósfera terrestre, donde soplan los vientos y vuelan los pájaros,
donde están las nubes que producen lluvia y nieve, y donde resplandece el
relámpago (Salmo 78:26;  Proverbios 30:19;  Isaías 55:10;  Lucas 17:24).
También puede hacer reticencia al espacio universal, donde están “el sol y la
luna y las estrellas” (Deuteronomio 4:19; Génesis 1:1).
A Los cielos espirituales.  El término cielo  también se refiere a la región
espiritual, un nivel de existencia más elevado que el universo físico y que está
fuera de este (1  Reyes 8:27; Juan 6:38). Allí habitan Dios, y los ángeles que
él creó (Juan 4:24; Mateo 24:36). A  veces, “los cielos” se personifican para
representar a los ángeles fieles, “la congregación de los santos” (Salmo 89:5-
7).
También se usan las palabras cielo  o cielos para indicar la parte de la región
espiritual en la que reside Dios, es decir, su “morada” (1  Reyes
8:43,  49; Hebreos 9:24;  [Apocalipsis] 13:6). Por ejemplo, en las Escrituras
se predijo que Satanás y  los demonios  serían echados del cielo, es decir, ya
no  se les permitiría presentarse ante nuestro Dios. Sin embargo,
permanecerían en el mundo espiritual (apocalipsis 12:7-9,  12).

Una posición elevada o superior. La Biblia también usa el término cielo 


como símbolo de una posición elevada o superior, por lo general, de un
gobierno o autoridad. Esta posición puede estar ocupada por alguna de las
siguientes figuras:
Nunestro Dios, el Dios soberano y todopoderoso (2  Crónicas 32:20; Lucas
15:21).
El Reino de Dios, el gobierno que reemplazará a las autoridades humanas.
La  Biblia se refiere a ese reino como los “nuevos cielos” (Isaías
65:17;  66:22;  2 Pedro 3:13). *
Nosotros los que tenemos la esperanza de ir al cielo (Efesios 2:6).
Los gobiernos humanos que han dominado a la gente (Isaías 14:12-14;  Daniel
4:20-22;  2 Pedro 3:7).
Los espíritus malvados que controlan el mundo (Efesios 6:12;  1 Juan 5:19).
¿Cómo es el cielo?
El mundo espiritual Está habitado por cientos de millones de espíritus que
hacen la voluntad de Dios (Salmo 103:20, 21; Daniel 7:10).
Aun así, los humanos no podemos entender bien cómo es el cielo, ya que el
mundo espiritual está fuera del alcance de nuestros sentidos.

Finalmente, ¿qué significa la expresión que estás en los cielos? Estas


palabras tienen la misión de resaltar varias cosas:
En primer lugar, indican la diferencia radical entre nuestro Padre celestial y
nuestro padre terrenal. Dios es del cielo, de arriba; nuestro padre terrenal es
de la tierra, de abajo. En la Biblia los términos  arriba  y abajo referidos a Dios
no indican lugares geográficos, sino calidad. Así, lo bueno, lo santo, lo justo,
es de arriba, del cielo, mientras que lo malo y lo indigno es de abajo, de la
tierra.

En segundo lugar, nos recuerda el poder de nuestro Padre celestial, que hizo


los  cielos y la tierra. Así que el que invoca a Dios por Padre no está invocando
a un dios débil, sino al Dios todopoderoso. Un Dios cuyo poder y sabiduría
anuncia el firmamento. Este Dios es el que te sostiene y te ayuda.
En tercer lugar, nos recuerda que nuestro destino final está en el cielo. El
cielo es nuestra meta. Y en este sentido, como dice el apóstol Pablo, nosotros
debemos buscar las cosas de arriba, donde está Cristo a la diestra de Dios, y
debemos poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra 
(Colosenses 3:1-2).
Así que tenemos que integrar el cielo en nuestra vida manera recibiremos
fuerzas para vivir en la tierra con los valores del cielo, como agrada a Dios.
¿Dónde está el cielo donde mora nuestro Padre Celestial? Nuestro Padre no
pretende responder a esta pregunta desde una perspectiva local.  Fue Jesús
mismo quien dinamitó la idea del encuentro con Dios dentro del marco
restringido de unos límites locales (Juan 4:24). Dios es Espíritu; y los que
le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Nosotros habitamos principalmente en el ámbito físico y emocional, pero Dios
es Espíritu (1 Samuel 16:7). Para tener verdadera comunión con Dios,
tenemos que relacionarnos con Dios en el nivel espiritual.  No todos los
humanos le pueden adorar, ya que para que esto suceda deben nacer de
nuevo en sus espíritus a través de recibir a Jesús , es por esto que este
versículo dice, y los que le adoran, debido a que hay muchos que no han
nacido de nuevo en el espíritu entonces no pueden entrar en esta dimensión
Celestial.
Al recibir a Jesucristo, Dios cambió nuestro espíritu. nuestro espíritu nacido de
nuevo es el espíritu del Señor Jesucristo (1 Juan 4:17; 1 Corintios 6:17;
Romanos 8:9; Gálatas 4:6).

