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Estructura social y anomia. Merton.

Merton realiza un estudio de la estructura social analizando las fuentes sociales


y culturales. Propone el concepto de anomia como discrepancia entre metas o
fines prescritos culturalmente y los medios legítimos para alcanzarlos. En la
sociedad occidental es una meta importante el éxito y las posiciones materiales
son símbolos de ese éxito. Esas metas materiales se convierten en símbolos
de la propia valía y del éxito, por lo tanto, son muy estimadas, pero, si bien a
todos los miembros de la sociedad se les enseña a valorar el éxito material,
hay miembros que tienen negado el acceso a los medios culturalmente
aprobados para lograr ese éxito. De tal manera, a aquellas personas se les
tiene negado el acceso a los medios culturalmente prescritos como “legítimos”,
tienen más probabilidades de acudir a los medios “ilegítimos” para lograr las
metas. El individuo ante este medio cultural responde con cinco formas de
alcanzar las metas: la adaptación es la única aprobada, las otras cuatro son
desviadas. La teoría de la anomia se refiere sólo a aquellas personas que no
han tenido acceso a los medios aceptados para lograr el éxito.

Tipos de metas culturales y de normas institucionales:


En la estructura social y cultural existen dos elementos de suma importancia; el
primero es el objetivo, propósito e intereses culturalmente definidos que están
designados para la vida en grupo; y un segundo elemento que define y controla
los modos admisibles de alcanzar esos objetivos. En todo grupo social sus
objetivos están limitados por normas institucionalizadas y así el margen de
conductas diferentes, permitidas por la cultura, están limitadas en forma
estricta; pero cada situación social en la que se cumplen con las normas debe
tener incentivos positivos para una buena adhesión a las obligaciones, ya que
de lo contrario se producirían conductas anómalas. Estas son síntomas de
disociación entre las aspiraciones culturalmente prescriptas y los caminos
socialmente estructurales para llega a ellos.  Así se verá que en ciertas
sociedades como en la Norteamérica se le de gran importancia a ciertos éxitos-
metas sin dar importancia equivalente a los medios institucionalizados. En esta
cultura a las personas se les obliga a mantener metas elevadas teniendo como
símbolo fundamental del éxito a la riqueza sin una importancia proporcionada
de las vías legitimas.

Tipos de adaptación individual: 


Conformidad: es la adaptación más común mientras una sociedad tenga
estabilidad. Es la más común junto con las metas culturales como
autorrealización o expectativas y con los medios o vías que previamente han
sido dados. Si no fuese así no podría conseguirse la estabilidad y continuidad
de la sociedad. En definitiva, los individuos de esta adaptación lo que hacen es
mostrar una conformidad con las normas de su cultura.

Innovación: que da mucha importancia a la meta y al éxito. Los individuos de


esta adaptación utilizan los medios institucionales proscritos, que con
frecuencia son eficaces, para alcanzar el poder y la riqueza. Esto tiene lugar
cuando el individuo asimila la importancia cultural de la meta, pero sin tener en
cuenta los medios y normas para alcanzarla. Esta actitud puede darse en todos
los individuos de cualquier estrato social. En los niveles económicos
superiores, la presión hacia la innovación no borra las diferencias entre
esfuerzos a manera de negocios y la práctica de la violencia y delitos; pero esta
práctica es más común en los estratos sociales inferiores, ya que en ellos se
ejerce mucha más presión. Las zonas de delincuencia dan importancia al éxito
atreves del dinero, pero hay poco acceso y recursos para llegar a ser un
hombre de éxito, ya que se encuentran sometidos a la presión de otros. Por
último, esta adaptación es la combinación de los incentivos para el éxito están
proporcionados por los valores de la cultura y las vías para alcanzar esa meta
está limitada la estructura de clase, que da por resultado la presión sobre el
individuo.

Ritualismo: esta adaptación supone el abandono de grande objetivos


culturales y metas a medida que el individuo va intentando satisfacer sus
aspiraciones. Aunque el individuo reduzca o abandone algunos objetivos para
salir adelante en su sociedad, sigue respetando las normas institucionales.
Para el ritualista las ambiciones y grandes aspiraciones pueden conducir al
peligro, por lo que optan por las aspiraciones sin importancia que para el
ritualista esas son las que le dan más seguridad. En resumen, lo que hace es
abandonar las metas culturales si estas son complicadas y apunta a lo más
simple o fácil de alcanzar. Es en la clase media donde esta adaptación se da
con más frecuencia.

Retraimiento: Esta adaptación es de tipo privada, aunque el individuo que


forma parte de ella ingrese en algún centro y tenga contacto con otros
individuos con su misma condición. El retraimiento supone el rechazo de las
metas culturales y de los medios institucionalizados. Los individuos que
pertenecen a esta adaptación están en la sociedad, pero no forman parte de
ella. A esta adaptación pertenecen los vagabundos, los borrachos, drogadictos,
etc. Aquellos que renunciaron a las metas y su conducta no se ajustan a las
normas o valores culturales. Puede ser que este tipo de adaptación se dé
cuando el individuo ha asimilado las metas culturales y las normas, pero las
vías no le conducen al éxito.

Rebelión: Los individuos que pertenecen a ella lo que tratan es exponer una
estructura social nueva y modificada. Para ellos las normas y metas existentes
son extrañas y las consideran arbitrarias. Al ser arbitrarias es lo que lleva a
estos individuos a pensar que las metas y normas pueden ser modificadas y
diferentes de las que ya hay. En una sociedad lo que normalmente pretenden
hacer es introducir una estructura social modificada con las normas también
modificadas. Los individuos que pertenecen a la rebelión en algunos momentos
pueden llegar a sentirse frustrados o resentidos ante distintas situaciones,
como pueden ser economía, política, etc.

La tendencia de la anomia:
La conducta social ya analizada tiene una tendencia hacia la anomia y a las
conductas divergentes, ya que cuando la importancia cultural pasa de las
satisfacciones derivadas de la competencia misma a un interés exclusivo por el
resultado (éxito o fracaso), la tendencia resultante favorece a la destrucción de
la estructura social reguladora. Esta tendencia hacia la anomia no opera
igualmente en toda la sociedad, en los estratos más vulnerables hay mayor
presión hacia la conducta divergente.

El papel de la Familia

El papel que la familia representa esta dentro del tipo de conducta divergentes.
La familia es la principal cadena de transmisión para la difusión de las normas
culturales, es un mecanismo para disciplinar al niño en relación con las metas
culturales y las costumbres. El niño está expuesto a la influencia de prototipos
sociales, ocupado en descubrir y actuar de acuerdo con los paradigmas
implícitos de valoración cultural, jerarquización de las personas y las cosas, y
de los objetivos estimables. La proyección de las ambiciones paternas en el
niño son de fundamental importancia ya que ejercerán presión sobre sus hijos
para que lleguen a lograr triunfos importantes.

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