En el espíritu es que somos dignos de venir delante de Dios y adorarlo sin


ningún temor. Nuestro espíritu es la única parte de nosotros que es digno. Es
por eso que le adoramos en espíritu y en verdad.
Nuestro espíritu no es nuestro problema. Nuestro espíritu nacido de nuevo es
perfecto, ya que Jesucristo lo ganó para nosotros.
Siempre debemos basar nuestra relación con el Padre en lo que somos en
nuestro espíritu por medio de Cristo Jesús.
Entonces el término “cielo” se emplea como la única idea adecuada para
resaltar el límite de Dios, para resaltar la idea de cercanía y distancia más allá
de todos nuestros conceptos de espacio y tiempo; no es una imagen que
apunta a la distancia insalvable entre Dios y nosotros, sino que pretende
enfatizar su naturaleza Divina.
Dios no es parte de la tierra, como nosotros. Él es distinto. Nuestro Padre
“celestial” es completamente diferente, es el Dios al que los cielos de los cielos
no pueden contener (1 Reyes 8:27), ¡tal es su grandeza y poder! …y, a la vez,
es el Padre que se ocupa de las pequeñas cosas de sus débiles hijos
terrenales.
Nosotros oramos a nuestro Padre  que está en los cielos. Este cielo, este
mundo de Dios, se nos ha acercado, ha venido hasta nosotros en la persona de
Jesucristo. Él mismo predicó: El reino de los cielos se ha acercado  (Mateo
3:2).
Jesús nos enseña a orar, diciendo: Padre nuestro que estás en los cielos.  Estas
palabras constituyen la brújula de nuestras oraciones, el norte para que éstas
no deambulen su meta. Podemos hablar con este Dios que es nuestro Padre
celestial, todopoderoso. A Él y su poder podemos confiarle todas nuestras
angustias preocupaciones y afanes porque él tiene cuidado de nosotros. Él es
nuestro Padre celestial. 1 Pedro 5:7.

REFLEXIONEMOS: ¿Vivimos con el corazón en el cielo o más bien estoy


siempre mirando las cosas de la tierra? Busquemos las cosas de arriba, donde
esta Cristo; saboreemos las cosas de arriba, no las de la tierra. La biblia nos
dice en Colosenses 3:2. Concéntrense en las cosas celestiales y no en las
terrenales,

ORACION.
 Señor ayúdame a recordar que no importa cuán oscura sea la noche. Tú eres
la luz de mi vida, nunca te apagas y siempre me darás un nuevo amanecer.
— Señor Jesús en tus manos pongo mi vida, mis metas y mis ilusiones.
Guíame hoy y siempre, llena mis días de bendiciones y aléjame de todo mal.
Amen.

Bienvenidos a nuestro Altar


Familiar. Parte 9
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, donde
meditamos en la palabra de Dios, que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION.
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas! Y por eso la necesidad de estar en oración ante nuestro Padre y
Salvador, solo él nos puede ayudar a no caer en las redes de Satanás.

Seguimos estudiando la oración modelo que nos dejó nuestro Señor


Jesucristo…
Vosotros, pues, oraréis así:  Padre  nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre”. (Mateo 6:9)

Hoy meditaremos en esta frase “Santificado sea tu Nombre” (6:9)


Diariamente escuchamos a las personas hablar de Dios, referirse a él y aun
tratarle con una extrema familiaridad.
Es común escuchar decir: “Si Dios quiere, que Dios te lo pague, o que Dios te
bendiga”. Sin embargo, mientras esto pudiera ser bueno, algunas personas
tratan a Dios con tal irreverencia que pareciera que él fuera su súbdito o
alguien más del montón.

La manera tan vana con que algunas personas usan el nombre de nuestro Dios
en chistes, negocios y conversaciones en general, lo que denota es que en
realidad no le conocen ni tienen una relación personal con él. Aunque Dios es
totalmente personal y familiar en Su trato con nosotros sus hijos, nosotros en
cambio le debemos un mayor respeto que el que le tenemos a nuestros padres
terrenales.
En la oración modelo conocida como el “Padre Nuestro”, Jesús mismo en
calidad de hijo de Dios y hermano nuestro nos enseñó algunos principios a la
hora de referirnos a nuestro Dios:
Acercarnos y dirigirnos a nuestro Padre con la  confianza y la familiaridad que
debe existir entre uno hijo y su padre; “Padre nuestro…”.
Expreso él.
Acercarnos y dirigirnos a Dios con el debido respeto  con que un hijo debe
hacerlo con su Padre.
Acercarnos a nuestro Padre sin olvidar que él es Dios. Esto es,  reverenciar su
nombre; “santificado sea Tu nombre”. Él es digno de ser reverenciado.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE…


¿Quieres saber por qué el mundo en su conjunto no cree en Cristo, no santifica
el nombre de Dios? En alguna medida, es porque nosotros como el pueblo de
Dios no hemos mostrado que somos redimidos.
Ellos dicen, «es notable. Tú vives como cualquier otro. No hay ninguna
diferencia en tu vida y la nuestra. ¿Por qué debería haberla en la mía?»

Es una pregunta que requiere de una respuesta de nuestra parte, es hora de


nosotros trabajar más duro por nuestra santificasion, porque de esta manera
santificamos el nombre de nuestro Dios, por causa de nuestras áreas no
redimidas se está blasfemando el nombre de nuestro Dios.

Cuando llegamos a esta frase: «Santificado sea Tu nombre», nos damos


cuenta de que esa era la pasión que consumía la vida de Jesús. Era la pasión
de Sus oraciones.
Escucha algunas de las cosas que Jesús expresaba en su oración al Padre: él
dijo… «Yo te glorifiqué en la tierra»; Él le dice a Su Padre: «He manifestado tu
nombre» (Juan 17:4,  6). «No he venido a buscar mi propia gloria, sino la
gloria de Aquel que me envió» (Juan 7:18).
Jesús vivió Su vida para la gloria de Dios. Él quería que el nombre de Su Padre
celestial fuera magnificado; Él quería que fuera reverenciado. Él quería que
fuera tratado como santo.
Así que, si queremos ser como Jesús, vamos a orar como Jesús lo hizo:
«Señor, queremos que Tú seas glorificado». Queremos que Tu nombre sea
santificado, sea reverenciado, en cada área de la vida y la existencia.
Queremos que el nombre de Dios sea santificado, reverenciado en el mundo
en su totalidad.
Nuestro deseo mientras oramos El Padre Nuestro, es que  todo el mundo, con
todo tipo de religiones y creencias en las cuales creen hoy en día; que todo el
mundo llegue a conocer a Cristo, y como resultado reverencie, exalte y adore
nuestro Padre en los cielos. Anhelamos ese día.
Esto es lo que se abarca al orar: «Santificado sea tu nombre». Anhelamos el
día cuando la gloria del Señor llene la tierra como las aguas cubren el mar.
¿Vives tú por eso?
¿Crees en eso?
¿O tú haces lo que muchos cristianos, me temo, que hacen y lo que yo hago
muchas veces? Estamos tan atrapados en nuestro día a día, cada minuto,
preocupados por nuestras necesidades y ambiciones terrenales; estamos tan
atrapados en nuestros problemas y nuestros asuntos y nuestras agendas y
nuestras vidas y nuestras relaciones, que perdemos de vista el panorama real.

El Padre Nuestro nos llama a una visión más amplia de la vida que la que la
mayoría de nosotros estamos acostumbrados a pensar. «Que Tu nombre sea
santificado en toda la tierra».
Lo cantamos, pero ¿son vanas repeticiones? En realidad ¿creemos lo que
estamos cantando?
Quiero decirles, que una de las cosas que se debe apoderar de nuestra vida y
debe hacer que salgamos de la cama cada mañana, es esa visión del día
cuando la gloria del Señor cubra la tierra como las aguas cubren el mar;
cuando cada rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor.

Entonces Miras a tu alrededor y ves todo lo que está pasando con toda la
angustia y toda la agitación y las guerras y las batallas, tanto literales como
espirituales y emocionales, y las relaciones se están destrozando. Y piensas,
«eso está tan lejos». Es casi sorprendente para nuestras mentes finitas creer
que alguna vez vendrá el día cuando toda rodilla en la tierra se doblará ante
Cristo como el Señor.
Pero Dios dice que ese día vendrá. Y yo vivo esperando su venida. Es por eso
que yo sirvo a Dios dejando que haga los cambios que sean necesarios en mi
vida para poder partir con él.

Escucha, esta no es una petición cualquiera. Esta no es una oración cualquiera,


no es algo que más o menos dices en voz baja al ir a dormir en la noche.
esta es una oración maravillosa, majestuosa que lo abarca todo.
¿Se puede decir que esta oración está atrapando tu corazón? En todas las
áreas de la vida, en el mundo, en la iglesia: Señor, queremos que Tu nombre
sea santificado.
Y en nuestras casas, Señor, queremos que Tu nombre sea reverenciado.
Queremos que Tú seas tratado con el temor y el respeto del cual Tú eres
digno.
Y les digo, hay muchos de nuestros hogares que dicen que son cristianos, y lo
son solo de nombre. No son santuarios en la manera en que nos tratamos
unos a otros, la manera de tratar los problemas, la manera en que nos
hablamos cuando hablamos con sinceridad y somos genuinas.

¿Es tu hogar un santuario en ese sentido? ¿Es una catedral donde Dios habita?
¿Adoras y reverencias a Dios en tu hogar?
Tú dices: «Sí, desearía que mi esposo sirviera a Dios dándole reverencia.
Desearía que mis hijos lo hicieran». ¿Sabes qué? No puedes hacer que el
nombre de Dios sea santificado en sus corazones, pero sí puedes hacerlo en el
tuyo.
¿Qué es lo que tu pareja y tus hijos están viendo en ti que hace que ellos
deseen santificar el nombre de Dios? No estoy hablando de ser excesivamente
estrictos religiosos, estoy hablando de que respiremos amor y pasión por
nuestro Dios, respeto personal para con nuestro Dios que nos ofrece una
relación Paternal, un amor incondicional....
Algunos van a escuchar lo que dije, y van a ir a sus hogares y dirán, «ok,
apaguemos la televisión. Vamos a reverenciar el nombre de Dios en esta casa
de ahora en adelante». Y tus hijos van a decir, «no creo que eso sea lo que
queremos en esta casa».
Les estamos dando una visión distorsionada de Dios. Dios es grande. Él es
glorioso. Él es maravilloso. Él es santo. Él es puro. Pero Él es generoso y
misericordioso y piadoso. ¿Está Su nombre siendo elevado a través de la forma
en que vives humanamente, en tu espíritu, en tu hogar, en tu lugar de
trabajo?
Esto es lo que sucede cuando vivimos nuestra relación con nuestro Dios
apasionadamente de manera espiritual. Hay un despertar en la humanidad
perdida porque el pueblo de Dios empieza a santificar el nombre de Dios.
No podemos hacer que el nombre de nuestro Dios sea Santificado en toda la
tierra. Pero podemos orar por eso.
No podemos hacer que ocurra en toda nuestra congregación. Pero podemos
orar por eso. Puede que no tengas ningún control sobre tu familia. Pero, si
tienes control en tu propia vida.
Permíteme sugerir que:
Puedes santificarlo en tu corazón.
Puedes santificarlo en tu hablar.
Puedes santificarlo en tu andar.
«Muestra que eres redimido/a, y luego voy a creer en tu redentor dice las
personas que nos rodean».

Oración: oh Padre Celestial tú eres mi Dios, ayúdame a santificar Tu nombre


al tomarlo en mis labios, usándolo solo para exaltarte y engrandecerte.
Perdóname por las veces que lo usé en vano así fuera para impresionar,
asustar, o para chistear. Enaltecido sea Tu bendito y majestuoso nombre mi
Señor Jesús por siempre en mi vida. Amén!

Bienvenidos a nuestro Altar


Familiar. Parte 10
Hoy estamos una vez más reunidos en la presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, donde
meditamos en la palabra de Dios, que es el alimento para nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
El comité de oración los saluda en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ponemos nuestra vida y familia en sus manos, para que su bendición este con
nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION.
Nunca podremos comprender en qué consiste la vida cristiana hasta que
entendamos que estamos en una guerra espiritual. Dos reinos están en
guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de
las personas!
Mateo 6:9-14. En la biblia de nuestro lenguaje actual. Dice… »Ustedes deben
orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo:
Que todos reconozcamos que tú eres el verdadero Dios.
10 
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que vivimos en la tierra te obedezcamos, como te obedecen los
que están en el cielo.
11 
Danos la comida que necesitamos hoy.
12 
Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos
hacen mal.
13 
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y
líbranos del poder del diablo.”
14 
»Si nosotros perdonamos a otros el mal que nos han hecho, Dios, nuestro
Padre que está en el cielo, nos perdonará a nosotros.  15  Pero si nosotros no
perdonamos a los demás, tampoco nuestro Padre nos perdonará a nosotros.
Gloria al nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermosa traducción ¿verdad? así
debemos leer toda la palabra de Dios escrita en la biblia para nosotros, para
ponerla por obra y la bendición de Dios siempre estará con nosotros donde
quiera que vayamos.
Bueno vamos a seguir estudiando el mensaje de la oración modelo del Padre
nuestro que nos dejó nuestro Señor Jesús.

Santificado Sea Tu Nombre: En Toda La Tierra

2. ¿QUÉ SIGNIFICA SANTIFICAR SU NOMBRE?


Debemos hacernos esta pregunta, ¿Qué significa la palabra “santificar”? ¿Qué
estamos pidiéndole a Dios cuando le pedimos que su nombre sea santificado?
Bueno estamos pidiendo Tratar a Dios Como Santo.
Cuando nosotros santificamos a Dios, significa que le tratamos como santo.
Así que Jesús nos enseña a orar para que Dios haga que su nombre sea
tratado como santo.
La biblia cuenta que Mientras la gente de Israel deambulaba por el desierto,
hubo un tiempo en que no tenían agua. Y la gente se quejaba contra Moisés.
Pero Dios le dijo a Moisés que hablara con la roca para conseguir agua para el
pueblo. Pero el espíritu de Moisés estaba amargo, así que habló a la roca
ásperamente y la golpeó dos veces con su vara.
El agua brota de la roca, pero también las palabras duras de Dios a Moisés:
“Como no has creído en mí, a fin de tratarme como santo (o santificarme)
delante de la gente de Israel, no conducirás a este pueblo a la tierra que les he
dado.” Números 20:12.
Centrémonos en estas palabras: “Como no has creído en mí, a fin de tratarme
como santo (o santificarme).” Estas palabras nos dan la primera respuesta a la
pregunta de qué significa santificar o tratar como santo el nombre de Dios.
Significa creer en él.
La primera manera de tratar a Dios como sagrado es creer en lo que él nos
dice. En vez de tener una confianza pacifica en cuanto al poder de Dios para
responder a una simple petición nuestra, Moisés fue amargo e impulsivo. Dios
no es santificado cuando nuestro espíritu no está puesto en confianza en su
palabra que trae a nosotros paz.
Juan dijo, “el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso” (1 Juan 5:10.
Cuando haces a alguien mentiroso, estás profanando su nombre. Eso es lo
contrario a tratarle como santo. La falta de confianza en Dios es el opuesto a
santificar su nombre. El propósito de lo que queremos decir cuando oramos
santificado sea tu nombre, es “Que sea creída tu palabra”.

2. Un segundo texto que explica lo que significa santificar el nombre de Dios es


Isaías 8:12-13 Dios le habla a Isaías y le advierte de que no se vuelva como
la gente de Israel. «No llames conspiración a todo lo que esta gente le dice
conspiración.
No tengan miedo de todo lo que ellos tienen miedo; no teman.
13 Sólo al SEÑOR Todopoderoso es a quien ustedes deben considerar santo,
sólo a él es a quien hay que honrar, sólo a él es a quien hay que temer

¿Cómo santificamos el nombre de Dios según este texto? Lo santificamos


cuando no tememos lo que otros hombres temen, sino que tememos a Dios.
Cuando Dios te pide que tomes partido en una situación hostil y le defiendas a
Él, temas más contrariar a Dios de lo que temes a la discordia de otros
hombres.
¡No tengas miedo de perder tu casa, tu esposa, tus hijos, tu cuenta bancaria o
tu prestigio! Ten miedo de la posibilidad de decirle no a Dios. Él te compensará
por todas tus pérdidas terrenales cuando le obedezcas. Pero cuando decidas
oponerte a su voluntad, nadie podrá compensar las consecuencias eternas de
ese acto.
Así que cuando oramos “Santificado sea su nombre” queremos decir “Señor,
haz que tu nombre sea temido.” O, más exactamente “Padre, haz que la gente
tenga tal visión superior de ti, que sería mucho más terrible perder tu
aprobación que perder cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer.”

3. El tercer texto que trae luz al significado de santificar el nombre de


Dios es Levítico 22:31-32. “Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los
cumpliréis; yo soy el SEÑOR. No profanaréis mi santo nombre, sino que seré
santificado entre los hijos de Israel; yo soy el SEÑOR que os santifico.”
Santificamos el nombre de Dios cuando seguimos sus mandamientos.
Profanamos el nombre de Dios cuando rompemos sus mandamientos. Así que
cuando oramos, “Padre nuestro, santificado sea tu nombre” queremos decir
que todo el que invoque a Dios como Padre debe apartarse de toda especie de
maldad y engaño, para que el nombre de nuestro Dios sea exaltado, y no
blasfemado, deshonrado, desprestigiado por causa de nuestras fallas.
Romanos 2:23-24. Dice… Te sientes muy orgulloso de decir que conoces la
ley de Dios, pero deshonras a Dios cuando no la cumples.  24 Por eso está
escrito: «Los que no son judíos insultan a Dios por culpa de ustedes».
4. Cuarto texto para ilustrar el significado de santificar el nombre de Dios es
Levítico 10:3. “Entonces Moisés dijo a Aarón: Esto es lo que el Señor habló,
diciendo: “Como santo seré tratado por los que se acercan a mí, y en
presencia de todo el pueblo seré honrado.”
Este texto parece decir que Dios mostrándose a si mismo como santo y ser
glorificado son virtualmente la misma cosa. Así que cuando oramos
“Santificado sea tu nombre”, también queremos decir “Glorificado sea tu
nombre”.
Pongamos todo lo que hemos visto hasta ahora en resumen. “Santificado sea
tu nombre” es una petición, no una declaración. No estamos diciendo “Señor,
¡tu nombre es  santificado!” sino que estamos diciendo, “Señor, ¡haz que tu
nombre sea santificado por todos nosotros y la humanidad entera!”. Lo que
quiere decir, haz que tu palabra sea creída, haz que tu palabra sea  respetada,
haz que tus mandamientos sean  obedecidos, y haz que te  glorifiquen.
Santificamos el nombre de Dios cuando creemos en él, le veneramos, le
obedecemos y glorificamos.
(1 Pedro 3:14-15). Honren “Santifiquen” a Cristo como Señor, y estén
siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y
en sus promesas. 16  Pero háganlo con amabilidad y respeto. Pórtense bien,
como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de la buena
conducta de ustedes sientan vergüenza de lo que dicen.

Bienvenidos a nuestro Tiempo


devocional. Parte 11
El comité de oración los saluda en el nombre glorioso de nuestro Señor
Jesucristo.
Hoy estamos una vez más como es de costumbre reunidos en la
presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, nuestro
Altar familiar, que es nuestro tiempo devocional en el que buscamos entrar en
la presencia de Dios y meditamos en su palabra que es el alimento para
nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Ponemos nuestra vida y nuestra familia en las presencia de Dios, para que su
bendición este con nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…

LA ORACION.
Nunca podremos comprender en qué consiste nuestra vida en Cristo hasta que
entendamos que estamos en medio de una guerra espiritual. Dos reinos están
en guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla que se está
enfrentando es por nuestras almas!
Así que por eso estamos estudiando la importancia de practicar la oración,
porque es la herramienta que nos dio nuestro Señor Jesucristo para entrar en
la presencia de Dios y pedir su protección y a la vez se renovados…
Leamos la oración modelo que nos dejó Jesús en Mateo 6:9-14. Donde dijo…
»Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo:
Que todos reconozcamos que tú eres el verdadero Dios.
10 
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que vivimos en la tierra te obedezcamos, como te obedecen los
que están en el cielo.
11 
Danos la comida que necesitamos hoy.
12 
Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos
hacen mal.
13 
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y
líbranos del poder del diablo.”
14 
»Si nosotros perdonamos a otros el mal que nos han hecho, Dios, nuestro
Padre que está en el cielo, nos perdonará a nosotros.  15  Pero si nosotros no
perdonamos a los demás, tampoco nuestro Padre nos perdonará a nosotros.

En la versión reina Valera dice…


c.  “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra”  (6:10)
Venga tu reino.  Cuando uno se humilla y le pide a Dios que su reino venga
hacia nosotros, le estamos confesando nuestro deseo de sentir su presencia e
infinito poder en nuestras vidas, al hacer esto, el señor Jesús nos invitó a que
entendamos que el reino de Dios está sólo en nosotros, en la medida en que
nosotros se lo pedimos, y que no es en la tierra en dónde debemos hacer
nuestras riquezas; el reino de Dios, con todo lo que eso implica, puede ser
nuestro y que necesitamos pedirle al señor que nos permita conocer su reino.
Es una invitación a anhelar el reino de Dios en nuestras vidas.

Notemos que Jesús no oró pidiendo ser llevado al Cielo, donde está el Reino de
Dios como nos lo dice el (Salmo 103:19-21) El SEÑOR ha colocado su trono
en el cielo; y desde allí su reino lo controla todo.
20 Alaben al SEÑOR, ustedes sus ángeles, soldados poderosos que lo
obedecen, que escuchan a Dios y obedecen sus órdenes.
21 Alaben al SEÑOR todos sus ejércitos,  siervos que cumplen la voluntad de
Dios; vemos que Jesús más bien, pidió que el Reino de Dios descienda y sea
establecido en la Tierra.   El Reino de Dios no es un lugar sino una forma de
vida en la cual Dios es reconocido como el Rey, y sus súbditos viven como Él
manda. 
La oración de Jesús no es sólo un buen deseo o una profecía que se cumplirá
hasta que vengan los últimos tiempos; más bien, es una declaración y un
compromiso de vivir como Dios manda, y así traer el Reino de los Cielos a la
Tierra. 
Cuando Jesús oró por sus discípulos, él no pidió que fueran llevados al Cielo,
sino que sus vidas aquí en la Tierra fueran transformadas por la verdad del
Reino:
Aprende cómo entrar en el reino de Dios…
El Reino de Dios es Sobrenatural; no consiste sólo en palabras, sino en poder
(1 Corintios 4:20), y se puede experimentar aquí y ahora. “Porque el reino
de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.
Romanos 14:17
El Reino de Dios tiene carácter. ¿Qué significa tener carácter? El carácter en
una persona revela quién es cuando se encuentra bajo presión; deja ver lo que
está en su corazón. Si tú nunca has visto a una persona bajo presión, entonces
realmente no la conoces.
De la misma forma, el carácter o justicia del reino es lo que “realmente es”, o
de lo que está hecho.
El Reino de Dios es un Reino inconmovible.
 
El reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Entonces cuando decimos venga a nosotros tu reino estamos diciendo venga a
nosotros tu justicia, tu paz y tu gozo.
- La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe
basarse una sociedad y el Estado. Estos valores son el respeto, la equidad, la
igualdad y la libertad.
- La Justicia Divina es una Gloriosa Entidad que entra en acción para ajustar
situaciones, poner orden y restablecer la Paz . ... Generalmente, la  Justicia
Divina  actúa a largo plazo; es decir: De una vida para otra.
-La Justicia Divina: Es la que ejerce nuestro Dios todopoderoso. 
La Justicia  Humana: Es la realizada por los tribunales, y se guía mediante
normas (leyes).
Cuando pedimos La justicia de Dios en nosotros:
Estamos pidiendo que nos ayude a obrar y juzgar respetando la verdad que
Dios nos ha dado a conocer, y que nos ayude a darle a cada uno lo que le
corresponde.
Una persona justa es alguien que camina en rectitud y obediencia delante de
Dios. Eso no quiere decir que es perfecto, o que no comete errores. Pero sí es
una persona que vive a cuentas con Dios. Llegamos a ser justos delante de
Dios cuando recibimos a Jesús en nuestros corazones y nos sujetamos a Su
gobierno, a su autoridad.
La autoridad se ejerce desde un lugar llamado “posición”, que es un punto
donde nos colocamos bajo el gobierno de Dios.
Por ejemplo, si la persona que está ministrando la palabra de Dios no está en
sumisión al gobierno de Dios, no tiene autoridad, y le toma más tiempo
ministrar o liberar a alguien que se encuentra en error.
Usted no puede creer y no estar a cuentas con Dios, porque no está ejerciendo
fe desde una posición de justicia. Todos sus derechos son ejercidos desde una
posición de justicia; desde ese lugar usted puede definir cosas y desempeñar
su mandato de fe.
Jesús nos dijo: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”. (Mateo 6:33).
Cuando la Palabra dice que busquemos primeramente el Reino de Dios y Su
justicia, eso quiere decir que debemos estar alineados con Él. La justicia es lo
que hace operativa la fe. En el instante en que se alinea con Dios en un área,
en ese momento usted puede acceder a la fe en esa área.
Cuando pedimos venga tu Reino estamos pidiendo venga a nosotros tu
Paz.
Paz significa plenitud o llenura total en cada área de nuestra vida.
Paz es la Situación o estado en que no hay guerra, ni luchas, ni conflictos
internos o entre dos o más partes enfrentadas.
La paz no se puede disfrutar alejados de la justicia de Dios. El área en la cual
usted no está en rectitud con Dios, es el área en la cual usted nunca tendrá
paz. Cuando usted está orando por algo y no tiene paz, quiere decir que eso
no es correcto ni está de acuerdo con el gobierno de Dios.

Cuando decimos venga tu Reino, estamos pidiendo que venga su gozo


a nosotros…
El gozo es la intensidad de los sentidos, propio de los seres humanos ya que
es una inmensa alegría. ...
esto es, la alegría y complacencia que sentimos cuando el reino de Dios viene
a nosotros.
El Reino de Dios es un reino de gozo. Si usted está en el Reino de Dios, usted
debe estar gozoso. Usted no debería andar abatido. Este mundo es demasiado
triste, solitario y deprimido, pero como ciudadano del Reino, usted debe estar
gozoso.
Hay una diferencia entre felicidad y gozo. La felicidad es algo temporal, que se
basa en las circunstancias a su alrededor. Por ejemplo, si todo está yendo bien
y tiene una buena casa, entonces usted es feliz. El gozo es algo que viene de
Dios y es eterno. Es lo que le permite a usted decir que, aun cuando las cosas
no estén bien en ese instante, Dios tiene todo bajo control.
“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo”. (Romanos 14:17)
Sin el Espíritu Santo no hay Reino de Dios. Si el Espíritu Santo no permanece
en nosotros, sólo nos quedamos con un reino teórico sin poder alguno. Pero,
¿cómo podemos hablar acerca de un Cristo resucitado si no hablamos acerca
del Espíritu Santo? Sin el Espíritu Santo no hay justicia, ni gozo, porque Él es
quien los ejecuta.
 
Todas las cosas del Reino son reveladas por el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es quien toma las palabras del Señor y las convierte en
revelaciones. Es el Espíritu Santo quien confronta nuestros pecados y eso trae
la manifestación del Reino de Dios.
Lo que hace que el Reino de Dios sea un Reino de Poder, es el Espíritu Santo.

(Juan 17:15-17)   Jesús dijo…No ruego que los quites del mundo, sino que los
guardes del mal.  No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 
Santifícalos en tu verdad;  tu palabra es verdad. 
La forma de traer el Reino de Dios a la Tierra es haciendo Su Voluntad,
viviendo como Él manda.

Bienvenidos a nuestro Tiempo


devocional. Parte 12
El comité de oración los saluda en el nombre glorioso de nuestro Señor
Jesucristo.
Hoy estamos una vez más como es de costumbre reunidos en la
presencia de Dios.
Cumpliendo con nuestra cita de amor, nuestras mañanas de oración, nuestro
Altar familiar, que es nuestro tiempo devocional en el que buscamos entrar en
la presencia de Dios y meditamos en su palabra que es el alimento para
nuestra alma.
Damos gracias a Dios por este tiempo devocional en que podemos aprender
más sobre nuestro Padre Celestial y su reino.
Ponemos nuestra vida y nuestra familia en las presencia de Dios, para que su
bendición este con nosotros durante el día.
Saludo a los amigos que nos acompañan en esta hora, también a mis
hermanos en la fe, a mi familia y familiares, que la bendición de Dios sobre
abunde para todos en este día, aun en aquellos que todavía no participan de
este tiempo devocional.
Seguimos estudiando la importancia de…
LA ORACION.
Nunca podremos comprender en qué consiste nuestra vida en Cristo hasta que
entendamos que estamos en medio de una guerra espiritual. Dos reinos están
en guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla que se está
enfrentando es por nuestras almas!
Así que por eso estamos estudiando la importancia de practicar la oración,
porque es la herramienta que nos dio nuestro Señor Jesucristo para entrar en
la presencia de Dios y pedir su protección y a la vez se renovados…
Leamos la oración modelo que nos dejó Jesús en Mateo 6:9-14. Donde dijo…
»Ustedes deben orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo:
Que todos reconozcamos que tú eres el verdadero Dios.
10 
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que vivimos en la tierra te obedezcamos, como te obedecen los
que están en el cielo.
11 
Danos la comida que necesitamos hoy.
12 
Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos
hacen mal.
13 
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y
líbranos del poder del diablo.”
14 
»Si nosotros perdonamos a otros el mal que nos han hecho, Dios, nuestro
Padre que está en el cielo, nos perdonará a nosotros.  15  Pero si nosotros no
perdonamos a los demás, tampoco nuestro Padre nos perdonará a nosotros.

En la versión reina Valera dice…


c.  “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra”  (6:10)

Venga a nosotros tu reino.


Vamos a seguir meditando en esta frase.
Por ejemplo, en Mateo 6:33, Jesús nos ordena buscar el Reino de Dios antes
que buscar comida y ropa. En otras palabras, debemos buscar en que cosas
reina nuestro Dios, en la reunión pasada hablamos de que el reino de Dios no
es comida, bebida, ni vestiduras, Romanos. 14:17.
Tampoco se trata solamente de palabras. 1 Corintios 4:20.
Sino en buscar que Dios sea el Rey y Soberano de nuestras vidas.
Su reino es una realidad presente dondequiera que él gobierne como Rey.
Así que cuando oramos: “Señor, venga a nosotros tu Reino,” queremos decir
“Señor, reina en mi vida. Se mi rey. Toma la victoria por encima de mi
ansiedad por las necesidades de la vida.” Esta es la dimensión personal de la
venida de su Reino.
Lo que hace que el Reino de Dios sea un Reino de Poder, es el Espíritu Santo.
(Ver Mateo 12:28.)  Pero si yo expulso los demonios por el poder del Espíritu
de Dios, entonces está claro que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.
Cuando Jesús viene a nuestra vida hace que seamos libres de demonios que
nos afligen y nos amargan.
Cuando Jesús nos hace libres viene a nuestra vida un gozo indescriptible.
¿Cómo permanecer en el gozo del Señor?
Pon a Cristo por tu primer amor.
Ten valor para enfrentar el sufrimiento y no huir; sino refugiándote en Cristo
por medio de la oración para que Cristo te salve de la aflicción.
Practica siempre la intercesión.
Fortalece la Unidad con el pueblo de Dios.
Sea más ferviente en la adoración a Dios entonando canticos de alabanza
espirituales al Señor.
Aumenta tu dependencia del Espíritu Santo.
Cultiva una vida de gratitud constante, sea agradecido por todo aun por los
problemas y aflicciones, porque por medio de ellos cuando buscamos a Dios en
oración, Dios nos hace más fuertes para soportar toda adversidad.
Todo hijo de Dios se verá enfrentado, muchas veces, a diversos sufrimientos
mientras viva en la tierra. Pero la Biblia declara que es posible vivir gozoso aún
en medio de pruebas o aflicciones.
“como entristecidos, mas siempre gozosos…”  2 Corintios 6:10.
Y no sólo esto sino que, en la Biblia, Dios nos manda a estar siempre gozosos.
Tal y como lo podemos ver en:  Santiago 1:2, 2 Corintios 13:11; 1
Tesalonicenses 5:16, Romanos 12:12.
¿Te has preguntado alguna vez como hacer para aumentar tu gozo cristiano?
¿Quieres vivir victorioso sobre las aflicciones? Aquí te dejamos una lista de
ingredientes que conforman la receta para avivar el gozo cristiano:

1. Pon a Cristo por tu primer amor.


Lo primero es lo primero. Si Cristo no reina en tu corazón y en cada área de tu
vida, por mucho que hagas no gozarás de la vida abundante que él te ofrece.
La felicidad que puedas vivir solo será temporal. El gozo que viene de Cristo es
eterno y estará dentro de nosotros donde quiera que estemos.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte. 2 Corintios 12:10.

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!… Todo lo puedo


en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:4,13.
Cuando Pablo expresó “todo lo puedo en Cristo…” se refería a que él podía
mantener su gozo cualquiera que sea su situación, en abundancia o en
escases, él estaría gozoso porque Cristo le fortalecía. Esto se logra amando a
Cristo más que a uno mismo, más que a las cosas y más que a los demás.

2. Ten valor para enfrentar el sufrimiento y no huir.


La incoherencia que muchas veces se observa en la vida de muchos cristianos
es: “huir cuando se debe enfrentar la situación y quedarse cuando se debe
huir”. Hay cosas de las que definitivamente debemos huir en cuanto las
sintamos ( 1 Timoteo 6:11, y 2 Timoteo 2:22)nos habla de ello, pero las
aflicciones no son situaciones de las cuales debamos huir. Si no acepta el
sufrimiento siempre estará derrotado por este. Cristo jamás prometió que si
usted venía a él le iba a quitar todos sus sufrimientos, pero sí que estaría con
usted en medio de toda aflicción.
“En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.” Juan
16:33.
Por esto, acepte el sufrimiento, no huya. Deje de pedir a Dios que le quite sus
problemas, aflicciones o pesares; o que le dé un corazón más duro para no
sentir dolor. Todo lo que él le permite pasar es porque usted está siendo
procesado para santificación. Más bien, recuerde su palabra: “Confiad…”
Tomemos el ejemplo de Pablo que al aceptar el sufrimiento vivió victorioso
sobre este: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi
carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia”
(Colosenses 1:24).
También tomemos el consejo de Santiago: Hermanos míos, tomad como
ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del
Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de
la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy
misericordioso y compasivo. Santiago 5:9-11.
La forma en la que Santiago termina su consejo nos hace pensar que nuestros
ojos no deben situarse en personas, como Pablo o Job, sino en Aquel que
sostuvo a esas personas es decir en Jesucristo quien es el que hace posible
que soportemos todo sin sufrir daños y podamos conservar la paz y el gozo de
su amor.
3. Practica siempre la intercesión.
Si dijéramos “practica la oración” sería algo muy general, pero al decirte
“practica la intercesión” es algo más específico. Interceder también es orar,
pero es orar o pedir por otros.
"Siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos
vosotros"  Filipenses 1:4.
Cuando Pablo expresó su intercesión por los hermanos filipenses, estaba
pasando muchos sufrimientos como el ser encarcelado injustamente, el
abandono de algunos amados, la enfermedad, el ataque de los enemigos de
Cristo o la contienda de los predicadores envidiosos. Sin embargo, en toda su
carta demuestra estar realmente gozoso. Una de las claves era que su oración
radicaba siempre en pedir por los demás, sin acepciones, sin prejuicios ni
egoísmo.
La mayoría de los hijos de Dios hoy en día, al pasar por pruebas y aflicciones
pedimos rápido por nosotros mismos y por la situación que estamos pasando,
para que obtengamos la solución. En lugar de esto, deberían de buscar
inmediatamente los propósitos de Dios y orar por otros.
Esto demuestra plena confianza en el Señor, que quizá permite que pasemos
pruebas para que por medio de estas muchos salgamos edificados y
bendecidos. Pero es necesario despojarse del “yo” para lograrlo.
Bueno el tiempo se nos ha terminado.
«No dejes que mi ánimo decaiga»
¡Anímate! ¡No desmayes! ¡Confía! Dios nunca te abandonará, su estilo va más
allá de nuestra imaginación, pues Él es el Dios de las sorpresas, el que
sorprende de las formas más extrañas y con las respuestas menos esperadas.
Asume desde este momento los nuevos retos que se te presentan, cree en
dios, en su amor, en su ilimitado poder, 
Nunca debemos dejar de confiar en Dios, porque  Dios es quien tiene la
última palabra en cada situación.

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